Tardes lluviosas {Kerevan}

por **Aline Flourite** Lun Ene 20, 2014 5:23 pm

La lluvia golpeteaba las ventanas pero ella no lo oía. Su mente estaba lejos de casa, lejos de París, al otro lado del mar, donde nada era como aparentaba. Las tierras eran cálidas,las plantas exóticas, las culturas distintas.

Sus ojos volaban sobre las páginas del libro mientras las palabras dibujaban en su mente un lugar donde no había puesto un pie, un lugar nuevo, desconocido, pero al mismo tiempo tan familiar como su propia habitación.

Sentada en el diván, las piernas encogidas mientras apoyaba el libro en las rodillas, juraría que podía oler las plantas aromáticas que se describían, que la hacían olvidar durante un rato sus quehaceres en París. Aunque tampoco es que se quejara de ello.

Hacía tiempo que había aceptado un futuro oscuro, incierto. Pero lo cierto era que había salido mucho mejor parada de lo esperado. Sintiendo como la concentración se escapa de entre sus dedos, levantó la vista de las páginas y la dejó perdida en el vacio. Si, podía haber salido peor parada de lo que realmente le había tocado.

Cuando su padre anunció el casamiento, su hermano se había revelado por ella, había tratado de impedirlo cuando Aline estaba demasiado herida para tratar de defenderse a sí misma. Había sido una evidente venganza por su relación ilícita, la manera de su padre de hacerla pagar por su traición.

Pero le había salido mal. Una pequeña sonrisa curvó los labios de la chica. Por desgracia, su padre esperaba que Aline se viera tan sometida como lo había estado su madre, que se viera atrapada en un matrimonio indeseado.

Pero nunca esperó que la dieran tanta libertad como le habían dado. Nunca esperó que su se mostrara como lo había hecho en sociedad con ella. Aunque, evidentemente, tampoco sabía lo que pasaba dentro de su casa.

Deseando evitar esos pensamientos volvió de nuevo al libro. Por lo general, aquel tipo de divagaciones no acaban bien. A pesar de que estaba bastante satisfecha con la vida que había conseguido al conseguir escapar de las garras maliciosas de su padre, su vida estaba lejos de ser perfecta. Tal vez si puidiera...

“No sigas por ahí Aline” se dijo a sí misma “tu madre pensaba igual y mira cómo ha acabado”. Pensamientos de ese tipo eran los que la llevaban siempre a los arranques de genio. Y aquello no podía ser bueno para su salud.

Siguió con su lectora, pero ya no tan concentrada como antes, hasta que fue consciente de que había alguien más en la sala con ella.

por **Kerevan D. Flourite** Jue Ene 23, 2014 2:01 pm

El hecho de que su mujer no se quedara embarazada era algo que lo tenía de lo más irritado. Tenía que darle un hijo, necesitaba un heredero tanto de sus habilidades como de sus negocios, no podía simplemente envejecer y morir dejando todo en manos de nadie, no podía dejar que su nombre se desvaneciera en el aire. De ahí que hubiera tomado la decisión de buscar entre todos sus libros y sus contactos algo que le ayudara a hacer que su esposa fuera más fértil y receptiva a aquella tarea.

Había estado un rato chanchulleando por la cocina, cociendo algunas hierbas tal y como otra bruja le había indicado que debía hacer. "Ayudarán a que el vientre de su mujer quede limpio de todo mal y pueda recibir su semilla." Así se lo había vendido, y dado lo desesperado que estaba la verdad es que ya estaba por probar cualquier cosa. Definitivamente si aquello no funcionaba tendría que buscarse a otra que le diera un hijo tal y como quería, y ya vería luego qué hacer con ella.

Tras preparar el agua la sirvió en una taza, poniéndole un poco de azúcar y leche para que disimulara, una costumbre que había aprendido de algunos extranjeros, al menos así su sabor sería más pasable. Lo puso sobre una bandeja y, por extraño que pareciera teniendo en cuenta de que disponían de sirviente para esas tareas, él mismo la llevó hacia el lugar donde se encontraba su mujer, en ese momento leyendo. Aunque no tardó en levantar la cabeza al verlo entrar. El hombre que le había acompañado, uno del servicio, cerró la puerta tras él, dejándolos completamente solos. El brujo se acercó a donde estaba su esposa, dejando la bandeja con la taza cerca de ella.

— ¿Alimentando aun más tu intelecto, Aline? A este paso lo tendrás mucho más activo que el de muchos hombres. — no pudo evitar sonreír de medio lado. Con ella no era cruel, no tenía tampoco motivos. No la trataba con cariño o amor como habría hecho tal vez con su hermana, pero le tenía un muy ligero rastro de aprecio, pues era inteligente y le gustaba su forma de haber llevado las cosas. De ahí que no hubiera decidido matarla y cambiarla a la primera de cambio, que se tomara la molestia de intentar solventar el problemilla. Le hacía regalos, la tenía como a una reina en cuanto a caprichos se refería. Buscó sentarse a su lado, señalando con un gesto de cabeza la taza — Te he preparado una infusión, me he informado sobre cosas que te ayuden a relajarte, creo que últimamente estás algo más tensa de lo normal.

De todas formas, aunque fuera una total mentira, ella no podría objetarse. Kerevan puede que fuera respetuoso con ella hasta cierto punto, pero si se le llevaba la contraria en su propia casa las cosas podían ponerse muy serias, eso ella lo sabía por cómo él había tratado en alguna ocasión a su propio padre o el destino que corrían los empleados domésticos que no cumplían bien con sus funciones. El muñequero no era alguien a quién se debiera llevar la contraria, mucho menos si de momento lo tenías de tu parte.

por **Aline Flourite** Sáb Ene 25, 2014 3:04 am

Marcó la página en la que estaba mientras observaba a su marido entrar. No hizo ningún gesto de extrañeza al ver que él mismo llevaba una taza en las manos a pesar de que llegaba acompañado por un mayordomo del servicio. Seguramente se traía algo entre manos.

Ella sabía bien que Kerevan no era muy dado a las muestras de cariño. O nunca lo había demostrado abiertamente frente a ella en cualquier caso. Claro que la colmaba de lujos y atenciones que se podían pagar con dinero. Le daba libertad, le permitía mucho más de lo que otros maridos permitían a sus esposas. Pero no era eso lo que ella buscaba.

Esbozó una ligera sonrisa mientras bajaba los pies al suelo y dejaba a un lado el libro. Lo que quiera que fuera que quisiera él en ese momento de ella se lo diría cuando lo considerara adecuado, así que simplemente le hizo un hueco a su lado y contestó su broma.

-Dios no quiera que nadie se entere de eso- dijo con ligereza- No sea que los socios me consideren demasiado inteligente y terminen por esfumarse. Sin embargo, en este momento no estoy cultivando mi mente sino disfrutando de playas tropicales- añadió acariciando con un dedo la tapa del libro antes de darle un sorbo a la taza- Gracias por la infusión, Kerevan. Es cierto que últimamente ando algo estresada.

Por un momento no añadió nada más. Odiaba tener que mentir u ocultarle la verdad a su marido, o a cualquiera, porque sabía que los secretos no duraban mucho tiempo pero en este caso… En este caso era especial.

-No es que las cosas vayan mal- dijo, sabiendo que, una vez admitido su estrés sería raro no justificarlo. Además, puede que soltar parte de su carga la aliviara, aunque sabía que lo que iba a decir no le importaría demasiado a su marido- pero tu padre hablado de expandir la empresa y hay que hacer investigaciones de mercado, cuanto nos costaría... Aunque supongo que esto no te interesa lo más mínimo- le dedicó otra sonrisa cansada.

En su cabeza quedó su segunda preocupación, casi tan importante o más que la primera. El remedio gitano estaba haciendo demasiado buen efecto.

Había estado rechazando la maternidad los últimos años, negándose a traer un niño a un matrimonio sin amor, al menos uno reciproco, para que viviera lo que había vivido ella. Pero desde hacía un par de meses había desistido en su empeño, curiosa por saber que se sentiría al ser madre. Y fue entonces cuando se dio cuenta que, aun sin el remedio, no podía concebir.

-Pero agradezco tu preocupación- dijo ella de corazón.

por **Kerevan D. Flourite** Sáb Ene 25, 2014 4:20 am

La idea de una mujer más inteligente que sus socios era, sin lugar a dudas, de lo más curiosa y para él divertida, ya que seguía considerándose más inteligente que su mujer, probablemente producto de su exacerbado orgullo. Sus ojos siguieron el movimiento de aquella taza, en ella estaban puestas sus esperanzas, básicamente todas ellas en ese momento.

Se relajó cuando ella comenzó a beber, escuchando sus palabras. La verdad es que no le interesaba el negocio, no desde un punto de vista más profundo, lo que sí le preocupaba siempre era saber si iba bien o no, ya que era el sustento principal de la familia y el brujo no era idiota, no podía descuidar lo más fundamental. Él no quería hacerse cargo de la fábrica no porque no le gustara el tema, pues durante un tiempo lo hizo y fue muy bien, además que él mismo instruyó a su esposa en todo lo que debía hacer, dejando que ella luego volara sola. El problema es que él prefería concentrarse en su pequeña tienda de muñecas, que iba cada vez mejor, ya que no tenía mucha competencia, y la que había llegado a surgir...bueno, se encargaba de que no prosperasen gracias a sus malas artes.

— No es una cuestión de interés, sabes que siempre me gusta saber si las cosas funcionan correctamente. Además, si vais a plantearos una expansión por supuesto tengo que formar parte de ello para saber si nos beneficia o en qué nos sería negativo. — dijo con voz seria, pues una movilidad como aquella podía suponer incluso que su mujer tuviera que viajar, y él tendría que ir con ella, porque le daba libertad, pero tampoco tanta como para que se alejara mucho tiempo de él, además su tarea principal era quedarse embarazada, otras cosas podían distraerla de ese objetivo — Así que no olvides mantenerme al tanto de ese asunto.

Entrecerró los ojos, mirando de reojo el libro de la mujer. Estaba preguntándose qué tipo de lectura sería cuando la escuchó sufrir unas intensas arcadas y, acto seguido, vomitar sin remedio. No es como que hubiera podido impedirlo, la infusión que le había dado tenía hierbas especiales, que aunque él no lo supiera, no reaccionaban muy bien con el remedio que su mujer había estado tomando a causa de aquella gitana. Obviamente Kerevan se sorprendió ante aquella reacción y puso una mano en su espalda, dando un grito para que viniera una de las asistentas a socorrerla.

— Aline, ¿qué ocurre? — miró la taza con el ceño fruncido, porque para nada tendría que hacer semejante efecto en ella, era extraño. Tal vez su esposa estaba enferma después de todo y necesitarían investigarla más profundamente. Algo grave debía ser para que una simple infusión de fertilidad tuviera ese efecto en ella, que la rechazara de tal forma vomitándola para expulsarla de su cuerpo. La asistenta en seguida vino, llamando a una compañera. Una se encargó de limpiar el suelo, la otra a la propia Aline, así como darle agua y demás — Deberías ir a recostarte.

OFF: Perdona haya "movido" un poco a tu personaje, más bien causado el vómito, ya que era algo así como parte de la infusión y bueno, podría avanzar un poquito, si no te parece lo puedo cambiar o algo, aunque en ningún momento he puesto reacciones en ella x3

por **Aline Flourite** Sáb Ene 25, 2014 5:06 am

Contuvo el comentario irónico que tenía en la punta de la lengua cuando dijo que no era interés sino que quería saber que todo iba bien. Lo cierto es que ella realmente no entendía a ese hombre. ¿Si había dejado la empresa en sus manos no era, precisamente porque le importaba poco? Aunque, claro, suponía que, como todo hombre, necesitaba esa sensación de control sobre todo lo que ocurría en su casa.

-Si no te he dicho nada es porque aún estoy realizando algunos estudios sobre que sector convendría más teniendo en cuenta nuestro propio sector, cual costaría menos…

Su voz se fue apagando mientras su estómago comenzaba a revolverse. Respiró en profundidad, tratando de relajarse, esperando que se le pasara. Dejó la taza a un lado, preocupada de meter nada más al estómago.

Por un momento pareció que se le había pasado pero de repente le sobrevino una arcada. Se inclinó hacia adelante en su asiento y, sin poder evitarlo vomitó. Se quedó quieta un momento. Oyó el grito de Kerevan y sintió su mano en la espalda pero fue incapaz de contestar, sorprendida por la reacción que había tenido a la infusión.

Una de las doncellas la limpió mientras otra limpiaba el estropicio. Cuando Aline consiguió salir de su shock, le quitó a la chica el trapo con el que la estaba limpiando y con un gesto le indicó que ayudara a su compañera.

-Estoy bien- dijo con la voz ligeramente pastosa, llevándose involuntariamente la mano al estómago mientras se levantaba- No entiendo que ha pasado, estaba bien cuando he tomado la infusión y…

Sus palabras se apagaron. Un pensamiento peligroso atravesó su mente. No es que creyera que Kerevan hubiera tratado de envenenarla. Si hubiera querido acaban con ella podría haberlo hecho de mil maneras mucho más sutiles, pero de todas formas tampoco tenía razones para ello. Sin embargo, algo en aquella infusión había provocado una reacción muy desagradable en ella.

-Supongo que habré comido algo que me ha sentado mal- finalizó- Tal vez tengas razón y tumbarme un rato me venga bien. Acabad con eso cuanto antes, por favor. Haced que parezca que esto nunca ha sucedido.- añadió dirigiéndose a las chicas del servicio. Aunque eran sus trabajadoras, Aline siempre trataba a todo el mundo con respeto, pues entendía que hasta el más pobre tiene derecho a un poco de respeto por el trabajo que hacían para sobrevivir.

off: No me importa, mientras sea para avanzar en el rol y hacerlo más interesante :)Además es lógico que ocurra eso.

por **Kerevan D. Flourite** Sáb Ene 25, 2014 7:12 am

Aquello era muy extraño, demasiado. Aunque pudiera ser alérgica a algún tipo de componente de la infusión no debería haber provocado una reacción como aquella, y mucho menos tan pronto. Era casi como si hubiera activado algo en su cuerpo que rechazara completamente aquella medicina natural Kerevan tenía demasiadas curiosidades, demasiadas cosas que investigar.

Él no era nada atento con el servicio, les regalaba una simple indiferencia que era más de lo que, según él, podían merecer, así que solo ignoró a aquellas mujeres y se levantó para ayudar a su mujer y salir de allí, acompañándola a su habitación. No era lo más normal, aunque alguna vez pudiera darse el caso, pero el brujo dejaba que los sirvientes se encargaban de todo. En esta ocasión, sin embargo, él se metió encerrado en el cuarto de ella, tomó algo de agua de una jarra que había allí y llenó una palangana que solía usarse para el aseo matutino de la mujer y demás.

— ¿Te has encontrado mal anteriormente? — preguntó, ya que no pasaba tantas horas con ella como para saber su estado constante y tal vez había tenido mal estar en otro momento que él no estuviera al corriente. Acercó la palangana a la cama, poniéndola sobre la mesita, metiendo un paño dentro. Luego llevó las manos a la ropa de su mujer, dispuesto a abrírsela y retirársela, no para dejarla desnuda, pero sí con la ropa interior, que dada la época era bastante cubriente, incluso para su gusto cuando de su esposa se trataba — Haré venir al doctor para que te revise, no puedes enfermarte ahora.

Escurrió el trapo para poder limpiar la zona de su cuello, su barbilla, así como sus labios, mirándola con intensidad. Estaba tan acostumbrado a la traición, a menudo hecha por él mismo, que no podía evitar tener un ligero sentimiento en lo profundo, que no lograba descifrar, casi como si un sexto sentido le gritase que algo no estaba bien.

por **Aline Flourite** Sáb Ene 25, 2014 8:41 am

Permitió que Kerevan la acompañara y la desnudara sin comentarios. Si, esta tarde se estaba comportando de manera muy extraña ya que rara vez le dedicaba atenciones de esa clase. Era un cambio, puede que agradable pero sobre todo sospechoso.

-No sé- dijo tratando de recordar otros ataque similares. Lo cierto era que alguna que otra vez había tenido reacciones similares a algunas comidas condimentadas con especias pero siempre había sabido que se debía al remedio- Admito que he tenido reacciones similares a algunas veces pero las circunstancias eran distintas.

Recordaba que las veces que se había dado aquella reacción había sido al tomar productos afrodisíacos, los cuales tenían que ser expulsados por el brebaje de la gitana ya que tenía el objetivo de evitar quedar embarazada por cualquier medio. Sin embargo ese no podía ser el caso a no ser que el mismo Kerevan hubiera introducido en su infusión plantas con ese propósito.

Cuando su marido dijo de llamar al doctor posó la mano en su brazo rápidamente. No podía permitir que viniera el doctor. Llevaba tiempo evitando que un doctor pisara la casa y hasta entonces había sido capaz de pasar sin ello.

Maldijo su cuerpo traidor. Si viniera un médico dudaba que Kerevan se fuera sin más y ni siquiera le preguntara que mal aquejaba a su esposa. Claro que podía fingir que prefería tener privacidad a la hora de ser examinada y así poder contarle al médico el origen de sus males y sobornarle, pero tenía bien aprendida la lección de que no hay lugar seguro en que hacer eso dentro de tus propios muros.

-De veras estoy bien- dijo a pesar de que empezaba a sentir un ligero mareo, producto del nerviosismo que la mera posibilidad de la visita del doctor le evocaba-seguro que no es más que los nervios, tal vez algo que me halla sentado mal. No hay necesidad de llamar a un doctor por dolencias sin importancia. Y estoy segura que tienes cosas mejores que hacer que cuidarme.

Las palabras salieron precipitadamente de su boca y, por un momento, temió que se diera cuenta de que su intención era que la dejara sola hasta que se calmase lo suficiente como para encontrar una respuesta creíble al origen de su mal.

-De todas formas- dijo, tratando de distraerlo- ¿por que dices que no puedo enfermar ahora?

por **Kerevan D. Flourite** Vie Feb 28, 2014 6:43 am

El hecho de que se negara de aquella manera a ver a un doctor tampoco le gustaba. Eran una familia que podía permitirse perfectamente llamar a un médico cada vez que tuvieran cualquier mínimo síntoma de mal estar. Sin embargo, ella parecía casi preocupada por el hecho de que fuera a verla. Kerevan soltó el trapo en el agua y la dejó estar, pero no paró de mirarla, de forma completamente seria. Tenía la terrible sensación de que su mujer le estaba ocultando algo, eso no le gustaba en lo más mínimo.

— Claro que tengo mejores cosas que hacer. — aseguró, con poca sensibilidad en sus palabras — Pero tampoco me interesa que la mujer que debería darme hijos esté enfermando y no quiera ser atendida por un médico. — la miró, con el ceño ligeramente fruncido. Le parecía ridículo tener que dejar tan en claras sus intenciones, pero iba a tener que hacerlo para observar las respuestas en el rostro de su esposa — Porque ya es hora de que me des un hijo, Aline. Un hombre no busca una mujer simplemente para que le haga compañía. Mucho menos para que lleve parte de sus negocios como he hecho yo contigo, de por si tienes un trato especial que ninguna otra puede gozar en su hogar. — le recordó, con mirada seria Pero esto no será una familia completa hasta que no tengamos un hijo que pueda heredar todo esto algún día. Así que vendrá el médico, le haré venir lo antes posible, y no es algo que admita discusión. — Kerevan podía ser bastante tolerante en cuanto a su esposa se refería, le daba libertades para moverse y hacer dentro de unos límites, pero si se veía en la necesidad de recordar quién era el hombre de la casa, lo hacía y no admitía ninguna protesta — En cuanto me diga que está todo bien, comenzaré a verte más a menudo, probablemente cada noche hagamos el amor, así que espero que también pongas de tu parte y tengas la misma ilusión que yo en tener descendencia.

¿Qué tipo de mujer podía considerarse si no albergaba en su interior el deseo de traer un bebé al mundo? Seguían teniendo ese tipo de ideas sociales a fin de cuentas, si no servías para ser madre...probablemente no servías para nada. Por su parte ya la conversación había quedado concluída, así que se dispuso a marcharse para hacer llamar al médico y que revisara el estado de su esposa. Mientras él mismo, iría a averiguar por qué sus hierbas habían causado una reacción como aquella en su mujer.

Off: Disculpa la gran demora :/

por **Aline Flourite** Dom Mar 02, 2014 5:21 pm

Estuvo tentada a bufar por un momento y decirle todo lo que pensaba. La frustración acumulada durante su matrimonio amenazaba con hacerle perder el control de su carácter y estaba segura de que si se dejaba ir no saldría bien parada.

Claro que tampoco iba a quedarse callada. Si lo que quería era una ama de cría que su buscara otra. A lo mejor su madre había acertado cuando le había dicho que los hombres no servían sino para unas cuantas noches antes de que los reemplazaras por otros.

Por eso precisamente decidió decir solo parte de lo que pensaba, de lo que sabía que era cierto y lo podía enfadar. No le daba miedo enfrentarse a su ira. Se había enfrentado a su padre antes y su marido tampoco le daba miedo, a pesar de que una discusión pudiera ser contraproducente para sus planes.

-Si no estuviera yo aquí no tendrías tanto tiempo para tus muñecas y lo sabes- comentó en voz lo suficientemente baja como para que pareciera que hablaba consigo misma y sin embargo la oyera- Semejante manera de tratarme... Ni que fuera un animal de cría que solo sirve para dar niños que seguro tendrán una vida como la mía... Ademas de lo problemático que será tenerlos todo el día metiéndose el travesuras inimaginables...

Siguió hablando mientras miraba por la ventana, como si hubiera dado ya por hecho que se había marchado y ya no le prestaba atención cuando sabía que aún no había llegado a la puerta. Refunfuñó como una niña en contra de ser tratada de esa manera con la esperanza de que aquello consiguiera retenerlo un tiempo, tal vez incluso hacerle olvida su idea del medico. Si consiguiera una pelea, posiblemente estaría demasiado enfadado para pensar en nada de lo ocurrido anteriormente.

Mientras las palabras fluían rápidas, ya que no eran mentiras despues de todo, se frotaba el vientre preguntándose si habría realmente algún momento propicio para tener un hijo en aquella relación.

por Contenido patrocinado

Tardes lluviosas {Kerevan}

Tardes lluviosas {Kerevan}

Re: Tardes lluviosas {Kerevan}

Re: Tardes lluviosas {Kerevan}

Re: Tardes lluviosas {Kerevan}

Re: Tardes lluviosas {Kerevan}

Re: Tardes lluviosas {Kerevan}

Re: Tardes lluviosas {Kerevan}

Re: Tardes lluviosas {Kerevan}

Re: Tardes lluviosas {Kerevan}

Re: Tardes lluviosas {Kerevan}