una piedra en el camino [SEAN O'ROUKE]

por **Annabelle A. Gustav** Mar Ene 21, 2014 7:54 pm

Había salido de casa desde muy temprano, mi sombrero cubría mi rostro del sol y de los murmurios de la gente, aun así mis rizos dorados no podían ocultarse y colgaban por los encajes de mi vestido, mi piel blanca como la porcelana producto de continuar con la rutina de estar encerrada sola en casa, mantener la frente en alto y la postura erguida digna de una dama, con mis 19 años de edad y aun no estaba comprometida, el destino de mi vida era ser la soltera de la villa, lo cual no me importaba mucho.

No era de sorprender que estuviera sin compromiso, pues ningún hombre se acercaría a la muñeca maldita, el pueblo dice que eh matado a mi familia por quedarme con su dinero, eh hecho pacto con el diablo y bebo la sangre de los conejos, a veces pienso que podrían ser buenos escritores de libros para contárselos a los niños antes de dormir, de tanto pensar no había notado el carruaje acercarse por mi derecha a velocidad moderada pero con mi falta de atención estar en su camino no había sido una opción a hacer esta mañana. El relinche de los caballos al frenar repentinamente y mi asombro hizo que mis libros cayeran al suelo levantando una capa fina de polvo, mi sombrilla cayo al otro lado alejándose de mí por la brisa, mis manos que cubrían mi rostro ignoraban por completo los regaños del chófer.

El sentido del oído lo había perdido, por estar captando el elegante carruaje que casi me arrollaba, sacudí mi cabeza levemente y me acerque a mis libros para levantarlos sin decir ninguna palabra, levante la mirada y con mis ojos azules y un rostro de vergüenza hice una reverencia ante el Chofer: - Disculpe, eh tropezado con su vía y ahora lo retraso aun mas- quien podría ir en el carruaje, intente dirigí mi mirada hacia la ventana pero solo una cortina de encaje, ¿mujer? ¿Hombre? Y si era alguien importante ¿mi cabeza estaría en juego?

por **Sean O'Rouke** Miér Ene 22, 2014 10:41 pm

Como de costumbre Sean había despertado muy temprano con los ojos aun pegados por el sueño aun latente en ellos. Apenas eran las cinco de la mañana cuando sus pies tantearon en las afueras de las sabanas el calzado que allí aguardaba pacientemente la llegada del nuevo día.
Dió unas vueltas mas en la cama lo que consiguió retrasarlo un poco en el despertar, pero lo compensó cambiándose rápidamente con unos pantalones cortos y una camisa limpia que descansaba en lo alto del pilón de ropa limpia.

Un golpe seco golpeó la frágil puerta de su pieza.
-Arriba Sean!- se oyó del otro lado. Era Pierre, su patrón. No era de las personas mas bondadosas del mundo pero al menos le había dado casa, comida y hace algunos años educación al joven escoses.
Realmente no podía quejarse de lo que tenía. Podía estar mejor, eso nadie lo negaba, pero realmente las cosas prefería tomarlas con calma y disfrutar mas de la vida, como la noche anterior que se había quedado junto al puerto con un grupo de marineros mercantes bebiendo hidromiel y fumando tabaco en compañía de leyendas y mitos que rondaban en las afueras del continente en torno a París. La ciudad de las promesas, la ciudad próspera. Sean tenía debilidad por estas historias que se tejían en torno a la ciudad de la cual se sabia parte pero de la cual no se sentía lugareño.

Estuvo trabajando toda la mañana y comienzos de la tarde hasta que llegó la hora de la comida.
Almorzaron pescado como de costumbre y apenas terminó su plato, las botas del patrón no se demoraron en aparecer cercanas a la mesa.
-Sean, te toca, ve por mis hijos. Están en el Louvre - luego de observarlo de arriba a abajo con sus pantorrillas descubiertas y zapatos manchados de lodo y la camisa desvencijada por el trajín agregó -En mi habitación encontrarás ropa acorde, toma lo que necesites y luego déjalo en el lavadero-

-Si señor - se limitó a contestar, elevando apenas la vista y asintiendo con la cabeza. Bebió un poco de agua y se dirigió al pasillo interno donde encontró el fuentón donde se higienizó un poco y acicaló, luego pasó directamente a la habitación donde tomó algo de ropa que le quedaba algo grande y partió hacia donde estaba el carruaje esperando.
No tenia idea donde quedaba el Louvre, pero le gustaba recorrer el centro, aunque solo sean unos pocos minutos mientras esperaba a los niños.

El carruaje aminoró el traqueteo sobre los adoquines y Sean bajó para esperar frente al carro a los niños que no tardaron en llegar con cara de aburridos, los museos no eran de su agrado pero la institutriz lo había requerido así. Subieron con alegría al saberse fuera del lugar y mientras compartían algunas palabras, de sopetón el carro frenó casi golpeando la cabeza de la niña contra la pared del mismo, de inmediato asomó por la ventanilla y encontró al cochero algo ofuscado elevando los brazos. Temiendo que algún accidente pudiera haber ocurrido se apuró a bajar del coche y se topó con la mirada de una bella dama de rasgos gráciles, muy sencilla y avergonzada por el momento. Había un desparramo de libros frente a ella y su sombrilla a unos metros de distancia.

-Mademoiselle - dijo mientras se acercaba -¿Se encuentra bien?- dejando de lado las quejas del cochero. Luego mientras esperaba la respuesta la ayudó a recoger los libros restantes sin perder tiempo.

por **Annabelle A. Gustav** Vie Ene 24, 2014 7:48 pm

Mi ojos solo lograron escuchar como se abría la puerta del otro lado del carruaje, un nudo en la garganta atemorizando el problema que se me acercaba, cada paso con su bota de cuero sobre las apedreadas calles, era un paso hacia mi destino, ya podía sentir la soga vieja, desgastada pero aun así fuerte rodeando mi cuello y preparándome para columpiarme, sujete mi cuello con mi mano derecha, y baje mi mirada cerrando mis ojos, hasta sentir que los pasos se detenían frente a mi libro de alquimia, a su lado se encontraba el libro de plantas medicinales, pensara que soy una bruja, o no ahora estaré prendida en fuego como castigo en atravesar mi débil cuerpo, sentía que mi tensión se elevaba, el corset me apretaba mas y mas, y mis pulmones parecían dos pequeñas habichuelas, el aire no entraba no salia simplemente estaba palidecida, escuche una palabra, dirigida hacia mi, ¿era para mi? "Mademoiselle" era la primera persona que me hablaba en muchos años.

Era como si un ataque de asma se sanara repentinamente, mi respiración y todo volvía la calma pero mis palabras siguen enredadas en aquel nudo en mi garganta, acentúe con la cabeza levemente, respondiendo a su pregunta, aunque realmente no estuviera bien, tome el libro con la mano libre, la derecha en este caso, y me incline ante su presencia:- monsieur, lamento mucho causarle tantas molestias. lo bueno es que no sabia mi nombre, pero no era difícil de averiguar, mi sangre aun estaba marcada con la maldición, o así le decía yo a esta mala suerte que rondaba entre mi vida como una tierna sonada, un baile que no entendia porque no terminaba.

Tome mis libros fuertemente con mis dos manos y solo podía ver al joven caballero, tenia mucho que no veía alguien tan cerca y de frente que era curioso, su rasgo físico no era de aqui, la forma de como sus ojos se marcaban tan extrañamente, hasta que reaccione que tenia mucho ya observándolo y era de mala educación hacerlo, mas si acabas de atravesarte en su camino.

por **Sean O'Rouke** Mar Ene 28, 2014 11:59 am

Haciendo caso omiso a cualquier cosa que dijera el cochero, le indicó que se marchara, qué emprendería la vuelta caminando y que custodie a los niños.
Después de algunas palabras por lo bajo que no se llegaron a escuchar se fue, no sin antes mirar mal a la chica a su lado mientras pasaba.

Tenía la sombrilla de la dama aun en su poder cuando retiró del bolsillo trasero una bolsa de arpillera donde solía llevar alguna que otra pertenencia, que eran unas pocas en el caso. Metió allí dentro algunos de los libros, mientras leía sus títulos.

-Plantas medicinales ... Alquimia ... wow, debe de ser usted una estudiosa muy ferviente Mademoiselle. Estos libros deben de valer una fortuna, busquemos algo con que secarles, el papanatas del chofér aun no sabe conducir muy bien, no le haga caso a la sarta de pavadas que le dijo. No se ponga mal.- agregó a lo último mientras la dama lo miraba con atención y en respuesta a las disculpas ofrecidas por esta le indicó -No es molestia Mademoiselle, es un honor para mi ser eficiente al menos en algo cuando paseo aquí por la ciudad, ademas le agradezco lo de Monsieur, no muchos me llaman así por aquí.- indicó con una sonrisa mientras recordaba que llevaba puesta la ropa de su patrón y que obviamente había dado una impresión distinta.

Se ruborizó un poco al notar que ella lo estaba mirando directamente, era una dama muy bella, obviamente no tenia oportunidades, pero la mirada angelical de esta era cautivante, era mucho mas joven que él y por los libros se notaba que era una persona culta. Su vestido estaba algo manchado pero seguramente habría sido a causa del incidente.

por **Annabelle A. Gustav** Mar Ene 28, 2014 5:57 pm

Sentía un ligero cosquilleo como subía por mi estomago, era como la danza de las mariposas, un calor repentino se poso sobre mis mejillas cual fiebre de niño, de seguro me estaba enfermando, baje un poco la mirada para que mi sombrero ocultara mi enfermedad, no quisiera que pensara que fuera contagiosa, retrocedí un paso pero para mi suerte un caballo paso justo unos centímetros de mi espalda y por reacción y un gran reflejo pude evitar un golpe pero choque nuevamente con el pecho del Señor, que vergüenza, tantos años de enseñanza se habían ido con el polvo, me incline como símbolo de disculpas mis dorados cabellos colgaban hacia el suelo, era mi mala suerte de nuevo si el señor permanecía mas a mi lado ocurrirían cosas malas, me puse firme y trate de no verlo a los ojos o vería mi extraña enfermedad: - No es el valor de la moneda lo que me importan de los libros, son sus escritos, mis abuelos me han dejado una habitación con 245 libros pero eh logrado obtener 345 -quede en silencio un momento pues era la conversación mas larga que había tenido con alguien, ademas hablaba de mas, que pensaría.

Luego vi que aun estábamos en medio de la calle, era todo un caballero por haberme ayudado a recoger los libros y mi sombrilla, todos los libros juntos formaban un gran peso pues estaban forrados de cuero y escritos sobre papel de hilo, pero estaba acostumbrada a cargarlos:- estoy agradecida por su ayuda, no se como mostrar mi gratitud y mi disculpas por todo los problemas que te causado en tan corto tiempo- mi vestido quedo algo manchado de lodo pero realmente no me importaba mucho, nadie se acercaba tanto a mi desde hace 4 años, sin embargo podía observar que la ropa le quedaba algo extraña, era la moda de los extranjeros, aun así nunca podría entender a la clase alta, quería preguntarle pero seria muya atrevida de mi parte, el decirle de donde provenía, me quedaría en el misterio.

por **Sean O'Rouke** Vie Ene 31, 2014 10:56 pm

La timidez que demostraba la joven no podía dejar de cautivarlo al punto de darle un poco de gracia complicada de disimular, decidió que seria una de las niñas sobreprotegidas de alguna familia liderada por algún anciano hombre con dinero que no dejaría ni loco que otro hombre desconocido se acercara a su pequeña niña, de la cual solo quedaban los rasgos de su rostro aniñado. Era de lo mas lógico, en caso de ser padre y tener una hija posiblemente la tendría en la casa sin posibilidades de salir a menos que sea con algún hombre con el cual luego se desposaría. Posiblemente para ahorrarse este tipo de represión no estaba casado aun. O era porque no podía conseguir que alguna mujer los soportara con sus vicios?...

Volvió a la realidad al ver a la dama cargar con los libros y nuevamente su sentido moral raramente ausente lo obligó a tomarle los libros de la mano - No puedo dejar que los cargue Mademoiselle, para cuando sea mayor tendrá la espalda encorvada, es usted muy estilizada para perder su postura- dijo a modo de única opción mientras tomaba los pesados tomos de sus brazos -Usted me dice por donde acompañarla- agregó ya con los libros en su mano sintiendo el olor que desprenden las hojas con el tiempo, era un olor agradable que recordaba poco ya, en el muelle no había lugar para libros si apenas lo había para colocar la ropa limpia sobre la cómoda.

-En mi tierra solía tener muchos libros apilados en bibliotecas, hoy solo los añoro- comentó como si recordara esos bellos momentos que pasaba horas en la biblioteca mirando los libros que su padre traía en cada viaje los cuales había dispuesto en una biblioteca que armó el mismo con unos tablones de madera. Era un recreo poder leer diversos cuentos de aventuras, la mayoría de escritores anónimos, con sus vivencias en las diversas tierras lejanas. Posiblemente esto marcó sus bases para emprender el viaje hacia París, la tierra de las oportunidades.

-Estaba dando un paseo por el centro Madmoiselle, tengo tiempo, si desea que la acompañe, no tengo el menor problema de cargar sus libros- le indicó al darse cuenta que posiblemente ella estaba dando un agradable paseo hasta el incidente. -Mi nombre es Sean, encantado- dijo al ver su mirada y extendió su mano libre con tranquilidad.

por **Annabelle A. Gustav** Dom Feb 02, 2014 5:40 pm

Quisiera no actuar tan extraña, pero cuando llevas mucho tiempo encerrada en una jaula, experimentar al aire libre no era muy divertido, recordé en mi niñez aquella temporada en que las hojas de los arboles caían, no podía correr sobre ellas porque practicaba mis lecciones de postura, sin embargo una ardilla corría por las hojas y tenia que verla, como cualquier impulso de niño pero antes de atraparla tropecé y raspe una de mis rodillas, por suerte un joven ayudo a levantarme y de igual forma me había quedado observándole sin decir ni media palabra, yo era una niña pequeña tendría 8 años y el como 17, con su guante de cuero negro retiro uno de mis mechones de la cara pero no pude ni decirle las gracias, eso había pasado con este extraño señor, toda mi vida había sido educada para ser perfecta pero mucha teorías y pocas practicas con la realidad.

El raspón en la rodilla sano, pero no olvidaría que me dio temor hablarle, si en el mercado me verían con èl ya los aldeanos comenzarían un nuevo rumor, aunque este accidente ya habría llegado a la corte real, no me importaba lo que podrían hablar o no de mi, pero de èl podrían hablar mal y eso no querría: - Lo siento pero si te ven conmigo podría ser un error, puede escucharse de muy mal gusto para su agrado pero tengo una maldición- Lo espantaría con mis palabras era un misterio pero no podía arriesgar a que alguien tan amable entrara a este laberinto, si salia corriendo lo entendería, no me importo mucho su despues pues ya podría escuchar su despedida y los pasos mientras se alejaba, en mi mente se maquinaba la escena perfecta de alejarse.

Baje la mirada y extendí mis brazos para recibir los libros y que el se marchara, pero en realidad yo no quería eso, yo quería hablar un poco mas, pero si desaparecía como mi familia, el pasado era una cruz muy pesada para cargar, y los libros no serian los culpables de encorvar mi espalda si no mi pasado, se escuchaba el ruido de las carretas pasar, y el hermoso sonido de como el viento baila entre las ramas de los arboles, había cometido un error al brindarle mis agradecimientos pero seria mas descortés no decirle mi nombre: -Annabelle, Annabelle Gustav - "La ultima generación" pensaba mientras me daba cuenta que no tenia mas familia en el mundo, en esta vida no al menos.

por **Sean O'Rouke** Lun Feb 03, 2014 12:45 am

Las cejas de Sean se arrugaron un poco en el entrecejo, al venir de Escocia había notado algo extraña a la gente de París, por la diferencia cultural, aquí todos se trataban de Madame, Monsieur y eso para alguien acostumbrado a otros formalismos era algo gracioso de escuchar al menos.
Hacia tres meses que estaba en el lugar y ya estaba subsanado el tema, pero no se le cruzó por la cabeza la posibilidad de que al ser amable también se lo rechazara como cuando invitaba a alguien a salir a tomar un café. Esto no solo lo sorprendió, no se rió solamente por una cuestión de respeto, no quería ser irrespetuoso con la dama que pareció seria al decir lo de la maldición.
Creía en mala y buena suerte pero no era algo que se lo tomara con mucha seriedad, la observó por unos instantes esperando que ella se riera primero, pero no lo hizo.

Una leve carcajada se escapó y tomando uno de sus brazos extendidos aferró una de sus manos y besó el dorso de la misma observándola - Es un placer Mademoiselle Annabelle, espero que no me lo tome a mal, soy una persona de lo mas supersticiosa, créamelo, pero imagino que no caeré en ninguna maldición por acompañarla con unos libros. Y de ser por los idiotas del mercado, poco me importa lo que digan, suelen molestarme cuando hago compras y cobrarme demás solo por mi forma de hablar, pensando que no sé los precios establecidos por el mercado- le comentó mientras recordaba el infortunio con uno de los empleados del mercado hace apenas unos días cuando terminaron separados por la policía mientras se injuriaban por los precios que el vendedor quería cobrarle y por el pago que Sean no quería hacer.
-Aunque si la avergüenzo... no tendré problemas en caminar detrás suyo, ya lo hice en ocasiones. Hacerme pasar por sirviente, ya sabe... - le explicó con total sinceridad, su idea no era molestarla ni que la miraran mal por caminar al lado de un pescador. Tenia que ubicarse que no estaba a la altura de ella y eso no le molestaba.

Hizo un gesto para que continuaran caminando - Me hago cargo de lo que recaiga en mi- dijo mientras avanzaba con los libros en la mano, la chica parecía algo acongojada y temió que algo malo pasaba.
-Cuénteme Mademoiselle, a que viene todo esto de la maldición?- consultó ya que desconocía si la dama lo decía solo por decir o porque era algo real.

por **Annabelle A. Gustav** Lun Feb 03, 2014 8:36 pm

Él había ignorado por completo mis palabras, era la primera vez que alguien insistía en permanecer tan cerca, era simplemente la primera vez, cuando sucedía un accidente solían ser duros conmigo y culparme de lo sucedido sin embargo este accidente tenia una recompensa, tal vez porque era un extranjero y no sabia las cosas que podía decir o no la gente, sobre brujería y otros seres, aunque yo no creía en ellos pues los libros no informaban tales hechos irreales. Todo esos rumores eran personas que manejaban muy bien la alquimia y solo sacaban dinero a los inocentes.

Olvidaba que mis brazos estaban extendidos para tomar los libros su acto fue el que menos pensaba, tomo uno de mis brazos posando un beso cálido sobre mi mano, pude sentirlo como si atravesara mi guante, así quedo sosteniendo mi mano por unos leves segundos pero yo sentía una eternidad entre la piel tela y piel, se separo de mi para caminar alejado de mi presencia pero sin devolverme mis libros, apresure el paso y me puse a su lado, no era que su presencia me avergonzara pero me preocupaba su reputación.

¿En realidad no sabia nada de la maldición? hacia mucho que era cuestión de tiempo para que todos dejaran de pensar en ello, o tal vez no lo sabia porque no era de aqui, no tuve mas que contarle un resumen de mi historia, no me gustaba hablar mucho de ella porque yo, yo no era la protagonista ni la princesa: -Mi familia, no era muy importante pero procuraban que su apellido no fuera manchado, para ello nací yo para ser criada para ser la dama perfecta, nunca se me permitió ver con cara baja ni salir de casa- un leve suspiro salio de mi corset o mis pulmones bien dicho:- hace cuatro años salimos a caminar me distraje y rompiendo las normas me aleje solo por ver un destello extraño, pero de hay no recuerdo mucho mas- quede en silencio un leve momento segundos mientras seguía caminando: - era de noche cuando pude regresar a casa y mi familia nunca apareció, la gente del pueblo dice que los mate para ser joven por siempre, y que tengo una maldición, cosas como esa.. cosas de esas alejan a la gente...- me detuve y me quede en silencio mientras mis ojos parecían estar viendo un punto fijo.

por **Sean O'Rouke** Lun Feb 03, 2014 10:03 pm

Sean no dejó de caminar con paso lento mientras la escuchaba, aminoró un poco la marcha cuando noto que ella estaba a su lado caminando y se alegró al notar que no quería que caminara detrás de ella como su sirviente. El "que dirán de ella" no era el problema, la persona de Sean tampoco, lo que llamó mas su atención y comezó a escuchar sus explicaciones que de debatían en salir. Posiblemente no sea de lo que ella quería hablar, pero le llamó verdaderamente la atención la forma en la que mencionó la maldición, como si realmente ella se creyera propietaria de ello. Él no notaba maldad en ella, obviamente sabia de cosas extrañas de París, criaturas macabras que paseaban de noche mezclándose entre los humanos pero no se había topado con ninguna en todas sus noches de libre albedrío.

Puso atención en la explicación y luego de un breve silencio mientras ella pareció perderse en los recuerdos de la historia apunto -Tu familia era muy exigente...creo- se encerró en sus pensamientos comparándola con su propia familia, tenia hermanas menores y sus padres eran bastante molestos con el tema de la educación pero nunca a tal extremo. Obviamente eran familias distintas, Annabelle tenia un apellido conocido en el lugar y una reputación que mantener. Pero lo veía demasiado rebuscado. Luego se dio cuenta que a pesar de ello ella debería tener sentimientos porque para mal o bien eran su familia.

-Discúlpame, seguramente no debe ser grato perder a tu familia y sentirte culpable por no saber que es lo que pasó... pero no veo que tenga que ver eso con una maldición en ti. He escuchado de posesiones demoníacas, pero no te veo como las personas poseídas, con reticencia a la luz, problemas de salud y repentinos ataques de ira. Creo que la gente se afana en contar historias solo para que la vida de los demás parezca mas divertida o sacada de una de esas novelas de terror de Radcliffe o Walpole. A la gente le gusta contar cosas Annabelle, pero no te encasilles en lo que te dicen, tienes mucha vida por delante como para cargarte de rencor por los demás de esta forma. Solo terminaras por explotar y volverte el juguete maldito de la sociedad- se quedó pensando sin dejar el lento caminar.

-¿Seria atrevido de mi parte invitarla a tomar algo al café? Ya me siento mal por haberle sacado a luz este tema. O bien si quiere podemos hacer algo mas divertido... ¿una visita por el circo gitano? - dijo mirándola con una mirada tentadora, no había sido su intención hacerla sentir mal, quería conocer mas detalles pero no podría dejarla en la casa, con sus libros sabiendo que por dentro su mente se disputaría en recuerdos. Cuando a él le pasaban estas cosas siempre espero que alguien pudiera ayudarlo a sacárselas de la cabeza. Sus recuerdos no eran tan turbadores como los de ella pero estaban en su medida instalados en su cabeza como un cáncer latente, a la espera.

por **Annabelle A. Gustav** Mar Feb 04, 2014 1:10 pm

Por unos minutos su mente se había convertido en un museo de recuerdos,pasillos llenos de retratos de heridas que marcaban su vida como fuertes latigazos sobre la espalda de un esclavo, cayo en la realidad cuando escucho el comentario referente a su familia, mi familia no era exigente, era mucho mas que ello si significaba tener la perfección, tal vez el pensaría que había un lazo muy fuerte entre mis padres y yo, pero el no se imaginaba lo que realmente había sucedido en mi vida, tal vez podría compararme con un canario, si se me pedía cantar debía hacerlo y si me ordenaban callar de igual manera obedecer "calla y obedece" era una frase muy repetida por mi abuela.

Me agradaba la caminata al igual que la compañía no había sentido esa calidez desde hace mucho tiempo, sin lastimarme mucho sus palabras respondí con voz calmada como si hablara de cualquier cosa:- no debes preocuparte nunca llore por la perdida de toda mi familia, tal vez me escuche cruel pero su desaparición fue mas una bendición que una maldición, tal vez eso es lo que la gente le sorprende que nunca llore por ellos- al escuchar sus posesiones demoníacas y demás reacciones paranormales que se rumoreaban por todos los rincones de Inglaterra, era simplemente eso rumores no habían pruebas de ello: - no quisiera contradecirte pero no puedo creer en algo que no presente pruebas de su existencia- me detuve frente a un árbol y continué conversando mientras los rayos del sol se intentaban colar entre las ramas: -mientras no lo vea o lo comprueben los libros solo serán especulaciones, mentiras o rumores para encubrir actos de vandalismo y violencia- con un tono de voz decidido firme en mis propios argumentos sin dejarme vencer por esas mentiras tales como las que rodaban de mi.

sin decir mas caminando con la frente en alto, retome el caminar acentuando con la cabeza a su invitación: - no me gusta el amargo sabor del café, pero con gusto podemos tomar algo de té- No sabia mucho de lugares ni quería aventurarme con alguien que aunque hubiera pasado largos minutos seguía siendo un extraño, pero no tan extraño, era difícil de responder a ese termino en estos momentos, pero podemos decir que era un Señor extraño, era educado y atrevido decirlo. Una dama no podría ir al circo gitano, pero yo ¿era una dama? o ¿que era? al fin de cuentas ni yo sabia que ya era lo que era y que era mi propósito.

por **Sean O'Rouke** Mar Feb 04, 2014 10:08 pm

La caminata continuaba lenta y con tranquilidad, afortunadamente nada lo apuraba y parecía que a ella tampoco.

Lo tomó desprevenido la respuesta referente a su mirada científica de los hechos. Pocas personas de las que conocía pensaban en las posesiones como algo imposible, pero podía llegar a entender porqué ella lo hacia. Había pasado por un momento extraño en su vida, algo que no le pasa a la mayoría. Tenia ganas de preguntarle qué era lo que ella pensaba que había podido ser ese acto de desaparición, esa luz que la llevó lejos y luego la dejó inconsciente. Igualmente sonaba que tenia un Dios de su lado pasando por las situaciones que habría pasado era como había calificado una bendición la ausencia de sus "dictadores".

-Será té entonces- dijo con una sonrisa cruzando su rostro. Después de conocer un poco mas de su historia había sido picado por el misterio que la envolvía. La curiosidad era un insecto implacable en la mayor parte de las oportunidades cuando se presentaba. -Me intriga saber que habrá sido ese destello que menciono - dijo dejando en el aire formulada una cuasi-pregunta implícita.

El viento era leve pero no podía mas que pronosticar una caída importante de la temperatura por la noche. Este despeinó un poco mas a Sean alborotando sus cabellos como normalmente se veían a menudo. Lo mismo hizo con unos mechones de cabellos del frente de Annabelle, él con mucha delicadeza decidio apartárselos de la cara el mismo. Vio a lo lejos unos toldos muy bellos de color blanco y rojo, de frente se veía el típico vidrio recuadrado con cintas doradas y letras en el mismo tono anunciando el nombre de la cafetería, unas mesitas afuera de madera con unos manteles en composé.

-Allí esta la zona de cafés, ¿frecuentas alguno?- dijo señalando con la cabeza al frente y avanzando con paso decidido. Le gustaba que ella hubiese accedido a su ofrecimiento. No se lo había dicho, ya tendría posibilidad luego, antes quería apoyar los libros en algún asiento y se preguntaba como podía ella cargar con semejante peso. Se la notaba menuda para la tarea.

por **Annabelle A. Gustav** Miér Feb 05, 2014 8:24 am

El viento corría con una temperatura fría, creo que era un aviso de que esta noche debía dormir con mas mantas de lo normal, el vivir sola en una enorme casa, bueno me quedaba grande y vacía, pero era eso el no poder cargar la pesada leña para la chimenea, lo menos que podía hacer era cargar pequeñas ramas que caían del árbol de nuestro jardín, bueno de mi jardín, y hacer encender un fuego tibia, pero era lo mas que podía hacer, solo que hoy no habría chimenea pues viendo se me haría algo tarde para regresar a casa; como resultado de la fuerte brisa algunos de mis dorados cabellos se cruzo entre mis ojos pero no había sido la única mi acompañante también siendo victima al igual de muchas damas que perdieron sus sombrillas y los caballeros sosteniendo sus sombreros. Recordé que no debía perder la conversación no quería que pensara que era distraída: -Un rayo de sol que se filtra entre los árboles, formando estos destellos que dan un ambiente especial al entorno, eso fue dure varios meses deduciendo, dicen que se ven como el brillo del cristal- ¿sería cierto? pero mientras yo encontrara la respuesta lógica a todas las dudas irreales no había quien me detenga.

Mi sorpresa fue sentir su tibia aura cerca mi rostro puesto nunca hubo el contacto de su piel junto la mía pero retiro cortésmente mi cabello, una especia de corriente y cosquilleo subió por mi espalda y mi piel se erizo, seguramente había sido por ese viento helado que cambio tan de pronto mi temperatura corporal. Pude ver la Cafeteria, las telas se movían lentamente luego de la ventisca y pocas parejas se encontraban conversando y mordiendo pastelillos, negué con la cabeza ante su pregunta, era la primera vez que iba a un lugar así, al acercarnos todo resultaba mas acogedor ignorando los murmureos de dos damas sentadas junto a la esquina, detrás de sus abanicos no podían ocultar su grosería.

por **Sean O'Rouke** Miér Feb 05, 2014 9:01 pm

Habíamos llegado a la zona de los cafés, y estaba un poco cansado por la caminata con el peso que le generaban los libros, el sol estaba en lo alto a pesar del clima complicado y lentamente comenzaba a asomar por debajo del techo. Tomar algo no vendría mal, mas estando en compañía de gente que poco conocía pero que tenían algo bueno para contar como esta historia de vida intrigante.
Hizo caso omiso a los comentarios de dos mujeres con años ancestrales y sus comentarios entre los que logro descifrar "Ella" y una mirada temor sobre la dama a su lado.

Depositó los libros sobre la mesa y de inmediato se puso tras la silla en la que Annabelle se sentaría y la corrió para que se sentara y luego la aproximó a la mesa. La sonrisa que ella le regaló le agradó mucho, tenia unos bellos rasgos que la hacían parecer muy pequeña... quizá lo fuera.
Se sentó en el asiento opuesto justo frente a ella y colocó la tanda de libracos en otra de las sillas a su lado. El mozo aun no venia, acomodándose un poco los cabellos se sintió muy a gusto en el lugar.

-Imaginé mal que usted solía venia a menudo a estos lugares - dijo mientras extendía su mano señalando el café. Luego metió la mano en uno de sus bolsillos y extrajo un pequeño paquete donde solía guardar sus cigarrillos y sus fósforos. Quitó uno y de inmediato se lo colocó en la boca.
-Desea uno?- le ofreció sabiendo que posiblemente la respuesta de ella fuera que no y se quedó observando la forma en la que la gente deambulaba por la ciudad. Acostumbraba tomarse algunos minutos para hacerlo cuando estaba en el centro de la ciudad.

-Asi que un rayo de luz solar- se quedó pensativo retomando la conversación que venían manteniendo en el camino -Si, es probable que asi sea... - concluyó llevándose nuevamente el cigarrillo a su boca -Lo mas extraño en tal caso sería su desmayo y perdida de conocimiento, ¿le comentaron cuanto tiempo permaneció inconsciente?-

El mozo no demoró en llegar y ofrecerles una carta para hacer sus pedidos.

por **Annabelle A. Gustav** Jue Feb 06, 2014 7:54 pm

Quería pensar que lo que me estaba sucediendo no era mas que un sueño, un acto de mi imaginación y en realidad me encontraba siendo castigada por ser una piedra molesta del camino, pero estaba ya muy grande y ya no era la pequeña niña de 7 años que creía en dragones aterradores, los libros de cuentos no eran buenas personas, y era real, era de verdad lo que pasaba, el Señor estaba realmente a mi lado, no tardo nada en abrirme la silla yo me senté sin dominar por completo la pequeña sonrisa que salia de mi rostro, era de agradecimiento y de felicidad,¡ ¿acaso era eso? lo seguí con la mirada hasta su lugar, saco un cigarro de su bolsillo, recordé que mi abuelo se sentaba junto al ventanal a fumar su pipa me parecía molesto el aroma pero debía soportarlo.

Toleraba muchas cosas que odiaba, el grito de la gente, el aroma a tabaco, el sorbo del té, lamerse los dedos al pasar de pagina, sabia perfectamente ya como tolerarlos así que negué con la cabeza a su invitación a tomar un cigarro realmente no lo deseaba sentir el aroma del tabaco cerca de mis labios, mi actitud era de mas escuchar y menos de poco hablar me gustaba hacerlo así sabia que debía responder: -Quisiera admitir que voy a cientos de invitaciones a tomar el té, pensara usted que vivo en cuatro pareces, pues estaría en lo correcto- Dije con voz calmada, mas casi un susurro con una disculpa incluida, quisiera saber que pasaba por su mente y que observaban sus ojos pero girarme seria descortés, simplemente me quedaría con la curiosidad, realmente para ser un señor de alta sociedad parecía mas a los jóvenes que veo en el mercado, sencillos y libres como las aves.

Nunca había tenido la oportunidad de alguien que tuviera tanto interés en lo que sucedió hace cuatro años, pues la gente del pueblo había optado por ignorarme y maldecirme que realmente era la primera vez que sucedía, respondí ante su duda:- nunca había corrido y el corset me apretó lo suficiente como para quedarme sin aliento y desmayarme ¿no cree usted?-.

Tome la carta y la leí detenidamente, nunca había venido así que no sabia el sabor de las cosas, postres, té, cervezas, vinos y cócteles, muchas cosas que pedir, pero mi debilidad era el té y los pasteles dulces y frescos, no tarde mucho en pedir un té de camomila y tilo además de un pastel de fresas que al leerlo simplemente sentía un poco de agua en la boca, ya quería sentir su dulce sabor, remoje mis labios pero al darme cuenta me cubrí con la mano luego entregue la carta esperando impaciente.

por **Sean O'Rouke** Jue Feb 13, 2014 6:11 am

Dio una bocanada a su cigarrillo casi como si dependiese de él para vivir y respirar. Raramente no fumaba, siempre y cuando no trabajaba, al ser pescador y manejarse con comida en la mano no tenía la posibilidad de hacerlo, conocía bien los límites de su vicio, no tanto el de los otros. Volvió a meter la caja de cigarros en el bolsillo de la chaqueta mientras Annabelle observaba la mesa, sin ningún interés de seguro, sumergiéndose en esa clase de pensamientos, conocía esas miradas porque normalmente creía verse asi cuando tenía añoranzas que a veces sucedían a menudo, recuerdos que vienen a la mente, seducen con su alegría y dejan un terrible sabor amargo al comprobar que no es posible volver a vivirlos. Pero como todo tiene su fin, siempre llegaba la esperanza al rescate, tirando un salvavidas y pensando que posiblemente nuevas aventuras se presentarían en el futuro. Ese pensamiento solía cambiarlo todo, al menos para él, pero el caso de ella posiblemente fuera un poco mas complicado.

Nuevamente el sentido moral presente y allí estaban los dos en el café esperando que tomaran sus pedidos…las costumbres son las costumbres, sus padres le enseñaron a ser un hombre franco, un hombre de bien y principalmente solidario por mas que el dinero no alcanzaba se lo educó bajo las condiciones de brindar siempre lo que tenía a su alcance. Todo volvía tarde o temprano.

-¿Entre cuatro paredes?¿De en serio?- se quedó pensativo – Me suena algo aburrido estando solo, cuando eso me pasa al menos salgo a dar un paseo por la plaza o a recorrer las calles en busca de la nada misma, mirando a la gente e imaginándome historias para cada uno de ellos- se sonrió mientras el cálido rostro de ella se mantenía frente a él.
Estuvo a punto de responder a la teoría del corset, porque era algo que le parecía real, nunca había usado un corset pero las damas se veían muy apretadas en ellos, algunas casi parecían material de embutido intentando que le entrara una talla menos y sacar a relucir unas inexistentes curvas. Pero Annabelle no parecía de ellas, mas bien se la notaba menuda.

Tomó la carta antes que el camarero llegara, no tenía idea de que podía esperarle en ella. Seguramente habría café, algunas facturas quizá, algo para acompañamiento y muchas cosas dulces, bebidas frias también, pero apetecía mas un café. Leyó unos breves instantes y se decidió por un café y un tostado. Se encontró con algo de hambre al leer la carta.

-Podríamos ir al campo algún día, a la playa y comer allí, le agradará, son bellos lugares y encontrará lo agradable que es sentir el viento al correr- comentó mas tarde después de dejar la cartilla a un costado. Se había sentido rechazado varias veces pero pocas al nivel del castigo que le había tocado a ella, parecía que la gente se obstinaba en hacerla pasar mal, o serian solo maquinaciones de su cabeza, se preguntó mientras el mozo pasaba tras de su silla con una pañoleta en el brazo y lapicera y anotador en mano.

por **Annabelle A. Gustav** Dom Mar 02, 2014 7:23 pm

Quisiera poder responder a todas sus invitaciones,pero apenas podría decirse que apenas lo estaba conociendo, aun así su mirada me daba un voto de confianza, el mozo observo mis manos cuando ocultaba mi sonrisa detrás de ella, hizo una mueca de mal gusto lo que me hizo ver mis manos, observe mis guantes estaban llenos de lodo frió por el accidente del carruaje, era una tela muy blanca pero se veían totalmente sucios, que vergüenza, creo que sentía como la sangre subía hasta mi cabeza tornando de un rojo mis mejillas y la punta de mi nariz.

Retire mis guantes dejando al desnudo mis pálidas manos las cuales no tardaron en sentir la textura del fino encaje que colgaba de forma decorativa mi sombrero y el cual retiraba delicadamente al verlo, coloque los guantes sobre los libros porque sobre la mesa seria de mal gusto, su voz me prometia un mundo nuevo por descubrir, pero yo no era tan valiente y arriesgada, aun así :- me encantaria- había pensado en voz alta, mis ultimas palabras eran en voz alta, y ahora èl había escuchado: - lo siento, yo, no suelo recibir este tipo de invitaciones, pero, no conozco mas allá de lo que puedo llegar a pie y eso no es muy lejos- el reuido del mar, el aroma a bosque, e mecer de un barco eran cosas que aun no habia experimentado pero que si habia leido, no tardo mucho en llegar nuestra orden, el joven sirvió mi té y el café de forma eficiente, y coloco nuestros bocadillos, staba tan emocionada que ignore todo por completo y tome el tenedor de plata y corte un pequeño pedazo de pastel de fresa y lo comi entrecerrando mis ojos como muestra de placer.

deslice el tenedor por mis labios y aun sosteniéndolo allí abrí mis ojosm acaso habia cometido un error porque varias personas observaban mi forma de comer, pero no podria negarlos estaba muy dulce y delicioso, podria llenar de alegria quien lo probara o eso pensaba yo.

por **Sean O'Rouke** Mar Mar 04, 2014 8:20 pm

Aun tenia la carta en su mano mientras ella meditaba sobre la propuesta, se quedó jugueteando con ella, esperando ansioso la respuesta y el café. Tenia ganas de beber algo, parecía que no pero la mañana comenzaba a pasarle factura, y estaba necesitando algo para reponer energías.

Para su fortuna el mozo no tardó en llegar y servirles los pedidos. Notó cierto cambio de ánimos en la dama, que se notaba a veces frágil en su intento de comprender el mundo que la rodeaba. Sean se imaginó en su lugar, y si bien no pudo precisamente ponerse en sus pantalones, notó lo duro que debía ser convivir en la sociedad que vivió la desaparición de la una familia completa y la cual vivía para recriminarle a diario a la muchacha la falta de estos, la desaparición como algo de lo cual la única responsable era ella. Un ser que calificaban de demoníaco, asesina, lejos de lo que realmente debería ser, una niña con una vida normal, con amigos, estudios y demás. Era penoso saber que no se le daba la oportunidad de ser una mas de esa sociedad.

Su rostro se iluminó con el pequeño pastel que depositaron sobre la mesa, se veía realmente exquisito. Sean tranquilamente bebió un poco de su café reconfortándose con la suave sensación del blend en sus papilas gustativas. Había observado como ella depositaba sus guantes a un lado dejando a descubierto unas delicadas manos con unos dedos largos de pianista. Quizá se le daba ese tipo de actividades.

-Genial, seria un honor acompañarla a conocer lugares, desde ya mis intenciones son buenas, debe de ser extraño que alguien que recién conoce la invite a salir asi sin mas, pero créame que me siento mal cuando veo que a alguien se le cierran las puertas. A mi me ha pasado también, y estoy feliz de saber que alguien siempre me dio una mano en esos momentos. Es una forma de devolver esos favores que a uno le hacen, al menos asi lo veo yo ...- dejó su reflexión en el aire mientras bebía un poco mas de su café, a veces sentía que hablaba demasiado y no quería ser tan molesto, la dama era de poco hablar y debía respetar una cierta armonía en ese dialogo o terminaría espantándola.

- Si gusta podríamos conocer lugares cercanos, no muy lejanos de aquí, sin ningún compromiso, por supuesto ... hay algún lugar que le gustaría conocer y no se atrevió aun? - agregó como quien no quiere la cosa, para no ser descortés con la aceptación de la dama.

por **Annabelle A. Gustav** Dom Mar 09, 2014 9:49 am

Estaba acostumbrada a mi antigua vida, pero estaría acostumbrada a iniciar algo fuera de mi rutina, nunca había abandonado el camino que seguía a diario, seria esta la nueva oportunidad de saber que se encuentras mas allá de lo que mis ojos pueden alcanzar, los libros relataban emocionantes historias que solo podía imaginar, el olor del mar, el verde intenso de las montañas, el frió de la lagunas de agua dulce, realmente era una aventura para mi.

mientras pensaba me dedicaba a soplar lentamente la taza de porcelana para que mi té se enfriara, tome un sorbo y deje la taza sobre la mesa, tomando un pedazo mas de mi pastel, escucharlo era mejor que leer una novela, al menos él siempre tuvo alguien quien lo apoyara en sus decisiones y yo solo tenia mi sombra como acompañante, la cual no comentaba nada sobre mis opiniones. Realmente estaría encantada de poder explorar con fascinación - Me gustaría mucho conocer mas allá, con alguien que en sus palabras me expresa un mundo fascinante- abrí mi bolsa de mano y saque una hoja de libro doblada y algo gastada, la abrí y la puse sobre la mesa para que el observara, era una barca sobre el mar el dibujo se notaba claro - nunca eh ido en barca, no se que se siente estar sobre el agua - directamente le hacia una invitación para que me llevara a conocer lo desconocido, saber que era ver agua a mi alrededor.

Dejando la hoja sobre la mesa y que mi boca se formara una pequeña sonrisa continua disfrutando del pastel junto al té juntos era una mezcla perfecta, seguía disfrutando de la vista, del aroma y del gusto, mis sentidos nunca se habían sentido tan unidos y felices, me recordaba mi niñez mientras comía las manzanas a escondidas en mi cuarto.

por **Sean O'Rouke** Lun Mar 10, 2014 10:24 pm

Su cigarrillo había quedado de largo con la llegada del café, asi que no tuvo mas que terminar de aniquilarlo en el mismo cenicero donde lo había dejado. Era una pena desperdiciarlo pero ya no lo necesitaba mas. Tenia la boca algo seca y le dio un sorbo a la taza de café para terminar con ella.

Había perdido un poco su mirada para no atormentar a Anabelle con preguntas, había sentido que se había pasado de charla por su parte. A veces tenia esa sensación, no era algo normal el de encontrarse hablando con los demás como si nada, abriendo su vida al resto. Lejos de como ahora se mostraba con ella, era un tipo reservado, de poco hablar salvo de la temperatura, de trabajo y placeres. Tocaba distraidamente el asa de la taza , esperando en el fondo el veredicto de ella. Lo único que delataba su intranquilidad estaba en el golpeteo constante de su pie contra el piso en un movimiento casi irritante en caso de poder verlo, por suerte ella no miraba sus pies en ese momento. De pronto sus labios pronuncian su veredicto, ella confirma sus deseos de conocer mas alla del mundo que conocía.

-Perfecto- llegó a confirmar hasta que ella buscó en su bolsa una pagina de un libro que desplegó sobre el medio de la mesa cerca de la tarta. La imagen mostraba un bello barco rodeado de un apacible mar alrededor y mientras comentó que nunca había visto el mar. Era una lastima, no lo había pensado porque él vivía al lado del agua, pero para quien no conoce la inmensidad del mar había algo que aun faltaba por descubrir. Dejó la hoja sobre la mesa como una invitación abierta.

-Bien, eso no sería problema, a considerar que disponemos de varias barcas...- comentó mientras se animaba un poco y planificaba si disponía el muelle a estas horas una barca libre y recordó las tantas que no habían embarcado hoy, por falta de trabajo - Es mas, tenemos una disponible hoy mismo si no la entretengo demasiado - la miró con una pregunta en sus labios y los ojos entrecerrados que señalaban cierta picardía en sus palabras. Siempre haciendo lo que no debía, pero poco le importaban ese tipo de consecuencias cuando se trataba de ayudar a los demás, poca gente entendía el valor de ello. Pero ya llegaría el momento.

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