Dios no castiga, ¿o si? (Padre Andrew Lawrence) ACTIVO

por **Agnes Pasteur** Lun Ago 23, 2010 11:18 am

Amanece en la Catedral y la luz del sol me encuentra levantada, desayunada y barriendo alegremente las primeras hojitas que caen a inicios del otoño. Al empezar tenía un poco de frío, pero el ejercicio ya me ha abrigado el cuerpo.

De pronto, veo una sombra recorrer el pasillo. Es un hombre... pero es un sacerdote. Sigo varriendo, pero ahora las hojas se quedan en el mismo lugar, pues no dejo de mirarlo... El diablo me susurra que no es un sacerdote común. Me recuerda que la otra noche, cuando llegó a cenar, su traje estaba sucio no de barro, sino que de sangre...

- ¡Reverendo, espere por favor! -digo de pronto, dejando la escoba apoyada en un árbol- Necesito su ayuda.

por **Andrew Lawrence** Mar Ago 24, 2010 2:43 pm

Esa noche no había dormido. Había estado demasiado ocupado en los bosques de las afueras de París tratando de dar caza a un vampiro-dos, en realidad-y, para mi sorpresa, acabé enfadado y malhumorado con una mujer lobo.

LLegué a la catedral de Notre Dame (donde actualmente residía durante mi período en la capital francesa) sobre las seis de la madrugada. Mi sotana estaba desgarrada y con manchas, mezcla de sangre y hiedra del bosque. Mi cara, surcada por vario cortes, me escocía. Y qué decir de mi brazo...Debería de darme al menos cuatro puntos.

Enfurruñado como estaba, pasabo a toda velocidad por los pasillos de la abadía para evitar que nadie me viera en ese estado. Pero mis intentos no surtieron mucho efecto, cuando una de las hermanas me llamó apresuradamente, dejan sus labores a un lado.
Me giré un tanto bruscamente. Ante mí se encontraba la hermana Agnes Pasteur. Fruncí el ceño, curioso y a la vez exasperado. La historia de la hermana Agnes era conocida entre los círculos clericales más selectos, en especial, dentro del grupo donde yo me movía. El que se ocupaba de las cuestiones sobrenaturales. Me preguntaba qué querría de mí.

-Dese prisa, hermana.-Le insté, de forma abrupta, a que me contase el motivo de su llamada. No tenía nada en contra de la monja, pero en aquellos momentos estaba malhumorado, necesitaba una ducha, además de unas cuantas suturas.

por **Agnes Pasteur** Dom Ago 29, 2010 8:59 pm

Cuando me acerco al padre Lawrence, me asusto mucho de verlo todo herido!

- ¡Por Dios! ¿Qué le ha pasado? -por el momento, el murmullo del diablo se aleja, pues veo que necesita ayuda urgente con sus heridas- ¡Necesitamos limpiar esas heridas! ¿Dónde están sus aposentos?

Lo ayudo a subir las escaleras, y llegamos a su habitación. Mientras él se sienta, tomo un balde y corro a buscar agua limpia y unos trapos. Vuelvo rápidamente y empiezo a limpiar su herida del brazo.

- Le va a doler un poco... -digo, tratando de calmarlo. ¡Sí que se ve enojado!

por **Andrew Lawrence** Lun Ago 30, 2010 6:04 am

La hermana Agnes se alarmó al verme de tal guisa. En realidad, aquel había sido uno de los días que mejor parado salí de mi batalla contra dos vampiros. No podía quejarme, al menos no tenía ningún hueso roto o dislocado.

Aun a pesar de mi insistencia en que estaba perfectamente y no debía preocuparse por mí, la hermana insistió y me ayudó a subir las escalinatas de piedra condiciéndome a mis aposentos para administrarme alguna que otra cura. Finalmente, resignado, acepté su ayuda.

La hermana Agnes salía y entraba a toda velocidad trayendo todos los enseres necesarios para curarme; vendas frías, hilo, agujas, agua....La monja se sentó a mi lado y comenzó a desinfectarme la herida y a cosérmela. Aguanté el dolor, después de todo, ya estaba acostumbrado a los pinchazos lacerantes que provocaba la aguja contra mi piel. No era la primera vez, ni sería la última que tuviera alguna herida que precisara sutura.

Acto seguido, me envolvió el brazo con una venda que empezó a calarse de sangre roja.
-Se lo agradezco, hermana.-Dije, sinceramente, volviendo a meter mi brazo en la sotana, cuidadosamente y despacio, para evitar que se me abrieran las heridas recién cosidas.

Aunque normalmente era yo el que solía curarme mis propias lesiones, siempre venía bien alguien más experto y con más conocimientos médicos para revisarlas. Y las hermanas de la catedral de Notre Dame tenían amplios conocimientos en temas médicos
.-Ahora dígame, ¿qué puedo hacer por usted?-Esta vez, mi tono de voz sonó más calmado y apaciguado que antes, pero no más caluroso.

por **Agnes Pasteur** Mar Sep 07, 2010 11:35 pm

El sacerdote no suelta un quejido mientras yo le limpio la herida del brazo. Y sé que le duele, porque su mandíbula está apretadísima.

Le envuelvo la herida con uno de los trapos limpios que traje, pero horrorizada veo cómo rápidamente se mancha con la sangre. Quiero revisar la herida nuevamente, por si dejé algo mal puesto, pero él me agradece y guarda su brazo bajo la sotana.

- Pues, quisiera saber cómo se ha herido tanto. ¿Tuvo un accidente? -la pregunta es sincera, pero su voz calmada atrae lentamente al diablo: puedo sentir cómo se acerca a susurrarme algo malo. Sacudo mi cabeza y vuelvo a tomar atención del padre Lawrence, ignorando al innombrable por el momento.

por **Andrew Lawrence** Dom Sep 12, 2010 8:07 am

La pregunta no me pilló por sorpresa. Sabía que, tarde o temprano, la hermana Agnes haría tal pregunta a la cual no tenía una respuesta convincente que darle.
-Asuntos laborales. No debe preocuparse.-Dije secamente y cortante, con la intención de dejar claro que aquellos asuntos no eran de incumbencia de nadie. En realidad, muy poca gente sabía mi verdadera función dentro del seno de la Iglesia. Y prefería que siguiera así.

De pronto, algo extraño; frío, afilado, incisivo...malvado se apoderó por unos instantes de la habitación. Miré fíjamente a la hermana Agnes. Recordando su historia que tanto se había extendido por los círculos de la Iglesia donde yo me movía: los asuntos sobrenaturales que concernían a la Santa Sede. Algo que, a pesar de todo lo que había visto y matado durante estos años de servicio extraño a Dios, me producía pavor.
-¿Se encuentra bien, Hermana?.-Pregunté, sospechando por unos momentos lo que había estado en los aposentos apenas unos minutos antes.

Sabía que pronto me mandarían a inspeccionar detenidamente el caso de la hermana Agnes. Sabía que estaban a punto de destinarme a un cometido que exigía más de lo que, probablemente, podía dar. Pero ante todo, debía obedecer las leyes del Santo Padre. Ante todo, debía de aceptar el sino que Dios me designó. Y no estaba mal tantear un poco el terreno antes de comenzar.

por **Agnes Pasteur** Vie Sep 24, 2010 10:49 pm

El padre Lawrence me pregunta si estoy bien... Ahora que ya no lo veo haciendo muecas de dolor, me fijo que es muy guapo... El diablo entonces me hace cosquillas!

- Oh padre, sabe que siento algo raro en mi cuerpo, como si tuviera una pelotita bajo la piel... -digo con una falsa mirada de miedo. Me recuesto en la cama y estiro mi brazo:

- Por favor, revise si eso es algo malo, usted que ya ha visto tantas cosas en el mundo... -y espero a que él se acerque antes de mi próximo movimiento. Twisted Evil

por **Andrew Lawrence** Lun Sep 27, 2010 4:46 am

Observé a sor Agnes un tanto desconcertado y desconfiado. Aquél, sin duda, no era un comportamiento normal para una hermana. Sor Agnes se tumbó en la cama y extendió su brazo hacia mí con la intención de que se lo revisase.
Fruncí el ceño, un tanto molesto por no saber qué diablos estaba pasando con la hermana Agnes.
Decidí acercame un poco para revisar a la hermana. Pero no bajé la guardia en ningún momento.

Inspeccioné el brazo de la mujer, que a mi parecer estaba perfectamente bien.
-Yo no le noto nada raro, hermana.-Dije, impasible e inmutable.-Creo que será mejor que le revise un médico. Yo no tengo conocimientos suficientes.
Me levanté de la cama, tomando rumbo para marchar camino a la Biblioteca Nacional de París, donde otros asuntos me atenían. Pero me paré en seco en el umbral de la puerta de mi aposento...De nuevo, esa sensación cortante y acerante se apoderaba de la estancia, del ambiente.

Miré de soslayo a sor Agnes. Su extraño comportamiento, el halo que desprendía...Todo ello envolvía su historia y su figura de algo maligno y apavorante. Y de pronto, lo sentí dentro de mí. Una sensación, un ser que me empujaba a hacer algo que realmente no quería-o no debía hacer...Me acerqué de nuevo a paso lento hacia la figura de la hermana. Pero a medio camino me detuve y sacudí la cabeza, que, de repente me daba vueltas como si acabara de beberme 3 vasos de condenado Brandy.
-Hermana, ¿qué ha sido eso?¿Lo ha sentido usted también?-Pregunté, un tanto desorientado todavía, llevandome una mano a la cabeza. Esperando que ella también hubiese experimentado la misma sensación y que no me tomara por loco.

por **Agnes Pasteur** Lun Oct 04, 2010 8:57 am

El padre se acerca y me revisa el brazo. Ante su cercanía, y ahora que ya no se ve herido, su olor de macho entra en mis narinas y me estimula a investigar más a este hombre.

Lamentablemente, luego de revisar que mi brazo está bien (Algo obvio, si era solo una excusa para que se acercara) él se dirige a la puerta.

"No te vayas, te necesito..." pienso con toda mi fuerza, y sonrío cuando el diablo me ayuda y lo atrae hacia mí.

-Hermana, ¿qué ha sido eso?¿Lo ha sentido usted también? -me pregunta con sus hermosos ojos abiertos fijos en mí.

Me levanto y doy los pocos pasos que faltan para acercarme y le susurro al oído:

- Si padre, es una fuerza mayor que nuestra voluntad. Lo mejor es que dejemos que nos guíe... -Bajo una de manos y sobre la sotana palpo su miembro para despertarlo.

por **Andrew Lawrence** Jue Oct 07, 2010 5:55 am

El comportamiento de Sor Agnes era cada vez más extraño y promiscuo. Dudaba mucho que aquella fuese la verdadera hermana Agnes. Algo la movía, la empuajaba hacia la maldad y el pecado. Algo demasiado fuerte como para llevarme a mí también. Debía de dar parte de esto cuanto antes a las autoridades eclesiásticas, tanto del comportamiento de la monja como de la sensación extraña que experimentaba.

La voz de la hermana Agnes no sonaba como su voz real. No era su voz real. Parecía como si algo moviera sus labios y hablase a través de ellos. Algo con el suficiente poder como para hacer algo así. Esto no era nada de lo que había visto antes y yo había visto casi todo. Desde relaciones incestivas en mis confesiones como criaturas que parecían existir sólo en las leyendas pero que, en realidad, eran muy reales, y mataban y degollaban para alimentarse. Pero nunca nada antes se había podido comparar con esto. ¿Qué era? Precisamente es lo que yo debía averiguar.

Traté de salir de allí lo más rápido que pude para enviar una misiva cuanto antes a la Santa Sede, pero Sor Agnes consigue cerrarme el paso con una rapidez pasmosa. Me susurró algo al oído. Su mirada y sus andares eran lascivos. Nada que ver con la, supuestamente, virginal Agnes que hacía unos momentos se había ofrecido a ayudarme con mis herdias. ¿Había sido todo un plan para lograr encerrarme?

Cuando sentí su mano sobre mi miembro, la aparté rápidamente de mí. Con una fuerza de la que no era casi consciente la arrojé unos cuantos metros.
-¿Qué se supone que está haciendo?.-Dije, casi gritando, a pensar de que era consciente de que ella no era controladora de sus actos. De pronto, saqué del bolsillo de mi sotana una antigua biblia que había pertenecido a mi padre al que tanto odié. Comencé a murmurar unos cuantos excorcismos, como me había enseñado Carlo en Roma, con la esperanza de separar a aquella cosa maligna del alma de sor Agnes.-Exorcizamus te, omnis immundus spiritus...

por **Agnes Pasteur** Lun Oct 18, 2010 3:17 pm

Alcanzo a acariciar su miembro antes que el padre me sujete fuertemente del brazo y me aparte. Siento volar hasta la cama, donde caigo.

- Padre, cómo no sabe lo que estamos haciendo, si Adán y Eva lo hicieron desde el comienzo de los tiempos... -digo sonriente. Aprovecho que estoy en la cama y me acuesto y empiezo a subir mi vestido, primero mostrando mis piernas, y luego mi intimidad.

Sin embargo, en vez de acercarse a mí, el sacerdote empieza a gritar unas cosas que no entiendo, sujetando un librito que sacó no sé de dónde. Eso me desconcentra, y me levanto y me acerco a él, con toda la intención de abrazarlo y besarlo.

- Padre Lawrence, no me diga que es virgen... Le aseguro que no le va a doler... -digo cariñosa, ya muy cerca de él.

Off: Ella no tiene un espíritu adentro, (o demonio en el caso) sino que vió promiscuidad cuando era pequeña en su seno familiar y cree que es lo más normal del mundo. De hecho, su familia la encerró en el monasterio sólo para ocultarla de la sociedad.

por **Andrew Lawrence** Mar Nov 02, 2010 6:14 am

Los exorcismos no surtieron efecto en la hermana. Eso me desconcertó-más si cabe-en un principio, pero no me dejé amedrentar. Algo sucedía con sor Agnes. Algo extraño, pero que parecía no tener nada en relación con el mundo de lo esotérico. Fuera lo que fuese, truco o no, no estaba por la labor de dejar que la hermana actuase de forma tan indebida.

"Actuar de forma indebida..." Sin previo aviso, me vino a la mente una imagen de Rachel. Aquella joven a la que dejé morir por miedo a lo que sentía. ¿Acaso no era eso también un acto indebido? El peor de todos. Dejar morir a alguien para lograr salvar tu alma. Y, paradójicamente, de esa forma la había condenado. Y ahora, por muchas bestias que cazase y eliminase de este mundo, ella no iba a regresar. Miedo. Aún siento miedo de lo que sentí. Pero decidí enterrarlo, olvidarlo. Ahora alguien parecía querer sacarlo y no estaba dispuesto a que eso pasase.
-Hermana Pasteur, le recomiendo que se tape bien, no vaya a coger frío.-Dije, impasible.

La monja volvió a susurrarme cosas en el oído. Yo la volví a agar por la muñeca y la aparté de mí unos metros, pero aún la tenía sujeta.
-Pero, ¿qué diablos ocurre con usted, hermana?-Pregunté, aunque era más bien una pregunta retórica pues no esperaba que me contestara.

OFF: Gracias por la aclaración. Yo tenía entendido que Agnes estaba como poseída o manipulada por Lucifer xD

por **Agnes Pasteur** Mar Nov 02, 2010 7:08 pm

Trato y trato de acercarme al guapo padre, pero él se escandaliza (no sé por qué) y me separa y pide que me tape:

- Pero Padre, estamos solos, nadie lo sabrá. -insisto, pues el calorcito ya se inició en mi interior. Trato de acariciarlo, pero su mano me sujeta demasiado fuerte el puño, y con el forcejeo, me está empezando a doler.

Off: Es que la "voz" que ella oye confunde... Pero es su propio pensamiento, que ella no distingue y cree que es Lucifer.

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