Aleister J. Ferdinand.

por **Aleister J. Ferdinand** Mar Ene 28, 2014 5:00 pm

DATOS BÁSICOS

▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲

Aleister Jacob Ferdinand.

▲EDAD▲

25 años.

▲ESPECIE▲

Humano.

▲FACCIÓN A LA QUE PERTENECE▲

Cazador.

▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲

Clase alta, extranjero.

▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲

Heterosexual.

▲LUGAR DE ORIGEN▲

Londres, Inglaterra.

▲HABILIDADES/PODERES▲

Gran habilidad en combate cuerpo a cuerpo y uso de armas a distancia.

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Si fuera posible describir en una sola palabra a Aleister, sería... ninguna. ¿Es que acaso es posible describir a alguien en un conjunto tan escaso de letras?

De mentalidad fuerte y decidida. La vida le ha enseñado a no vacilar a la hora de elegir. De semblanza honesta y bien intencionada, al menos, la mayoría de las ocasiones.

Su abundante confianza en sí mismo le ha valido una personalidad egocéntrica, pero no te fíes de apariencias, Ferdinand es capaz de ser gentil y respetuoso a las demás personas.

Sus ideales son totalmente libertarios, es por eso que aborrece la realeza y todo lo que tenga que ver con ella. La separación de poderes es su ideal y defenderá esos ideales hasta la muerte. Prefiere morir luchando a sucumbir ante su enemigo.

Con respecto a lo social, es de pocos amigos, y prefiere mantenerlo así. El amor estuvo presente sólo una vez en su vida, y no está seguro de querer repetir aquella experiencia.

Le es fácil esconder emociones, cosa útil a la hora de ser un cazador. Puede ser frío y calculador, pero cálido y preocupado con sus cercanos.

Es creativo, fugaz y fanático de todo lo relacionado con el arte.

HISTORIA

Nació una fría noche de invierno en Londres, hace unos veinticinco años atrás. Criado en el pilar de una familia de clase media, nunca fue víctima de la hambruna o del vagabundeo. Sin embargo, su padre otorgaba lo justo y necesario para mantener a la familia, sin dejar mucho espacio a comodidades. Hermano de tres hermanas: Lily, Annabeth y Elizabeth, e hijo de dos padres casados, James y Ginebra.

A sus dieciséis años se sintió atraído por las ideas de Voltaire, y pronto se encontró compartiendo ideales con Rousseau. Su familia no adoptó del todo bien esta corriente que nacía en él, prendiendo su alma en llamas, y decidieron prohibirle la lectura.

Un tiempo después, la vida de Aleister se había convertido en un infierno. Las largas horas de trabajo que su padre le había impuesto a modo de represión en el pequeña tienda de telas de la familia lo dejaban exhausto.

Sin embargo, existió un día en lo que todo lo que hacía de su vida un tormento, pasó a ser leche y miel.

Era un día normal, como cualquier otro, hasta el segundo en que la vio entrar por la puerta. De ahí en adelante, nada se sintió igual que antes.

Ahí estaba el, desaliñado y mal presentado como de costumbre. Y ahí estaba ella, delicada y joven como la más nueva de los astros. Cruzaron miradas, dejando apreciar los miles de misterios de su rostro, mientras los rayos del sol se colaban entre los cristales para bañar su melena anaranjada. Nunca creyó que el encargo de telas de una madre a su hija lo hiciera sentir tan feliz, tan... completo.

***

El sabía lo que tenía, sin la necesidad de perderlo.

A partir de ese momento, Anastassia y Aleister comenzaron a verse seguido, a veces sin intercambiar palabra alguna; vivían de mirarse.

Ella hizo de él lo que actualmente es, un amante del arte y desafortunadamente, un cazador.

Anasstasia pertenecía a una familia de clase alta, y le era posible permitirse pasatiempos como por ejemplo, la música. Aleister se inició junto con ella en las cuerdas. Ambos compartían el mismo amor por el arte y gozaban de aquello. Pasaron los años, y a fin de cuentas, no habían jóvenes más enamorados que aquellos dos músicos.

Pero, adivina qué, nada es para siempre (al menos eso creía antes de conocer a los vampiros) y la maldad reinó por sobre todas las cosas. El amor moldeado por años fue traicionado por el placer de un sólo momento.

Londres estaba bajo una plaga de desapariciones. Era recomendable quedarse en casa por la noche, y Aleister bien lo sabía. Pero nada se interponía entre el acuerdo mutuo de verse antes de dormir y esperar amanecer vivo al otro día. Y allí estaba él, moviéndose sigilosamente por las calles de la ciudad hasta el agradable lago Serpentine para maravillarse de la majestuosidad del universo sobre él junto a su amada. Pero al destino le gusta jugar con nuestros planes, y lo que esa noche ocurrió, en lugar de una cálida reunión entre amantes, fue terrible.

Antes de llegar, fue capaz de avistar como una silueta de un hombre estaba junto a ella. Corrió, eligiendo creer que estaba en peligro, y no pudo pensar en algo más acertado.

La piel del hombre era pálida, aún bajo la luz de una luna plutónica. Tenía su boca besando el cuello de su querida amada (o eso creyó), la cual yacía rodeada por los brazos del extraño. Al escuchar los gritos de Aleister, Anastassia volteó, con una respiración agitada y una mirada clavada en el vacío.

—Lo siento —sopesó la joven con su último esfuerzo en esta vida.

El hombre dejó caer a la ahora inerte muchacha. Se acercó a Aleister, dejando apreciar un par de amenazadores colmillos cubiertos de un líquido escarlata.

No fue necesario que le explicasen con manzanas lo que estaba sucediendo. La ira encontró un lugar en su interior, y todos esos años de represión, de odio a su padre al no dejarle ver a la única mujer que alguna vez había amado, se convirtieron en una fuerza descomunal impulsada por recuerdos. Corrió hacia aquél extraño sujeto, sin medir consecuencias, pero algo frenó su embestida. Un ruido, un estruendo, un delirio ensordecedor.

El hombre (o bestia) frente a él cayó de rodillas, antes de desplomarse por completo. Una voz grave y profunda cosechó el silencio que había plantado el disparo.

—No deberías salir por la noche, chico —espetó una silueta que salía entre las sombras.

El resto, es historia...

Aleister comprendió lo que alguna vez había ignorado bajo la tutela de un extraño cazador apodado Jules. Abandonó todo lo que alguna vez había considerado suyo, y viajó con aquél hombre hasta los últimos días de su amedrentada vida, amasando una fortuna de país en país.

Jules murió en Francia, producto de una mordida de licántropo, al momento en que Aleister cumplía los 22 años.

Y una vez más, nada volvió a sentirse igual.

DATOS EXTRA

♦ Las habilidades musicales de Aleister le valieron un puesto de maestro de violín en el conservatorio Le Petit Artiste Sautant.
♦ Aleister disfruta de la lectura de libros sobre su oficio: sus preferidos son los de técnicas avanzadas de combate cuerpo a cuerpo.
♦ Posee varios caballos, pero su preferido es Dione, un macho con un pelaje tan oscuro como la más profunda de las noches.
♦ Entre todo el arsenal que tiene a su disposición, se decanta por las dagas y el arco. Aunque de todos modos gusta de usar todo lo demás.
♦ Posee un anillo con la forma de una media luna, a modo de recordar lo que le inició en el mundo de los cazadores.
♦ Duerme con una daga bajo la almohada.
♦ Vive en una acomodada residencia a las afueras de la ciudad, lugar donde suele entrenar y pasar sus ratos libres.

por **Doreen Jussieu** Mar Ene 28, 2014 10:18 pm

FICHA APROBADA
BIENVENIDO A VICTORIAN VAMPIRES

TE INVITO A LEER LAS NORMAS QUE TENEMOS EN EL FORO PARA QUE ESTÉS BIEN ENTERADA DE CÓMO SE MANEJA TODO Y ASÍ EVITARTE FUTUROS MAL ENTENDIDOS, Y SI TIENES ALGUNA DUDA O ACLARACIÓN SOBRE CUALQUIER COSA, NO DUDES EN PREGUNTARME A MÍ O A OTRO ADMINISTRADOR, ESTAMOS PARA AYUDARTE.

QUE TE DIVIERTAS.

Aleister J. Ferdinand.

Aleister J. Ferdinand.

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