Hermoso dia para un funeral

La puerta del carruaje se abrió y yo me limpie el rastro sanguinolento de la mejilla con un pañuelo de seda delicadamente bordado.
El viaje no había sido tranquilo. Me habían atacado unas cinco veces desde que saliera y llegara a París, pues mis movimientos eran últimamente seguidos con lupa ante mis enemigos y ello se debía a la reciente muerte de mi padre…Habían pasado pocos días y la falta de orden y un líder ya habia puesto patas arriba a nuestra organización de cazadores. Lo que nos hacía saber perfectamente que era necesario elegir a un sucesor cuanto antes y por eso estaba allí.

Baje del carruaje y eche la vista hacia atrás mientras miraba con los parpados entrecerrados hacia el interior del carruaje. Torcí una mueca al ver al monton de hombres muertos que había acarreado por el camino, y es que ¡no podía dejar a mis atacantes por el camino desperdigados! ¿Que buena anfitriona dejaría tirados a aquellos amables hombres que me habían hecho una visita con sus armas? Ninguna por supuesto.

Cerré la puerta yo misma e hice una seña, asintiendo con la cabeza al cochero, un fiel siervo. Indicándole con ese simple gesto que debía quemarlo todo, incluido el carruaje.

Me gire para caminar con paso firme hacia la residencia de Gerard. Esperando no llegar en un mal momento, aunque obviamente, para mi no había otro momento ni ninguna situación que fuera más importante que la que yo llevaba entre manos. Pues era un asunto familiar, importante, grave y que podía cambiar radicalmente nuestros futuros…

Toque la puerta con los nudillos, frunciendo el ceño y bajando la mirada a mi bolso cuando guarde el pañuelo sanguinolento. Pensando en Cristoph. ¿Habría llegado ya a París? le habia pedido por carta que se diera prisa en reunirse con nosotros, pero aun temía que la noticia no le hubiera llegado…Ademas, con lo liante que era, y lo mucho que le gustaba fardear de "granja"...Empezaba a preocuparme tener que ir a buscarle de la oreja a aquel campo.

Volvi a tocar la puerta pero nadie me abrió. Empezaba a perder la paciencia...
¿Por lo que…que hacer? una persona racional y sensata habría esperado o buscado en algún otro lugar a Gerard…Pero ahora que nadie miraba, podía permitirme no ser racional ni sensata. Por lo que me acerque a una de las ventanas, me arremangue el vestido y después de un codazo, el cristal se rompió y yo me cole sin reparo en la residencia. Encontrándome con el oscuro y amplio salón. Pero entonces alguien se acerco y yo me gire instintivamente en posición desensiva. Lastima que mi atacante fuera directamente a por mi. Un puño se acerco a toda velocidad siendo yo quien lo evite veloz y agil. Agarrándole para entrever una melena rubia. Y entonces…la rubia me agarro del torso, empujándome contra la pared a la vez que yo agarraba su larga melena de trigo, tirando su pelo mientras ella gruñía abofeteando mi cara tan solo unos segundos antes de que yo agarrase su camisón y ambas rodáramos por el suelo, posicionando su cabeza casi en mi entrepierna al sentarme en su esternón para reducirla.

Mire a la mujer quien ya se preparaba para soltarse de mi llave cuando la luz se encendió y un despeinado, desaliñado y a medio vestir Gerry aparecia en escena mirando primero a la mujer rubia y luego a mí. Llamándola a ella por su nombre. ¿Daél? Repetí con curiosidad…Antes de mirar hacia abajo y luego subir la mirada hacia mi hermano mayor.

Buenas tardes Gerry, espero no encontrarte en un mal momento. Pero tengo que hablar contigo.
Mi intromisión en casa de mi hermano ya habia sido realizada, ya le habia interrumpido y su amiga seguía descansando debajo de mi mientras yo sonreia. Todo parecía indicar que seria un mas que hermoso día para dialogar.