Black sheep | Laurence

por **Rossetta Altobelli** Dom Feb 23, 2014 9:59 pm

Estaba furiosa, se había enterado hacía unas horas gracias a una inesperada visita paternal que le creían tan inútil de enorgullecer a la familia que se habían encontrado en la necesidad de prometerle con un desconocido. Para sus padres claro que no era un desconocido, según ellos era la mejor persona que podía existir y era quien se encargaría de cuidarle. Era increíble que incluso sus padres le creyeran tan inútil en lo que le habían entrenado. En más de una ocasión escucho que decían que debía ser así porque era rubia, hasta sus padres le veían tonta por ser rubia. Rossetta sabía que no era la persona más inteligente del mundo, pero el hecho de que fuera ligeramente distraída no tenía nada que ver con que fuera realmente una tonta.

No se había permitido estar demasiado tiempo escuchando las cosas que sus padres tenían por decirle sobre aquel que ya habían elegido como su futuro esposo y ella misma tampoco tenía mucho a lo cual negarse por lo que dadas las circunstancias escapo de su propia casa con un “Voy al jardín botánico, cuando regrese no deseo que estén aquí, no quiero verles” Ahora que lo analizaba mientras estaba tirada en un pequeño lugar solo con pasto, había resultado grosero de su parte hablar así a quienes le dieron la vida y la oportunidad de conocer todo aquel mundo, pero es que sencillamente no podía perdonar aquello que era una traición absoluta a sus propias intenciones. Suspiro, pues estaba tan molesta que incluso olvido llevarse a su mascota, un cambiaformas joven a quien le dejaba quedarse en su casa, haciendo como que era su mascota y quien en aquellos momentos parecía ser su único amigo y el único que confiaba plenamente en ella.

El jardín botánico le resultaba un lugar muy tranquilo para pensar y sumirse en sus preocupaciones, en cosas inútiles que le libraran de las preocupaciones y desconectarse un rato de que tarde o temprano debería conocer a aquel hombre que se convertiría en su prometido. - ¿Por qué no puedo decidir si deseo casarme o no? No quiero ser más la oveja negra de la familia - un nuevo suspiro salió de sus labios a modo de respuesta, pues en aquel lugar no había quien respondiera sus preguntas y sus padres jamás irían hasta alla; solo que respecto a la primer creencia estaba algo equivocada.

por **Edward Jones** Miér Abr 09, 2014 2:46 pm

-Asfsdfsfaass……-Fanfarreaba Laurence con pesadez cuando se levantaba de la cama de aquellos burdeles de Paris, había pasado una buena noche en la que había violado a una cortesana virgen y dios, como había disfrutado aquello. Llamándole puta, repitiéndole su nuevo oficio y lo que haría por el resto de su vida. Rio acordándose de sus gemidos de placer y otros gemidos de dolor o de suplicas, pidiéndole que parara de violarla, pero no paró hasta correrse en el interior de esa boca de piñón y de carmín corrido por los besos desenfrenados que se otorgaron entre ambos. Para mejorar la mañana, la despertó y nuevamente la embistió, esta vez, corriéndose en su cuerpo, dejándola bien embadurnada por su semen -…Te pido por la noche….-Se vistió rápidamente y le dio una nalgada mientras esta ahogaba sus lágrimas en la almohada y se iba de aquella habitación de burdel.

-Llévame a casa Luis…-Dijo al cochero español que había contratado y que le esperaba en la puerta del burdel, se daría una ducha o eso pensó cuando se acordó del trabajo que tenía que hacer por la mañana. Sí. Lo haría después de tomar algo como desayuno y ducharse para sentirse bastante renovado. Quizás un poco más de cómo se sintió nada más al despertar -….Jajajaja….-En cuanto pensó como interrogaría a la vampiro que de su buena valentía dependía la misión encomendada, se rio y por extraño que le pareciera, llego a su mansión…. “modesta” mansión. Era lo suficiente y asquerosamente rico para poder haberse comprado una enorme mansión o un gran palacio, pero dicen que cuando te sientes en casa, esa es tu mansión y no quieres seguir buscando. Era como la que tenía en Inglaterra pero más al estilo de como decoraban las casas en Paris y en una sala privada tenía un retrato familiar el cual admiraba y le gustaba mirar o acurrucarse en una esquina debajo del retrato cuando las cosas se le hacían demasiado difíciles en su soledad.

Nadie chismorreaba que el niño mimado de papa, lloraba extremadamente hasta llegar a los gritos que desataría un loco de psiquiatra, pero si, en silencio se quedaba -…Hola Eva, prepárame un baño tibio y la ropa para poder ir ahora a darme una vuelta y el traje de inquisidor….-Jacto serio cuando su doncella se le presento delante. La doncella tenía 30 años, pero conservaba su belleza dulce e inocente que Laurence jamás rompería. La tenía aprecio, igual que cada uno de sus sirvientes, pero con ella procuraba no pasarse a su otro “yo” loco y pervertido.

Tras darse un baño y de haberse vestido con las ropas que le había preparado Eva. Un broche. Un broche que llevaba las iniciales de la familia Evans y el llevaba las iniciales LE. Si solo hubiera sabido lo que sabe ahora, querría sujetar a su madre entre sus brazos, agradecerla por todo lo que había hecho en su niñez, por haberle cuidado y querría disculparse por todas las veces que le había mordido en el brazo por no querer comer verdura que al fin y al cabo, acabó aceptando. Suspirando terminaba de vestirse y el único sitio el cual se le ocurrió ir para quedar con aquel que llamaba “pies de lodo” era el invernadero. Esperaba que le diera lo que esperaba si no, le esperaba una castración en sus partes nobles frente a todos los ciudadanos de Paris. Se valdría de la magia ajena para sus afines, por la noche se iría con pies de lodo hacia el encuentro con aquella vampira que tenía que capturar y torturar que terminaría dominándola y follandosela….para después ir con la cortesana que tenía planes con ella y con la chimenea de su cuarto.

-Luis, al Jardín Botánico….-Nombro nuevamente a su cochero que más que llevar el carruaje como debía y por donde tenía que ir, lo llevaba por caminos que él no conocía. Siempre llegaba con un cuarto de hora de adelanto, al igual que esta vez al jardín. Más suspiros salieron de su boca a pesar de que su servicio era demasiado eficiente. Más de lo que se esperaba.

por **Rossetta Altobelli** Sáb Mayo 03, 2014 10:35 pm

Se quedo contemplando un grupo de flores, que a pesar de que la luz del sol se estaba desvaneciendo con la rapidez común de cualquier atardecer, no perdían el encanto. Antes de que se diera cuenta del todo fue que se encontró a solas y con la oscuridad ya sobre su cabeza. La noche había llegado, junto con las criaturas que estaba preparada para cazar - Una presa magnifica, eso es lo que necesito encontrar - Rossetta no era la mejor cazadora del linaje Altobelli, por no decir que era la peor del linaje. Pero estaba segura que lo que necesitaba para que todos sus males llegaran al final, era atrapar un sobrenatural que su familia creyera demasiado impresionante como para permitirle andar por la libre y dejar de tratar de comprometerla con cualquier desconocido que tocara a la mansión de sus padres.

La resolución de la cazadora estaba tomada y más que nunca supo que era lo que debía hacer, solo que desde las sombras existía un cazador más que le había elegido como la presa perfecta. Aquella vampiresa que le miraba desde las sombras estaba sedienta, demasiado sedienta y dado que Rossetta era la fuente de sangre más cercana, se decidió a convertirla en su presa. Con sus habilidades entro un poco en la mente de la cazadora y una perversa sonrisa fue dedicada a la nada cuando descubrió lo que la joven estaba pensando - Juguemos para volver tu sangre mucho más deliciosa, cazadora - la perversidad de la vampiresa se haría presente en el cuerpo y en los sentidos de Rossetta, que estaba desprotegida y no sabía nada del plan que se estaba llevando a sus espaldas.

Ya que se sintió preparada para regresar a casa, se levanto de donde se había tirado para observar las flores y fue cuando comenzó a avanzar hasta la salida del jardín que el frío se sintió a su espalda y una presencia fue notada por ella. Estaba demasiado cerca y eso le dejo helada, impidiendo que pudiera girar el rostro y saber quien era - Eres una bella criatura - un dedo frío recorrió la mejilla de Rossetta - una criatura que me servirá de excelente alimento - la cazadora trago con dificultad, sabiendose en peligro en manos de aquella vampiresa que estaba leyendo su mente - tranquila, no voy a terminar con nuestro juego tan pronto, esto apenas esta comenzando, así que dame una buena batalla - la vampira estaba demasiado segura de su victoria y de un empujón por la espalda lanzo a Rossetta frente a ella, para después gritar un “corre”.

Apenas sus pies mantuvieron equilibro fue que giro la cara para ver a quien amenazaba su vida y se topo con una vampira de cabellos castaños y ojos color esmeralda. La cazadora se encontraba en desventaja pues aparte de que no sabía exactamente que pretendía la vampira, tampoco llevaba armas para defenderse, así que sin más que hacer salió corriendo entre las plantas, sin saber que ese camino le estaba dirigiendo hasta un destino que podría ser mucho peor que la vampira que ahora estaba siguiendo sus pasos.

por **Edward Jones** Miér Jul 09, 2014 7:03 pm

Pies de lodo se estaba tardando lo suyo así que Laurence solo pudo encender un cigarro en lo que esperaba a su hombre quien le decía todos los trapos sucios de todos. Con esa persona conseguía hallar escondrijos que estaban resguardados del ojo humano y lo siguiente que hacia se lo contaba a la inquisición y de paso le daban más puntos en la comisaria, aunque solo estaba allí de paso. Suspiró profundamente pero se encontró con algo que no creía posible. Escucho algún que otro grito proviniendo de la poca gente del jardín botánico, era extraño y solamente vio cuando giro a la derecha a una muchacha que corría en su dirección -…-Se quedó mirándola un momento, intentando reconocerla hasta que dio en el blanco.

La recordó aunque creo que ella no le conocía a él así que jugaba con ventaja. Igual paso con Nyra, se la hubiera llevado al huerto sino hubiera sido por aquel vampiro que apareció de noche justo cuando la tenía casi bajo sus pies. Lo único que se llevó de recuerdo fue una cicatriz que aún estaba reciente sobre su costado izquierdo. Estando en el suelo aquella noche, vio como el vampiro se llevaba a Nyra y él se quedaba solo en mitad de la noche hasta que vinieron a socorrerle unos tipos trajeados de cuero oscuro que aumentaban el terror en el rostro de Laurence.

Simplemente aquella muchacha que corría y que parecía venir hacia él, se llamaba Rossetta Altobelli, una muchacha de clase alta a quienes sus padres querían casar desesperadamente, pero, al ser amigos de la familia muy, pero que muy lejanos, encontraron al pequeño Laurence pululando por Paris y en menos de dos horas, ya habían planeado un acuerdo. Laurence tenía el riesgo de que sus padres le cortaran el grifo tarde o temprano, así que pensó en aceptar por todo lo que llevaba el apellido Altobelli y todo un sinfín de dotes. Para Laurence, la posición lo era todo si podía salir beneficiado.

Pero, ¿Qué era lo que en verdad buscaba? ¿Amor? ¿Una aventura? En realidad, había viajado para vivir su propia vida, pero estar como estaba, le daba opciones de perderlo todo por no pensar con la mente fría, pero era un alma libre, tanto que solamente pensaba en él mismo y a veces no solía juntarse con muchas personas que valieran de verdad la pena. Y mientras tanto él estaba sumergido en sus pensamientos, cuando despertó la joven que conocía como Rossetta, estaba a punto de chocarse con él, le vio ahí parado en el sitio, pero se apartó para poder cogerla de la cintura con agilidad y atraerla hacia él, cogiendo a su vez la pistola guardada en su uniforme y apuntar varias veces a aquella vampira que mostraba sus colmillos amenazantes en pleno vuelo de caza como si se tratara del guepardo en pleno acto de captura y destruye.

Vio como el vampiro cayó en el suelo sin más. Dos balazos en la frente mientras que otros dos en el corazón. Lentamente soltó a Rossetta para disponerse a sacar su puñal de la funda de la espalda y cortó el cuerpo en rodajas hasta la cabeza, acabando por coger un poco de aceite de las plantas y con una cerilla rozándola con la goma de su bota y echando la cerilla ardiendo sobre el cuerpo muerto de la vampira.

-Vamos-Tomo la mano de Rossetta para llevársela de aquel lugar y que no viera más de lo indebido.

por **Rossetta Altobelli** Dom Ago 24, 2014 7:55 pm

Corría a toda velocidad escapando de aquella vampira que le tenía el ojo puesto. Mientras corroa de un lado a otro, tomo un camino que no parecía estar tan dificultoso debido a las hierbas que crecían pero más allá de donde iba pudo ver una figura que le miraba -¡A UN LADO! ¡CORRE! -grito a quien fuera que se encontraba observando en dirección a ella como si nada malo pasara. Nadie más que ella debía saber que era lo que estaba sucediendo, pero aún así avisaba que era necesario escapar porque la vampira no se calmaría solo con tenerla a ella, si no también a todo aquel que se encontrara a su paso.

Se acercaba rápidamente hasta la figura desconocida, la que poco a poco tomo la forma de un hombre que seguía inmóvil en su sitio. Si no se preocupaba por si mismo ella no se arriesgaría por alguien como él, así que justo cuando pasaba a su lado noto como la sujetaba firmemente de la cintura y el sonido de dos descargas retumbo en el jardín botánico, así como el cuerpo de la vampiro caer al suelo…estaba muerta. La inexperta cazadora se quedo observando la escena, cayendo de rodillas a la tierra cuando él hombre se alejaba para darle fin a aquella vampiro. Rossetta no le conocía, pero le debía la vida a ese desconocido que lanzaba una cerilla en llamas al cuerpo descuartizado de la bebedora de sangre.

Con cuidado se levanto del suelo y miro en dirección al caballero -Gracias… has salvado mi vida…- de un movimiento inesperado, su mano fue sujetada por aquel individuo, quien comenzó a caminar llevándole de la mano y alejandose de las llamas que devoraban el cuerpo de la vampiro. Rossetta iba a trompicones, luchando por mantener el paso de aquel salvador de ella pero cuando no pudo más tiro de su mano para liberarla y se detuvo -He dicho que gracias por salvarme, pero no requiero de que me lleven como a una niña. Le debo la vida y encontrare la manera de pagarle alguna vez si es que es tan amable de decirme su nombre - observo de un lado a otro y se acomodo los cabellos revueltos que llevaba -me encargare de encontrarle, así que si me disculpa, debo irme y nuevamente muchas gracias por su ayuda- sin más que creyera necesario decir o hacer se giro a un lado y emprendió la marcha para alejarse tanto de él como de la vampiro muerta.

por **Edward Jones** Mar Sep 09, 2014 6:35 pm

Las horas y los sueños perdidos se están convirtiendo en una tontería – Rossetta Altobeli! –Grito Laurence enfureciéndose a la vez que la veía alejarse de su persona. Echo a andar en dirección por donde se fue Rossetta. Consiguió estar a su altura, consiguió tener estomago para tomarla del brazo y acercarla para poder subirla a su hombro, agarrarla de sus piernas lentamente y poder salir de ahí, de aquel jardín en donde aún había fuego de por medio – Quédate aquí quieta fierecilla –Mostro su humor a través de su ironía, se sentó enfrente de Rossetta, dejándola sobre uno de los bancos de madera del jardín. Siguió con su teoría de dejarla allí pero tampoco iba a ser tan cruel en estos momentos.

Sentía la necesidad de hacer algo para decirle quien era el que mandaba en los dos, pero pensó que era mejor hablar como personas civilizadas. Laurence dio una manotazo a la madera que había libre en el asiento de madera, justo al lado de Rossetta – Bien Altobelli….-suspira – Tengamos algo claro Yo mando aquí y tú me sigues las ordenes ¿está claro? Tu familia me ha comprometido contigo así que de ahora en adelante creo que debería de cuidarte como es debido. Sí, no me mires de ese modo. Soy tu protector y el que se apoderara de tu lindo cuerpo si no opones resistencia….-Alzo ambas cejas observando el cuerpo de Rossetta. Le devolvió la mirada y solamente se echó hacia atrás en el asiento en donde él estaba.

El olor a carne quemada se podía oler perfectamente desde donde estaban, no hacía falta saber que las cenizas de la vampira ahora estarían elevándose y mezclándose con el aire. Le resultaba algo incómodo y solamente, en ese momento que la miraba y vigilaba, termino por cruzarse medianamente de piernas, apoyar el brazo hacia atrás en su asiento - ¿Qué hacías tú en este sitio sola? Y no me vengas que no tengo porque preguntarte ya que te he salvado la vida…-Murmuro lentamente, acercándose ahora a ella, sintiéndose el que mandaba completamente – No soy tu padre pero próximamente seré tu esposo y tendrás que obedecerme en todo….-Tomo vista de sus ropajes y las partes que las cubrían - ¿Qué talla usas de busto? –Se preguntó viendo como Rossetta tenía en si una talla más que admirable – Creo que te hare algo más que mi esposa….-Chasqueo la lengua cayendo en la cuenta de que estaba escaso de materiales.

-Por cierto…-Se acercó, saco las esposas de su chaqueta y se las coloco en las muñecas atadas en el banco de madera cerca de los hierros – Ahora estas bien colocada…-Sonriendo, volvió a su posición normal – Ahora, bien Rossetta, este es el plan…-Tosió para entrar en calor – Tú te casas conmigo, contentas a nuestros padres y evidentemente pensaba darte un plus de lo que quisieras de verdad….-Se acercó un poco, lo suficiente para no ser mordido – Y eh…-comenzó a besar lentamente su cuello – si deseas…puedo enseñarte mucho mas….-Comenzó a llevar una mano bajo su falda – que un simple matrimonio aburrido…-Fue susurrando esas palabras con lentitud, elevando la mano para poder llevarla cerca de su cintura.

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