Matrimonio concertado (Eva)

por **Zirano Xanaddo** Jue Abr 17, 2014 1:35 pm

Son las once de la mañana, abro las dos puertas del armario de mi habitación, miro la ropa que hay colgada en su interior con los brazos extendidos en cruz, aguantando las puertas abiertas. No se que ropa debería ponerme, en un rato llegara Eva Meissner. No se como me he metido en este matrimonio por conveniencia.

Todo fue tan rápido que apenas cuando me di cuenta ya estaba prometido. Recuerdo la noche en que conocí a la abuela de Eva, fue hace unos cuatro meses, era una cena de lujo en la comisaria. Mucha gente influyente acudió, banqueros, políticos, altos mandos del ejercito y la policía nacional, y otra gente de alta cuna. La cena parecía normal, como cualquier otro cóctel a los que acostumbraba a acudir en aquella época. Pero casi al final del evento, el comisario Philipe se acerco con la abuela de Eva cogida de su brazo.

-Zirano, quiero presentarle a Mary Ane Meissner. Si no recuerdo mal, buscas esposa verdad?- Me dijo el comisario sonriente, la mujer me miró con una sonrisa complacida. -Si señor, pero por que lo dice?- Le pregunte extrañado a mi jefe. -Mire querido, esta es Eva, mi nieta, y según Philipe es usted un buen partido.- Me dijo la mujer mostrándome un pequeño colgante con una imagen de Eva en su interior. Cogí el medallón y mire el retrato. Es una chica preciosa y sonreí. -Es realmente hermosa my lady. Sería todo un honor ser el marido de su nieta.- Le dije sonriente con mirada dulce. Le verdad que jamás pensé en un matrimonio de conveniencia, pero con lo bella que es la chica, preferí aceptar la oferta.

La mujer me miro con una sonrisa complacida. -Mi nieta se alegra cuando le conozca querido. Organizaré una cita con el comisario. Un placer conocerlo monsieur Xanaddo.- Me dijo alzando su mano. Yo de inmediato cogí su mano y le bese en su dorso.

Y después de cuatro meses hoy es el día en que por fin vamos a conocernos. Estoy algo nervioso, recuerdo su rostro en la imagen del medallón, pero tengo ganas de ver como es realmente. Miro los trajes, y elijo uno negro, de corte elegante. Me visto y me miró en el espejo, me queda perfecto, dándome un aire elegante y serio. Sonrío a mi reflejo, me retoco un poco el flequillo y salgo de mi habitación, miro el reloj de pie que hay junto a mi retrato, pronto llegará.

Bajo al salón y voy directamente al piano, abro la tapa de las teclas, y me siento en la banqueta. Y empiezo a tocar mientras espero a que mi futura esposa llegue.

por **Eva Meissner** Jue Abr 17, 2014 2:07 pm

Estaba algo molesta, mi abuela no había mencionado nada de un compromiso hasta la semana pasada. No era posible, yo que aseguré nunca aceptar un compromiso arreglado, pero era mi abuela y a ella nunca le podía negar nada, se había hecho cargo de mi y me había instruido como toda una dama.

el carruaje se detuvo y el mozuelo se bajó para ayudarla con su vestido, uno pomposo y delicado, con corpiño ajustado de color esmeralda en seda y la falda del mismo color con vuelos de organza. su cabello iba suelto y liso, solo afirmado por una peineta de plata con piedras preciosas. Observó la mansión donde vivía el señor Xanaddo, ésta era de gran tamaño, de estilo victoriano clásico y rodeada de vegetación.

Por el entorno parecía ser un hombre de poder, se lo imaginaba entrado en años y algo adusto de gesto, como todo hombre que busca esposa por compromiso.

"de seguro no puede conseguirla por si mismo..."

Avanzó hasta la entrada y tocó la campanilla. La puerta se abrió por un mayordomo vestido de punta en blanco.

-Señorita Meissner... adelante, el señor Xanaddo, la encontrará en seguida... acomódese por aquí, en el salón de estar.

Avancé por el salón que estaba decorado con buen gusto, aunque 100% masculino, maderas en caoba oscura y cuero negro, percibí un ligero aroma a café y un piano sonando de fondo. Me senté con delicadeza, cuidando de mi vestuario femenino además de fino no se enredara con mis zapatillas de raso y esperé a que el hombre a quien había sido prometida como esposa apareciera.

Jugué con mis dedos, negando la idea de que estaba algo nerviosa, el apellido Xanadoo nunca lo había escuchado, sabía que formaba parte de la policía y que era famoso en París, pero no podía sacar de mi mente el hecho de que estaba entregándome a un hombre que desconocía en absoluto y el matrimonio era para siempre... hasta que la muerte nos separara.

Sentí angustia severa y quería escapar de aquel lugar, no deseaba sufrir por un amor no correspondido, no cuando mi ideal era casarme por amor.

por **Zirano Xanaddo** Vie Abr 18, 2014 9:59 am

Sigo tocando el piano, concentrado en el sonido del mismo, sus natas bien afinadas me causan sensación de bienestar. Sonrío dulce y paso la página de la partitura pasando a tocar la última parte de la pieza musical. Pasan unos veinte minutos, cuando escucho de fondo la campanilla de la puerta. Sonrío sin dejar de tocar, sabiendo que debe ser Eva, aguardo junto al piano a que Nestor me lo confirme.

Pasa menos de un minuto cuando mi mayordomo entra en el gran salón donde me encuentro y dejo de tocar, cierro el libro de partituras. Nestor se pone a mi lado. -Mi señor, Eva a llegado, le esta esperando en la sala de estar.- Cierro la tapa que cubre las teclas del piano y miro a mi mayordomo mientras me levanto de la banqueta. -De acuerdo Nestor. Entonces prepara algo de beber y picar, por si le apetece a mi futura esposa. Quiero que comiences a fijarte en su gustos, de acuerdo?- Le digo sin mirarlo, mientras camino hacia la puerta que comunica con la sala de estar. -Como desee mi señor. Un poco de champagne estará bien?- Me dice Nestor para asegurarse. Yo solo alzo la mano asintiendo y abro la puerta doble.

Observo la sala de estar, y veo el cabello dorado de mi futura esposa, esta en el sofá sentada de espaldas a mi. Respiro hondo, me pongo firme, me coloco bien la ropa y me miro en el reflejo de la cristalera de un pequeño armario poniéndome bien un mechón de mi flequillo, que siempre tiende a ir al lado contrario de el resto del cabello,. “Dichoso mechón rebelde.” Pienso para mi y miro de nuevo a la chica y camino hacía ella. Me pongo a su lado derecho, junto al reposa brazos del sillón. Miro a la chica. Es bella y de aire elegante y exquisito. Su vestido pomposo le queda como un guante y luce realmente sexy.

-Buenos días mademoiselle Meissner. Soy Zirano Xanaddo. Su prometido.- Miro a la chica a los ojos y sonrío dulce. -Es mucho mas hermosa que en las fotos my lady.- Tomo su mano yme inclino para besársela. -Un verdadero placer conocerla querida.-

por **Eva Meissner** Vie Abr 18, 2014 12:39 pm

La sala de estar tenía unos grandes ventanales, de esos que no producen en París y que daban una vista maravillosa del jardín, todo en tonalidades de verdes y rodeado de hojas tornasol. una fuente de agua descansaba en el centro de la terraza. Pudo imaginarse que su prometido tal vez no era Francés.

esperó no mucho tiempo más, cuando de pronto una voz ronca y suave la sacó de su concentración. Se giró a la vez que el hombre seguía hablando. Se quedó perpleja al encontrarse con un demasiado atractivo hombre de no más de 30 años, frente a ella.

-señor, Xanadoo... mucho gusto... mi abuela le ha de haber hablado de mi y por lo que veo, le ha mostrado alguna fotografía mia...soy Eva.

Se levantó algo tímida y ofreció su mano, estirándola a la vez que hacía una reverencia elegante en saludo. No podía creer lo que veían sus ojos. Su prometido no era más que un hombre joven y guapo y eso rompía toda idea que se había hecho antes, la duda se quedó en su cabeza. Porqué un hombre como él estaba buscando prometida, si de por su apariencia e influencia podía conseguir cualquier mujer sin esfuerzo...se sonrojó levemente, ante las palabras de adulación que él le había susurrado,mostrando su rostro de porcelana, pintado de un sutil rosa.

" tal vez está loco...o tiene problemas de conducta, es antisocial o qué se yo...debo ser cuidadosa y no confiarme..."

Lo observó detenidamente. era alto y corpulento; características apropiadas para ser un hombre protector y que se preocupaba de la defensa de la gente de París. Se quedó prendada de aquellos ojos verdes de mirada profunda y masculina. El cabello castaño y rebelde, de su piel extremadamente clara.

por **Zirano Xanaddo** Vie Abr 18, 2014 5:36 pm

Mi prometida se levanta y me mira visiblemente sorprendida y solo le sonrío con dulzura. Si soltarla de la mano la miro a los ojos. Mi mirada es penetrante, intensa y dulce,y mi gesto amable y bondadoso. -Querida me acompaña?- Le digo con voz varonil y aterciopelada, acompañándola con el brazo para que se ponga a mi lado.

La miro seductor, con una sonrisa galante. -Por aquí querida.- Digo caminando junto a ella, evitando pasar cerca del ventanal, que deja entrar tan solo un poco de luz solar, lo suficiente como para que no quiera acercarme. Justo cuando estamos llegando a la puerta doble que da al gran salón, estas se abren y aparece Nestor, con una bandeja de plata sujeta tan solo con la mano derecha, y en ella una botella de champagne, dos copas, ambas tienen grabados en blanco mate, en forma de hojas de parra y su pie es como tres lianas enrolladas entre si y un plato con uvas, fresas y dátiles.. Nestor nos mira dando un paso hacía atrás con cara de sorpresa e impresión.

Me detengo mirándolo alzando una ceja. -Traigo el champagne como ordeno mi señor. Van a estar en el salón?- Dice el mayordomo adelantándose a nuestras acciones. Se gira antes siquiera a que le diga nada y va hacia la mesita de tronco de encina milenaria que hay frente la chimenea y los dos tresillos, sin soltar la bandeja deja ambas copas en la mesita, abre la botella con agilidad, usando tan solo una mano.

Mientras Nestor prepara todo, sin soltar a mi prometida de la mano, camino hasta los sillones. -Nestor es algo mayor, pero hay que reconocer que es bueno en su trabajo.- Digo sonriendo. Nestor, se levanta con las dos copas en la mano y nos ofrece una a cada uno. -Mesier. Madamme...- Cojo la copa y cuando Eva coge la suya. -Con su permiso.- Dice el mayordomo y se retira.

Doy un trago al champagne mientras miro a Eva seductor. -Su abuela es una mujer encantadora. Y lo del matrimonio concertado... fue cosa de el antiguo comisario.- Digo manteniendo la copa pegada a mi pecho. El recuerdo de mi mentor como policía aun s latente y me causa añoranza. -Pero he de reconocer, que ni en mis mejores sueños me imaginaba que fueses una chica tan bella. Será todo un honor ser su marido my lady.- Digo con media sonrisa y mirada atrevida.

por **Eva Meissner** Vie Abr 18, 2014 11:47 pm

Zirano me ofreció el brazo, para guiarme hasta el salón contiguo. Le dì una última mirada al jardín a través de los ventanales que se extendìan de piso a techo y avancé con cuidado de no pisar mi vestido.

Sin esperarlo el mayordomo que me había recibido llegó con una botella de champagne finísima y dos copas talladas y grabadas con detalle y dedicación. Me ofreció una, que cogí con mi mano derecha y esperé a que la llenara con aquel perfumado elixir.

- Así es... muchas gracias Nestor.

El hombre mayor se retiró con presteza y nuevamente mi foco de atención fue Zirano, quien me miraba de forma insistente. Escuché sus palabras como si fueran eco en mis oídos, repitiéndolas en mi cabeza segundos después de que terminara de hablar. Temí por unos instantes,a pesar de que mi abuela era una mujer con sabiduría y conocía a muchas personas influyentes en Francia entera, el matrimonio era un concepto muy fuerte como para aceptarlo sin tener conocimiento previo del hombre que tenía en frente.

-Agradezco sus halagos y no quiero ofenderle, su imagen y mi instinto me hacen pensar que es un hombre de bien.

Extiendo mi mano dejando mi copa sobre la mesa y luego comienzo a jugar con uno de los vuelos de mi vestido, apretàndolo, tratando de controlar mis nervios y sopeso las palabras que saldrán de mis labios.

-No me malinterprete, pero me gustaría que nos conociéramos mejor, previo al matrimonio...es necesario para mi.

Lo miró a los ojos esperando alguna señal o respuesta ante su petición, tratando de mantenerse fuerte y consistente en lo que pensaba, el atractivo de Zirano la confundía a cada segundo que pasaba.

por **Zirano Xanaddo** Sáb Abr 19, 2014 10:07 am

Miro a a chica, observando en su mirada que no esta segura del todo. Sonrío mirando a sus labios mientras habla, diciendo que parezco buena persona, pero por sus palabras duda. Y subo mi mirada a sus ojos de nuevo. Tiene labios carnosos y muy apetecibles, su nariz es respingona y pícara, y su mirada salvaje y pasional. Una verdadera belleza de aspecto salvaje.

Eva aparta la mirada para dejar la copa en la mesita, y juguetea con los pliegues de su precioso vestido. La observo callado, mirando su brazo, recorriendo con mis ojos desde su hombro hasta su mano y la miro a los ojos de nuevo cuando me dice que no la malinterprete, pero le gustaría que nos conociéramos mas antes de casarnos. Por que es necesario para ella.

Eva me mira, en su mirada veo un pequeño brillo, y sonrío levemente. -My lady. No debe preocuparse por eso. Respeto su decisión. No conoce nada o casi nada de mi.- Me pongo frente al tresillo y me siento, doy un par de golpes en el cojín del sofá, ofreciendo que Eva se siente. Dejo la copa sobre la mesita, tomo la botella y lleno ambas copas. Cojo la copa de la chica y se la ofrezco para después coger la mía, me siento acomodándome, y cruzo mis piernas, girándome un poco hacía la chica, con mi brazo pasando por encima del respaldo. -Cuénteme querida. A que se dedica mi bella prometida?-

Pienso para mi que puede que no haya acertado mucho con la pregunta, tras casi un siglo en este mundo sigo siendo el mismo hombre tímido y de pocas palabras. Muy pocas son las veces que he tenido que socializar, puesto que soy un hombre al que mas bien le gusta la vida casera y tranquila. La acción queda para mi trabajo. Miro a la chica a los ojos, con interés, escuchando sus palabras y deleitándome con su dulce voz.

por **Eva Meissner** Sáb Abr 19, 2014 10:37 am

Eva se acerca a Zirano sentándose cerca de él. Se detuvo a mirarle el rostro, era realmente joven para ser un comisario de la policía y para también ser el dueño de aquella mansión. Se preguntó si acaso sería el heredero de alguna fortuna, aunque eso poco importaba, ya que un hombre rico era sin duda a lo que debía aspirar según su posición social.

Cogió su copa de champagne y bebió de forma delicada.

-La verdad es que en estos momentos estoy a cargo de las finanzas de mi familia, soy la única nieta de mi abuela y es importante ver que todo vaya bien.

suspiró y volvió a mirarlo dejándose engatusar por aquella mirada, que aunque joven, parecía como si fuera de un hombre de experto y vividor.

-Suena algo fuera de lugar, no?... para esta época sería considerada algo entrometida y demasiado rebelde, puede que no sea lo que espera de una futura esposa...

El cabello de Zirano era rebelde y de pronto su flequillo cubrió su mirada, ante esto Eva no pudo contenerse y con sus dedos retiró aquel cabello, palpando la piel de aquel rostro de hombre, pero con aire etéreo. Estaba fría y suave como terciopelo.

-Podríamos encender la chimenea?... al parecer está usted congelado, no vaya a enfermar..

por **Zirano Xanaddo** Lun Abr 21, 2014 2:25 pm

Eva da un trago de champagne de forma delicada, con elegancia y decoro, y me cuenta que se dedica a llevar las finanzas de su familia, puesto que es la única nieta y debe ocuparse de que todo. Yo la miro a los ojos dulces, atento a todas sus palabras y tan solo asiento con la cabeza. Me dice que suena fuera de lugar, que puede ser considerada entrometida y rebelde, y que a lo mejor no es lo que yo espero en mi futura esposa.

Sonrío, la miro de forma dulce, pensando en lo cuidadosa que es, toda una dama. De pronto mi flequillo cae cubriéndome un ojo, y la reacción de la chica me toma por sorpresa.
Eva lleva su mano a mi frente para retirar el mechón de cabello, y acaricia mi frente con suavidad. Mi mirada se encuentra con la suya, salvaje y dulce a la vez, solo mirarla se que hay una mezcla de sentimientos en su interior. Yo le miro dulce y seductor.

Me dice con cuidado que si puedo encender la chimenea, que estoy helado. Sonrío divertido, yo no hecho eso en cuenta ya, pero es cierto que para un humano estoy frío como un muerto...
-Como desees my lady.- Le respondo retirando mi mirada de la suya para dejar la copa sobre la mesita, me levanto y voy junto a la chimenea, y preparo la leña, cojo un poco de aceite de lampara y lo echo sobre los troncos. Saco unos fósforos de mi bolsillo y enciendo la lumbre. El aceite arde de inmediato y en apenas unos segundos los troncos comienzan a crepitar, lanzando pequeñas pavesas naranjas muy brillantes que flotan a mi alrededor. Me muerdo el labio inferior. -Considero que es una chica inteligente, pues llevar las finanzas no siempre es fácil. Y por sus palabras deduzco que es toda una dama refinada y elegante, pero con un interior dulce. Eres un bombón, nunca mejor dicho.- Digo sin mirarla yo tan solo sonrío pícaro y miro las llamas, controlando que la leña arda bien, cuando las llamas crecen, cojo de al lado de la chimenea, un tronco bastante grande y lo pongo sobre el fuego. Muchas mas pavesas me envuelven pero son succionadas por la chimenea.

Me levanto, me sacudo un poco el traje y miro a Eva fijamente. Camino junto a ella, sentándome de nuevo a su lado. Tomo la copa y doy un trago, notando tan solo el cosquilleo del gas en mi lengua, cuanto a sabor, por desgracia es como si bebiera agua. Dejo la copa sobre la mesa y me acomodo.

-Eva querida. Dime que opinas de lo que, puede que sea, tu futura casa?- Le pregunto con una sonrisa dulce y pícara. Escuchando divertido su respuesta.

por **Eva Meissner** Lun Abr 21, 2014 3:00 pm

Lisbeth se queda estática, observando como su prometido se levanta y avanza hacia la chimenea, se arrodilla de forma de quedar a la altura de los maderos encendiéndola de forma rápida y limpia. No tardó mucho en que las llamas revolotearan explotando en chispas, entregando una luz cálida a la habitación.

Zirano responde ante lo que ella había mencionado previamente sin ofrecerle su mirada clara, casi transparente, más si lo que opina de ella. Su cuerpo se sobresalta y entreabre los labios; al escuchar sólo palabras de admiración y halagos.

-Un bombón... entonces... debería temer que algún día usted quisiera devorarme...

Sonrió coqueta sin ocultar su sonrojo, La verdad es que esa visita le había dado muchas sorpresas. Para comenzar nunca había esperado de su prometido a un hombre tan joven y atractivo, además de amable y de buenos modales.
No tarda en levantarse y caminar acercándose a mi. Su mirada tiene un brillo que me llama la atención, es como una llama, que atrae pero quema. Se sienta junto a mi y bebe champagne de forma varonil.

-A primera vista, me llamó la atención, vuestra casa es muy grande, y luminosa.

Se levantó del sofá francés de terciopelo y camino observando los ventanales amplios y elegantes.
-Usted tiene un jardín precioso, me encantan las rosas rojas y color marfil, el diseño es muy al estilo extranjero.- Volvió a dirigirle la mirada, mordiendo sus labios, se sentía extraña, algo acalorada sin saber porqué. -Los detalles son muy masculinos, pero de gran gusto... me gusta mucho esta casa, Monsieur Xaradoo.

sonrío. Puedo sentir el aire envolvente que irradia ese hombre, es algo extraño, algo que nunca había sentido con alguien. Me atrae demasiado a cada instante que pasa, como si hubieran hecho brujería sobre mi.

- esta casa la ha comprado usted o le ha sido heredada?...perdone mi cuestionamiento, pero usted es demasiado joven, me he llevado una sorpresa, yo esperaba estar comprometida con un hombre mayor, en especial al ver su casa.

por **Zirano Xanaddo** Mar Abr 22, 2014 11:16 am

Observo los carnosos labios de Eva, dice que mi casa es grande y luminosa. La chica se levanta del tresillo y camina hasta unos ventanales que hay al otro lado de la sala, tienen cortinas gruesas de color carmín oscuro con ribetes bordados en oro es los bajos. Me sorprendo al observar que los portones de dos de las ventanas no están cerrados y el brillo de la luz del día avanza por el suelo alargándose despacio. Miro a la chica sin levantarme del sillón. Ella alaba mi jardín, dejándome saber de que color le gustan las rosas. Se gira para mirarme y se muerde el labio. Me dice que los detalles son muy masculinos pero que le gusta la casa.

La miro seductor y dulce, ella me sonríe coqueta, noto su creciente interés por mi en el brillo de su intensa mirada azul. Eva me pregunta si la he heredado o la he comprado, por que me ve muy joven, ella se esperaba alguien mas mayor al ver la casa. Sonrío dulce y me levanto, camino hasta el centro del gran salón. Es amplio, con el suelo con baldosas de mármol blanco y negro, haciendo un cuadrado en el centro del salón como un tabla de ajedrez y a su alrededor, baldosas de granito pulido. Hay un piano blanco, un mueble bar en la esquina y varios bustos de diosas griegas y romanas entre ventana y ventana. El salón, aunque con casi todas las ventanas bien cerradas, esta bien iluminado por candelabros repartidos por varias mesitas y una gran lampara dorada de araña. Miro a Eva, con el brillo del sol, su pelo brilla y su rostro se ve dulce y hermoso. Sonrío.

-Pues querida esta casa, podría decirse que la heredé...- Sonrío divertido, algún día le contaré como me hice con esta mansión. Pero por el momento decido evadir con sutilidad el tema. -Hace ya varios años que vivo aquí y el antiguo comisario dejo todo arreglado para que cuando el faltase fuese mía.- Miro a Eva a los ojos, no le contado todo, pero tampoco tiene por que saberlo.

Nestor aparece por una puerta al lado de la chimenea, me giro mirándolo y el me mira a mi. -Señor. En media hora estará el almuerzo listo como me pidió.- me dice estirado como un palo, con un brazo doblado hacia su pecho y un trapo blanco cubriendo su antebrazo. -Excelente Nestor, continua.- Le digo asintiendo a su aviso, pues ya no lo recordaba, como vampiro que soy, no necesito comer.

Nestor coge las copas de champagne, y el resto de cosas de la mesita, pasa el trapo y se retira de nuevo a la cocina por la misma puerta por la que vino.

Miro a Eva, seductor y cortés. -Le apetece ver el resto de la casa mientras Nestor acaba la comida?- Le pregunto esperándola en el centro de la sala. La miro mientras avanza hacía mi mordiéndome el labio, su escueta cintura y exuberante pecho me encantan y cuando ella esta delante de mi la tomo de la mano y se la beso. -Ven, por aquí.- Digo sonriendo divertido y me giro tirando con suavidad de la chica, caminando hacía una puerta que hay bajo las escaleras.

por **Eva Meissner** Mar Abr 22, 2014 11:51 am

Eva se queda en silencio, él ha heredado aquella hermosa casa, pero no le informa más que eso, como si fuera un secreto.

De pronto y como si el momento de intimidad entre ellos se rompiera, ingresa el mayordomo. Viene serio y con aquella mirada vacía para informarle a su amo que la comida ya está lista. Me pregunto que clase de comida servirán en la casa de mi prometido, mi apetito es ligero y evito consumir mucha carne.

" será cortés mencionarlo?... me parece que mejor es seguir el hilo de todo y demostrar de donde provengo..."

le miró de soslayo, observando los modales cultivados de Zirano. Su nombre queda en mi mente, no deseo olvidarlo, la verdad es que cada vez me siento más a gusto con mi compromiso, pero sé que no he de confiarme, la primera impresión siempre queda grabada, más ésta puede cambiar de un instante a otro, como las estaciones del año.

No presto atención a lo que le comenta a su mayordomo, solo lo observo a él, sintiendo nuevamente esa atracción, energética, como si me hipnotizara de a poco. sus ojos se clavan en mi y me atraen a acercarme hacia él. Camino despacio, cuidando de mis pasos y del peso de mi vestido, que me aprisiona y me hace sentir ahogada a veces, envuelta en aquellos alambres forrados de satín, que me hacen ver hermosa y femenina. Explota el encanto cuando coge mi mano con su piel suave y gélida como hielo y la besa de forma delicada.

Mi voz apenas sale de mis labios, me falta el aire ante los arrebolados sentimientos que aquel hombre me produce, sólo puede escapar un susurro frágil y delicado

-Querido...Guíame como gustes.

Se gira y yo voy con él, aspirando con desespero aquella fragancia a cedro y madera que flota desde su cuerpo. Es un aroma contrastante con el que he usado hoy. La orquídeas y azucenas en flor, con un dejo de almizcle y vainilla.
Avanzamos hasta detenernos en una puerta, con detalles cuidadosamente tallados, que está ubicada bajo las escalas.

-Vuestra casa... es subterránea?...

Lo observo con mis mejillas ruborizadas y mariposas en mi estómago; imaginando por primera vez lo interesante que sería explorar la casa sólo los dos.

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