I'm from where the magic is... (Sam)

por **Aishell Demberg** Vie Ago 27, 2010 7:04 pm

Era una noche cerrada aquel día. El viento azotaba descaradamente el bajo del odioso vestido que tenía que llevar por las costumbres francesas, y el olor a pasteles que París ofrecía de día se había extinguido por completo. Ahora las calles eran un desierto donde algunos vagabundos y trasnochadores intercambiaban palabras con el vacío.

Había salido de mi escondrijo en el bosque al caer el sol para no llamar mucho la atención. Prefería evitar a la gente, y las plazas de París eran un manojo de personas desde la madrugada hasta bien entrada la noche. Pero aquel día era demasiado tarde para jovenes de alta clase. Esquivé algunas cajas apiladas en una esquina y me refugié un tanto más en un chal de seda que llevaba. Hacía fresco, y eso era raro a principios del otoño como estabamos.

Pretendía atravesar París limpiamente para adentrarme en el bosque contiguo. Llevaba días sopesando el terreno para hacerme la idea de por donde debía andarme si quería encontrar lo que buscaba. Me había pasado los últimos meses leyendo y releyendo un manuscrito que no paraba de mencionar un objeto que podía quitar los poderes a las hechiceras que lo tuvieran, y era lo que más deseaba en el mundo. Deshacerme de ese don estúpido e indomable que me torturaba día a día, obligandome a recluirme en soledad.

Un callejón estrecho era lo que atravesaba cuando un joven apareció frente a mi. Si queríamos pasar a la vez probablemente tendríamos que medio chocarnos, y no estaba en disposición de hacerlo. Me di la vuelta... tarde. Otro hombre me había cerrado paso. Lo único que desee en aquellos instantes es que no me enfurecieran, porque si eso sucedía... perdería el control de mis poderes y al amanecer abría dos cadáveres en aquel callejón nauseabundo. Decidí hacerme la loca y continué andando de frente. Obviamente, la mano sudorosa del hombre me aferró por el brazo sin dejarme pasar. Ahí fue cuando mis nervios comenzaron a apoderarse de mi.

por Invitado Sáb Ago 28, 2010 5:03 am

Aquella noche había salido justo después de la puesta de sol de la mansión de Shanon ya que no aguantaba mas entre esas cuatro paredes que ya me encerraban durante unos cuantos días de los cuales había perdido la cuenta ya, además necesitaba alimentarme ya que empezaba a notarme débil.
Me movía ágilmente entre las calles sin dejarme ver mucho buscando a un despistado humano del cual poderme alimentar. Finalmente encontré un mendigo deambulando por callejones al cual fue muy fácil de persuadir a que se viniera con migo y acabe llevándomelo al bosque, allí lo puse contra un árbol y le mordí chapándole la sangre. Esta baja por mi garganta saciando mi sed y devolviéndome al completo mis fuerzas a pesar de que había probado victimas más sabrosas.
Tras ello escondí el cuerpo del mendigo mientras borraba alguna posible pista que hubiera podido dejar durante mi festín. Después, mientras me limpiaba la sangre que corría aun por mi barbilla pude observar una humana andaba por el bosque en dirección a la ciudad llegando a esta.
Me llamo la atención aquella humana que esquivaba al resto de las personas con las que podía encontrarse como si odiase el contacto con su iguales o porque temiera cualquier cosa, se notaba en su forma de actuar que no era una simple humana la que andaba por las calle de París con una imagen normal, sino que tras aquella imagen escondía algo y creía saber lo que era. La seguí durante un buen rato sin que ella se diera cuenta a una distancia prudente hasta un callejón donde dos hombres la acorralaron, ella siguió adelante hasta que uno de estos dos hombre la agarro del brazo.
Me quede en las sombras observando lo que ocurría sin intervenir en un principio pero estaba claro que no iba a permitir que a aquella mujer le ocurriera algo ya que me había despertado una gran curiosidad.
El hombre la siguió agarrando fuertemente y el otro hombre se acerco por detrás suyo hasta llegar a la altura donde se encontraban ella con el primer desconocido, se notaba en la mujer su nerviosismo reflejado en la rapidez con la cual su corazón repartía la sangre por todo su cuerpo, aquella dulce sangre que podía oler desde mi escondite.

por **Aishell Demberg** Sáb Ago 28, 2010 6:38 am

No me hizo falta volverme para saber que el hombre que se hallaba a mi espalda ahora lo hacía a apenas un metro y medio. El primero me empujó hacia la pared sin soltarme la mano. Lo miré inexpresivamente. No tenía miedo por mi. Temía por lo que les podría hacer si aquello iba a peor. Demonios. No sabía cómo actuar. No podía utilizar magia porque sería demasiado evidente que era una bruja... y tampoco podía finguir un ataque de pánico cuando no tenía miedo. Mis nervios eran únicamente tensión. Decidí intentar solucionar aquello de manera humana. Pegué un tirón y me zafé de la mano del primero, empujándolo hacia atrás y haciéndole caer. Salté por encima suyo y eché a correr con el corazón encogido, pero mi plan no era tan bueno como pensaba. El segundo hombre era muy veloz y me atrapó antes de que saliera del callejón, arrastrandome hacía atrás de malas maneras.

-Bien, esto será más divertido si te resistes- dijo con voz socarrona apestando a alcohol. Puse los ojos en blanco-. Las mujeres no deben ir solas por ahí a estas horas...

-Es mejor que me dejeis en paz- dije con un gruñido. E ahí el primer aviso-. Suéltame...

El hombre miró al primero, que se acababa de levantar tambaleante y soltó una carcajada estúpida. "Mal Elideth, mal". Un cosquilleo subió por mis manos y quise evitarlo por todos los medios, porque era el indicio de que mis poderes acudían a mi como si les hubiera pedido ayuda, pero mi don hacía lo que quería. Estaba descontrolado.

-No te preocupes guapa... te lo vas a pasar muy bien con nosotros, ¿no es cierto?- se acercó a mi. Incluso se atrevió a ponerme las manos en la cintura mientras su compañero me sujetaba.

Por un momento se me revolvió el estómago y quise gritar como una chica normal y corriente, pero tuve que repetirme que lo que ellos pudieran hacerme esa noche no era nada comparado con lo que yo podía hacerles a ellos. Mis nervios afloraron susurrándome cosas terribles al oido, llamándome asesina por cosas del pasado. Y me desesperé. Gemí cerrando los ojos cuando un torrente de energía se aposentó en mi cuerpo, y era doloroso, porque yo no permitía que el poder saliera de mi. Era la única forma de no volver a matar. A la desesperada, pegué un rodillazo dirigido al estómago del que se hallaba frente a mi, y segundos después ya soltaba maldiciones a todos lados. No vi el objeto afilado que sacó del bolsillo, ni tampoco la rapidez con la que cortaba el aire rasgando la cintura de mi vestido. Entonces sí que grité pero volví a pegar patadas incluso notando como el otro hombre me agarraba por el cuello para mantenerme quieta.

por Invitado Sáb Ago 28, 2010 9:22 am

La pusieron contra la pared lo que me hizo sentir que ya no tenia nada que hacer cuando de repente con un tirón se soltó de la mano del primer individuo y empezó a correr pero sin mucha suerte ya que el otro hombre corría a gran velocidad y la atrapo a la entrada del callejón sin llegar a salir de este. Aferrándola la llevo de vuelta al sitio de antes donde el hombre se reponía del golpe que le habían dado.
Escuche toda la conversación que habían tenido y no me parecían hombres educados además de que iban borrachos. Estaba apunto de salir cuando vi que le daba una patada al hombre que la acosaba por delante lo que hizo quedarme quieto un rato mas observando lo que hacia pero no le sirvió para mucho, lo único para embrutecerlo mas ya que saco una navaja y le corto la parte inferior del vestido.
Vi como se retorcía y su cara de angustia que aumentaba por momentos, el segundo hombre la agarro del cuello intentando inmovilizarla lo que me hizo saltar de mi escondrijo.
Me acerque a ellos lentamente haciéndome notar lo que hizo que ellos se pararan en un principio y alzando mi voz dije - ella no va sola..................va conmigo - y les ordene mirándolos fijamente - Soltarla -, los dos hombre se empezaron a reír de lo que yo les ordenaba y dijo uno - No se si vos os dais cuenta pero vos es uno y nosotros dos -
Se hizo el silencio una sonrisa maliciosa salio de mis labios mientras pensaba en mi mente "no querréis probar de lo que soy capaz". Mientras tanto seguí acercándome hacia donde se encontraban los tres quedándome a unos escasos metros. Inclinándome hacia un lado y observando a la señorita dije - eso no está bien hacérselo a una madamme -
Tras mi comentario pareció ofenderse el hombre de la navaja el cual se volvió hacia mi y me ataco por lo que lo esquive y acto seguido lo cogi y lo lance contra la pared con una fuerza mínima sin que se notara en exceso mi abundante fuerza de vampiro. Después de ver eso el otro hombre soltó a la señorita y huyo sin mirar atrás dejando a su compañero en el suelo del callejón quien se levanto torpemente y se fue como pudo.
Me moví poniéndome mas cerca de la señorita y le pregunte - ¿se encuentra usted bien? - y observando los cortes de su vestido me quite el abrigo y se lo ofrecí para que se lo pusiera y le tapara un poco.

por **Aishell Demberg** Sáb Ago 28, 2010 10:36 am

No podía creer lo que estaba pasando. ¿Me estaban intentando violar y yo no iba a hacer nada en absoluto? Estaba bloqueada. El dilema de si debería anteponer mi seguridad a la de dos vidas hacía que mi pulso se acelerase peligrosamente, y la adrenalina calmaba un tanto el dolor que me producían los poderes intentando cargarse a esos dos hombres sin mi permiso. La cabeza me daba vueltas. Cerré los ojos unos instantes sin parar de forcejear, oyendo tela rasgarse, y de pronto una voz se alzó entre el resto. Vi la sombra de un joven, pero no podía ver su rostro claramente. Estaba demasiado oscuro para mi vista. Todo ocurrió muy rápido, y cuando me quise dar cuenta ya no tenía una mano presionandome el cuello, y en aquel callejón solo había dos personas. El joven que había surgido de la nada y yo.

Le miré de arriba abajo, detectando su clase al instante. Por un momento solo oi mi propia respiración y un zumbido en los oidos producido por la tensión de los minutos anteriores. Después la pregunta del hombre se hizo paso en mi mente.

-No se acerque- dije con voz seria casi automáticamente. A pesar de haber pasado lo peor, no estaba segura de poder controlarme. El hecho de que aquel hombre me hubiera ayudado y de que yo pudiera hacerle daño en un instante me ponía nerviosa, metiendome en un círculo sin salida-. Estoy... . No se como estoy...

Estaba confundida, pero no lo suficiente como para dejar de lado mi papel de chica detestable que ahuyentaba a toda persona que pretendía hablar conmigo. Estaba segura de que mi apariencia era lamentable, con el bajo del estúpido vestido echo girones y una tajada desde la cintura hasta la parte de atrás de la espalda. Maldije por lo bajo cuando se acercó y me puso el abrigo por los hombros sin hacer el menor caso a mis advertencias, pero ¿él que iba a entender? Metí la mano debajo de la chaqueta que aquel hombre me había puesto, al notar una punzada en el costado. Incluso sobre la ropa noté algo húmedo. Mi propia sangre. Siseé, pero no quise llamar más la atención de ese hombre. Cuanto menos se preocupara por mi antes se iría y antes salvaría el cuello.

-No debería haberlo hecho, le podría haber pasado algo- dije a regañadientes mirándole a los ojos. Mi orgullo finguido no permitía dar las gracias, aunque interiormente quería arrodillarme ante aquel hombre y decirle que estaba en deuda con él, que además de ayudarme me acababa de dejar su abrigo y ya no me sentía tan humillada.

por Invitado Sáb Ago 28, 2010 3:19 pm

Tras ver como me observaba me quede en silencio esperando a que se recuperara de lo que estaba ocurriendo allí mismo hace unos poco segundos antes. Cuando pareció que ya se había recuperado lo único que dijo es que me alejara de allí, que desagradecida pero la verdad es que se le notaba rara e incomoda incluso con ella misma por lo que no me lo tome como algo personal y tome por encima el comentario y tras su ultimo balbuceo me di cuenta de que necesitaba algo mas de asimilación para que ella pudiera relajarse.

A parte de eso se notaba que estaba acostumbrada a ser una persona independiente con poca relación con el resto de personas incluso que las esquivaba como había observado antes cuando la seguía hasta el callejón donde ahora nos encontrábamos los dos uno enfrente del otro esperando........................................esperando a no se, no se lo que esperaba pero tenia mi curiosidad que es la que me había hecho quedarme todo ese rato siguiéndola y luego salir a defenderla aunque algo me decía que no habría hecho falta que se las habría arreglado ella sola.

A pesar de todo acepto mi chaqueta colocándosela cubriéndose los desgarros del vestido que aquel indeseable hombre le había hecho. Fue entonces cuando percibí ese dulce olor, ese olor que puso mis pupilas como platos y que hizo que toda mi boca me llamara a mordela pero gracias a tantos años de autocontrol estaba preparado para soportarlo, dando gracias de que me había alimentado justo antes de todo lo ocurrido además. La observe atentamente bajo la apagada luz del lugar hasta dar con la herida de donde emanaba la sangre y mirándola le dije - eso te lo tendrías que curar - no tenia muy mala pinta pero no podía arriesgarse a que se le infectara.

Tras esto, tras oír su advertencia sonreí y dije - no ha sido nada, no te preocupes por mi no creo que eso me hubieran podido hacer algo -

Mire a un lado del callejón y luego mirándola a ella dije - seria mejor que nos fuéramos a otro lugar – y me quede esperando su respuesta

por **Aishell Demberg** Sáb Ago 28, 2010 7:06 pm

-No... no es nada. Estaré bien...- musité pasando el peso de una pierna a otra. "Me lo merezco" quise añadir, pero solo lo pensé.

Noté que el alma se me caía a los pies cuando el joven me respondió tan normal, incluso vi cómo sonreía. Normalmente, la gente que recibía mi trato hostil respondía con otro trato hostil, y así yo podía continuar con aquella actitud seca sin dificultad y mi plan de evitar a las personas daba resultado. Cuando alguien como aquel hombre iba por las buenas conmigo, me costaba muchísimo ser borde e insensible... a veces sentía pena por mi vida...

Miré al suelo aturdida sin apartar la mano del corte. Me escocía, pero no tenía derecho a quejarme. Mi visión de "Elideth" era de todo menos buena. Me sentía como un monstruo que amenazaba con destruir cuanto tocaba sin proponérselo. ¿Cuantas veces había pensado que era mejor morir que aquella vida? Pero no, cabezota de mi seguía intentando buscar otra salida. Un remedio para mi... una cura para acabar con mis poderes y ser humana. Y en su busca me encontraba antes de suceder aquello.

-Si... creo que es mejor que nos vayamos...- dije dando unos pasos hacia el frente-. Yo... me dirigía al bosque... por el que pasa el río. Me llamo Elideth...

Sentí que el hombre caminaba a mi lado, e instintivamente me eché hacia un lado sin apartar la vista del suelo. Me daba miedo tocarle pese a que mis poderes parecían estar disminuyendo de nuevo. Ahora me sentía vacía, desmoronada por lo sucedido, y desee estar sola y no tener que comportarme estúpidamente con aquel joven que me había ayudado.

-Pero no quiero que vengais conmigo- dije, y mi voz se tornó menos seria de lo que pretendía, haciendo notar que estaba mintiendo. Dioses, nunca me había pasado aquello, incluso me había dolido tener que "echarle". Sentí la necesidad de darle una razón-. No es... seguro y no quiero más problemas hoy

por Invitado Dom Ago 29, 2010 2:06 pm

Intento quitarle importancia a la herida por lo que intente ignorarla de momento a no ser que viera que le causaba alguna molestia, incordio o algo ya que seria entonces cuando tendría que ir a que le vieran esa herida.

Estaba mirando el suelo y se le veía algo aturdida a la vez que pensativa, esto ultimo era claramente visible en su cara. Finalmente asintió a que nos teníamos que ir de allí dando unos pasos hacia el frente sin levantar la mirada del suelo y dijo cual era su destino. Curioso acababa de salir de un bosque y se dirigía a otro que estaba justo al otro lado de la ciudad esto confirmaba finalmente que tenia un carácter un poco antisocial.

Decidí seguirla ya que después de lo que había ocurrido y de que me había entrometido no la iba a dejar irse a solas así como si nada. Ella se dio cuenta de que yo la seguía e iba con ella lo que pareció que no le gusto a lo que respondió echándose a un lado.

Fue entonces cuando añadió que no quería que la acompañara, eso hizo quedarme quieto en el sitio al momento ella había dicho que no quería que la acompañara algo que era claramente mentira ya que su tono de voz la había fallado por completo pero me presento una duda en si debería o no ir con ella..................................en el fondo no se me había perdido nada en aquel bosque ni con ella pero aun seguía esa curiosidad que me hizo decir - tranquila no te preocupes por mi, enserio - y seguí andando junto a ella intentando ocultar mis colmillos, los cuales respondían solos ante el olor de aquella sangre.

Antes de que pudiera abrir la boca y decir que no cambie de tema diciendo - Me llamo Bradbury, Sam Bradbury - y parándome hice una reverencia hacia la joven.

por **Aishell Demberg** Miér Sep 01, 2010 9:06 am

Esperé a que el joven dijera también su nombre y observé su reverencia. Pensé que si supiera que era una bruja no haría ese gesto ante mi nunca. Creería que soy algo inferior y por lo tanto no merecía ese trato. Una vez más, maldije a la sociedad. No supe reaccionar cuando insistió en acompañarme. En fin... que fuera lo que dios quisiera.

-Bien... pero recordad que os dije que podría ser peligroso... - musité mirándole por primera vez a los ojos.

Un farolillo iluminaba su rostro, y lo cierto era que sus facciones eran hermosas... pero eso no solucionaba el hecho de que podía matarle si ocurría algo fuera de lo nornal cuando entráramos en el bosque. Me entró cierta curiosidad. ¿Qué hacía en un callejón de París a esas horas de la noche un tipo como él de buena clase? Aparté la vista y seguí caminando hacia el bosque.

-Estabais viendo lo que ocurría en el callejón desde el principio, ¿verdad?- dije sin pensarlo. No tenía ninguna prueba de ello... pero al fin y al cabo quizás me enterara de lo que quería saber empezando por ese dato.

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