Las aventuras de una pirata en tierra || Libre

por **Castalia Birdwhistle** Mar Mayo 06, 2014 4:36 pm

Castalia estaba preocupada, paranoica, no deseaba quedarse en ese lugar por mucho tiempo, las personas le miraban raro su color, al parecer era malo ser una mestiza, las mujeres ocultaban, con sus abanicos, sus rostros deformador por la impresión de ver a una negra pasear por sus calles como si nada. Ella no pertenecía a la tierra, no le importaba a que clase social decían que ella debía pertenecer o por su color en que status debía estar, Castalia era mucho más valiente que varios hombres de la alta clase, fácilmente podría llegar a vencerlos si se propondría a hacerlo, claro, solamente si eran aquellos emplumados bien vestidos que se creían que por tener una espada lujosa y tomar algunas prácticas con buenos maestros, ya eran expertos y podrían ir a la guerra. Ese tipo de personas no vivía mucho en el mundo de la Leona.

El cuerpo de aquella felina era más que envidiable y lo exhibía como ella lo deseaba, en esa ocasión se había puesto unos pantalones ajustados que elevaban su buenos glúteos y se pegaban a sus piernas como si esta fuera una segunda piel, las mismas botas gastadas de hace más de ocho años habían perdido su color negro en algunas partes, pero aun seguían buenas, según ella. Se había puesto una camisa blanca con un chaleco de cuero que ajustaba su torso y terminaba de levantar su busto, era como un corsé, pero no se comparaba en comodidad, aquello solamente se lo ponía para poder esconder algunos cuchillos en la parte de adelante, cerca de sus senos que estaban a la vista de todos, pues los primeros botones estaban abiertos por culpa del calor abrazador que estaba haciendo. Su bolsa especial de cuero se la puso en su cintura, en aquel lugar guardaba dos armas, pero la gente se escandalizaría si las llevaba a simple, así que a regañadientes se las quito.

―No puedo irme desarmada! ― replico, si deseaba llevarlas, debía esconderla muy bien y el problema con esas ropas era que no tenia donde esconderlas. pronto desistió dejando salir un leve gruñido ―No, No me pondré una puta falda― indico ella sacando solamente una arma y ocultándola a un lado de su torso con otro colgante de cuero. Para ocultarlo se puso un chaleco largo, que le llegaba a las rodillas. Allí se veía nada, si ella no deseaba que se viera. Sonrió satisfecha, no debía ponerse una puta falda. Su cabello lo dejo alborotado y desaliñado como siempre.

Sus antiguos compañeros ya no estaban, ahora andaba sola en esta ciudad, salió de aquel cuchitril luego de unos minutos, de forma discreta. Iba en busca de las pistas para saber donde carajos estaba la pequeña muestra del tesoro de su padre, lo necesitaba, ya comenzaba a quedarse sin recursos. Había un viejo marinero, aquel viejo le debía decir al menos tres palabras que sirvieran, pero antes de poder llegar al lugar predestinado fue interceptada por un grupo hombres fornidos, en su rostro se veía aquel rasgos de ser matones, mercenarios por apenas unos pocos francos. ―Esto está mal…― susurro ella. No quería utilizar su arma, sabía que debía haber traído la otra, pero gracias a los escasos lugares para tenerla no lo hizo. Sonrió de medio lado, debían escapar.

Ella era hija de un pirata, astuta antes de nada, se fue por donde llego, o eso fue lo que pareció, rápidamente se escondió en un pequeño callejón mugriento, los hombre rápidamente se fueron hacia donde estaba la población más grande de personas mientras que Castalia seguía su camino, pero rápidamente uno de ellos la divisó y llamo a los otros. ―Demonios…― chasqueo su lengua, notablemente Castalia era el objetivo pues la siguieron aunque esta se había metido en un callejón concurrido y lleno de puestos. Su corazón comenzaba a acelerarse demasiado, debía detenerse por unos segundos a descansar, pero eso significaba que iba a ser atrapada. Su cuerpo no pudo dar completamente una vuelta y se golpeo con la pared que le daba la bienvenida a detenerse ―Ahg… Maldita sea― gimió de dolor sujetándose el brazo. Tambaleo por unos momentos hasta que se detuvo para mirar hacia atrás… al parecer no la seguían ―Ja… Idiotas! Nadie me puede ganar― dijo ella con su gran ego mientras se reincorporaba y movía su brazos que parecía estar bien.

por **Murat Khan** Miér Mayo 07, 2014 7:23 pm

Se encontraba en una misión o al menos así le gustaba verlo a ella cada vez que escapaba de sus deberes e iba en busca de más libros de hechicería o brujería o hierbas, cualquier libro que le ayudara a mejorar o simplemente que satisficiera su curiosidad por aquel mundo que ya comenzaba a dominar a la perfección. Ese día había decidido en ir al mercado ambulante, a las partes más obscuras y olvidadas para encontrar los libros que tanto estaban prohibidos, por esa razón había decidido ir con las ropas más humildes y simples que pudiera encontrar en su mansión. Masha, su leal sirvienta, le había proporcionado aquel vestido a rayas delgadas azules y una capa al mismo tono. Llevaba colocada la capucha para ocultar su cabello rojizo y mantener los bucles en su lugar así como para que su rostro permaneciera "irreconocible".

Había estado dando vueltas todo el día, llevaba ya casi cuatro horas fuera de casa y sabía que pronto debía de regresar. Dentro de su capa mantenía escondidos los dos tomos que había logrado adquirir en aquella búsqueda, bien protegidos contra su cuerpo para que el mundo no fuera cruel y le robara su pequeño y preciado tesoro. Al estar consciente de la hora y de su falta en sus actividades se fue encaminando a casa por el camino más corto pero el que cruzaba por toda la calle llena de puestos. Iba justo por la mitad cuando de pronto una chica se apareció súbitamente para estrellarse contra una pared que ella había estado por cruzar. Se quedo sorprendida pero por reacción se movió conforme la otra se movía al parecer sin notar que casi la aplastaba por segunda vez.

-No veo por qué alguien quisiera ganar en algún juego que conlleve a estrellarse contra la pared- comento aún sorprendida por la aparición de la otra chica. -Déjeme revisarla, podré decirle si tiene alguna herida mortal o al menos podría evitar que se la haga con esos movimientos tan bruscos-

por **Castalia Birdwhistle** Miér Jun 04, 2014 10:37 pm

Ella estaba totalmente distraída, el escuchar la voz de alguien tan cerca la altero, dio un salto hacia atrás, su cuerpo ya se había tensado y estaba preparándose para atacar cuando noto que era simplemente una mujer con la que al parecer había tropezado o había podido hacerlo si ella no se hubiera apartado de su camino, respiro aliviada, pero solamente un poco, pues no podía confiarte de cualquiera, por eso la miro de arriba abajo, parecía una persona común y corriente que se preocupaba por el gran golpe que la pirata se había dado en el hombro.

― Si es un juego salvar tu pellejo, cualquier cosa se vale ― explico poniéndose su mano en el hombro adolorido, era mejor salir un poco lastimado que totalmente muerto, negó suavemente ― no tengo dinero para pagarle a una curandera, además no creo que sea mortal, tal vez duela unos días, pero de resto no ― se alzo los hombros y noto que si dolía mas de lo que debía ¿se habría sacado de lugar el brazo?.

―maldicion…― refunfuño, mientras se ponía en una pared para poder regostarse ― huyendo de esos imbéciles, creo que si esta peor de lo que pensaba ― la adrenalina se iba de su cuerpo, ahora si sentía el verdadero dolor que comenzaba a ser insoportable.

por **Murat Khan** Lun Jun 30, 2014 2:29 pm

La escucho mas prefirió emitir cualquier comentario pues entendía lo que la otra quería decir con esa respuesta aunque ciertamente le faltaba un poco de información para saber de qué estaba hablando la otra por completo, porque así como lo entendía y veía bien podría estar pensando en que esa chica estaba teniendo ilusiones. Pero ella no era quién para juzgarla. Después escucho la negación ante la curación y quiso decirle que no iba a cobrarle nada pero aquel nuevo gesto que adornaba su rostro le decía más que todo lo que negaba.

-Vayamos- dijo sin más, tomando del brazo bueno a la otra chica y cruzándolo con el suyo.-Llamas ya mucho la atención, así que al menos procura parecer mi escolta y nadie se nos acercara- comento empezando la caminata lenta y pausada que representaba la de alguien cansado y de edad avanzada.

Caminaron lo suficiente para estar alejados de todos esos ojos curiosos que habían visto como la chica con pantalones se estrellaba y cuando encontró un espacio vacío y solitario soltó a la herida.

-Por favor toma asiento- pidió mientras se quitaba la capa, dejándola a un lado para cubrir con ella los libros y poder moverse con más facilidad. -Primero tocare para ver qué tan grave es- explico mientras se acercaba de nuevo a la chica y posaba con suavidad sus manos sobre el hombro, moviéndolas con agilidad y precisión, haciendo sólo los movimientos necesarios para poder conocer la gravedad del asunto. -Es cierto, no morirás del hombro, pero debo acomodarlo de nuevo en su lugar-

por **Castalia Birdwhistle** Sáb Jul 05, 2014 12:35 pm

Era extraño sentir que alguien deseara ayudarla, ya estaba acostumbraba a que la miraran de reojo y siguiera adelante con su vida, pero ella no lo hizo, aquella mujer se ofrecía a curar las heridas de Castalia, fácilmente podía haberse dado media vuelta y dejado todo como seguía, pero aun insistía en tal acto, la desconcertaba, debía aceptar que estaba un poco mal herida, la había sujetado y caminaba como podía, mientras trataba de mantener el brazo herido lo mas inmóvil posible, siguieron caminando, Castalia no podía evitar ser llamativa, su color era uno de los más grandes problemas, pero la buena samaritana parecía no importarle nada de eso.

Al final pudo sentarse y descansar, dejo salir un suspiro de alivio mientras se arregostaba a una pared — No necesita hacerlo — volvió a insistir mientras con su mano buena se acomodaba sus cabellos negros hacia atrás. Sintió las pequeñas manos de la joven en su hombro, un dolor agudo recorrió todo su cuerpo. — JODER….!! — grito mientras aguantaba las ganas de insultarla y darle un empujón. Sintió que le faltaba la respiración, jadeo varias veces antes de sentir que volvía en sí y el dolor disminuía cada vez más, ya que no la estaban tocando.

Escucho el diagnostico y sus ojos se abrieron de par en par — ¿Qué quieres hacer qué? — Trato de mover el brazo, quería demostrarle que no era necesario, pero el dolor punzante apareció otra vez, haciendo que se retorciera de dolor — Ahg.. — Jadeo — Esta bien… pero apresúrate… — se aferro al hombro de ella mientras trataba de reincorporar — Lo siento… no quiero ser una carga — trato de prepararse psicológicamente — No me digas cuando lo vayas hacer… dime cuéntame… ¿Cómo te llamas? Yo soy Castalia — trataba de distraerse, de no pensar lo que venía a continuación, aunque estaba comenzando a tensarse, pues sabía lo que venía.

por **Murat Khan** Miér Jul 09, 2014 11:02 pm

Ni siquiera le prestó atención a su insistencia de no asistirla en aquel momento, para ella las heridas siempre eran graves y realmente no tenía ninguna necesidad por la cual estar cobrando por sus servicios así que lo hacía con gusto, eso y que de alguna forma había que seguir practicando así que no dejaba de lado cualquier herida, por pequeña e insignificante que fuera. Durante todo el tiempo que la toco para inspeccionar la herida se mantuvo al tanto de las reacciones de la otra chica, sabía que aquello dolía como los mil demonios pero tampoco iba a permitir que la lastimaran como forma de defensa ante esa situación, de nada servía tener dos heridas y nadie que las ayudara. Por un segundo espero a que la otra se desmayara con eso pero era bastante fuerte y aguantadora, como lo mostraba su lenguaje y su aspecto, eso le daba cierta desventaja pero al mismo tiempo tenía la ventaja de que aun se mantenía sentada, sería difícil curarla mientras estaba en estado de saco de papas.

Iba a contestar a su pregunta cuando de pronto la otra decide moverlo por sí sola -¡Espera!- grito alarmada por eso y la intento detener, sólo que el dolor pareció haber hecho su trabajo. Suspiro un poco más aliviada pues no quería que ese trauma se agravara por insensatez de la paciente. Escucho que le daba el permiso para hacerlo pero antes de eso se vio sujeta por la otra, la observo a los ojos, notando el dolor en ellos y la desesperación. -No eres ninguna carga para mí, así que no hay necesidad de preocuparse por eso- le sonrió de forma tranquilizadora y tomo el brazo lastimado, alzándolo ligeramente, sintiendo la tensión en la otra pero tensándose ella en cuanto le preguntaron su nombre. -Bueno imagino que ocultarlo no vale la pena cuando ya has visto mi rostro. Mi nombre es Séraphine Broussard de Meppen, para servirte. Castalia es un bello nombre, nunca antes lo había escuchado, así que por eso y por el tono de tu piel supongo que no eres de por aquí ¿o me equivoco? no quiero faltarle al respeto, simplemente que es una mujer bastante guapa y llamativa. Por cierto, realmente espero que te desmayes- dijo y sin más dio el jalón, de forma rápida, certera y con la fuerza necesaria para acomodarle el brazo en su lugar.

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