Dulce olor a tierra mojada · Libre ·

por **Chàrlotte Marchessault** Mar Ago 16, 2016 1:00 pm

En aquel lugar había algo que la atraía, hacía tiempo atrás, en aquellos mismos parajes, había experimentado por primera vez lo que ella era por herencia de su madre, había experimentado la libertad de otro modo. Miró un instante al cielo y notó que dentro de poco oscurecería, pero aún contaba con la luz tenue del día por un par de horas más, quizás un poco menos. Bajó la mirada, volviendo otra vez a contemplar aquel camino que surcaba entre los árboles y reanudó la marcha. No se alejaría demasiado, pero quería estar un tiempo ahí, en contacto completo con la naturaleza; no creía que fuera a pasar nada malo pero si sucedía estaba preparada. Estaba con uno de sus vestidos más sencillos y una capa gruesa por encima, aunque si fuera por ella hubiese continuado con sus prendas más cómodas, que alguna vez habían pertenecido a su padre. Pero a pedido de su madre, (una costumbre que seguía pese a que ella ya no estuviese en el mundo de los vivos) luego de practicar un poco con sus hermanas, había cambiado su atuendo y luego anunció que saldría un rato, prometiendo regresar antes que oscureciera demasiado, pues aún cuando ellos sabían que Chàrlotte sabía cuidarse, no dejaban de preocuparse cada vez que salía sola.

Esbozó una sonrisa y desvió sus pasos mezclándose entre los árboles y alejándose del camino formado por el paso de los hombres, para sentir aún con mejor intensidad los sonidos propios del bosque. A lo sumo le quedaría una hora más para pasear por ahí antes de volver sobre sus pasos y regresar a casa. Continuó internándose entre los árboles y decidió hacer un alto, permaneciendo allí completamente alejada de todo. Se sentía una leve ventisca, el cielo ahora estaba cubierto y apenas unos escasos rayos de sol llegaban a tierra, mientras que algunas gotas de lluvia comenzaban a caer. Adoraba cuando llovía, pero más aún cuando nevaba, así que era un espectáculo que difícilmente se perdiera por permanecer a resguardo. Eso con las nevadas, si llovía demasiado fuerte quería evitar enfermarse así que, luego de estar un poco bajo la lluvia, se ponía a resguardo.

Fue hasta un árbol y bajo él se arrodillo, permaneciendo pensativa y en silencio viendo como poco a poco comenzaba a llover un poco más fuerte, pero no demasiado como para obligarla a regresar. Chàrlotte, mantenía una sonrisa de alegría, mientras lo observaba todo desde su lugar. Se envolvió mejor con su capa cuando unos ruidos la alertaron de que alguien estaba cerca.

por **Leah Gasser** Dom Sep 18, 2016 6:36 pm

“You never have to change anything you got up
in the middle of the night to write.”
― Saul Bellow

Zoya era una niña pequeña dentro del cuerpo de una mujer, alguien sobre la cual debía de estar la vista veinticuatro siete, su capacidad cognitiva era algo que nunca nadie había resulto realmente pese a que ella misma sabía sus límites, no planeaba compartírselos a los demás.

Había tomado como escape la discusión entre Nina y Răzvan, ese hombre que aún no terminaba de agradarle, que le provocaba miedo y desesperación. Gritó, gritó una y mil veces el nombre de su hermana, al grado de que su sobrino pequeño comenzó a llorar, se sintió mal y comenzó a gemir, no le agradaba entristecerlo, dentro de su mente, aquello no era correcto.

Răzvan gritó algo sobre ella, y Zoya, solo se hizo bolita en un rincón mientras Nina tomaba en brazos a su hijo intentando consolarlo, los gritos cesaron y la rubia salió por la puerta trasera de la casa cuando al parecer, todos estaban prestando mas atención a la familia formada que a la tarada que debían cuidar.

Zoya era demasiado inocente, no medía peligros y sin duda, no sabía de limites. Sus pies corrieron mientras su mente repetía una y otra vez la fúrica voz del licántropo, sus ojos cerrados dejaron que las lágrimas brotaran y recorrieran sus mejillas. No se dio cuenta de lo alejada que estaba hasta que tropezó, sus rodillas se rasparon a causa de las ramas secas y su mano se cortó superficialmente por encontrar sostén en una roca afilada —¡Nina! ¡Nina! ¡Nina! - gritó una y otra vez mientras giraba en círculos sobre su propio eje.

Comenzó a gimotear, se abrazó a si misma, comenzó a temblar mientras su cuerpo de debatía entre hincarse y balancearse o seguir caminando. Optó por lo segundo, la blusa blanca con cuello de lazo estaba manchada de tierra en los codos, el faldón color azul tenía manchones de lodo por doquier —¡Nina! ¡Nina! ¡Nina! - volvió a gritar, hasta que una silueta apareció en medio de la obscuridad, pudo haber comenzado a gritar, pero se quedó allí de pie, gimoteando hasta que aquella mujer la notara.

por **Chàrlotte Marchessault** Lun Feb 13, 2017 2:10 pm

Era muy difícil mantener la mente despejada, por ello la gente siempre optaba por alejarse de los suyos aunque quizás fuese el camino más equivocado de todos. La necesidad de un abrazo estaba a la orden del día para cualquiera, aunque la cabezonería se instalase en el alma de cualquiera que no lo quisiese ver así. Ella, que pese a que no era el día más apropiado para pasear, lo hizo, pese a que no hacía buen tiempo para caminar alejada de casa, lo hizo, así como infinidad de cosas que la gente se perdía con tal de seguir la tan afamada compostura. Podría decir que estaba cansada de ser la cabeza de familia, la que organizaba y reñía, la que pensaba en todos menos en ella misma pero era algo necesario y que estaba acostumbrada a hacer, aunque no le gustase, así que no le quedaba de otra que calmar sus propios intereses. Fuera de aquello, aquel lugar realmente le relajaba, importándole más bien poco el hecho de que la base del vestido se le estuviese manchando, simplemente se dejaba llevar hasta que oyó el sollozo de una pobre muchacha, lo cual la hizo ponerse en pié y buscar con la mirada desde dónde provenía. Una vez la encontró, no pudo evitar ir hacia ella, recordándole muchísimo a cualquiera de sus hermanas, en el tono de su cabello tanto como el de su piel.

- Pero... ¿Qué te ha pasado, mujer? - Avanzó sus pasos para por fín lograr llegar hacia aquella desconocida. - Estás empapada, ven conmigo, ponte a resguardo un rato hasta que escampe.- Hizo todo lo posible por resguardar a aquella muchacha y guiarla hasta aquel árbol que les resguardaría hasta que la lluvia cesase. Simplemente desabrochó su capa y la pasó por los hombros de aquella mujer que parecía tan compungida que se le rompía el alma a pedazos. - ¿Te has desviado del camino? Tranquila, ahora estas bien, tan sólo deberíamos esperar y entonces podrías acompañarme al lugar más cercano donde tengo mis...Cosas, allí podré curarte esas manos. Madre mía... ¡Pero si estás helada!- Dijo, tratando de sonar esperanzadora, amable, aquello que le salía de forma innata al igual que hacía con sus hermanas. - Perdona mi descortesía, se me olvidaba lo más importante.- Se echó a reír, negando, haciendo que los bucles rubios bailaran en su cabello. - Mi nombre es Chàrlotte y soy doctora así que no te preocupes por tu bienestar. ¿Puedo saber tu nombre?

.

por Contenido patrocinado

Dulce olor a tierra mojada · Libre ·

Dulce olor a tierra mojada · Libre ·

Re: Dulce olor a tierra mojada · Libre ·

Re: Dulce olor a tierra mojada · Libre ·

Re: Dulce olor a tierra mojada · Libre ·