Unidos por un compromiso | Madeleine Fitzherbet y Scott White | BSTE

por **Chelsea White** Miér Mayo 07, 2014 7:32 pm

París, Invierno 1805...
Restaurantes

No había funcionado la entrevista en Países Bajos y de Scott no sabía más que había concretado un trato con Bambi y se encontraba en España… ¿haciendo qué? Lo ignoraba, lo extrañó por más de un mes, extraño su cuerpo, sus caricias, sus besos y su pasión. Se había sentido sola y en su soledad llegaba a visitar a su sobrina. Ya no salían como antes, Audrey estaba presente todo el tiempo y es que sabía que lo que había hecho su hermana al darle el poder de la familia había sido osado y representaba un bomba. Pese a su mirada tranquila y serena, la profundidad de los pensamientos de Audrey prevenían un ataque de los Nottinghams.

En una ocasión Chelsea había reñido con Camile, —¡Por Dios Santo es mi ahijada, no podría hacerle daño!— le había recriminado y ofendida había abandonado la casa de los Londineneses, aquella noche se pregunto… —¿Donde estás hermano mío?—, bajó al estudio de su padre y se puso a urgir entre las cosas en busca de algo que le ayudase a distraerse, entonces lo vio, un documento, más bien una acta que dictaminaba un compromiso.

Carta Compromiso Matrimonial

Scott White & Madeleine Fitzherbert

Palacio Real Black Swan, el 29 de Octubre de 1785.
Duque Fitzherbert y Scott White de Nottingham

Esta carta responde al compromiso fijado por el Duque Fitzherbert del ducado de Powys, Gales; y el Lord Scott White de Nottingham.

Como motivo a la unión acordada de sus hijos Madeleine Fitzherbert y Scott White Jr; que se realizará cuando la joven Madeleine obtenga su mayoría de edad. Quedando el poder comercial en su entonces esposo, Scott.

Estando ambas familias de acuerdo y haciendo uso de sus facultades mentales, se formaliza el compromiso matrimonial.

La sorpresa de tal documento fue para Chelsea una bendición. Así que Scott está comprometido, y con una duquesa. Los hilos de la ambición comenzaron a tejerse, con ese poder ellos podrían tomar ventaja sobre el poder del ducado al que Scott aspiraba. ¿Pero quién era esa tal Madeleine?, ella no la conocía, sabía que los Fitzherbert eran ingleses y que él ducado no se encontraba muy alejado de Nottingham. No sabía con certeza que tanto poder político tuvieran aunque era evidente que el comercial era mínimo pues nunca representaron una competencia ante el monopolio de los Cisnes Negros en el mercado inglés.

Se dedicó entonces a indagar más, a las pocas semanas descubrió que Madeleine había viajado hacía mucho a París y que era una mimada que gustaba de despilfarrar la herencia que le pertenecía. Chelsea pensaba que era estúpida, ya era una bendición que el albacea no le robara su fortuna, pero ésta no sería eterna, y menos con la expansión de los londinenses en toda Inglaterra. Los puertos comerciales se iban haciendo cada vez más pequeños para otras familias comerciantes y los Fitzherbert perderían su capital ante la bravura de Camile.

Viajó entonces a París, sin saber como era, pero con la certeza que la reconocería, algo en ella le decía que así sería. Por más de un mes la buscó pero no la encontró, quién sí encontró a Chelsea fue el mensajero de Scott que le anunciaba viajaría a París y la esperaría en un restaurante ubicado en las cercanías del centro. Fue así que ella lo esperaba, sentada, tomando una copa de vino y con un vaso de agua a un lado. Ignorando la posibilidad de que en la mesa de a lado se encontrara Madeleine; después de todo, se había olvidado que la estaba buscando.