AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Bjorn [ID]
2 participantes
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Bjorn [ID]
▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲
(As)bjorn▲EDAD▲
Ochocientos tres (803) años vividos. Aparenta veintinueve (29)▲ESPECIE▲
Vampiro▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲
Duque de los Países Bajos▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲
Heterosexual▲LUGAR DE ORIGEN▲
Ringerike, Noruega▲HABILIDADES/PODERES▲
-Telepatía
-Bloqueo mental
-Infligir dolor por medio de la mente
Alguien a quien simple y sencillamente no quieres ver enojado y mucho menos ser la razón de su molestia, Asbjorn es el tipo de hombre que se va por la vida con una sonrisa cínica en el rostro, lo único que se toma en serio son los asuntos que involucren a las Peleas Clandestinas y nada más, así que suerte el día que estés muriendo y te lo encuentres en la calle porque este hombre disfruta de la desgracia ajena y no tiene vergüenza alguna como para sentirse mal por reírse de ello.
Le gusta el dolor, causarlo y sentirlo, no tiene ningún problema con que lo golpeen cinco veces en el rostro y tampoco desfigurar a alguien con los puños. cree en que la violencia con inteligencia puede solucionar las cosas, golpea, hazlo sangrar, deja que te golpeen, sangra, enfríate, piensa y resuelve. Una política enferma y bizarra con la que ha vivido desde el principio de sus días. Está aburrido de la vida, por más que diga que ha hecho las cosas por el bien del mundo, de la sociedad o cualquier excusa que dé, simplemente ha creado un imperio clandestino por aburrimiento, para entretenerse y ver como un mundo controlado por el orden arde en las llamas de un caos sistemático.
Le gusta el dolor, causarlo y sentirlo, no tiene ningún problema con que lo golpeen cinco veces en el rostro y tampoco desfigurar a alguien con los puños. cree en que la violencia con inteligencia puede solucionar las cosas, golpea, hazlo sangrar, deja que te golpeen, sangra, enfríate, piensa y resuelve. Una política enferma y bizarra con la que ha vivido desde el principio de sus días. Está aburrido de la vida, por más que diga que ha hecho las cosas por el bien del mundo, de la sociedad o cualquier excusa que dé, simplemente ha creado un imperio clandestino por aburrimiento, para entretenerse y ver como un mundo controlado por el orden arde en las llamas de un caos sistemático.
997 d.C, Ringereike, Noruega. Asbjorn, como fue nombrado el día de su nacimiento, nació en una numerosa familia, tan numerosa que nombrar a todos sus hermanos sería cansado (e inútil ya que todos están muertos). Sus padres no tenían oficio más que vivir; aún así, desde pequeño y al igual que sus hermanos varones, Asbjorn fue criado a golpes, si hacía algo mal debía recibir una paliza, y si alguien más hacía algo mal, también recibiría golpes. De igual manera, si había conflicto entre los familiares se arreglaría en una pelea, uno a uno. Cuando alguno de su familia llegaba a la madurez (entre los quince y dieciocho años), comenzaban a irse a las batallas del pueblo desde donde algunos regresaban y otros no, algunos se quedaban donde colonizaban y otros, ¿quién sabe? ¿Debería interesarle a alguien?
Cuando llegó a su decimoséptimo año Asbjorn fue reclutado como un mercenario. Allí fue donde desarrolló una habilidad increíble con las armas y en la pelea, tanto uno contra uno como en la grupal. Siempre iba al frente de las redadas, su arma favorita: un hacha de dos manos. Conforme el tiempo Asbjorn fue haciéndose nombre entre los mismos vikingos, su estatura y cabello casi blanco lo hacían fácil de reconocer entre el grupo.
Pasadas varias batallas, su grupo se hizo leal al rey Olaf II, a quien seguían en varios combates como parte de su batallón. En el año 1026 d.C el rey, junto a otro, iban a enfrentarse a la marina del jarl Ulf, donde el mismo Asbjorn comandó uno de los navíos. Desafortunadamente la flota rival fue más poderosa que la de ellos y perdieron la batalla. Absjorn vio a su gente hundirse en barcos gigantes, junto a la presa que ellos habían construido para derrotar al Canuto, todo se iba a la mierda, incluyéndolo a él. La corriente del río Slaget ved Helegea lo arrastró durante varios minutos, varias heridas llegaron a su cuerpo debido a las rocas y pedazos de madera que flotaban en el agua. Finalmente fue sacado del cauce por un hombre desconocido, alguien a quien jamás había visto en su vida, ni tampoco durante la batalla. El cielo estaba oscuro, la piel del hombre resaltaba por una palidez extrema. «Tú mereces sobrevivir, Dios Oso.» No comprendió las palabras del hombre, tanto por su lamentable estado como por el punzante dolor que se apropió de todo su cuello -y luego cuerpo-. La sangre brotaba, su mirada se nubló, su cuerpo se debilitó, sintió un frío estúpido que le hizo doler hasta los huesos. Un grito de dolor y luego inconsciencia. Sintió un sabor metálico entre sus labios, ese mismo sabor le hizo despertar. Ahora estaba más que perdido, en un bosque donde no pegaba ni un rayo de luz, podría ser de día y él ni se enteraba.
Así fue como el albino fue transformado en un ser de la noche, un hombre más poderoso y resistente de lo que jamás había sido, pero con una diferencia clara, debía alimentarse de sangre humana para mantener esa vitalidad. ¿A quién le importaba matar a un par de humanos cada dos o tres días con tal de sentirse bien? Muchos pueblos fueron asechados por su hambre, su cinismo y deseo de poder. En más de alguna ocasión salió lastimado, muchos contrincantes eran dignos de él, peleaban con honor por sus vidas, claro que nada comprado a su nueva fuerza y aquellas habilidades que iría desarrollando con el tiempo: comunicarse con las mentes humanas, controlarlas un poco y por último y más importante, causarles dolor a través de sus propios pensamientos.
Durante varios años Asbjorn se acostumbró a su nueva forma de vida y por último, cuando el cristianismo ya había conquistado todas sus tierras, terminó por regresar a su lugar de origen. Nadie le recordaba, pero todos le temían, habían historias de él como un monstruo en los campos de batalla y en las tierras adyacentes, rumores de él lo retrataban asesinando gente con simplemente verlos a los ojos. ¿Verdad? Claro que sí.
Pasó diez años alimentándose de humanos ofrecidos a él como sacrificio, Asbjorn se había hecho pasar por una entidad divina ante su pueblo, un ángel que demandaba sangre humana para seguir bendiciendo el lugar. El duque de la zona, al entrar en duda sobre aquella falacia de un enviado de Dios envió a sus soldados para matar a Asbjorn, quien regresó al centro del pueblo con los once cráneos en mano y uno clavado en una espada. El Duque insistió en que el albino se fuera, ¿pero quién se creía para decirle a él, Asbjorn el Dios Oso, qué hacer? La mejor y única forma de resolver los conflictos siempre sería un duelo, una batalla a muerte y claramente así fue sellado el destino del Duque, su título y tierras. El que ganara aquel duelo gobernaría Ringerike sin que el otro interfiriera -como si pudiera hacerlo desde la tumba-.
Tal como era de esperarse la victoria fue para el vampiro, quien comenzaría a gobernar las pequeñas tierras de aquel pueblo sin problema alguno. La gente envejecía, moría y pasaba a mejores vidas pero él, él seguía ahí, haciendo de las suyas y creándose un pequeño círculo de gente como él, los vampiros a quienes él había convertido para poder controlar el comercio y políticas del pueblo. Aquellos que le desafiaban terminaban como festín, aquellos que buscaban líos terminaban en un duelo uno contra uno contra aquel que tenían algún pleito; tal y como él fue criado.
Aquel pequeño círculo terminó volviéndose una sociedad misma, un grupo de gente que se reunían cada noche a intercambiar golpes entre ellos, peleas de un hombre contra otro, las apuestas comenzaron a llegar, no solo dinero se involucraba, habían puestos sociales y políticos de por medio, sentencias de muerte perdonadas, cualquier cosa se podía resolver a través de estas peleas; la única condición era sobrevivir lo suficiente para pedir tu deseo.
La organización, simplemente conocida como Peleas Clandestinas, terminó expandiéndose por toda Noruega, un círculo secreto, del que ni el mismo Asbjorn tenía conocimiento total, al que las mismas autoridades y gente de poder le pedía ayuda para deshacerse de males de la sociedad.
Ser parte de dicha sociedad no es gran cosa, no debes ser nada ni nadie en especial, humano, una criatura de la noche, un brujo, lo que sea, mientras cumples con las normas, ganas peleas, ganas dinero, sitios, mujeres, incluso una nueva vida, lo que gustes. Pero eso sí, también recibirás deberes, quién sabe cuales, pero los recibirás y más vale cumplirlos. Una vez dentro, la única forma de salir es muerto.
Cuando llegó a su decimoséptimo año Asbjorn fue reclutado como un mercenario. Allí fue donde desarrolló una habilidad increíble con las armas y en la pelea, tanto uno contra uno como en la grupal. Siempre iba al frente de las redadas, su arma favorita: un hacha de dos manos. Conforme el tiempo Asbjorn fue haciéndose nombre entre los mismos vikingos, su estatura y cabello casi blanco lo hacían fácil de reconocer entre el grupo.
Pasadas varias batallas, su grupo se hizo leal al rey Olaf II, a quien seguían en varios combates como parte de su batallón. En el año 1026 d.C el rey, junto a otro, iban a enfrentarse a la marina del jarl Ulf, donde el mismo Asbjorn comandó uno de los navíos. Desafortunadamente la flota rival fue más poderosa que la de ellos y perdieron la batalla. Absjorn vio a su gente hundirse en barcos gigantes, junto a la presa que ellos habían construido para derrotar al Canuto, todo se iba a la mierda, incluyéndolo a él. La corriente del río Slaget ved Helegea lo arrastró durante varios minutos, varias heridas llegaron a su cuerpo debido a las rocas y pedazos de madera que flotaban en el agua. Finalmente fue sacado del cauce por un hombre desconocido, alguien a quien jamás había visto en su vida, ni tampoco durante la batalla. El cielo estaba oscuro, la piel del hombre resaltaba por una palidez extrema. «Tú mereces sobrevivir, Dios Oso.» No comprendió las palabras del hombre, tanto por su lamentable estado como por el punzante dolor que se apropió de todo su cuello -y luego cuerpo-. La sangre brotaba, su mirada se nubló, su cuerpo se debilitó, sintió un frío estúpido que le hizo doler hasta los huesos. Un grito de dolor y luego inconsciencia. Sintió un sabor metálico entre sus labios, ese mismo sabor le hizo despertar. Ahora estaba más que perdido, en un bosque donde no pegaba ni un rayo de luz, podría ser de día y él ni se enteraba.
Así fue como el albino fue transformado en un ser de la noche, un hombre más poderoso y resistente de lo que jamás había sido, pero con una diferencia clara, debía alimentarse de sangre humana para mantener esa vitalidad. ¿A quién le importaba matar a un par de humanos cada dos o tres días con tal de sentirse bien? Muchos pueblos fueron asechados por su hambre, su cinismo y deseo de poder. En más de alguna ocasión salió lastimado, muchos contrincantes eran dignos de él, peleaban con honor por sus vidas, claro que nada comprado a su nueva fuerza y aquellas habilidades que iría desarrollando con el tiempo: comunicarse con las mentes humanas, controlarlas un poco y por último y más importante, causarles dolor a través de sus propios pensamientos.
Durante varios años Asbjorn se acostumbró a su nueva forma de vida y por último, cuando el cristianismo ya había conquistado todas sus tierras, terminó por regresar a su lugar de origen. Nadie le recordaba, pero todos le temían, habían historias de él como un monstruo en los campos de batalla y en las tierras adyacentes, rumores de él lo retrataban asesinando gente con simplemente verlos a los ojos. ¿Verdad? Claro que sí.
Pasó diez años alimentándose de humanos ofrecidos a él como sacrificio, Asbjorn se había hecho pasar por una entidad divina ante su pueblo, un ángel que demandaba sangre humana para seguir bendiciendo el lugar. El duque de la zona, al entrar en duda sobre aquella falacia de un enviado de Dios envió a sus soldados para matar a Asbjorn, quien regresó al centro del pueblo con los once cráneos en mano y uno clavado en una espada. El Duque insistió en que el albino se fuera, ¿pero quién se creía para decirle a él, Asbjorn el Dios Oso, qué hacer? La mejor y única forma de resolver los conflictos siempre sería un duelo, una batalla a muerte y claramente así fue sellado el destino del Duque, su título y tierras. El que ganara aquel duelo gobernaría Ringerike sin que el otro interfiriera -como si pudiera hacerlo desde la tumba-.
Tal como era de esperarse la victoria fue para el vampiro, quien comenzaría a gobernar las pequeñas tierras de aquel pueblo sin problema alguno. La gente envejecía, moría y pasaba a mejores vidas pero él, él seguía ahí, haciendo de las suyas y creándose un pequeño círculo de gente como él, los vampiros a quienes él había convertido para poder controlar el comercio y políticas del pueblo. Aquellos que le desafiaban terminaban como festín, aquellos que buscaban líos terminaban en un duelo uno contra uno contra aquel que tenían algún pleito; tal y como él fue criado.
Aquel pequeño círculo terminó volviéndose una sociedad misma, un grupo de gente que se reunían cada noche a intercambiar golpes entre ellos, peleas de un hombre contra otro, las apuestas comenzaron a llegar, no solo dinero se involucraba, habían puestos sociales y políticos de por medio, sentencias de muerte perdonadas, cualquier cosa se podía resolver a través de estas peleas; la única condición era sobrevivir lo suficiente para pedir tu deseo.
La organización, simplemente conocida como Peleas Clandestinas, terminó expandiéndose por toda Noruega, un círculo secreto, del que ni el mismo Asbjorn tenía conocimiento total, al que las mismas autoridades y gente de poder le pedía ayuda para deshacerse de males de la sociedad.
Ser parte de dicha sociedad no es gran cosa, no debes ser nada ni nadie en especial, humano, una criatura de la noche, un brujo, lo que sea, mientras cumples con las normas, ganas peleas, ganas dinero, sitios, mujeres, incluso una nueva vida, lo que gustes. Pero eso sí, también recibirás deberes, quién sabe cuales, pero los recibirás y más vale cumplirlos. Una vez dentro, la única forma de salir es muerto.
-Tiene diversas cicatrices por todo el cuerpo gracias a sus peleas.
-A veces combate en las peleas clandestinas.
-Pasado el tiempo la gente comenzó a llamarlo Bjorn únicamente.
-Le gusta que la gente le respete y/o tenga miedo.
-A veces combate en las peleas clandestinas.
-Pasado el tiempo la gente comenzó a llamarlo Bjorn únicamente.
-Le gusta que la gente le respete y/o tenga miedo.
Bjorn**- Vampiro/Realeza
- Mensajes : 13
Fecha de inscripción : 14/05/2014
DATOS DEL PERSONAJE
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Re: Bjorn [ID]
FICHA APROBADA
BIENVENIDO A VICTORIAN VAMPIRES.
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Asagi Dunkelheit- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 4067
Fecha de inscripción : 26/01/2011
DATOS DEL PERSONAJE
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