AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Últimos temas
¡Es sólo un juego! [Fergie]
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¡Es sólo un juego! [Fergie]
Estábamos completamente rodeados. Las normas eran muy claras: quien mate al otro conseguirá irse a casa. Miré alrededor. Era un gran círculo de gente, un corro formado por los peores psicópatas y sádicos que puedas imaginarte. Todo el mundo nos miraba atentos, nos gritaba y alzaba los brazos o saltaba de alegría, animándonos, disfrutando y deleitándose con el espectáculo, un espectáculo macabro, denigrante y repulsivo, pero un espectáculo al fin y al cabo. No debía ser tan horripilante, teniendo en cuenta que los romanos, una de las civilizaciones más importantes de la Historia, tenía coliseos donde practicaban este tipo de "artes" para entretener al populacho. Miré a Fergie a los ojos, quien estaba en frente de mí, esperando un poco de consuelo, algo de esperanza, más lo que vi sólo me puso más nervioso. Era la mirada de una luchadora, de una superviviente que estaba decidida a no tener una muerte tan estúpida. Ella estaba convencida de que saldría con vida de esa situación, aunque para ello tuviera que matarme. De todas formas, ¿qué le costaría hacerlo? Apenas acabamos de conocernos, no es que vaya a dudar demasiado si tuviera que hacerlo.
- Joder... hay que ver en los líos en los que me meto...
Alguien del público me empujó al centro del improvisado coliseo, y volví a mirarla. Me puse en guardia por lo que pudiera pasar. En otras circunstancias, no tendría nada que temer, al fin y al cabo soy un vampiro, y tengo poderes sobrenaturales que me han sacado de una situación difícil más de una vez, pero Fergie era una luchadora profesional, y su experiencia en el combate mano a mano tranquilamente podría competir con mis reflejos y velocidad sobrehumanas.
- ¿Se te ocurre algo? Porque a mí no... - le dije. Tenía que haber una alternativa, joder. ¡Tenía que haberla!
Pero si la había, yo no la veía, y al parecer ella tampoco.
- Lo siento, sabes que no quiero hacerlo. Dios me perdone - me lancé sobre ella con un grito y me preparé para luchar por mi vida - ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAHHHH!!!
EL DÍA ANTERIOR
Caminé por las calles de buen humor, acompañado por mi perrito Elmo. Me había alimentado de dos novatos muy confiados antes, siempre con cuidado de no desangrarlos y tomar sólo lo justo para saciar mi sed sin hacer demasiado daño. Cada vez que bebía, sentía mis fuerzas regenerarse a una velocidad alarmante, me sentía rejuvenecer y llenarme de vitalidad, era algo que me encantaba, pero que sabía que no debía hacer todo el tiempo, pero me encantaba hacerlo. ¿Era malo empezar a disfrutar del acto de tomar sangre de los humanos? Bueno, soy un vampiro. Es lo que hago por naturaleza, y es lo que me vería obligado a hacer durante toda la eternidad, así que ya podía ir acostumbrándome a la idea.
- Ah... - suspiré y miré a Elmo, que también estaba contento y parecía satisfecho.
Elmo también había comido. Me encargué de conseguir algo de carne en tiendas locales para él. A pesar de ser poco, había sido suficiente para calmar su hambre y devolverle la energía. Le miré sonriente, y él me devolvió la mirada. Nos miramos con cariño durante unos segundos antes de seguir con el camino, y realmente me sentí afortunado por tenerle como compañero.
Vi a un hombre bien vestido delante nuestra, hablando con una señora y mostrándole un pedazo de papel. Ella negó con la cabeza y se marchó. El tipo me miró y vino hacia mí directamente. También me mostró el papel, y vi un retrato de un hombre joven dibujado con lápiz. Era bastante realista.
- Disculpe, ¿ha visto a este hombre?
- No. ¿Quién es?
- El hermano de un cliente, desapareció hará cosa de unos días por un bosque cercano a la ciudad.
- ¿Y cree que se lo ha comido un oso o algo así? Bah... lamento no poder ser de ayuda. - intenté marcharme, pero el tipo me llamó.
- ¡Un momento! Llevas una espada, ¿sabes usarla?
- No, la llevo porque es muy bonita y me da un aspecto endemoniadamente sexy y atractivo. No veas la de mujeres que se mueren por tocar mi sable - dije, dándole doble sentido a la frase.
- Muy gracioso. Estoy reclutando a gente que me ayude.
- No soy detective, amigo. Esto de resolver casos se escapa a mis capacidades intelectuales, ¿sabes?
- Tranquilo. No necesito que me ayudes con eso. Lo que busco son mercenarios que me protejan mientras investigo, ¿te gustaría ganar algo de dinero fácil? Me gano muy bien la vida como detective privado y me sobran algunas monedas. Tu ayuda en este asunto estará muy recompensada, te lo garantizo.
Me gustaba la idea, tal vez así podría pagarme una pequeña casa o un pequeño apartamento. Aunque fuera uno cutre, pero sería mejor que estar durmiendo en tabernas baratas, o robando comida para mi perro.
- Interesante, ¿de cuánto dinero estaríamos hablando?
- Del suficiente para salir de una miseria, amigo.
- Me parece bien, pero estoy seguro de que hay algo que no me estás contando. ¿Por qué necesitas guardaespaldas en primer lugar?
- Por la zona en la que desapareció. No, no creo que se lo haya comido un oso. Verás, por esa zona solía haber un sanatorio psiquiátrico. Un manicomio, vamos. El hospital de la Guía Divina.
- ¿Y?
- ¿No lees los periódicos?
- Estoy demasiado ocupado con mi propia mierda como para prestar atención a lo que pasa en el resto del mundo. ¿Qué paso con el manicomio de la Guía Divina?
- Hace unos meses hubo un motín. Se cree que fue organizado por alguien de fuera, pero lograron liberar a todos los locos, incluso a los más peligrosos, y los guiaron para matar a todos los médicos y guardias de seguridad. Desde entonces, los locos viven y campan a sus anchas por el hospital y por los alrededores, y ha estado desapareciendo gente. Creemos que ellos los capturan para torturarlos o lo que sea.
- Interesante, me gustan las historias de terror. ¿Y se supone que vas a entrar en ese manicomio?
- Creo que vale la pena investigarlo. Por algo me pagan, y esa es mi principal sospecha.
- Vale... ¿iremos tú y yo solos? Esto parece un poco... peligroso.
- Estoy tratando de contratar a un grupo, pero tampoco pretendo gastarme lo menos posible en mercenarios. Ya he contratado a una mujer local. Una joven llamada Fergie con habilidades excepcionales en el cuerpo a cuerpo. Si te unes y te manejas bien con esa espada, tal vez podría ir más tranquilo a investigar por esa zona.
- Está bien... el dinero me vendrá estupendamente. ¿Dónde está la otra mercenaria?
- He quedado con ella en la taberna. Sígueme.
Y así pues, acompañé al detective privado. Me estaba empezando a emocionar: me encantaban las aventuras como esta.
- Joder... hay que ver en los líos en los que me meto...
Alguien del público me empujó al centro del improvisado coliseo, y volví a mirarla. Me puse en guardia por lo que pudiera pasar. En otras circunstancias, no tendría nada que temer, al fin y al cabo soy un vampiro, y tengo poderes sobrenaturales que me han sacado de una situación difícil más de una vez, pero Fergie era una luchadora profesional, y su experiencia en el combate mano a mano tranquilamente podría competir con mis reflejos y velocidad sobrehumanas.
- ¿Se te ocurre algo? Porque a mí no... - le dije. Tenía que haber una alternativa, joder. ¡Tenía que haberla!
Pero si la había, yo no la veía, y al parecer ella tampoco.
- Lo siento, sabes que no quiero hacerlo. Dios me perdone - me lancé sobre ella con un grito y me preparé para luchar por mi vida - ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAHHHH!!!
EL DÍA ANTERIOR
Caminé por las calles de buen humor, acompañado por mi perrito Elmo. Me había alimentado de dos novatos muy confiados antes, siempre con cuidado de no desangrarlos y tomar sólo lo justo para saciar mi sed sin hacer demasiado daño. Cada vez que bebía, sentía mis fuerzas regenerarse a una velocidad alarmante, me sentía rejuvenecer y llenarme de vitalidad, era algo que me encantaba, pero que sabía que no debía hacer todo el tiempo, pero me encantaba hacerlo. ¿Era malo empezar a disfrutar del acto de tomar sangre de los humanos? Bueno, soy un vampiro. Es lo que hago por naturaleza, y es lo que me vería obligado a hacer durante toda la eternidad, así que ya podía ir acostumbrándome a la idea.
- Ah... - suspiré y miré a Elmo, que también estaba contento y parecía satisfecho.
Elmo también había comido. Me encargué de conseguir algo de carne en tiendas locales para él. A pesar de ser poco, había sido suficiente para calmar su hambre y devolverle la energía. Le miré sonriente, y él me devolvió la mirada. Nos miramos con cariño durante unos segundos antes de seguir con el camino, y realmente me sentí afortunado por tenerle como compañero.
Vi a un hombre bien vestido delante nuestra, hablando con una señora y mostrándole un pedazo de papel. Ella negó con la cabeza y se marchó. El tipo me miró y vino hacia mí directamente. También me mostró el papel, y vi un retrato de un hombre joven dibujado con lápiz. Era bastante realista.
- Disculpe, ¿ha visto a este hombre?
- No. ¿Quién es?
- El hermano de un cliente, desapareció hará cosa de unos días por un bosque cercano a la ciudad.
- ¿Y cree que se lo ha comido un oso o algo así? Bah... lamento no poder ser de ayuda. - intenté marcharme, pero el tipo me llamó.
- ¡Un momento! Llevas una espada, ¿sabes usarla?
- No, la llevo porque es muy bonita y me da un aspecto endemoniadamente sexy y atractivo. No veas la de mujeres que se mueren por tocar mi sable - dije, dándole doble sentido a la frase.
- Muy gracioso. Estoy reclutando a gente que me ayude.
- No soy detective, amigo. Esto de resolver casos se escapa a mis capacidades intelectuales, ¿sabes?
- Tranquilo. No necesito que me ayudes con eso. Lo que busco son mercenarios que me protejan mientras investigo, ¿te gustaría ganar algo de dinero fácil? Me gano muy bien la vida como detective privado y me sobran algunas monedas. Tu ayuda en este asunto estará muy recompensada, te lo garantizo.
Me gustaba la idea, tal vez así podría pagarme una pequeña casa o un pequeño apartamento. Aunque fuera uno cutre, pero sería mejor que estar durmiendo en tabernas baratas, o robando comida para mi perro.
- Interesante, ¿de cuánto dinero estaríamos hablando?
- Del suficiente para salir de una miseria, amigo.
- Me parece bien, pero estoy seguro de que hay algo que no me estás contando. ¿Por qué necesitas guardaespaldas en primer lugar?
- Por la zona en la que desapareció. No, no creo que se lo haya comido un oso. Verás, por esa zona solía haber un sanatorio psiquiátrico. Un manicomio, vamos. El hospital de la Guía Divina.
- ¿Y?
- ¿No lees los periódicos?
- Estoy demasiado ocupado con mi propia mierda como para prestar atención a lo que pasa en el resto del mundo. ¿Qué paso con el manicomio de la Guía Divina?
- Hace unos meses hubo un motín. Se cree que fue organizado por alguien de fuera, pero lograron liberar a todos los locos, incluso a los más peligrosos, y los guiaron para matar a todos los médicos y guardias de seguridad. Desde entonces, los locos viven y campan a sus anchas por el hospital y por los alrededores, y ha estado desapareciendo gente. Creemos que ellos los capturan para torturarlos o lo que sea.
- Interesante, me gustan las historias de terror. ¿Y se supone que vas a entrar en ese manicomio?
- Creo que vale la pena investigarlo. Por algo me pagan, y esa es mi principal sospecha.
- Vale... ¿iremos tú y yo solos? Esto parece un poco... peligroso.
- Estoy tratando de contratar a un grupo, pero tampoco pretendo gastarme lo menos posible en mercenarios. Ya he contratado a una mujer local. Una joven llamada Fergie con habilidades excepcionales en el cuerpo a cuerpo. Si te unes y te manejas bien con esa espada, tal vez podría ir más tranquilo a investigar por esa zona.
- Está bien... el dinero me vendrá estupendamente. ¿Dónde está la otra mercenaria?
- He quedado con ella en la taberna. Sígueme.
Y así pues, acompañé al detective privado. Me estaba empezando a emocionar: me encantaban las aventuras como esta.
- OFF: Algunas aclaraciones:
- Ante todo, disculpa la tardanza ^_^' Bueno, para que no te confundas, te diré que lo del primer párrafo es sólo un prólogo, una introducción de lo que va a pasar a continuación, pero el verdadero comienzo de la historia está en lo del día anterior. De momento, la historia es simple: ha desaparecido un chico por una zona en las afueras de la ciudad, cerca de un manicomio cuyos pacientes se amotinaron, escaparon y mataron a los guardias y médicos, y este detective nos contrata para protegerlo mientras investiga. Sí, lo sé, te dije que sería un tema de enfrentamiento de tú contra mí, y no he cambiado de idea. Sencillamente de momento estamos de compañeros, pero más tarde, tal y como explico en el prólogo, acabaremos enfrentados. ¡Feliz roleo!
Alexalmo- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 146
Fecha de inscripción : 16/10/2013
Edad : 29
Localización : Visto por última vez en París. Si lo ve, avise en la comisaría más cercana, por favor.
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: ¡Es sólo un juego! [Fergie]
La fama de Fergie entre aquellos que recorrían los ¨bajos mundos¨ de Francia no le sorprendía del todo. Aquello era debido a su forma de pelear y el hecho de ser mujer. Su estilo de vida era bastante precario, de noche en noche buscaba un lugar donde dormir, se ganaba su dinero entrenando hasta el punto de apenas poder caminar a diario y peleaba de una forma que atemorizaba hasta el más grande oponente. No era solo los contragolpes de Fergie lo que destacaba a la hora de pelear, sino también una voluntad de acero que no flaqueaba ni ante la peor de las situaciones. Una mujer orgullosa y terca como pocas que habían nacido en Francia.
– No te estoy pidiendo que mates a nadie, solo que sirvas como guarda espaldas, buscare un compañero que haga el trabajo sucio por ti – Terminó decir el hombre que buscaba contratarla como mercenaria. Fergie tomó el sobre blanco con parte de su paga y se marchó sin decir nada. Estaba agotada y el hombre insistió desde que se bajo del ring, tras haber derrotado a tres gorilas bastante duros. De haber sido en otra circunstancia Fergie jamás habría aceptado el contrato...
(…)
Ya no valía la pena recordar como había comenzado el pleito. Fergie solo recordaba que se había dirigido hasta el lugar acordado el día anterior y ahí fue donde comenzó todo. La actitud de su compañero de alguna forma había provocado que Fergie lanzará el primer golpe y una cosa llevó a la otra. Ahora se encontraban ahí, rodeado de un público eufórico por lo que habían visto hasta ese momento. La reconocían por lo que era, Fergie, la mujer de puños y voluntad de acero, contra un desconocido que poseía una fuerza sobrehumana para la complexión que tenía.
La cosa se veía mal para ambos. Él no quería pelear y Fergie a pesar de todo buscaba molerlo a golpes, cosa que en su condición no se veía nada fácil. El único punto débil de su oponente era su espíritu de lucha, cosa que por lo que podía apreciar, comenzaba a despertar. ¨ No puedo perder aquí y menos contra un cobarde como este ¨ Pensó para si misma. Su rostro reflejaba sus deseos de asesinar a su oponente y su mirada las ganas de seguir peleando sin importar las consecuencias. Los cinco minutos que habían transcurrido le parecieron horas, pero ya tenía calculado cada movimiento, solo debía confiar en que su cuerpo sabría como reaccionar.
Alexalmo dijo unas palabras que apenas si pudo escuchar, mas no eran de importancia para ella. Solo se trataba de un cobarde que no quería pelear, mostraba sus puntos vitales como si nada y todo en él parecía sobrehumano. Los brazos de Fergie colgaban desde sus hombros pero estaba lista para golpear aunque no lo demostraba. El arremetió contra ella, sus puños estaban a la altura de su rostro y sus codos no cubrían la zona del pecho y estómago. Ahí es donde debía atacar Fergie y donde se demostraba la brecha en la experiencia de ambos. Un destello de maldad y rabia se mostraron en los ojos de la humana quien no vaciló un segundo.
Los músculos de Fergie se trenzaron, sus ojos miraban los de su oponente. Su puño aflojado derecho apuntaba al corazón del no-muerto, su punto quizás más débil y la derecha de Fergie era ahora la estaca que lo mataría. Lo tuvo de frente y se inclinó hacía la derecha, era un ¨smash¨ (un upercut lanzado con el puño casi rozando el suelo para aumentar la fuerza destructiva del golpe). Así iba la derecha, casi rozando el suelo y se levantó desde un ángulo preciso, arriesgando su costado izquierdo, pero que si conectaba haría gran daño y dejaría a su oponente expuesto para una lluvia de golpes. Fue rápida, certera y destructiva, el puño se apretó solo a centímetros del corazón ajeno para aumentar la fuerza explosiva. Era ese preciso momento que esperaba para acabar al oponente. ¿Sabía el punto débil de un vampiro? No, pero aquel punto vital sabía hasta por experiencia propia que era letal para cualquier ser y apostaba todo a que funcionaría.
---
Off:
Entendido y tranquilo, soy paciente, mientras no se abandone todo bien :3
Aclaro que lo de la estaca es metaforico, por si las moscas xD
– No te estoy pidiendo que mates a nadie, solo que sirvas como guarda espaldas, buscare un compañero que haga el trabajo sucio por ti – Terminó decir el hombre que buscaba contratarla como mercenaria. Fergie tomó el sobre blanco con parte de su paga y se marchó sin decir nada. Estaba agotada y el hombre insistió desde que se bajo del ring, tras haber derrotado a tres gorilas bastante duros. De haber sido en otra circunstancia Fergie jamás habría aceptado el contrato...
(…)
Ya no valía la pena recordar como había comenzado el pleito. Fergie solo recordaba que se había dirigido hasta el lugar acordado el día anterior y ahí fue donde comenzó todo. La actitud de su compañero de alguna forma había provocado que Fergie lanzará el primer golpe y una cosa llevó a la otra. Ahora se encontraban ahí, rodeado de un público eufórico por lo que habían visto hasta ese momento. La reconocían por lo que era, Fergie, la mujer de puños y voluntad de acero, contra un desconocido que poseía una fuerza sobrehumana para la complexión que tenía.
La cosa se veía mal para ambos. Él no quería pelear y Fergie a pesar de todo buscaba molerlo a golpes, cosa que en su condición no se veía nada fácil. El único punto débil de su oponente era su espíritu de lucha, cosa que por lo que podía apreciar, comenzaba a despertar. ¨ No puedo perder aquí y menos contra un cobarde como este ¨ Pensó para si misma. Su rostro reflejaba sus deseos de asesinar a su oponente y su mirada las ganas de seguir peleando sin importar las consecuencias. Los cinco minutos que habían transcurrido le parecieron horas, pero ya tenía calculado cada movimiento, solo debía confiar en que su cuerpo sabría como reaccionar.
Alexalmo dijo unas palabras que apenas si pudo escuchar, mas no eran de importancia para ella. Solo se trataba de un cobarde que no quería pelear, mostraba sus puntos vitales como si nada y todo en él parecía sobrehumano. Los brazos de Fergie colgaban desde sus hombros pero estaba lista para golpear aunque no lo demostraba. El arremetió contra ella, sus puños estaban a la altura de su rostro y sus codos no cubrían la zona del pecho y estómago. Ahí es donde debía atacar Fergie y donde se demostraba la brecha en la experiencia de ambos. Un destello de maldad y rabia se mostraron en los ojos de la humana quien no vaciló un segundo.
Los músculos de Fergie se trenzaron, sus ojos miraban los de su oponente. Su puño aflojado derecho apuntaba al corazón del no-muerto, su punto quizás más débil y la derecha de Fergie era ahora la estaca que lo mataría. Lo tuvo de frente y se inclinó hacía la derecha, era un ¨smash¨ (un upercut lanzado con el puño casi rozando el suelo para aumentar la fuerza destructiva del golpe). Así iba la derecha, casi rozando el suelo y se levantó desde un ángulo preciso, arriesgando su costado izquierdo, pero que si conectaba haría gran daño y dejaría a su oponente expuesto para una lluvia de golpes. Fue rápida, certera y destructiva, el puño se apretó solo a centímetros del corazón ajeno para aumentar la fuerza explosiva. Era ese preciso momento que esperaba para acabar al oponente. ¿Sabía el punto débil de un vampiro? No, pero aquel punto vital sabía hasta por experiencia propia que era letal para cualquier ser y apostaba todo a que funcionaría.
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Off:
Entendido y tranquilo, soy paciente, mientras no se abandone todo bien :3
Aclaro que lo de la estaca es metaforico, por si las moscas xD
Fergie Tairi- Humano Clase Baja
- Mensajes : 41
Fecha de inscripción : 01/05/2014
Localización : La calle :3
Re: ¡Es sólo un juego! [Fergie]
- ¡Ku-uh!
Su mano impactó directamente contra mi pecho, haciéndome vacilar.
- Joder... Justo ahí...
Me reincorporé del golpe. Mierda, esa mercenaria estaba mejor entrenada de lo que yo creía, si seguía así me mataría. Y desde luego no iba a dudar ni un sólo instante, tal y como pintaban las cosas.
Vi que volvía contra mí, dispuesta a rematarme. Paré su golpe con la mano, apretándole la muñeca y luego empujándola para alejarla de mí. Ella saltó unos pocos metros pero se incorporó perfectamente. Era un movimiento patético, se parecía más a una víctima intentando alejar un cuchillo que a un luchador buscando la distancia. Necesitaba pensar en algo, tenía que haber una alternativa. La pregunta es, ¿ella también estaría pensando en una forma de salir de esa situación o simplemente quería darme una paliza y matarme para librarse fácilmente? Quién sabe...
- Joder... no vas a ponérmelo fácil, ¿eh?
Uno de los psicópatas me empujó de vuelta al centro. Perdí el equilibrio, y cuando quise darme cuenta ella ya esta a muy corta distancia de mí, acercándoseme cada vez más, y no precisamente para darme un besito...
...
Llegamos a una taberna, con su ambiente clásico: alcohol, peleas, mujerzuelas, etc... Un lugar muy típico de los bajos fondos. Dios, ojalá pueda salir de este ambiente cuando antes, pero precisamente para eso he aceptado este trabajo, ¿no?
- Así que... ¿tu contacto anda por aquí?
- Ajá.
Miré alrededor. Antes dijo que su contacto era una joven llamada Fergie, y eso era lo que buscaba. Casi todas las mujeres iban acompañadas, ya sea por uno de sus "clientes", por su marido, por su hermano... Realmente ninguna mujer decente, de buena familia, podría ser encontrada en un antro de esta categoría, así que no sabía realmente qué esperarme de Fergie.
- Ahí está. - el detective señaló a una mesa donde había una chica sentada.
Nos acercamos.
- Y... ¿nosotros somos los únicos que vamos a ir?
- Sí... no me sobra tanto como para contratar a un grupo demasiado grande. Con ustedes servirá.
- Bien, bien...
Miré a la chica. Había una mirada un tanto... intimidante en ella. Tenía una expresión bastante agresiva, muy propia de alguien que vive en un entorno como este. No me sorprendía, seguramente había pasado por un sinfín de penalidades, pero eso también debió de haberla hecho más fuerte. Lo suficiente para cumplir con su parte, espero. Elmo también debió sentirse intimidado por la mirada de la mujer, porque gimió y se escondió detrás de mis piernas.
- Te entiendo, Elmo. Desde luego que la chica da miedo, ¿eh?
Me contestó con un gemido.
- Tú debes de ser Fergie... ¿no? - le pregunté, mirándola fijamente a los ojos y con una expresión neutra y misteriosa.
Esperé su respuesta.
- Ya veo... Bueno... - de repente, mi expresión cambió completamente y mostré una enorme sonrisa inocente, propia de un niño pequeño, y con gran euforia le cogí la mano y la estreché muy animadamente.
- ¡Holaaaaa! ¡Yo me llamo Alexalmo, y éste es mi perrito Elmo! ¡Saluda, Elmo! - empecé a hablar cada vez más rápido, sin dejar de sonreír, como si estuviera conociendo a una amiga más - Bueno... ¿qué puedo contarte de mí? Soy una persona bastante animada, aunque eso ya puedes notarlo. Me gusta pasear de noche, ayudar a la gente y combatir las injusticias. Siempre me pongo de parte de los débiles porque ellos no tienen a nadie que los ayude y por eso creo que lo necesitan, ya sabes, por mi sentido de la justicia y todo eso, pero ¡mejor no hablemos de trabajo y de cosas aburridas! A ver, también me gusta cuidar de mi perrito, porque es el único amigo que tengo que nunca se separa de mí, y al igual que tú también me gustan mucho las tabernas, aunque generalmente me gusta ir a sitios más tranquilos y menos... ehm... agresivos. No me gustan mucho las peleas, aunque soy bueno con la espada.
Tomé una gran bocanada de aire y seguí hablando.
- Me enseñó mi maestro, que en paz descanse. Me cuidaba y me daba de comer en su casa y me enseñaba a luchar con la espada, y yo a cambio era su criado, aunque no era el único criado, también habían otros y todos ayudábamos en la casa, como si fuéramos una gran familia. Luego tuve que irme por cosas que no vienen al caso pero ahora estoy trabajando libremente para ganarme la vida. No tengo un empleo fijo pero me gusta poner mi espada a servicio. Esta espada me la dio mi maestro, que en paz descanse, como último regalo, y por eso la llevo con gran honor, aunque me da miedo que algún ladrón la robe y la venda porque es bastante valiosa. La verdad es que me gustan todas las cosas que sean divertidas y me gusta reírme, porque creo que el aburrimiento es muy malo para la salud, ¿sabes? Por eso me alejo de las cosas feas o desagradables, aunque no me refiero a las personas, claro, porque todos deben ser aceptados sin importar que sean guapos o feos, pero eso ya se sabe porque es importante ser una buena persona hoy en día, ¿sabes?
Elmo se recostó en el suelo y trató de taparse las orejas, bastante irritado.
- Y es por eso que pienso que soy buena gente y que debe de haber buena gente en el mundo, porque en el mundo hay tanta mala gente que si no hay buena gente también el mundo sería un sitio muy duro y difícil para vivir, y de hecho la gente sufriría mucho. Bueno, más o menos ya me conoces, ¿que puedes decirme de tí? ¿Qué te gusta? ¿Cómo aprendiste a pelear? ¿Cuál es tu comida preferida? ¿Y tu color? ¿Tienes muchos amigos? ¿Eres muy sociable? ¿Tienes alguna mascota? ¿A que las mascotas son buenos amigos si los cuidas bien? ¿Cuál es tu especialidad en la lucha? ¿Te gusta la cerveza? Es mi bebida preferida, aunque también me gusta mucho el vino, pero sólo si es vino del bueno, para beber vino barato prefiero la cerveza, ¿y a tí te gusta? Por cierto me gusta ver que también hay mujeres luchadoras en el mundo. ¿Verdad que es una putada que vivamos en una sociedad tan machista que no deja que las mujeres peleen sin estar mal vistas? Yo creo que haces bien y que todo el mundo tiene derecho a luchar, porque luchar es divertido siempre que lo hagas por una buena razón, ¿sabes? Bueno, pues eso, cuéntame, ¿te gustan mucho las aventuras? ¿Te gustan?
El detective se estaba quedando dormido.
- ¡Cuéntame, cuéntame! ¿Cuál ha sido la misión más divertida en la que has estado, eh? ¡Dime, dime!
La miré con una sonrisa radiante, esperando impaciente su respuesta.
Su mano impactó directamente contra mi pecho, haciéndome vacilar.
- Joder... Justo ahí...
Me reincorporé del golpe. Mierda, esa mercenaria estaba mejor entrenada de lo que yo creía, si seguía así me mataría. Y desde luego no iba a dudar ni un sólo instante, tal y como pintaban las cosas.
Vi que volvía contra mí, dispuesta a rematarme. Paré su golpe con la mano, apretándole la muñeca y luego empujándola para alejarla de mí. Ella saltó unos pocos metros pero se incorporó perfectamente. Era un movimiento patético, se parecía más a una víctima intentando alejar un cuchillo que a un luchador buscando la distancia. Necesitaba pensar en algo, tenía que haber una alternativa. La pregunta es, ¿ella también estaría pensando en una forma de salir de esa situación o simplemente quería darme una paliza y matarme para librarse fácilmente? Quién sabe...
- Joder... no vas a ponérmelo fácil, ¿eh?
Uno de los psicópatas me empujó de vuelta al centro. Perdí el equilibrio, y cuando quise darme cuenta ella ya esta a muy corta distancia de mí, acercándoseme cada vez más, y no precisamente para darme un besito...
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Llegamos a una taberna, con su ambiente clásico: alcohol, peleas, mujerzuelas, etc... Un lugar muy típico de los bajos fondos. Dios, ojalá pueda salir de este ambiente cuando antes, pero precisamente para eso he aceptado este trabajo, ¿no?
- Así que... ¿tu contacto anda por aquí?
- Ajá.
Miré alrededor. Antes dijo que su contacto era una joven llamada Fergie, y eso era lo que buscaba. Casi todas las mujeres iban acompañadas, ya sea por uno de sus "clientes", por su marido, por su hermano... Realmente ninguna mujer decente, de buena familia, podría ser encontrada en un antro de esta categoría, así que no sabía realmente qué esperarme de Fergie.
- Ahí está. - el detective señaló a una mesa donde había una chica sentada.
Nos acercamos.
- Y... ¿nosotros somos los únicos que vamos a ir?
- Sí... no me sobra tanto como para contratar a un grupo demasiado grande. Con ustedes servirá.
- Bien, bien...
Miré a la chica. Había una mirada un tanto... intimidante en ella. Tenía una expresión bastante agresiva, muy propia de alguien que vive en un entorno como este. No me sorprendía, seguramente había pasado por un sinfín de penalidades, pero eso también debió de haberla hecho más fuerte. Lo suficiente para cumplir con su parte, espero. Elmo también debió sentirse intimidado por la mirada de la mujer, porque gimió y se escondió detrás de mis piernas.
- Te entiendo, Elmo. Desde luego que la chica da miedo, ¿eh?
Me contestó con un gemido.
- Tú debes de ser Fergie... ¿no? - le pregunté, mirándola fijamente a los ojos y con una expresión neutra y misteriosa.
Esperé su respuesta.
- Ya veo... Bueno... - de repente, mi expresión cambió completamente y mostré una enorme sonrisa inocente, propia de un niño pequeño, y con gran euforia le cogí la mano y la estreché muy animadamente.
- ¡Holaaaaa! ¡Yo me llamo Alexalmo, y éste es mi perrito Elmo! ¡Saluda, Elmo! - empecé a hablar cada vez más rápido, sin dejar de sonreír, como si estuviera conociendo a una amiga más - Bueno... ¿qué puedo contarte de mí? Soy una persona bastante animada, aunque eso ya puedes notarlo. Me gusta pasear de noche, ayudar a la gente y combatir las injusticias. Siempre me pongo de parte de los débiles porque ellos no tienen a nadie que los ayude y por eso creo que lo necesitan, ya sabes, por mi sentido de la justicia y todo eso, pero ¡mejor no hablemos de trabajo y de cosas aburridas! A ver, también me gusta cuidar de mi perrito, porque es el único amigo que tengo que nunca se separa de mí, y al igual que tú también me gustan mucho las tabernas, aunque generalmente me gusta ir a sitios más tranquilos y menos... ehm... agresivos. No me gustan mucho las peleas, aunque soy bueno con la espada.
Tomé una gran bocanada de aire y seguí hablando.
- Me enseñó mi maestro, que en paz descanse. Me cuidaba y me daba de comer en su casa y me enseñaba a luchar con la espada, y yo a cambio era su criado, aunque no era el único criado, también habían otros y todos ayudábamos en la casa, como si fuéramos una gran familia. Luego tuve que irme por cosas que no vienen al caso pero ahora estoy trabajando libremente para ganarme la vida. No tengo un empleo fijo pero me gusta poner mi espada a servicio. Esta espada me la dio mi maestro, que en paz descanse, como último regalo, y por eso la llevo con gran honor, aunque me da miedo que algún ladrón la robe y la venda porque es bastante valiosa. La verdad es que me gustan todas las cosas que sean divertidas y me gusta reírme, porque creo que el aburrimiento es muy malo para la salud, ¿sabes? Por eso me alejo de las cosas feas o desagradables, aunque no me refiero a las personas, claro, porque todos deben ser aceptados sin importar que sean guapos o feos, pero eso ya se sabe porque es importante ser una buena persona hoy en día, ¿sabes?
Elmo se recostó en el suelo y trató de taparse las orejas, bastante irritado.
- Y es por eso que pienso que soy buena gente y que debe de haber buena gente en el mundo, porque en el mundo hay tanta mala gente que si no hay buena gente también el mundo sería un sitio muy duro y difícil para vivir, y de hecho la gente sufriría mucho. Bueno, más o menos ya me conoces, ¿que puedes decirme de tí? ¿Qué te gusta? ¿Cómo aprendiste a pelear? ¿Cuál es tu comida preferida? ¿Y tu color? ¿Tienes muchos amigos? ¿Eres muy sociable? ¿Tienes alguna mascota? ¿A que las mascotas son buenos amigos si los cuidas bien? ¿Cuál es tu especialidad en la lucha? ¿Te gusta la cerveza? Es mi bebida preferida, aunque también me gusta mucho el vino, pero sólo si es vino del bueno, para beber vino barato prefiero la cerveza, ¿y a tí te gusta? Por cierto me gusta ver que también hay mujeres luchadoras en el mundo. ¿Verdad que es una putada que vivamos en una sociedad tan machista que no deja que las mujeres peleen sin estar mal vistas? Yo creo que haces bien y que todo el mundo tiene derecho a luchar, porque luchar es divertido siempre que lo hagas por una buena razón, ¿sabes? Bueno, pues eso, cuéntame, ¿te gustan mucho las aventuras? ¿Te gustan?
El detective se estaba quedando dormido.
- ¡Cuéntame, cuéntame! ¿Cuál ha sido la misión más divertida en la que has estado, eh? ¡Dime, dime!
La miré con una sonrisa radiante, esperando impaciente su respuesta.
- OFF:
- Bueno, de momento voy a dejar que me apalees a gusto durante la pelea, hasta que se cuente cómo llegamos hasta ahí, luego las cosas se pondrán... interesantes... Muajajajajajajajaaaaaaaaaaaa
Alexalmo- Vampiro Clase Media
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Fecha de inscripción : 16/10/2013
Edad : 29
Localización : Visto por última vez en París. Si lo ve, avise en la comisaría más cercana, por favor.
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Re: ¡Es sólo un juego! [Fergie]
Pude verlo, el golpe funcionó... Impactó de lleno contra su pecho y sentí como toda mi fuerza daba de lleno contra su corazón. Pude ver también la mueca de dolor en su rostro, ese golpe nunca fallaba y sabía que en esa ocasión no podía fallar. Mas para mi sorpresa, el golpe que había lanzado para noquearlo finalmente solo sirvió para intimidarlo. Se reincorporó de una forma casi inhumana. ¿Qué demonios era ese sujeto? No era el primer golpe mortal que le había lanzado hasta el momento, más seguía en píe y no había logrado hacer que caiga al suelo. Ni el hombre que me derrotó pudo contar su victoria sin tener que levantarse del suelo. Estaba muy cerca de él, a esa posición debía actuar rápido o el contragolpe era inminente. Lance una izquierda rápido casi sin sin pensarlo, pero fue detenida por la palma de su mano. Alexalmo entonces me tiró hacía atrás con una facilidad y una fuerza al apretar mi muñeca que logró hacerme estremecer por unos segundos, mas no detenerme. Mi derecha voló hacía su mentón mientras iba impulsada hacía atrás, pero no logré hacer más que rozar su barbilla.
Me quede perpleja, más mi mirada seguía mostrándose intimidante como siempre. ¿Por qué nada de lo que hacía surtía el efecto qué quería? ¿No estaba empleando la fuerza necesaria? ¿O acaso ese sujeto realmente era un luchador? No lo parecía, no quería aceptarlo. Me estaba ridiculizando frente a un grupo de psicópatas. Mis puños se apretaron firmes de nuevo cuando el sujeto volvió a hablar y era empujado por el público para que peleara. ¿Cómo podía ser un luchador? No tenía el deseo de pelear pero aún así tenía una fuerza y una resistencia sobre humana, incluso para su contextura y musculatura. Sabía que era un espadachín, pero no era lo mismo pelear con la espada que con los puños, mucho menos era lo mismo pelear contra los puños cuando se pelea conmigo. Estaba furiosa, deseaba matarlo con todas mis fuerzas. No había otra salida.
¨¿Ponérselo fácil, a un sujeto como él?¨ Pensé para mi misma, con esa fuerza que tenía y las pocas ganas de pelear no había forma de ponérsela fácil ni que yo perdiera con honor. No estaría satisfecha ni de ganarle si no se ponía a tomarme en serio y ya que no lo iba a hacer solo me quedaba una alternativa. ¨¡Te mataré!¨ Pensé cuando arremetí de nuevo en su contra. Lo imagine todo en ese proceso, un gancho izquierdo, luego uno derecho al rostro, me alejaría lo suficiente y usaría de nuevo el smash al corazón. Así fue como comencé a golpearle, primero con un gancho izquierdo, sentí como la fuerza que iba desde mis píes a mi puño era la correcta. Lo dejaría tonto, luego inconsciente y finalmente lo mataría con el smash de funcionar el primer gancho que ya iba directo a la cien del mercenario por el costado izquierdo. Otro punto vital tras otro, era sorprendente como podía mantenerse en píe tan sereno, sorprendente y molesto...
(…)
La noche había llegado por fin y no estaba de un muy buen humor como era de esperarse. Había entrenado todo el día por lo que me encontraba algo cansada, después de haber aceptado la invitación al trabajo... No sabía como trabajaban los mercenarios ni tenía idea alguna de como actuaban, pero de algo si estaba completamente segura, a la hora de repartir golpes no quería quedarme atrás sea quien fuese mi compañero. No iba a permitirle que me mirará a menos.
¿En qué lugar me encontraba? En un antro del bajo mundo, lo conocía bien y la gente ahí me conocía también. No solo por mis peleas, como no tenía lugar fijo que pudiese llamar hogar, cuando conseguía ganar al menos tres peleas en un día y el suelo era suficiente, me permitía el lujo de quedarme ahí. A veces los fanáticos me invitaban a comer y aunque no soy de las mujeres más sociables de Francia, era una ayuda que muchas veces agradecía. Aquella noche precisamente había un plato vacío. Había cenado recién por cuenta de la casa. También era una ayuda para el negocio que luchadores como yo fuéramos a menudo. Era la oportunidad para que nuestro publico se mezclase con nosotros. Al menos así me gustaba verlo. Odiaba pedir limosna y nunca he tenido que hacerlo a pesar de mi condición.
Unas pocas horas pasaron y por fin pude ver al sujeto que me había pedido realizar el trabajo. Esta vez acompañado por un enclenque y un cachorro. ¨El circo llegó a la ciudad antes de temporada...¨ Pensé para mi misma cuando los tres se me acercaron. Cuando esto ocurrió varias miradas se posaron en el grupo recién formado. Algunas incrédulas y otras burlonas.
Mantuve una mirada indiferente a la vez que desafiante al sujeto que preguntaba por mi nombre. No le respondí, pues no era con el con quien quería hablar, mas el desgraciado como creyéndose el jefe comenzó a hablar como si fuese un niño intentando de la forma más ineficiente posible hacer amigos. Pude ver la espada del niño que tenía en frente. Hablaba como si fuese un guerrero, aunque poco de eso tuviese. Me cruce de brazos y el tabernero pudo ver mi cara de querer matar a alguien ahora. Sin que nadie dijera más me sirvió un vaso de agua. Sabía que no era amiga de la bebida o del café por lo que era lo único que le quedaba en un vano intento de decir que me calmase. Pude notar como el cachorro se sentaba molesto de su supuesto amo y como el detective se sentaba frente mío, aburrido como solo el podía estar.
Mi ceño no podía estar más fruncido y sentía como una vena en mi cien estaba apunto de explotar. Aquel sujeto era realmente molesto a pesar de tener intenciones de hacerse mi amigo. Aquello simplemente no podía pasar. – ¿Cómo aprendí a pelear? Simple, dándole una paliza a gente molesta como tú – Le corté de inmediato antes de que siguiese haciendo más preguntas. Parecía un niño viviendo en un cuento de hadas y lo que menos soportaba era la gente que no podía mantener sus píes en la tierra a pesar de tener sus sueños y metas como yo misma tenía. Suspiré intentando de calmarme y tome un sorbo de mi vaso de agua. Esperaba que esa respuesta fuese suficiente. Pude escuchar de la mesa de al lado la gente se reía con mi respuesta, como si fuese la mejor para callarlo y bajarle los ánimos, lo cierto es que esperaba así fuese.
– Y bien, ¿vamos ya a hablar de trabajo o acaso también quieres que haga de niñera? – Pregunté al detective con altas esperanzas de que nos diera la luz verde para comenzar lo que había venido a hacer en ese lugar.
---
Off: Lamento la demora, tenía la primera parte lista hace mucho, pero la segunda no quiso salir natural hasta hace poco D:
Me quede perpleja, más mi mirada seguía mostrándose intimidante como siempre. ¿Por qué nada de lo que hacía surtía el efecto qué quería? ¿No estaba empleando la fuerza necesaria? ¿O acaso ese sujeto realmente era un luchador? No lo parecía, no quería aceptarlo. Me estaba ridiculizando frente a un grupo de psicópatas. Mis puños se apretaron firmes de nuevo cuando el sujeto volvió a hablar y era empujado por el público para que peleara. ¿Cómo podía ser un luchador? No tenía el deseo de pelear pero aún así tenía una fuerza y una resistencia sobre humana, incluso para su contextura y musculatura. Sabía que era un espadachín, pero no era lo mismo pelear con la espada que con los puños, mucho menos era lo mismo pelear contra los puños cuando se pelea conmigo. Estaba furiosa, deseaba matarlo con todas mis fuerzas. No había otra salida.
¨¿Ponérselo fácil, a un sujeto como él?¨ Pensé para mi misma, con esa fuerza que tenía y las pocas ganas de pelear no había forma de ponérsela fácil ni que yo perdiera con honor. No estaría satisfecha ni de ganarle si no se ponía a tomarme en serio y ya que no lo iba a hacer solo me quedaba una alternativa. ¨¡Te mataré!¨ Pensé cuando arremetí de nuevo en su contra. Lo imagine todo en ese proceso, un gancho izquierdo, luego uno derecho al rostro, me alejaría lo suficiente y usaría de nuevo el smash al corazón. Así fue como comencé a golpearle, primero con un gancho izquierdo, sentí como la fuerza que iba desde mis píes a mi puño era la correcta. Lo dejaría tonto, luego inconsciente y finalmente lo mataría con el smash de funcionar el primer gancho que ya iba directo a la cien del mercenario por el costado izquierdo. Otro punto vital tras otro, era sorprendente como podía mantenerse en píe tan sereno, sorprendente y molesto...
(…)
La noche había llegado por fin y no estaba de un muy buen humor como era de esperarse. Había entrenado todo el día por lo que me encontraba algo cansada, después de haber aceptado la invitación al trabajo... No sabía como trabajaban los mercenarios ni tenía idea alguna de como actuaban, pero de algo si estaba completamente segura, a la hora de repartir golpes no quería quedarme atrás sea quien fuese mi compañero. No iba a permitirle que me mirará a menos.
¿En qué lugar me encontraba? En un antro del bajo mundo, lo conocía bien y la gente ahí me conocía también. No solo por mis peleas, como no tenía lugar fijo que pudiese llamar hogar, cuando conseguía ganar al menos tres peleas en un día y el suelo era suficiente, me permitía el lujo de quedarme ahí. A veces los fanáticos me invitaban a comer y aunque no soy de las mujeres más sociables de Francia, era una ayuda que muchas veces agradecía. Aquella noche precisamente había un plato vacío. Había cenado recién por cuenta de la casa. También era una ayuda para el negocio que luchadores como yo fuéramos a menudo. Era la oportunidad para que nuestro publico se mezclase con nosotros. Al menos así me gustaba verlo. Odiaba pedir limosna y nunca he tenido que hacerlo a pesar de mi condición.
Unas pocas horas pasaron y por fin pude ver al sujeto que me había pedido realizar el trabajo. Esta vez acompañado por un enclenque y un cachorro. ¨El circo llegó a la ciudad antes de temporada...¨ Pensé para mi misma cuando los tres se me acercaron. Cuando esto ocurrió varias miradas se posaron en el grupo recién formado. Algunas incrédulas y otras burlonas.
Mantuve una mirada indiferente a la vez que desafiante al sujeto que preguntaba por mi nombre. No le respondí, pues no era con el con quien quería hablar, mas el desgraciado como creyéndose el jefe comenzó a hablar como si fuese un niño intentando de la forma más ineficiente posible hacer amigos. Pude ver la espada del niño que tenía en frente. Hablaba como si fuese un guerrero, aunque poco de eso tuviese. Me cruce de brazos y el tabernero pudo ver mi cara de querer matar a alguien ahora. Sin que nadie dijera más me sirvió un vaso de agua. Sabía que no era amiga de la bebida o del café por lo que era lo único que le quedaba en un vano intento de decir que me calmase. Pude notar como el cachorro se sentaba molesto de su supuesto amo y como el detective se sentaba frente mío, aburrido como solo el podía estar.
Mi ceño no podía estar más fruncido y sentía como una vena en mi cien estaba apunto de explotar. Aquel sujeto era realmente molesto a pesar de tener intenciones de hacerse mi amigo. Aquello simplemente no podía pasar. – ¿Cómo aprendí a pelear? Simple, dándole una paliza a gente molesta como tú – Le corté de inmediato antes de que siguiese haciendo más preguntas. Parecía un niño viviendo en un cuento de hadas y lo que menos soportaba era la gente que no podía mantener sus píes en la tierra a pesar de tener sus sueños y metas como yo misma tenía. Suspiré intentando de calmarme y tome un sorbo de mi vaso de agua. Esperaba que esa respuesta fuese suficiente. Pude escuchar de la mesa de al lado la gente se reía con mi respuesta, como si fuese la mejor para callarlo y bajarle los ánimos, lo cierto es que esperaba así fuese.
– Y bien, ¿vamos ya a hablar de trabajo o acaso también quieres que haga de niñera? – Pregunté al detective con altas esperanzas de que nos diera la luz verde para comenzar lo que había venido a hacer en ese lugar.
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Off: Lamento la demora, tenía la primera parte lista hace mucho, pero la segunda no quiso salir natural hasta hace poco D:
Fergie Tairi- Humano Clase Baja
- Mensajes : 41
Fecha de inscripción : 01/05/2014
Localización : La calle :3
Re: ¡Es sólo un juego! [Fergie]
Aunque casi de milagro, logré esquivar su último golpe, saltando hacia un lado. Me di cuenta, sin embargo, que no las tenía todas contra mí: Fergie se había dado cuenta de que algo estaba yendo mal, de que yo no era un tipo corriente. No estoy seguro de si ella es consciente de la existencia de los seres sobrenaturales, pero si resulta que no nos conocía, entonces tal vez podría usar su ignorancia como ventaja.
Dejé que me atacara unas cuantas veces, siempre esquivando saltando a los lados o huyendo de ella, pero sin llegar a contraatacar, a fin de cansarla física y mentalmente. Sabía lo irritante que era que tu enemigo huyera de ti, pues eso te obligaba a perseguirlo, y el enfado y la frustración al no poder alcanzarlo te mermaba mentalmente. Además, así no paras de pensar que tu oponente es un cobarde, lo cual te hace subestimarlo, y con el tiempo, esto baja la guardia de tu enemigo enormemente, y todo son ventajas.
Tras unos segundos bailando a su alrededor y obligándola a perseguirme, retrocedí a propósito hasta la "pared" del círculo, formada por esos psicópatas sedientos de sangre. Como es natural, uno de ellos me sujetó para empujarme de vuelta contra ella, y para su asombro, le sujeté la muñeca y tiré de él, obligándolo a ponerse entre Fergie y yo. Le empujé con todas mis ganas contra ella. En cuanto Fergie apartara o noqueara al tipo que le lancé, saltaría sobre ella con el puño en alto, con la intención de golpearle, usando la velocidad del salto para que dicho golpe fuera cuanto más dañino posible. La idea era despistarla con una distracción menor (el sujeto que empujé) para darle menos tiempo a reaccionar ante el verdadero golpe. ¿Funcionaría la estrategia?
...
- Vaya... qué directo. - dije, asombrado y un poco triste ante su brusca respuesta - Podrías haber buscado a alguien más amigable, ¿no? - le dije al detective. Me di cuenta de que bastante gente en la taberna nos prestaba atención, y se lo pasaba pipa burlándose de mí.
- No. - dijo el detective - Lo que busco es a profesionales capaces de mancharse las manos, y eso es lo que he encontrado. Al menos en ella. Tal vez tú eres demasiado amigable y confiado. Tenía entendido que sabías lo que te hacías.
Más burlas y risas en la taberna.
- Sé lo que me hago, amigo - dije, manteniendo la sonrisa, aunque podía notarse en mi rostro que la tensión iba en aumento, aunque logré disimularlo con una sonrisa más cálida -, sólo quería ser amable con nuestra compañera de trabajo, ¿tan malo es eso?
- Lo malo es que confíes tan a la ligera en los demás. - dijo un tipo de la taberna que estaba sentado en otra mesa, apartado de nosotros. ¿Quién le ha dado vela en este entierro? - Eres tan confiado como un niño.
- ¡Oh, venga ya! Los dos estamos en el mismo bando, no hay por qué desconfiar, aunque sea tan... agria.
- Sólo porque trabajéis juntos no significa que seáis amigos - habló el detective de nuevo -. Hasta los mejores amigos son capaces de traicionarse si la situación los obliga, y ella es una desconocida. La vida da muchas vueltas. ¡Maldita sea! No te contraté para darte clases sobre la realidad.
Hizo ademán de levantarse, como si la conversación hubiera terminado y yo me hubiera quedado oficialmente fuera del grupo. Y una mierda. Me incliné y me apoyé sobre la mesa mientras lo apuntaba con el dedo, desafiante, pero siempre sonriente. Esto lo intimidó un poco y volvió a sentarse.
- No. Me has contratado simple y llanamente para que luchara con mi espada, y eso es todo lo que tengo intención de hacer. El resto da igual, ¿no?
- Claro. De todas formas, si te matan por culpa de tu infinita inocencia, será menos dinero que compartir.
Más risas.
- ¡Eso, eso, burlaos del todos del español! Cabrones...
Me senté con ellos y empezamos a hablar del trabajo. Con el tiempo, y para mi alivio, la atención sobre nosotros había bajado considerablemente.
- Mencionaste antes un manicomio, ¿verdad?
- Sí, el hospital Guía Divina. El hijo de un cliente bastante adinerado desapareció por París hará unos años. Sus padres piensan que aún está vivo, y me pagan una buena cantidad para que lo encuentre. Una cantidad lo bastante alta para contratar mercenarios, como ya sabéis. El caso es que tras investigar un poco por la zona, oí que fue visto en los bosques, en una zona cercana. También leí en los periódicos que hubo un altercado en ese hospital mental, y tal vez esté relacionado con el muchacho.
- Qué guay. ¿Cómo se llama el muchacho?
- Alfred. Sus padres dibujaron un retrato bastante realista.
Sacó el mismo dibujo que me enseñó minutos atrás y lo puso sobre la mesa. Los tres contemplamos cómo se veía el muchacho, y tratamos de memorizar esa cara.
- Iremos mañana por la mañana.
¿Por la mañana? ¡Mierda, el Sol!
- No, eso es imposible. Tiene que ser de noche - dije, casi sin pensar.
- ¿Cómo?
Noté las miradas clavándose en mí. Debí haberlo dicho con más delicadeza, pero bueno, a lo hecho, pecho.
- Digo que por la mañana y por la tarde estoy haciendo... otras cosas. Sólo estoy libre de noche.
- ¿De verdad quieres meterte en un manicomio abandonado en mitad del bosque por la noche? - el detective se rió - Oye, chico, yo tampoco creo en los fantasmas, pero no me negarás que eso acojonaría incluso al más valiente.
- Claro que da miedo, pero no puedo ir de día.
- Bueno, ¡pues iremos por la tarde!
- No. Tiene que ser de noche.
- ¿Pero tú cuándo duermes? - bromeó.
- No duermo. Sobrevivo a base de enormes dosis de café y de vez en cuando una raya de coca. Lo siento, pero de verdad que tiene que ser de noche.
El detective miró a Fergie, esperando su respuesta...
Dejé que me atacara unas cuantas veces, siempre esquivando saltando a los lados o huyendo de ella, pero sin llegar a contraatacar, a fin de cansarla física y mentalmente. Sabía lo irritante que era que tu enemigo huyera de ti, pues eso te obligaba a perseguirlo, y el enfado y la frustración al no poder alcanzarlo te mermaba mentalmente. Además, así no paras de pensar que tu oponente es un cobarde, lo cual te hace subestimarlo, y con el tiempo, esto baja la guardia de tu enemigo enormemente, y todo son ventajas.
Tras unos segundos bailando a su alrededor y obligándola a perseguirme, retrocedí a propósito hasta la "pared" del círculo, formada por esos psicópatas sedientos de sangre. Como es natural, uno de ellos me sujetó para empujarme de vuelta contra ella, y para su asombro, le sujeté la muñeca y tiré de él, obligándolo a ponerse entre Fergie y yo. Le empujé con todas mis ganas contra ella. En cuanto Fergie apartara o noqueara al tipo que le lancé, saltaría sobre ella con el puño en alto, con la intención de golpearle, usando la velocidad del salto para que dicho golpe fuera cuanto más dañino posible. La idea era despistarla con una distracción menor (el sujeto que empujé) para darle menos tiempo a reaccionar ante el verdadero golpe. ¿Funcionaría la estrategia?
...
- Vaya... qué directo. - dije, asombrado y un poco triste ante su brusca respuesta - Podrías haber buscado a alguien más amigable, ¿no? - le dije al detective. Me di cuenta de que bastante gente en la taberna nos prestaba atención, y se lo pasaba pipa burlándose de mí.
- No. - dijo el detective - Lo que busco es a profesionales capaces de mancharse las manos, y eso es lo que he encontrado. Al menos en ella. Tal vez tú eres demasiado amigable y confiado. Tenía entendido que sabías lo que te hacías.
Más burlas y risas en la taberna.
- Sé lo que me hago, amigo - dije, manteniendo la sonrisa, aunque podía notarse en mi rostro que la tensión iba en aumento, aunque logré disimularlo con una sonrisa más cálida -, sólo quería ser amable con nuestra compañera de trabajo, ¿tan malo es eso?
- Lo malo es que confíes tan a la ligera en los demás. - dijo un tipo de la taberna que estaba sentado en otra mesa, apartado de nosotros. ¿Quién le ha dado vela en este entierro? - Eres tan confiado como un niño.
- ¡Oh, venga ya! Los dos estamos en el mismo bando, no hay por qué desconfiar, aunque sea tan... agria.
- Sólo porque trabajéis juntos no significa que seáis amigos - habló el detective de nuevo -. Hasta los mejores amigos son capaces de traicionarse si la situación los obliga, y ella es una desconocida. La vida da muchas vueltas. ¡Maldita sea! No te contraté para darte clases sobre la realidad.
Hizo ademán de levantarse, como si la conversación hubiera terminado y yo me hubiera quedado oficialmente fuera del grupo. Y una mierda. Me incliné y me apoyé sobre la mesa mientras lo apuntaba con el dedo, desafiante, pero siempre sonriente. Esto lo intimidó un poco y volvió a sentarse.
- No. Me has contratado simple y llanamente para que luchara con mi espada, y eso es todo lo que tengo intención de hacer. El resto da igual, ¿no?
- Claro. De todas formas, si te matan por culpa de tu infinita inocencia, será menos dinero que compartir.
Más risas.
- ¡Eso, eso, burlaos del todos del español! Cabrones...
Me senté con ellos y empezamos a hablar del trabajo. Con el tiempo, y para mi alivio, la atención sobre nosotros había bajado considerablemente.
- Mencionaste antes un manicomio, ¿verdad?
- Sí, el hospital Guía Divina. El hijo de un cliente bastante adinerado desapareció por París hará unos años. Sus padres piensan que aún está vivo, y me pagan una buena cantidad para que lo encuentre. Una cantidad lo bastante alta para contratar mercenarios, como ya sabéis. El caso es que tras investigar un poco por la zona, oí que fue visto en los bosques, en una zona cercana. También leí en los periódicos que hubo un altercado en ese hospital mental, y tal vez esté relacionado con el muchacho.
- Qué guay. ¿Cómo se llama el muchacho?
- Alfred. Sus padres dibujaron un retrato bastante realista.
Sacó el mismo dibujo que me enseñó minutos atrás y lo puso sobre la mesa. Los tres contemplamos cómo se veía el muchacho, y tratamos de memorizar esa cara.
- Iremos mañana por la mañana.
¿Por la mañana? ¡Mierda, el Sol!
- No, eso es imposible. Tiene que ser de noche - dije, casi sin pensar.
- ¿Cómo?
Noté las miradas clavándose en mí. Debí haberlo dicho con más delicadeza, pero bueno, a lo hecho, pecho.
- Digo que por la mañana y por la tarde estoy haciendo... otras cosas. Sólo estoy libre de noche.
- ¿De verdad quieres meterte en un manicomio abandonado en mitad del bosque por la noche? - el detective se rió - Oye, chico, yo tampoco creo en los fantasmas, pero no me negarás que eso acojonaría incluso al más valiente.
- Claro que da miedo, pero no puedo ir de día.
- Bueno, ¡pues iremos por la tarde!
- No. Tiene que ser de noche.
- ¿Pero tú cuándo duermes? - bromeó.
- No duermo. Sobrevivo a base de enormes dosis de café y de vez en cuando una raya de coca. Lo siento, pero de verdad que tiene que ser de noche.
El detective miró a Fergie, esperando su respuesta...
- OFF:
- Lamento la tardanza. Me gustaría decir que se debió a que estaba muy ocupado, a que se me rompió el ordenador o a que estaba de viaje, pero si te soy sincero lo que ha pasado es que el verano saca el lado más vago y perezoso de mí, por lo que si no he posteado ha sido simple y llanamente, por pereza
Bueno, al menos no he abandonado el tema, eso es lo que importa ^_^. Y deberíamos ir pensando en cómo decidir el ganador cuando vaya terminando el tema (aún planeo que dure un poco más, pero estaría bien ir pensando en cómo decidirlo jeje)
Alexalmo- Vampiro Clase Media
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Fecha de inscripción : 16/10/2013
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Localización : Visto por última vez en París. Si lo ve, avise en la comisaría más cercana, por favor.
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Re: ¡Es sólo un juego! [Fergie]
¿Qué era ese sentimiento extraño? Mi primer gancho no llegó a conectar. El sujeto se corrió hacía un lado con una facilidad igual de sorprendente que sus pocas ganas de pelear en serio a estas alturas. ¿Por qué nada de lo que hacía funcionaba? Mi brazo izquierdo estaba colgando en el aíre mientras lo veía, una mezcla entre rabia y asombro.
Pelear mano a mano como lo estábamos haciendo, no era para nada como una pelea de gallos, aunque a ojos normales pareciera así la cosa, habían muchos factores que influenciaban. Peso, estrategia, mente... En resumen bastante escueto... Aquel sujeto, de la misma complexión física mía o inferior, las tenía todas de perder y a esas alturas del combate debería estar al límite de su resistencia física, pero nada parecía afectarle y sus píes se seguían moviendo con una facilidad que superaba todos los límites de la lógica. También, era lógico pensar en esos momentos que tenía deseos de pelear, esperar por una apertura... Buscar un punto débil en el oponente y aprovecharlo a su favor, mas todo lo que hacía parecía mofarse de la lógica que hasta el ser más estúpido sobre la tierra podría entender. Cuando un oponente espera eso, pasa el limite de su resistencia física es algo que se nota con menos de un dedo de frente, pero nada... Aquel sujeto simplemente no era normal, no era algo que haya enfrentado antes...
¿Cómo podía ser posible?... ¨No. Tiene que ser de noche.¨ Mi mente comenzó a recordar... ¿Por qué tenía que ser de noche? Era algo que había dicho él... No, no era solo trabajo... Ese tipo de historias. Cuando se vive en la calle en París se escuchan mucho... Mis ojos se abrieron como plato, ¿podría ser...? ¡NO! ¿Un sujeto como él? ¡Imposible! Aún así, si ese era el caso y como se estaban dando las cosas, mi vida corría peligro, no podía permitir darle la oportunidad de enfadarse... Sentí como el miedo recorrió mis venas... Era un miedo que no había sentido antes. Sin embargo... Probablemente ese sujeto nunca había enfrentado a alguien más fuerte que él mientras que yo he pasado 25 años haciéndolo... 25 largos años con solo una derrota...
(…)
Algo había despertado en Fergie, algo que quizás no fuese suficiente para noquear a un vampiro, pero si que haría temer al sujeto más fuerte... No siguió golpeando, pero volvió a ponerse en guardia, más no era una pose natural a los ojos del espectador en ella. Sus brazos estaban ahora a la altura de su cintura y su píe derecho por delante... Instinto, derrota, el fruto de sus esfuerzos... Rabia, miedo, coraje... Todo comenzó a reflejarse en su mirada... No, no estaba inconsciente, simplemente su instinto más primitivo había despertado. Malas noticias para quien quiera que se ponía frente a ella. Tras esos largos 25 años de peleas callejeras y clandestinas, Fergie había despertado... Estaba decidida a pelear aunque su vida corriera en peligro, aunque solo pudiese mover un músculo... Ese músculo era suficiente, con eso no se rendiría... Esa era la verdadera fuerza de Fergie.
Alexalmo tiro a uno de los locos frente a la humana, más basto usar el brazo izquierdo para sacarlo fuera del camino empujándolo con la palma. ¿Cuántas veces se había enfrentado a un oponente más fuerte que ella y había perdido? Solo una. Coraje y rabia acumulada desde entonces, más un golpe que no había enseñado era lo que le esperaba al inmortal. La velocidad de este fue increíble, suficiente para asustar a cualquiera. Mas en esos momentos Fergie no retrocedía, se levantaba con tal de solo poder mover un músculo. Un salto hacía adelante, el puño de Alexalmo pasó rozando el hombro izquierdo [/i]de Fergie. Malas noticias para cualquiera, su rostro estaba descubierto y a un alcance ventajoso. El píe izquierdo retrocedió para dejar al derecho enfrente. ¿Cuantos oponentes pensaron que era un gancho izquierdo cuando el mismo brazo de Fergie se preparaba para golpear un recto? Más no era un cualquiera, su fuerza venía desde su muslo. En un golpe recto normal, la fuerza viene desde la cintura al momento de pasar estando atrás hasta quedar en frente, pero este venía desde la pierna izquierda, lado el cual era el dominante de Fergie.
El puño comenzó a avanzar directo entre las cejas del vampiro, la cintura se movió natural hasta adelante, pero aquel movimiento no era todo, la pierna izquierda se levanto y piso fuerte el suelo, quedando frente al píe derecho, aquel movimiento no solo permitía extender más el brazo izquierdo sino que también agregar una fuerza sobre natural al golpe, que noquearía fuera del ring a cualquier mortal frente a ella de llegar a conectar.
(…)
La conversación terminó por mi parte, por suerte. No tenía intención alguna de hacer amigos ahí, bastaba con que me pagarán, pero sabía que debía hacer bien mi trabajo y como el silencio otorga, no tendría que hacer de niñera. Ese sujeto... Alexalmo... Tenía bastante suerte de que tuviese nervios de acero y no hacerme enfadar al punto de olvidar que es un enclenque, aunque mis puños estaban totalmente apretados sobre la madera. No era de las que solían aguantar a sujetos así, pero así eran las cosas... ¨Solo es por un trabajo, luego puedes matarlo, Fergie...¨ Pensé para mi misma mientras el niño-adulto trataba de defender en vano su inocencia frente a un grupo de hombres y mujeres que bien sabían estaba bastante crecido.
Me cruce de brazos y cerré mis ojos. La verdad era que no tenía intención de escuchar, pero el poco peligro que ese sujeto representaba para mi no hacía que la voz de mis pensamientos fuera lo suficientemente fuerte, así que era todo auto-control en esos momentos.
Escuchaba con más atención la voz del detective. Un manicomio, una revuelta y un hijo de clase alta probablemente muerto... ¿Qué era lo que podía mover a un padre para pagar tal suma de dinero con tal de encontrar a su hijo perdido? Si estaba en las calles de París bien sabía yo que las posibilidades de morir eran bien altas. No podía entender a los padres, quizás porque nunca tuve algo parecido a eso, pero no importaba, el caso es que debíamos encontrar el cadáver sin vida del niño poniendo nuestra vida en juego. Sonaba interesante... Mire de reojo el rostro del posible cadáver, trate de memorizarlo lo mejor que pude en caso de encontrarlo desfigurado como el de muchos vagabundos al salir el sol. ¨Si no fuese porque necesito el dinero ni me molestaría en buscarlo...¨ Pensé de nuevo cuando volví a cerrar los ojos. Cuando una voz te molesta es difícil no ponerle atención.
– Entonces así serán las cosas... Iremos cuando sea más peligroso. Espero que no hayas dado falsas esperanzas a los padres, lleva dos años desaparecidos, puede que ya este muerto o que me lo pille peleando inconsciente... – Tome un sorbo de mi vaso de agua y mire desafiante al detective. – Por cierto, si dices que pagan una cantidad bastante alta... Tendrás que pagarme el doble, encima tendré que aguantar a este... – Dije mirando de reojo a Alexalmo para luego volver a cerrar los ojos y esperar a que se retirasen.
---
Off: Tranquilo, no hay drama. Te mando un mp al respecto, mañana cuando tenga más tiempo.
Pelear mano a mano como lo estábamos haciendo, no era para nada como una pelea de gallos, aunque a ojos normales pareciera así la cosa, habían muchos factores que influenciaban. Peso, estrategia, mente... En resumen bastante escueto... Aquel sujeto, de la misma complexión física mía o inferior, las tenía todas de perder y a esas alturas del combate debería estar al límite de su resistencia física, pero nada parecía afectarle y sus píes se seguían moviendo con una facilidad que superaba todos los límites de la lógica. También, era lógico pensar en esos momentos que tenía deseos de pelear, esperar por una apertura... Buscar un punto débil en el oponente y aprovecharlo a su favor, mas todo lo que hacía parecía mofarse de la lógica que hasta el ser más estúpido sobre la tierra podría entender. Cuando un oponente espera eso, pasa el limite de su resistencia física es algo que se nota con menos de un dedo de frente, pero nada... Aquel sujeto simplemente no era normal, no era algo que haya enfrentado antes...
¿Cómo podía ser posible?... ¨No. Tiene que ser de noche.¨ Mi mente comenzó a recordar... ¿Por qué tenía que ser de noche? Era algo que había dicho él... No, no era solo trabajo... Ese tipo de historias. Cuando se vive en la calle en París se escuchan mucho... Mis ojos se abrieron como plato, ¿podría ser...? ¡NO! ¿Un sujeto como él? ¡Imposible! Aún así, si ese era el caso y como se estaban dando las cosas, mi vida corría peligro, no podía permitir darle la oportunidad de enfadarse... Sentí como el miedo recorrió mis venas... Era un miedo que no había sentido antes. Sin embargo... Probablemente ese sujeto nunca había enfrentado a alguien más fuerte que él mientras que yo he pasado 25 años haciéndolo... 25 largos años con solo una derrota...
(…)
¨A beast barely pretending to be a human...¨
Algo había despertado en Fergie, algo que quizás no fuese suficiente para noquear a un vampiro, pero si que haría temer al sujeto más fuerte... No siguió golpeando, pero volvió a ponerse en guardia, más no era una pose natural a los ojos del espectador en ella. Sus brazos estaban ahora a la altura de su cintura y su píe derecho por delante... Instinto, derrota, el fruto de sus esfuerzos... Rabia, miedo, coraje... Todo comenzó a reflejarse en su mirada... No, no estaba inconsciente, simplemente su instinto más primitivo había despertado. Malas noticias para quien quiera que se ponía frente a ella. Tras esos largos 25 años de peleas callejeras y clandestinas, Fergie había despertado... Estaba decidida a pelear aunque su vida corriera en peligro, aunque solo pudiese mover un músculo... Ese músculo era suficiente, con eso no se rendiría... Esa era la verdadera fuerza de Fergie.
Alexalmo tiro a uno de los locos frente a la humana, más basto usar el brazo izquierdo para sacarlo fuera del camino empujándolo con la palma. ¿Cuántas veces se había enfrentado a un oponente más fuerte que ella y había perdido? Solo una. Coraje y rabia acumulada desde entonces, más un golpe que no había enseñado era lo que le esperaba al inmortal. La velocidad de este fue increíble, suficiente para asustar a cualquiera. Mas en esos momentos Fergie no retrocedía, se levantaba con tal de solo poder mover un músculo. Un salto hacía adelante, el puño de Alexalmo pasó rozando el hombro izquierdo [/i]de Fergie. Malas noticias para cualquiera, su rostro estaba descubierto y a un alcance ventajoso. El píe izquierdo retrocedió para dejar al derecho enfrente. ¿Cuantos oponentes pensaron que era un gancho izquierdo cuando el mismo brazo de Fergie se preparaba para golpear un recto? Más no era un cualquiera, su fuerza venía desde su muslo. En un golpe recto normal, la fuerza viene desde la cintura al momento de pasar estando atrás hasta quedar en frente, pero este venía desde la pierna izquierda, lado el cual era el dominante de Fergie.
El puño comenzó a avanzar directo entre las cejas del vampiro, la cintura se movió natural hasta adelante, pero aquel movimiento no era todo, la pierna izquierda se levanto y piso fuerte el suelo, quedando frente al píe derecho, aquel movimiento no solo permitía extender más el brazo izquierdo sino que también agregar una fuerza sobre natural al golpe, que noquearía fuera del ring a cualquier mortal frente a ella de llegar a conectar.
(…)
La conversación terminó por mi parte, por suerte. No tenía intención alguna de hacer amigos ahí, bastaba con que me pagarán, pero sabía que debía hacer bien mi trabajo y como el silencio otorga, no tendría que hacer de niñera. Ese sujeto... Alexalmo... Tenía bastante suerte de que tuviese nervios de acero y no hacerme enfadar al punto de olvidar que es un enclenque, aunque mis puños estaban totalmente apretados sobre la madera. No era de las que solían aguantar a sujetos así, pero así eran las cosas... ¨Solo es por un trabajo, luego puedes matarlo, Fergie...¨ Pensé para mi misma mientras el niño-adulto trataba de defender en vano su inocencia frente a un grupo de hombres y mujeres que bien sabían estaba bastante crecido.
Me cruce de brazos y cerré mis ojos. La verdad era que no tenía intención de escuchar, pero el poco peligro que ese sujeto representaba para mi no hacía que la voz de mis pensamientos fuera lo suficientemente fuerte, así que era todo auto-control en esos momentos.
Escuchaba con más atención la voz del detective. Un manicomio, una revuelta y un hijo de clase alta probablemente muerto... ¿Qué era lo que podía mover a un padre para pagar tal suma de dinero con tal de encontrar a su hijo perdido? Si estaba en las calles de París bien sabía yo que las posibilidades de morir eran bien altas. No podía entender a los padres, quizás porque nunca tuve algo parecido a eso, pero no importaba, el caso es que debíamos encontrar el cadáver sin vida del niño poniendo nuestra vida en juego. Sonaba interesante... Mire de reojo el rostro del posible cadáver, trate de memorizarlo lo mejor que pude en caso de encontrarlo desfigurado como el de muchos vagabundos al salir el sol. ¨Si no fuese porque necesito el dinero ni me molestaría en buscarlo...¨ Pensé de nuevo cuando volví a cerrar los ojos. Cuando una voz te molesta es difícil no ponerle atención.
– Entonces así serán las cosas... Iremos cuando sea más peligroso. Espero que no hayas dado falsas esperanzas a los padres, lleva dos años desaparecidos, puede que ya este muerto o que me lo pille peleando inconsciente... – Tome un sorbo de mi vaso de agua y mire desafiante al detective. – Por cierto, si dices que pagan una cantidad bastante alta... Tendrás que pagarme el doble, encima tendré que aguantar a este... – Dije mirando de reojo a Alexalmo para luego volver a cerrar los ojos y esperar a que se retirasen.
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Off: Tranquilo, no hay drama. Te mando un mp al respecto, mañana cuando tenga más tiempo.
Fergie Tairi- Humano Clase Baja
- Mensajes : 41
Fecha de inscripción : 01/05/2014
Localización : La calle :3
Re: ¡Es sólo un juego! [Fergie]
Mi táctica... no había ido tan bien como me esperaba. La distracción no fue suficiente, y Fergie ya estaba preparada para contraatacar. Apenas apartó de un golpe rápido al loco que lancé contra ella, vi que se ponía en guardia y me lanzaba un golpe recto directamente a la frente. Me comí todo el golpe de lleno, como es obvio, ya que estaba saltando sobre ella. Normalmente, los ataques cuerpo a cuerpo a mano desarmada por parte de humanos son bastante inofensivos para los vampiros como yo, y normalmente esos puñetazos, lanzados por sus tan frágiles y débiles cuerpos no servían para nada. Pero Fergie no era un caso normal.
Su puñetazo me dio directamente en la cabeza, y eso me jodió el cerebro de muy mala manera. Por muy vampiro que seas, el cerebro sigue siendo uno de los órganos más delicados de nuestra anatomía, y eso lo pude comprobar en primera persona. Primero fue simplemente un dolor suave en la frente, nada del otro mundo, pero luego empecé a sentir mareos y desequilibrio, y veía un poco borroso. Una lástima lo de ver borroso, porque hubiera estado bastante bien poder ver de dónde venían los siguientes golpes.
Y así, Fergie aprovechó mi aturdimiento temporal y se encargó personalmente de convertirlo en un traumatismo total. Empecé a recibir hostias por todo el cuerpo, y era evidente que se estaba desahogando conmigo por todas las veces que la hice enfadar esa noche. Por un par de segundos lamenté haber sido tan payaso, pero ya no había marcha atrás.
Finalmente, su combo paró. Retrocedí lentamente, alejándome de ella. Aún me dolía todo el cuerpo, pero mi metabolismo vampírico se estaba encargando de reparar los daños rápidamente. Me paré y miré a mi oponente, agotado.
- Ah... Joder... - me quejé.
Torpemente, me puse de nuevo en guardia. Dios, esta pelea se me estaba haciendo eterna. Probablemente sólo habíamos estado luchando cinco o diez minutos, no más, pero se me hacía muy larga. Me parecía que había durado... no sé... ¿cinco meses? (*guiño*)
Avancé algunos pasos hacia ella. Me dolía como mil demonios, joder, pero no podía dejar que me mataran así. Aún tenía una cosa que hacer, una última promesa que cumplir. No iba a permitirme el lujo de que me liquidaran tan rápido. No. ¡No de esta forma!
Corrí hacia ella con el puño en alto y golpeé con todas mis fuerzas... al aire. Era un movimiento muy a lo berzeker y con poca disciplina que cualquier luchador profesional sabría esquivar. Ella se hizo a un lado y me golpeó unas cuantas veces más. Me tambaleé, totalmente humillado y ridiculizado, y ella me remató con un gancho final que me lanzó al suelo. Después, sólo vi oscuridad...
(...)
- Vaya, ¡qué simpática! - dije, a modo de burla.
Sinceramente, ¿quién cojones se cree que es la tía esta? Apenas acabo de conocerla y ya me trata como una mierda. Seguro que es alguna especie de machona solterona que no tiene a nadie que la quiera ni nadie que tenga una mínima de aprecio por ella, y por eso la paga con las pobres personas inocentes que sólo intentan hacer amigos para tener buenos momentos que compartir. ¡Oh, qué gran injusticia, que las buenas gentes de París que intentan ser felices y disfrutar de la belleza de la vida sean atacados tan vilmente por amargados que sólo saben compartir su desgracia!
.
..
...
Iba pensando todas estas paridas y de repente, cuando quise darme cuenta, ya estábamos en marcha. Avanzábamos en silencio por las calles de París, en dirección a las afueras, a los bosques. Elmo me seguía de cerca, y el detective dirijía la marcha.
- Y... ahm... ¿qué buscamos exactamente?
- Pistas. Que revelen su paradero o si está muerto.
- Vaya, qué abstracto. Menos mal que Elmo tiene tan buen olfato, ¿verdad que sí, Elmo?
- ¡Guau!
Sonreí a mi perro cariñosamente.
- Y menos mal que vamos acompañados con un luchador de esgrima súper elegante, una luchadora con muy mala hostia y un detective con vista de águila. ¿Verdad que sí, Afrikanator?*
- ¡Cierto, hombre blanco!
- Oye, perdona que me ponga pesado con el tema, pero ¿por qué de noche?
- ¿Qué? ¿No te gusta la idea? Si quieres, podemos dejarlo para mañana.
- No, esta noche está bien.
- ¿Seguro? Hoy has estado investigando. ¿No estás cansado?
- Me he tomado un café.
- No deberías conformarte con sólo eso, señor detective. No dormir es muy malo para la salud - dije, imitando la voz de un médico hablando con un niño.
- Sí, sí, lo que tú digas. Pero, ¿por qué sólo estás disponible de noche? ¿Qué haces exactamente por el día?
- Ehm... pues... - mierda.
- ¿Qué? ¿Qué haces?
- Pues... soy... soy... - joder, joder, joder. ¡Piensa rápido!
- ¿Qué?
- Sirviente. Soy sirviente.
Silencio incómodo.
- No me jodas... ¿¡en serio!?
- Sí... esto... Un... un señor rico me contrató para limpiarle la casa y... y cocinar y... ¡Y hacer de guardaespaldas! ¡Claro! ¡Necesitaba a un buen espadachín para luchar por su causa! ¿Lo ves? ¡Soy tan bueno que hasta los ricos me contratan!
Solté una risotada nerviosa.
- Ehm... sí, por supuesto. Pero, espera. ¿Quieres decir que te pasas todo el día cocinando y limpiando? ¿Y de noche haces de mercenario, así con la misma? ¿Pero tú nunca duermes o qué? ¿De dónde sacas energía para luchar por dinero si te pasas toda la jornada despierto?
-... Me tomo un café.
En unos minutos, el grupo llegaría a las afueras de la ciudad. Nada podría prepararlos para lo que les esperaba...
Su puñetazo me dio directamente en la cabeza, y eso me jodió el cerebro de muy mala manera. Por muy vampiro que seas, el cerebro sigue siendo uno de los órganos más delicados de nuestra anatomía, y eso lo pude comprobar en primera persona. Primero fue simplemente un dolor suave en la frente, nada del otro mundo, pero luego empecé a sentir mareos y desequilibrio, y veía un poco borroso. Una lástima lo de ver borroso, porque hubiera estado bastante bien poder ver de dónde venían los siguientes golpes.
Y así, Fergie aprovechó mi aturdimiento temporal y se encargó personalmente de convertirlo en un traumatismo total. Empecé a recibir hostias por todo el cuerpo, y era evidente que se estaba desahogando conmigo por todas las veces que la hice enfadar esa noche. Por un par de segundos lamenté haber sido tan payaso, pero ya no había marcha atrás.
Finalmente, su combo paró. Retrocedí lentamente, alejándome de ella. Aún me dolía todo el cuerpo, pero mi metabolismo vampírico se estaba encargando de reparar los daños rápidamente. Me paré y miré a mi oponente, agotado.
- Ah... Joder... - me quejé.
Torpemente, me puse de nuevo en guardia. Dios, esta pelea se me estaba haciendo eterna. Probablemente sólo habíamos estado luchando cinco o diez minutos, no más, pero se me hacía muy larga. Me parecía que había durado... no sé... ¿cinco meses? (*guiño*)
Avancé algunos pasos hacia ella. Me dolía como mil demonios, joder, pero no podía dejar que me mataran así. Aún tenía una cosa que hacer, una última promesa que cumplir. No iba a permitirme el lujo de que me liquidaran tan rápido. No. ¡No de esta forma!
Corrí hacia ella con el puño en alto y golpeé con todas mis fuerzas... al aire. Era un movimiento muy a lo berzeker y con poca disciplina que cualquier luchador profesional sabría esquivar. Ella se hizo a un lado y me golpeó unas cuantas veces más. Me tambaleé, totalmente humillado y ridiculizado, y ella me remató con un gancho final que me lanzó al suelo. Después, sólo vi oscuridad...
(...)
- Vaya, ¡qué simpática! - dije, a modo de burla.
Sinceramente, ¿quién cojones se cree que es la tía esta? Apenas acabo de conocerla y ya me trata como una mierda. Seguro que es alguna especie de machona solterona que no tiene a nadie que la quiera ni nadie que tenga una mínima de aprecio por ella, y por eso la paga con las pobres personas inocentes que sólo intentan hacer amigos para tener buenos momentos que compartir. ¡Oh, qué gran injusticia, que las buenas gentes de París que intentan ser felices y disfrutar de la belleza de la vida sean atacados tan vilmente por amargados que sólo saben compartir su desgracia!
.
..
...
Iba pensando todas estas paridas y de repente, cuando quise darme cuenta, ya estábamos en marcha. Avanzábamos en silencio por las calles de París, en dirección a las afueras, a los bosques. Elmo me seguía de cerca, y el detective dirijía la marcha.
- Y... ahm... ¿qué buscamos exactamente?
- Pistas. Que revelen su paradero o si está muerto.
- Vaya, qué abstracto. Menos mal que Elmo tiene tan buen olfato, ¿verdad que sí, Elmo?
- ¡Guau!
Sonreí a mi perro cariñosamente.
- Y menos mal que vamos acompañados con un luchador de esgrima súper elegante, una luchadora con muy mala hostia y un detective con vista de águila. ¿Verdad que sí, Afrikanator?*
- ¡Cierto, hombre blanco!
- Oye, perdona que me ponga pesado con el tema, pero ¿por qué de noche?
- ¿Qué? ¿No te gusta la idea? Si quieres, podemos dejarlo para mañana.
- No, esta noche está bien.
- ¿Seguro? Hoy has estado investigando. ¿No estás cansado?
- Me he tomado un café.
- No deberías conformarte con sólo eso, señor detective. No dormir es muy malo para la salud - dije, imitando la voz de un médico hablando con un niño.
- Sí, sí, lo que tú digas. Pero, ¿por qué sólo estás disponible de noche? ¿Qué haces exactamente por el día?
- Ehm... pues... - mierda.
- ¿Qué? ¿Qué haces?
- Pues... soy... soy... - joder, joder, joder. ¡Piensa rápido!
- ¿Qué?
- Sirviente. Soy sirviente.
Silencio incómodo.
- No me jodas... ¿¡en serio!?
- Sí... esto... Un... un señor rico me contrató para limpiarle la casa y... y cocinar y... ¡Y hacer de guardaespaldas! ¡Claro! ¡Necesitaba a un buen espadachín para luchar por su causa! ¿Lo ves? ¡Soy tan bueno que hasta los ricos me contratan!
Solté una risotada nerviosa.
- Ehm... sí, por supuesto. Pero, espera. ¿Quieres decir que te pasas todo el día cocinando y limpiando? ¿Y de noche haces de mercenario, así con la misma? ¿Pero tú nunca duermes o qué? ¿De dónde sacas energía para luchar por dinero si te pasas toda la jornada despierto?
-... Me tomo un café.
En unos minutos, el grupo llegaría a las afueras de la ciudad. Nada podría prepararlos para lo que les esperaba...
- *Afrikanator:
- OFF:
- Algunas aclaraciones. En primer lugar, perdona otra vez por la tardanza. Sé que es la segunda vez concecutiva que te hago esperar demasiado, y no te preocupes, ya me he encargado personalmente de darle 10 latigazos cada mañana a modo de penitencia por esto. Si vuelvo a retrasarme, dejaré que me flageles tú, con toda la fuerza que quieras.
En segundo lugar, como ves me he dejado derrotar en el combate. No pretendo que termine aquí, pero quiero que nos centremos en cómo llegamos al manicomio y dejemos el resto de la batalla para después (no sé tú, pero a mí me empieza a incomodar lo de contar dos historias a la vez, o sea, está muy bien para hacerlo en los primeros posts, pero me gustaría ir parte por parte a partir de ahora). Mientras tanto, Alexalmo está incosciente (esto durará unos segundos en la historia, nada más). También notarás que digo que me golpeas, pero no especifico de qué manera. A tu elección queda.
Por último, como narrador dije que dentro de poco llegaríamos a las afueras y tal. Puedes elegir entre participar en la conversación que estoy teniendo ahora con el detective o saltar directamente a lo del bosque.
PD: Que sepas que la diversión de verdad aún está por comenzar
PD2: No hagas demasiado caso a Afrikanator, es un personaje cómico que no influye en la trama xD
Alexalmo- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 146
Fecha de inscripción : 16/10/2013
Edad : 29
Localización : Visto por última vez en París. Si lo ve, avise en la comisaría más cercana, por favor.
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: ¡Es sólo un juego! [Fergie]
Lo sintió... La fuerza de aquel golpe fue lo suficiente como para volverla a su estado consciente, aunque seguían siendo malas noticias para el vampiro...
(…)
Pude sentir la fuerza de un golpe impactar entre las cejas. Mas al retomar la conciencia me encontré con un Alexalmo tambaleante y desorientado. ¿Casi lo noqueo? ¿Cómo?... ¿Cuánto tiempo me había tenido peleando inconsciente?... Sentí como la rabia me invadia por dentro, no podía recordar nada de lo que había pasado y tenía a un oponente que hasta entonces no me había tomado enserio tambaleándose... Se había comportado como un niño desde la primera vez que lo conocí, tratando de ridiculizarme y encima provocando aquella pelea sin sentido...
¿De quién era la culpa?... ¿Por qué un sujeto como él había sido capaz de llevarme a tal extremo?... – ¡Ni si quiera eres lo suficientemente hombre para enfrentarte a mi! – Grite con rabia acumulada quien sabe de cuanto tiempo, intentando en vano calmarme, pero solo había una forma de hacerlo... Avancé cual locomotora sin freno, exhalando aíre pesadamente mientras lanzaba el mismo puñetazo directo entre las cejas. De alguna forma mi cuerpo me decía que había funcionado una vez y lo volvería a hacer, era un puño que había practicado cientos de veces...
En efecto, funcionó dejando aún más mal parado al hombre, pero aquello no era suficiente para hacerlo caer, tampoco quedaría satisfecha. ¨Lo entiendo, eres fuerte como nadie se imaginaria...¨ Me dije para mi misma. Un gancho derecho directo a la cien, funcionó, otro punto vital...¨Pero te comportas como un niño, quizás seas muy bueno con la espada¨ Seguía hablando para mis adentros cuando un upper cut directo al mentón del vampiro impactó con fuerza, si fuese humano seguramente habría roto sus encias...¨¡Pero las peleas a puño limpio son lo mío y un niño como tu simplemente no puede ganarme!¨ Dije para mis adentros cuando lanzaba de nuevo el golpe recto izquierdo entre sus cejas....
Sentí algo extraño entonces... Alexalmo si bien estaba muy dañado no quería caer después de tantos golpes. Cualquier rival hubiese caído entonces, había algo más que lo mantenía de píe. Pude ver como se ponía en guardia de nuevo. ¿Cómo era posible? ¿Ese niño realmente había ganado lo mismo que yo para mantenerse en píe en tan solo una pelea? Lo más impresionante era que saltaba frente a mi de nuevo. Si recibía aquel golpe... Lo sabía, caería sin duda alguna, pero no podía. No después de tanto trabajo que me costó dejarlo semi-consciente.
¨Un oponente digno es aquel que consigue el coraje de mantenerse en píe y quiere seguir peleando... Solo hay una manera que caiga con honor, Fergie...¨ Si... Recordaba esas palabras, me las habían dicho cuando perdí esa vez sobre el ring. Solo había una forma de terminar esa pelea de una forma digna para ambos, lo admito... Aquel sujeto finalmente se había ganado mi respeto y solo había una forma de demostrarselo.
Tarde mucho en golpear de vuelta y recibí un golpe en el rostro quien sabe como por parte de Alexalmo, luego de haber esquivado el primer puñetazo. Pero este no tenía fuerza alguna ya, al menos no la que había demostrado tener cuando recién se digno a pelear como hombre. Aquello solo me hizo enfurecer aún más y esta vez mi contra golpe fue un gancho izquierdo, directo a la cien. Era momento de acabar aquella eterna pelea... Sentí tras ese golpe que nuevas fuerzas comenzaban a acumularse en mi tras haber derrotado a aquel sujeto que tanto problema me dio, pero ya todo había acabado. El estaba en el suelo y yo triunfante de píe frente a él. La línea de fondo; aquel que se mantenga en píe ganará la pelea, ambos habíamos llegado a eso y conseguido algo más que aún no entendía bien él que era... Ahora solo quedaba esperar a que despertarse y seguir con el trabajo...
(…)
¨Vale Fergie, aún tienes oportunidad de dejar a este grupo y ganarte el dinero como acostumbras...¨ Me decía a mi misma mientras caminaba junto a ellos. Tenía toda la razón, no había nada que me impidiese quedarme. Vamos, el dinero nunca me ha interesado y menos de trabajar como niñera... ¿Por qué me estaba quedando entonces?... Eche una mirada desafiante al cielo como retándolo a darme la luz verde para marcharme, pero entonces claro... Algo me distrajo, fue el ladrido del perro entre la conversación de los tres hombres. Aunque el tercero no parecía conversar mucho...
– Claro, alguien debe cuidar al perro si le pasa algo a los tres... – Dije a penas dándome cuenta de que balbuceaba en voz alta. Volví entonces la vista al cielo más tranquila teniend al menos un motivo aunque poco convincente, suficiente para seguirlos. Mi mente seguía ajena a la conversación, mas parecía que mi subconsciente no puesto que tanta platica de café y dormir hizo que bostezara. No estaba cansada, había dormido un poco durante el día después de mi entrenamiento habitual, estaba más bien aburrida de que nada ocurriese aún. A esas horas seguramente ya estaría en casa, agarrándome a golpes quizás con que gorila. Sonreí levemente tras recordar mi última pelea. No había sido fácil, pero el entrenamiento que seguía aún funcionaba. Empero si, comenzaba a darme cuenta de que mi resistencia fisícia me exigía subir un par de kilos más...
Suspire al llegar a las afueras de la ciudad, entonces entre en cuenta. Había un camino que conocía bastante bien... Uno que llevaba directo al ring... – Mi casa esta por allá... – Susurre levemente y una sonrisa nostalgica se dibujo en mi rostro. Esta noche después de todo el público se quedaría con las ganas de enfrentarse a la francesa con puños y nervios de acero.
– Bien... – Dije tratando de volver a la realidad y mire al detective... – ¿Ahora por donde comenzamos a buscar? – Pregunté algo más entusiasta, quería golpear a alguien pronto y si era un loco de aquel manicomío, pues mejor aún... Lanzarse a la boca del lobo no parecía tan mala forma de pasar la noche después de todo...
---
Off:
Como tu quieras y lamento la tardanza, me toco trabajar justo cuando termino mi ausencia, pero ya estoy de vuelta :3
(…)
Pude sentir la fuerza de un golpe impactar entre las cejas. Mas al retomar la conciencia me encontré con un Alexalmo tambaleante y desorientado. ¿Casi lo noqueo? ¿Cómo?... ¿Cuánto tiempo me había tenido peleando inconsciente?... Sentí como la rabia me invadia por dentro, no podía recordar nada de lo que había pasado y tenía a un oponente que hasta entonces no me había tomado enserio tambaleándose... Se había comportado como un niño desde la primera vez que lo conocí, tratando de ridiculizarme y encima provocando aquella pelea sin sentido...
¿De quién era la culpa?... ¿Por qué un sujeto como él había sido capaz de llevarme a tal extremo?... – ¡Ni si quiera eres lo suficientemente hombre para enfrentarte a mi! – Grite con rabia acumulada quien sabe de cuanto tiempo, intentando en vano calmarme, pero solo había una forma de hacerlo... Avancé cual locomotora sin freno, exhalando aíre pesadamente mientras lanzaba el mismo puñetazo directo entre las cejas. De alguna forma mi cuerpo me decía que había funcionado una vez y lo volvería a hacer, era un puño que había practicado cientos de veces...
En efecto, funcionó dejando aún más mal parado al hombre, pero aquello no era suficiente para hacerlo caer, tampoco quedaría satisfecha. ¨Lo entiendo, eres fuerte como nadie se imaginaria...¨ Me dije para mi misma. Un gancho derecho directo a la cien, funcionó, otro punto vital...¨Pero te comportas como un niño, quizás seas muy bueno con la espada¨ Seguía hablando para mis adentros cuando un upper cut directo al mentón del vampiro impactó con fuerza, si fuese humano seguramente habría roto sus encias...¨¡Pero las peleas a puño limpio son lo mío y un niño como tu simplemente no puede ganarme!¨ Dije para mis adentros cuando lanzaba de nuevo el golpe recto izquierdo entre sus cejas....
Sentí algo extraño entonces... Alexalmo si bien estaba muy dañado no quería caer después de tantos golpes. Cualquier rival hubiese caído entonces, había algo más que lo mantenía de píe. Pude ver como se ponía en guardia de nuevo. ¿Cómo era posible? ¿Ese niño realmente había ganado lo mismo que yo para mantenerse en píe en tan solo una pelea? Lo más impresionante era que saltaba frente a mi de nuevo. Si recibía aquel golpe... Lo sabía, caería sin duda alguna, pero no podía. No después de tanto trabajo que me costó dejarlo semi-consciente.
¨Un oponente digno es aquel que consigue el coraje de mantenerse en píe y quiere seguir peleando... Solo hay una manera que caiga con honor, Fergie...¨ Si... Recordaba esas palabras, me las habían dicho cuando perdí esa vez sobre el ring. Solo había una forma de terminar esa pelea de una forma digna para ambos, lo admito... Aquel sujeto finalmente se había ganado mi respeto y solo había una forma de demostrarselo.
Tarde mucho en golpear de vuelta y recibí un golpe en el rostro quien sabe como por parte de Alexalmo, luego de haber esquivado el primer puñetazo. Pero este no tenía fuerza alguna ya, al menos no la que había demostrado tener cuando recién se digno a pelear como hombre. Aquello solo me hizo enfurecer aún más y esta vez mi contra golpe fue un gancho izquierdo, directo a la cien. Era momento de acabar aquella eterna pelea... Sentí tras ese golpe que nuevas fuerzas comenzaban a acumularse en mi tras haber derrotado a aquel sujeto que tanto problema me dio, pero ya todo había acabado. El estaba en el suelo y yo triunfante de píe frente a él. La línea de fondo; aquel que se mantenga en píe ganará la pelea, ambos habíamos llegado a eso y conseguido algo más que aún no entendía bien él que era... Ahora solo quedaba esperar a que despertarse y seguir con el trabajo...
(…)
¨Vale Fergie, aún tienes oportunidad de dejar a este grupo y ganarte el dinero como acostumbras...¨ Me decía a mi misma mientras caminaba junto a ellos. Tenía toda la razón, no había nada que me impidiese quedarme. Vamos, el dinero nunca me ha interesado y menos de trabajar como niñera... ¿Por qué me estaba quedando entonces?... Eche una mirada desafiante al cielo como retándolo a darme la luz verde para marcharme, pero entonces claro... Algo me distrajo, fue el ladrido del perro entre la conversación de los tres hombres. Aunque el tercero no parecía conversar mucho...
– Claro, alguien debe cuidar al perro si le pasa algo a los tres... – Dije a penas dándome cuenta de que balbuceaba en voz alta. Volví entonces la vista al cielo más tranquila teniend al menos un motivo aunque poco convincente, suficiente para seguirlos. Mi mente seguía ajena a la conversación, mas parecía que mi subconsciente no puesto que tanta platica de café y dormir hizo que bostezara. No estaba cansada, había dormido un poco durante el día después de mi entrenamiento habitual, estaba más bien aburrida de que nada ocurriese aún. A esas horas seguramente ya estaría en casa, agarrándome a golpes quizás con que gorila. Sonreí levemente tras recordar mi última pelea. No había sido fácil, pero el entrenamiento que seguía aún funcionaba. Empero si, comenzaba a darme cuenta de que mi resistencia fisícia me exigía subir un par de kilos más...
Suspire al llegar a las afueras de la ciudad, entonces entre en cuenta. Había un camino que conocía bastante bien... Uno que llevaba directo al ring... – Mi casa esta por allá... – Susurre levemente y una sonrisa nostalgica se dibujo en mi rostro. Esta noche después de todo el público se quedaría con las ganas de enfrentarse a la francesa con puños y nervios de acero.
– Bien... – Dije tratando de volver a la realidad y mire al detective... – ¿Ahora por donde comenzamos a buscar? – Pregunté algo más entusiasta, quería golpear a alguien pronto y si era un loco de aquel manicomío, pues mejor aún... Lanzarse a la boca del lobo no parecía tan mala forma de pasar la noche después de todo...
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Off:
Como tu quieras y lamento la tardanza, me toco trabajar justo cuando termino mi ausencia, pero ya estoy de vuelta :3
Fergie Tairi- Humano Clase Baja
- Mensajes : 41
Fecha de inscripción : 01/05/2014
Localización : La calle :3
Re: ¡Es sólo un juego! [Fergie]
- Bueno, me temo que los bosques son bastante traicioneros si no se los conoce bien, especialmente de noche. Mucho cuidado, no se separen y no se alejen del camino. - dijo el detective, mientras sacaba un mapa de uno de sus bolsillos y lo acercaba a una farola cercana para verlo bien - Vale. Siguiendo el camino de tierra llegaremos al manicomio.
- Recuérdame por qué tenemos que ir a ese sitio - dije.
- Ya te dije antes, hubo un motín hace tiempo y los enfermos mataron a los guardias y se adueñaron del lugar. Desde entonces desaparece gente en los bosques, y quizá tengan algo que ver con el muchacho desaparecido.
- ¿Puedes garantizar que nosotros no desaparezcamos también? - la idea de vérmelas con un grupo de psicópatas no me acababa de hacer gracia, y la preocupación se veía claramente en mi rostro.
- No, mercenario. Se supone que te he contratado a ti para que seas tú quien lo garantice.
- No lo entiendo, ¿qué vamos a encontrar exactamente ahí? Si lo han capturado o matado, no confesarán tranquilamente y se dejarán arrestar. Hablamos de psicópatas.
- Déjame a mí hacer el trabajo de detective y tú preocúpate por luchar contra quien nos ataque, ¿sí?
- Entonces no creo que Elmo sea necesario aquí - miré a mi cachorrito y di la orden de que se fuera - ¡Elmo, a casa! ¡Vamos!
- Déjalo que se quede, hombre. Nos viene bien el olfato de un perro. Todos los detectives los usan, ¿no?
- ¡Qué va! Si ya sabemos a dónde vamos. Además, Elmo no está adiestrado para eso, sólo nos estorbará. ¡Vete, Elmo!
Andamos en silencio por el sendero artificial del bosque, acompañados por la luz del farolillo que llevaba el detectiva, alumbrando lo justo para ver por dónde íbamos. Claro que a mí no me hacía falta. Ser un vampiro... tiene sus ventajas. Retrocedí un poco, dejando al detective delante, y me acerqué disimuladamente a Fergie.
- No me siento muy cómodo. Este detective es muy reservado, ¿verdad? Qué putada cuando los que controlan mejor la situación no te lo cuentan todo. Me hacen dudar más de lo necesario.
*UNOS MINUTOS MÁS TARDE*
Ante nosotros se alzaba un enorme edificio con ladrillos rojos, bastante imponente.
- Si el mapa no miente, es aquí.
- Teniendo en cuenta que ha sido conquistado por psicópatas y desviados mentales, esperaba algo más... ruidoso.
Y es que el silencio era sepulcral. Apenas podíamos oír el viento y los sonidos de los insectos del bosque, pero poco más.
- Cierto, cierto - dijo el detective -. Esto... No perdáis de vista las armas, ¿vale?
- El arma, querrás decir - dije, dando pequeños golpitos a mi sable, y mirando de reojo a Fergie. O tenía una daga escondida, o más le valía tener manos de acero, porque no llevaba nada encima*.
Y entonces me dí cuenta de lo mal armados que estábamos. Un escalofrío me recorrió la espalda.
Nuestro compañero sacó un revólver (menos mal, algo de potencia de fuego) y se colocó junto a la puerta, con el arma preparada.
- Vale, cuando estén preparados avísenme. Quizá los pillemos dormidos y podamos pillar a los cabrones por sorpresa. Incluso si no averiguamos nada sobre el muchacho, podríamos acabar con estos malnacidos y sentirnos como unos verdaeros héroes.
Desenfundé el sable y me preparé para lo que fuera. Miré a Fergie esperando su señal...
OFF: * Digo esto porque, conociendo a Fergie, que es un personaje al que le gusta luchar cuerpo a cuerpo usando sólo sus armas, deduzco que ella va desarmada. Si me equivoco dímelo y editaré esa parte.
- Recuérdame por qué tenemos que ir a ese sitio - dije.
- Ya te dije antes, hubo un motín hace tiempo y los enfermos mataron a los guardias y se adueñaron del lugar. Desde entonces desaparece gente en los bosques, y quizá tengan algo que ver con el muchacho desaparecido.
- ¿Puedes garantizar que nosotros no desaparezcamos también? - la idea de vérmelas con un grupo de psicópatas no me acababa de hacer gracia, y la preocupación se veía claramente en mi rostro.
- No, mercenario. Se supone que te he contratado a ti para que seas tú quien lo garantice.
- No lo entiendo, ¿qué vamos a encontrar exactamente ahí? Si lo han capturado o matado, no confesarán tranquilamente y se dejarán arrestar. Hablamos de psicópatas.
- Déjame a mí hacer el trabajo de detective y tú preocúpate por luchar contra quien nos ataque, ¿sí?
- Entonces no creo que Elmo sea necesario aquí - miré a mi cachorrito y di la orden de que se fuera - ¡Elmo, a casa! ¡Vamos!
- Déjalo que se quede, hombre. Nos viene bien el olfato de un perro. Todos los detectives los usan, ¿no?
- ¡Qué va! Si ya sabemos a dónde vamos. Además, Elmo no está adiestrado para eso, sólo nos estorbará. ¡Vete, Elmo!
Andamos en silencio por el sendero artificial del bosque, acompañados por la luz del farolillo que llevaba el detectiva, alumbrando lo justo para ver por dónde íbamos. Claro que a mí no me hacía falta. Ser un vampiro... tiene sus ventajas. Retrocedí un poco, dejando al detective delante, y me acerqué disimuladamente a Fergie.
- No me siento muy cómodo. Este detective es muy reservado, ¿verdad? Qué putada cuando los que controlan mejor la situación no te lo cuentan todo. Me hacen dudar más de lo necesario.
*UNOS MINUTOS MÁS TARDE*
Ante nosotros se alzaba un enorme edificio con ladrillos rojos, bastante imponente.
- Si el mapa no miente, es aquí.
- Teniendo en cuenta que ha sido conquistado por psicópatas y desviados mentales, esperaba algo más... ruidoso.
Y es que el silencio era sepulcral. Apenas podíamos oír el viento y los sonidos de los insectos del bosque, pero poco más.
- Cierto, cierto - dijo el detective -. Esto... No perdáis de vista las armas, ¿vale?
- El arma, querrás decir - dije, dando pequeños golpitos a mi sable, y mirando de reojo a Fergie. O tenía una daga escondida, o más le valía tener manos de acero, porque no llevaba nada encima*.
Y entonces me dí cuenta de lo mal armados que estábamos. Un escalofrío me recorrió la espalda.
Nuestro compañero sacó un revólver (menos mal, algo de potencia de fuego) y se colocó junto a la puerta, con el arma preparada.
- Vale, cuando estén preparados avísenme. Quizá los pillemos dormidos y podamos pillar a los cabrones por sorpresa. Incluso si no averiguamos nada sobre el muchacho, podríamos acabar con estos malnacidos y sentirnos como unos verdaeros héroes.
Desenfundé el sable y me preparé para lo que fuera. Miré a Fergie esperando su señal...
OFF: * Digo esto porque, conociendo a Fergie, que es un personaje al que le gusta luchar cuerpo a cuerpo usando sólo sus armas, deduzco que ella va desarmada. Si me equivoco dímelo y editaré esa parte.
Alexalmo- Vampiro Clase Media
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Fecha de inscripción : 16/10/2013
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Localización : Visto por última vez en París. Si lo ve, avise en la comisaría más cercana, por favor.
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