¿Necesitan un cantinero? { Claire & Juliette}

Até mi cabello con un fino liston en forma de coleta, un punto a favor de la gente plebeya era que los hombres podian usar cabello largo atado a una coleta, al igual que la gente de clase alta o realeza, la diferencia era que estos ultimos debian usar una estorbosa blanquesina, en algunas ocaciones de colores oscuras o dependiendo de cada persona. no usaria mi acostumbrado corsét, molesto y terriblemente mortesino, realmente consideraba que el corsét era la forma mas elegante de hacerle daño a una mujer o hacerle sufrir.

Mis comisuras se curvearon un poco al ver que podia ver la ropa holgada que estaba usando frente a un espejo de dimensiones no tan extensas, apostaba que si llevara un vestido de la corte, simplemente veria la mitad de este. Dí un suspiro complacida para terminar de sonreir. Estaba totalmente consiente de a donde me dirigia ahora, asi que sin más abandone el lugar saliendo hacia las calles un poco llenas, al parecer se celebraba algo, habia gente ebria por todos lados, trate de no hacer gesto alguno y caminar de forma más masculina posible, debia aparentar ser un hombre y no un chico afeminado.

Humedeci mis labios parandome frente al burdel, ¿Que si realmente tenia que entrar ahi?, no, no tenia porque hacerlo, pero mi vida comenzaba a cobrar sentido, bailes por aquí y por allá, eso comenzaba a ser aburrido, ladee un poco mi cuello mirando el cartel, y preguntandome cuantas mujeres habria ahi dentro. Otro suspiro más resignado salio dentro de mi, si estaba apunto de entrar ahi para pedir un empleo era solo para poder hacer lo que me gustaba, que era defender a las mujeres, estaba segura que más de uno se querria propasar con ellas aunque para eso estuvieran.

Negue con la cabeza.

- Espero joven Antuann, que se comporte de la manera más acertada, no podria imaginar que pasaria si alguien se diera cuenta de esto -

No bastaba con que vistiera de Antuann, al parecer ya hablaba sola, o... ¿Era con él?, deje mis pensamientos fuera apurando mi paso, entrando en aquel lugar repleto de mujeres que daban su cuerpo a cambio de dinero, habia escuchado a uno de los sirvientes de mi hermano que en Rumania habia mujeres realmente buenas en dar su cuerpo, era obvio que no sabian que la Princesa estaba cerca, pero escuchar eso hacia que me enojara, ya alguna vez habia herido a un hombre que trataba de propasarse con una campesina cerca del castillo. Aprete mi mandibula, entrando por completo, persibiendo diferentes aromas: Alcohol, Cigarros, Perfumes y demás.

Sentia como si todos me observasen, pero realmente habia un punto aquí, yo no era un cliente, yo venia en busca de un trabajo.

Nerviosa camine hacia lo que parecia un Hall o lobby, tragando de la manera mas delicada y sutil, habia bastantes hombres y las mujeres sobraban por acá, veia sus vestidos de colores exoticos, sus corséts mas descubiertos, instintivamente toque todo el area abdominal tratando de imaginar el dolor que les rondaba por usar aquella arma femenina, pero la quita de manera rapida al notar que una chica de belleza peculiar se acercaba hacia mi, cerre los ojos rapidamente para volver a abrirlo, aclarando mi garganta, recordando que era Antuann, y traté de tomar una postura lo más masculina posible, despues de todo creci rodeada de hombres, mi Padre y mi hermano habian sido los mejores ejemplos...