Lorelleine's diary

por **Lorelleine Devonshire** Jue Jun 05, 2014 1:53 pm

Querido diario...

No he podido aguantar más las ganas de contaros todo lo que en mi vida está sucediendo. Ha habido tantos cambios que a veces debo pararme a pensar para recordar donde estoy y a dónde pertenezco.

París ha cambiado a mis ojos. Cuando residía en las calles parecía tan oscura, tan apática, tan peligros... Era como un enemigo dispuesto a terminar con la poca resistencia que tenía mas ahora todo a dado un giro tan disparatado. Comenzaré a narraros desde el principio.

Durante una de mis visitas nocturnas por París, encontré a un entrañable caballero dispuesto a socorrerme tras haber presenciado un brutal asesinato a quema ropa. ¡Oh, si hubiéseis visto esos ojos gitanos abiertos de par en par intentando entender porqué a él temblaríais como la pluma entre mis dedos! Pero ese dulce hombre, abrió en mi vida un mundo nuevo y diferente.

Se enamoró. No penséis mal de mí. No tenía esas intenciones para conmigo al menos puedo aseguraros ahora que está perdidamente loco de amor por una mujer que aún no conozco más quisiera conocer. Ese buen hombre tiene un nombre italiano que rezuma musicalidad allá por donde se pronuncia: Gianluca.

Un hombre adinerado, con deseos de tenerme como a una hermana pequeña, trabajando en su hogar como un ama de llaves. Sé que oculta algo pues su forma de ser en ocasiones es demasiado estudiada pero ¿debe acaso eso importarme? Es bueno de corazón. Nada que proviniese de él podría asustarme.

Paciente, espera a que yo al final acceda una vez que conozca a su amada. ¿Podéis imaginar que desea que mi cuerpo liviano sea vestido por un sastre? No me imagino con uno de esos maravillosos vestidos. Me sentiría una intrusa en un vestido ajeno mas si insiste deberé acceder a su petición.

Por otro lado, debo narraros que encontré a mi vieja amiga Viridiana, sí, aquella reservada, en ocasiones taciturna pero adorable a mis ojos. Esa pequeña muchacha parece tener la vida resulta por no decir que es una gran maga. ¡Realizó un truco que me dejó sin aliento! Mordió dos veces la manzana que le había dado y tras lanzarla al aire recogiéndola, mostróseme esta limpia, sin mordida alguna. ¡Brujería pura y dura! Una maravilla de la naturaleza.

Esa joven muchacha no sabe hasta qué punto puede llegar a enloquecer a los hombres pues tras haberse dispuesto en una posición graciosa con sus pies en alto sobre el respaldo de una silla, unos hombres al menos diez años mayores que ella intentando atraer su atención. Viridiana es tan jovial y sorprendente. Debo aprender más de ella que ella de mí, desde luego. Se ha forjado un carácter impresionante que poco a poco iré descubriendo.

Y... como último le desvelaré mi gran secreto, mi querido diario. He sido socorrida por dos hombres increíblemente apuestos. Uno, tierno, caballeroso y adorable, que de un puñetazo alejó a un hombre que intentaba aprovecharse de mí. Desconozco aún su nombre pero en su compañía sé que estaré a salvo.

El segundo de ellos... ¡Bendito ladrón! Se llama Rosa Negra. Tan solo conozco su ser tapado por ese antifaz negro y misterioso pero me permite ver sus ojos de ese intenso marrón. Es español. Nuestra conexión surgió bajo la música española, esos movimientos que realicé no había podido llevarlos a cabo en la vida y debo confesarme amante de esos acordes latinos aunque me atrajo mucho más la piel caliente de mi acompañante sinvergüenza.

¡Me persiguió! Hasta el Palacio Royal y allí le confesé mis demonios que tienen atormentada mi alma. Tiene una forma de hablar, de rozarme, de tocarme... Es de noche y aún así evapora a mi agresor. No sé qué sucederá entre nosotros pero por el momento ya probé su boca. Sabe a pasión, a deseo, a la España más pura aunque no la haya conocido. Sabe a romero, a fuerza, a necesidad, sabe a demonio pero también a salvación, sabe a peligro y locura. Sabe... sabe a tantas cosas que quiero disfrutar que aún desconozco lo que siento en mi pecho.

Ahora, gracias a Rosa Negra y Gianluca, mis demonios carecerán de fuerza por la música que ambos me regalaron y que tanto espero disfrutar hasta que muera.

Se me hace tarde y debo continuar con mis faenas. ¿Quién sabe lo que suceda esta noche antes de caer entre las sábanas muerta? Ya os contaré, mi amado diario y solo os pido un favor, guardar el secreto del misterio de mi corazón.

Terminada la escritura, dejé un beso en las hojas y tras guardarlas de manera copiosa bajo el pequeño colchón de mi cama, continué con mis labores sonriendo a la vida como siempre en mí era costumbre.