El mar nos muestra quien somos realmente. [Bran Chevalier]

por **Lilith O'Hara** Sáb Jun 07, 2014 3:25 am

Desde que los pequeños rayos del ligero sol se habían asomado por debajo de mi puerta en el cuarto del burdel, mi cansancio ya había sido saciado. Me quedé unos minutos ahí en cama rodando entre mis sábanas mientras penasaba en ese sueño que había tenido. "Stephan... ¿Porqué te apareces en mi mente de nuevo?".

Me levanté de un salto y me dirigí hacia donde tenía guarda mi ropa. Una blusa de telas delgadas en colores casi transparentes combinadas con una larga falda color guinda eran suficientes para mi, pues pensaba en dirigirme a ese lugar que tenía tantos años sin visitar.

Al salir del burdel pasé por el mercado para comprarme una manzana, suficiente para mi desayuno de ese día al no tener suficiente apetito... pero no me lo comí y tan solo llevé esa fruta jugando entre mis dedos mientras yo seguía mi camino.

Finalmente llegué a la playa, la cual no se encontraba muy habitada por ser apenas horas muy tempranas. Las familias solían llegar hasta la tarde y tan solo se veían algunas señoras dando un paseo por la arena o algunas parejas tomadas de las manos.

Caminé lentamente apenas fijé mi mirada sobre el agua como si fuera hipnotizada por ese líquido cristalino que jugaba a las atrapadas con la suave arena de la playa. Al sentir apenas el mínimo contacto de las olas con las de mis dedos me agaché lentamente para sentarme en la tierra y mantener mi vista fija en el fondo del mar.

El mar me gustaba, pero a la vez lo odiaba tanto por ser el único recuerdo que tenía de aquel hombre que apenas anoche había soñado.
-¿Que habrá sido de ti? -pregunté en voz baja mientras abrazaba mis piernas y mantenía mi mirada fija en las profundidades del agua.

por **Bran & Ben Chevalier** Lun Jun 09, 2014 12:00 am

Correr, es lo que alimenta el alma de una manera única y perfecta porque se libera tensiones y la adrenalina adecuada que ayuda a mantener la mente fría y alerta, eso y que te ayuda a conservar un cuerpo sano, bien se dice “cuerpo sano mente sana” y que mejor que con ejercicios físicos.

Corriendo por la arena de una playa desierta, aun no se comprende cómo muchos seres dejan pasar aquel lugar solo por el pudor, aun así en la desolación del lugar se podía pensar o eso era lo que creyó aquel caballero que lleva encima solo un pantalón algo extraño, descalzo y sin camiseta, todo sudoroso y agitado, su ritmo cardiaco iba caminando adentrándose más en aquellas penumbras de la noche el sonido de las olas era todo lo que rompía aquel sepulcral silencio de no ser por ello se pensaría que aquel hombre estaría pasando por un cementerio y no por una playa.

La luna en lo alto brilla dejando su resplandor en el agua como algo infinito y eterno pero a la vez con el movimiento de la corriente se deformaba perdiendo su belleza nocturna por ondas extrañas de muerte, solo el agua podría crear semejantes presentaciones, Bran tronó los huesos de su cuello al llegar a una parte más alejada de la ciudad, los lamentos de las aves iban muriendo y eso al caballero en cuestión no le importaba, su mirada estaba perdida en sí misma, en sus pensamientos y deberes, esa era la razón del por qué se ejercitaba.

Estirando sus cuerpo de animal, él sabe que por dentro es un bestia salvaje que muchos le darían caza por las pieles que representa tan exótico felino, mira a todos lados escuchando con sus agudos sentidos, en este caso la audición, una voz, una joven y melodiosa voz que a lo lejos parece el canto de una triste sirena, camina en dirección de ella encantado por ayudar a la pobre alma; al llegar encuentra a una pequeña señorita mirando el horizonte del mar –Algunas veces no se sabe que es de otra persona si no se sabe primero el que es de uno mismo- deja salir quedándose estoico frente a la dama realizando una reverencia a la joven –Disculpe no quería asustarla y menos importunarla, me presento como Bran Chevalier mademoiselle- su porte daba como de un hermano mayor y lo era, pues era el mayor de los dos Chevalier aquel sujeto que carga con todo de su familia, pasado, presente y futuro apoyado en la fuerza de sus brazos.

por **Lilith O'Hara** Mar Jun 10, 2014 10:39 pm

Me sorprendí al escuchar aquella voz masculina contestando a las palabras que había pronunciado para mi misma. Volteé inmediatamente y observé a un hombre desnudo del torso acercarse hasta mi lentamente mientras se presentaba haciéndome una reverencia.

Me incorporé de un salto para ponerme de pie algo avergonzada ya que no hubiese querido me escucharan.
-Eh... Lilith O'Hara -extendí mi mano para saludarle amablemente de igual forma, sin embargo no entendía porque un extraño a mitad de la playa se acercaría a una mujer desconocida y escuchando los pensamientos en voz alta de la misma. -Disculpe... ¿Nos habíamos visto ya antes? -pregunté finalmente creyendo que quizás era algún cliente que me conocía de el burdel.

por **Bran & Ben Chevalier** Mar Jun 17, 2014 12:44 am

Con toda la solemnidad del caso, el hombre saludo a aquella dama como tal como una dama –Buena noche mademoiselle O'Hara, espero que sea una buena noche para usted- con la sonrisa algo apagada cerró la presentación para la dama presente –Lamento mucho haberlo interrumpido en sus epifanías, espero me disculpe y no haya sido tan importuno de mi parte- a todo su porte con una voz segura y determinante agregó una reverencia como modo de disculpas.

Su sonrisa en su rostro mostró, como nunca antes, un grado de empatía por la joven que estaba frente a él –Oh no, no se asuste no le haré daño señorita, no podría, no sería ético ni de caballero ello por eso me disculpo por haber actuado imprudentemente al contestar sus palabras, pero una dama no puede andar sola por estos rumbos podrían hacerle algo malo y eso no me lo perdonaría- realiza un gesto de protección, si quizás nadie le haya pedido eso a él y quizás hasta la dama podría decírselo pero para él toda persona hombre o mujer, niños o niñas merecían una protección de los mismos peligros de la sociedad y de las ciudades corrompidas por la ambición y la miseria.

Ante las palabras inquietas de la joven, el caballero extendió su mano casi inclinándose a la joven –No creo que nos hemos visto antes, quizás sí o no a lo mejor nos vimos cruzando unas de estas calles, pero si me dice que lugares suele frecuentar quizás podría ver si nos hemos conocido de antes- una ligera sonrisa cubre su rostro maduro para dar la confianza a la joven dama.

por **Lilith O'Hara** Jue Jun 26, 2014 11:02 pm

El hombre parecía ser muy educado, lo que no me hizo sentir incomoda como normalmente me hacían sentir las demás personas. ¿O será que había empezado ese día de un ánimo muy sensible?

-Le... agradezo mucho el que usted quiera protegerme, pero con el debido respeto que se merece: No necesito que nadie me cuide. -le contesté con voz suave, evitando sonar grosera por lo que acababa de decir.

Vi como el hombre me extendía la mano y la verdad no sentí ningún tipo de desconfianza. Era extraño... ¿Como un extraño podría apiadarse de una mujer desconocida en medio de la playa y sin querer nada a cambio? Volví a recordar a Stephan.

Suspiré profundamente y cerré mis ojos para desvanecer el recuerdo de ese hombre que me había ayudado de igual forma en un pasado sin haberme conocido y contesté a la pregunta de el muchacho.

-Usted parece ser un hombre fino y educado, por lo cual dudo mucho que frecuente el lugar en donde yo me encuentro la mayor parte del tiempo. -le contestó mientras se ponía de pie con ayuda de la mano del hombre. -Gracias.

Me sacudí mis ropas de la arena sin darme cuenta cuando la manzana que me había comprado momentos antes en el mercado cayó en la arena. Me había olvidado de ella.

por **Bran & Ben Chevalier** Lun Jul 14, 2014 10:21 pm

-Le... agradezo mucho el que usted quiera protegerme, pero con el debido respeto que se merece: No necesito que nadie me cuide.-

Esas palabras hicieron que aquel caballero solo pudiera realizar una reverencia muy antigua y poco usada, aquella en donde se muestra respeto inclinando la mitad del cuerpo hacia adelante con los brazos pegados a los costados, era una tradición en su familiar realizarla cuando una persona mostraba un carácter fuerte y justo la señorita lo mostraba ante los ojos de Bran.

-Oh no señorita no piense que la veo como una damisela débil y en peligro más bien es lo contrario, sé que ustedes las damas son más fuertes de lo que aparentan porque tienen que soportar muchas cosas que no cualquiera lo podría soportar- al ver la manzana rodar y tocar la arena el mismo va tras el fruto rojo, toma la manzana en sus manos limpiándole contra las ropas para entregarle a su dueña –no creo que deba comerla, es más quizás como pago por haber hecho que su manzana se ensuciara le compraré dos, a cuenta mía, será mi pago por el mal momento que ha pasado- extendió la mano para indicar el camino por la arena antes de ir a comprar -¿acaso trabaja en un lugar donde golpean y matan a personas o animales? ¿Su trabajo se dedica a la tortura de personas inocentes?- enarca una ceja pero con una sonrisa poco visible en su rostro cubierta por una barba incipiente.

-Esos son los lugares que yo jamás frecuentaría, aunque también hay otros que no frecuento por falta de tiempo realmente- soltó una risotada porque era verdad, siempre estaba ocupado –Son pocos los caballeros que quedan por aquí y muchos de ellos tienen por dentro bestias que son capaz de matar, pero despreocúpese señorita no soy tan bestia para matar sin un motivo- una nueva risa suelta porque se burlaba de él mismo con sus propias palabras, era su humor negro y muy característico de él.

por **Lilith O'Hara** Lun Jul 21, 2014 12:58 am

-Oh muchas gracias… la había olvidado. –contesté mientras extendía mi mano para recibir el fruto que había rodado mientras escuchaba la invitación que me proponía. –Usted no me debe nada así que no se preocupe, yo soy la que no ha tenido hambre debido a mi ánimo de esta mañana. Pero con mucho gusto me apetecería dar una caminata con alguien tan amable como vos para quizás dese modo tranquiizar mis memorias. –accedí finalmente mientras caminaba frente al hombre que me había abierto el paso.

Mi aire nostálgico no era algo común, más esta mañana no me sentía como la que era comúnmente. A veces los sueños y algunos recuerdos pueden hablandarte un poco el carácter y comportarte de manera diferente… Pero eso no me servía si quería continuar con mi trabajo en el burdel, no podía bajar a guardia ante cualquier persona que pudiera lastimarme o aprovecharse y tan solo esperaba aún temerosa que mi decisión de ir a caminar con aquel hombre hubiera sido la correcta.

Noté ligeramente la sonrisa del hombre mientras hablaba de aquellos lugares de tortura y golpes mientras yo tan solo bajaba la mirada hacia la arena “Pues los animales que acuden ahí deben ser torturados…” pensé mientras en un suspiro una leve marca sonriente en mis labios se posaba.

-Tiene razón, no existen verdaderos caballeros hoy en día que sepan tratar correctamente a un ser vivo, en especial a una mujer. Por eso es algo inquietante encontrarse aveces con alguien como usted. –dije finalmente mientras volvía a levantar mi mirada y dirigirla hacia mi acompañante el cual reía como si un chiste acabara de contar sin haberlo captado mi mente.

-¿Que hace alguien tan ocupado como usted entonces rescatando gente extraña en la playa? –pregunté con mucha curiosidad mientras mis huellas seguían dejando marca en la arena.

por **Bran & Ben Chevalier** Vie Ago 15, 2014 4:37 pm

-¿Que hace alguien tan ocupado como usted entonces rescatando gente extraña en la playa? –

Esa era una de las tantas preguntas que no le sorprendió al caballero en cuestión, al contrario ya hasta las esperaba de su interlocutora que tomando la mano de la doncella avanzó por la arena fría como el mar, los pasos de ambos se hundían en el fino material de aquella playa y solo su sonrisa fue todo como respuesta a la joven, una sonrisa en un rostro cansado.

-Y por qué no hacerlo señorita? Acaso no debería ayudarla, aun cuando usted no lo haya pedido? Acaso está mal que desee extender mi mano a alguien que encuentra sola por estos lugares y protegerla de peligros inminentes? Lo ve usted mal- medita un poco sus propias palabras para luego detener abruptamente el andar, miró al suelo tomando una concha de color rosado entregándoselo a la joven que lo acompañaba –quizás esté mal eso, pero ¿por qué? Solo porque lo decimos entonces así como esta pequeña concha es rosada yo puedo decir que está mal que sea de ese color y que debe ser blanca o negra, quizás lo digo porque no he visto todo lo que tiene que ofrecer el mar así mismo nosotros, solo decimos de lo que no hemos visto, usted no ha visto a algún caballero que ayude a alguien o un dama que preste su ayuda sin esperar algo a cambio, quizás porque vivimos un mundo muy capitalista donde solo el dinero y los favores económicos y sexuales cuentan, pero ¿acaso no hay algo más? Si lo hay y ahí se marca la diferencia-

Su sonrisa no desaparece, es la primera vez en tantos años que sonríe sin estar tan serio, quizás porque la joven le recuerda un poco a las jóvenes de su poblado en América, aquellas jóvenes inocentes y cálidas que siempre aparentan una dura coraza.

-Usted decide señorita, siempre tenemos elecciones y diversas formas de hacerlo, siempre se puede hallar otro camino- sus palabras van sin sentido sin nada solo para mostrar a la joven que él no pretendía lastimarla o dañarla, al contrario.

por **Lilith O'Hara** Dom Sep 14, 2014 1:35 am

Mientras caminaba por la arena y mi mente divagaba y meditaba cada palabra que salía de mi boca sentí la calida piel del muchacho que me acababa de sostener la mano, no me negué ante tal muestra ni me sorprendí en lo más mínimo ya que por mi trabajo en el burdel estaba acostumbrada a todo tipo de roses, mas tampoco le apreté la mano y seguí en mi mente con las palabras girando y divagando dentro de mi cabeza.

Seguí caminando y escuchando hasta que mi acompañante se detuvo y me tendió en la mano una concha explicándome con ella en mi mano su forma de ver la vida y el porqué el ayudar no era malo. Sonreí ampliamente cerrando los ojos y bajando mi cabeza al recordar algo.

-Se equivoca usted. –le contesté después de lo que había recordado. –La verdad es que si conozco a un caballero que me ha ayudado alguna vez en mi vida… tan solo ha habido una persona que me ha ayudado de gran manera y sin esperar nada. –lo miré detenidamente a los ojos y le devolví aquella concha que me había depositado en mi mano para luego tomar los dedos de él y entrecerrarlos para apretar el objeto. –Nosotros elegimos ciertos caminos por alguna razón y debemos de saber que encontraremos todo tipo de personas sea cual sea el camino que elijamos, pueden ser buenas como usted si se tiene mucha suerte… pero no todo quien se cruce en su camino lo es y por eso hay que cuidarse. –le sonreí y le solté la mano para seguir caminando adelantándome un poco y esperando él me siguiera.

-Yo tengo bien definido mi camino, sé los peligros que hay así como las victorias que puedo obtener después al llegar a mi meta. ¿Usted tiene un sueño o una meta en especial? –le dije en voz alta y volteando ligeramente hacia atrás mientras él me alcanzaba.

por **Bran & Ben Chevalier** Dom Oct 05, 2014 11:25 pm

Miro el gesto de la pequeña, si porque eso era para él aquella jovencita una pequeña niña a la cual la vida golpea tantas veces mostrándole el mal algo que ya estaba acostumbrado él por lo que el gesto de la joven no le sorprendió ni le molesto al contrario lo comprendió muy bien y por ello empuño aquella concha marina llevando sus manos hacia atrás a su espalda camino en dirección de la joven con los ojos clavados en la misma, escucho sus palabras que con gran meditación reflexionó sobre ellas recodando el pasado y el futuro que deseaba pero ese futuro estaba negro incierto para él y su hermano.

Ente suspiro volvió al aquí y al ahora sonriendo de manera grata a la joven humana –Si tiene razón señorita, hay que cuidarse de las personas y más si nos quieren lastimar o hacer daño, pero a veces estas personas no son extraños a nosotros están muy cerca tan cerca que no creerías que fueran capaces de dar un golpe bajo contra suya, algo que estabilizaría su forma de ver todo lo que le ha rodeado, pero eso depende de nosotros, si nos metemos a una coraza impenetrable o nos arriesgamos, opto por el riesgo y no por ser alguien que le guste si no porque en el ruedo de aquel riesgo se conocen a personas que vale la penar conocerlas y tenerlas cerca, como usted- bajo la mirada a la arena siguiendo los mismos pasos que la joven había dejado en la arena

-Así que una persona, y solo una la ha tratado desinteresadamente, debo añadir que en mi caso muchas personas me han buscado con un solo propósito, el comercial ya sabe matrimonios para unir familias, relaciones de socios, y sobre todo por el dinero, todo tiene que ver con el dinero olvidándose de que hay algo más que eso, la calidez del ser humano, el deber y tener que proteger a alguien solo por el simple desinterés por lo justo y lo correcto- termina acercándose a los últimos pasos de la joven que terminaban a la entrada de la playa por aquel muro que dividía la arena con la ciudad.

-Tengo muchos sueños y metas como todos pero hay una que prima entre todas, encontrar a alguien que perdimos mi hermano y yo, los últimos datos nos trajeron aquí, quizás no esté por este mundo quizás ya halla partido a otra ciudad pero cada vez encontrarle es más difícil- suspira recordando la última vez que vio a aquella mujer de cabellos oscuros abrazando a sus dos hijos –No sé si ella nos recuerde, no sé si ella aun no ame como lo hacía antes, a veces la locura y el mal mata más de lo que pensamos, una mentira, una maldad, un secreto puede ocasionar la muerte de toda una familia- medita sus palabras para luego cambiar el tema –Que secretos guarda su corazón señorita- pregunta sin mirarle para no avergonzar a la dama en cuestión.

por **Lilith O'Hara** Lun Oct 13, 2014 12:25 am

-La verdad... yo no tengo a nadie cerca mio, así que no tengo por que preocuparme si alguien decide darme una puñalada por la espalda pues he estado sola toda la vida. -le contesté con una muy leve sonrisa, con el tiempo había aprendido a ser feliz sola y aunque a veces quería un poco de compañia... casi siempre me sentía bien de no tener a nadie a mi lado por el cual preocuparse.

Sin darme cuenta entre la platica noté que ya habíamos llegado al final de la playa y nos detuvimos, pero mi atención se tornó sobre el al escuchar sobre la persona que buscaba... Presté atención al escuchar sobre la mujer y le mire a los ojos mientras me explicaba.

-Entiendo... A veces la maldad de la gente queriendo arruinar hasta el mas puro sentimiento hacen que se destruyan vidas que van mas allá del problema original. -dije finalmente recordando toda aquella historia que mi tutora me había contado acerca de mi familia y como yo era nacida fruto de un amorío fuera de matrimonio en una familia bien vista, ante los ojos de los yo había sido una bastarda fruto de un vil engaño. Recordé nuevamente la vergüenza que yo era para mi familia y me alegré de no conocer a gente tan asquerosa como esa. Sacudí mi mente para olvidarme de esa gente y dirigí una nueva sonrisa para mi acompañante.

-No se preocupe... estoy segura de que la va a encontrar, además por lo menos usted la conoce. -le dije bajando la mirada, en ocasiones deseaba haber conocido a esa única persona que se había atrevido a dar un ultimo respiro tan solo para darme a mi la vida.

-¿Secretos? Pues... no se a que se refiere, toda mi vida ha estado expuesta desde siempre y a la vez he vivido oculta entre la gente. No creo que tenga un secreto que pueda interesarle -reí mientras desviaba la mirada hacia un lado tratando de evadir la pregunta.

por **Bran & Ben Chevalier** Sáb Oct 25, 2014 9:16 pm

La pequeña dama mostraba su melancolía algo que el caballero sintió culpa por haberla orillado a ello, jamás le gustaba ver un deje de tristeza en el rostro de alguna dama, sea la que fuere, para él lo más importante era ver siempre sonriendo a una mujer, la mandíbula tensa por sus palabras, digamos que no es un hombre de humores florecientes al contrario su humor es más directo y negro, por decirlo en un punto.

Trató de sonreír buscando la forma de alegrar a la mujer que en frente tenía -Me acuerdo de ella como si fuera ayer que cantaba para hacernos dormir a mi hermano y a mí, pero no sé si ella nos recuerde señorita, ya han pasado muchos años y los secretos que una vez la enamoraron la destruyeron, a lo mejor ni recuerda que tuvo hijos, y menos de nuestros rostros, la esperanza esta pérdida pero aun así debo pelear contra el pronóstico oscuro e incierto que se revela- al salir de aquella arena el caballero toma la mano de la dama como si fuera su acompañante, mostrando a las miradas inquisitivas que no le importaba para nada lo que pensaran.

-Señorita usted tiene a alguien cerca suyo aunque no lo vea, es su corazón, su propio ser el cual cuida y resguarda siempre, aun cuando crea que está sola, no lo está porque usted se cuida deseando ser aquella que más anhela su solitario corazón, encontrar a alguien que la trate con ese cariño y calidez de familia- sonríe tomando el mentón de la joven, de manera delicada y atenta –Señorita no está tan expuesta como cree, porque su corazón lo guarda en una caja de espinas, lo resguarda y cuida de manera recelosa al punto de olvidarse que ahí existe una mujer diferente a la que muestra diariamente, a la mujer que entrega su cuerpo por unas monedas sin emociones, pero en el fondo esas emociones la traicionan-

Se detiene haciendo una reverencia a la mujer, una que le evita levantarse para mirarle, fue una reverencia de disculpas por su intrusión –Lamento si mis palabras pasaron el límite suyo madame-

por **Lilith O'Hara** Miér Dic 03, 2014 12:13 am

Miré al caballero mientras sostenía mi mano y me dedicaba aquellas palabras las cuales parecían hacer reaccionar algo dentro de mi, pues sabía que él tenía razón y yo era la única que cuidaba mi corazón... así había sido incluso desde niña, siempre sola queriéndome solo yo misma.

De pronto mis ojos de abrieron sorprendidos al escuchar "la mujer que entrega su cuerpo por unas monedas sin emociones" y le aparté la mirada y su mano de mi barbilla haciéndome notar incómoda.

-Usted no sabe nada de mi, le ruego que se detenga. -le contesté muy seriamente haciendo notar mi desagrado, pero evitando ser tan grosera.

Observé al hombre haciendo reverencia en forma de lamento para disculparse ante tal intromisión y tan solo suspiré tratando de calmarme, no tenía ganas de enojarme con nadie.

-No se preocupe... -susurré después de haber tomado aire. -...como ya le dije, usted no sabe nada de mi así que es natural que piense lo peor de mi y juzgue sin saber, todos lo hacen. De hecho, ¿sabe?... -de pronto sonreí para mi misma y dirigí mi mirada al hombre mientras me reía. -...ya estoy acostumbrada y no me importa lo que piensen, solo yo sé porque tomo este camino y sé que pronto todo valdrá la pena. -dije finalmente con una voz muy segura de mi misma, pues aunque odiaba tener que trabajar en ese maldito burdel tampoco tenía intenciones de salir.

No hasta encontrar a la criatura que tanto había estado buscando...

por **Bran & Ben Chevalier** Miér Dic 24, 2014 3:36 pm

Al ver el gesto de molestia de la joven dama, el caballero dio un paso más atrás para no irrumpir su privacidad, solamente se dedicó a negar ante las palabras de la jovencita, si algo los años le habían mostrado es que todo tiene sentido pero algunas veces perdemos nuestra orientación por otros sucesos.

-No es mi intención juzgarla en ningún aspecto, ni en lo que hace, ni en como se ve, ni en nada que le parezca, el juzgar no es una de mis virtudes, quizás mis palabras la confundieron y lamento ello pues no es mi intención para nada incomodarla y aunque usted señorita no lo crea tenemos algo en común- sonríe dando pequeños pasos por las calle empedrada. –A usted no le importa el qué dirán y a mí tampoco y menos a mi hermano, hacemos lo que otros ostentosos señores no harían, el ayuda desinteresadamente porque la retribución no es algo físico, es algo más que eso- realiza un ligera reverencia a la joven.

-Nos han juzgado tanto en tanto tiempo por cómo somos, quienes somos y lo que hacemos pero se han olvidado de lo que hacemos, el bien que damos recibimos señorita, es el llamado karma, ¿lo ha oído?- la sonrisa amable y dulce como si de una pequeña flor se tratará, como si fuera aquella hermana que no tenía…quizás le recordaba mucho a las pequeñas jóvenes de su poblado a las que siempre se dedicó a cuidar.

Ese era su mayor problema, querer cuidar y proteger todo.

por **Lilith O'Hara** Miér Ene 14, 2015 1:53 am

Seguí mi camino junto al hombre muy segura de mis convicciones hasta que él mencionó el parecido entre nosotros, aquella idea me sorprendió así que detuve mi paso para preguntarle.

-¿A sí?, ¿Que tenemos en común? -pregunté sintiendo que era casi imposible tal comparación. -Si... algo he oído de eso, pero no creo que eso exista, de otra manera no estaría yo aquí. -contesté sonriendo de manera irónica, estaba segura de que la vida que yo había llevado no era para nada lo que merecía y que tan solo las cosas habían empezado a mejorar en cuando yo las había empezado a buscar.

Noté la mirada fija y tierna que tenía el hombre hacia mi y las sonrisas amables que me dedicaba desde hace un rato lo cual me hizo pensar que por mas razones que le diera acerca de mi forma tan dura de ver la vida posiblemente él jamás entendería, mas me reconfortaba el hecho de tener a alguien que me animara como en esta ocasión.

-¿Sabe? Esta charla hizo que me animara un poco, gracias por eso. -contesté sonriendo amablemente y haciendo una pequeña reverencia con la cabeza. -...espero encontrarnos pronto y si no, ojalá usted y su hermano encuentren a su madre. -desee finalmente antes de despedirme.

por **Bran & Ben Chevalier** Sáb Ene 24, 2015 11:20 pm

La despedida de la joven solo pudo arrancar en el caballero una sonrisa sin más ni menos y lo único que pudo otorgarle a la joven señorita fue una reverencia en pos de su educación, no le contestó a las palabras más antes de que la joven virara por una de las esquinas corrió a ella tomándola del brazo para voltearla y que lo vea, la abrazó dejando un beso sobre su frente como si de un familiar se tratase.

-Espero de verdad volver a verla señorita, ha sido muy grata su compañía, quizás en una mañana podamos salir a pasear por las calles a conversar más de nuestras vidas, o a un restaurante a servirnos algo, no dude para lo que necesite estaré encantado de ayudar a una niña como usted- se aleja sonriendo con otra reverencia muy cortés y de amabilidad, se alejó de la joven caminando directo a la playa para volver a su entrenamiento riguroso.

No le importa el que dirán ni lo que pueda pensar las personas la de él, porque él no vivía de ellas en lo absoluto, solo de sus acciones con las personas que las merecía.

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El mar nos muestra quien somos realmente. [Bran Chevalier]

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