Alannah Adrasteia Cacciatore ID

De mirada expresiva y un bonito rostro enmarcado por brillante cabello de color azabache cuesta no detenerse a mirar a Alannah. Su mirada parece abarcarlo todo y resulta apropiado que resalte al entrar en una estancia o en el lugar que te encuentras. Su sonrisa se ve natural y nada afectada de manera que nadie podría realmente imaginarse que únicamente están viendo lo que ella quiere que veas, una de las diversas facetas que conforman el todo que es ella, y es que a la verdadera Alannah la conocen muy pocos.

Inquieta por naturaleza desde aquellos tiempos en que apenas medía unos cuantos centímetros de estatura a la joven cambiaformas le guían sus instintos en todo momento. Aunque se encuentre inmóvil en un solo lugar no deja de prestar atención a todo su entorno sacando inmediatas deducciones que le permiten actuar de la manera que resulte más apropiada, algo que le resulta beneficioso en el ambiente en el que se desenvuelve.

Nunca le ha resultado grato ceñirse a ninguna ideología impuesta prefiriendo actuar libre e independientemente por lo que no es de extrañar que repentinamente no pueda siempre agradar a todos al expresar sus opiniones de manera franca y directa. Eso cuando se trata de cuestiones que no involucran en nada sus sentimientos personales ya que si se trata de ellos Alannah resulta alguien contradictorio, en ocasiones siendo muy honesta y en otras guardándose todo hasta el punto en que podría desesperarte el que no suelte prenda pero siendo esto más un mecanismo de defensa que otra cosa al temer exponer cualquier indicio de vulnerabilidad.

Bastante certera y fría en ocasiones, no le tiembla la mano si se trata de realizar algo que otros calificarían de extremo. El sentimiento de lealtad se encuentra muy arraigado en ella, pero no hacía la gente para la que trabaja ni para la sociedad a la que encuentra engañosa sino para aquellos a los que por una razón u otra les ha cobrado afecto, por lo que no renunciaría a vengarles de mil maneras si alguien les dañase o les hiciese sufrir de alguna manera.

Alannah tiene sus propias convicciones y es fiel a las mismas sin considerarse en ningún momento perfecta, está consciente de tener defectos como todos los demás. Es más sensible de lo que usualmente deja entrever pero también hay en ella una fortaleza y una decisión que le han permitido sobrevivir en los peores momentos de su vida, aunque el no poder recordar sus primeros años es algo que no le deja tranquila. Alannah es ante todo alguien que no se anda con medias tintas y a quien no le ha sido sencillo encontrar un sentido de pertenencia por lo que valora por sobre todo a aquellos que se han ganado un sitio cercano a ella ya que les considera su única familia.

CAMBIAFORMAS (Aves):
→ Halcón Peregrino
→ Búho Nival
→ Petirrojo Europeo

HABILIDADES/PODERES:

HABILIDADES Y ATRIBUTOS INNATOS:
→ Habilidades: Sigilo, sentidos aumentados, buenos reflejos, agilidad, flexibilidad, velocidad y fuerza sobrehumana.
→ Atributos: Longevidad.

PODERES INNATOS:
→ Transformación: Habilidad de cambiar de forma humana a animal y viceversa. Cuando el cambiaformas está en su forma transformada aumenta un 50% su potencia física.
→ Sanación acelerada: Habilidad para sanar rápidamente heridas y contusiones no tan graves (esto no aplica al desmembramiento, si les arrancan un brazo, el brazo no volverá a crecer). El tiempo de recuperación varía según el personaje y la gravedad de la herida o lesión. Cuando se trata de balas de plata o fuego pueden morir si las heridas son muy graves.
→ Percepción del aura: Habilidad para ver las auras de otros seres, cuyos colores indican su humor, identidad y nivel de hostilidad, de este modo saben si están bajo amenaza. Este poder también les permite reconocer a otros cambiaformas o licántropos cuando no están transformados e identificar a los vampiros gracias a su aura pálida y su característico olor.

PODERES A ELEGIR:
→ Visión compartida y visión remota: Habilidad de poder ver a través de los ojos de los demás o en otros casos, hacer que los demás puedan ver lo que estamos viendo en ese momento. Esta habilidad funciona únicamente cuando se toca a la persona.
→ Bloqueo mental: Es la habilidad para bloquear su mente y nadie (ni siquiera los vampiros que leen mentes) pueden saber lo que piensa.
→ Rastreo: Poder de rastrear la localización de un objeto o criatura. El personaje puede descubrir la situación de cualquier persona a la que conozca, donde quiera que esté el blanco en un radio de veinte kilómetros.


HISTORIA:

Sicilia, Muchos años atrás.

Un par de capos irrumpen en la sala-estudio de su don, uno de ellos arrastra consigo un pequeño bulto bastante zarrapastroso y de rostro sucio que no asemeja más que un ladronzuelo, parece perderse en sus ropas pues es de baja estatura y complexión muy delgada, lleva el cabello corto, oscuro y enmarañado, su tez está algo pálida y el que sea más huesos que carne indica que no se ha alimentado muy bien desde hace mucho. El jefe arquea sus oscuros ojos hacia el rapaz que no ha de tener más de seis años pero a pesar de su inicial indiferencia captura su atención el brillo salvaje en los pequeños ojos.

-Mire lo que encontramos jefe.- El capo tira de la chaquetilla del rapaz bruscamente, mientras este se retuerce entre las enormes manos rebelándose a pesar de su notoria desventaja en condiciones. -Estaba en la alacena. Hemos interrogado a los guardias y a la cocinera y nadie tiene la menor idea de dónde ha salido.- El italiano se rasca la cabeza un momento con bastante desconcierto. El lugar está forrado de vigilancia y hombres armados que se turnan a lo largo del día y de la noche, su trabajo es proteger al hombre más importante de Sicilia, Vito Cacciatore, cabeza de la mafia italiana, oficio que practicaban desde hace años y que a finales del siglo XVIII les remuneraba bastante bien a cada uno de ellos y a sus familias.

El golfillo aprovecha la aparente distracción de su captor para morder con toda la fuerza de la que era capaz la mano que aún le aprisionaba logrando que por un momento se vea liberado, situación que aprovecha para correr hacia la mesa de caoba que adorna el centro de la sala y escurrirse debajo de ella. El hombrezote lanza una palabrota mientras se abalanza detrás del niño pero el pequeño espacio que hay debajo de la mesa no le permite a su enorme mole alcanzarle lo suficiente por más manotazos que lanza por debajo de ella lo cual acrecienta su frustración y hace que lance toda una retahíla de improperios.

De repente el hombrezote se detiene al escuchar una sonora carcajada detrás de su espalda seguida de una voz profundamente siciliana que le indica que se haga a un lado. Vito Cacciatore se encuentra a un lado de la mesa, se inclina para ver por debajo de ella, su rostro abandona un momento su apariencia humana para ser reemplazada por unos astutos rasgos lobunos que encuentran los pequeños e infantiles ojos, ambas miradas se sostienen unos segundos con un silencioso reconocimiento. -Sal de allí.- le indica el don al pequeño con un tono sosegado. Ambos capos se miran el uno al otro con cierto desconcierto y esperan un par de minutos.

Un par de pequeñas piernas aparece por debajo de la mesa. El pequeño se pone de pie frente a Vito quien le observa un momento antes de extender su mano hacia su pequeño cuello adornado por una cadena, al tirar un poco de esta revela ante sus ojos un antiguo broche sobre cuya superficie aparece grabado un solo nombre: Adrasteia. Vito lanza un ahogado grito y vuelve a mirar el infantil rostro percatándose de que se trata de una niña. Ante la mirada asombrada de sus hombres el cambiaformas toma a la pequeña en brazos y sale por el pasillo de la mansión. -Intuyo que no hablas italiano, habrá que remediar eso, pero si has de vivir aquí de ahora en adelante primero habrá que hacer algo con respecto a esas ropas...-

Los hombres bajo el servicio de Vitto no comprendieron por qué el repentino interés de este en una pequeña harapienta pero se guardaron para si mismos cualquier comentario ya que estaban acostumbrados a que las decisiones de su jefe fueran inquebrantables y se cuidaban de despertar su ira. No en valde a lo largo de los años se había ganado la reputación de ser un hombre peligroso que no se andaba por las ramas y también el respeto de sus hombres quienes no tenían por qué cuestionarle nada.

Así fue como la pequeña se estableció en la mansión rodeada de hombres armados que entraban y salían del lugar interesados en el creciente negocio. Cacciatore ordenó que le comprasen ropa nueva y también mandó a llamar a su doctor personal quien determinó que únicamente se encontraba un poco anémica cosa que habría de remediarse en corto tiempo con una adecuada alimentación. Sin embargo había algo en ella que no terminaba de agradar a los hombres y que la niña parecía percibir ya que con todos se mostraba rebelde y huraña. Únicamente parecía encontrarse a gusto en presencia de Cacciatore quien se interesaba en su bienestar pero a quien sus ocupaciones no le permitían pasar con ella mucho tiempo.

Transcurridos unos cuantos días se armó un gran revuelo entre los sirvientes al no poder encontrar a la niña a la que el jefe había bautizado con el nombre de Alannah. No se le veía por ningún lado y no fue hasta pasadas unas horas que el jardinero avisó que le había encontrado trepada en uno de los encinos que adornaban el vasto jardín. Allí, en la rama más alta, entre la brisa que mecía las gruesas y rugosas ramas se le veía feliz. Le encontraron sonriente por primera vez desde su llegada dirigiendo su mirada hacia las nubes, encontrando en el horizonte algo que los demás no podrían adivinar si lo hubiesen intentado. Eventualmente dejaron de sorprenderse al encontrarle en el mismo lugar en más de una ocasión.

Sin embargo la recién encontrada tranquilidad de la niña no habría de durar mucho. Alguien fue sobornado en el interior de la mansión por lo que la vigilancia fue derribada y Vitto resultó herido. El cambiaformas se presentó en la habitación de la niña urgiéndole a que hiciera silencio, la tomó en brazos y abriendo una puerta escondida en la habitación caminó con ella a lo largo de los oscuros túneles que se ocultaban por debajo de la construcción. Ante los pequeños ojos se transformó en un lobo permitiendo que ella viajase sobre su lomo a lo largo de varios kilómetros con el infortunio de no lograr alcanzar una salida antes de desplomarse exhausto y malherido. Así permaneció inconsciente en el que les sirviera de escondite subterráneo durante varios días durante los cuales fue Alannah quien se encargó de salir a buscar agua y comestibles para los dos sin abandonarle en ningún momento.  

Muchos años años después la joven aún recordaría los días transcurridos en los húmedos túneles y el fuerte lazo que en ese momento naciera entre ella y el hombre que llegó a ser como un padre, antes de que el destino decidiera que habría de seguir un camino diferente.

A pesar de que el cambiaformas recuperó su salud y retomó el control como cabeza de la mafia en Sicilia y de que Alannah se convirtiese oficialmente en su protegida, la chica no habría de permanecer mucho tiempo en Italia. Aunque el vivir en un medio duro y peligroso influyó en el que habría de ser su carácter y a pesar de que como hija adoptiva de Cacciatore no le faltase nada en el aspecto económico, estaba convencida de que solo se encontraba de paso y de que debía buscar su propio camino.

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Veinte años después... Atenas, Grecia.  

Una delgada figura en la que se apreciaba un rostro que a primera vista parecía encontrarse aún en la adolescencia sostenía con firmeza entre sus manos una ballesta de caza. Sus dedos no titubearon al permitir que la flecha de madera viajase a toda velocidad incrustándose en el pecho de un extraño, directo en su corazón, causándole de esa manera la muerte instantánea. Inmediatamente los dedos femeninos dejaron caer a un lado la ballesta y unos segundos después un halcón peregrino alzó el vuelo con rapidez y se perdió en las nubes por encima de los edificios.

Para ese entonces Alannah conocía perfectamente su condición de cambiaformas. Muchos años atrás había esperado incansablemente hasta que al fin llegase el momento en que pudiese remontarse en el aire. Aún podía recordar la larga espera y la frustración creciente durante sus años infantiles, incluso sus primeros titubeos al intentar volar por primera vez. Recordaba con toda claridad la sensación de libertad a la cual se entregó al mezclarse con las blancas nubes sintiendo como el viento le salía al encuentro acariciando su plumaje, por un instante todo fue simplemente perfecto.

Así fue como lo sintió nuevamente mientras sobrevolaba sobre un pequeño claro hasta que su mirada alcanzó a ver una familiar silueta masculina en medio de la oscuridad. Decidida, cambió su trayectoria a una descendente para reunirse con el compañero en quien confiaba y poco después el grupo de mercenarios recibía una cuantiosa paga por haber acabado con el blanco tal y como se esperaba.


Tiempo Presente... Paris, Francia.  

Alannah dirige su mirada a su alrededor observando el recinto que muchos consideran sagrado, se encuentra acompañada de diversos funcionarios de la Inquisición, algunos más conocidos en el área secular que otros que ejercen cargos menores. Ella pertenece a otra categoría, la invisible. Su memoria viaja hacia el pasado recordando el momento en que fue capturada junto al resto de sus compañeros. La habían arrojado a una celda adonde le habían colocado fuertes grilletes con el propósito de evitar cualquier intento de fuga, se encontraba débil por las torturas a las que le habían sometido y su mente divagaba mientras imágenes de su niñez y su adolescencia se hacían presentes entremezclándose con otras recién acontecidas. No les habían capturado con facilidad. La cambiaformas sintió que cada hueso roto de su cuerpo le producía un dolor insoportable al reír pero al menos sentía la satisfacción de haber acabado con unos cuantos. Tenía pocos momentos lúcidos al volver a caer en la semi-inconsciencia pero no podía darse el lujo de dormirse o podría no despertar más.

La rasposa voz de uno de los "hombres de Dios" que se encontraba frente a ella hizo que sus recuerdos se disipasen y su mirada se detuviera en ese rostro por un momento. Recordaba a otro que vestía las mismas túnicas, uno que le había sugerido un trato: servir a la inquisición como espía y ayudarles a eliminar a las abominaciones que transitaban libremente por las calles de Paris o morir por lo que denominó crímenes cometidos contra la sociedad. Así fue como el grupo sobrevivió aunque no estuviese del todo claro si realmente trabajaba para Dios o para el demonio.

Su mirada se paseó observando los rostros que no tenían significado alguno para ella, avanzó unos pasos saliendo de las sombras que le ocultaban y haciendo perceptible su presencia recibió las órdenes del día. Tras escuchar el nombre de su próximo blanco intercambió una mirada apenas perceptible con el de su compañero inquisidor antes de que se alejasen del recinto religioso para así volver a su labor de espía. Otro día más con una misión más, pareciese todo haberse vuelto una rutina, aunque ella sabía con toda seguridad que solo era un ave de paso...  


DATOS EXTRA:

→ Siempre carga al menos un arma consigo.
→ Experta en el uso del arco y la flecha y la ballesta, su puntería es precisa y no suele fallar un blanco.
→ El nombre en su medallón, Adrasteia, es uno de los diversos nombres con los que se conoce a la diosa de la retribución divina Némesis.
→ Sus ojos cambian de color de acuerdo con su estado de ánimo, pudiendo variar del azul al verde e incluso al café.
→ Los únicos seres por los que siente respeto y admiración son sus compañeros mercenarios.
→ La opinión que más pesa en ella es la de Lugh aunque nunca se lo ha dicho.
→ Tiene su propio código moral que no está sujeto al de la sociedad ni al de la misma Inquisición.
→ Alannah es heredera de la fortuna Cacciatore ya que Vitto le adoptó oficialmente.