AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Bloodlines ~ Privado.
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Bloodlines ~ Privado.
"I track my history,
Bloody burned family tree."
Bloody burned family tree."
En la habitación el ambiente se había tornado sepulcral, y absolutamente denso. La obscuridad ocupaba un papel protagónico, y se encargaba de difuminar los detalles que existían al rededor de la fina cama, siendo en un conjunto combinado con los muebles, llegando al diseño que se imponía en la residencia, uno gótico y bastante más sombrío. Cada minúsculo detalle había sido fríamente pensado por su dueña, la cual ahora yacía sentada a un lado del lecho que desde hace unas horas contenía a la felina de manera inamovible, llegando a ser un tanto exagerado al detenerse y observar el demacrado cuerpo femenino suspendido sobre las sabanas.
Los ojos de la inmortal recorrían el rostro y las extremidades de la joven, aguardando ansiosa por alguna señal, o por un mínimo movimiento que le alertara que por fin había recobrado el conocimiento. Pero nada, los minutos seguían su curso; más de tres horas desde que ella había regresado del bosque con la "desconocida" en sus brazos, mientras su corazón no mostraba signos de cansancio, ni mucho menos de dejar sus latidos débiles pero constantes, es más se esforzaba en continuar, transmitiendo claramente que morir no era una opción para la felina, al menos no todavía, ni mucho menos en manos de su propia familia.
¿Cómo había llegado a eso?... Viéndose amparando a su victima, una presa segura y más que exterminada, solo una diversión más para la inquisidora, y que de un momento a otro se transformó en una lucha compartida por mantener con vida, al mismo ser que ya debería estar bajo el sueño más profundo al que un "humano" puede sucumbir.
La vida da mil vueltas, y paralelamente con éstas, justo cuando creemos tener todas las respuestas, el destino mezclado maliciosamente con el futuro, nos cambia todas las interrogantes, ¡Tan infame como siempre!... Malditas incertidumbres que amenazaban con llevar a la vampiresa al borde de un colapso.
Las manos de Lauren se elevaron a frotar sus ojos, realmente esperar la agotaba, sentía que en cualquier momento se levantaría ella misma a darle un golpe, a ver si con esa violenta acción, apresuraba su vuelta en si, pero la asustaba llevarla a cabo, incluso el tocarla ya era tema, no deseaba lastimarla más de lo que ya estaba. La joven era una cambiaformas, por ende su sanación debía ser mucho más acelerada, y su demora solo dejaba en evidencia que las cosas no estaban nada bien. ¿Acaso su sangre podía ayudarla?, realmente no tenía la más mínima idea, y tampoco lo averiguaría, no compartiría su sangre con alguien como ella.
Un jadeo, fue todo lo que alertó a la inquisidora, quien rápidamente se alzó de la silla, y en menos de un parpadeo se ubicó en el costado izquierdo de la cama, entre ella y el ventanal, por el cual "Selene" observaba la insólita escena.
Dando una última mirada a los amarres, que personalmente ella había realizado sobre la mujer, buscando asegurarse que no se hubieran aflojado, ni nada similar. Luego solo le tocó esperar, hasta que un tenue brillo asomó desde los claros ojos de su visita no deseada.
— Finalmente.— mencionó, en medio de un suspiro sin autorización, mientras intentaba apresar la atención de la felina sobre ella. Ahora Kaya tendría bastante que asimilar, y Lauren no inyectaría anestesia en sus oídos, al contrario, liberaría todo sin un resto de suavidad.
Lauren Von Krautzs- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Re: Bloodlines ~ Privado.
Las ataduras encarcelan el cuerpo,
jamás las voluntades.
K.
jamás las voluntades.
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La mente de la felina era completo…silencio. Ni un solo eco o pensamiento traicionaba el inmóvil cuerpo que había caído contra aquella inquisidora, en sus manos, bajo un certero golpe en su cabeza que la había llevado tras unos instantes de permanecer en los brazos fríos ajenos de la vampiresa a la inconsciencia más fría que podía haber. Inconsciente a todo lo que había ocurrido a su alrededor, no fue consciente en ningún motivo ni de donde la llevaba la inquisidora, ni bajo qué perspectivas la dejaba sobre una mullida cama, atada a los postes de la misma. Y aún menos de lo que pensaba la desconocida sobre qué hacer con ella o no hacer finalmente.
Por sentir, aún en su inconsciencia, sentía un ligero dolor de cabeza, que al paso de las horas fue desapareciendo, hasta volverse todo a su alrededor una bruma que la hacía adormecerse mas, abandonándose a un extraño sueño donde lo que veía era la nada. Su respiración fue haciéndose débil y su cuerpo seguía igual de inmóvil que antaño, pasara una hora o pasaran más.
Por suerte los latidos de la cambiaformas anunciaban que seguía aún en aquel estado luchando por sobrevivir y volver a abrir los ojos. Y tarde o temprano eso haría. Porque era una superviviente y aún no había llegado su hora.
Antes de que su cuerpo se moviera sobre aquella cama y sus labios expiraran un jadeo dolorido, sus sentidos se activaron evaluando lo que la rodaba, antes siquiera de conseguir abrir sus ojos y enfocar su mirada. Sintió la calidez de unas paredes rodeándola en lo que parecía ser un edificio, hogar o residencia de alguien. El extraño entumecimiento de su cuerpo tras tantas horas en aquella misma posición y sin saberlo todavía, atado. A través del cristal de la ventana llegaban a sus oídos los ruidos de la noche y preguntándose desconcertada que ocurría, fue que llegó a su memoria la presencia y figura de quien la había atacado en su cabaña, justo cuando sus sentidos la hicieron percatarse de que en donde se encontraba había junto a ella una presencia y el mismo picante y oscuro perfume de aquella desconocida.
Rápidamente tras ese conocimiento, volvió a jadear obligándose a despertar del todo, hasta abrir lentamente sus ojos. Al principio se dibujaban sombras en su vista. Formas sombreadas que tras unos segundos fueron mejorando hasta dar con la pared del techo que la cubría. Tomó aire profundamente y recordándola nuevamente, al oír una voz llamar su atención, fue que la joven volvió la vista hacia la procedencia de la voz, encontrándose con aquella vampira a su lado. Lentamente la reconoció, siendo su primera reacción la de apartarse lo más posible de ella, encontrándose atónita con que no podía moverse.
— ¿Qué sucede? ¿Qué hago aquí? —Preguntó atónita demasiado alarmada por el hecho de que no pudiera moverse, antes de que aquella joven terminara irremediablemente con ella. Porque al fin y al cabo. Si no podía moverse, no podría intentar sobrevivir a un nuevo ataque de ella.
Gruñó e intentó mover sus brazos, siéndole imposible el moverlos, excepto por unos centímetros que aún podía, de forma bastante ligera poder descansarlos contra el colchón de la cama o apoyarse en las sujeciones. Allí fue donde, al acariciar con los dedos una de las cuerdas, que viendo a los lados, se dio cuenta de que aquello que no la permitía moverse no era más que se encontraba atada a una cama y en compañía de la desconocida.
—¡¡Soltadme!! — Gritó despertándose de golpe, con miedo en el cuerpo, sintiéndose además desnuda aún encima de aquella cama. ¿Es que acaso querría una mujer deshonrarla o experimentar con ella? Había oído hablar a sobrenaturales sobre la llamada Inquisición, que todo y que no había tenido contacto con ellos, ni altercado alguno, estaba avisada que de encontrarse con ellos más le valía morir de forma rápida, porque había una sección dentro de la organización que se dedicaban a torturarles, a sacarles información y luego jugar a experimentar con ellos. Y aquello se parecía demasiado a la descripción sobre ellos y de aquella vampiresa que había dicho e intentado en el bosque asesinarla.
— ¡Soltadme! —Volvió a pedir viéndola a los ojos. —Como deseéis experimentar conmigo no os lo pienso permitir, tampoco que me llevéis a la inquisición. ¿Me oyes? ¡No pienso dejarme llevar viva a la inquisición! ¡No dejaré que experimenten conmigo! —Afirmó sin dejar de mover su cuerpo, en un intento desesperado por soltarse de aquellos amarres, que como más fuerza hacía contra ellos, más se clavaban en su piel, hasta en cierto momento provocarle algún gemido de dolor.
Por suerte el ser cambiaformas le hacía recuperarse más rápido. Sin embargo de tanto seguir tirando, podría romperse una de sus muñecas, y hacerse realmente un daño considerable.
— ¡Maldita! ¡Suéltame! —Se retorció contra sus ataduras sin éxito, en un intento de apartarse de aquella asesina o lo que fuera que fuese. Inquisidora, cazadora, vampira… ya más le daba lo que fuera, solo quería volver a su bosque, a su hogar y liberarse de aquellas cuerdas, que no parecían deparar nada bueno. — ¿Qué queréis de mí? No voy a dejarme manipular como una simple marioneta atada a merced de unos condenados asesinos! Así que soltadme o voy a rebanarte la cabeza y dársela a mi pantera cuando consiga salirme de aquí! —Dijo entre palabras, gruñidos y jadeos de dolor a causa de su desesperación de soltarse y de aquellas cuerdas que hincándose demasiado en su piel, empezaban a ser dolorosas hasta para ella.
Su mayor miedo era de que de verdad estuviera en la inquisición y en poco tiempo, descubriera que se encontraba perdida, aún antes de poder sacar la suficiente fuerza para transformarse en felina y liberarse de las cuerdas y huir de aquel lugar, sin saber que era justo en aquella habitación donde menos tenía que temer.
Kaya- Cambiante Clase Baja
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Re: Bloodlines ~ Privado.
"Keep blood lust away, keep violence at bay
Can't deny genetics animal DNA."
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Los grisáceos ojos de Lauren se posaron en los ajenos, mismos que no tardaron en fulminarla, escupiendo palabras totalmente alejadas de la realidad que ella buscaba manifestar. Frunció el ceño notoriamente al escucharla hablar sobre los supuestos experimentos que esperaba se hicieran en ella, ¿realmente pensaba que se habría tomado la molestia de dejarla vivir para algo así? ... La cambiaformas contaba con una amplia imaginación, más aún, cuando su raza no formaba parte de las prioridades a exterminar, sin mencionar lo pacífico que acostumbran a ser viviendo entre los humanos.
Luego de recibir todo lo que la "rehén" quiso expresar, incluso sus amenazas, la diestra de la vampiresa se instaló en su propia frente, restregando la misma, como si ya sus palabras la hubieran mareado por completo.
— Primero que nada guárdate tus amenazas, por que ahora estamos en mi territorio...— expuso, y luego rodó los ojos, dándose cuenta que aún sonaba como si fuera a lastimarla, y ese escenario había cambiado hace mucho.
— ¿Sabes? ... Mejor cierras esa jodida boca, le dices a tu fiera interna que se calme y te concentras en lo que voy a decirte, puesto que odio repetir las cosas, más aún si son tan... Denigrantes.— se mofó de la felina, y de paso de si misma, sabiendo que le guste o no, aquello no podría cambiarlo.
Arriesgándose a que la felina se soltara y rebanara su cabeza como tanto le amenazaba, se sentó junto a ella, acomodando a su vez las mantas que cubrían el cuerpo desnudo de la joven, y alzó su mirada a ella, mientras sus manos descansaban sobre sus propias rodillas.
— Escucha, no voy a hacer experimentos contigo, no voy a llevarte a la inquisición, ni voy a violarte... Lo aclaro por si esa descabellada idea pasó por tu cabeza. El tema es bastante complejo, y engorroso, pero te lo diré directamente y de esa manera espero conseguir que me ayudes a entender, aunque por lo poco que me has dicho, creo que ya se de donde provienen la igualdad de nuestras lineas de sangre...— liberó las palabras, como si hablara consigo misma, hasta que al enfocar su mirada en el rostro ajeno pudo ver la confusión en él.
—... Así es, Kaya, tú y yo somos... Familia, muy lejana... Pero familia al fin.- sin duda, esa misera palabra, fue aquella que más trabajo le costó pronunciar, hace siglos que no la usaba en voz alta, y de una forma u otra, ella hace mucho que había olvidado como se sentía tener una familia. En estos momento de su vida, de no ser por el pequeño que había adoptado hace poco más de un siglo, seguramente sería un ser mucho peor.
— Tú me dijiste que eres hija de un humano, de seguro el era descendiente de mi familia... Yo tengo un poco más de mil años, ¿puedes llegar a imaginarlo? ¡Nosotras ni siquiera deberíamos conocernos! -exclamó, soltando también con eso una risa desganada, mientras sus palmas se iban a frotar su rostro, viéndose en la obligación de levantarse de su lugar.
Avanzó con extrema lentitud por la habitación, aún su mente luchaba por comprender el drástico cambio que tuvo que vivir. Hace unas horas había estado a punto de acabar con lo que pensaba, solo era una bastarda más, y ahora resulta que a esa misma debía explicarle que compartían un fuerte lazo inquebrantable, por más que Lauren deseara destruir aquello, sería algo imposible.
Le gustara o no, en esa misma cama reposaba lo que podría llegar a considerar como una... Prima. Y como si de un tipo de encantamiento se tratara, los instintos asesinos de la Inquisidora, se desvanecieron hasta quedar reducidos a simples cenizas, que no tardarían en alejarse de su mente para siempre, dando paso a un nuevo sentimiento.
Lauren Von Krautzs- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Re: Bloodlines ~ Privado.
A veces solo falta un poco de paciencia,
Y un acto de fe.
K.
Y un acto de fe.
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Parecía sorprendente con que fuerza aquella joven vampira – o quizás no tan joven. – la había atado a los postes de aquella cama. Podía parecer un sacrificio y más contando que bajo la sabana que cubría su cuerpo femenino, se encontraba completamente desnuda. No es que antes le hubiese importado, sin embargo ahora se sentía por ello aún más inquieta, como si temiera algún plan retorcido detrás de aquella escena. Y es que bien en la antigüedad se ofrecían rituales y vírgenes a los dioses. ¿Haría la inquisición o aquella vampiresa, lo mismo? Sinceramente, no deseaba saber la respuesta y aún menos en sus propias carnes.
Viéndola firmemente a los ojos y luego de escupir su veneno, volvió de nuevo a retorcerse las manos, presa del miedo y la desesperación, como la de un gato cuando es atrapado en una trampa, que por más que sepa que está perdido, lucha con todas sus fuerzas para librarse de las ataduras que le impiden la huida. Consiguió soltar un poco el agarre a la cama, sin embargo seguía estando tan atada como anteriormente, solo que con un poco más de movimiento. Lo que aún le impedía llegar a ella y rebanarle la cabeza como le había dicho. Y sus fieras no parecían asqueadas ante aquella imagen.
— ¿Tu territorio? ¿Denigrantes…? — Repitió con cierto tono de burla, alzando la ceja con escepticismo. — Que alguien pueda ser tan cobarde como atar a otro en su propia cama. Eso sí resulta … denigrante. —Le comentó dejando unos instantes de retorcerse para pensar con cabeza y no usar tanto la fuerza bruta, que en una situación así poco podía conseguir con ella. — ¡Oh sí! Ahora mismo me calmaré, atada y desnuda en tu cama y como una gatita mansa dejare que me ronronees al oído. — De haber podido estar como felina le habría despedazado aquel frio, pálido y bello rostro en pequeñas tiras con sus garras.
Suspiró y negó, escuchando sus palabras a medias, mientras la otra parte de sí intentaba llegar a ella de alguna forma ahora que se encontraba tan cerca de sí, hasta que una palabra de las nombradas por los labios ajenos, atrajeron su atención por completo.
— ¿Líneas de sangre? — Le preguntó frunciendo el ceño completamente molesta. ¿No podían dejar de recordarle que era de una línea de sangre errónea? Ya tenía bastante con el linaje de los cambia formas, para ahora también encontrarse que hasta los inmortales tenían algo que decirle.
Por unos segundos le miró sin comprender y aunque la vampiresa le habló de nuevo y terminó por contarle todo, el rostro de la joven no cambio, la que dejó de pelear por quedarse por completo inmóvil contra aquellas ataduras. Apenas ni respiraba.
— ¿Familia? —Ya todo empezaba a dejar de tener sentido. Como más la escuchaba, menos podía hacerle caso alguno. ¿Estaría demente? ¿Podría haber sido la vampiresa la que al final resultara haberse topado de cabeza contra el tronco de un árbol y no ella? Si al final así fuera, resultaría irónico que le sucediera eso, cuando la del gran golpe contra el tronco había sido ella misma.
— No puede ser que os creías vuestras propias palabras. Eso que decís es una soberana tontería. —Repuso viéndola sin ningún miramiento fijamente como quien ve a una presa y le sigue atentamente con la mirada. — Yo no tengo familia, todos murieron y si tuviera seguro ni me habrían golpeado, ni atado a la cama desnuda. Eso solo lo harían de tener pensamientos impuros por su propia sangre. Así que siento comunicaros mi desconfianza. — Dijo con voz seca volviendo a intentar sacarse las cadenas que la ataban de aquella cama.
Tengo que salir de aquí, se dijo a sí misma aprovechando un silencio de la vampiresa para pensar adequadamente todo el modo a proceder, ocurriéndosele que no solo era humana. Cualquiera de sus otras pieles podría deshacerse de las ataduras. Esencialmente la piel más pequeña. Aquellas ataduras no estaban contempladas para una pequeña y ágil gatita. Para las panteras quizás sí, pero no para la más pequeña de las felinas.
Siguió escuchando a la vampiresa, negada a creerle, pensando seriamente en huir de aquel lugar.
— No hay sangre que valga, mi única familia murió hace muchos años cuando era pequeña. — Terca no se dejaba convencer. ¿Cómo podría, luego del trato recibido? Ahora la deseaba matar y luego la salvaba ataba y le decía que era familia suya? Está demente, se convenció. En una de las palabras siguientes de la vampiresa, la que se acercó de nuevo hacia ella, con temor sin pensárselo la joven desnuda pasó a ser una escurridiza gata negra que desatada, aprovechó para huir saltando de la cama y zafándose de los brazos fríos de la vampiresa que habían intentado agarrarla.
La gata le gruñó al caer al suelo, cayendo en el error de voltearse hacia ella, y de verle a los ojos a la vampiresa, cayendo por primera vez en el color de los mismos. Al igual que su padre humano, la familia de él y ella, tenía los ojos azules. ¿Una simple coincidencia? Deteniendo su huida se quedó justo sentada frente la puerta abierta. ¿Podía haber alguna posibilidad de que fuera familiar suyo?
— ¿Qué tan segura estas de ser familiar mía? — Preguntó finalmente. Y con esa pregunta que lanzó al aire, la gata volvió a convertirse a su forma humana, sin dejar de poder ver aquellos orbes, tan parecidos a las de su padre. — Tienes los mismos ojos…que él. — Agregó desconcertada, esperando que de ser posible el ambiente se relajara y aquella vampiresa ante ella volviera a explicarle que aún tenía familia.
Kaya- Cambiante Clase Baja
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Re: Bloodlines ~ Privado.
"Fall right into homicide
Become the beast that lives inside."
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Las revelaciones generalmente terminan en sorprendentes anécdotas, e incluso aveces es tal la magnitud que sencillamente podrías considerarse como una locura. Demencia que luchaba por instalarse en la conversación, y claro, no estaba tan lejos de aquello. Lauren nunca se había atrevido a ser quien le revelara todo lo dicho anteriormente, de no ser por lo segura que se encontraba de sus palabras. Poco importaba que pareciera una mitómana en su propia residencia. Y lo más irónico es que, por primera vez en bastante tiempo, se permitía ser tan sincera con una desconocida.
Como era de esperarse la cambiaformas comenzó a poner en duda todas y cada una de sus explicaciones. La observaba con evidente resentimiento, producto de lo que anteriormente había tenido que pasar por culpa de la inmortal, y la misma tendría que ser muy inocente en pensar que con decirle todo eso, la joven olvidaría el martirio que tuvo que pasar en manos de la inquisidora.
La vampiresa conservaba su distancia mientras la cabeza ajena iniciaba un lento, y dudoso proceso del mensaje que acababa de serle fríamente enviado.
— Sí, Kaya... Familia. Y no sabes como me aborrece la idea, pero no es algo que pueda escoger.— bufó como si buscara de alguna forma conservar el vago humor que aún le quedaba.
— Lógico, no seas idiota en pensar que alguien humano seguiría con vida... Tú ya sabes perfectamente lo que soy. Y no tengo "pensamientos impuros", podrías hacernos un favor y dejar de decir tantas imbecilidades.— acotó con seriedad, luego de que el resto de su paciencia se esfumara, y regresara con pereza de vuelta a la cama, justo para observar como la figura femenina desaparecía, dando paso a una diminuta gata negra, que aunque intentó atrapar, ésta se resbaló entre sus manos cayendo al suelo.
¿La dejaría irse así como así?.. Eso parecía, ya que la inquisidora no dio un paso o intento de ir tras la gata, y simplemente se quedó a un costado del lecho que aún mantenía las amarras utilizadas para quien ahora se encontraba libre y con las claras intenciones de abandonar tan siniestro lugar de la manera más veloz posible.
Algo no estaba bien, la felina extrañamente se detuvo al borde de la puerta de salida, y se volteó a observarle, y aún siendo un animal, pudo percatarse del brillo de sorpresa en sus ojos y como si de una burla se trataba, retomó su humanidad, presentándose nuevamente de pie frente a ella.
— No, acabas de decirlo mal... "Él" tiene mis ojos, así como tú y todos lo que vienen antes, e incluso después.— le corrigió sólo por gusto, mientras volvía a la cama para tomar unas de las sábanas, y sin ofrecérsela, fue ella misma quien la acomodó sobre los hombros de la joven, cubriendo su desnudez.
— ¿No te ibas?.. Adelante, si quieres creerme o no, ya es tu problema. Yo cumplí con decirte lo que sabía.— le dijo con calma, sentándose nuevamente al borde de la cama, aunque sin perderla de vista ni por un segundo.
— ¿Qué tan segura estoy?.. Lo suficiente para arriesgarme a traer a una extraña a mi residencia... Bueno, una que sin dudas no tiene nada de extraña.— aclaró, esperando que la felina entendiera que ella no tenía razón alguna para mentirle, no ganaba ni perdía nada con eso.
Finalmente su postura se relajó, y le dedicó un gesto con su indice para que tomara asiento junto a ella. Estaba de más decir que el lastimarla o dañarla de alguna forma, ya no era opción valida en lo absoluto, por lo que no encontraba razón para que se mantuvieran tan distantes. Debía acostumbrarse de alguna manera ella, y que mejor que comenzar por capturar su aroma.
— Sabes muy bien que no puedo forzarte a nada, ni mucho menos a confiar en mí. Al igual que tú, yo no tengo familia directa, y ahora el encontrarme contigo fue por lejos la situación más extraña que pude vivir.— expuso sus palabras, con un irónico tono, que mas denotaba su sorpresa al expresarse de tal forma. Seguía un tanto impactada con la noticia, y eso no podría ocultarlo tan fácilmente.
Lauren sabía que de ahora en adelante todo quedaba en manos de la cambiaformas. Si decidía irse, ella no podría retenerla, era un ser libre y ya no sentía el derecho a privarla de aquello, sólo la dejaría en paz si realmente era lo que deseaba. Pero por otro lado, si su cabeza terminaba de asimilar todas, y cada una de sus palabras, la acogería y buscaría una manera mucho más sutil de probarle que por ellas corría la misma sangre.
Lauren Von Krautzs- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Re: Bloodlines ~ Privado.
Es de cobarde huir de los sueños.
Más aún de la familia.
K.
Más aún de la familia.
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La mente de la cambiante era un completo caos. Tras tantos años dependiendo de sí misma, sintiéndose que en aquel mundo estaba completamente sola… y ahora de la nada, por coincidencia. En un ataque de la inquisidora a ella se descubría que compartían sangre, que eran familiares. ¿Una pura coincidencia o un juego macabro del destino?
Agarrada a la puerta contemplaba sin cesar los ojos ajenos, tan parecidos a los de su padre, y a los de ella. Suspiró y frunciendo el labio ante las explicaciones de la inquisidora permaneció en silencio intentando organizar los pensamientos en su cabeza. Toda aquella locura parecía real, y ahora la cambiante huérfana dejaba de serlo… no? Kaya fijó sus ojos en los movimientos de la vampiresa e interiormente se preguntó qué pasaría ahora tras aquella revelación. ¿Cambiara algo en sus vidas? ¿Simplemente hablarían y luego cada una volvería a desaparecer? Al pensar en volver al bosque y de nuevo ser la solitaria de siempre, se estremeció. No quería ser huérfana y aún mucho menos seguir con su solitud. A veces necesitaba estar sola, sin embargo ella jamás había dejado de ser una felina en busca de otros como ella. A falta de sus padres había buscado en otros animales compañía y apoyo, ganándose el apoyo y la protección de varios depredadores salvajes de su terreno, como el de un lince, un gato salvaje y el de algunos lobos ibéricos que hacía poco se habían instalado en sus terrenos.
La verdad era que necesitaba que todo aquello fuera real, volver a tener familia. Siendo justamente eso lo que tanto de pequeña rogaba a las estrellas que le devolvieran; a su familia.
Al verla levantarse, frunció el ceño viéndole cargar con la sabana, dejándose cubrir por ella al adivinar lo que quería hacer. Con las manos tomó el borde de la tela y cubriéndose mejor restó inmóvil hasta que quien era su prima le invitó a sentarse junto a ella.
— ¿No sería una locura el no creerse todo esto? —Preguntó dando los primeros pasos hacia ella. —De pequeña tanto deseaba encontrar a alguien cercano a mí, que sería imperdonable que ahora que puedo estar ante la única familia que me quede, decidiera huir por lo increíble de toda esta situación.
Aún tenía inmortalizados en su mente los ruegos que los primeros días en su difícil etapa por sobrevivir había suplicado a los cielos y a todos los ángeles que en él moraban. Las lágrimas que había derramado por no tener familia habían sido difíciles de superar, hasta que finalmente en el día a día fue fortaleciéndose y con la creciente necesidad de dejar de lado su infancia a tan corta edad, se convirtió en una jovencita madura capaz de salir adelante por sí sola.
—Debes de estar completamente segura como para no matarme ante esa revelación y ofrecerme tu hogar por estas horas. — Añadió, contestando así a sus palabras estando en completo acuerdo, puesto de no ser una familiar suya estaba segura la habría matado sin mucha ceremonia y aún menos, se le hubiese pensado traerla viva a su hogar. —Aunque para otra vez, si vuelves a encontrarte con cualquier otra prima, mejor que no despierte atada en una cama. Eso hace todo un poco más violento. — Sonrío lo que pareció ser la primera sonrisa calmada de toda la noche y tomando asiento al lado de ella, se volvió a verle a los ojos, sintiéndose increíblemente atraída por su color de orbes, que tanto le recordaban a su padre y tantos recuerdos le provocaban.
—Mis padres fueron asesinados, y por lo poco que sé mi padre fue hijo único y sus padres murieron hace años por enfermedad. Creo que solo quedo yo de tu familia, dando por hecho de que la sangre de mi padre provenga de la tuya. — Expuso guardando las distancias como podía, sin embargo su curiosidad era la de un gato y los gatos no temían perder una vida de las siete que aún les quedaba. Y tenía tantas preguntas, tantas inquietudes que no sabía por dónde comenzar.
— ¿Sabes de alguien más que pueda ser familia? Es tan extraño encontrarte tras pensar que estaba sola y que iba a morir esta misma noche en tus manos. —Susurró aún inquieta por lo sucedido aquella noche y haber visto la violencia de su propia prima en carnes propias. Sus ojos se desviaron hacia su brazo, el cual recordaba haber mordido con fiereza y lentamente alargando el brazo hacia el de ella, se lo acarició.
— Siento haberte dañado antes. — Se disculpó sintiendo verdaderamente cada una de las mordidas afligidas al cuerpo frío de la inmortal. Mirando su mano contra el brazo helado, aprovechó para acostumbrarse a su piel dura y fría, como a su tacto y aroma. Si de verdad era su prima, debía grabar su presencia en su memoria para reconocerla en cualquier lugar. —Podría quedarme un poco más… aquí contigo? Me gustaría quedarme. —Rogó alzando su mirada hacia la de ella, dejando su cálida mano contra su piel. Su mayor miedo era el abandono y no deseaba acudir tan pronto a su cabaña. No quería olvidarse de Lauren, como se había olvidado de sus padres a quienes apenas ya recordaba sus rostros.—Si de verdad somos familia me gustaría conocerte.
Kaya- Cambiante Clase Baja
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Re: Bloodlines ~ Privado.
"Keep bloodlines alive...
Our children will regress".
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A pesar que las dudas ya no tenían cabida en su mente, a Lauren le costaba trabajo encontrar las palabras más adecuadas para entablar una conversación "tranquila" con quien orgullosamente le habría arrancado la cabeza de un mordisco si hubiera contado con la oportunidad.
Sentía que esta situación era la primera tregüa que realizaba con alguien, aunque no era eso lo que aún le sorprendía, si no le hecho se aún recapitulando como había terminado todo le hiciera sentir que había logrado su cometido, o mejor dicho la sensación de haber conseguido algo más valioso había comenzado a despertar. Ya que ni en sus más descabellados pensamientos habría imaginado que encontraría en aquel apartado del bosque, a una criatura con quien compartiera lazos de sangre. ¡Esas cosas no debían pasar! Pero así fue. El destino se encargó de regalarle aquello justamente a la inmortal.
En su interior — y aunque jamás lo diría en voz alta — se alegraba de no haberla matado. Si las cosas hubieran terminado de aquella trágica manera, quizás nunca dejaría de reprocharse por haber actuado tan imprudentemente.
Optó por borrar pensamientos que ya no venían al caso, y volvió a enfocarse en la joven, era evidente que había comenzado a sentirse cómoda con ella, y por su parte a inquisidora se esforzaría en hacer lo mismo.
— Debes para con las dudas, puedo asegurarte que mis palabras sólo contienen verdad. De lo contrario, sí, te habría dejado morir ahí sin siquiera permitirte la entrada a mi hogar...— le afirmó, observando con el ceño fruncido la cama en la que la había atado horas atrás.
— ... Ni mucho menos habría permitido que ensuciaras mis sábanas.— continuó con un tema que rozaba lo bromista, aunque su semblante serio era inquebrantable.
— La verdad no sé si quiero conocer más parientes, me basta y me sobra contigo. Y sólo para que lo tengas en claro, por lo general no soy como me conociste en el bosque, Kaya... Soy mucho peor.— fue una frase que Lauren expondría sin titubear. No tenía como finalidad asustarla, si no todo l contrario.
— Pero vamos a decir que ahora tu situación cambió rotundamente, ya que ahora estamos del mismo lado.— si las cosas iban a ir de tan buen modo, a la inquisidora le parecía bien dejar todo en claro con la felina, explicarle su situación y aunque por lo visto aún existían muchas dudas sin resolver en su cabeza, ella misma se tomaría el tiempo para iluminar las dudas conforme pasara el tiempo.
Por su parte guardó silencio mientras la escuchaba, aunque siempre buscó aquel contacto visual que — por un extraña razón — le transmitía una inesperada confianza.
— No, no hay más familia, Kaya. De seguro tú eres la última de nuestra linea, a no ser, que allá afuera caminen unos cuantos parientes muy lejanos.— respondió desinteresadamente. El pensar en su familia no le quitaba el sueño a esas alturas, por lo mismo no se esforzaría en mostrar interés alguno en el tema.
— Ya no debes preocuparte por eso, yo también puedo recuperarme...— le tranquilizó alzando un poco su brazo, donde aquellas marcas de sus garras prácticamente habían sido disipadas por completo.
El contacto cálido sobre su piel fue algo que la puso alerta, mas no buscó apartarse del mismo, ella sabía que era sólo algo a lo que debía acostumbrarse. Aunque no sería tarea fácil, mucho menos cuando su tiempo siempre era compartido por seres tan gélidos como ella.
¿Quería quedarse? Eso sí que era una sorpresa para la inmortal, no esperaba que luego de toda la pelea, discusión y daño mutuo, la joven aún deseara compartir tiempo de calidad en su presencia.
— ¿Estás segura? No tendré problema en dejarte marchar ahora, y por supuesto puedes volver si así lo quieres.— era evidente que desde ese momento las puertas de la mansión estarían abiertas siempre para ella.
Luego de analizar sus propias palabras, una pequeña linea curva se plasmó en sus labios; la primera sonrisa honesta de esa noche.
— No me lo esperaba realmente, ¿pero sabes?.. Eres bienvenida ahora, ya no eres una prisionera.— corrigió, y tomándola del brazo hizo que se levantara para llevarla con ella hasta su propia habitación.
Jenna no se encontraba presente esa noche, por lo que debía suponer que se hallaba en las calles, o en el bosque buscando la manera de aplacar su sed. Luego tendría que presentarlas, a no ser que llegara antes de lo previsto. Ni siquiera ella misma sabía como comenzaría con su versión de los hechos, sólo una cosa tenía clara; Iba a ser regañada por su bruto comportamiento.
— Acércate al armario y toma un vestido.— le indicó con su indice, mientras se sentaba al borde de su cama a observarla.
— No es recomendable que estés desnuda para cuando llegue... Tú sólo ponte algo.— comentó en voz más baja, intentando contener la risa que le produjo imaginar la cara de su vampiresa al ver a una mujer expuesta de esa manera en la habitación.
— Escoge lo que gustes, no soy de las que se encariñan con sus vestidos, después de todo siempre terminan siendo apenas unos trozos de tela rota.— se estaba abriendo con ella, pero no quería continuar con los temas que le recordaban a su pelea. Buscaría hacer las cosas mejor y si su prima ansiaba conocerla, Lauren se encargaría de mostrarle lo mejor de ella.
Lauren Von Krautzs- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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