Alejándose de la vida cotidiana y haciendo amistades [Emil Ivanov]

por **Angela Landers** Sáb Ago 02, 2014 4:48 pm

Era un día perfecto para alejarse un poco del bullicio de la vida cotidiana y disfrutar de un momento agradable, el sol iluminaba la laguna que mostraba bellos colores en sus frías aguas, mientras que habían en ellas escasas embarcaciones que se veían pequeñas, cerca de la orilla de aquel había un tronco de cedro que podía servir como buen asiento.

Angela, una prostituta aburrida de su quehacer diario sirviendo a los hombres a costa de su cuerpo había decidido aquella mañana darse un tiempo para ella, sin preocuparse por el dinero o el que comer, para su fortuna de ella empezó a correr un aire leve, como una suave caricia que le hacía disfrutar al sentirle.

“De todas las caricias a mi piel, prefiero la del viento” – pensaba mientras cerraba los ojos.

La dama estaba vestida de forma común, un vestido simple color mostaza con toques blancos en la parte de arriba, a diferencia de cualquiera de sus vestidos este estaba recatado, no mostraba parte alguna de su cuerpo fémino. Y aunque no pudiera ocultar tal vez su profesión, por lo menos esta vez no atraía las miradas de los hombres y eso le daba algo de tranquilidad para poder disfrutar de aquel momento de paz, que ciertamente no había experimentado en mucho tiempo.

por **Emil Ivanov** Dom Ago 03, 2014 1:10 am

Muy temprano en la mañana buscaban siempre las personas llegar a tiempo a sus trabajos pero nadie le daba el tiempo necesario para asistir a la iglesia, lugar donde un hombre se encuentra arrodillado en el confesionario, los susurros indican la confesión secreta y piadosa.

—Hijo hace cuanto que viniste, no fue mucho ayer no más te confesaste ¿tanto mal has hecho en un día?—la voz del sacerdote suena preocupada

—No padre, pero si quiero confesar algo que haré— el hombre que esta arrodillado mantiene su cabeza baja

—Hijo mío que harás— los ojos del cura quedan en shock

CONFESIÓN

Al cabo de unos minutos el hombre ha pagado su penitencia y sale con un rosario negro envuelto en su mano, sus ropas son oscuras, todo negro desde la gabardina hasta las botas, no hay nada de color en él, sus pasos pesados le llevan a alejarse del bullicioso centro de la ciudad justo hasta aquella parte donde un claro lago se ha formado, al llegar se recuesta bajo uno de los árboles a descansar, mejor dicho estaba esperando por aquello que había ido a la iglesia. Entre sus manos se encontraba el rosario pasando cada cuenta entre sus dedos, ¿estaba acaso rezando? Quizás pero no era por él quien rezaba sino por otra persona, quizás una persona que no llegaría.

Al cabo de dos horas de sueño leve se despierta el hombre agitando sus cabellos, besa el crucifijo cuando divisa a una dama y el aroma de sangre le llega a sus fosas nasales, enseguida se pone de pie sacando un arma para acercarse a la mujer –Señorita usted, ¿Qué hace aquí? No sabe que por estos lugares rondan brujos que buscan las almas de jóvenes puras de cuerpo y corazón, déjeme la llevo de regreso a su hogar- su mirada bailaba por todos lados, entre los arbustos y grandes árboles que se agitaban con el viento.

por **Angela Landers** Lun Ago 04, 2014 6:01 pm

Todo estaba tan tranquilo que a Angela le parecía un sueño el poder estar en aquel sitio tan hermoso, suspiraba lentamente mientras se ponía a analizar en su vida y que tal vez si no hubiera sido secuestrada de niña, su vida hubiera sido muy diferente a la que es ahora, pero ya no había por qué arrepentirse.

Fue que escuchó la voz de un hombre que amablemente le decía lo peligroso que era aquel sitio, pero por las palabras de aquel, al parecer Angela estaba a salvo de los brujos que rondaban ya que no era pura de cuerpo y no se consideraba pura de alma.

-Le agradezco mucho la preocupación y también el aviso, no sabía que este sitio era peligroso pero siendo sincera no deseo regresar a mi hogar por el momento...

Esto lo decía porque eran sus intenciones, no pensaba regresar al burdel tan temprana hora, además en ese sitio era igual que el anterior en donde estaba prisionera y eso últimamente le estaba deprimiendo, tenía que recuperar su alegría acostumbrada para poder atender bien a sus clientes.

-pero dígame, ¿usted se quedará en este sitio peligroso? Si los brujos están atacando posiblemente nadie esté a salvo...

Dijo aquella con un tono preocupado, ya que como no tenía nada en contra de aquel extraño no le deseaba ningún mal.

-por cierto ¿Cuál es su nombre?... dijo amablemente.

por **Emil Ivanov** Jue Ago 21, 2014 1:28 am

El hombre medito sobre las palabras de la mujer con su reticencia para volver a su hogar, el hombre no pregunta más al contrario solo con una reverencia acepta las palabras de la dama mirando a todos lados para protegerla y si no podía entonces llevarle a su hogar, entonces la escoltaría como todo caballero de dios.

-Señorita si no puede regresar a su hogar, lo entiendo y no preguntaré por qué ni nada, más no me sentiría bien conmigo si algo le pasara, no me lo perdonaría ni me lo perdonarían, así que permita que la escolte, aunque sea de lejos así me aseguro que no la podrían lastimar ni dañar-

Pretencioso sería para algunas damas incluso atrevido para otras, pero para él era una misión cuidar de las personas, ya que así lo mandaba la iglesia, y él como pasto del rebaño debía cumplir las órdenes, proteger a las ovejas de nuestro señor y lo haría sin importarle el peligro.

-Me quedaré porque así cuidaré que no le ocurra nada malo a alguna señorita como usted, impediré que el mal ataque y se lleve a inocentes damas a la perdición, es mi deber como buen cristiano y como instrumento de nuestro señor, del papa y de su eminencia los cardenales de la santa iglesia- se persigna en la señal de dios para mostrar su devoción y fe, aunque extremista pero así fue criado dentro de una familia muy creyente y todos miembros de la santa inquisición sin cuestionar, sin preguntar solo acatando lo que se les pedía, aunque siempre con los valores humanos aprendidos. -Mi nombre es Emil señorita Angela, simplemente eso- extiende la mano la mano a la joven para tomar la de ella dejando un beso en el dorso femenino, todo un caballero con armadura blanca.

por **Angela Landers** Lun Sep 01, 2014 9:05 pm

La joven miró con suma atención a aquel hombre que se ofrecía de buena manera a protegerla a toda costa aunque eso significara estar a unos pasos alejados, tal determinación le causó demasiada extrañeza a la dama.

“¿acaso realmente existen personas buenas en este mundo?” – se preguntaba varias veces en su mente para luego después de unos minutos agachar un poco la mirada y volver a prestar atención a aquel hombre.

Al escuchar sus nuevas palabras y luego verle persinarse Angela concluyó que tal vez, que aquel hombre era muy fiel a sus preceptos y por ese motivo se comportaba así, no era que le molestara a la chica, simplemente no estaba acostumbrada a recibir ese tipo de tratos por parte de un hombre (por su trabajo solo era usada como un instrumento sexual y solo conocía ese tipo de tratos).

Pero algo sorprendió al a dama, fue cuando aquel hombre respondiendo al cuestionamiento de su nombre respondía no solo con lo esperado sino también con el nombre de aquella, Angela se quedó pensativa un momento... no recordaba haberle dicho su nombre ¿acaso él sabía quién era ella?.

No quiso cuestionar, no quiso arruinar ese escaso momento de paz que no tenía desde hacía años, así que ignoró ese detalle...

-No es necesario que se aleje para cuidarme, su compañía me es grata puede estar aquí si gusta... además a veces es mejor no estar sola. Si no le molesta la pregunta ¿a que se dedica con exactitud? –dijo con amabilidad.

por **Emil Ivanov** Jue Sep 11, 2014 1:29 am

El caballero miró a la dama realizando una reverencia, quizás parecería muy serio en lo que hacía y en general lo era en todo lo que realizaba siempre estaba la seriedad y entrega o como muchos llaman la predisposición de él a cumplir cualquier tarea que le sea encomendada pero eso sí todas serían en nombre de Dios, su creador, ya que para aquel hombre no había nada más que la voluntad de él radicada en la tierra a través del papa que era escogido por los sabios cardenales, claro que él no sabía la verdad de la corrupción aunque algo sospechaba, no olvidaba que servía a Dios más que al hombre en sí, él se consideraba una herramienta para cumplir su voluntad.

Miró a la mujer con una sonría tomándole la mano para hacerle de acompañante –Es un gusto Señorita Angela- y entonces se percató que la joven no le había dado su nombre –Disculpe usted señorita, he sido un atrevido y un descarado de mi parte, debe preguntarse como sé su nombre si usted no se ha presentado, hace unas noches la vi en uno de esos lugares de placeres- sonríe de lado no muy a gusto de ellos –Pase por aquel lugar porque ahí estaba alguien a quien tenía que ver para ciertos asuntos con la iglesia, y la vi a usted que estaba con él aquella noche y por eso sé su nombre ya que él la mencionó luego de que habló conmigo, entonces asumí que era su nombre, espero eso no el ofenda señorita, y si lo hace me diría como redimir mi falta hacia usted?- con sus palabras y tono tan serio daba a entender si él ha cometido una falta haría lo que fuera para remediar el daño causado.

Quizás él era una extraño o un raro para muchos pero así era él un hombre guiado por el espíritu santo de Dios en obrar el bien –Yo soy solo una herramienta que usa nuestro señor para cumplir sus preceptos y sagrados mandamientos, trabajo para nuestra santa madre iglesia, sus órdenes yo las cumplo para purificar a aquellos demonios y almas condenadas- cerró su presentación como un inquisidor y quizás a la mujer le daría miedo pero el haría de todo para que no se sienta asustada o amenazada y ¿por qué no le preguntó a la dama lo que hacía ella? Por qué él era un caballero y no juzgaría el oficio de la dama, al contrario trataría de ayudarla.

por **Angela Landers** Mar Sep 16, 2014 11:53 pm

Angela estaba calmada, tranquila por ver si aquel seguiría su opinión de no alejarse pero lo que aquel le contestó le causó cierta tristeza a la chica, si bien su condición de prostituta era algo que no podría borrar en lo absoluto, quería solamente un día, un solo y escaso día en donde no se le tratara como siempre, como un objeto una cosa que utilizar para causar placer y lujuria desenfrenada. Pero para alguien de su condición era demasiado pedir.

Agachó la mirada un poco y dijo con voz apenada. – No se preocupe no ha cometido falta para conmigo, lamento que haya conocido ese aspecto de mí pero tal vez tarde o temprano habría de conocerlo.

Suspiró con cierta tristeza pero luego cambió su rostro a uno apacible y sereno, pues ya estaba resignada a que esa mancha nunca se borraría donde quiera que fuese.

Luego escuchó algo interesada el “oficio” de aquel hombre, si bien anteriormente había conocido a un sujeto que también decía servir a la iglesia, podía notar que había similitud en ambos, una lealtad hacia la religión y eso Angela le sorprendía ya que ella siendo una mujer atea sin ningún conocimiento de algún ser divino, era de asombrarse la devoción de otros.

-Es una labor interesante y poco escuchada.. – luego empezó a analizar lo dicho por el hombre – purificar demonios... entonces ¿es una especie de Exorcista o algo así?... discúlpeme si no hablo con propiedad pero desconozco todo lo relacionado con la iglesia y con cualquier tipo de religión.

por **Emil Ivanov** Dom Oct 12, 2014 5:27 pm

Para aquel hombre las palabras de la mujer le dieron cual puñal porque aun cuando quería redimirse había cometido una falta aun más grave, ahora la dama estaba viéndose como juzgada pro su trabajo, eso hizo que Emil se enojara consigo mismo por no saber usar las palabras apropiadamente.

“Señor sé que no soy digno de ti
Pero haz que las palabras fluyan cual verdad
Para no lastimar a una dama, aun cuando su trabajo sea el del placer
Sigue siendo tu hija, y con su arrepentimiento volverá a la senda de tu luz”

Un suspiro profundo y esperó a estar lleno de gracia para dejar fluir las palabras –Madame, no es mi intención juzgarla por su oficio, es verdad no entro a aquellos lugares pero usted tendrá sus motivos, no soy quien para juzgarla por ello y menos tratarla como si fuera de lo peor es una mujer, hecha y derecha que merece el mismo respeto que cualquier otra que sea de clase noble o alta, para nuestro señor no hay esas distinciones- tomando la mano de la joven Emil dejó un beso en el dorso de la joven muy atento mostrando que él no hacia diferencias por ello.

Caminando por aquella zona algo alejada de toda civilización con el viento soplando para los dos conocidos, comenzó platicarle de su trabajo –Señorita Angela soy un Inquisidor de la santa madre Iglesia, sirvo a nuestro señor en la tierra eliminando a aquellas criaturas que asesinan a inocentes, vampiros, licántropos y brujos, personas herejes que repudian la cruz y la biblia, las santas enseñanzas de nuestro señor- una sonrisa al fin se mostró en aquel rostro marcado por las expresiones serias de su trabajo y vida.

por **Angela Landers** Dom Nov 09, 2014 9:43 pm

Le agradezco sus palabras y su gesto, es la primera vez que alguien no me ve como el objeto que soy- dijo con sinceridad la chica respondiendo a aquel hombre con una sonrisa en sus labios.

Luego al escuchar la labor de aquel hombre, Angela no pudo evitar asombrarse de lo escuchado, nunca había imaginado el que existieran criaturas como las que el decía y eso le hacía pensar que tal vez ella ya le había ofrecido sus servicios a seres como ellos sin imaginarlo, aunque no le molestaba pero era algo sorprendente.

-Debe ser una labor ardua, nunca me imaginé que la iglesia se dedicara a cosas así- dijo con tono sorpresivo, no podía evitarlo además, no podía creer que la iglesia permitía la destrucción de otras criaturas por sus ideales.

Pero por otro lado lo entendió perfectamente, ella siendo de una familia de asesinos también había cometido alguas matanzas para salvarse de un destino peor del que se encontraba, y lo peor era que disfrutaba con aquello.

-Entiendo que tenga que eliminar a aquellos que están en contra de lo humano pero ¿y si alguno se arrepiente? ¿Puede llegar a ser perdonado por la Iglesia? – preguntó con esmero tal vez porque dentro de ella, se sentía como una criatura solitaria y extraviada en el camino que aunque no quería cambiar su destino, esperaba que algún dia todo le fuese favorable.

-siendo sincera, no sabía de la existencia de seres así... – dijo algo pensativo, luego suspiró y prosiguió – y ¿en estos momentos está en busca de algún alma de esa clase?

por **Emil Ivanov** Lun Dic 08, 2014 10:51 pm

Con el viento soplando a su favor Emil asintió a las preguntas de la joven dama a las cuales solo sonreí algo nervioso porque jamás había hablado de su trabajo con alguna persona que no fuera dentro de su círculo de “compañeros” de trabajo, por así llamarlo ya que matar a otros no era un trabajo, al menos él lo veía como una misión divina, algo que Dios le había impuesto desde su nacimiento. El libre albedrío quedaba de lado con las ideas de él.

Llevo a la joven a sentarse los dos bajo un gran árbol para cubrirse del sol, mientras en el camino meditó sobre la cuestión del arrepentimiento ¿sería posible aquello en uno de esos seres? Eso era lo que Emil trataba de identificar en su propia mente porque ahora la mujer había desatado una confusión de pensamientos ¿podría la iglesia hacerlo? ¿Debería matar? ¿Este correcto? El mismo libre albedrío volvía a él lento y luego de golpe tuvo algo de remordimiento por cada una de las almas que envió al infierno.

Pero como todo…tiende a pasar.

Regreso a su postura de constructor del bien negando –Hasta la fecha ninguna de esas creaturas del mal se ha arrepentido de sus actos, no matamos por matar, hacemos juicios y si son culpables serán castigados, para tener sus confesiones de verdad se han implementado ciertos instrumentos por la gracia de nuestro señor para arrancar la verdad de los mentirosos– una a una aquellos instrumentos de “confesiones” aparece en su cabeza, la verdad era que más parecían torturas pero aceptados por ellos como parte de su derecho divino.

-Al diablo no se le permite darle una mínima señal de confianza o credibilidad o perdería su alma y muchos de los que ajusticiamos ya no la tienen, por eso son enviados a donde pertenecen al infierno, es diferente un ser humano que mata que uno de esos seres, el humano aún tiene su alma y puede redimirse pero aquellos inmortales y herejes no la tienen, la venden por la belleza y el poder, el conocimiento y el deseo de matar, y eso solo lo tiene Dios, madame – insistió en sus palabras dejándola tomar asiento primero a la dama –No sé por qué tendría que verla como objeto, la estoy viendo como una persona de carne y hueso que siente – sonríe aunque esa sonrisa parece más de terror, y como no, si él no está acostumbrado a ello.

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