Es imposible tener paz [Privado]

por **Yoham Warren** Jue Ago 14, 2014 10:52 pm

Ser profesor era lo más sencillo del mundo o al menos de esa manera era para Yoham, para quien esas cosas eran tan sencillas casi como respirar. Pero la vida nunca era tan sencilla como la gente esperaba que fuera y mucho menos cuando se trataba de su vida, de la vida que mantenía oculta de todos y de la cual esperaba que nadie supiera jamás nada; aunque esos no eran momentos para estar pensando en cosas que pudieran arruinar su vida o su reputación, o cualquier cosa de ambas, esos de hecho, eran momentos para disfrutar de la brisa de la tarde, relajarse y descansar que bien merecido se lo tenía.

Siempre se esforzaba de más por mantenerse físicamente agotado, imposibilitando así que sus deseos más primitivos salieran a la luz, llevándole a una irremediable vorágine de acontecimientos que podrían terminar con todo lo que hasta ahora lograba. En su afán por evitar todo aquello y como un premio a la resistencia que mostraba se regalaba una tarde en el jardín botánico, rodeado de la paz y la tranquilidad que los sitios repletos de gente no brindaban. Un suspiro de alivio salía de sus labios mientras su cuerpo descansaba plácidamente en el pasto de aquel lugar. El aroma de las flores, el pasto que le rodeaba así como el silencio interrumpido únicamente por algún pajarito perdido que ingresaba a aquel lugar o unos cuantos insectos entonando una melodía de la naturaleza, solo ayudaban a que la relajación de Yoham fuera cada vez más profunda.
– Finalmente paz – sonrió para si mismo, cerrando los ojos y dejando que las preocupaciones se fueran.

Sin importar cuan cómodo se estuviese en algún sitio, siempre existía algo que tarde o temprano perturbaba la calma y en aquel lugar, con la disposición de perturbar la calma en la cual se encontraba aquel hombre, llegaba algo inesperado. Los ojos de Yoham se abrieron de golpe al escuchar lo que parecía ser una persona hablando, probablemente conversando consigo misma o con algún acompañante; eso era lo menos importante, lo que molestaba era que la voz parecía irse acercando poco a poco hasta donde se encontraba él. Con movimientos pesados giro el rostro ligeramente solo para ver como de entre unas enormes hojas que cubrían un pequeño camino, aparecía la sombra de una persona. Todo parecía indicar que era momento de decir adiós a la paz y a la calma.

por **April V. Gilmerië** Dom Ago 17, 2014 6:35 pm

Sus problemas desaparecían cuando estaba aquella droga dentro de su sistema, parecía no importarle nada más que disfrutar aquel placer momentáneo que cuando terminaba, la hacía caer al suelo de forma estrepitosa, dolía como llegaba a encantarla, era una relación extraña, pero como en toda relación, siempre hay altos y bajas, pero en esta había más bajas que altas últimamente, comenzaba a notarse en su comportamiento nervioso y deseoso de siempre estar en ese estado.

—¿Qué haces aun no he terminado? — se quejo ella mientras se apoyaba en el tronco de un gran árbol, estaban con un grupo de personas en un pequeño bosque que servía de un buen escondida de la luz del día. El aire estaba un poco denso por el humo exhalado entre los “amigos” que disfrutaban de su mismo placer. Reían, jugaban y hablaban de cualquier cosa que llegaba a su mente, disfrutaban alejados del pequeño grupo de cinco personas, que eran algo ruidosos. A regañadientes termino acomodándose a un lado, mientras caía en los brazos de un joven apuesto, rio estúpidamente, contagiando al joven. — ¿No crees que es un poco tarde? —pregunto reincorporándose un poco, tratando de quitarse las garras del hombre, pero este la había sujetado para no dejarla ir.

No se dio cuenta cuando ya llevaba tres pasos alejándose de la pequeña multitud, el joven le sujeto de la mano y comenzó a seguirla. El tiempo pasaba rápido, en ocasiones parecía pesado, tan diferente se podía comportar que dejaba a April algo confundida, cuando volvió a captar y mirar a su alrededor estaba lejos de cualquier conocido, con un hombre que parecía guiarla, ella quiso detenerse, ver donde exactamente estaba, pero el joven la sujetaba fuertemente aprisionando uno de sus brazos, mientras parecía querer algo mas que simplemente una caminata

— Déjame…— dijo tratando de sonreír levemente, suponiendo que solamente un juego de niños, pero el hombre no se detuvo, busco su cuello y la rodilla de el pareció dividir sus piernas, un miedo terrible apareció en su cuerpo, comenzaba a temblar, mientras sentía como la lengua del hombre lamia su cuello —NOOOOO— grito a todo pulmón, comenzó a patalear, pero él seguía.

Al parecer aquellos gritos advirtieron al hombre y este se alejo de ella, pudo zafarse y caminar un poco, encontró a un caballero y sin pensarlo se abalanzo hacia él, esperando que el posible violador se espantara y se fuera. April pudo respirar de alivio, pero no por mucho, pues sintió como él no se rindió — ¿A dónde me lleva? No, suélteme— Gritaba mientras él la levantaba para aferrarse a su hombreo — Me duele — se quejo retorciéndose, casi rompiendo a llorar.

por **Yoham Warren** Sáb Sep 13, 2014 10:36 pm

¿Por qué la vida debía ser tan molesta? Acaso no podía estar un rato tranquilo, sin que nadie decidiese perturbar su tiempo libre. No importaba el lugar al que fuera, era como una maldición que le llegaran molestias, cosas o situaciones que le sacaban de la zona de confort en la que se encontraba, llevándole únicamente a querer alejarse más de las personas para fracasar en el intento. Justo eso le sucedía en aquel lugar.

Yoham se levantó pesaroso del pasto y suspiro. Los ruidos de quienes fueran lo que estaban por aquel lugar le molestaban demasiado, llegaba entonces la hora de partir y dejarles a solas, por más que eso le pesara en el alma, debido a la comodidad en la que se encontraba por aquellos momentos. Se estiro, dejando que la pesadez abandonara su cuerpo y pensamientos; entonces avanzó lentamente, tratando de alejarse de las voces y los sonidos pero los molestos visitantes parecían extenderse cada vez más por el jardín, terminando por escuchar risas y palabrería proveniente de varios lugares. Con todo y eso no detuvo su andar pausado, se alejaba lento pero seguro de aquel lugar que le sirviera como refugio al menos unos momentos pero antes de poder alejarse más escucho un grito.

El profesor detuvo su camino y suspiro. Lo que fuera que pasaba no era su problema y se disponía a reanudar su andar cuando vio a una joven aparecer cerca de él. La chica no tardo mucho tiempo en aferrarse a él y Yoham no supo como reaccionar en un inicio; se mantenía inmóvil y con las palabras atoradas en la garganta. Antes de poder volver en si, la joven fue alcanzada por otro sujeto que no reparo ni un instante en la presencia del profesor, sino que, se limito a tirar del brazo de la mujer que se mantenía aferrada a él, tratando de liberarse del recién llegado. Las palabras de la mujer fueron lo que le llevaron a mover de un lado a otro la cabeza y despabilar de una buena vez. Sin pensarlo un instante sujeto a la chica y observo en dirección al hombre.
– Largate, ella se quedara conmigo – la firmeza en su voz, esa que mantenía para cuando impartía clases a grupos numerosos se hizo presente y el sujeto le miro retador – No me has escuchado, ella se quedara conmigo así que vete a buscar alguien más para divertirte a menos que quieras encontrar problemas – el hombre le dedico una sonrisa y comenzó a reír, soltaba a la joven y se encaminaba como si nada hubiese pasado en otra dirección. Aquello era sin duda extraño, pero eran afortunados de que no se hubiese puesto violento; claro que, Yoham no sabía bajo que efectos se encontraba aquel tipo.

Una vez que el hombre desapareció, dirigió su atención a la joven.
– ¿Te encuentras bien? – le miro de manera fugaz, asegurandose de que no se viera herida o algo de esa naturaleza – Una dama no debería de andar a solas por estos lugares tan solitarios, puede terminar envuelta en situaciones como la que acaba de suceder y dudo que eso sea bueno – observaba a la chica, quien también lucía algo extraña, pero no caía en cuenta del por qué.

por **April V. Gilmerië** Jue Oct 02, 2014 11:59 am

“Dónde irás ilusión... ¡Dónde irás a ocultar el amor!”

Era algo extraño para ella ver como alguien parecía querer protegerla; tal vez por simple obligación moral. Pero en su mente aun no procesaba tal acto de bondad, también dificultaba la captación de lo que ocurría su estado mental completamente alterado por la sustancias que aun hacían fiesta en su cuerpo. Ya no podía recordar porque se había aferrado al cuello del hombre, ni porque deseaba llorar. ¿Por qué llorar cuando puedes reír? El joven alto que antes la agarraba del brazo se estaba dando buenas carcajadas, ella podría llegar a imitarlo, sentía que su risa era completamente contagiosa, pero la energía emanada por el contrario la hacía mantenerse en silencio, como pequeña aguantando la risa, luego de una travesura.

¿Por qué se iba? Se lo preguntaba April, todos se iban de su lado, nadie parecía realmente importarle el bienestar de su persona [b]— No estoy sola, estoy con usted… El Monsieur que no me ha dicho su nombre — acomodo su vestido que estaba totalmente arrugado por el forcejeo anterior [b]— Todos quieres abusar de mi — chasqueo su lengua con cierta molestia, mientras que con sus manos enérgicamente trataba de quitar la tierra y el polvo que se aguardaba en los pliegos de la falda.

En aquella falda había un pequeño bolsillo oculto, su mano se introdujo en ella esperando ansiosa poder sentir tu tesoro escondido. Su dosis estaba por acabarse, tuvo que valerse por de su buen rostro para embobar a su acompañante y quitarle lo que tenía bajo su poder. Había sido una jugada peligrosa, pero esperaba que nunca más lo tuviera que volver a ver. Sus manos salieron de su bolsillo, pero junto con el aquella pequeña envoltura que ocultaba su pecado, cayó al suelo, rodando muy cerca de los pies del contario.

por **Yoham Warren** Dom Oct 05, 2014 12:28 am

Las respuestas que ella le dio ante sus preguntas, ya cuando el otro salvaje se hubiese alejado le dejaron observando aún con más detalle. Era un leve modo en que hablaba, olía o quizás miraba lo que le hizo percatarse de que ella no iba del todo cuerda. Ultimamente los jóvenes se sumían en un montón de cosas que les dejaban como unos idiotas solo por el hecho de evadir la realidad; Yoham lo hubiese hecho, de no ser porque tenía más miedo de que en esas evasiones terminara saliendo aquella parte suya que tanto deseaba ocultar de los demás.

– Bueno, cierto que ahora se encuentra conmigo pero no trate de escapar por la tangente, bien sabe a lo que me refiero y no creo que fingir ser divertida o graciosa en estos momentos le haga olvidar que estuvo en peligro – se quedo mirándole. No tenía la apariencia de ser una vaga, ni una joven de clase media, lucía demasiado bien así que seguro que era una de esas jóvenes ricas que buscaban probar cosas interesantes, novedosas o solo sentirse parte de algún grupo – ¿Todos? Pues será porque anda con las compañías incorrectas – Incluso él, de no forzarse tan incesantemente a estar controlado era probable que hubiera terminado como el otro sujeto, sin necesidad alguna de sustancias que le alteraran los sentidos porque de eso se encargaba su cuerpo. Sonrió con suavidad – El nombre que busca saber es Yoham. ¿El suyo?

El movimiento errático de la mano femenina fue la que provoco que una bolsita misteriosa cayera al suelo y de un movimiento veloz, el maestro lo tomo entre sus dedos, reincorporandose para mirarla.
– Debo suponer que esto es el causante de que tanto usted como el hombre que se ha ido, estén tan, irritables emocionalmente ¿me equivoco? – le miro fijamente, agitando la bolsita de un lado a otro de manera juguetona, tratando de adivinar si ella se dedicaría a hacer primero un trato para tenerla de vuelta o si se tornaría algo violenta, todo con tal de conseguir aquella droga que le mantenía cuerda en esos momentos.

por **April V. Gilmerië** Sáb Nov 01, 2014 8:56 am

Yoham parecía uno de esos hombres elegantes, que demostraban que no era necesario ser muy rico para verse bien. Por su vestimenta daba la impresión que era muy educado, tal vez tuvo la suerte de ser bien formado en un núcleo familiar estable; o eso era lo que daba a pensar. Todo lo que pudiera estar pensando April era más que difamaciones, todo podría tener absolutamente nada de cierto. ¿Qué significaba aquella bolsita que ocultaba su interior? April sintió de inmediato una presión en su pecho, una gran ansiedad la invadía. No pensaba en como llegaría a sobrevivir estos días si a aquel hombre se le ocurría darle algún tipo de lección de vida.

— E-eso no es mío — dijo tartamudeando. Era cierto no era de ella, no le estaba mintiendo, aunque pudiera parecer que lo hacía. Se trataba de lo que le había robado al hombre que anteriormente la estaba maltratando. No se trataba de una niña inocente, acosada por un pervertido, el pobre hombre solamente reclamaba lo que ella le había arrebatado en un momento de descuido — Vera… — miro hacia los lados, como si estuviera buscando algún testigo no deseado, pero estaban solamente ellos dos en ese lugar. Extendió su brazo en un estúpido intento de alcanzarlo, pero él lo sostenía alto y la pequeña estatura de la pelirroja no ayudaba mucho.

Termino rindiéndose entrelazando sus dos manos, que parecían no quedarse quieta entre ellas se movían y acariciaban mientras sus ojos iban entre la bolsita que tenían en alto y en los ojos del caballero. — Yo se lo agarre a alguien más, porque no tenía más —Trataba de explicar. Su voz se escuchaba cada vez más agitada, como si estuviera a punto de darle un ataque de nervios — Y ahora usted me lo quita… no es justo… no lo es… démelo por favor — su voz comenzaba a quebrarse cada vez mas. Su labio inferior temblaba mientras sus ojos parecían humedecerse. De cierta forma le suplicaba, no sabía cómo lo debía hacer, pero al menos lo intentaba.

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