Porque eres mía [Privado]

por **Ragnar Lothbrok** Miér Ago 20, 2014 8:58 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Estaba raro.

Me sentía raro al empezar la función en la que tendría engañados a todos, incluso con aquella muchacha que parecía estar muy mimada por su padre, pero al fin y al cabo, acabé enterándome de que ella era quien recibía los golpes por todos lados. Ahora, mientras estaba observando la luna creciente, pensaba en que dirían aquellas personas que por Delay ahora no existían en este mundo. ¿Qué dirían del hijo que adoptaron y que ahora es asquerosamente rico? Mi mirada vuelve a la cubierta aterciopelada de uno de los antiguos libros de mi biblioteca. Tenía casi los mismos años que yo y ya querían jubilarse sus páginas a una vida mejor. Cuando no tienes a nadie, lo único que se tiene son solamente páginas escritas por algún filósofo o algún novelista de drama romántico o de suspense. El ejemplar que descansaba en mis manos estaba desgastado de las veces que me lo habría leído. Estando acorde con mis intereses, el libro me había satisfecho en varias ocasiones y en algunas misiones que “El brujo” tal y como lo llamaba Lesa, me había encomendado debido a la estrecha amistad que teníamos.

Ahora, sí.

Podría decirse que todo estaba a punto de empezar, me pondría mis mejores galas y haría mi mejor actuación. Precaución debería de tener, parece que el carruaje esperaba ya con el destino marcado por mi mandato, pero yo aún necesitaba un baño relajante y mis armas antes de ponerme hecho un pincel. Gracias a la educación por los Lothbrok, y por los que por ellos aun puedo mantener el apellido intacto, sé que tengo sangre de los Strauss, precisamente por ser el varón y primer hijo del seno Strauss me recae aún mucho más responsabilidad y mi hermana menor aun comete fallos de principiante. Debería anotar al brujo en la lista negra de momento hasta que mi plan de Delay haya concluido, haya podido arrebatarle todo a Delay igual que él hizo con mis padres adoptivos.

La venganza es el manjar más sabroso condimentado en el infierno que alguna vez hubiera podido probar. Sabía que Desari era bien lista pero aun a pesar de ello, no se daría cuenta a la primera, sabía de ella como la muchacha más ingenua en toda la villa, apasionada por los animales y sobre todo por los caballos. Sabía que tenía una yegua en la que solía montar y otra que tenía dolores de parto, pero que nadie se pispaba de ello ya que solo creían que el animal estaba fuera de sus cabales. Ojeando los mapas más interesantes que tenía, anotados estaban los lugares por donde ella había estado sola o en compañía de alguien. La mayoría de las veces estaba siempre acompañada de su padre o Keith, otra vez el brujo por delante. Me puse a pensar y salí con querer la cabeza del brujo puesta en una pared, pero después pensé en que Lesa estaba relacionándose con él de un modo peligroso. Tenía que planearlo todo al dedillo, no podía salir nada mal en mi propósito. Mostrarme apacible con Delay, hacerme su ojito derecho para así estrujarlo hasta hacérselo sangrar al mismo tiempo que intentaría acometer el propósito de Keith en que Desari estuviera protegida por mis dotes de protector o prácticamente lo que Keith quería es que hiciera de canguro de una maldita niña que lloraba con cualquier cosa. Iban a ser las nueve en punto, hora en el que el ostentoso carruaje debería de haberse puesto en marcha hacia uno de los eventos de Delay y al que seguramente iría Keith.

El primer paso era aliarme con el enemigo y pasar desapercibido ante los morosos de la cuna alta, pero hasta que no viera vía libre para continuar, tendría que o bien retirarme o seguir si había éxito en el primer objetivo. Las nueve y diez. Pardiez. Odiaba quedarme obsoleto en mis pensamientos cuando un plan he de llevar a cabo con discreción y aún sigo en la humilde biblioteca de mi ostentosa mansión. Debería de ponerme de gala, triunfante pues sabré que nada podrá detenerme ni menos una chiquilla como lo era Desari.

-Señor…El rojo le sienta bien…-Greta, una de mis doncellas con bellos ojos azules y gran cabellera cobriza, me sostenía dos corbatas de las que no me decidía. Una roja y la otra verde esmeralda. ¿Cómo debería ir? ¿Apasionado por un plan satisfactorio o simplemente ir envenenada mente hermoso con la corbata esmeralda? Agh, difícil decisión, pero enseguida veo que las deja aparte y se decanta por una azul teñida de oscuro sobre una hermosa camisa blanca y mas adornos. Greta se acaba de ganar un plus por hoy, la observo como se aleja por el pasillo hasta que por fin, ya me tomo el baño que me corresponde y me acicalo para colocarme las armas bajo la chaqueta de gala, retocarme un mechón de mi engominado cabello y listo para comenzar lo que sería el comienzo de una bonita historia melodramática.

por **Ragnar Lothbrok** Jue Mayo 14, 2015 8:13 pm

Él estando atento a los deseos de Desari, se quedó al lado sin ni siquiera moverse un centímetro. Espero tanto tiempo que estaba desatándose su impaciencia hasta que escucho a Delay detrás suya, seguramente escupiendo la saliva que salía de esa boca desagradable y apestosa a Alcohol, cubierta con un bigote ridículo que solo haría falta un buen afeitado.

-Desari –Susurró con suavidad – Tranquila, estoy aqu…-No pudo terminar la palabra cuando de repente sintió que Delay tiraba de él, pero cuando vio quien tiro de él se sorprendió ver a su mejor amigo de la infancia hacerle una señal de que silenciara y se callara rápidamente, envueltos ambos en una ilusión que nadie más vio que ellos dos. Antes de que deshiciera la ilusión, Ragnar estaba de nuevo cerca de Desari, tomándola de la mano, pero este, tras despertar de la ilusión, no vio a Keith detrás suya ni en ninguna parte.

Todos los invitados miraban como Ragnar ayudaba a Desari a sentarse en aquel diván aun tumbada, Ragnar se quitó la chaqueta y se la puso sobre los hombros a Desari, su cuerpo destemplado la debilitaría demasiado y después de ver que la pócima estaba haciendo su efecto de catarsis en su interior, estará algún que otro tiempo invalida y con un estado de embriaguez a causa de una falsa enfermedad que en realidad es un medio para un fin. Le volvió a acercar el vaso de agua a Desari, sonriendo un poco preocupado, Ragnar miro a las doncellas que le eran fiel, se acercó a ellas alejándose por unos segundos de Desari solamente para dar órdenes de que quería que se la llevasen a su habitación.

Vio como las gemelas se miraron entre sí y algo no le gusto a Ragnar, algo en su cuerpo le hizo sentir preocupado y traicionado pero enseguida vio que ambas asintieron a lo que le pidió. Seguramente, estarían pensando que posiblemente para ellas, Desari era una carga más, pero Ragnar podría pensar lo mismo con las gemelas si fuera al revés. Había muchos más candidatos para que le hicieran el trabajo sucio y así elegía a las jóvenes que tenía delante ahora mismo y que una de ellas cogía un brazo de Desari y se lo colocaba en los hombros al igual que Clarisse hacia lo mismo en el lado contrario y ambas llevándose a Desari lejos de la sala de baile en donde había una y mil miradas, pero al parecer, la pócima hacia su peso y cuando Ragnar se acercaba para coger en brazos a Desari, un hombre le aparto, tirándole al suelo sin preocuparse de nada y cogió en brazos a Desari.

Ragnar estaba por pegar al cabrón que le aparto de Desari hasta que vio quien era.

Keith.

por **Desari Delay** Dom Mayo 24, 2015 3:25 pm

Todo se estaba haciendo extraño, y apenas mis palabras calmaron a padre que frunció el ceño con aquel gesto adusto y negó por lo bajo, pero no dijo nada bajo mi asombro, seguramente no quisiera hacer ninguna escena más frente a sus importantes amistades, por lo que simplemente dejó que Ragnar se preocupase por mí. Agradeciendo aquel silencio que más que nunca deparaba una tormenta cuando estuviésemos solos en la mansión, me aferré con fuerza a Ragnar quien me sostuvo contra él como si fuera lo más preciado para él. Sonreí dulcemente aceptando el vaso que me ofreció de nuevo y bebiendo un corto sorbo dejé que el agua calmará mi garganta seca.

El entumecimiento general que sentía se me hacía pesado y muy extraño. Y al sentarme en el diván todo pareció de nuevo darme vueltas consiguiendo con aquello que las dos jóvenes que habían acudido como acompañantes de Ragnar se apresuraran algo recelosas a sostenerme y a ayudarme a levantarme. Fruncí el ceño al verlas, no terminaba de confiar en ellas, había algo que no me gustaba en ellas, no obstante no negué la ayuda que tanto necesitaba puesto al hacer los primeros pasos aún con ellas a mis lados, sosteniéndome las piernas me flaquearon. Sentí de nuevo el cansancio apoderarse de mí y antes de que pudiese siquiera avisar a las gemelas de que me iba a desfallecer, unos brazos me sostuvieron y me agarraron fuerte entre ellos. Al principio creí que sería Ragnar que había regresado a acogerme entre sus brazos a tiempo, pero luego al oír su voz me di cuenta de mi error. No era Ragnar, él seguro que no era.

—Keith…—Lo reconocí tras unos segundos de duda en los que fijé mi mirada borrosa en su rostro. — ¿Qu-que haces aquí? ¿Cómo has llegado?— susurré confundida con los ojos entrecerrados evitando mirar directamente a las luces que nos rodeaban. Todo me dolía, incluso sentía la sien latirme como si tuviera vida propia y quisiera salirse. Sentí los brazos de Keith rodearme con más fuerza y escondí mi cabeza en su pecho sin saber que hacer más que esconderme e intentar alejarme de aquel dolor que punzaba en mi interior. Sintiendo la garganta seca y un sudor frío por mi frente, intenté pensar que podría haber pasado y solo me vino la imagen de Ragnar. Solo lo recordaba a él y aquel desvanecimiento.

Suspiré al llegar a mi el perfume de Ragnar a través de su chaqueta que aún pendía de mi cuerpo dándome calor y entonces lo intenté. De nuevo abrí los ojos y haciendo un esfuerzo lo busqué entre la gente encontrándome con su mirada tras la espalda de mi padre quien parecía hablar con Keith. No los oí, pero supe que le estaría pidiendo subirme a mi alcoba y al pensar en ello, mis ojos se humedecieron. Quizás porque me encontraba de pronto muy enferma y todo cuanto hacía me dolía, pero también por el hecho de que me separaran de Ragnar. Y yo no lo deseaba. ¡No lo quería! Por un momento me vi pensando en revolverme de los brazos de Keith solo para que Rag me recogiera de nuevo en los suyos, pero entonces antes si quiera de intentarlo sentí que el mundo se me caía encima. Me ahogué de calor debido a mi temperatura más alta de lo normal y asintiendo a las palabras de Keith que me reconfortaron dejé mi mirada perdida e hincada en los preocupados ojos de Ragnar.

—Rag…—Lo llamé en un hilo de voz apenas audible que esperé pudiera oír y alzando la mano hacia él volví a desvanecerme para notar mi cuerpo empezar a moverse en los brazos ajenos lejos de la fiesta. Me alejaban de Ragnar y mi mano solo acariciaba el aire, el aire que nos separaba.

¿Dónde vamos Keith? ¿Qué está pasando? ¿Por qué no puede venir Ragnar? ¿Por qué me siento así…tan infeliz, tan débil? Tantas preguntas que tenía en mi cabeza y mis labios no se dignaban a moverse. Me desesperaba sentirme de aquel modo, aquella situación. Vi pasar unas paredes, el cuadro de mi madre pronto estuvo ante mi mirada borrosa y al entrar en la puerta que daba acceso a mi alcoba creo que perdí el conocimiento porqué aturdida dejé de sentir. No obstante, aún en este dolor que aquejaba mi cuerpo mi último pensamiento fue para él. ¿Por qué jamás lo había visto? Verlo realmente como ahora lo veía, no como antaño de pequeños si no… como el hombre de mis sueños. El único captor de mis anhelos y esperanzas.

Tantas noches anhelando que alguien cambiase algo, que alguien fuera capaz de verme como nadie nunca antes me había visto y ahí estaba él, desde siempre, a la sombra, a mis espaldas…. Mirándome, conociéndome como nadie antes. ¿Dónde estuviste todo este tiempo? Me pregunté antes de dejar que la oscuridad me engullera y por fin, todo dejó de dolerme sin saber que esto era apenas el inicio. El inicio de un brusco cambio que iba a envolver mis días y horas hasta el juicio final; Y todo empezaría y acabaría con el nombre de Ragnar en mis labios.

por **Ragnar Lothbrok** Dom Jun 14, 2015 5:51 pm

Ragnar termino por observar como su mejor amigo de la infancia salía de su escondite, llevándose consigo a la única joven que el lobo quería llevarse consigo aunque fuera delante de tanta gente y del mismísimo Delay, pero se iba a abstener de hacer tal cosa, de hacer siquiera de armar un completo escándalo. Siempre podía confiar en su amigo de la infancia, Keith, el que siempre tenía a todas las mujeres detrás de él pero al parecer ahora no estaba las cosas a su favor.

Ragnar estaba siendo vigilado por los ojos inquisitoriales de su enemigo mortal, él miro a Delay y vio que este sonreía de oreja a oreja. A lo mejor porque pensaba que Keith sería buena opción para su hija. Entonces aquel pensamiento le hizo hervir de sobremanera que no pudiera hacerle evitar soltar un bufido, inmediatamente las gemelas se pusieron a ambos lados de Ragnar para decirle que controlara sus impulsos de hombre lobo, con la mirada miraron a su amo y señor y este poco a poco fue calmándose lentamente.

Tendría que hacer luna llena en breves, las hormonas de su persona las notaba algo distante de la tranquilidad que normalmente solía tener siempre. Respiro profundamente y en lo que dijo “vámonos” a sus gemelas, los tres se dirigieron hacia el pasillo en donde llegaba Keith con un semblante neutro. Ragnar entonces se fue con Keith a las afueras de la mansión Delay y ahí estuvieron un rato dialogando que no confiaba en la parte siguiente del tema, que su magia era en si poderosa pero que podría causarle ciertas consecuencias, hasta posiblemente que no le recordara de inmediato y eso le haría a Ragnar perder minutos que pueda utilizar en su victoria. Pero Ragnar estaba tan cegado de la venganza por lo que le hizo Delay a su madre que no atendía a razones.

Ragnar entonces acabo la conversación que tenía con Keith, este le acompaño donde estaba su acompañante durmiente, Ragnar entro en la habitación de Desari en compañía de Keith y cerraron la puerta para que nadie más entrase. Ahí estaba, delirando y solamente no dijo nada. Tenía que ser fuerte, cuando todo acabara, él podría irse con ella a un nuevo futuro – Hazlo –Susurro a su amigo Keith, tragando bien duro por la garganta. Keith sacó a escondidas de Desari el frasco que la haría olvidar a Ragnar pero con la palabra adecuada, todo volvería a su cauce.

-Sírvele agua – Dijo Keith con tono sombrío, vio a Ragnar rellenar un vaso de agua y se acercó a Keith del cual hizo que calentaba el vaso, pero invirtió el contenido en el interior, le dio el vaso a Ragnar para que se lo diera a Desari – Todo volverá…te lo prometo – Fue lo último que dijo Keith a Ragnar, antes de que se acercara con el vaso en la mano, estuviera al lado de Desari – Bebe esto, Dess, te sentirás mejor –Murmuro dándole a beber el agua con el contenido de la poción de Keith.

Ragnar dejo a Desari dormir. Keith observo con demasiada pena a ambos pero era lo mejor hasta que llegara el momento del día del juicio final.

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