Porque te amo |Flashback| Privado

por **Ailie MacAdams** Sáb Nov 10, 2018 4:01 pm

Me atormenta tu amor que no me sirve de puente
porque un puente no se sostiene de un solo lado.
Julio Cortázar – Rayuela.

Ailie MacLeod se perfumó generosamente y suspiró cuando el aroma floral la envolvió. Ese sería un día muy especial; si la suma de los días que él había hecho era correcta, y los vientos favorables, Ailie vería a su prometido luego de unos seis meses. Medio año era demasiado tiempo para una joven enamorada como ella, además llevaban dos años de prometidos y le parecía que en aquella visita que Vincent O’Donoghue hacía a la isla de Skye iba al fin a hablar con su padre sobre la boda. Demasiadas emociones para la joven que era presa de ansias y nervios.

Desde lo más alto del castillo de los MacLeod se podía ver perfectamente la costa y hacia allí se dirigió ella, para esperar que llegase el barco de su amado. Las horas pasaron, pero Ailie no apartó la vista del mar a la espera de que le entregase a su Vincent. Recibió la visita de su amiga Inna, pero no prestó atención a sus palabras, también llegó su hermano Fergus para amonestarla por pasar tanto tiempo al sol, pero ella no desistió de su postura. Su hermano jamás podría entender lo que ella sentía por Vincent, tampoco lo triste que resultaba la espera.

Al atardecer, Ailie vio la silueta de una embarcación en el horizonte. Por supuesto que creyó de inmediato que era la que traía a su amor. ¿Cuál otra podría ser? Pasó un momento por su dormitorio para retocarse el peinado y frente al espejo descubrió que el sol le había multiplicado las usuales pecas de su rostro. Sonrió, pues recordaba bien que Vincent le había dicho una vez que sus pecas le encantaban.

Pasó más de dos horas hasta que pudo ver a Vincent, la noche era inusualmente cálida y los vientos no soplaban todo lo fuerte que a ella le hubiera gustado. Lo aguardaba en el muelle junto a su hermano mayor, pues su padre estaba en cama, algo dolorido, y no pudo bajar a recibirlo como él se merecía.

Verlo pisar tierra le confirmó que había hecho bien en romper con parte de las normas, estaba más hermoso de lo que recordaba. La pintura que les habían hecho juntos a finales del año anterior, y que ella atesoraba, no le hacía justicia a la belleza de ese hombre.

Ailie aguardó a que Ian MacLeod hablase para darle la bienvenida a Vincent O’Donoghue a la isla de Skye, pero ella no podía quitar de su rostro la sonrisa enamorada, la mirada de admiración… todo su amor. Vincent, el hombre que siempre había soñado, el hombre perfecto por el que le había rezado a Dios.

-Bienvenido a mi hogar, Vincent –le dijo, luego de que su hermano hablase, mientras le tendía la mano-. Te he echado de menos en todo este tiempo.