Y tú que me ves (Privado)

por **Eleonor Divella** Miér Ago 27, 2014 11:10 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Ya es de noche las campanas de la iglesia repican fuertemente anunciando la hora, mejor dicho levantando a esos seres de colmillos largos que buscan chupar la sangre...¿cómo sabía de ellos? fácil porque vivo con uno de esos, así que se me es fácil darme cuenta sin tener que ver sus auras, solo debo ver sus ojos de muertos y sus pieles demasiadas blancas, inconfundibles verdad.

Por las calles me siento en una de las ceras de la empedrada calle principal, un hurón sentado comencé a cantar –Por el rioooo voooy cantondooo en el maaar mi vida comenzoo un gran gran pirataaaa soooooy yoho yoho un gran pirata soy- es algo raro de ver a un huron sentado y cantando moviendo su pequeño y peludo ser como si bailar pero tenía pereza mucha pereza de andar robando así que esperé mejor a que me caiga por obra y gracia de los espíritus huroniles, hasta que del cielo una cosa humeando quedó justo entre mis patitas, el aroma a humo y algo raro entró a mis pequeños pulmones, la curiosidad me hizo pecar en tomar aquel papelito y aspirar...sabía raro y entonces... -COF COF- sabía raro aquello alce la vista molesta y veo a algunos hacerlo -como diablos soportan este sabor y olor cohinotes- se que nadie me entiende pero al menos con los gestos que hacía podría darse rápido a entender.

Tomé aquella cosa humeante y se la arroje sin darme cuenta a quien le caía encima y si le lastimaba o no, solo quería alejar esa cosa de mi presencia mientras anotaba en mi mente "no dejar que nadie cerca mio haga eso y menos consuma esa cosa humeante" era una sentencia la cual haría que todos la cumplan.

por **Eleonor Divella** Dom Oct 04, 2015 9:37 pm

Bien, ya tenía su atención justo donde la quería, esto sería más fácil de lo que imagine. Me acercó un poco entre saltos para evitar que se me vean los pellejos, las manos me ayudaron a levantar a penas el cuerpo, casi arrastrándolo para estar más cerca de él, todo por el drama, sabía que nadie podría escucharnos pero al menos para mantener el suspenso de la noche.

Un poco más y estaba más que cerca, llevé mi mano contra mis labios para hacer un puchero de susurros –Yo te enseño mis transformaciones y tú me enseñas las tuyas– enarco una ceja con toda la pinta de una mafiosilla –Sé que se transforman en otras cosas, así que pagando. Tú me muestras las tuyas ya sabes si te haces murciélago, lobo o niebla da igual, o también aquella que he escuchado, la de los ojos cuando beben. Ándale muéstrame esa, como bebes de otros y los cambios que sufres o sufren las victimas– una sonrisota de oreja a oreja dejo en plan “inocente” –O puedes pagar en dinero, como tu gustes, libre albedrío– asiento rascándome el mentón y las mejillas como si aún tuviera los bigotes.

Y tú que me ves (Privado)

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