Champagne et Beethoven. [PRIVADO]

por **Hugo Dufort** Vie Ago 29, 2014 10:37 pm

Champagne et Beethoven.
Hotel des Arenes | 30.08.1800 | DARWYN MORIARTY

Sorprendentemente, Hugo estaba limpio y presentable. Su ondulado cabello había sido cortado por los lados y peinado en un salvaje tupé que dejaba su frente despejada. Sus resplandecientes ojos azules habían reposado durante 24 horas, teniendo unas ojeras menos pesadas y con parte del color morado oculto por un poco de maquillaje. Su vello facial recortado para dar un aspecto soberbio y masculino. Su larga gabardina en varias sombras de gris cayendo desde sus hombros hasta sus rodillas, con un solo botón abrochado para dar ese aire sofisticado de clase alta. Y, debajo de ésta última, un jersey de lino azul y el cuello de una camisa blanca. Guantes de cuero negro y pantalones de vestir del mismo color acababan el look que llevaría al evento al que había sido invitado.

El Hotel des Arenes había sido alquilado en su totalidad por algún señor cuyo nombre no recordaría. Había llegado algo tarde pero aquello no importaba. Entró y se encontró con lo que estaba acostumbrado de ese tipo de eventos: camareros paseándose con bandejas sobre sus huellas dactilares, ofreciendo canapés y champagne. Una orquestra tocando sinfonías de Beethoven y, esencialmente, personas hablando de manera ruidosa, dándose de notar como las personas de clase alta acostumbraban a hacer.

Suspiró con pesadez y se reajustó su gabardina antes de entrar. Realmente había demasiada gente. Por suerte se había administrado una dosis de morfina antes de salir, para, "calmar el dolor de no sentir nada" como él acostumbraba a decirse a sí mismo. La droga hacía su efecto; relajándolo y haciéndole más abordable. Que hablando de abordar, ahí se le acercaba una persona en su cincuentena.

– ¡Le voilà! Bien bonsoir Monsieur Dufort, déjeme presentarle a estos señores–dijo jocosamente con una copa vacía en su mano, introduciendo una serie de hombres todos mayores que él. Hizo un esfuerzo de acordarse de los nombres aunque lo más seguro es que los olvidaría dentro de una hora. Ya que lo ocuparon en una charla sobre nuevas prácticas quirúrgicas y otras cosas en las que Hugo fingió interesarse cuando en realidad ya estaba al corriente y él mismo las había probado. Las ventajas de estar encerrado en su laboratorio cinco días y noches a la semana.

Llegó un momento que algo aburrido, se excusó para ir al baño diciendo que regresaría en un momento. Solo se refrescó la nuca con agua fría y se miró al espejo; su apariencia era algo muy importante para él. No era que pecara de narcisismo o de alguna clase de amor propio. Había otro motivo; un balance, por llamarlo de cierta forma. Algo que formaba parte de su actuación.

Algo que le ayudaba a aparentar.

Servía para balancear su restringida expresión emocional, permitiendo que la gente lo juzgara por su apuesta apariencia y no por sus emociones falsas. Claro estaba que él era bueno en imitar emociones pero aquello solo no podría completar su personaje. Era el extra que necesitaba y que completaba su montaje.

Salió del baño y caminó hacia una sala alejada de los caballeros que le habían presentado. Vale, había mentido y sí, resultaba algo misántropo de su parte pero estaba hambriento. Aceptó una copa de champagne que se bebió rápidamente para luego tomar otra y se acercó a una larga mesa llena de aperitivos. Cargó la palma de su mano con varias frituras y embutido para luego quedarse observando la orquesta, apoyado sobre el reborde de la mesa y comiendo con tranquilidad.

por **Darwyn Moriarty** Dom Sep 14, 2014 11:47 pm

“El mismo lobo tiene momentos de debilidad, en que se pone del lado del cordero y piensa: Ojalá que huya.”
— Adolfo Bioy Casares

Era el momento inadecuado tener un extraño debate interno, totalmente moral, absurdamente sentimental, que lo hacía enojarse consigo mismo, hasta el punto de ser capaz de herirse, tal propósito tendría solamente dos motivos; primero seria para castigarse por su maldita ridiculez, que venía de la pequeña parte humana que aun parecía estar en su cerebro muerto, lo segundo era por el hecho de su fascinación al dolor, la sangre y regeneración que se producía en aquel acto. Conociendo a Darwyn Moriarty como el trataba de conocerse, estaba seguro que si lo hacía, podría quedarse horas rasgando su piel, solamente para apreciar como la sangre hacia su camino y lentamente la piel se cerraba volviendo a ser lo que era, sin dejar rastro alguno de la herida, solamente quedaría la sangre seca y maldita fuera de su cuerpo, la cual terminaría por ser limpiada por un pañuelo de seda bordado con sus iniciales, por mera estética.

No era el momento, se regañaba internamente. Su cuerpo era cubierto por un grueso abrigo negro, que lo cubría desde el cuello hasta los tobillos. No era necesario tal atuendo que lo protegiera del frio de la noche, seria justificado para una noche de cruel invierno, pero a él le gustaba y su capricho debía ser saciado. Sin importar la temporada, él prefería esconderse en aquel manto negro, que contrarrestaba su palidez natural. Su cabello perfectamente estilizado hacia atrás, parecía no moverse ni con los movimientos más bruscos que este llegara a realizar. Saltando de techo en techo se la pasaba, mientras internamente aun parecía estar aquel debate emocional.

Su tío; el enemigo principal de él y sus hermanos. Había hecho llegar una invitación de un importante evento que se llevaría a cabo en el Hotel des Arenes. Debían admitir que tal descaro los inundo de sorpresa, no se lo esperaban. Berenice exploto de ira, mientras Freyback trataba de calmar a la fiera; quien ya había comenzado a planificar cientos de formas de eliminar a su tío. — Es claro que es una trampa — todos lo sabíamos, no era necesario que Freyback lo esclareciera. ¡Era evidente! No eran idiotas; aunque Darwyn apostaba que Berenice podría llegar a estar tan cegada por su ira que fácilmente se podría presentar ante él, en un intento estúpido de matarlo. Pero Freyback la volvía a poner en sus cabales. La serpiente de la familia se mantenía en silencio, preguntándose qué sucedería si…

La decisión que se había tomado. Más clara como el agua de un manantial no pudo llegara a estar, pero Darwyn simplemente pudo tirar una piedra en ella para provocar ondas que le impidieran tener la claridad y fingir demencia; como muchas veces lo hacía. Sabía que se llevaría una reprimenda. ¡Sabía que era absolutamente una trampa! Pero lo necesitaba, ansiaba retar al destino, a sus hermanos y a su propio tío. Por esa razón había decidido asistir.

Se había detenido bruscamente, estaba a metros del hotel. Ya no andaba de techo en techo, tratando de solucionar su conflicto interno. Podía escuchar el sonido de la música y las voces de los humanos. No necesitaba tener indicaciones, nadie parecía querer ocultarse, cada uno de los posibles secuaces de su tío se habían dejado “sentir” pero nunca ver. Parecía que él deseaba ser encontrado, prácticamente gritaba su localización, mofándose de ellos a su antojo. Camino la distancia que necesitaba recorrer para llegar hasta la puerta del hotel, un sirviente pareció encontrarlo un poco perturbador, tal vez por la extraña palidez de su rostro o la forma simple que estaba vestido para tal evento que se estaba llevando a cabo adentro. Estuvo a punto de negarle la entrada, pero una elegante mujer; proveniente del interior. Había llegado para posiblemente recibirlo por órdenes de su tío.

— ¡Monsieur Moriarty! — exclamo con una amplia sonrisa en sus labios. Quiso acercarse a él, pero el vampiro simplemente no se inmuto y ella se detuvo a unos pasos — Lo estábamos esperando — era una humana común y corriente o eso parecía, tal vez podía ocultar muy bien su verdadera naturaleza. — Su tío lamentablemente no ha llegado, pero me ha dado la tarea de ser su guía en la fiesta — caminaba sin mucho interés. No le agradaba mucho las mujeres y menos la que estaba frente a él, era una simples puta de caderas pronunciadas. Esclavas de un hombre que podía moverlas su antojo.

No era un invitado más, que seguía con el protocolo de la fiesta y el impuesto por su “anfitrión”. No lo soportaría, aquello sí podría llamarse una verdadera tortura para él, por tal motivo término desviándose hasta terminar en el camino contrario de la mujer. Era una sombra más en aquel hotel, aunque todo el lugar estaba alquilado, fácilmente podría llegar a escabullirse entre los oscuros pasillos lejos del bullicio de la fiesta, pero era demasiado peligroso, parecía mas adecuado quedarse entre la gente. Llego a chocar con una mesa, la cual parecía tener el propósito de soportar todo el peso de los aperitivos. — Se ven tan apetitosas — comento para el mismo mientras sujetaba una manzana roja y jugosa — Lastima que no puedo comerla, sería divertido ver como alguien disfruta una delicia como esta — ya había olvidado como sabia. Sus recuerdos padecían, estaban lleno de telarañas. Solamente quedaba lamentarse y tratar de vivir la experiencia a costa de otro.

por **Hugo Dufort** Dom Nov 09, 2014 10:11 pm

El orquesta se paró para dar paso a un solo de piano. Hugo debería de haber sentido vergüenza, de haber sentido algo, ya que el público recibió al pianista con gran entusiasmo e incluso sorpresa. Seguramente sería alguien famoso. El músico comenzó a mover sus dedos con pesadez y fuerza sobre algunas teclas, cambiando de repente a tocarlas con gran velocidad y una gran habilidad. Todos los sentidos de Hugo estaban atentos al pianista, comenzando a sentir cosas que no podía explicar desde un punto de vista personal.

Su brazo, sujetando la copa de champagne, se había quedado levemente extendido, completamente paralizado como si se tratara de una estatua; aquello era en parte gracias al pulso firme como el acero del chico. Sin embargo, cuando el músico comenzó un crescendo, los dedos del chico pasaron a agarrar con fuerza la copa, sintiendo que podría romper el cristal si apretara un poco más; teniendo una necesidad casi eufórica de hacerlo.

Pasión, que curioso sentimiento. El miedo y la pasión deberían de encontrarse en polos opuestos de la escala sentimental, sin embargo, Hugo estaba terriblemente confuso. ¿Tenía miedo de sentir aquella pasión inexplicable? La pasión podía hacer que un hombre hiciera cosas incoherentes y pudiendo tener solo un fundamento: El amor. Pero, ¿qué era el amor? ¿Un sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser?, ¿un sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear?, ¿no eran ambas cosas lo mismo? Pero sobretodo; ¿por qué demonios estaba Hugo Dufort, de entre todas las personas, divagando sobre el amor?

El chico comenzó a tener una jaqueca al mismo tiempo que el pianista acabó y los aplausos comenzaron. Quería correr, huir, gritar de frustración. Su mente no paraba de pensar sobre aquellos sentimiento hasta tal punto que se le estaba haciendo agotador. Sí, irse de aquel lugar parecía haber sido la única y mejor opción, si no fuera por la llegada de un apuesto y pálido joven; quien además parecía buscar conversación o simplemente disfrutaba hablar consigo mismo. De una forma u otra, Hugo se fijó en él y el tener algo nuevo en lo que concentrarse hizo que su mente dejara de volar sobre temas sentimentales.

–¿Acaso es usted alérgico a las manzanas?–preguntó Hugo dirigiéndose al desconocido.

Las alergias eran tratables, aunque pocas personas parecían haberlo descubierto o al menos interesarse, había otros gritos en la medicina actual y la mayoría se copiaban los unos sobre los otros haciendo básicamente lo mismo y de manera repetida. Hugo no sabía si habrían más como él y aquello hacía que le embargara cierto sentimiento amargo y triste; el mismo sentimiento que tenía que tener una persona alérgica a las manzanas. Al chico se le escapó una sonrisa al pensar en aquello, aunque enseguida volvió a torcer sus labios a su estado normal para que el desconocido no pensara que se estaba riendo de él.

por Contenido patrocinado

Champagne et Beethoven. [PRIVADO]

Champagne et Beethoven. [PRIVADO]

Re: Champagne et Beethoven. [PRIVADO]

Re: Champagne et Beethoven. [PRIVADO]

Re: Champagne et Beethoven. [PRIVADO]