Keep away [Privado]

por **Rylan Cerny** Jue Oct 09, 2014 9:27 pm

“Luchare por ella, sin importar que pase”

Se encontraba molesto, aunque más que molesto se podía decir completamente furioso y no era con Monicke, ni con el hecho de que hubiera salido de la carpa porque estaba seguro de que tarde o temprano sucedería. Rylan había sido consciente de que no podría mantenerla oculta por siempre, de que las ansias de la libertad la tentarían al igual que siempre lo hicieron con él. De hecho, el gitano se encontraba molesto consigo mismo por permitir que algo así pasara, debió estar al lado de Monicke para evitar que tuviera contacto con alguien que significara peligro y en su mente Deméter lo significaba. Era como si las pesadillas del gitano se volvieran realidad de un instante a otro; una gitana que trabajaba con animales y aunque eran serpientes, no estaba del todo seguro de que no se enteraría de la situación de Monicke - si es que no se había enterado ya - y entonces la entregaría a alguien que la usaría como su mascota.

Aún no sabía del todo que era lo que había ocurrido entre ambas, la verdad es que se había enterado del encuentro de ambas por un tercero que las viera. Eso había sido suficiente para disparar la alarma y hacer que Rylan se lanzara a la búsqueda de Deméter. No pensaba aún hablar con Monicke al respecto, primero quería encarar a la gitana, mantenerla alejada de la cambiante y asegurarse de una manera u otra de que no le hiciera nunca más nada y de ser posible que ni siquiera volviera a mirarla. A ojos de cualquiera actuaba de manera un tanto paranoica, pero las circunstancias le llevaban a manejarse de esa manera, todo con tal de evitar volver a ver a la cambiante como cuando la encontró en la playa. No llevarían mucho tiempo juntos, les costaba aun poder acoplarse al otro y sobre todo a él. Siempre se mostraba a distancia, frío y de manera probable demasiado insensible; todo eso sin embargo, era una mentira. En poco tiempo había vuelto a Monicke su mayor prioridad, su razón para mantenerse fuera de problemas y hasta para comenzar a hablar de manera cautelosa con otros gitanos.

Los ojos del gitano buscaban de manera desesperada la figura de Deméter, que era una de las que difícilmente podría olvidar alguien. Su cuerpo marcado, los cabellos oscuros y las serpientes que nunca faltaban cerca de ella eran las señales perfectas para dar con ella. Encontrarla entre los demás fue relativamente sencillo aunque quizás no lo sería del todo iniciar una conversación con ella. Rió para si, como si pensara realmente n tener una conversación, más bien en su mente flotaba la idea de dejarle en claro algunas cosas y eso era todo.
– ¡Hey! – hablo en voz alta cuando iba llegando hasta donde se encontraba la gitana y la ira fluyó por su cuerpo, haciendo que la mirara de una manera que se consideraría ruda y su voz se tornara agresiva – Quiero que te alejes de Monicke, ¿esta claro? – le señalo con descaro, sin prestar atención alguna a si les observaban o eran pasados por alto. En su mente solo estaba la cambiante y su seguridad.

por **Darko DeGrasso** Mar Oct 21, 2014 10:18 am

“No es ser extremadamente perfecto, es ser mejor que ayer”

En mi caminata matutina, siempre era el viento, las serpientes y yo. Nos acoplábamos al paso de la naturaleza, sentíamos como el pasto crecía lentamente, los animales se preparaban para alimentarse, beber agua, calmar sus instintos más triviales para luego recostarse con pereza a la luz del sol, así como mis dulces amigas también hacían. Y me vi a mi misma estirada entre las hierbas, tomando algunas especias desde la raíz, agradeciendo al sol por su humildad, cerrando los ojos por un momento para dar mis plegarias. Los gitanos del lugar ya se iban acoplando a mis rituales, la mayoría miraban extrañados al principio, pues aunque compartíamos el sentimiento romaní de no apegarse a la sociedad, nuestras religiones estaban muy distanciadas. Yo veneraba a los dioses de la luna y el sol. Los santos de los puntos cardinales y principalmente, a la naturaleza que es quien nos da la vida. Pero con ello no significaba que discriminara a las demás personas, los sentimientos de amar a un ente que no vive entre nosotros, es el mismo. Así que terminé con mi círculo de gracia y me levanté de mi sitio. Las cobras subían por mis piernas y giraban por mi cintura, una hasta el cuello, la otra por el brazo. Las esperé y cuando terminaron de acomodarse, las miré, como quien da gracias a la vida por haber tenido un hijo. En mi rostro, no había sonrisas en abundancia, pero en mis ojos se podía observar el sentimiento.

No pasaron más de dos minutos cuando me di cuenta que el mal venía detrás de mí. ¿El karma? ¿Un mal de ojo? Sentí el chispazo de un aura enfadada recorriendo mis piernas y mis orbes oscuros tomaron alerta, cuando menos lo esperé imágenes de mi futuro golpearon contra mi mente. Tuve que agarrarme con la mano derecha de un árbol, apretarlo para sentir sus energías curando mi cuerpo. Apretando con la izquierda mi rostro. Un hombre buscaba, un hombre quería maldecir. El desequilibrio rondaba en ese ser y en lo profundo, los dioses me otorgaban la misión de salvarlo. ¿Por qué tenía que ayudarlo? Chasqueé la lengua y entendí que se debía a mis propios actos inconscientes. Había perturbado la vida de alguien más y eso me obligaba a volver a restaurarla. El siseo de mi cobra real se acercaba a mi oreja, quede estática, no tenía miedo, pero había un respeto sin igual que mantenía con mis serpientes. Ellas se enojaban cuando el sentimiento de molestia me cubría el aura, porque a su vez las afectaba a ellas. Así que me calmé, cerré los ojos y pedí por tranquilidad. Terminé mi oración silenciosa y cuando me ví abriendo nuevamente los ojos, a la distancia, un gitano de cabello largo se hacía presente. Allí estaba la energía que antes había sentido. Sonreí, discreta, sin hacer alusión a enojos o incomprensión. Al contrario, sabía qué es lo que él venía a buscar, pero no se lo podía dar.

— Que sea un próspero día para ti también. Caminemos, tengo que terminar de recoger unos ingredientes. — Tomé la canasta de mimbre que siempre llevaba en mis manos y me giré, yendo por el camino entre los árboles, sonreí a sus palabras, pensándolas, intentando saber por qué me pedía algo como aquello. ¿No se daba cuenta que solo estaba lastimando un alma libre? Estaba enjaulando a un pájaro solo por miedo a ser lastimado, como un niño al que se le prohíbe ir a jugar, solo por temor a rasparse una rodilla. — La naturaleza es increíble ¿no lo crees? A algunos se los dota con habilidades más allá de las humanas y a otros, no se les da nada. Siquiera un pedazo de pan al nacer. Dime, ¿por qué me pides que me aleje de alguien? Los seres vivos no se pertenecen entre sí. Así como ellas son libres, los humanos también lo son. Aunque los esclavos son algo cotidiano a las afueras de nuestro mundo, aquí, entre los romaní, giran otras reglas. ¿Cómo es tu nombre?— Comentaba con armonía, hablando sobre mis serpientes en un momento, con una paz que quizá podía llegar a exasperarlo. Yo realmente no era de ese modo, no tan sumida en el equilibrio. Pero cuando sentía el grito de alarma, solo había una forma de defenderse y la hostilidad no era ella.

“Solo hay un destino para los que toman la vida de otro como propia.”

por **Rylan Cerny** Vie Nov 07, 2014 11:37 pm

“Existen vidas de las cuales no puedes separarte por más que quieras”

Chasqueo la lengua ante aquellas palabras de “un prospero día”. Los días prósperos de Rylan volverían si es que aquella gitana de las serpientes y las pinturas en el cuerpo se mantenía alejada de Monicke. Si la idea de que la usara como atracción a mascota le había asaltado la mente en un inicio, ahora era la alarma por imaginarse a la cambiante como alimento de serpientes lo que le mantenía parado cerca de aquella mujer. No tenía pensado alejarse hasta que Deméter prometiera alejarse de los asuntos que no le incumbían, concretamente hasta hacerla jurar de alguna manera irrompible que se alejara de la mujer que él había rescatado, de aquella a quien le había ofrecido techo, comida y sobre todo, le había abierto la entrada a él mismo. La cambiante se transformo desde un principio en una parte más de Rylan, alguien vital en su vida. Algo como eso ocurrió de una manera muy simple, Rylan le había conferido ese poder a Monicke de manera intencional y ahora estaba dispuesto a luchar por quien creía no solo uno de ellos, sino ambos.

Sin palabra alguna que decir a aquella gitana, le siguió. Las interrogantes se arremolinaban en su cabeza y las respuestas no venían de la misma manera porque aquellas eran respuestas que solo Monicke o él mismo podía darse. ¿Se iría realmente? ¿Deméter sería una mujer en quien se pudiera confiar para cuidar a la cambiante? ¿Estaba realmente él capacitado o si quiera tenía idea de que debía hacer para vivir adecuadamente con Monicke?

No le sorprendió que aquella mujer desconociera su nombre. La mayoría de los que habitaban en aquel campamento le desconocían porque él así lo había dispuesto. Nunca antes planeo establecer relaciones cercanas con nadie, solo algunos cuantos lograban penetrar el muro que Rylan levantaba a su alrededor para mantenerles fuera y eso era lo que al tiempo le volvía increíblemente torpe e inexperto al momento de tratar con los demás, pese a que pasaran a ser personas cercanas. Sin embargo, en aquellas primeras palabras existía algo que inquietaba al hombre. Que Deméter hablara sobre “habilidades más allá de las humanas” disparo la alerta de que era muy probable, supiera cual era la verdadera naturaleza de Monicke.
– Sí, es increíble lo que la naturaleza puede hacer pero aunque puede dar grandes cosas o nada desde el nacimiento, las cosas puedan cambiar en un segundo y terminar siendo a la inversa – el siseo suave de las serpientes de la mujer le incomodaba. No era precisamente que temiera a aquellos animales de sangre fría, sino que no podía sacarse de la menta la imagen de la cambiante en alguna de sus formas animales siendo atacada por aquellos seres. Se forzó a si mismo a desaparecer esas ideas de sus pensamientos y centrarse en su misión de alejar a Deméter – Mi nombre es Rylan y ella no es mi esclava, no mal interpretes las cosas y les des el significado que te venga en gana. Quiero que te alejes de ella precisamente porque no tienes idea de como son las cosas y creo que tu presencia solo perjudicara en lugar de traer algún bien – Hablo sin dudar, con la rudeza de quien no descansara hasta conseguir sus objetivos de una forma u otra – Así que ya te lo dije, mantén tu distancia de ella ¿Te quedo claro?– Las reglas de los romaní no era algo que creía estar rompiendo además, para él existía una nueva regla principal, alrededor de la cual giraban todas las demás y era simplemente proteger a Monicke.

por **Darko DeGrasso** Dom Nov 16, 2014 1:00 pm

“Las almas impuras no son más que una enfermedad que infecta a todo aquel que se acerque”

Sonreí ante sus castas palabras, aquellas no tenían un ápice de verdadera sabiduría, estaban contaminadas por las experiencias humanas, por las tragedias que solo los tontos podía ver. Yo no creía que la vida era así, los dioses daban y sacaban según como se merecían las personas. Si alguien es dañado sin razón alguna o razón aparente, es porque luego, se la recompensará con algo más grande. Así funciona, así es el karma. Y solo alguien que ha hecho cosas muy malas en sus anteriores vidas es dotado con la infelicidad eterna. Me preguntaba si alguna vez conocería a alguien así y de existir, ¿podría ser capaz de ayudarle? Mis pensamientos quedaron cegados y presté un mínimo de atención a las palabras ajenas, así que con la mirada perdida entre las yescas del lugar, acaricié una flor y me alcé un poco más, para poder verlo a los ojos. Me llevaba bastante en altura, pero eso no me hacía sentir pequeña, no era mi cuerpo lo que me daba mi personalidad. No eran los tatuajes los que influían en mi persona, yo simplemente era lo que deseaba ser y lo que el cielo me había encomendado. — La balanza es necesaria, lo que se da, se tiene que devolver. Incluso cuando he escalado una montaña y me siento realizada, luego el dolor en las piernas es inevitable. — Respondí análogamente, mientras mis dedos se deslizaban sobre una de las cobras, se las notaba tediosas, molestas con el ser que les perturbaba la mañana, ciertamente no estábamos acostumbradas a tanta gente alrededor. Desde la llegada a Paris, más de uno se había hecho con mi presencia, me preguntaba seriamente si sería capaz de soportar aquel cambio, que en parte, era maravilloso.

Pensé entonces en un silencio devastador, incluso peiné mis cabellos negro azabache hacía un costado y entrecerré la mirada, inculcando mis pensamientos en todo lo que estaba sucediendo, ¿por qué tendría que alejarme porque un humano me lo decía? ¿Sería eso lo que tenía que arreglar? Cerré los ojos y miré hacía el suelo, allí donde las piedras me aguardaban; luego elevé la mirada y observé sus ojos, negros, profundos y hoscos. — Al parecer tú crees muchas cosas, pero me temo que no son las correctas. Aún si aterras mi presencia para que yo no me acerque a ella, habrá otros y aunque los espantes a todos en el futuro. ¿Un ave vive feliz encerrada? Los animales, así como los humanos, añoran la libertad. Pero tú no lo sabes, porque tu alma también es prisionera de ti mismo. Solo cuando el corazón del cielo hable es que aceptaré una demanda humana, mientras tanto, si quieres, puedes ayudarme a recoger aquellas hierbas de por allá. — Alcé un dedo, alrededor de un árbol se hallaban tallos de mandrágora, una planta a la que se le dedicaban varias supersticiones, pues su tallo es similar al de un cuerpo humano. Cuando a una persona le duele una parte del cuerpo, incluso el corazón o el alma, el trozo de mandrágora que hay que aplicar a ese miembro corporal ha de corresponder al trozo de mandrágora equivalente. Me acerqué primero y saqué dos pequeñas palas de la canasta de mimbre. Dejé una en un costado y con la otra me dediqué a sacar cuidadosamente la tierra. Susurrando un cántico suave para agradecer a la tierra.

— Rylan, ¿tu corazón late tan fuerte cuando la ves a ella? Cuando las personas se enamoran, hacen locuras. Acércate, si lo haces bien, ayudaré a tu alma a salir a flote. Jamás podrás tenerla libremente en tus manos si reprimes tu interior. — Le dediqué una sonrisa tranquila, así como mi piel resplandecía, siempre lo hacía mi corazón, porque estaba dispuesta a todo para alcanzar la divina pureza. Aun teniendo actualmente a alguien que se aferraba a mantenerme en lo terrenal, aun cuando los ofidios quisieran enterrarme, si ese era mi destino podía aceptarlo. Solté entonces la pala y alcé mis cabellos en una cola, acomodándome de esa forma para poder hurgar en la tierra, en la naturaleza que nos había concedido el don de saberlo todo o de pasar los días sin saber más que nuestro nombre y las cuentas bancarias.

“Lo terrible de verse en el espejo, es que solo puedes observar el cascarón, mientras que lo que importa está en el interior.”

por **Rylan Cerny** Sáb Nov 29, 2014 10:02 pm

“¿Pecas de ingenua o pecas de tonta? Al final no existe diferencia”

¿Qué clase de estupideces eran las que decía aquella mujer? Rylan no sabía muy bien de donde es que muchos de los suyos sacaban lo que decían “creencias firmes” pero lo que la gitana de los tatuajes le decía era sencillamente estupido. Que todo lo que se daba, debía devolverse. Esas creencias únicamente podrían estar basadas en que una mujer como ella no había sido capaz de experimentar la verdadera perdida o el dolor real; eso le decía a Rylan sus experiencias pues nadie que supiera lo que era la desgracia, diría que todo sucedía porque así era necesario que fuera. Él encontró a Monicke, él le vio el cuerpo herido y las esperanzas en la vida muertas. Recordar a la cambiante pensar en que lo mejor era morir, eso no era algo que la dichosa balanza esperara. Deméter en ningún momento debió sacar a flote lo que quedaba del espíritu de lucha que vivía en Monicke.
– Tu dichosa balanza no es justa. Existirán cosas necesarias pero hay lo que sobrepasa a un limite. Aún así, no creo que seas capaz de entenderlo – No era realmente que Rylan no confiara del todo en la balanza de la que hablaba la gitana. Desde un inicio él se había percatado de que su encuentro con Monicke era algo que debía ocurrir y que les ayudaría a ambos pero aún así, no perdonaba lo que le sucediera a la mujer. Él que fue criado por una mujer, que las valoraba por ser las criaturas más fuertes del mundo y con todo y eso, existían aquellos quienes se atrevían a poner sus manos sobre ellas por el hecho de que fueran “diferentes” al resto. Eso era sencillamente algo que el gitano no podía permitir y mucho menos perdonar.

No planeaba dejar a la mujer hasta que garantizara que se alejaría de la cambiante. Que nunca volvería a verla y que nunca la pondría en peligro. La respuesta de Deméter fue lejos de ser lo que había esperado conseguir desde un inicio. Su ceño se frunció en una evidente molestia dirigida exclusivamente hacía la gitana que parecía conocerlo todo sobre la manera en la que obraba la tierra y el universo conspiraba para lograr las cosas más bellas o más desagradables.
– ¿Y lo que tu crees es lo correcto? Dudo mucho que sea de esa manera y repito que no sabes nada de mi y mucho menos de Monicke – era graciosa la manera en que hablaba con ella y de manera casi automática se dirigía a tomar las plantas que ella le pedía, después de todo, no tenía más que hacer que convencerla de mantener la distancia con la cambiante que ya Rylan consideraba parte de si mismo – No es cautiva mía, si ella quiere irse puede hacerlo – se quedo analizando sus palabras unos segundos, tomando las mandrágoras que le pedía con las manos ya que contrario a ella, solo contaba con ellas como sus herramientas de trabajo – yo solo quiero que se encuentre a salvo y por eso es necesario que te mantengas alejada de ella. No me importa que es lo que crea tu balanza o lo creas tu de las señales y esas cosas, únicamente te quiero lejos – finalizo sus palabras, al igual que su cometido y le llevo las plantas a la gitana.

– Toma y claro que late fuerte, después de todo estoy vivo– dijo dejando las cosas a un costado de Deméter y desvío la vista ante su sonrisa y las extrañas palabras que mencionaba. En un inicio no las había entendido y por eso es que permaneció callado, analizando lentamente lo que aquella mujer había dicho. Solo cuando cayo en cuenta fue que negó de manera firme – Nada de eso yo solo he aceptado proteger a Monicke y estar con ella en todo momento; eso no tiene que ver con personas enamoradas. Que locuras dices – y para no detenerse a pensar en que quizás esas palabras fueran ciertas se pudo a caminar de un lado a otro, hablando más para si mismo que para la gitana sobre la improbabilidad de que eso fuera cierto. De alguna manera extraña, Deméter había dado justo en el punto débil de Rylan pues el gitano, pues el gitano no solía abrir su corazón a nadie.

por **Darko DeGrasso** Sáb Dic 13, 2014 9:20 am

“Solo tú crees en la tenacidad de tus palabras, más yo solo veo plumas en tu piel”

Eran palabras dañinas las que él proliferaba con abierta emoción, quería clavarme agujas más yo no tenía intención alguna de dar mi brazo a torcer. ¿Cómo podía alguien obligarme por sobre la voluntad de otra persona? Me volvía loca de atar aquella clase de cordura inadmisible, pero no podía hacer denotar mi molestia, eso solo acentuaría más la dualidad entre nosotros y la calma era lo que caracterizaba mi temblante. Suspiré y con los ojos cerrados seguí el camino que él hacía. Como utilizaba sus manos para ayudarme a sacar las hierbas, como me observaba como un objeto raro e incluso sus facciones era las de una persona que nunca había podido ver la luz del día con clara sinfonía. Me preguntaba si era eso lo que yo misma tenía que ver. Jamás me había enamorado, pero conocía el sentimiento, incluso jamás había deseado la carne de alguien. No tenía amigos humanos estrechos, los lazos que había formado con los demás eran por los dioses, por la naturaleza e incluso por las serpientes. Conocía a muchos, pero nunca había sentido atracción por nadie. ¿Era quizá esa la prueba de los dioses para conmigo? Me reí de mis misma entonces y acaricié la cabeza de una de las cobras, que siseaba en mi oreja como quien le cuenta un secreto a alguien. Ellas me susurraban la realidad, eran quienes me equilibraban en el día a día. — ¿Si acepto que hay cosas injustas que no deberían suceder, cambiará algo? Incluso cuando caminas por la calle tomas decisiones que pueden modificar por completo tu destino. No hay mal que por bien no venga. Esa es la mejor manera de vivir, aunque pienses que es una mentira. —

Expliqué del modo más burdo que encontré, porque simplemente quería darle a entender a aquel muchacho, que cuando las cosas estaban más que peor, teníamos que observar lo mejor de allí o pensar que las cosas cambiarían en el futuro. Si no, ¿Cómo se puede vivir de esa forma tan miserable? Sintiéndose lastimado por el pasado, sin sanar las heridas, huyendo de la realidad en la que vivíamos. No podía permitir que haga de Monicke un cascarón vacío. Mordí mi labio inferior y con suavidad acaricié los pastos de la tierra, acomodándolos para no perturbar el crecimiento natural de las plantas. — Es cierto, no sé nada de ustedes, pero si viniste hasta mí es porque sientes que puedo cambiar algo. No soy una amenaza y… Lo único que logras intentando mantenerla lejos de todo es que le tenga más temor a la vida. Vivirá con miedo a todo lo que le rodea por siempre. — Chasqueé los dientes, sintiendo que aquel hombre empezaba a sacarme de quicio, su cabello largo y alborotado y su piel tan sumamente blanca y lisa. Era todo lo contrario al ofidio que hacía un tiempo había conocido. Me tomé entonces los párpados para acariciarlos, “iguales, pero diferentes” pensé y con una sonrisa busqué su rostro. — Claro que estás vivo, pero dime, ¿no te gustaría poder expresar un poco más tus sentimientos libremente? Los cambiaformas son animales y los animales son libres por naturaleza. Aunque me digas que puede irse cuando quiera, no me estás diciendo más que palabras vacías. No me alejaré, no pensaba volver a verla en realidad, pero ahora lo haré. — Objeté alzando uno de mis dedos y me giré en un semicírculo, lanzándome de rodillas al suelo para agarrar algunas flores pequeñas y dulces que crecían cerca de la humedad.

— Haremos un trato, si logras comprender lo que guarda tu corazón y asumes las consecuencias de ello, yo desapareceré. Mientras tanto, me mantendré tan cerca de ella y de ti que quizá llegarás a odiarme. No puedo permitir que la flor se esconda entre los escombros, y tampoco que el cuervo se vea ahuyentado por el hombre. Pósate en el busto de Palas, yo estaré, Rylan. — Sancioné con los sentidos algo distraídos, mirando hacia el horizonte como quien no sabe por dónde caminar. Me sentía perdida, vagamente molesta y por ende mi aura equilibrada estaba desconfigurándose. Suspirando me tomé la cabeza y tiré los cabellos hacia atrás, empezaba a caminar hacia el lado del caudal. La mañana estaba empezando a irse y era hora de alimentarse. — ¿Te gusta el pescado? Te invito a almorzar si quieres. — No le miraba, pues en el interior sentía algo de temor, no estaba segura de estar haciendo las cosas bien, pero tampoco tenía otra manera de ver las cosas.

“Dioses no me abandonen.”

por **Rylan Cerny** Mar Ene 13, 2015 10:19 pm

“Me es tan complicado comprenderte, que creo que podría enloquecer”

El mundo estaba podrido, esa era la verdad que pocos deseaban admitir. usualmente las personas optaban por el ver el lado bueno de todo, se decían a ellos mismos que todo suceda por una razón muy superior que los sentidos humanos e incluso los sobre naturales eran incapaces de explicar, a fin de cuentas, eran únicamente maneras de no admitir la realidad de la vida. Hasta Rylan solía caer en aquellos pensamientos positivos y ridículos, como una manera de aliviar las desgracias y las culpas de una vida que no iba a llevarles a un lugar muy diferente al que se encontraban en esos momentos; por esas ideas que solía tener, en una especie de destello cruel de la realidad era que no creía del todo en las palabras de Deméter y hasta le desesperaba esa manera tan calma de parecer aceptar todo. ¿Acaso ella no luchaba por conseguir las cosas? ¿Tan solo se quedaba estática viendo todo pasar a su alrededor? Que terrible desperdicio de la vida, porque según el gitano, siempre se debía luchar y continuar adelante, levantar la cabeza y decirle a la vida y las situaciones que no estabas dispuesto a darte por vencido.
– No, nada cambiaría a menos que se algo que trates de cambiar por tu cuenta. Las cosas pasan de determinada manera, si, pero tenemos la fuerza para enfrentar las cosas – sonrió convencido de sus propias palabras – Si tomas una decisión que cambia por completo tu camino, puedes tomar desiciones para regresarlo a donde estabas si es que deseas. No todo mal tampoco trae precisamente un bien y tu presencia no le traerá ninguna bien a Monicke, así que solamente déjale en paz y estaremos bien – tan sencillo como eso, su relación de pacifismo con el mundo se resumía a las desiciones que fueran tomadas con respecto a la cambiante y su seguridad.

Entre cerro los ojos, observando como Deméter acariciaba el pasto en un acto que él era incapaz de comprender.
– Si he venido hasta aquí es porque si cambias algo solo será para mal, eres una amenaza y eso deberías entenderlo – negó de manera firme a sus palabras, por supuesto que deseaba mantener a salvo a Monicke, al menos hasta que ella comprendiera del todo como usar esas habilidades que parecían completamente muertas para defenderse. Él había comenzado un entrenamiento para con la cambiante, hacía las cosas a la manera en que podía entender y buscaba que ella despertara y luchara por si misma – No deseo que tenga miedo, quiero verla lograr las cosas que ahora teme pero no esta lista, aún no y tu presencia únicamente traerá desgracia cuando lo que busco es que se encuentre bien – ¿Hablaba de una manera inentedible? o era sencillamente que la manera de Deméter de ver la vida le impedía captar del todo lo que él estaba tratando de hacer. Ambos estaban sumidos en su propia manera de ver la vida, de una manera tan terca a su estilo que les impedía observar que as intenciones del otro no estaban llenas de maldad y que lo más seguro era que ambos desearan lo mismo, ver a la cambiante en un mundo mejor. Enarco la ceja porque no veía la relevancia en demostrar más sus sentimientos y la libertad de Monicke – ¿Palabras vacías? Es que tu has visto como es que esta ella, apenas y puede andar unos pasos sin estrellarse en algún lugar, es como una niña que apenas aprende a caminar. No es la cambiante libre que tu piensas que es – se detuvo porque finalmente sabia que la gitana también había sido capaz de captar lo especial que era la alemana – y si es que piensas acercarte a ella y ya has notado su verdadera naturaleza debes estar consciente de necesita estar lejos de aquellos que le hicieron daño.

Escucho con atención el trato que le era propuesto, no captaba todo por completo pero si lo suficiente como para tomar una decisión que debía ser lo mejor para todos.
–Si quieres acercarte a ella nuevamente adelante pero si es que le sucede algo a partir de tu presencia te las veras conmigo – y antes de decir algo más suspiro – No sé que es lo que deseas que comprenda, pero aceptare tu trato siempre que cuides de ella – y así era como la molestia se le iba de a poco. Observo a su alrededor, sintiendo la tranquilidad del momento hasta que Deméter volvió a hablarle y se encogió de hombros – Mientras sea comida esta bien para mi ¿Necesitas que te ayude con algo? – tampoco era desconsiderado como para dejar a alguien que le invitaba a compartir alimentos, hacer todo el trabajo – y ahora que lo pienso ¿Para que es que necesitas todo esto que recolectas? Nunca he sabido exactamente que es lo que haces – pero él no sabía nada a fin de cuentas. Era tan solitario que la gitana aquella era la tercer persona con la que Rylan había hablado tanto.

por **Darko DeGrasso** Sáb Ene 24, 2015 3:42 pm

“Sería más fácil aprender a sentir, que a saber”

Aquellas personas con las que me había encontrado, me desesperaba de solo verlas, tanto Rylan como Monicke me habían enseñado que no siempre podía hacer las cosas como yo quería. Que no todos se pueden levantar del sufrimiento que les da la vida. Mi mirada era vaporosa frente a él, me quedaba expectante en tanto los suspiros se hacían calmos y mi sonrisa se prolongaba en mi rostro. Esa que solo una persona había podido quitármela, pero ahora volvía a lucirse entre mis labios. ¿Por qué había llegado mi cuerpo y mente a Paris? Me preguntaba una y otra vez, molesta conmigo misma pues no había manera de saber la razón, los dioses querían algo que me sentía incapaz de realizar. Tal como hacer entender a aquel hombre que las cosas no iban a ir como él las deseaba si solo empujaba y golpeaba la pared. Quizá él solo tenía que quitar un cimiento y así todo se desmoronaría, pero no. Parecía solo querer pegarle con puños y patadas, pensando que de esa forma terminaría por ganar. — ¿Soy una amenaza…? Eso sí es algo que nunca antes me habían dicho. Escucharlo me hace sentir poderosa, pero es una blasfemia. ¿Sabes qué es una amenaza? El miedo a vivir. Los pensamientos torpes de pensar que uno sabe más que el resto sobre existir. Debes aprender a sentir y dejar de pensar. Mírame, ¿realmente vez algo amenazante en mí? —La pregunta fue tan inocente como burlona. Mientras mis manos se acercaban al pasto verde y suave yo me jactaba en escucharlo. Era algo nuevo, como siempre me decía; las personas son diferentes mudos y ninguna es igual. Había cosas similares por supuesto, así como la época en la que vivíamos dejaba muchos estragos en nuestras mentes, las próximas generaciones tendrían esos mismos problemas.

Desesperación, poca libertad, sentirse intimidado por uno mismo. Dejé salir un pequeño ruido de agobio, como si estuviese cansada por las largas tareas que me eran encomendadas y pronto volteé la mirada para buscar los ojos del gitano. Mis pestañas se sumieron en lubricar mis orbes unas cuantas veces y con una sonrisa a medias me quedé expectante, sus palabras tenían un sentido un poco más humano ahora mismo. Como la paloma que desea proteger a sus pichones a toda costa. Esperando el momento justo para dejarlos volar. Pero estaba claro allí que Monicke no era ninguna niña. Sí, debía aprender cosas nuevas debido a sus nuevas discapacidades, pero eso no significaba que tuviese que empezar a caminar otra vez. — Entiendo un poco lo que me planteas. Entonces, no diré cosas de más. Acepto que seas tú quien la ayude a salir, puesto que solo soy una gitana que pasaba por el lugar cuando me la encontré hace poco. Aun así me acercaré a ella, evidentemente tu cocina no es muy buena. Ella está tan delgada que pareciera que sus huesos se van a caer. — Bramé en lo que las yemas de mis dedos pasaban por arriba de la corteza de un árbol, con la canasta agarrada de un brazo empecé a detenerme llegado a unos metros de la corriente. Allí por donde varios tipos de peces se paseaban. Hacía muchos años que vivía solo con mis serpientes y había aprendido a cazar y a buscar los frutos y hierbas perfectos para alimentarme. Por lo que con cuidado me dediqué a armar una pequeña lanza con las cañas y el filo de cuchillo que llevaba entre medio de mis cosas.

Tenía la felicidad pegada al rostro, pues aparentemente habíamos llegado a un acuerdo que pensé que terminaría en una discusión quizá demasiado violenta. Pero no, él tenía algo, que iba entre la tranquilidad y la exasperación. — Será comestible, lo prometo. Si quieres puedes prender el fuego, en la canasta hay dos piedras, usa la de color negro y frótala contra la de color piel. No llevo cerillas, porque se me suelen mojar. Pero funciona a la primera. Recuerda poner piedras alrededor. — Tan grácilmente como contenta estaba, recogí la pollera que llevaba en un gran nudo y me dejé guiar por la corriente, en pocos minutos tenía cinco pescados medianos clavados, tres para el muchacho y dos para mí. Estaba concentrada, por lo que no le había podido mirar y apenas terminé con aquel recado me dispuse a contestar sus preguntas. — Algunas son para hacer ungüentos para las lastimaduras. Los médicos salen fortuna y los lastimados son muchos, así que me dedico a repartirlos. La gente me da algunos céntimos cuando pueden, pero lo hago por gusto. Otros son para condimentar el pescado. El romero también es muy bueno para las pesadillas, hay un poco ahí dentro, por si quieres llevarte, ponlo debajo de tu cabeza cuando duermas… Hay otras que me ayudan a concentrarme en la lectura del futuro. Las hierbas salen de la naturaleza y ella es el pasado, presente y futuro. — Mientras quitaba las escamas y clavaba los peces, mis ojos estaban cerrando, acariciando la textura, agradecía los alimentos cada día de mi vida. Pues no sabía cuándo terminaría por no tenerlos. Y entonces los dejé a un costado, comenzando así a poner las especias arriba, cuidadosamente. Luego iría a buscar agua, al parecer estaba a punto de encontrar un nuevo conocido en el arte de vivir.

“No escapes de nuestro futuro”

por **Rylan Cerny** Dom Feb 15, 2015 10:27 pm

“Pero por más que trate, no sé como sentir.
Aun tengo mucho por aprender.”

– Contrario a lo que puedas pensar, todos tenemos algo de amenazante – Le dijo a aquella gitana se empeñaba en creerse en equilibrio con el mundo y todo cuanto le rodeaba; si era de esa manera, bien por ella pero que no tratara de hacer que todos se sintieran de la misma manera cuando la verdad era que nadie estaba en equilibrio con las fuerzas de la naturaleza. De hecho, era ilógico que ella se sintiese no amenazante, dado que la misma especie humana ya de por si era una amenaza; robando a los animales y plantas lo que les correspondía, construyendo hogares en los cuales solo ellos podían habitar y dejaban de lado el contacto con todos los otros seres. Ellos quizás fueran un poco más considerados con lo que les rodeaba y aún así, invadían – Y si pienso es porque tenemos esa capacidad de hacerlo y no puedo simplemente dejarlo de lado – a pesar de que parecía que Deméter no era de esa clase, igual en cierto momento, invadía la naturaleza con todo y que ella dijera que no era de esa manera.

Pese a todo aquello que creía de ella, a lo que existía de diferencia entre las mentes de ambos y lo que podía salir mal; aquel encuentro ahora pasaba a extenderse y no era tan malo como en un principio Rylan hubiese esperado. El gitano aceptaba la presencia de Deméter no solo en la vida de Monicke, sino inevitablemente en la suya. Le tranquilizo saber que la gitana no buscaba llevarse a la cambiante lejos de su cuidado y que de hecho, le decía entender que era lo que decía. Finalmente algo de lo que salía de los labios del gitano parecía dar en el punto indicado y no lo dejaba del todo como el monstruo bruto que todos parecían ver al mirarle. Sonrió feliz de saber eso pero casi de inmediato una vergüenza como nunca antes sintió le ataco al escucharle decir que su cocina no era lo mejor del mundo.
– Sé muy bien que mi cocina deja mucho que esperar, la verdad es que nunca antes debí cocinar para nadie más que para mi y pues yo soy capaz de comer cualquier cosa – suspiro – me es complicado saber que es lo que ella necesita para recuperarse por completo, aunque igual ha recuperado algo del peso perdido – se encogió de hombros, tratando de no sentirse tan culpable por la delgadez de Monicke que en parte era su culpa por no alimentarle debidamente – Así que si tu estas dispuesta a darle comida que ayude más que la mía, no me negare – lo más importante y la razón de aquel encuentro era después de todo la alemana.

Río al escucharle hablar sobre la comida que iba a preparar.
– Acabas de decir que mi comida no es muy buena, así que cualquier cosa debe ser más comestible y sana que la mía – termino por decir aquello que no le molestaba en lo absoluto. Era la verdad que Rylan siempre había estado solo y que como nadie dependía de él, no se esforzaba mucho por las cosas, pero todo eso había cambiado a partir de la llegada de Monicke. No solo era completamente necesario tener comida -la más decente que él pudiera ofrecerle- sino que además, debió conseguir ropas y pensar maneras de volver a integrar a la cambiante a una vida que perdiera y que ella no se esforzaba mucho en recuperar – Eso si puedo hacerlo, hasta con los ojos cerrados –aseguro el gitano mientras buscaba todo lo necesario para hacer el fuego. Mientras Deméter se alejaba con rumbo a las aguas, él se dedico a juntar piedras de tamaño decente para poner alrededor de donde estaría el fuego y después fue en busca de yesca y lo que pudiera mantener el fuego. Le llevo tres intentos lograr su cometido y unos minutos más, hacer que el fuego fuera lo esperado pero estaba bien para cuando la gitana regresaba con los pescados y Rylan le observo curioso mientras ella le contaba que era lo que hacía con las cosas recolectadas – Ya veo. Debes saber mucho entonces de las funciones de las plantas y la manera de combinarlas para ciertas cosas – hizo una mueca – yo solo sé de algunas, nunca fui muy afecto a estar investigando sobre la naturaleza, pero de haber sabido que eso ayudaba tanto a vivir, quizás hubiese hecho otras cosas – aseguro a sabiendas de que el tiempo era algo que no podía regresar y que lo aprendido no podía cambiarse. Él sobrevivia a su manera, cada uno de esos gitanos era experto en su modo de vivir – y ¿Qué me dices de las serpientes? – preguntaba como el hombre carente de contacto que era, porque aunque no hablara mucho con los demás, bien sabía que Deméter era a quien algunos llamaban la mujer de las serpientes y hasta entre los suyos, eso era algo peculiar.

por **Darko DeGrasso** Lun Feb 23, 2015 11:54 pm

“Te enseñaremos a curar el dolor del pasado”

La sorpresa me invadió cuando su respuesta se dirigió a mi como quien quiere clavar una estaca con los ojos cerrados. Me sentí un tanto avergonzada, pues en parte él tenía razón. Era una amenaza, así como todos en el mundo, pero eso no quitaba el hecho de que era la primera vez que me lo decían. La verdad es que siempre había estado en tregua con todo aquel con el que me había topado. Y recién este tiempo había hallado gente demasiado adolorida y molesta con el mundo como para querese a mi lado. Pues bien, no es que yo fuese por ahí metiéndome en todo. Solo eran las premoniciones las que me causaban esos altercados. Me dije entonces que seguro era por estar tanto tiempo en el mismo lugar. Ya que solía ir de tierra en tierra, nunca me encontraba con las personas de mis sueños. Muchas veces las salía a buscar y no daba con ellos. Pero ahora sí, siempre sucedía y por lo pronto, no hacía más que verle defectos a aquella habilidad singular. — Tienes razón, creo que en los largos años que he pasado como una solitaria nómada, jamás me había percatado de que podía llegar a ser una amenaza para algunos humanos. Verás, aunque soy de buen fluir en las conversaciones. Me he pasado toda mi vida solo con mis serpientes, para mi tragedia no soy capaz de comunicarme con ellas como lo hago contigo. — Susurré con unas mejillas sonrojadas y la risa casi al borde del nerviosismo. Me dediqué entonces a buscar los peces y ponerle especias. Ladeando la cabeza a cada escama que lanzaba al suelo. Lo dejaría sumamente blanco para él. Pues me sentía como en un examen, uno que decidiría si podía estar más tiempo viendo la recuperación de Monicke, o no.

— Debe ser complicado para ti, de repente tener que cuidar a alguien que está en ese estado… Le coseré un bello vestido, así que no tienes que preocuparte por eso. Tú deberías ayudarla a reinsertarse, ya que yo nunca podré hacer eso. Siquiera puedo hacerlo para mí, dudo poder ayudar a alguien más. —Con las hierbas ya pegadas a los cinco pescados clavados en diferentes palos verdes en punta, me agaché para introducirlos sobre la tierra, entre las piedras y alrededor del fuego. Siendo cuidadosa de que nada pudiese caerse. Allí estaban los alimentos comenzándose a dorar. Incluso el olor era formidable, tanto que el apetito se me abrió bruscamente. —Sí, muchos chamanes me ayudaron en el camino, algunos fueron una gran mentira. Pero gran parte de ellos terminaron enseñándome algo, ya sea bueno o malo, valió la pena. Puedo curar y saborizar cosas genuinamente bien.— Jamás me arrepentía de mi pasado, pues aún aquellos que habían terminado estafándome me habían demostrando que en pocas personas se podía confiar. Aparte aprendí a diferenciar esas auras, poco a poco darme cuenta de algunas intenciones, con simple empatía, me resultó sumamente útil y casi sobrenatural. Por lo que mis palabras no fueron con odio o con resignación, más bien estaba segura que algo había ganando. Y terminé por regalarle una pequeña sonrisa cuando la conversación terminó en los ofidios, siempre terminaba en ellas después de todo.

Me dediqué un momento a hacer girar el alimento y luego me levanté, volviendo a hacer un ruedo en mi vestido para ir a buscar un buen cuenco de agua. Fue algo tosco ya que mis músculos no eran demasiado prominentes, a decir verdad, mi fuerza residía más en lo mental que en las tensiones de mi cuerpo. Así que con los ojos cerrados y riendo bajito terminé por traer rápidamente la fuente, dejándola en un costado. — Meretseger es una cobra real y es a la que conocí primero, la encontré en su huevo, fue toda una locura para mí, casi como criarme con ella, mi caravana no la aceptaba en principio. Pero de todos modos a los dieciocho me fui, no me escapé, pero casi lo mismo. Me querían casar y estoy enamorada de otras cosas, no podía permitir que me ataran. Luego me encontré con Anfisbena y Aghá dos cobras americanas, hermanas. ¿Y tú? Cuéntame de tu vida. — Curiosamente y con los ojos oscuros abiertos me dediqué a observarlo, acomodando el agua para ambos en cuencos separados. Hubiese sido mejor tener vino para aquella charla, pero no tenía ni una sola gota. Hacía bastante no conseguía mucho trabajo como para darme el lujo de comprarlo y el hecho a mano sin duda no era demasiado bueno. Se podía decir que era algo que me negaba a “cocinar”. El sabor y la textura solo podían ser hechos por un maestro. Así que en silencio tomé el vaso de madera, alcanzándoselo a él para luego quedarme con el mío, bebiendo pequeños sorbos en lo que esperaba de él. ¿Quién era? ¿Por qué había decidido cuidar de una extraña? Y por sobre todo, ¿por qué parecía estar tan solo?

por **Rylan Cerny** Dom Mar 22, 2015 8:52 pm

“Y así es, como nuestras vidas son similares pero diferentes”

Era increíble para el gitano creer en aquello que decía Deméter, no podía imaginarla más aislada, no como él. Ella que decía vivir simplemente con sus serpientes y ser capaz aun así de comunicarse con todos, mientras que él vivía siempre en comunidad, pero a pesar de eso le era inútil tener largas conversaciones o considerarse amigo de alguien. La manera de vivir de ambos no era muy diferente y sin embargo, eran dos gitanos completamente diferentes uno del otro. Envidia era lo que sentía crecer en su interior, cuando se daba cuenta de que era un hombre inútil, alguien incapaz de llevarse con los suyos aun cuando lo necesitara, cosa que a Deméter no parecía serle nada complicado.
– Me cuesta creer que tus palabras sean verdaderas. Yo también he viajado mucho, andando de un lugar a otro y aunque siempre he tratado de permaneces un determinado tiempo en comunidad con otros, siempre me es imposible convivir y termino por alejarme, pero tu no tienes esas dificultades aunque antes vivieras como nómada, o simplemente viviendo con tus serpientes – enfoco la mirada en la manera en que la gitana preparaba los pescados – No entiendo como eres capaz de hacer eso. Yo me esfuerzo por lograrlo y parece ser que termino espantando a todos o alejándolos más que antes. Pero igual me he acostumbrado a estar solo, los únicos que son capaces de permanecer conmigo más tiempo son mi familia y en estos momentos no se donde están.

Daba justo en el clavo. Cuidar de la cambiante no era del todo complicado pero a él se lo parecía por la carencia de tacto que poseía y la falta de experiencia en convivencia con otros. Vivir de manera solitaria siempre era mucho más sencillo, pero no eran las cosas sencillas las que valían la pena en la vida, era aquello que nos sacaba de nuestro estado de confort lo que nos empujaba a engrandecernos. Monicke llegaba en un punto donde Rylan la necesitaba más que a nadie y con ella llegaron más personas que de una manera u otra le estaban manteniendo en París. Su madre al final de cuentas tenía razón, era cuestión de permitirse crear lazos para entonces permanecer en un solo sitio y notar como verdaderamente se volvía parte de ese lugar.
– No es complicado, es novedoso para mi ya que… siempre he estado solo y ella es mujer, así que me cuesta saber que es lo que necesita para encontrarse cómoda – le escucho y no pudo evitar soltar una risa divertida – Será de mucha ayuda ese vestido, ella no puede seguir andando por ahí con las cosas que yo le consigo, seguro que tu le haces algo mucho más apropiado – suspiro – respecto a que yo le ayude a reintegrarse a los demás, no sé si puedo hacerlo. Trato de lograrlo pero por ahora lo mejor que puedo hacer es primero que nada empujarle a que se valga por si misma, después, estoy seguro que no me necesitara para reintegrarse – el aroma de los pescados era fantástico. Rylan agradecía por dentro a todos aquellos que le enseñaron algo de utilidad a Deméter, ya que gracias a ellos probaría una comida decente – Aprendiste bien, eso es seguro y – olfateo de manera deliberada – todo esto huele delicioso, seguro que con comida tuya Monicke se fortalece mucho más pronto – ya había admitido su incapacidad de cocinar, así que de ese momento en adelante, confiaría en Deméter.

La gitana era rápida cuando se trataba de moverse y conseguir cosas, por eso, antes de que Rylan le ofreciera ayuda, había ido y regresado con agua. Entonces fue que la voz de Deméter volvió a acallar los sonidos del bosque y Rylan podía notar la manera entusiasta en la que se refería a sus serpientes, sus acompañantes y entre esas cosas, compartía un poco de ella. Le observo atentamente y en realidad no se la imaginaba casada, era definitivo que amaba otras cosas y para ella era suficiente aquello, aunque no tuviera un marido, cosa que tampoco parecía necesitar.
– Al menos no escapaste sola y tuviste la compañía de tu cobra y ahora tienes tres. No te imagino con un hombre – soltó de una – no lo digo por ofender, es solo que eres independiente y sabes hacer grandes cosas, así que no creo que requieras de uno – pero entonces llego una pregunta que no había escuchado desde hacía mucho tiempo y suspiro. Hablar de su vida no era sencillo aunque tampoco era difícil, simplemente no estaba acostumbrado a hacerlo – Yo no soy de ningún lugar, mi madre siempre dijo que era parte de la maldición que nuestro padre nos dejo a mi y mis hermanos, el no sentirnos parte de ningún lugar – acepto el cuenco y bebió un poco de agua – Siempre he viajado, nunca estoy demasiado tiempo en un solo lugar, pero por Monicke es que he aguantado en París y creo que comienzo a acostumbrarme – sus ojos se mantuvieron sobre los pescados y bebió un poco más de agua. No debía ser aquello lo que Deméter esperaba escuchar, pero seguro que saldrían temas de conversación más profundos después.

por **Darko DeGrasso** Mar Mar 31, 2015 6:58 pm

“No puedes comparar la existencia del humano y el animal”

La sonrisa amable se esparcía en mi rostro cuando las oír sus palabras me percaté de la magnitud de sus problemas. No solo me hallaba frente a un hombre terco y difícil de llevar, sino que también estaba cara a cara contra un cristal temeroso de ser acariciado y destruido al mismo tiempo. No podía decir que me sitiera identificada, pues jamás se me había ocurrido ligarme completamente a una persona, sino que era justamente lo opuesto lo que me daba la seguridad y el placer de hablarle y transmitirle mis pensamientos y sentimientos al que sea que desee saber de mí. Para mí, los amigos no eran más que una extensión terrenal de conocimientos, personas que iban y venían en mi vida y que podían modificarla o no. Quizá ese fuese el problema, la razón por la cual nunca terminaba de sentirme completa y tampoco llegaba a estar vacía. Un equilibro que podía considerarse bueno, pero que poco a poco estaba torturándome. Y cuando caí en cuenta que quizá y solo quizá quisiese tener un amigo por bastante tiempo a mi lado, mis ojos se abrieron, sujetando aquella rama que antes había cogido con una sorpresa total. Y fue una ligera risa la que se asomó, haciéndome negar y reír de emoción y nervios. — Tienes una personalidad difícil de llevar. Todos nacemos con diferentes cualidades, nos las otorgan antes de nacer para así tener los pros y los contras de nuestra vida. Es lo que nos da la fuerza y la debilidad. En tu caso, tu muro eres tú mismo. — No sabía bien si estaba hablando de él o quizá de mi misma, que a pesar de que sabía traspasar con una mano aquel mural, siempre me mantenía del lado seguro, aislada con el sueño de que algún día me iría de la tierra para formar parte de un lugar mejor.

Para sorpresa mía, las hablas del gitano comenzaron a ser muy fluidas, me miraba con gusto y eso me obligaba a sonreír como una niña a la que le han dado un premio. La manera bruta de explicarse y la tosquedad con la que decía las cosas me entusiasmaban y pensé sin mucha dificultad que si fuese otro quien estuviese hablándole ya se hubiese ido entre malas palabras. Era directo y aunque eso me resultaba perfectamente agradable, no era así para los demás, que siempre buscaban adornarse con flores que no eran suyas. Sin entender que lo dulce de la existencia es saber los errores y las bondades de cada uno. Y no se puede aprender solo, de eso estaba segura, pues aunque había vivido sola por tanto tiempo, siempre me encontraba personas en mi camino que me explicaban diferentes maneras de existir. La cocina era una de ellas, si no hubiese sido por los nómadas que me habían enseñado, seguiría comiendo carnes mal cocidas, con vegetales crudos, como al principio tuve que hacer. Ahora podía disfrutar de casi todo y sin duda alguna alimentarse era uno de los mayores placeres que el humano tenía. Algo que siempre me habían dicho que debía apreciar, pues después de la vida ya no existe más. — ¿Es la primera vez con una mujer a tu lado? Debe ser difícil para ti, pero Monicke es una persona fuerte, haber sobrevivido es una clara prueba de ello. Y aunque no quiera aceptarlo, fue el destino lo que la obligó a seguir viviendo. Ya sabes, cuando uno no tiene más fuerzas para ayudarse, se deja en manos de otros. Fue una moneda, seguir o perecer. Ellos eligieron que siga viva y fue por algo. —

Estaba segura de que los dioses tenían preparadas nuevas cosas para ella, quien sabe qué es lo que había hecho para merecer aquel castigo, pero el destino no es tonto, balancea lo bueno y lo malo y cuando aparenta que no lo hace es porque en vidas pasadas o futuras un error se cometió. Pero yo estaba firme, mi corazón mantenía fuertemente la opinión de que tarde o temprano, las cosas mejorarían para ella, podría volver a volar en algún momento y aletearía más rápido que nunca. — ¿Tú crees? Algunas veces pienso que soy muy solitaria, sería agradable tener un compañero, pero las personas se atan demasiado, caen en la enfermedad del amor. Y yo le tengo miedo a eso. A quedar dependiendo de alguien que no puedes tener todo el tiempo al costado. ¿No es perturbante? — Casi bromeando bebí un sorbo de agua y pronto me dispuse a girar los pescados que empezaban a terminar de cocinarse, era rápido, porque la madera absorbía el agua y sangre y pronto la laceración terminaba de dejarlos crocantes y cocidos por dentro. Mi estómago gruñó muy suavemente y alcé las cejas, disponiéndome a repartir una varilla a cada uno, acomodando las restantes de manera que el fuego no les diese tan de lleno y comenzaran a quemarse. — ¿Una maldición? ¿Hablas en serio? Ahh… Esas cosas son veneno, cuando uno tiene fuertes deseos de dañar a un prójimo eso termina por hacerse a cambio de un pedazo de nuestra alma que queda retenida en la tierra. No se puede ir al cielo luego de proliferar una maldición. — Negué con tristeza, aquellas personas que hacían el mal sin tener razones verdaderas o quizá sí, pero nada era tan grave como para hacer que algo pase de generación en generación. Que el mal se transmita es prácticamente una forma de venderle el alma al diablo. — Deberías romperla, eres fuerte, si mantienes la decisión de que esta es tu tierra, siquiera el grito de los dioses podrá sacarte de ésta. La verdad es que Paris me ha resultado una ciudad magnifica, llena de seres con vibrantes auras. Aunque me he encontrado con que tengo algunos miedos muy trágicos. Y los inmortales rondan como si fuese el reino de ellos. — Mencioné a la ligera, sonriendo para él, como si lo hubiese conocido de toda una vida. De alguna manera, sentía que estaba tirándole una soga de la amistad para que no se escapase de mí. Pues podía hablar y me sentía demasiado cómoda, quizá mucho más cómoda que con mi soledad.

por **Rylan Cerny** Vie Mayo 01, 2015 12:45 am

"Existen amistadas que estan destinadas a ser
y ahora, lo estoy comprendiendo"

¿Que tenía una personalidad difícil de llevar? Mejor que le dijera algo que no supiera, no aquello que le era tan obvio y que todo aquel que le rodeaba se empeñaba por restregarselo en la cara. En otros momentos lo hubiera tomado como una completa ofensa, pero en aquellos momentos la verdad es que se sentía cómodo y no iba a tomarse como ofensa nada de lo que viniera por parte de Deméter, quien ya se notaba que bastante estaba haciendo por Monicke en aquellos tiempos, además de haberlo soportado con una calma sin igual, aspecto que le sumaba una gran cantidad de meritos para con el gitano, quien se mantenia antento, recibiendo de aquella mujer todos los comentarios, guardado para el futuro aquellos que creía que le eran convenientes y dejando pasar todos los que creía no le servirian para nada.
– Mi muro soy yo mismo… – repitio aquellas palabras, ignorando por aquellos momentos el significado que era tan obvio y que en parte ya había captado él; aún así, no era el instante adecuado para que aceptara que todas las culpas de su carente relación con otros era completamente su obligación. Tal vez aquel comentario no era del todo para él, aún así, también se encontraba relacionado con él; debía agradecer a esa cierta similitud que poseía con Deméter por aquellas sabias palabras que le darían una buena sacudida mental después, una mucho mayor a la que ya había estado recibiendo durante todo aquel rato.

La pregunta de la gitana le hizo avergonzarse un poco, igual tampoco podía negar la realidad de que nunca antes hubiera vivido con una mujer que no fuera su propia madre así que asintió a la pregunta.
– Es que ya te dije que no he tenido mucha compañía, mi madre fue la única mujer con la que he vivido en mi vida y bueno, yo llevaba su sangre así que sabía perfectamente como tratarme y mi manera de ser. Monicke, es la segunda mujer que comparte un hogar conmigo y por eso creo que me es más difícil, aunque no imposible – Escuchar como Deméter hablaba de Monicke le dejaba en claro que no era el único que veía en la cambiante aquella fuerza. La alemana bien podía negarse a seguir viviendo, maldecir a su destino y todo cuanto había pasado, pero igual seguía viva y existía una razón para ello, una que la cambiante aún no descubría, del mismo modo en que Rylan aun no descubrir que era lo que él tenía que aprender de ella – Eso mismo pienso yo; lo que paso debió ser por algo y si ella sigue viva es porque debe seguir luchando. Después de todo no fue nada normal que yo decidiera ayudarle y hacerme cargo de ella, todo sucedió por algo que aun no logro descubrir y al parecer ella tampoco – miro a la gitana – Tu también has sido enviada hasta nosotros, ahora puedo darme cuenta de eso pero… tampoco entiendo para que ¿Tienes alguna idea? – Si analizaba sus encuentros recientes, parecía ser que varias personas estaban siendo unidas gracias a la cambiante, todos y cada uno con propósitos desconocidos hasta ese momento, porque lo único que estaba claro era que Monicke era su eje principal.

– Yo no hubiera creído que eras solitaria sino fuera por lo que ahora me dices – y era cierto, porque ante los ojos de Rylan, Deméter era una mujer que podía tener tanta compañía como quisiera solo que tal vez, no la deseaba o no la necesitaba de la misma manera en que otros lo hacían. Le observo con curiosidad, porque si bien ella tenía razón en que la mayoría de las personas caían en la enfermedad del amor ella parecía estar cayendo en otra clase de enfermedad, una que compartía con él aunque no se le notara a leguas como era con él – Pero igual estar cayendo en la enfermedad de la soledad; dices que te seria agradable pero que te da miedo entones ¿No te estas negando a ti misma la posibilidad de tener un compañero? – porque así como el amor volvía a las personas egoístas, la soledad las volvía poco a poco insensibles y aunque Deméter no pareciera caer en eso, personas como Rylan eran la prueba de que tarde o temprano aquello terminaba por afectar a la vida. Sonrió, ocultando tras aquel acto una tristeza que para otros resultaba invisible, pero con sus palabras dejaba entrever que aunque no lo aceptara del todo, le afectaba el saber que tanto él como sus hermanos no podían formar parte de ningún lugar – Pues mi madre siempre nos dijo eso y la verdad es que creí que eran exageraciones suyas aunque ahora comienzo a creer que como tu has dicho, existío alguien que decidió envenenar a la familia de la cual procedo. No estoy seguro de por qué, pero mi padre nunca pudo permanecer al lado de los que amaba, en un inicio pensé que era porque le gustaban las mujeres demasiado como para entregarse por completo a una pero viéndonos a nosotros – le miro – fue algo más fuerte que él lo que le obligo a irse – y lo decía con seguridad, porque veía en él mismo lo complicado que le resultaba ser de un lugar aunque gracias a Monicke era que se mantenía en París.

Romper la maldición si es que sus madre tenía razón en eso, sería complicado, pero de cierta forma Deméter le animaba a intentarlo y ahora tenía algunas personas que realmente le importaban en aquellas tierras, así que no tenía porque preocuparse sobre tener razones para desear quedarse.
– París en un lugar bastante interesante cuando de criaturas sobreanturales y humanos interesantes se trata – la curiosidad brillo en los ojos del gitano – ¿A qué puedes temerle? Esta claro para todos nosotros que este lugar esta repleto de seres sobrenaturales, en especial vampiros pero hasta ellos tienen sus reservas para con nosotros o ¿Has encontrado ya alguno que ponga en peligro tu vida? – y sin darse cuenta era que esa parte suya que deseaba cuidar a los otros salía a flote. Si Deméter necesitaba su ayuda, estaba completamente dipuesto a ofrecerlesela.

por **Darko DeGrasso** Mar Mayo 12, 2015 12:36 am

“El amor puede ser sobrellevado por cualquiera que lo intente, así como la vida siempre traerá buenas y malas circunstancias”

De alguna manera sentía que aquel gitano era como mi contraparte y sí, me llenaba un poco el vacío que solía saber que estaba allí, como una esfera de aire que tenía dentro. Me hacía sentir que realmente podía tener una conversación que no fuese solo para ayudar a alguien. Que no se basara en intentar guiar a una persona al camino correcto nuevamente. Eso no significaba en absoluto que me disgustaran aquellas infinitas charlas que tenía con gente completamente aleatoria. Pero solía pensar que ninguna se quedaba conmigo, yo los marcaba, siempre era de ese modo y luego terminaban por seguir el rumbo, dejándome atrás. Ese era el camino que los dioses me habían dejado y sabía que tenía que agradecerlo, pero ver a Rylan que tan ensimismado me contestaba, me escuchaba e incluso me miraba aunque sabía que muchas de las cosas no le importaban en absoluto. ¡Me parecía encantador! Me hacía sonreír como a una niña que le han regalado un gran globo rosado. Fue tanto el entusiasmo que no me di cuenta cuando fue que terminé de alimentarme. ¿Había comido rápido? Me sonrojé y esperé que no hubiese sido realmente así, de repente el tiempo había pasado volando y no había podido notarlo. Levanté entonces la vista, observando la curiosidad del gitano y así mismo como intentaba aconsejarme de una manera un poco informal y bruta pero con verdades, con una pureza que me provocaba risas y sonrisas que eran extrañas hasta para mí, pues no acostumbraba a hacerlo.

— ¿Yo? Siempre aparezco en los lugares indicados, en el tiempo oportuno. Quizá sea un don aparte, aunque son los sueños los que suelen guiarme. Me gusta ayudar. También me agrada conocer gente, aunque no tengo amigos humanos. La soledad me ha enseñado muchas cosas, por eso la conservo. — Al final fue un pequeño murmullo, quizá no del todo convencido. Pues no, no estaba segura de querer estar sola para siempre, las serpientes eran seres encantadoramente acogedores y me amaban tanto como yo a ellas. Pero yo no era un cambiante, no podía entenderlas realmente, jamás podría comunicarme de verdad. Y muchas veces, me sentía tan sola que incluso las lágrimas podían escaparse en medio de caminos largos y áridos. — Aparecerá. ¿Acaso estás preocupándote porque no consigo esposo como toda gitana debería? Lamentablemente me separé de mi familia por eso. Mi destino era otro. Pero estoy segura que en mi camino se cruzará eso que llaman amor. — Asentí con valentía, era sumamente entretenido, aquel hombre de repente me estaba dando consejos románticos y mi rostro parecía tomar el color de un redondo tomate a punto de salir de cosecha. Suspiré, acariciando mis cabellos negros en lo que los bateaba hacia atrás y me disponía a acomodar aquellos utensilios que ya no iban a ser usados. Lo normal para mí, era dejar la naturaleza igual que antes. Sin transformarla como así hacían los hombres en las grandes ciudades. Aunque yo bien estaba al tanto, de que en algún futuro ellos reinarían y la reina de creación terminaría encerrada en cementos y grandes casas.

— Las maldiciones se rompen con fuerza de voluntad. Es la única forma de hacer que un juramento hecho con palabra se quiebre. Y siempre dependerá de los sentimientos de quien la hizo en primera instancia. Así como se van disolviendo con el tiempo, también se desmoronan cuando tu intensión es más poderosa. — Expliqué al instante después de que sus palabras terminaran de escaparse. La razón es que yo sabía perfectamente cómo eran ese tipo de ataduras. Muchas veces me había encontrado con mujeres que llegaban a venderle el alma al diablo con tal de que un hombre no pudiese volver a conservar jamás una pareja. Me resultaba increíble como las personas se tomaban el tiempo de hacerle tales maldades a los demás. Pero existía y muchos como yo estábamos en la tierra para solventar aquel mal creado por los demonios. Miré entonces al gitano y con una sonrisa empecé a alistarme, pues pronto tendría que ir a vender aquellas artesanías que con tierra y piedras solía hacer. — Aún no he encontrado uno que ponga en peligro mi vida. Quizá hoy sea la noche. Pero no importa qué ni quién. Solo pueden hacerme daño físico. Por eso jamás tengo miedo de ir por la calle. Los seres que son corroídos por una maldición tal como la licantropía o el vampirismo… No me dan miedo, mas bien pena. Igual hay que ser precavidos. Los lobos de la luna no pueden controlarse. Sin embargo los últimos son… Increíblemente raros, me dan curiosidad, muchos han elegido ese destino. ¿No es curioso? Creo que tan solo noventa años ya es una eternidad y ellos viven infinitamente. — Negué, sin poder comprender aquello. Pues todos los días de mi vida eran un sacrificio, los luchaba a cada momento y ellos, por lo contrario existían con una libertad y una tranquilidad que ciertamente, era temible. — Rylan, ha sido un placer. ¿Volveré a verte, no? Me temo que tengo que ir a vender mis baratijas, quiero comprar telas hermosas para poder hacer un bello vestido para Monicke. Y unos zapatos nuevos también. Pero iré a tu carpa para verlos. Ahora que hemos hecho las paces, seguro ella estará contenta. — Tomé con dos dedos su mano, apretándola un poco en lo que sonreía y tomaba mi canasta firmemente, esperando entonces su despedida. No quería separarme, quería charlar hasta que la lengua se me fundiera, pero tenía que controlarme. Mis deseos, siempre estaban luego del de los demás.

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