I just needed a break › Imar › +18 Privado

por **Deverick Coupemachè** Dom Oct 12, 2014 11:51 am

Con Jason como su secretario no se mataba a trabajar, pero aún así necesitaba relajarse de una forma u otra. A veces bebía hasta perder el sentido y despertaba a la mañana siguiente con un dolor de cuello impresionante; otras veces leía y leía hasta que los ojos le picaban por todo lo que llevaban activos; en cambio, a veces iba a un burdel. Solía ir cambiando, una vez un chico, otra vez una chica, y así sucesivamente. Esta vez tocaba un chico. Llevaba el dinero en su cartera, a buen recaudo en su pantalón; nada más llegar, pagó por adelantado y pidió un joven que se dejase hacer pero que no estuviese delgado. En definitiva, alguien como él, pero más, digamos, inocente. Por no usar la palabra pasivo.

Había salido bien entrada la noche, para que nadie le reconociese. No es que se dejase ver a los clientes del circo, pero más de uno le conocía. Sobre todo porque le relacionaban con la extraña desaparición del antiguo dueño del circo. ¿Le cogerían alguna vez? Improbable. Entró en el burdel y siguió a la prostituta hasta el cuarto donde, para su sorpresa, ya había un prostituto en la cama. Nada más verle, Deverick se mordió el labio inferior al ver el tamaño de sus músculos y se acercó a él tras cerrar la puerta y quitarse una chaqueta. Era verano, sí, pero a él le gustaba llevar chaquetas siempre. —Qué grata sorpresa, este burdel cada vez me sorprende mas —le sonrió antes de mover una mano para ordenarle que se levantase. Cuando lo hizo, se acercó a él y pasó una mano por todo su torso. A pesar de la ropa, podía notar sus abdominales.

Luego se acercó a él y le olió con disimulo, notando un cosquilleo en el estómago de gusto al percibir su buen olor. —Soy Dev, y ya sabes para qué estoy aquí, obvio. ¿Cómo puedo llamarte a ti, hm? —le agarró por la barbilla y le dio un beso, corto pero intenso. Sin darse casi cuenta, le agarró los costados y comenzó a empujarle suavemente hasta que Imar se topó contra la pared. Siguió besándole, casi sin dejarle tiempo para responder a su pregunta. Aquella noche, aquel prostituto era suyo, y pensaba cumplir con su “obligación”.

por **Imar Von Uckermann** Jue Oct 23, 2014 10:54 am

La noche mi fiel amiga de todos los días, cuando ella se asoma por mi ventana me doy cuenta que llego el tiempo de trabajar duro para ganar unos buenos pesos para sobrevivir el día a día que debo vivir como un pobre mas de la vida. A pasado mucho desde que he perdido mi fortuna pero todavía la sigo añorando como si fuera el primer día lo cual no digo a nadie para que no piensen estoy loco, en fin que solo me visto bien y me pongo bien oloroso pero sobre todo limpio ara que algún cliente me tome para si hoy. Era algo famoso entre los clientes por que era un jugador en todo los sentidos, ademas de tener un físico llamativo para todo el mundo lo cual me garantiza siempre tener uno o varios clientes por noche siempre y así podía ahorrar para un día llegar a tener algo con lo cual poder salir de este misero lugar que por ahora solo es mi lugar de trabajo como si fuera obrero o banquero en algún lugar del mundo.

Estoy acostado en la cama con una camisa semi abotonada y unos pantalones como los de noche para dormir puesto así me gustaba esperar a uno que otro cliente para darle algo de morbo con los ojos, la puerta se abrió y veo entrar a mi amiga con un hombre simplemente bello en todo los sentidos de la palabra. Así que este cerro la puerta y comento de la grata sorpresa lo cual me hace sonreír puesto me hacer ver que le gustado mucho al hombre frente mio, me levanto de la cama pues el me lo ordena y debo ser obediente. Este comenzó a tocarme todo el torso por lo que lo miro fijamente mente mientras suspiro leve mente , pues sus manos calientes se siente muy bien sobre mi cuerpo que esta comenzando a llenarse de placer ante semejante hombre.

-Soy Imar, estoy aquí solo para complacerte en todo lo que desees, Dev.- Este no me dejo hablar bien cuando me invistió con un beso corto pero lleno de mucha intensidad por lo que lo sigo en su juego puesto para algo es el que paga, así que sigo todo su juego. Sin darme cuenta mientras nos seguimos besando yo toco la pared y al sentirla me pongo con mis manos sobre su cuello para sentirlo todo cerca de mi, me encantaba como se sentía este hombre cerca de mi y ademas de que soy dichoso de que se vea tan bien.

por **Deverick Coupemachè** Sáb Nov 08, 2014 11:17 am

Imar. ¿De dónde sería tal nombre? Bueno, ahora daba igual, ya lo pensaría más adelante. Siguió besándole, devorando pero a la vez saboreando aquellos labios tan apetecibles. Pasó las manos por el torso contrario, notando cómo por encima de la ropa todos sus músculos se marcaban bastante. Tras separar los labios de los de Imar, llevó ambas manos a su trasero, tocándolo y sobándolo. —Vaya, qué bien cuidado está... eso significa que aguantará bien esta noche... —. Sonrió de lado y luego tiró de Imar, volviendo a agarrarle por los costados. Hizo el amago de besarle, pero cuando los labios de ambos se rozaron le tiró a la cama y se quitó la camiseta, mostrando su torso moreno bastante curtido, aunque no tanto en diferencia con el de Imar.

Pensaba darle placer, todo el que pudiese, y que luego las tornas cambiasen. Se echó encima suya, sentándose sobre su cintura y parte de su entrepierna. Estiró el torso hacia delante, metiendo una mano bajo su camisa para acariciar su pecho levemente velludo, cosa que le volvía loco de los hombres. Saboreaba sus labios como si fuese lo que le daba vida. Siguió acariciando uno de sus pectorales, hasta que decidió sacar la mano de su camisa y le desabrochó la camisa del todo. —Ven, quítatela... —susurró echándose de nuevo hacia atrás, y cuando Imar le imitó le ayudó a quitarse la camisa. Estaba sentado sobre el prostituto, ambos torso con torso.

Le agarró de los mofletes esta vez y volvió a besarle, mientras se deslizaba hacia delante para pegar ambos torsos. El tacto del leve vello que tenía Imar en su piel tan suave le excitaba de manera impresionante. Dejó escapar, aposta, un gemido contra los labios del prostituto, y con un suave empujón volvió a hacer que su torso se pegase al colchón. Volvía a tenerlo tumbado, a su merced. Echó el torso hacia delante una vez más, sólo que ahora atacó su cuello. Lo llenó de besos, suaves y húmedos, pues se había humedecido los labios aposta. Mientras tanto, sus manos acariciaban el abdomen de Imar, donde clavaba suavemente las yemas de los dedos.

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