AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Inmortal Spell {Piero D'Páramo}
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Inmortal Spell {Piero D'Páramo}
por Deiran Chassier Dom Dic 14, 2014 8:26 pm
‘’Cuando más seguro estás de lo que tienes es cuanto más te falta lo que anhelas’’
Mi vista se posó en una de las velas que estaban en el escritorio. Ese fuego que danzaba como si hubiera aire que lo hiciera meciese. Cerré los ojos estirando un poco el cuerpo, me sentía algo exhausto. Tenía pocos minutos de haber llegado a Camelia Vinn y no estaría mucho. Después de lo que había visto pasar en estos últimos meses con dos de los seres que apreciaba había reacondicionado completamente mi vida, me recordaba a la época en donde era un neófito y no estaba acostumbrado a ser tan taciturno, sólo que ahora todo se reducía a las paredes de mi casa, el sótano, de vez en cuando el jardín pero detestaba su aroma. Además de que me daba la certeza que, las dos vampiresas que vivían conmigo cumplieran al pie de la letra mis instrucciones. Tenía que ser precavido sobre todo con Leer y su afán de parecer una sabia. A pesar de todo ella llevaba mi sangre y tenía que protegerla a como dé lugar.
El perfil bajo que había tenido que adquirir gracias a las advertencias de caza que había recibido de la inquisición habían roto la cadena de quietud que había forjado por tantos años y eso constantemente me molestaba acrecentando mi impaciencia con los días. Un hilo delgado que poco a poco se va desenhebrando para colgar solo de las esquinas.
Charles, el viejo gerente que se hacía cargo de las cosas cuando no me encontraba se había quedado sorprendido al verme cruzar por esa puerta. No encontraba ni las palabras ni el tiempo para ponerme al día en tanto me entregaba carpetas tras carpetas con todos los movimientos financieros del lugar. Revisaba una a una las hojas sabiendo que por parte del viejo no vendría ningún desfalco, eran esos abogados y demás humanos que me hacían dudar. Inclinándome un poco para alcanzar la copa de vino la observé con detenimiento. Por una extraña razón el ambiente se sentía denso y la dejé a un lado. No quería beberla a pesar de considerarme un consumidor empedernido. Me puse de pie agarrando los papeles para revisarlos con mayor tranquilidad en la mansión y no fue así hasta que salí del despacho cuando noté que las cosas no estaban bien pues una energía chocó conmigo de golpe.
La música clásica del establecimiento era hueca a pesar de sonar perfectamente para los demás, era como una especie de ilusión que usaba nuestra especie para manejar las circunstancias a su antojo. Como si hubiera alguien oprimiéndome el centro del pecho busqué la fuente de energía. Mis ojos se colaron por varios estantes. Tampoco iba a parecer un desquiciado delante de la multitud, eso sería lo contrario a lo que buscaba con pasar desapercibido. Miré a Charles conversando con alguien más que por su altura no se dejó ver por la rendija, en medio de los dos estantes de vinos de una cosecha reciente. Era un humano pero cuando quise entrar a sus pensamientos sin ver sus ojos no pude algo que me molestó y más que eso me puso alerta pues no era cualquiera quien lograba bloquear la gnosis de la raza vampírica.
Rodeando la madera para finalmente conocer al autor del buen humor de mi gerente miré al humano directo a los ojos lo que pareció sorprender a Charles. —Señor Chassier — murmuró el viejo pero yo seguía con los ojos puestos en el desconocido que insertaba en mis pensamientos intriga por la naturaleza de su tranquilidad. Él no era un simple humano. Quizás lo era pero había una amplia gama de situaciones que no dejaban que apostara por eso. —Ya estaba por irme, Charles — murmuré en un tono neutro despegando mi vista de él para ver a mi empleado y este trató de ocultar una mueca de tristeza —Como usted ordene Señor. ¿Revisó que todo estuviera en orden? — su voz salió calmada tal cual él siempre había sido y asintiendo pareció que Charles había tenido un gran olvidó así que se disculpó —Lo siento tanto Señor. El Joven que ve aquí presente ha venido a buscarle — dirigí mi vista con algo de prudencia y alcé la ceja mirándole con más detenimiento.
—Creo que he dejado en claro que no atiendo personas sin previo aviso y menos ahora cuando me encuentro tan — miré su atuendo tratando de volver a leer sus pensamientos y apreté la mandíbula — ocupado — concluí algo resignado queriendo llegar hasta el fondo del misterio de ese humano pero era algo difícil así que seguí el mismo protocolo para no verme sospechoso —Deiran Chassier — extendí mi mano para saludarle en modo de presentación algo tarde pero necesario percibiendo su aura que parecía sencilla pero fue esa capacidad de bloqueo que me paralizó cuando estrechaba su mano. ¿Quién era él?
Deiran Chassier- Vampiro Clase Alta
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Re: Inmortal Spell {Piero D'Páramo}
por Piero D'Páramo Miér Dic 17, 2014 2:16 pm
Cofradía del Brujo
Paso 1: Información recaudada…
El brujo con su diestra estudio con determinación a los apóstata, nadie se le escapaba de la vista, una vez sujetados en su iris, este se cercioraba de dictaminarle su juicio final, sin piedad, sin alguna consideración los exterminaba, ¡Y qué manera de hacerlo! Usa las mejores armas para la cacería, nadie se salvaba de la mano derecha de Dios, ¡Así es! ¡Páramo! La seguridad del que confía en el señor, el que habita al abrigo del Altísimo, ese quien morara a la sombra del omnipotente. ¡No le teme a nada! Se desliza cual ave del paraíso al mundo de los pecadores, se refugio a la fortaleza y en su certeza de que lo que representa. No tiene duda de lo que es, puede mirar fijamente a un traidor sin un pisque que le haga doblegarse y terminaría reinando.
Así emprendió la cacería, los altos niveles de herejes se hallaban en Paris, la ciudad ya era reinada por la muerte, su misión era materializar a los inmortales para usarlos contra la guerra que estaba a punto de marcarse. Era una misión suicida a la que pronto el brujo ejecuto al estudio de las calles de la ciudad, mezclándose con los humanos como si fuese uno más de ellos, manipulando esa faceta para observar el territorio.
Tras unos días de investigación; Se percata que el vino es el producto alabado por los seguidores de la inmortalidad, se bebían a Cristo como burla, porque esto era el significado del vino para la palabra de la Iglesia, blasfemaban con el carmín de su esencia… ¡Impúdicos eran todos, pagaran hasta por la gota consumida! ¡Veneno de víboras es su vino, y ponzoña mortal de serpientes! ¡Morirán sin manchar la tierra con su sangre! El brujo tras manipular a unos, obtuvo demasiados datos, había un lugar donde aparte de sanguijuelas, cambiantes, humanos uniéndose a la tentación de la maldad acudían a la compra de un famoso viñedo, “Carmelias Vinn”. Tras enriquecerse del campo enemigo acudió a este, inspeccionaba a los que merodeaba el lugar, así como se alerto de los negociantes. Cada rostro memorizo, personas que le intrigaba con su aura las posesiono, obteniendo nombre de estos e injertándolo en la mente. ¡Ese y su poderosa arma de superioridad al extraer información! Adentrándose a este, repleto de infamia, la única pureza era la música clásica que se interpretaba, todo lo demás era la peste que debía combatir el inquisidor para inspeccionar al que debía manipular para destruir a los que le rodeaban. ¡Y qué magnifico, solo al dueño necesitaba para ir limpiando esta ciudad!
Entre despliegues, con disimulo sigue la mirada al inmortal con el seudónimo Deiran, fue tan sencillo acercarse a su encargado, unas cuantas palabras de interés en la compra del vino y con el perfil de un negociante internacional demando hablar con el propietario. Sin embargo, una mirada pesada percibía, ignoro tal energía puesto que ya sabía de lo que se trataba, se enfocaba en la entablada conversación, tenía una perfecta labia que asustaba la duda en seguida era creída.
Sin salirse de su faceta, se gira un poco, el rostro en alto, recio e inculcado a la dureza en la mirada. Sujetando esa iris, no era de bajar la mirada al contrario permaneció directo a esos ojos que le parecían interesantes para adentrarse a su interior momentáneamente, atreviéndose a inculcarle una especie de alerta, que de inmediato le libero…— No hace falta mención alguna, ha dicho que se retirara, no le detengo más, siga en lo que le mantenga ocupado, no me interesa llevar algún contacto con personas tan altaneras e irrespetuosas…— Y tras callarlo con dichas palabras desprendidas y el gesto ofrecido a su irónica presentación cogió su mano y le presiono— Temo que el que se tiene que retirar soy yo, si me permite—le menciono tras mirar la mano, liberándose que recorre ese estante, cambiando a otro, ¿Caería a la trampa venidera? Ya lo veía persiguiéndole, tenía que avanzar, púes el arma ya era escogida y a él lo tomaría, le encadenaría un lazo de cazador, lo rehusaría con la vestidura de plumas que cubrirían a Páramo, un escudo y valuado de fidelidad, el único trabajo era entrenarlo pero no teme a ello, o al terror de las noches por la caída de muertes, ni a la pestilencia. Caería Chassier en la palma de su mano, lo tendría a su diestra, le ordenara como esa mirada que ofreció. Ya que hay muchos amantes de la caza que están endurecidos para matar y para lo malo, monstruos repugnantes sedientos de sangre, acostumbrados a los gimoteos, a los que no hay nada que les guste más que los placeres ruidosos y embriagadores. Otros cogen gusto a la caza a causa de su cruda educación y forma de vivir, y no sólo cazadores de profesión, sino también algunos lugareños, los cuales, sin haber aprendido una ocupación humana sensata, sin reflexionar, no saben matar el tiempo de otra manera que con la caza, pero a él lo destacaría con la monstruosidad que le fortalecerá con la sed de sangre, matar a su misma especie en un abrir y cerrar de ojos. Pero, ¿Por qué a él? Por amar al vino y producirlo, su castigo será sentenciar a sus comprantes, enjuiciarlos y servir a la inquisición hasta que sea su turno de morir.
Piero D'Páramo- Condenado/Hechicero/Clase Alta
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Re: Inmortal Spell {Piero D'Páramo}
por Deiran Chassier Jue Dic 25, 2014 7:00 pm
Una especie de hundimiento y curiosidad nació después de haber estrechado su mano. Mis ojos no perdieron contacto con los suyos y fueron la dureza de sus palabras las que me hicieron volver. Tensé la mandíbula tratando de aguantarme la molestia. En otras circunstancias no me hubiera importado lo pedante de su actitud aunque yo tampoco era una manzana en miel. Charles hizo una mueca de querer salir corriendo como si supiera que no hubiera tratado mal a este hombre que había dejado en desconocido su nombre ¿Y su educación? Se perdió desde que había intentado persuadir el arrebato de haber venido hasta la vinería sin un previo anuncio. Cerré los ojos y asentí aceptando que se fuera, no iba a correr tas de él para remedar mi falta de cortesía pero no podía quitarme la sensación de ardor. Algo en él no estaba bien o quizás era yo quien estaba exagerando. Últimamente las cosas se estaban tornando diferentes a como gustaba mantenerlas, se me escapaba de las manos hasta lo más mínimo. Cómo los detestaba. Ese fuego que no dejaba estar tranquilo me zumbaba en la cabeza haciendo una especie de giro que me hacía querer volver a él.
Viendo como desaparecía del lugar se hacía esa sensación cada vez más enorme al borde de querer hacerme explotar el cerebro. Apreté los dientes para mantener mis pies juntos unos segundos más pero tardé demasiado en pensarlo. Estaba caminando en su dirección. Como un pasivo cualquiera dejé que mis pies se arrastraran por la madera. A lo largo pude escuchar a Charles decir algo pero no me importaba, necesitaba descubrir por qué el anhelo de querer ver a ese desconocido. Pronto dejé de percibir sensaciones de esas tan taladrantes y molestias. Mi vista se había apagado. Lo negro del sitio fue un manto entristecido que sepultó mi cordura, estaba continuando solo por inercia. Tal cual había memorizado los pasos y la ubicación de los estantes. Mis oídos dejaron de oír y dejé de sentir olores. Solo era yo una caja vacía que no sabía explicar qué sucedía. Con más urgencias y cuidado tenía que destrozarlo, él había venido a abrir el apetito de lo que yacía dormido. Ni siquiera había intercambiado palabras pero las necesitaba para encontrar respuestas. Con torpeza quise entrar en sus pensamientos, esta vez decidido a tumbar cualquier vestigio de obstáculo pero fue inútil esto fue lo que me saludó.
— Espera— sonando seguro y formal. Para no mostrarle al humano de invisible aura las preocupaciones que traía en la cabeza, la falta de sentidos y el poco tacto que cada vez acrecentaba más —Creo que quien ha venido con aires de altanería has sido tú, aun así he venido a buscarte — detuve mi paso como si alguien lo hubiera ordenado y cerré los ojos. Necesitaba imaginarme su reacción con apenas lo que había visto, no soportaría un poco más de oscuridad, sonreí de lado. —Siento que hayas venido en un mal momento. — fruncí el ceño porque me estaba sometiendo a sus palabras — Por favor. Este es un mal lugar para hablar. Aplazaré lo que tengo que hacer— confesé con desaire abriendo los ojos con pesadez esperando que la broma hubiese acabo pero no, seguía viendo nada aunque lograba escuchar a la perfección. Apretando los puños hasta hacer enterrar las garras en la cara interna sintiendo un leve escozor volví de nuevo a intentarlo sin saber qué significaba este mal truco. —No me has dicho tu nombre. Me gusta hablar con propiedad. — valiéndome de la educación para indagar un poco sobre él antes de comenzar a caminar.
Esquivando unos cuantos estantes de vino por eco al chocar las palabras de los demás en ellos llegué hasta donde sabía era mi oficina, percatándome de la presencia del humano. ¿Hasta cuándo dejaría de estar en esta oscuridad? Entrando señalando con una mano uno de los asientos de había actuado de lo más normal aunque en mis adentros existía esa preocupación por no poder ver ningún tipo de matiz más que negro por fuera demostraba tranquilidad, como si fuese una costumbre pero me sentía expuesto al dejar ver el verdadero contenido de mi alma; un tono oscuro. Podría acostumbrarme si fuese permanente, todo lo que había hecho hoy era normal hasta él. El hombre de recio porte. Uno igual al mío. Entonces la pregunta se respondió sola — ¿Vino?— ofrecí con naturalidad como quien atiende a uno de sus esperados invitados y caminé alrededor del escritorio para sentarme. —¿Cuál ha sido el motivo de tu visita? — murmuré con una mueca endurecida —Es curioso. — solté con cautela —La noche ha caído, empañada de mentiras y su sabor en una copa — hice alusión al vino —Puedo deducir por su forma que su aberración a éste no ha sido la causa de tenerle aquí…. Entonces Monsieur, ¿qué? — espeté con calma sonando más pasivo que la primera vez pero siempre expectante tomando valor de esa ceguera que apagaba las voces de mis demonios.
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Re: Inmortal Spell {Piero D'Páramo}
por Piero D'Páramo Lun Ene 05, 2015 8:46 pm
No ha habido una ejecución de cacería tan rápida como esta… Solo una sanguijuela el tiempo que necesita morder es el mismo para atraparle.
Sin duda, un inquisidor de buena raza, hasta la muerte ha cazado, no tiene el menor miedo aquel que en su mano sostiene, el silencio reinosos en la esencia propia, el mar de secretos torbellinos hace que el brujo se muestre como un vacío sin fondo, así es su fuerza, la energía que desprende la oculta en su interior, ¡Nadie más que de la misma raza podrán comprender su aura! ¡Ya al demonio provoca y este luce bravo ante la indiferencia tranquila del brujo! Podría ser peligroso despertar a una bestia como la manera en la que sostiene su mirada, recio y altanero, la tensión que predominaba, la molestia ya sentía cuando se desplegaba en el lugar, siguiendo los pasos hacia un barril, embriagado de ese licor enfermizo que la trampa se hacía notoria y ese apóstata parecía sosegado por la misma presencia, ¿Qué misterio se ha de estar pensando? ¿Quién es, porque pareciese un mortal e inmortal a su vez? Su templo estaba presente, la vida latía mas no se presentía su presencia, no podían sentirle como a uno más. Mas sin en cambio, la frialdad de aquel lo sostenía.
Mientras daba un paso, ya sellaba la trampa para atraerle, moviendo los labios al realizar un conjuro, más no sonido alguno: «oja,aaa, aaa, gli angeli che non mantennero il loro primo, ma lasciarono la loro dimora, eco (Dio) nel baratro scuro con catene eterne» Esto se leía en sus labios, soltando un hechizo que hiciera la jaula para ese inmortal que ya su aura la presentía cerca, muy cerca y cuando le tuviera que nadie pudiera sentirlo…
Sería un silencio tormentoso, una capa envolvente de nada, y esto lo tendría al seguirle, al ir tras los pasos del brujo y tras su voz, se detuvo, girándose que ya era victoria, el primer y el segundo paso se realizaron juntos, fue tan rápido que este humano es como un colmillo de esa boca, terrible de los horrores en la locura de vicio. — ¿Por qué has venido en ese caso? —El sabía a la perfección la respuesta, más quería hacer hablar al otro, sepultar lo que es y recrearlo necesitaba, estudiando cada gesto, cada acción engendrada que solo fue el aura quien le estaba obligando a ser aquel ser que tenía adentro, su debilidad es lo que se muestra en realidad, así era este conjuro, así veía la verdadera esencia.— Aceptare tu propuesta...—Con el mismo tono de sequedad, siendo una real mascara de control para con él— Aquí no, te sigo—Hombre de pocas palabras parecía, siguiendo el recorrido hacia el despacho, sin abandonar esa esfera de vacío, mientras camina seguía haciendo suyo el territorio que pisaba, hasta adentrarse a esa oficina, negando ante la invitación del pecado, realizando un conjuro más sin que lo notara el inmortal, cerrando ese espacio, le daba a espalda asegurándose de la puerta y después se dirigió hacia él…—No ha habido alguna mentira por mi parte hacia ti…—hablo, alzando los brazos en una X en el pecho, estaba iniciando su poder…—Mi causa eres tú, Deiran Chassier…—tras estar alado de la silla de donde posaba en su escritorio, se hizo a un lado y se sentó en la mesa de este, quedando frente a él, estirando los brazos y los coloca en los hombros ajenos, acercándole, posándose dentro de esa iris, abriendo sus pupilas con la mirada— possesso —murmuro, liberando la magia negra, adentrándose a su interior, el espíritu se hallaba en el templo ajeno, encontrándose con su alma, estando cara a cara con su esencia, todo parecía ser un espectro, una sombra profunda, así como lo había visto en el exterior en el posadillo, era realmente lo que utilizaría, desprendiendo un poco de energía en él, le brindo de este porque de esa manera le controlaría, cada vez que se mueva, que realice algún movimiento, el brujo sabrá donde encontrarlo.
Así el inquisidor descubrió hilar su interior, descubriendo hasta la más secreta emoción de este y un tiempo estuvo de esa manera, el inmortal debía luchar o sentirse sofocado, pero, no fue impedimento alguno, estaba sellando lo que sería un arma para él, lo estaba ya haciendo suyo. —Deiran Chassier—volvio a murmurar hasta que finalizo, permaneciendo en la misma postura, siendo una advertencia de que él era lo único que vino a tomar— Insegnante Páramo, es como debes dirigirte hacia mí, Ahora, ¿Ya sabes el por qué estoy aquí? —Le gustaba divertirse, torturar en lento a su presa, le arrebataría en lento sus recuerdos, le entrenara hasta que su juicio final sea dictaminado… Lo utilizara hasta que termine su misión en este mundo, y Dios pueda permitirle la rendición.
Pasó 2 y 3: Posesión, amenazar su instinto y sembrar el apoderamiento.
Sin duda, un inquisidor de buena raza, hasta la muerte ha cazado, no tiene el menor miedo aquel que en su mano sostiene, el silencio reinosos en la esencia propia, el mar de secretos torbellinos hace que el brujo se muestre como un vacío sin fondo, así es su fuerza, la energía que desprende la oculta en su interior, ¡Nadie más que de la misma raza podrán comprender su aura! ¡Ya al demonio provoca y este luce bravo ante la indiferencia tranquila del brujo! Podría ser peligroso despertar a una bestia como la manera en la que sostiene su mirada, recio y altanero, la tensión que predominaba, la molestia ya sentía cuando se desplegaba en el lugar, siguiendo los pasos hacia un barril, embriagado de ese licor enfermizo que la trampa se hacía notoria y ese apóstata parecía sosegado por la misma presencia, ¿Qué misterio se ha de estar pensando? ¿Quién es, porque pareciese un mortal e inmortal a su vez? Su templo estaba presente, la vida latía mas no se presentía su presencia, no podían sentirle como a uno más. Mas sin en cambio, la frialdad de aquel lo sostenía.
Mientras daba un paso, ya sellaba la trampa para atraerle, moviendo los labios al realizar un conjuro, más no sonido alguno: «oja,aaa, aaa, gli angeli che non mantennero il loro primo, ma lasciarono la loro dimora, eco (Dio) nel baratro scuro con catene eterne» Esto se leía en sus labios, soltando un hechizo que hiciera la jaula para ese inmortal que ya su aura la presentía cerca, muy cerca y cuando le tuviera que nadie pudiera sentirlo…
Sería un silencio tormentoso, una capa envolvente de nada, y esto lo tendría al seguirle, al ir tras los pasos del brujo y tras su voz, se detuvo, girándose que ya era victoria, el primer y el segundo paso se realizaron juntos, fue tan rápido que este humano es como un colmillo de esa boca, terrible de los horrores en la locura de vicio. — ¿Por qué has venido en ese caso? —El sabía a la perfección la respuesta, más quería hacer hablar al otro, sepultar lo que es y recrearlo necesitaba, estudiando cada gesto, cada acción engendrada que solo fue el aura quien le estaba obligando a ser aquel ser que tenía adentro, su debilidad es lo que se muestra en realidad, así era este conjuro, así veía la verdadera esencia.— Aceptare tu propuesta...—Con el mismo tono de sequedad, siendo una real mascara de control para con él— Aquí no, te sigo—Hombre de pocas palabras parecía, siguiendo el recorrido hacia el despacho, sin abandonar esa esfera de vacío, mientras camina seguía haciendo suyo el territorio que pisaba, hasta adentrarse a esa oficina, negando ante la invitación del pecado, realizando un conjuro más sin que lo notara el inmortal, cerrando ese espacio, le daba a espalda asegurándose de la puerta y después se dirigió hacia él…—No ha habido alguna mentira por mi parte hacia ti…—hablo, alzando los brazos en una X en el pecho, estaba iniciando su poder…—Mi causa eres tú, Deiran Chassier…—tras estar alado de la silla de donde posaba en su escritorio, se hizo a un lado y se sentó en la mesa de este, quedando frente a él, estirando los brazos y los coloca en los hombros ajenos, acercándole, posándose dentro de esa iris, abriendo sus pupilas con la mirada— possesso —murmuro, liberando la magia negra, adentrándose a su interior, el espíritu se hallaba en el templo ajeno, encontrándose con su alma, estando cara a cara con su esencia, todo parecía ser un espectro, una sombra profunda, así como lo había visto en el exterior en el posadillo, era realmente lo que utilizaría, desprendiendo un poco de energía en él, le brindo de este porque de esa manera le controlaría, cada vez que se mueva, que realice algún movimiento, el brujo sabrá donde encontrarlo.
Así el inquisidor descubrió hilar su interior, descubriendo hasta la más secreta emoción de este y un tiempo estuvo de esa manera, el inmortal debía luchar o sentirse sofocado, pero, no fue impedimento alguno, estaba sellando lo que sería un arma para él, lo estaba ya haciendo suyo. —Deiran Chassier—volvio a murmurar hasta que finalizo, permaneciendo en la misma postura, siendo una advertencia de que él era lo único que vino a tomar— Insegnante Páramo, es como debes dirigirte hacia mí, Ahora, ¿Ya sabes el por qué estoy aquí? —Le gustaba divertirse, torturar en lento a su presa, le arrebataría en lento sus recuerdos, le entrenara hasta que su juicio final sea dictaminado… Lo utilizara hasta que termine su misión en este mundo, y Dios pueda permitirle la rendición.
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Re: Inmortal Spell {Piero D'Páramo}
por Deiran Chassier Jue Ene 15, 2015 7:08 pm
‘’De nuevo vuelvo a desconfiar de mi sombra porque ésta en la noche me abandona ‘’
Nunca había disfrutado de la oscuridad, no tanto como ahora. Con los ojos como lumbreras sin ni siquiera poder percibir algún ínfimo destello simulaba captar la esencia del visitante desconocido. Era una especie de emoción y lástima. – ¿Qué sería de mí? – mis manos se cercioraron de sentir la ligereza de la madera del escritorio, así poder aminorar la espera. Una angustia exquisita. Simulé observar al hombre que no era más que un falso profeta. Sonreí para seguirle el juego aunque no sé si también el estaría al tanto que yo me había dado cuenta de su peculiaridad. No era un simple ser vivo. Tenía magia oscura recorriéndole las venas. Lo sabía porque cuando la penumbra cayó sobre mi espalda fue lo último que mis ojos observaron. Sus negros ojos sumergirme en la eterna noche. –¿Ahora cómo voy a protegerla? – fue lo primero que se vino a mis sentidos. Soy un vampiro, uno joven para la memoria de muchos que andan transitando en París desde tiempos impensables pero él no iba a vencerme y quizás si descubría retorcidamente qué traía entre manos podría darle el golpe de gracia.
Antes de que el sol se encienda y apague nuestras almas me reiría en el que jugó a ser Dios para limpiar mi alma de algo que nunca pedí. —Creo que las palabras son inútiles cuando el instinto dicta otra cosa. No lo considero del todo confiable. — logré decir antes de que su cercanía realmente me incomodara. Dando un paso hacia atrás volteé a ver las manos ajenas que atrapaban mis hombros como que si fuera de mucha ayuda el sentido de la visión y apreté la mandíbula devolviendo la vista hasta su cara apartando con fuerza sus manos de mi cuerpo y negué —¿Yo? — fruncí el ceño oyendo su cambio de voz y la fuerza con la que expelía unas palabras. Solté un jadeo que no pudo ser más que desgarrador. La cabeza palpitaba, cada nervio que hacía conexión en esa estructura ardía, amenazaba con estallar. Había sentido la fuerza con la que se infringe el dolor mental pero esto era diferente. Mis ojos se abrieron de par en par oyendo gritos, gritos de personas que yo conocía.
Leer, Josseph, Yuna, Hero. Lo detestaba. Quería hacerlo callar. La fuerza con la que ese ser oscuro arremetía con lo que creía ser era mayor. No podía dejar que los lastimaran. Cerré los ojos para calmarme, esto claramente era un espejismo. Incliné mi cuerpo un poco hacia el frente sosteniendo mi cabeza con ambas manos tirando un poco de mi cabello. La oscuridad ya no se volvía tan pacífica como al inicio. Era el infierno mismo dentro de un solo cuerpo; el mío. Volví a jadear esta vez pero con mayor agonía. No entendía bien pero si volvía de nuevo a la oficina de Camelia Vinn y tendría al inquisidor conmigo lo haría añicos. Y cuando ya creía todo envuelto en gritos aterradores, dolor e infortunio cesó. Todo volvió a la calma.
La voz del nombre del desconocido había apaciguado el averno en mi cabeza y descubrí que en ningún momento yo había emitido ningún sonido; había enloquecido. — Insegnante. Las palabras salen sobrando. Ya sé quién es usted y pregunto ¿Por qué no acabar con este teatro malhecho de una vez por todas?— aún con los ojos cerrados sentándome en el asiento quedando a su frente —¿Era usted el de la correspondencia? Esa que olía a feligrés y plata — murmuré seguro de mis suposiciones — Le advierto que ha venido al lugar equivocado y se ha topado con el vampiro equivocado. No pienso seguir su infantil juego— presioné los dedos en puño —Así que deme una razón lo suficientemente congruente para no destapar su pecho en dos y sacarle el corazón. Créame, espero tenga un argumento válido para considerarlo. — fue lo único que pude decir para abrir los ojos finalmente y como supuse no había nada, porque la oscuridad se había aliado con el inquisidor olvidándose de uno de sus hijos de la noche.
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Re: Inmortal Spell {Piero D'Páramo}
por Piero D'Páramo Vie Feb 27, 2015 4:19 pm
Pasos: 4 y 5 El hereje roedor se hunde en su agujero
Cada uno es su propio carcelero y aquel que no es libre en los cielos nunca lo será en la tierra, por eso no cometan crímenes en contra del alma púes el cortarla en pedazo para forzarla a entrar a la jaula de la sociedad diluiría su misma esencia en el eterno abismo de la mediocridad… ¡Este es el averno! ¡Este es la penitencia! La sentencia no es más que el remordimiento mismo, ¡Muere hijo de satanás! ¡Muere aquí, con tu bautizo!
Cada uno es su propio carcelero y aquel que no es libre en los cielos nunca lo será en la tierra, por eso no cometan crímenes en contra del alma púes el cortarla en pedazo para forzarla a entrar a la jaula de la sociedad diluiría su misma esencia en el eterno abismo de la mediocridad… ¡Este es el averno! ¡Este es la penitencia! La sentencia no es más que el remordimiento mismo, ¡Muere hijo de satanás! ¡Muere aquí, con tu bautizo!
El crimen macabro y desconcertante en su crueldad y exabrupto es la primera clave para entrañar un veneno que permanecerá por algunos años; en lo que se esparce, se consume y se domine para acabar con esa especie. Así fue que encontró la solución para crear una bestia más temible que haya existido y que solo será dueño este inquisidor siniestro. Y con descaro, ese despiadado y recio brujo está arrebatando ese rostro interno; provocándolo para desmembrar la esencia y desfallecerla en lento, algo temible para un bien nacido.
Dolor, puntiagudas varas pareciesen penetrar esa cabeza, es el efecto por la posesión, esclareciendo la verdad absoluta del demonio escéptico al que se encontraba como una sombra perpetua, atormentado apostata, sí que era una blasfema presentación... El dictador estaba conociendo esos demonios internos, los propios espectros del inmortal. —Te instruiré a mi antojo, más falta encender ese raciocinio ya que mis actos han puesto mi juego contigo, ¿Y aun así no hay sentido captado? Abre los ojos, te lo estoy ordenando— Y el poder comenzaba a radical bajo ese inmortal al opresar los hombros donde le sujetaba —En ese caso, dime, ¿Quién soy? – Le observo, compartiendo una visión de pesadez para su conciencia, si no, abría esos ojos, terminaría por arrepentirse de no haberlo hecho — Cuando quiero algo acudo a ello, veme aquí sujetando las cuerdas de tu existencia. — Aumento la agonía en el dolor, como a un animal lo educara, más fue una aclaración de que él no se anda con rodeos— Demando que guardes silencio, ¡Mírame! Ha llegado la hora de acabar con tu ideología, busque lo que podías dar para salvar la agonía del olvido, intente dejar tu criatura para utilizarla y así Dios te perdonara los pecados, pero jamás lo serás, tu pena es esta, desfallece siendo nada… ¡Muere Dieran, muere! Esta es mi razón.
Y tras captar esos orbes, permanece fijo en ellos, adentrándose a la última puerta de ese vacío, ejerciendo agresión, sangre que se derramaba por los orbes ajenos, era acorralado por el sufrimiento en esa mente al surcarla y disecarla, era el embrujo de mantenerse unido a él. Fusionándose junto a esa penumbra, la sombra que dispuesto a todo estaba, tornándose uno solo. Sujetando las ruinas en un sitio prohibido, tatuando las claves de un acertijo mortal, la maldición consistía en que aquel quien ose intentar destruir esta posesión moriría al instante, solo un brujo entrenado con la magia prohibida podría hacerlo aunque la consecuencia seria inversa, adquirirá el olvido perpetuamente. Y es como se revuelca en este juego, ya se hallaba sembrada la trampa con una excitante satisfacción, ¡Tan temible ser! ¡Así es como trabajan las manos de Cristo! Asesina una pesadilla para renacerlo en otro mucho peor…
Porque, el mal nunca muere… solo espera ser liberado para ejecutar la fé…
Ya desprotegiendo un sorpresivo y espeluznante comienzo, desvaneciendo las remembranzas, asesinando cada seudónimo orado, nombres liebrados con rabía y desaparecidos por placer, a nadie ha de conocer, ya se sepultara su mente, de ahora en adelante comenzara a ser confuso porque primero se volvera en contra de los que defendio, y en unos días todo será desvanecido, exterminarlos será su deber en lo que el cello se encarna y toma fuerza para invadir el aura. «Deiran…Deiran…rilascio, scia» La voz del pensamiento giraba en espiral, tornándose una peligrosa droga para marear a su antojo a su ya utilizada arma, dejando que despertara, aguardando en su frente, liberándole de cualquier atadura física y con los brazos cruzados espera que ese instrumento llegue al fin a sus manos, para ver qué tan ágil era al usarlo.
¡Todos caen! ¡Todos sollozan ensangrentados por el perdón del inquisidor! ¡Nadie, exclusivamente nadie es perdonado a menos que la Santa Inquisición lo demande! Y así es como se espera el despertar de un inmortal.
Piero D'Páramo- Condenado/Hechicero/Clase Alta
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