Re: Unfortunate prey [Privado]

por Invitado Sáb Ene 17, 2015 10:20 pm

Miedo de lo que hay nuestro interior,
Miedo de lo que hay en el interior de los demás,
Miedo de lo que hay fuera,
¡Nos asustan los cambios!
¡Nos asusta quedarnos igual!
Nos aterroriza cualquier cosa fuera de lo corriente, o
A cambio en la rutina.
¡Todo el mundo quiere ser distinto, pero
Ésa es la mayor amenaza.

¿Quizás? ¿Se ha inventado el síntoma de demencia? Aquella que es del momento de duda; en la que no sabría, si, debe confiar en los ojos, o, en la memoria. Tal añicos se enreda como la telaraña hacia la oscuridad siendo el crimen monstruoso del titiritero. Pero, ambas cosas parecen capaces de cometer los mismos errores insidiosos. Como ahora que jugaba entusiasmada en la multitud de la humanidad.

Caminando de manera danzante, bailarina muñeca que fue creada con la intención de jugar siniestramente; luciendo con el atuendo de una muñeca hermosa, viviente, brillosa de vida, llevando un vestido largo color lila, el cual cubre sus piecesitos junto con esos zapatitos emparejados de un corto tacón, el cual solo sus pies comprenden de cómo debe ser el caminar más su capacidad no capta la manera de hacerlo. Escotada de su fina espalda, tan esplendida su belleza, su piel sublime a la tentación de adorarla y la locura teñida en esos lacios y largos cabellos oscurecidos, negros como la penumbra en la que se halla, ¡Maravillosa! ¡Sensual! Sus cabellos cual cascada descienden hasta sus apenas desarrollados senos, y el rostro pintarrajeado; sus orbes decorados de una pequeña y triste luna junto con estrellas atrapadas en el cerrar de los ojos. ¡Sus labios! De un pálido rosa que denota la carnosidad¡Pero!Tan valiosa joya detonaba su fragilidad.

La mayoría de los parisinos le miraban, ¿Por qué le miraban? ¿Por qué le observan?, ella se cree una humana más como ellos, bailando entre la sinfonía de esos amorosos corazones danzantes, sonreía con su maquillada inocencia, ejecutando vueltas, aplaudiendo la magia de ese sonar, ¡Boom, boom, boom! Así es como el propio corazón; el órgano húmedo e irreal seguía el ritmo de los ajenos, siendo ese paraje un escenario donde la muñeca es el estelar. ¡Perdida! ¡Profundamente hundida! En aquel limbo de alegría, la bailarina agita sus manitas y tras la última vuelta sus ojos se posaron hacia un esqueleto, por poco ella se tropieza, el equilibrio lo había olvidado,¿Pero, que no se le olvida? Y de un momento a otro desprendió una reverencia, brindando la bienvenida al joven que trasluce como un unicornio; ensoñado y maldito a su vez.

Aunque algo sorprendente en ese manto se escondía, no había tal fobia puesto que los corazones resonantes a su alrededor es que la pobre pensaba que uno era de ella, fue que se confundía la vida en ese telar, esa muñeca se siente viva aunque la sensación de dolor presienta en el pecho, no era asfixia sino la obra de una demente la cual entre giros y saltos avanzo hacia el unicornio y de puntitas se alzo al estar frente a él, intentando susurrarle algo…:—Lo que no se puede llegar a ser, como te ven te trataran y si te ven mal, ¡Te maltrataran! Pero, no los mires, no los mires, no me mires a mí, solo mira el rubí de sus pechos…—Y ahí, la demente resalto su hambre de locura, la neófita su castigo es desear a todos y anhelar los latidos de un manjar, pero, precaución, no siempre es sangre lo que necesita.

por **Karl Redfield** Jue Feb 26, 2015 12:37 pm

—¿Y bien? —dijo Sombra— ¿Qué tal la muerte?
Neil Gaiman

Ingenua, resistente y al mismo tiempo tan frágil, la vampiro de cabellos oscuros y rostro de muñeca se acerca al monstruo que goza incluso del sufrimiento de los suyos. Aquel cuerpecito hace una reverencia que luce divertida ante los ojos de Vyse. La mente del inmortal se imagina aquel pequeño y perfecto rostro lleno del dolor que los inmortales son capaces de sentir cuando sus cuerpos son llevados al limite, incluso la espalda descubierta que puede ver cuando ella le saluda, le llama. Toda ella le grita que la destroce y después trate de juntar las piezas de un juguete roto que bien se sepa nunca va a ser reparado o que si llega a serlo, tendrá secuelas de la destrucción que ha sufrido y no volverá a ser el mismo.

Cual amable ser, el rumano le hace una reverencia y una ligera sonrisa dedicada a ella aparece en sus labios. Le llama con la mirada de curioso y las sonrisas plagadas de bondad que de un segundo a otro amenazan con convertirse en oscuridad. Entre saltos y giros ella avanza, cual chiquilla que desconoce en lo que se ha metido y por propia voluntad salta a las fauces del lobo que entre pasos más calmados terminar por acercarse también a ella, dispuesto a devorarla cuando ella más confiada se encuentre. Ese placer no podía negárselo a si mismo, ese momento donde en los ojos de sus presas brilla la esperanza de que se han topado con alguien de naturaleza bondadosa pero que al darse cuenta se fractura y deja entrever el terror, combinado con un poco de esperanza de que aquello sea solo un chiste. No existía mejor momento en el que las presas creen que saldrán a salvo de entre las garras del inmortal, solo para darse cuenta de que al salir, han dejado gran parte de ellos mismos para deleite personal del vampiro y eso, si es que lograr escapar.

A mitad del camino ambos se encuentran y en los ojos de la perfecta muñeca Vyse reconoce algo que él mismo poseé. En aquel par de orbes, brilla la demencia, una que es imposible de explicarse con palabras pero que se siente; son vasijas carentes de vida, pero plagadas de la locura que ataca a los suyos cuando la mente mortal es frágil. La muñeca abre los labios y sus palabras hacen más obvia la carencia de sentido en su mente, o al menos la carencia que tiene para los demás. Para el rumano aquello es más bien una invitación para herirla, una carta abierta de esta a disposición de sus ideas y en un susurro suave le habla.
– Hermosa muñeca ¿Dónde esta ese rubí? – se aleja de ella, le rodea con cuidado y pasa un dedo por la espalda de ella – Yo solo veo un rubí que no brilla tanto como los demás, pero… escucha… – le pasa la mano por los cabellos – Ese rubí muerto me llama ¿Puedes escuchar tu como me grita? Esta llamando mi nombre.

por Invitado Lun Mar 16, 2015 11:07 pm

Otra época, otra pesadilla, cuida de ti misma, no creas que esta sucediendo púes pudo más la debilidad de tu adicción a la vida.

El unicornio brilla, trasluce misteriosamente y la ejecución de la reverencia hizo que se sumergiera en una alegría esquizofrenica para retozar. ¡Que encanto, que hechizo esta engendrado el joven de cabellos blancos! Nubes son las que se reflejan e incitan a soñar con la iris repleta de demencia. —Míralos, están por todas partes, así como el mío canta, susurra porque le alimenten...—la propia mano posada en el pecho, solemne acto de traición para ofrecer su corazón sin consentimiento alguno.

¿Que esta haciendo? La bailarina permanecía de puntillas y solo gira el rostro, siguiéndole con la mirada hacia donde se dirigía el unicornio pero un escalofrió le despertó, una advertencia que confundió la inocencia en una invitación de confianza aunque carezca del significado de ella. ¡Que no le toque! ¡Que no siga delineando la espalda que su autor mantiene embellecida por capricho! ¡Una caricia mas y castigada sera por tentar al unicornio!

Ella con el semblante divino, repleta de dulzura se posa en una sublime estatua, creada con la imperfección de una niña, se gira y no sabe que esta siendo traviesa. —No puede ser rubí si muerto está, tiene que gritar, cantar para estrujarlo, escucha, son una sinfonía...—aclaraba, dudando de si misma, elevando los brazos hacia el cuello ajeno e intenta opresar con ellos, sin mirarle, maravillada por la melodía en el aura, sonriendo porque parece que encontró a su bailarín. —¿Como se llama? YO, yo también quiero que griten como siameses mi nombre, quiero uno, tan solo uno para lamer...—en un intento de salto, se aleja del unicornio, meneando la cabeza por la adoración ejercida a la sonata.

Recordando el baile de un ahorcado, ella misma se ato la cuerda al dirigirse al unicornio que comenzaba a tornarse sombrío, esa mirada la reconocía, era el diablo, ese mismo que intenta coser hilos para ser una marioneta, ya pronto dejo de ser cielo, era el infierno pisoteado, la muñeca sigue bailando y es que hace señas que la carcajada atroz brindara por el licor que pronto le llama, le atrae y le domina para ir a los brazos de Luzbell, eso es lo que danza frente al que pronto le torturara..

por **Karl Redfield** Mar Mar 31, 2015 5:54 pm

Se acercaba y le tocaba de manera casual, como si la curiosidad por la belleza de ella le moviera. Eran aparentemente dos curiosos en busca de conocimiento; sí, ese aspecto que desde siempre ha llamado a Vyse, quien ahora planea conocer las facetas del terror de aquella hermosa criatura que danza frente a él, invitándole a tocarla hasta que los dedos del rumano se queden grabados en esa piel dura pero aún así perfecta para la diversión que tiene planeada.

Aleja la mano de ella, le habla de manera que espera que ella comprenda que es lo que esta buscando. Una sonrisa inocente adorna el rostro de Vyse y la muñeca con alegría le indica donde están los rubíes que la llaman a lo que él no puede evitar soltar una risita. Los escucha, oye claramente el tamborileo de los corazones que pasan por las calles cercanas, pero su atención se centra en ella, en el corazón muerto que sabe que puede torturar y que resistir mucho más que aquellas criaturas humanas y débiles.

Chasquea la lengua y niega a las palabras de la ingenua muñeca. La demencia que ella carga impide que escuche y vea lo que Vyse, pero que no tema, pues pronto las manos del inmortal le harán darse cuenta de todo cuanto le dice.
– Es que ese rubí es especial, tanto que solo puede llamarme a mi – acerca su rostro al de ella, sin dar señales de lo que esta planeando en aquellos momentos. No demuestra los deseos que tiene de poner sus manos en aquel pequeño cuello y terminar quebrándolo para llevarle a un sitio donde puedan jugar sin interrupciones – pero puedo mostrarte como es que clama mi nombre ¿Quieres que te muestre? – se acerca más – Gritan Vyse, porque ese es mi nombre, pero ven, vamos a donde se encuentra para mostrártelo porque aquí no puedo hacerlo; no quiere que nadie más que tu y yo lo veamos – como desea llevársela de una vez por todas, pero no lo hará, dejara que ella le siga de manera ingenua. La invitara a jugar con su propio destino, a bailar al filo de una navaja que en cualquier momento puede terminar por matarla. Con calma camina, le da la espalda para que vea lo inofensivo que es. Un lobo con piel de oveja.

La emoción en ella se transmite hasta él, quien no puede creer la manera tan deliberada en la que ella esta cayendo en su juego. El rumano también se emociona, esta por probar algo que nunca antes ha tenido; su nuevo juguete, esta dispuesto para él.

por Invitado Jue Abr 30, 2015 11:52 am

"La jaula se ha vuelto: un unicornio que ofrece miedo..."[1].

Y es que no le creían a Alicia que había visto un conejo, ¿Como esperan a que le creyeran a ella, que un unicornio le estaba hablando? inocente es esa culpable de locura sentenciada, se presenta la gala a una escena magnífica, una de las que no podrá olvidar esta muñeca, este es su mundo, la decadencia llena de aberraciones y locaciones inverosímiles le esperaban en el sendero que ya pronto dirigió el unicornio.

Ciegamente cae a la persecución del laberinto expuesto, entre caricias y habladurías no le hicieron despertar, advertida sin percatarse de ello, ella continúa imaginando un juego donde ella saldrá victoriosa en su capricho a los corazones. ¡Vaya sensación psicodélica! Se le iluminan sus pupilas, y su pequeño boom (manera en la que se refiere a su corazón, o rubí) alegre retumba cuando es mirada con dulzura, aquel fijo rostro que se posaba con maquiavelidad y solo ella descifraba que era sublime su belleza y angelical…—Si si, yo quiero, quiero verlo, ¿Me enseñaras como realizarlo? Deseo poder hacerlo con todos esos rubíes que me gustan —Estaba cayendo a ese pozo sin salida, el peligro no lo reconoce y sus sentidos se hallan en sopor, está sometida a su encantamiento, y en cuanto se aleja, inconscientemente avanza, le sigue sin ser de su entendimiento la convocatoria de muertos, de esos pavores nocturnos, avanzando con el baile en la punta de sus pies, la ballerina ejecutó volteretas y es que aquel debe de atraparla.

—Vyse, Vyse…—La muñeca murmura, fascinada por la captura de un engañoso secreto, ocultada de un lenguaje raciocinio, ya que guarda silencio, la noche se la está devorando, todo es inmerso mientras con sigilo sus pasos perdidos ejecura. ¡Espera! ¡No vayas rápido! Intentan gritar sus pasos al apresurarse a ese encuentro, ¿A donde es que va? No sabe nada…—Vyse…—Aquel subdominio ya en su mente dominaba, citando una y otra vez sus palabras, como si ya hubiese muerto y que la muerte era decir su nombre sin cesar, sin lograr hablar con una voz sino con voces, ¿De quienes eran? Una de la muñeca, otra de su demencia y aquella en eco de su humanidad.

Y de pronto se detuvo al estar frente a él, una gama de terrores, una heredera de torturas, atrapada con las risas de los interiores de las paredes,« ¡No vayas a creer que esta vivo!»un grito le zumbo en la mente.«¡No vayas a creer que no esta muerto!»otro grito proveniente del mismo vacío, construyendo un diagrama de la irrealidad, respiro de delicia, suspensión carcomida. El horror ya es nombrado con el modelo adelante esperando que el daño se convirtiera en acciones atroces.

1. ↑Pesadillas de una muñeca esquizofrénica.

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