Gustav ID

Habilidad, Poder

► PODERES INNATOS:

→ Hechicería: Habilidad para hacer que cosas sucedan, ya sean a favor o en contra de alguna persona, por medio de conjuros, hierbas y pociones. Esto incluye altos conocimientos de herbolaria que les permiten hacer también curaciones.

→ Percepción del aura: Habilidad para ver las auras de otros seres, cuyos colores indican su humor, identidad y nivel de hostilidad, de este modo saben si están bajo amenaza. Este poder les permite reconocer a licántropos y cambiaformas cuando no están transformados e identificar a los vampiros gracias a su aura pálida.

DESARROLLADOS:

→ Barrera: Capacidad de generar campos de fuerza defensivos. Estos campos sólo duran temporalmente y pueden ser rotos si su oponente es también fuerte.

→ Limpieza: Permite borrar toda huella mágica, todo efecto de magia o todo lo que sea relacionado con ella, de los objetos y en ocasiones de la mente ajena y pasar desapercibido.

→ Creación de Ilusiones: Habilidad que le permite crear ilusiones a su alrededor; imitará texturas, sonidos, olores, etc., desconcertando así a su oponente y brindándole una excelente arma defensiva. El poseedor de este don será capaz de entrar a la mente de su adversario con sus ilusiones.

Personalidad y Datos extras

Historia

Gustav es el hijo mayor del matrimonio de François y Anne Faure-Dumont, familia dedicada al amplio negocio del Arte. Siendo el primogénito, su padre siempre le recalcó con más seriedad sus obligaciones a futuro, pues de él dependería el negocio familiar en algún momento. Siempre fue el más reacio en cuanto a emociones, a diferencia de su hermano menor, Magnus, quien demostraba ser mucho más simpático. Gustav era un niño más bien dedicado a las enseñanzas de su padre, pues éste le dedicaba más tiempo que a Magnus y a la pequeña Agnès. Anna, su madre, siempre buscó la manera de mantener a Gustav cerca de sus hermanos menores y pues lo lograba. A pesar de que no lo demostraba abiertamente, el mayor de los hermanos Faure-Dumont adoraba a su madre. Ella era su heroína y admiraba la paciencia que tenía con todos.

A diferencia de sus hermanos menores, Gustav había heredado de su padre, no sólo el carácter, sino también su habilidad para la magia. François se convirtió en su mentor en el desarrollo de sus habilidades y eso implicaba que debiera pasar más tiempo con el mayor de sus hijos. Para Gustav estaba bien, apreciaba a sus hermanos, pero también estaba aferrado a la idea de mantener las costumbres familiares y el negocio siempre en alto, pues eso fue lo que le inculcó su padre desde que era un crío. Su relación con Magnus y Agnès siempre fue común, pues poco tiempo pasaba con ellos a pesar del empeño de su madre en que debían estar siempre unidos, pues así siempre se tendrían el uno al otro cuando ella ya no estuviera. El muchacho se alejó aún más cuando Agnès empezara  con extrañas mañas; su hermana, quien era bastante tranquila, buscaba la ocasión para quemar cosas y cada noche despertaba prácticamente gritando a causa de horribles pesadillas. Pensaban que quizás se debía al desarrollo de algún poder, pues François era hechicero. Pero la verdad era otra y sólo Gustav la sabía.

Durante un viaje de vacaciones a Marsella, los tres hermanos junto con su prima decidieron irse a escabullir en el bosque. Gustav animado por un grupo de gentes que hablaban sobre brujos, animó a los demás que lo siguieran, pero sólo Agnès le hizo caso. Pues ni Magnus, ni Anaïs se atrevieron a incursionar demasiado. Agnès terminó presenciando la quema de algunos herejes por parte de Inquisidores, y fue tan terrible aquella escena que causó un terrible trauma en la muchacha. Gustav decidió llevársela cuanto antes del lugar, pero lo cierto es que el daño que causó en su hermana, fue mayor. No tuvo el valor de decirlo nunca. Ni siquiera cuando su padre pensó en internarla. Sin embargo, Anna y François optaron por otra salida y poco a poco fueron calmando las ansiedades de su hija. Al final fue Magnus quien terminó ayudando a su madre con el cuidado de Agnès, pues Gustav estaba demasiado atormentado como para querer colaborar. Él se centró en sus cosas, como si fuera la mejor manera de ocultar su culpa.

Cuando Anna cayó enferma, todo en el hogar se oscureció. Aunque todos estaban con sus responsabilidades, tuvieron que abandonarlas a causa de la enfermedad de la única persona capaz de mantener la unión familiar. Gustav quería a su madre, de eso no cabía duda, así que dispuesto a colaborar nuevamente, decidió estar a su lado los últimos años que le quedaban. La acompañaría durante la enfermedad sólo para verla sonreír a pesar de estar consumiéndose por la terrible enfermedad que la aquejaba. Anna no pudo continuar con la lucha, al final la enfermedad ganó contra ella y los esfuerzos de todos fueron en vano. La única alegría de aquella casa se esfumó. Fue un golpe bajo para todos, pero quizás, la más afectada fue Agnès.

François terminó haciéndose cargo de su hija mientras que Gustav adoptaba sus responsabilidades en el Louvre y Magnus administraba las galerías. El líder de la familia tuvo que salir adelante con todos, por más que la pérdida de su esposa le destrozara el alma cada día que pasaba. Cada quien asumió su papel correspondiente y hasta la misma Agnès empezaba a volver a recomponerse luego de tanto tiempo. Casi dos años transcurrieron para que aquello diera frutos. Ya François estando cansado y con los años cayéndole encima, decidió retirarse a Marsella. Confiaba en sus hijos y que cumplirían con la promesa que le habían hecho a su madre. Pero Gustav ocultaba algo que abriría grandes abismos entre todos y François lo ignoraría, desde luego.

Gustav, aprovechándose quizás de su independencia, no se hizo tan responsable de sus hermanos como debía. Ni siquiera de Agnès, por más que su padre se lo encargó. Magnus fue quien cargó con esa responsabilidad al final, mientras su hermano mayor estaba de amoríos con una gitana. Algo mal visto en esa época. Sintiéndose poderoso por estar a cargo de la familia, Gustav decidió casarse con Sol sin tomar en cuenta la opinión de más nadie. Por el momento la tuvo apartada, el tiempo suficiente mientras crecía su hijo y se podía hacer cargo de mantener a su padre alejado de todo. Esto fue un motivo bastante grande para que los dos hermanos iniciaran una disputa que terminó distanciando a su hermana menor. Agnès, incapaz de soportar tanta tensión y sin poder controlar su insana angustia estuvo a punto de quemarse viva, pero antes de que esto fuera a mayores, Gustav la detuvo. Sintiéndose culpable por la situación de su hermana y sin saber qué hacer porque todo se le había ido de las manos, decidió internarla en el Sanatorio Mental. Confiaba en que ahí podían ayudarla más que él. Así pues, han transcurrido los meses y Gustav jamás ha respondido las interrogantes de Magnus con respecto al paradero de Agnès, en su terquedad ha preferido guardar silencio sabiendo que su hermano menor y alguien más removerán constantemente su conciencia.