Vino tinto por doble porción... (+18)[LIBRE]

por **Balthazar DeMilan** Vie Ene 23, 2015 2:11 am

Mis aventuras desgarradoras las tenia en mi mente y sobre todo en saciar mi sed de sangre , sobre todo de prostituta pues ellas tenían cierto sabor que era diferente a las doncellas que aveces me apropiaba de sus almas y cuerpos. Mi mente estaba consiente de lo que pensaba hacer y no pensaba en cortar ese hilo mortal que las separaba de mi brutalidad asesina que recorría mi cuerpo.

Estaba vestido formalmente pues había escapado de un evento social, mi hambre esta ves no seria aristócrata sino pasional. Estaba en mi traje formal, con mi sombrero de copa , que cuando llegue aquel lugar me lo quite y me dispuse a entrar, mi ultima aventura fue muy formidable así que volvería para satisfacerme si es que pudiera. Esta ves el lugar parecía tener un ambiente tranquilo pues casi no había borrachos y las mujeres solo rondaban el lugar, a un lacayo que estaba allí le ordene que me diera una de las habitaciones de lujo del lugar y una ves allí , entre y me senté en una silla que estaba a un lado de la puerta de madera gruesa con talladuras de ángeles y demonios. Destape una botella de vino que estaba allí y me serví una copa. Mire el lugar mientras me quitaba el saco y la capa dejándola en aquella mesilla, me le acerque a al lacayo que me miraba algo esperado por oír me petición.

Lo mire de la manera indiferente y le ordene que me traje dos mujeres de su mejor cosecha ya que estaba dispuesto a saciarme, el me miro y sonrió de lado pues estaba consiente que me las traería, solo de mi mano le di un pañuelo donde estaba envuelto un puño de francos, que al ver al tipo sonrió a todo su esplendor y rápidamente me dijo que las traería en seguida.

Me volví a sentar mientras el se había ido, cerro la puerta y yo me desabotonaba los primeros botones de mi camisa, saque del bolso de mi pantalón una garra de plata del tamaño de mu pulgar, lo hacia para cortar las venas. Saque un puro que me dispuse a fumar mientras esperaba que llegaran.

por **Cora A. Samaras** Dom Ene 25, 2015 7:19 pm

“ “En ocasiones el exceso es estimulante. Evita que con la moderación se adquiera el mortal efecto de un hábito.””
— William Somerset Maugham

Mis andanzas de noches anteriores, habían sido completamente melancólicas. Había un aire autodestructivo que parecía no querer dejar mi cuerpo inmortal. Hace muchas noches atrás, tantas que ya no puedo recordar exactamente cuántas fueron. Había nacido una pequeña sin talento alguno y termino siendo la sombra que proyectaba los personajes importantes de su familia. ¿Eso me deprimía? Puede que un poco. Me preguntaba había sido elegida, una persona tan simple como yo, cuando en las probabilidades, personas más talentosas y hermosas pudieron ser una mejor opción. Aun así debía aceptar el destino que me había otorgado mi madre hace muchos siglos atrás.

Esa noche esperaba que fuera única. Rogaba muy dentro de mi encontrar algo diferente en que entretenerme o que al menos fuera lo suficientemente interesante como para que alejara los pensamientos destructivos de mi cabeza. Apenas el sol se oculto en la llanura, Salí de mi guarida. El vestido que había elegido para esta ocasión era delicado como mi rostro, como yo en general. No me molestaba el hecho de que pareciera un poco sencillo, solamente llevaba una falda de color azul pastel y un corsé del mismo color, pegado a mi cuerpo, de tal forma que se me veía una excelente figura. En ocasiones extrañaba las túnicas de la antigua Grecia, sería más fácil vestirse con unas vestimentas así y no se necesitaría tantas horas para tener un aspecto decente para ir a pasear por parís.

La noche era joven y yo adoraba ir de allí por allá jugando y mostrándome interesada por los nuevos detalles de la era. No importaba de qué clase exactamente fuera, me movía fácilmente entre las partes bajas y altas de la sociedad. Gracias a esas mismas estructuras podía alimentarme con facilidad, era esa misma razón, que las personas de nuestra especie llegaban a lugares de mala muerte en busca de una víctima fácil a quien nadie extrañaría.

— ¿Desea algo mi señora? Parece perdida… — me había preguntado uno de los empleados que había parecido en aquel oscuro pasillo. Estaba en uno de esos lugares en donde podría llegar a obtener un alimento fácil. El lugar parecía estar solitario aquella noche, el poco movimiento humano me pareció perfecto para escabullirme hasta las habitaciones de arriba, en donde los clientes podrían estar disfrutando la compañía de su dama de placer. Debía ser raro para el empleado ver a una persona deambulando sola en ese lugar, pero actué rápidamente y con una suave sonrisa negué suavemente.

Toque el primer picaporte que tenía cerca — Ya me están esperando… — sonreí mientras abrió la puerta y mi cuerpo entraba en aquella habitación. Detrás de él se cerró esta misma, encontrándome sola con un hombre buen vestido, sentado tomando un vaso de vino y con un puro en sus labios. Gracias a mis años me era fácil detectar alguien de mi misma especie rápidamente. Estábamos dos inmortales en una misma habitación —parece que elegimos el mismo lugar para cazar a nuestras presas — mis ojos recorrieron cada rincón de de la habitación, por inercia retrocedí un poco para encontrarme con la dura puerta en mi espalda. — ¿Buscaba eso? O tal vez… “Algo mas” — pregunte sonriendo con picardía. Muy pocas veces había permitido que un hombre estuviera tan cerca de mí, podría decirse que tenía cierto miedo hacia ellos y el poder que pudieran tener.

por **Balthazar DeMilan** Jue Ene 29, 2015 1:25 am

Estaba esperando que en cualquier momento dos mujeres posiblemente hermosas entraran y empezaría mi festín sangriento , tal ves las haría mías mientras bebía su sangre, casi todas veces disfrutaban ese momento pero para mi daba igual con tal de alimentarme. Estaba sentado fumando mi puro, después di un pequeño sorbo de vino que estaba cerca de mi , alce una de mis cejas al pensar que la ultima ves que estuve fue diferente pero eso era lo de menos.

Alce mi mirada hacia el techo viendo las pinturas de ninfas en un paisaje , este lugar tenia ciertos toques eróticos que no estaba con habitaciones de lujo sino también te complacían con tus parafilias contar de darles unos francos, ahora entendía el por que este burdel era muy popular. De repente algo en mi me dijo que se aproximaba con cierta rapidez y destreza que hizo que alzara mi ceja, me puso algo impaciente por eso, no era humano, así que solo deje que llegara ami, sonreí leve cuando una mujer con cierta apariencia física atrayente entrara sin mas que decirme en sus frías palabras sobre presas, sonreí, solté una risa un poco sarcástica, que deje mi puro junto con mi copa de vio - no estaba en mis planes... encontrar un inmortal por estos rumbos .- conteste recargándome mas en el asiento mirándola como veía la habitación, escuche de nuevo sus palabras , aun la seguí mirando algo curioso pero sin ningún problema - Buscaba aun mujer como tu... tal ves con una mortal que podamos compartir..- dije, solté una sonrisa algo perversa ante ella - casi no comparto mis presas ... pero contigo puedo hacer una excepción... amenos claro que no te guste el compartir lujuria también..- comente con cierto tono egocéntrico.

Desabotone por completo mi camisa, me dispuse a fumar mi pro esperando lo que ella me fuera a contestar, estaba agradable haberme encontrado con otro inmortal y pues claro que ella me había encontrado
- ahora solo falta... la mujer que llegue en charola de plata ... je digo su sangre en copas de vino... .- dije solo rodé un poco mis ojos como ante ella frio pero ala ves divertido.

por **Coralie** Jue Ene 29, 2015 7:30 pm

Mi querido proxeneta se la ha jalado mucho esta vez, el realmente cree que soy una especie de bulto o mercancía o animal y siendo sincera conmigo mismo, cosa que suelo serlo en mi cabeza, en verdad no lo soy –nótese el roto juguetón y sarcástico- Prefiero pensar que soy una buen negocio o inversión, pero de eso a que me intercambie de burdel en burdel, eso no tiene madre… me habré criado en un hermoso hogar religioso de clase media y todas esas tonterías pero ello no quita en lo que decidí convertirme, una prostituta hecha y derecha.

Al llegar al lugar soy conducida por un hombre hasta dejarme frente a una puerta. Llamo con los nudillos un par de veces antes de entrar *¡¡Dos!! … ¡¡Dos!! Hijo de se…* grita mi voz en mi cabeza, estoy mas que enfurecida *A mi nadie me dijo que tenia que trabajarle a dos* he… no me molesta realmente, he estado con el reglamentario, con dos, con tres y una vez hasta con cuatro, sin mencionar las orgias, que son las mejor pagadas. Regresando a nuestros anfitriones, si tengo la suerte de que pueda embolsarme lo del otro.. Suspiro poniendo mi mejor cara ante la mujer y aquel hombre que al parecer ya ha comenzado a ponerse comodo -Buenas noches… antes de que me pidan cualquier cosa les he de advertir que esto les costara el doble, en francos de oro - me han dicho que solo seria un trabajito rápido pero en este oficio ese “rápido” se vuelve muy largo. Una vez advertidos me dirijo a ella acariciando su rostro -¿Qué es lo que les apetece primero?- pregunto mirándoles.

Ella no se ve del todo cómoda en este momento, siempre mirando lo que no me incumbe, así como no me incumbe darme cuenta que él está muy bien vestido, el aroma del puro me revela que es de buen calidad y seguro la copa con vino entre su mano es de aquellos caros que les encanta a los hombres pomposos con dinero. Paso derecho hasta situarme frente a él dejando caer la capa mostrando la fina lenceria que esta prostituta se de el lujo de utilizar -¿ella… usted… o ambos?- cada palabra pronunciada es un susurro meloso, coqueto, anhelante mientras me paseo despacio mirándolos a uno y a otro de vez en cuando. Pues bien dicen que al cliente, lo que pida ¿O no?

por **Cora A. Samaras** Mar Feb 03, 2015 7:53 pm

Aquel hombre tenía un aire de poderoso, que parecía invadir todo el lugar con su presencia. Sería una gran mentira haber negado que tal energía me pareciera atrayente y aun mas cuando podría ver que todavía era un vampiro de pocos siglos. Era uno de aquellos seres que podrían llegar lejos si se los proponía. En mis labios se formo una pequeña sonrisilla, mientras ladeaba un poco mi cabeza hacia un lado, di tres pasos hacia adelante y luego de dejar salir un pequeño suspiro me detuve. — Tal vez en mis planes estaba encontrarme con una aventura como esta — alce mis hombros. Restándole importancia a mis propias palabras. En mis comienzos compartía las presas cazadas por una persona ms poderosa que yo, no me molestaba compartir, aunque debía admitir que tenía tiempo que en mi mente no aparecía la idea de buscar un inmortal para disfrutar la apasionada lujuria de la caza en grupo.

La puerta nuevamente fue abierta. En esta ocasión fue por una joven que parecía danzar al paso de sus caderas. Pude oler su perfume embriagador que tal vez los hombres adoraba, en sus ojos había cierta confusión, que pareció desvanecerse cuando encontró en aquella habitación una pequeña fuente de francos, más de lo que esperaba esa noche. — No creo que el dinero importe mucho — Musite suavemente. Debía admitir que no era una persona que detonara expresiones agradables a la vista humana. Mi rostro parecía porcelana, pincelada por los mismos artistas que encontraba adictivos en la hora de buscar una obra de arte.

La joven como cordero al matadero va hacia el ser masculino, dejándome ver como se mueve y busca explotar todas las habilidades que tiene en su cuerpo. Sonreí ante la pregunta traviesa de la jovencita, aceptaría el juego que me estaban proponiendo. Camine hacia un asiento y lo arrastre hasta quedar en medio de la sala, frente a ellos. Me senté cruzando mis piernas y dejando mis manos entrelazadas en mi regazo. — Quiero que le hagas un baile erótico — Ordene cómoda en aquel asiento. Mientras me relamía los labios —El es mi “Esposo” y somos una pareja de aventureros que busca nuevas experiencias — lo mire a él con una amplia y dulce sonrisa — ¿No es así querido? — le guiñe el ojo. Mis manos bajaron por mis piernas, sujetando la fina tela que ocultaba mi desnudez y con lentitud fue descubriéndola hasta dejar parte de mis muslos a la vista, mientras mis manos sujetaban la tela entre mis piernas — me encanta practicar un poco el voyerismo, así que espero que bailes muy bien… para él y para mi — mis palabras también salieron con un melodioso tono sugerente, pero más potente ya que se trataba de una orden, debía cumplir mis caprichos, todos los que yo quisiera…

por **Balthazar DeMilan** Jue Feb 05, 2015 5:49 pm

Estaba mirando a mi compañera, que a diferencia de mi ella se veía un mujer muy interesante y eso hizo que esbozara una sonrisa al escuchar su respuesta sobre mis planes, había que contestar ante mis preguntas pues no se quedaba atrás, alce una ceja al notar que ella era hábil. Tome de nuevo mi puro de mis labios cuando entro aquella mortal , una prostituta que al parecer era una jovencita. A simple note que no estaba muy cómoda y mucho menos con su estilo de vida pero eso era lo de manos para mi, pero dentro recordaría matar aquel hombrecillo mas adelante.

Escuche lo que dijo al prostituta, solo solté una sonrisa amplia despreocuparte, también al oí lo que musito, solo mire a la mortal lo que estaba haciendo limitarme a contestarle - descuida linda... te pagare la cantidad que quieras... hasta le daré una pequeña recompensa a tu proxeneta...- dije mirándola, pase las yemas de mis dedos por mi barbilla, cuando ella se me acerco me deslumbro por su lencería , y su cuerpo, me mantuve quieto pues era lo ideal observar con determinación a tu presa para saber sus movimientos y después atacar con cierta discreacion, ya que ami la violencia se me hacia retrograda. Su olor de perfume me legaba hasta al cien, una estrategia para los hombres mortales que solían atraer , aparte de confundía con el olor a licor, solo me acomode de nuevo, acomodando una de mis piernas sobre la otra, le di una calada a mi puro , cuando escuche lo que estaba planeando Samaras, la mire girando mi rostro , observe lo que hacia solo sonreí ante ello, había ganado la idea, pero dejaría que ella tomara el control de la situación, sobre lo del baile estaba de acuerdo, alce una de mis cejas sin dejar de mirarla a ella y después a la jovencita que estaba considerando aquella petición, me acomode aun mas, esto se volvería interesante - Claro Querida... estamos en busca de nuevas experiencias ... que mejor por empezar de una forma erótica, solo espero que lo que pague valga mucho la pena ..- dije mirando a la jovencita y parte de su cuerpo, me moví un poco mi rostro para mirar de nuevo a Samaras por lo que hacia respecto a sus piernas, solté una risa espontanea al escuchar la respuesta de ella sobre lo que estábamos dispuestos a observar, mire de nuevo ala prostituta y alce una ceja como seña de que empezara a moverse y a contonearse, quería que demostrara todo lo que habría aprendido en los burdeles

- muévete lentamente ... e imagina que ... tus manos son tu amante ...- le susurre a ella, me incorpore un poco hacia delante teniendo espacio suficiente para ella dejándola en medio de nosotros dos.

por **Cora A. Samaras** Mar Feb 24, 2015 6:46 pm

Era divertido tener un cómplice de juegos, lo aceptaba, era una forma de romper con la rutina que los siglos nos habríamos podido imponer nosotros mismo sin darnos cuenta. Estaba totalmente fuera de mi zona de confort y parecía gustarme la idea de poder disfrutar la compañía de otro ser inmortal sin ningún tipo de compromiso. Ladee mi rostro hacia un lado, mientras una pequeña sonrisilla picara en mis labios, mientras veía como la mujer meneaba su caderas mientras el disfrutaba la sexualidad de la dama.

— ¿Cómo la terminaremos compartiendo? — Pregunte dejando salir un pequeño suspiro. — Yo también quiero divertirme — levante un pequeño puchero antes de levantarme y acercarme al cuerpo caliente y lleno de vitalidad que danzaba al son de una melodía erótica, que solo se podría escuchar en su mente. Deslice mi mano por su cuello. Lentamente para que sus sentidos se deleitaran con mi toque, el cual retiro algunos cabellos mojados de sudor de su cuello.

Detuve su baile y la acerque a mí, haciendo que todo mi cuerpo se pegara al de ella. Unas de mis manos se deslizo hasta tocar uno de sus pequeños y redondos senos. Mi mirada seguía fija en el caballero, mientras mis labios besaban el hombro y con sutileza disfrutaba su aroma y vitalidad. — ¿Qué os gustaría que le hiciera, mi querido esposo? — pregunte. Esperaba alguna orden de él o al menos alguna buena idea para seguir jugando con la cortesana.

por **Balthazar DeMilan** Miér Feb 25, 2015 12:27 am

Era de esas veces en las que tienes un compañero para hacer cosas perversas con los mortales, eran muy cortas para mi, pero esta ves seria diferente, al parecer Samaras disfrutaba de la situación y yo lo hacia de la misma manera. Observe como la cortesana con cierta timidez empezaba a moverse lo que no me gusto mucho pero poco a poco comenzó a moverse con confianza en si misma de manera erótica, aunque mis habilidades de entrar en su mente la ayudaron un poco.

Sonreí de lado, preste a atención ante lo que mi compañera me dijo , alce un poco una de mis cejas pues estaba entrando la curiosidad y si bien parecía que ella quería empezar, le daría la oportunidad - La compartiremos... según nuestros impulsos..- susurre para ella mientras mi mirada seguía el cuerpo de la prostituta, solté una risa con el puchero que hizo Samaras, cuando ella se levanto y avanzo hacia la chica, pegándola totalmente su cuerpo, esos movimientos que hacia Samaras se me hacían atrayentes y al parecer la joven mortal los disfrutaba pues claro era su trabajo, pase una de mis manos por mi barbilla, mientras que con la otra le di una calada a mi puro mirándolas de manera que tenían toda mi atención, me recargue hacia delante dejando mis manos en mis piernas y parte de mis rodillas
- Esposa mía... prueba sus labios... pero sin romperlos....- dije mirándolas a ellas junto con sus manos , deje mi puro en la mesilla , le di un sorbo a mi copa de vino, me levante hacia a ellas , pase mis manos por el corset de la prostituta y comencé a jalar uno por uno su listón para aflojarlo - espero que... esto no dañe nuestro matrimonio... .- alce una de mis cejas y sonreí por seguir con el juego de Samaras - y... que no haya secretos entre nosotros..- dije aflojando el ultimo listón del corset y comencé a quitarlo mientras lo deslizaba hacia sus piernas, las yemas de mis dedos pasaban por las medias de la prostituta.

por **Coralie** Mar Mar 03, 2015 12:16 pm

Los dos afirman que la suma de francos que caerá al final de la noche en mis manos sera correspondiente a lo que ellos eran conveniente por ambos, se que no era necesario sin embargo mas vele que todo quede claro para que después no me vengan con sus tonterías de que a mi no me dijeron: "eso no fue acordado y ..." muchos mas pretextos que me escucho cada noche en cualquiera de los burdeles en el que me encuentre.

La música llega desde la planta baja ayudando a conceder aquello que desean mis jóvenes clientes al encoje los hombros, yo me pongo a lo mio, muevo la cadera en delicados y sugestivos movimientos que a su ves mueve mi demás cuerpo. Imaginando la música para una danza árabe, eso es mucho mas apetecible que aquellas que solo mueven el cuerpo por moverlo, él a pedido erotismo y eso no es simplemente quitarse la ropa y ser vulgar... claro la mayoría de las veces lo soy pero ellos desean mas, algo distinto pues tan experimentando a fin de cuentas. Es el turno de complacerle a él, acariciando mis pechos, delineando la figura de reloj de arena de mi cuerpo deslizando mis manos y dedos tocándome solo por encima, solo incitando.

Cerrando los ojos, mojando con la punta de mi lengua mis labios expongo mi cuello a ella, ofreciéndome en silencio al toque de sus dedos en mis pechos. Ella puede hacer de mi lo que le venga en gana, a fin de cuentas por eso esta pagando. Son tan suaves y fríos, el aroma de ella es indescriptible, me recuerda a Sam, algo peligroso atrayente y jodidamente excitante; prefiero los hombres, mil veces los hombres aunque eso no evite que paguen y me acueste con mujeres. Alzo mi mano moviendo aun mi cuerpo como una odalisca, ella me detiene preguntando a su esposo que desea para complacerle. Es hermosa, eso sin dudarlo, joven, demasiando creo yo, vale ella unos veinte, veinte y poco tal vez mi edad a lo mucho ¿Tan joven y tan complaciente? Extraño para una pareja tan joven. No me sorprende, insto.

Giro quedando de frente, abrazándole con la derecha a su cintura que lleva mucha mas ropa que yo aun, deslizo la lengua por la comisura de sus fríos labios tocando su rostro con la izquierda. Muerdo un poco sus labios sintiéndole, pidiendo continuando sin decir una palabra acurrucándome contra su cuerpo mientras él se acerca a nosotras y retira con manos expertas la parte superior de mi dejando visiblemente mucho mas desnuda.

Metiendo las manos en la ropa de ella, aprisionándola solo un poco pues, tengo que ser cuidadosa en que tanto se sienta cómoda ella, juego con los dedos entre sus botones comenzando a desabrochar la frontales -¿Quiere hacerlo usted monsieur? ... ¿Ella sola?... ¿yo?... ¿O ambas?- entono en susurro audible la voz mas dulce, sensual y sexualmente necesitada sin apartar mis labios de los de ella. El desea dos mujeres en su cama, clásico es lo que mas piden los macho en este tipo de lugares, aunque el es algo retorcido por traer a su esposa, o acaso ... ¿la retorcida es ella.?

por **Cora A. Samaras** Mar Mar 24, 2015 8:30 pm

el calor del lugar aumentaba, la intensidad comenzaba a subir cada vez mas. ¿Según nuestros impulsos la íbamos a compartir? Eso me hizo sonreír un poco, resultaba interesante preguntarse cuáles serian exactamente las necesidades de cada uno de nosotros y como lograríamos satisfacer a todos los caprichos. Podrían llegar fácilmente a chocar y comenzar a pelear por la sangre de una sola persona. Me quedo mirándole un poco cuando enfatiza que no puedo romper sus labios, era algo de lógica, no debía haber sangre antes de tiempo. Mi personalidad parece querer ser rebelde y llevarle la contraria a lo que diga, pero suspiro suavemente y asiento. Dejo que cierta sumisión se apodere de mi, aquella noche aceptaría las ordenes de otro ser, solamente por querer probar hasta donde podíamos llegar. La joven estaba frente de mí, había girado su cuerpo, dándole la espalda al caballero, quien muy cómodamente completaba la escena como si se tratara del mismísimo señor de señores.

La cortesana sabe utilizar bien su cuerpo y sus labios, se aprisiona hacia mí, acercando su cálido cuerpo hacia mí, su pronunciado busto roza mi pecho, había una diferencia notable en aquellos abultados pezones y mi pequeño y acomodado busto. Termina buscando el sabor de mi boca mientras mi compañero desliza sus dedos por el corsé, luchando por desencajarlo de su cuerpo para dejarlo libre y desnudo.

Que tan fácil era perderse entre el cuerpo de una persona y mucho más cuando era demasiado habilidosa con sus manos. En un cerrar de ojos ya parte de su ropa estaba medio flojo, su vestido comenzaba a dejar ver parte de sus hombros, por culpa de la gravedad. — El está ocupado desnudándote a ti — dije en un suave jadeo. Trate de separarme un poco de sus labios. Ayude a aflorar su corsé, sujetándolo del frente y moviéndolo de un lado a otro. Sería divertido poder sentir aquella piel caliente y llena de vida, la cual rozaría dos pieles frías y pálidas.

Sus labios hicieron un pequeño recorrido hasta llegar a su cuello, en donde saboreo y lamio con cierta ansiedad, mientras las manos agiles de la cortesana comenzaban a dejarla sin ropa y exponían el cuerpo de la griega a dos desconocidos. ¿Por qué me dejaba llevar? No tenía nada mejor que hacer y me divertía ver como un pequeño ratón era juguete de dos grandes felinos, que se comportaban como unos pequeños mininos[/B]

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