Doble o nada. [Libre +18.]

por **Marius De Romanus1** Sáb Dic 10, 2011 12:50 pm

El cuerpo hambriento de un hombre culto estaba haciendo estragos en su vida diaria. Él no se alejaba de los placeres carnales ni se desvivía por ellos, simplemente... lo necesitaba dependiendo del momento.

Sus pasos lentos, pausados, con toda la parsimonia se dejaron impregnar por el frío y el color de la nieve. Era cierto, él se sentía muy a gusto con aquellas temperaturas pero ahora lo que necesitaba era una mujer bajo el calor de una noche llena de erotismo posible. Los pasos de Marius se acercaron al rincón más inhospito del lugar, una mera taberna... bien podría entrar en el burdel de la esquina, pero... él no era de los que le agradasen el entrar en aquellos lugares, si su llamado era recibido, aquella noche estaría ocupado.
Pidió al mesero, solo como estaba pues allí los hombres no se aventuraban a entrar por el mero hecho de que sus esposas les viesen entrar a algun lugar cercano al burdel. Tomó el vaso de Whisky y se sentó en una mesa, en su plena soledad. Bien era sabido que los hombres, por más solos que quisiesen estar, SIEMPRE estaban acompañados.

La mente de Marius recorrió innumerables recuerdos, pero por algún motivo estaba allí y no era exactamente para tomar malos recuerdos aunque si los mirabas desde otra perspectiva, todos tenían su aquel. Aquell mirada se ensanchó, observando a las innumerables mujeres pasar por aquel lugar.

por **Lexie Breckenridge** Miér Dic 14, 2011 6:41 pm

off: puedo?

Lexie estaba por terminar, la noche había estado un tanto aburrida y se sentía con deseos de ir a descansar; se dirigía a su habitación cuando sus ojos captaron algo o más bien alguien que la llenaron de curiosidad debido a la inmensa belleza que la criatura proyectaba; se trataba de un caballero de apariencia distinguida, físico impresionante y una mirada hipnotizante, un caballero como ninguno de los que había conocido jamás.

Unos segundos despues había cambiado de parecer, de pronto ya no se sentía tan cansada y estaba segura de que su noche bien podría valer la pena si un caballero como el que tenía en la mira terminaba en su lecho; entonces corrió a su habitación echó un vistazo al espejo y salio de ahí. Una vez en el salón comenzó a buscar ese rostro espectacular y lo vió sentado en una mesa un tanto apartado de la multitud, se acercó a el e inclinándo su cuerpo de modo que su rostro y una buena parte de su escote quedaran a la vista del hombre, preguntó "Buenas noches monsieur, no veo razón alguna para que alguien como usted se encuentre solo más tiempo, me permite acompañarlo?" mientras sonreía.

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