Lothaire D. Donovan ID

Donovan, hasta parece una palabra para maldecir a alguien. Mi historia se remonta hasta donde puedo recordar. Ahora tengo la edad suficiente como para poder contraer matrimonio si ese fuera mi deseo, pero en realidad, prefiero encontrar a la mujer perfecta antes de dar tal paso.  A lo que mi pasado respecta no es una historia modélica pero me siento con ganas de matar a quien, bueno, empezó todo mucho antes de que incluso yo naciera a este mundo. Soy la creación de un bastardo ex – inquisidor con una de las mejores personas que he conocido, o sea mi madre, la cual no veo desde que mi padre me tomo por la fuerza cuando apenas era un infante o un muchacho bien hecho y derecho. No recuerdo bien cuantos años tenía, posiblemente estuviera en la pre adolescencia.

Mi padre antaño, quien de verdad me crio se llamaba Falcon, un buen hombre que me enseño los peligros, me enseñó a cazar, a pintar y en cierto modo a disfrutar de los placeres de la vida como la pintura, la música, el arte y el misterio de la poesía, eso para mí fue el modo de verme convertido en lo que era él, un caballero de la alta sociedad que era bien respetado por el resto de la población de Francia. Crecí y viví yendo a respetadas fiestas con mis hermanas menores, en realidad con una familia feliz. Sintiendo que todo iba sobre ruedas, mis preocupaciones eran el menor de mis problemas hasta que cuando cumplí los 11 años y pude observar como algunas otras cosas me iban llamando más la atención que otras. Una de ellas se llamaba Shamira, una gitana de los bajos bosques de Paris que deslumbraba con sus hermosos ojos castaños y su melena oscura como la noche, esbelta y danzarina me demostraba como ella también había sentido cierta “curiosidad” hacia mi persona. Comenzamos a vernos cada día, yo me escapaba cada noche hasta que esas escapadas terminaron cuando Falcon me las prohibió, encerrándome en mi habitación con numerosos trabajos de contabilidad, logística, derecho y demás obligaciones que tenía que aprender hasta que algún día pudiera trabajar en algún sitio que pudiera hacerme respetable.

Dos años pasaron, tenía 13 años y cuando volví a ver a Shamira en un rincón del circo con sus atracciones, fue de la peor manera. Estaba casada al parecer con un joven de su círculo de amigos y al parecer había dado luz a un vigoroso hijo que aprendería de las fechorías de su gitano padre. No es que se la tuviera guardada a Falcon, supe que lo hizo por mi bien y aun lo seguía haciendo, pero al ver el futuro de Shamira frente a mis ojos en aquel circo, me destruyo en parte, no pude remediarlo y como sabía que la inquisición no se ocupaba completamente de los gitanos, a la noche siguiente me fui a la sede del Vaticano en Roma. El viaje duro varios dias e iba acompañado de un “padrino” por asi decirlo que me vigilaba como si fuera la sombra de Falcon. Fuimos al Vaticano y allí entable relación con un miembro de baja ronda que me dijo que transmitiría mi petición a uno de mayor rango y que se reuniría conmigo un miembro de la inquisición en Paris.

Volví a Paris, pero nadie se puso en contacto conmigo. Fue frustrante que mi petición hubiera sido rechazada. No logre entender por qué y posiblemente porque era demasiado pequeño para que me tuvieran en cuenta. 3, 4 años pasaron cuando de repente escuche rumores de que un grupo de inquisidores querían atrapar a unas criaturas, unos cambia formas con lo que me puse en alerta y no más salir de la librería tras recoger un pedido de madre, Sali con prisa hasta mi mansión, pero en el camino, lo que parecía un grupo de personas vestidas de cuero negro, me acorralaron contra la pared en un callejón, preguntándome, llegando a pegarme con fuerza para que hablara. Pero no hable. Me soltaron viendo que no conseguirían nada y cuando regrese dije que unos de mi semejanza me pegaron por error, dije que había alzado la mirada y había fijado mis ojos en un rostro angelical, lo cual no había pasado realmente. Falcon rio suavizando el ambiente pero mi madre siempre con sus advertencias a lo que mis hermanas añadieron un poco de quejas y burlas a mi persona –entre pensamientos risueños entre ellas dos -  Entonces a finales de ese año, cumplí los 17 años y nos mudamos a Rumania debido a que Falcon, trabajaría con grandes nombres empresariales en el Este, era mayor la reputación que el tenia que el dinero. Pero al fin y al cabo éramos igual de adinerados que la mayoría de las personas.

Después todo se desmoronó.

La tormenta cayó sobre el apellido Donovan demostrando cual malditos estábamos. Una noche que estábamos tranquilos, ya pasado un año y pocos meses de la llegada a Rumania llegó la respuesta que había ansiado desde siempre. Me prometieron que castigarían a Falcon por lo que me hizo tras perder a Shamira, ellos y yo hablamos secretamente en una taberna a las afueras de los Cárpatos, hablamos, me prometieron que le castigarían, pero tenía que llevarles hacia ellos. Estaba temiendo que traicionaría a mi apellido pero Falcon me arrebato mi único modo de felicidad. Sabía que podría haber sido un buen esposo con Shamira, la habría sacado de esa pesadumbre de vida y haberla elevado a un mundo donde estaba lleno de belleza.

Cuando quise enterarme, era demasiado tarde. Los inquisidores no iban a por Falcon, sino a por mi familia y el secreto que antaño guardaban con recelo. Esa noche llegaba incluso con más sorpresas para mi persona. En la noche, leyendo sin poder concentrarme, deje el libre con fuerza en el sofá y me miraban preocupados…hasta que una piedra y otra, otra y otra entraban sin parar dentro de la habitación en la que estábamos. Estábamos siendo atacados, Falcon y yo cogimos las pistolas de la cómoda y comenzamos a evacuar a todos.

Cuando habíamos salvado a mis hermanas llegue tarde para salvar a mi madre, fui a su rescate y pude ver a Falcon muerto a su lado, pero mi madre estaba siendo sujeta por el cuello por un inquisidor que en toda su esencia me resultaba conocido. No podía decir cómo, pero sentía una cierta conexión hacia él. Entonces fue cuando capte el mensaje entrecortado de mi madre, diciéndome que aquel que intentaba asfixiarla era mi padre biológico. No y solamente un rotundo no. No lo aceptaba, le dispare y vi como soltó a mi madre pero rápidamente fui a socorrerla, pero no pude llegar debido a que me quede inconsciente en el suelo tras ser noqueado por aquel que era mi padre.

Cuando abrí los ojos me vi envuelto en sábanas blancas, sobre una cama demasiado cómoda y mi cuerpo vendado por el torso. De repente el paisaje se vio demasiado bélico, estaba dentro de una majestuosa tienda de campamento y al parecer estaba dentro de la cama de alguien importante. Estaba realmente confuso y lo que quería era ir en busca de mi madre, pero para cuando iba por el pantalón subido y abrochado vi a Shamira acompañando al que me golpeo.

¿Qué era esto?

Me entere que Shamira había sido espía de quien es realmente mi padre. Para mi gusto, era un capullo integral pero nada arrepentido de lo que había hecho alejándome de mi familia. Mire a Shamira y me explico que los niños eran sus sobrinos, ella solo había sido espía de mi padre para que me vigilara y cuidara en su ausencia. Maldito cabrón. También me explico que venía de rango noble así que no tenía que preocuparme por si me avergonzaba de estar a su lado. Ahora entendí. Completamente.

Todos los inquisidores eran unos capullos integrales.

Sinceramente para eso me había “secuestrado” mi padre. Para que me convirtiera en uno de ellos, pero no estaba en mis venas el blandir una espada y cabalgar hasta la victoria. Preferiría demostrar mi fiereza con una buena poesía que estremezca los sentidos del corazón hasta llevarlos a una maravillosa victoria.

Pasaron varios años con los que estuve con  mi padre pero a la edad de 25 alce el vuelo y volé yéndome de su lado para poder vivir mi propia aventura. Así que, volví a Paris, hacia donde estaría mi antigua residencia pero pude ver que ahora estaba siendo ocupada por otras personas. Solamente el suspiro salió de mis labios risueño y somnoliento. Estaba cansado y pronto seria mi vigésimo sexto cumpleaños. Ahora estoy en Paris  y conseguí hacerme paso con los consejos que Falcon un día me otorgo como único legado de su herencia.

Era y siempre me enorgullecería decir que soy Lothaire Donovan, pero para seguir el día a día, me hago llamar, Lothaire Donaire Donovan.