AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Libertad para mi, quiere decir huida |libre|
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Libertad para mi, quiere decir huida |libre|
Se le vio partir y atardecía
por el camino blanco y solitario
que conduce al silencio de los planetas muertos.
Un atlas bajo el brazo, y le seguía
como un perro cansado y distraído
la sombra fiel de la tristeza.
Como era costumbre en mi, cada vez que terminaba de alimentarme echaba a correr hacia las afueras de la ciudad como si pudiera huir de mi culpa por haber matado a un inocente. Y es que cuando pasaba tanto tiempo sin comer mis instintos dominaban mis acciones y era sencillamente imposible el contenerme antes de terminar asesinando al infeliz que se cruzara por mi camino. Desde mi paso a esta nueva vida, el alimentarme significó el mayor de mis problemas, aunque Max me indicara lo que debía hacer y sabiendo que era solo por mi propia supervivencia, no podía evitar luego sentirme como un monstruo que vivía a costa de la vida de otros. Y es que mi temor a asesinar me convertía en alguien muy peligrosa, ya que en mi intento por no terminar con la vida de nadie, evitaba alimentarme hasta el borde de la inanición, y en esos momentos mis lado menos racional tomaba el mano de toda acción que llevaba a cabo. A esa razón se debía que ahora estuviera prácticamente volando por entre las parcelas abandonadas lejos de la ciudad. Debía admitir que estaba huyendo de mi misma, me costaba mucho trabajo el seguir adelante desde la partida de mi mentor. Aunque me desconcertó que no dejara ni una sola carta, con una explicación o al menos un simple "Adiós", ya que en algún momento llegué a creer que había cierta empatía entre ambos, pero aparentemente me equivocaba.
Por otro lado estaba la nueva confusión agregada, sin querer, por aquel hombre que conocí un par de noches atrás, con quien las cosas fluyeron de manera tan natural, que a pesar de estar hambrienta no cruzó por mi mente el alimentarme de él. Si bien, estaba consciente de que el límite de mi vida era borroso, también lo era la época en que me permití relacionarme con un varón más allá de una conversación casual. En este caso las cosas habían avanzado en un rumbo completamente diferente y me preocupaba. Claro, el temor a salir lastimada emocionalmente existía, pero lo que realmente me preocupaba era el posible daño que yo pudiera causarle. Cosa rara porque no solía preocuparme por nadie más que por mí y mi perfil bajo a causa de los cazadores que pululaban por la ciudad. Y ahora llegaba él a mi vida de manera fortuita. Aunque no lo vi de nuevo, sabía que solo era cuestión de tiempo que eso sucediera, y yo aún no sabía como actuar ante su presencia. Si. En ese asunto era como una adolescente humana, fuera de control y sin una dirección que seguir.No supe cuanto tiempo estuve corriendo, hasta que me detuve. Me encontraba en una pequeña colina, done el viento azotaba con fuerza suficiente para alborotar mis cabellos alrededor de mi rostro. Me giré despacio, hacia la ciudad. Y ahí estaba, mi París amado. Lugar del que a pesar tantas tristezas vividas, no podía alejarme. Lo intenté, pero nunca dio resultado pues siempre terminaba escabulléndome por sus calles desiertas a mitad de noche, hasta que me rendí y terminé por asentarme en casa de mi mentor. Desde mi lugar se observaban las luces tenues de la ciudad, tan bulliciosa a ciertas horas y tan silenciosa en otras, la que guardaba en silencioso secreto mi nueva naturaleza. Con un suspiro me senté en el suelo, abrazando mis rodillas, tratando de no pensar en nada más. Sin embargo a mi mente venían unos ojos de mirada profunda que no podía olvidar. Intentaba dejar mi mente en blanco, apartando incluso esos orbes cuando me llamó la atención, un ruido salido de unos arbustos unos metros más allá de donde yo estaba sentada. Agucé la mirada, pero no podía distinguir más nada.-¿Quién anda allí?-Murmuré frunciendo el ceño, era extraño encontrar a algo o alguien más a estas horas de la noche, tan lejos de la ciudad.
Évani Rivoire- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 912
Fecha de inscripción : 29/03/2011
Re: Libertad para mi, quiere decir huida |libre|
“Te seguí, en medio de la más oscura noche, asesina y hermosa, como el mismo fuego que embelesó mi mirada por vez primera…”
Cayó la noche en la gran ciudad, capital de lo nuevo, de lo extraño, donde podía sentirme un poco menos extraño de lo que era en realidad; esa bella urbe que me había mostrado que no era mi especie la única que deambulaba de mano en mano con los humanos, que había otras más sórdidas, malévolas quizás, que se alimentaban de ellos como si fuesen simples insumos… Criaturas de las que tenía certeza me tenía que mantener alejado si quería pasar inadvertido.
Pero resultaba imposible pensar en ello cuando noches atrás uno de esos seres se presentó ante mí, y sin poder yo distinguir entre lo real y la ficción me dejé arrastrar por mis instintos hasta su falda, como un perro sin voluntad amante de un amo que no conoce. Y desde el momento en que sus ojos me regalaron una mirada, me di cuenta que no importaba riesgo o peligro que su naturaleza acompañara, quería, necesitaba estar cerca de ella sin importar nada más…
Esa noche la esperaba fuera de su morada, y no tardó en aparecer, con esa mirada brillante, que ahora expresaba un hambre atroz, no hubo titubeo en mi andar al seguirla por las oscuras calles de París, tampoco lo hubo al verla devorar la vida de un pobre diablo que se encontró en el lugar equivocado a la hora equivocada, aún ese festín que genera repudio hacia los de su raza me resultaba completamente fascinante, aunque el hambre poco a poco fue mermando, hasta dejar solo culpa en su mirar.
Echó a correr rumbo a las afueras de la ciudad, tan pronto pude me transformé en perro y la seguí, escondiéndome entre las sombras que de pronto eran de árboles, habíamos dejado atrás la ciudad, dando paso a un cielo estrellado que adornaba el campo que se abría frente a ella, mientras permanecía en las sombras de mis pensamientos.
De pronto pisé una rama, y el crujido de esta alertó a la dama, no esperaba que me viera, no deseaba que pensara que la acechaba, que era ella el motivo de mis más profundas obsesiones, no quería asustarla… alejarla tan pronto de mí, no sabría que hacer…
-¿Quién anda allí?- Murmuró más para sí, mientras yo pensaba si salir a su encuentro o no, mostrarme como cánido, como humano; mi mente se transformó en un remolino de dudas para las cuales no tenía respuesta… O quizás sí, una respuesta que conocía tan bien que me aterraba… Mi voluntad flaqueaba y con ella mis patas comenzaron a avanzar, saliendo de la penumbra… mis ojos se cruzaron con el ceño de ella.
Pero resultaba imposible pensar en ello cuando noches atrás uno de esos seres se presentó ante mí, y sin poder yo distinguir entre lo real y la ficción me dejé arrastrar por mis instintos hasta su falda, como un perro sin voluntad amante de un amo que no conoce. Y desde el momento en que sus ojos me regalaron una mirada, me di cuenta que no importaba riesgo o peligro que su naturaleza acompañara, quería, necesitaba estar cerca de ella sin importar nada más…
Esa noche la esperaba fuera de su morada, y no tardó en aparecer, con esa mirada brillante, que ahora expresaba un hambre atroz, no hubo titubeo en mi andar al seguirla por las oscuras calles de París, tampoco lo hubo al verla devorar la vida de un pobre diablo que se encontró en el lugar equivocado a la hora equivocada, aún ese festín que genera repudio hacia los de su raza me resultaba completamente fascinante, aunque el hambre poco a poco fue mermando, hasta dejar solo culpa en su mirar.
Echó a correr rumbo a las afueras de la ciudad, tan pronto pude me transformé en perro y la seguí, escondiéndome entre las sombras que de pronto eran de árboles, habíamos dejado atrás la ciudad, dando paso a un cielo estrellado que adornaba el campo que se abría frente a ella, mientras permanecía en las sombras de mis pensamientos.
De pronto pisé una rama, y el crujido de esta alertó a la dama, no esperaba que me viera, no deseaba que pensara que la acechaba, que era ella el motivo de mis más profundas obsesiones, no quería asustarla… alejarla tan pronto de mí, no sabría que hacer…
-¿Quién anda allí?- Murmuró más para sí, mientras yo pensaba si salir a su encuentro o no, mostrarme como cánido, como humano; mi mente se transformó en un remolino de dudas para las cuales no tenía respuesta… O quizás sí, una respuesta que conocía tan bien que me aterraba… Mi voluntad flaqueaba y con ella mis patas comenzaron a avanzar, saliendo de la penumbra… mis ojos se cruzaron con el ceño de ella.
Adolph Weiss- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 18
Fecha de inscripción : 09/02/2015
Re: Libertad para mi, quiere decir huida |libre|
Miles de pensamientos se alborotaban en mi mente, sabía que no estaba sola. Podía sentir mi piel erizarse bajo la mirada de aquel ser que no lograba divisar a causa de la penumbra. Como lo veía tenía dos opciones, enfrentar a lo que sea que se encontraba entre los árboles lo que terminaría probablemente en una pelea de la que no saldría vencedora de ser un cazador u otro ser sobrenatural al que me enfrentara; o tenía la opción de poner los pies en polvorosa, cosa que no me gustaba en absoluto. Nunca se me dio bien la lucha, pero el escapar no era una opción que considerara realmente, como bien me dijeron en algún momento, era preferible morir en una pelea que correr y vivir en las sombras con la vergüenza de la cobardía. Con ese pensamiento en mente, me quedé en mi lugar. Firme. Alerta. Solo esperando que el extraño diera la cara, esperando poder hacerle frente.
Pero todo mi ánimo defensivo se vino abajo cuando de entre las sombras ví salir a un cánido. De haber podido me habría dado un golpe a mi misma, por dejarme llevar por mi imaginación. Respiré profundo dejando salir el aire de mis pulmones con rapidez mientras intentaba relajar mi cuerpo. Me estaba volviendo paranoica. Tanto oír de cazadores, de vampiros muertos de maneras horrorosas, de lobos y otras bestias enzarzados en sangrientas peleas por la posesión de un territorio, que ya mi mente estaba esperando una situación así en cualquier momento. Permanezco quieta en mi lugar, solo aguardando a que el animal se aproxime un poco más. Pero con cada paso que daba en mi dirección, me daba cuenta de que no era un animal común. Una vez más mi cuerpo se tensó. No. La mirada de ese ser, era demasiado humana para pasar por un perro común.
Aguardé manteniendo la postura en todo momento. Si bien, no se veía agresivo, tampoco podía confiar a ciegas que no iba a atacarme. Era muy desconfiada, estaba claro. Lo extraño de todo ello es que el color de sus ojos y la manera en que me miraba, me eran familiares; pero no lograba establecer el nexo. No recordaba haberme cruzado con un cambiaformas recientemente, pero no podía quitarme la sensación de conocer a aquel ser que continuaba aproximándose a mi, motivo por el cual me atreví a dar un par de pasos en su dirección.-¿Quién eres? ¿Te conozco?-Pregunté a sabiendas de que no iba a responderme de inmediato, sin embargo creía que en algún momento tendría que revelar sus intenciones al encontrarse allí y yo sería paciente para esperar que esa explicación llegara.
Évani Rivoire- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 912
Fecha de inscripción : 29/03/2011
Re: Libertad para mi, quiere decir huida |libre|
No había escapatoria,
Eras tu mi grillete quien me atraía a la muerte...
Eras tu mi grillete quien me atraía a la muerte...
Dejé atrás la penumbra, que me guardaba en una falsa seguridad, dejando al descubierto mi pelaje oscuro y mis orejas aguzadas como buen pastor Alemán, haciendo movimientos alternos adelante y atrás, como si con ello mi mente pudiera pensar como mayor agilidad.
Cuando pensé que ella había bajado la guardia, me sorprendió de nueva cuenta su voz, no por el tono, que era melodioso aun cuando se encontraba lista para atacar, si no por las palabras que de ella emanaban -¿Quién eres? ¿Te conozco?- dijo observándome, por un instante tuve que voltear a verme, asegurarme que no era yo un humano, puesto que ella se refería a mí de tal manera. No, seguía siendo yo aquel pastor Alemán que tanto conocía, “Entonces ¿Por qué ella me hablaba de tal forma?”, titubee un poco, sentí temor de que supiera que yo era… bueno, eso, que la seguía y que conocía su secreto…
Parpadee tratando de enfocarme, “Error” pensé después, era otro gesto genuinamente humano, que si ella tenía dudas al respecto, ello le ayudaría a discernirlas… entonces me di cuenta que podía alejarme si deseaba, que ella a lo mejor pensaría que me había escapado de mi hogar; o podía intentar hacer que ella creyera que era yo solamente un perro, que quizás sus nervios le jugaban una mala pasada… así que “patas a la obra”.
Viré mis orejas hacia atrás y las pegué a mi nuca, era ampliamente sabido que era un signo de desconfianza en un perro, ver que hiciera aquello… y bajando la cola, pero sin meterla entre las patas di un par de pasos en su dirección, olfateando, como si fuera la primera vez que me cruzaba con ella “Era eso o demostrarle quien era… y no podía permitir darle esa ventaja ante mi corazón”.
Cuando pensé que ella había bajado la guardia, me sorprendió de nueva cuenta su voz, no por el tono, que era melodioso aun cuando se encontraba lista para atacar, si no por las palabras que de ella emanaban -¿Quién eres? ¿Te conozco?- dijo observándome, por un instante tuve que voltear a verme, asegurarme que no era yo un humano, puesto que ella se refería a mí de tal manera. No, seguía siendo yo aquel pastor Alemán que tanto conocía, “Entonces ¿Por qué ella me hablaba de tal forma?”, titubee un poco, sentí temor de que supiera que yo era… bueno, eso, que la seguía y que conocía su secreto…
Parpadee tratando de enfocarme, “Error” pensé después, era otro gesto genuinamente humano, que si ella tenía dudas al respecto, ello le ayudaría a discernirlas… entonces me di cuenta que podía alejarme si deseaba, que ella a lo mejor pensaría que me había escapado de mi hogar; o podía intentar hacer que ella creyera que era yo solamente un perro, que quizás sus nervios le jugaban una mala pasada… así que “patas a la obra”.
Viré mis orejas hacia atrás y las pegué a mi nuca, era ampliamente sabido que era un signo de desconfianza en un perro, ver que hiciera aquello… y bajando la cola, pero sin meterla entre las patas di un par de pasos en su dirección, olfateando, como si fuera la primera vez que me cruzaba con ella “Era eso o demostrarle quien era… y no podía permitir darle esa ventaja ante mi corazón”.
Última edición por Adolph Weiss el Lun Mar 16, 2015 4:12 pm, editado 1 vez
Adolph Weiss- Cambiante Clase Alta
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Fecha de inscripción : 09/02/2015
Re: Libertad para mi, quiere decir huida |libre|
Mentiras como lagrimas de plástico,
que se queman al calor de lo evidente.
La incertidumbre por aquel rastro conocido en su mirada se mantenía presente, aún cuando el animal aquel echó las orejas hacia atrás. Pues segundos antes noté cierta emoción en su mirar cuando le hablé. Pero aparentemente me estaba equivocando. ¿Sería acaso que a tantos remordimientos iba a sumársele un poco de locura? Si ese era mi destino, prefería terminar con todo de una buena vez, ya bastante duro era mantener una existencia limitada a la noche y alimentarme de la vida de otros como para tener que agregarle esto. Respiré profundamente mientras retrocedía, sacudiendo la cabeza. No debería dejar que mi mente me jugara tan malas pasadas. Era absurdo que pensara que aquel ser tenía un rastro humano; además ¿Qué mascota no mostraba cierto reconocimiento a las personas que frecuentaba? Claro, para que eso fuera remotamente cierto tendría que asumir que aquel perro venía siguiendo mis pasos más de una vez y solo ahora que mis nervios estaban tan alterados lo había notado. No. Jamás iba tan despistada ¿O sí?
Me contuve de volver a preguntar algo más, era obvio que no recibiría respuesta. Así que iba a optar por alejarme y esperar. Si era solo el producto de mi imaginación aquel asomo de humanidad de los ojos del perro, seguramente este no iba a mantener mucho interés en estar cerca mío. A diferencia de los humanos, los animales eran mucho más concientes del poder destructivo que llevábamos los seres sobrenaturales, así que evitaban el contacto con nosotros a menos que fuera absolutamente necesario. Si por el contrario, no era solo una alucinación de mi parte, pronto revelaría sus intenciones.
Con la mirada fija en el animal, permanecí en una postura erguida un largo instante, hasta que pretendiendo el haber perdido el interés caminé en sentido contrario con claras intenciones de ponerle a prueba, sin bajar la guardia para evitar ser sorprendida. Acomodé mis cabellos, sujetándolos para evitar que el viento lo desordenara nuevamente, claro siempre mirando por el rabillo del ojo al perro. Si, lo mío era un nuevo nivel de paranoia, pero al estar sola no había temor al ridículo por lo que proseguí con mi actuar aparentemente desinteresado.
Évani Rivoire- Vampiro Clase Media
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Fecha de inscripción : 29/03/2011
Re: Libertad para mi, quiere decir huida |libre|
Te observé con idolatría,
no había sentimientos que asemejaran lo que tú despertabas en mí…
no había sentimientos que asemejaran lo que tú despertabas en mí…
Su silueta bañada por la luz de la luna se erguía frente a mí, indómita y hermosa, como un espejismo caprichoso que se escapaba de mis manos, atadas por mi propio temor… “Nunca antes había sentido tal control por parte de nadie sobre mi persona, me dominabas como si hubieras sido mi dueña desde cachorro…”
Respiré profundo, ahogado en tu mirada de desconfianza, cuando de pronto te diste la vuelta y reanudaste tu camino en sentido contrario, tu espalda, tu entera figura se deslizaba entre los claros con gracia, y sin poder detenerme, me encontré siguiéndote fiel, como el resto de la noche, aguzado, con las orejas alertas y caminando lo más silencioso que podía, sabiendo que ante tu oído agudo, mis pisadas eran evidentes…
No sé bien en que momento dejó de importarme que te dieras cuenta de que te seguía, solo me importaba estar a tu lado, si bien como perro, pero tu perro fiel; no pensé en las sospechas que mi comportamiento tan poco común para un animal podía generar… era yo, y solo yo, siendo perro, lobo o humano, el que te seguía fervientemente…
Sentí tu mirada de soslayo, y un cúmulo de emociones se dirigieron a mis entrañas, emoción, sabía que me veías, miedo, intriga… era todo, todo lo que me impulsó a seguir tus huellas y el aroma que el viento robaba de tu cabello… Mi corazón latía frenético esperando saber ¿Qué era lo que tú esperabas de mí?
Respiré profundo, ahogado en tu mirada de desconfianza, cuando de pronto te diste la vuelta y reanudaste tu camino en sentido contrario, tu espalda, tu entera figura se deslizaba entre los claros con gracia, y sin poder detenerme, me encontré siguiéndote fiel, como el resto de la noche, aguzado, con las orejas alertas y caminando lo más silencioso que podía, sabiendo que ante tu oído agudo, mis pisadas eran evidentes…
No sé bien en que momento dejó de importarme que te dieras cuenta de que te seguía, solo me importaba estar a tu lado, si bien como perro, pero tu perro fiel; no pensé en las sospechas que mi comportamiento tan poco común para un animal podía generar… era yo, y solo yo, siendo perro, lobo o humano, el que te seguía fervientemente…
Sentí tu mirada de soslayo, y un cúmulo de emociones se dirigieron a mis entrañas, emoción, sabía que me veías, miedo, intriga… era todo, todo lo que me impulsó a seguir tus huellas y el aroma que el viento robaba de tu cabello… Mi corazón latía frenético esperando saber ¿Qué era lo que tú esperabas de mí?
Adolph Weiss- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 18
Fecha de inscripción : 09/02/2015
Re: Libertad para mi, quiere decir huida |libre|
Aunque no dejaba de estar vigilante ante aquel perro que de pronto me seguía como si se tratara de mi mascota, poco a poco iba perdiendo el interés y enfrascarme en el usual remordimiento que experimentaba tras alimentarme. Anduve silenciosamente hasta ubicarme en el medio del claro. Solté un suspiro elevando la mirada al cielo, que muy lentamente empezaba a despejarse y dejar que la tintineante luz de las estrellas se dejara ver. A veces deseaba estar tan lejos de todo, sin que nada de lo que era ahora pudiera lastimar a quienes me rodeaban. En momentos como este, no podía evitar el sentirme sola; ya ni era capaz de visitar a mis amigos sin que su integridad corriera peligro.
Ese sentimiento de autocompasión, me era familiar lamentablemente no había quien pudiera sacarme de él. Bueno, si había alguien. Una sonrisa boba se dibujó en mi rostro al recordar esa mirada.Era absurdo que me sintiera así respecto a él, apenas si crucé palabra alguna, sin embargo en mi mente revivía una y otra vez esos instantes. Suspiré pesadamente y me dejé caer en el mullido pasto bajo mis pies. No olvidaba al animal que estaba cerca, más ahora mis pensamientos estaban en otro lugar. Claramente, ello no iba a pasar de un conjunto de ilusiones que al final desaparecerían.-Imposible-Murmuré para mi misma mientras me tumbaba en el suelo, extendiendo mis cabellos a mi alrededor de modo que no pudiera incomodarme.
Era tonta al dejarme llevar por esas ideas. No tenía intenciones de volverme a ver con él, aunque deseara hacerlo. Seguramente en cuanto conociera la realidad de mi naturaleza, huiría o me cazaría. Ambas reacciones las entendería, pero no podría manejarlas. Ya que con solo uno minutos en su presencia me había cautivado hasta convertirse en el centro de mis pensamientos, pero no iba a permitir que ello nublara mi sensatez. Prefería que me recordara como alguien más "normal" y con el tiempo no sería más que un rostro de alguien que conoció entre tantos otros. Nadie importante. Y a pesar de que la idea de ser olvidada me dejaba un amargo sabor, más duro sería el presenciar su desprecio. Si. Una vez más, la soledad sería la única compañía que tendría. Tal vez sería una gran idea del salir de la ciudad por un tiempo, tal vez un poco de distancia ayudaría a vencer la tentación de verle una vez más...
Évani Rivoire- Vampiro Clase Media
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Fecha de inscripción : 29/03/2011
Re: Libertad para mi, quiere decir huida |libre|
En esta vida y en la siguiente,
porque una precede a la otra,
nuestro destino es encontrarnos…
porque una precede a la otra,
nuestro destino es encontrarnos…
Le seguí mientras su caminata se transformaba en un deambular entre los claros del bosque, vislumbrando la ciudad Luz de vez en vez, con las orejas alertas, pude sentir como el ánimo con el que había comenzado la noche se esfumaba sin remedio, dando paso a una pesada culpa que aletargaba sus ágiles pies, un ligero aullido escapó de mis fauces, un signo indudable de frustración, de no poder consolar ese vacío que en su interior crecía…
Un suspiro me regresó a la realidad, algo pasaba por su mente que la hacía alejarse de aquella agonía sin duda, pues ante ese suspiro su espalda se relajaba y su andar era más fluido… así hasta un claro en el que el pasto y las flores invadían el suelo, haciendo de este un paraíso de breves instantes…
Ella se recostó en el pasto, con la mirada en el cielo, esa mirada de fuego que noches atrás me había consumido el alma y el corazón… su cabello desprendía un aroma que no podría describir al combinarse con las hierbas frescas, y su semblante pasó de la tranquilidad a una profunda melancolía; era dolor lo que ella estaba pasando, de ello podía estar seguro…
Así antes de que pudiera yo notarlo, mis patas me habían llevado presa de la curiosidad y la preocupación hasta el regazo de la dama… comencé a olfatear las telas de su vestido, agachando las orejas y guardando la cola entre las patas, no podía mostrar mayor sumisión que aquella… Tampoco sabía cómo acercarme más, y no existían palabras que pudieran salir de mi hocico para ayudarme a comprender la situación… “¿Qué pasa por esa cabeza tuya?” trataba de decir con cada golpeteo que mi nariz daba en el regazo ajeno…
Un suspiro me regresó a la realidad, algo pasaba por su mente que la hacía alejarse de aquella agonía sin duda, pues ante ese suspiro su espalda se relajaba y su andar era más fluido… así hasta un claro en el que el pasto y las flores invadían el suelo, haciendo de este un paraíso de breves instantes…
Ella se recostó en el pasto, con la mirada en el cielo, esa mirada de fuego que noches atrás me había consumido el alma y el corazón… su cabello desprendía un aroma que no podría describir al combinarse con las hierbas frescas, y su semblante pasó de la tranquilidad a una profunda melancolía; era dolor lo que ella estaba pasando, de ello podía estar seguro…
Así antes de que pudiera yo notarlo, mis patas me habían llevado presa de la curiosidad y la preocupación hasta el regazo de la dama… comencé a olfatear las telas de su vestido, agachando las orejas y guardando la cola entre las patas, no podía mostrar mayor sumisión que aquella… Tampoco sabía cómo acercarme más, y no existían palabras que pudieran salir de mi hocico para ayudarme a comprender la situación… “¿Qué pasa por esa cabeza tuya?” trataba de decir con cada golpeteo que mi nariz daba en el regazo ajeno…
Adolph Weiss- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 18
Fecha de inscripción : 09/02/2015
Re: Libertad para mi, quiere decir huida |libre|
Y en este titubeo de aliento y agonía,
cargo lleno de penas lo que apenas soporto.
¿No oyes caer las gotas de mi melancolía?
Tumbada allí en medio de la nada, observando el guiñar de las estrellas en el infinito, no pretendía moverme en un buen rato. No tenía prisa por volver a la alejada casa que ahora era mi hogar, ese refugio que mi mentor me dejó sin querer. Una vez más suspiré tratando de encontrar una razón por la que Max se había marchado sin decir una palabra. ¿Es que acaso mi compañía era tan desagradable? ¿Era difícil tolerar al monstruo en que me había convertido? Tal vez estaba llegando a significar un peligro para él; teniendo a tantos cazadores pululando por la ciudad y yo llamando tanto la atención al alimentarme sin control; sin duda ese era un buen motivo para alejarse de mi. Era triste, pero la única conclusión a la que podía llegar después de tanto tiempo meditándolo.
Claro, ahora tenía en mente hacer lo mismo que él y alejarme. Establecer lazos sentimentales con alguien que no tenía idea de mi verdadera naturaleza, solo iba a alejarle más de mi. Inconscientemente llevé mi mano a la cabeza del animal que ahora se posaba en mi regazo, olvidando de momento mis recelos. Pasaba la mano una y otra vez por el suave pelaje del canino , considerando mis opciones para seguir en la ciudad. No era la primera vez que lo pensaba. En mis momentos más negros incluso llegué a tener en mente el entregarme a los cazadores o inquisidores, pero incluso para ello era demasiado cobarde.
Suspiré y cerré los ojos, tenía que lidiar con mi presente de la mejor manera. Así que me iría sin darle más vueltas. Pero antes quería verle por una última vez. Solo una vez más antes de convertirme en un recuerdo borroso en su memoria. Seguramente cuando le volviera a ver, él estaría felizmente casado y con una familia que le querría. Sentía celos de esa mujer aunque solo fuera producto de una suposición. Ella podría darle lo que para mi era imposible. Apartando con delicadeza la cabeza del animal, me puse en pie. Me despediría ahora mismo de él, ahora que tenía el valor para hacerlo. Respiré profundo y sonriendo con tristeza me despedí de esa breve compañía.-Vuelve a casa, seguramente te están buscando-Le murmuré antes de emprender mi camino de regreso a la ciudad.
Évani Rivoire- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 912
Fecha de inscripción : 29/03/2011
Re: Libertad para mi, quiere decir huida |libre|
Te propongo construir un nuevo canal…
sin esclusas ni excusas,
que comunique por fin tu mirada atlántica,
con mi natural pacífico.
sin esclusas ni excusas,
que comunique por fin tu mirada atlántica,
con mi natural pacífico.
-Vuelve a casa, seguramente te están buscando- murmuró con una nostalgia que no había percibido antes en ella, como si de una despedida se tratara, o peor aún, si no me deseara cerca de ella… Mordí el faldón de su vestido con fuerza, atrayéndola a mí, obligándome a creer que una mirada es más que una palabra, que de mis ojos emanaría lo mucho que sentía su dolor, tanto como si fuera propio…
La solté, era imposible que me reconociera, comencé a estar seguro de ello, y poco a poco me obligué a creerlo, mis sentidos se centraban en mi propio corazón y su frenético latir… era cada vez más claro que ella regresaba a la ciudad, sin mí, sin una mirada atrás, dejando aquel claro lleno de flores extrañamente vacío, como si todo vestigio de vida se hubiese marchado con ella…
Me senté por largos minutos, con las orejas descontroladas, poco a poco mis ojos dejaron de percibirla, mi olfato, que antes se embriagaba en su olor, ahora devanaba el aire por un fragmento de ella, la oscuridad cubría sus pasos tras de sí, la noche era testigo mudo de lo mucho que me importaba, y lo tonto que era al dejarla partir… “¿Pero, siendo un perro, que más podía hacer yo por retenerla? Y tan poco me conocía ella… ¿Qué oportunidad tenía ahora de volver a encontrarla?”.
Comencé a correr, con zancadas amplias, siguiendo el rastro de mi presa “¿o era yo su presa?”, olfateando por donde había pasado minutos atrás, sin un argumento en la mente, sin un plan en el bolsillo, mi estrategia se entretejía al tiempo que el viento me golpeaba la cara… Y por fin vi su silueta adentrándose en las calles parisinas, mortecinamente iluminadas, no sabía a donde se dirigía ella, pero sabía que tenía que verla… Como ella me conocía.
Bajé un par de calles, donde la sociedad no es tan pulcra, y las tabernas vomitan ebrios que con trabajo pueden ponerse en pie… muchos de ellos de alta sociedad, que lo usan como escape de las normas y estereotipos en los que se encuentran inmersos en el día a día… No me costó trabajo encontrar a un pobre incauto que apenas se dirigía a aquel lugar, con las prendas limpias y un olor agradable… Desde mi escondite, en la oscuridad mis huesos crujieron mientras mi pelaje se oscurecía, ahora era yo un lobo, listo para atacar…
Un instante después me encontraba en la sombra del mismo callejón, con un hombre inconsciente y desnudo a mi lado… y ahora era yo el hombre que la dama había conocido… calzaba de a poco la ropa que había perdido aquel pobre incauto, para reanudar mi persecución, saliendo justo un par de calles delante de donde ella se encontraba…
La solté, era imposible que me reconociera, comencé a estar seguro de ello, y poco a poco me obligué a creerlo, mis sentidos se centraban en mi propio corazón y su frenético latir… era cada vez más claro que ella regresaba a la ciudad, sin mí, sin una mirada atrás, dejando aquel claro lleno de flores extrañamente vacío, como si todo vestigio de vida se hubiese marchado con ella…
Me senté por largos minutos, con las orejas descontroladas, poco a poco mis ojos dejaron de percibirla, mi olfato, que antes se embriagaba en su olor, ahora devanaba el aire por un fragmento de ella, la oscuridad cubría sus pasos tras de sí, la noche era testigo mudo de lo mucho que me importaba, y lo tonto que era al dejarla partir… “¿Pero, siendo un perro, que más podía hacer yo por retenerla? Y tan poco me conocía ella… ¿Qué oportunidad tenía ahora de volver a encontrarla?”.
Comencé a correr, con zancadas amplias, siguiendo el rastro de mi presa “¿o era yo su presa?”, olfateando por donde había pasado minutos atrás, sin un argumento en la mente, sin un plan en el bolsillo, mi estrategia se entretejía al tiempo que el viento me golpeaba la cara… Y por fin vi su silueta adentrándose en las calles parisinas, mortecinamente iluminadas, no sabía a donde se dirigía ella, pero sabía que tenía que verla… Como ella me conocía.
Bajé un par de calles, donde la sociedad no es tan pulcra, y las tabernas vomitan ebrios que con trabajo pueden ponerse en pie… muchos de ellos de alta sociedad, que lo usan como escape de las normas y estereotipos en los que se encuentran inmersos en el día a día… No me costó trabajo encontrar a un pobre incauto que apenas se dirigía a aquel lugar, con las prendas limpias y un olor agradable… Desde mi escondite, en la oscuridad mis huesos crujieron mientras mi pelaje se oscurecía, ahora era yo un lobo, listo para atacar…
Un instante después me encontraba en la sombra del mismo callejón, con un hombre inconsciente y desnudo a mi lado… y ahora era yo el hombre que la dama había conocido… calzaba de a poco la ropa que había perdido aquel pobre incauto, para reanudar mi persecución, saliendo justo un par de calles delante de donde ella se encontraba…
Adolph Weiss- Cambiante Clase Alta
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Fecha de inscripción : 09/02/2015
Re: Libertad para mi, quiere decir huida |libre|
Un cuerpo padece mi agonía...
Un cuerpo o multitudes que mi piel no depone.
Un ser que vive y sueña la altitud de mis límites...
¡Quisiera huir: perderme lejos de su olvido!
Conforme mis pies me llevaban al interior de la ciudad, mi resolución de despedirme flaqueaba por momentos. Tenía que alejarme. Eso lo tenía claro. Pero ¿A dónde iría? Lejos. ¿Realmente tendría el valor para despedirme? No. Al menos no en persona, así que solo debería conformarme con un vistazo lejano de la persona que tal vez hubiera marcado la diferencia en mi existencia ya no tan nueva. Mucha razón tenía Max al aconsejarme sobre el exceso de sentimientos y el peligro que conllevaba el tenerlos por un mortal. Él había visto morir a sus seres queridos, y aunque mi caso era el mismo, las circunstancias en que se dieron fueron completamente diferentes. Lo que mi tutor no consideró, fué el hecho de que yo fuera una persona de ese tipo que se encariñaba mucho y demasiado rápido. Prueba de ello estaba ahora divagando por las calles cercanas a la casa de aquel, a quien solo ví en un par de ocasiones, pero cuya caballerosidad y encanto tan propios me habían cautivado casi desde el primer momento.
Aspiré llenando mis pulmones de aire en un intento de calmar esa ansiedad que solo causaba que mi mente se embrollara. En aquel justo momento, sentí ese aroma tan particular que tanto recordaba. O me había vuelto loca o es que el hombre en cuestión estaba muy cerca. Una vez más me tensé. Definitivamente no estaba preparada para verle, menos cuando la intención era despedirme. Hacerlo en persona solo lo haría más difícil, al menos para mi. Por un lapso de algunos segundos apenas, en mi interior me debatía entre ir en búsqueda de ese aroma o huir de el. Fiel a mi naturaleza cobarde, me dí media vuelta desandando mis pasos para poner mayor distancia entre él y yo, pero con tan mala suerte -o buena- que crucé en mi camino a un grupo de personas que buscaban a un tipo desaparecido, quien sabe, quizás era el mismo sujeto al que yo había mordido horas antes. Por ese motivo, tuve que dar un giro a mi camino y de algún modo terminé a un par de calles cerca de la morada que un instante antes tenía intención de visitar. Parecía que el destino se empeñaba en llevarme a ese lugar de una u otra manera, pero mi mente demasiado empecinada para ceder, hizo que trastabillara deteniendo mi avance. Solo observando a lo lejos las luces tenues que provenían del hogar. ¿Quién era yo para irrumpir en su existencia trayendo conmigo una doble vida, que distaba de ser honorable? Sacudí la cabeza. No podía quedarme. Pero...si pudiera verle una vez más...solo una...
Évani Rivoire- Vampiro Clase Media
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Re: Libertad para mi, quiere decir huida |libre|
Y el ciento de lo perdido se renueva en medio de tu sangre, y crece junto a las novedades del horror…
Le observé expectante caminar hacia mí, con el corazón agolpado, esperando por fin poder transformar todos los pensamientos en palabras, articular todo aquello que había intentado decirle siendo un ovejero alemán… pero la vi girar sobre sus talones y recorriendo en sentido contrario aquel sendero que ella misma había marcado sobre la calleja… Fui por un instante presa de la desesperación, di un paso para comenzar una marcha tan elocuente en alcanzarla como me fuese posible, pero mis actos fueron acallados antes incluso de ser llevados a cabo…
Un tumulto de personas enardecidas caminaban en mi dirección, acercándose a la señorita Rivoire, en ese instante pensé que la perdería entre tantos olores y que quizás el rastro se iría con ella como un sueño que se esfuma tras despertar… pero ella cambió de dirección, caminando de nueva cuenta en mi dirección, tan de prisa como las personas que la seguían “¿La seguían a ella, o era a mí a quien buscaban?” me pregunté de improviso y mi reflejo inmediato fue el alejarme de ellos… quizás con la misma prisa con la que ella se alejaba… Yo sabía que ella había dado muerte a un pobre diablo a quien la suerte le jugó una mala pasada, pero no era yo menos criminal, ni mi naturaleza menos instintiva, era aquel que había destazado a un borracho para poder estar a tiempo para ella…
La vi acercarse a mí, y no pude reaccionar… la tomé del brazo, como si de una vieja pareja de casados nos tratásemos, y la guie en silencio al pórtico de mi casa, abriéndolo con fuerza y cerrándolo de la misma forma tras entrar, escuchando a las personas que furiosas recorrían las calles parisenses, y en medio de aquella tormenta de voces, que estaba seguro que ambos escuchábamos por nuestras tan distintas, y a la vez similares naturalezas, me perdí otra vez, en los ojos de fuego que la reina de hielo poseía, perdiendo la capacidad del habla…
Un tumulto de personas enardecidas caminaban en mi dirección, acercándose a la señorita Rivoire, en ese instante pensé que la perdería entre tantos olores y que quizás el rastro se iría con ella como un sueño que se esfuma tras despertar… pero ella cambió de dirección, caminando de nueva cuenta en mi dirección, tan de prisa como las personas que la seguían “¿La seguían a ella, o era a mí a quien buscaban?” me pregunté de improviso y mi reflejo inmediato fue el alejarme de ellos… quizás con la misma prisa con la que ella se alejaba… Yo sabía que ella había dado muerte a un pobre diablo a quien la suerte le jugó una mala pasada, pero no era yo menos criminal, ni mi naturaleza menos instintiva, era aquel que había destazado a un borracho para poder estar a tiempo para ella…
La vi acercarse a mí, y no pude reaccionar… la tomé del brazo, como si de una vieja pareja de casados nos tratásemos, y la guie en silencio al pórtico de mi casa, abriéndolo con fuerza y cerrándolo de la misma forma tras entrar, escuchando a las personas que furiosas recorrían las calles parisenses, y en medio de aquella tormenta de voces, que estaba seguro que ambos escuchábamos por nuestras tan distintas, y a la vez similares naturalezas, me perdí otra vez, en los ojos de fuego que la reina de hielo poseía, perdiendo la capacidad del habla…
Adolph Weiss- Cambiante Clase Alta
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Fecha de inscripción : 09/02/2015
Re: Libertad para mi, quiere decir huida |libre|
Déjame que
me pierda entre palabras,
déjame ser el aire en unos labios,
un soplo vagabundo sin contornos
que el aire desvanece
déjame ser el aire en unos labios,
un soplo vagabundo sin contornos
que el aire desvanece
El destino era el culpable de que estuviera en esta situación, o tal vez yo misma quien solo terminaba tomando las decisiones equivocadas, que me llevaban a un punto en que de no ser por un milagro no podría evadir a la justicia. Tarea sencilla para esos hombres, pues la culpa de todos mis delitos no dejaría que me defendiera en absoluto. No, si ellos llegaban a capturarme, me entregaría sin más, no discutiría en lo más mínimo ello. Me lo merecía. Pero en cierto modo no deseaba ello aún. Tal vez mi sentido de sobrevivencia me ayudara a salir de allí, con la menor pérdida de vidas posible...con cada paso en dirección opuesta a la turba, rogaba que ocurriera algo que me liberara de tener que enfrentármeles. No deseaba hacerlo. De alguna manera quería que el daño que yo causara, fuera mínimo aunque las consecuencias fueran nefastas para mi.
Y mis ruegos fueron escuchados, la salvación vino de aquel a quien momentos antes iba a dejar atrás junto a aquella ciudad. La firmeza en su agarre me sacó del camino con una rapidez que me costó procesar de inmediato. Dócilmente me dejé guiar hacia el interior de una casa. Asumía que era la suya, por la familiaridad con que se movió hacia el interior. Una vez a solas mis ojos se prendaron de los suyos, con la intensidad de una fuerza magnética. Pero esta vez, había algo más en su mirada. Un aire de familiaridad en ellos, como si ya los hubiera visto esta noche. Era una pensamiento descabellado, pero tenía la impresión de que en esencia eran los mismos de aquel can que en el claro me había hecho compañía. Una idea completamente absurda, claro, pero me estaba costando desecharla por completo -Gracias, monseiur-Murmuré en cuanto fuí capaz de hablar. Max me había mencionado de esos seres capaces de adoptar la forma de un animal a voluntad, pero nunca mencionamos el asunto de cómo podía identificarlos y en mi aislamiento no pude aprender mucho sobre ellos. No tenía ni la más remota idea de cómo se vería una ser de tal "especie" y aunque no pareciera lógico, la hipótesis se mantenía en mi mente, dejándome más confusa aún. De ser así, mi relación con aquel hombre daría un cambio drástico. ¿Podría sobrellevar eso? -Creo...que me ha librado de un incidente desagradable...estoy en deuda con usted...-De pronto el bullicio del exterior parecía haber desaparecido, solo era conciente de su presencia y de cada latido de su corazón.
Évani Rivoire- Vampiro Clase Media
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Fecha de inscripción : 29/03/2011
Re: Libertad para mi, quiere decir huida |libre|
Fuiste y serás la conciencia
Para el tiempo que se viene
Verás el sabor que tiene
La segunda independencia…
Para el tiempo que se viene
Verás el sabor que tiene
La segunda independencia…
Negué con el rostro, con una sonrisa boba en los labios, más no reparaba en el tiempo que permanecíamos unidos, aferrada ella a mi cuerpo por acción de mi mano, en el mero impulso de meterla a mi casa –No tiene nada que agradecer mi señora…- la sonrisa de pronto se transformó en una risa serena –Esa horda podría haberos hecho daño aunque su única culpa hubiera sido estar en su camino- dije comenzando a sentirme seguro de que a quien buscaban era a mí, era el último que había matado esa noche, por lo menos de nosotros dos… -Pero por favor, nada de estar en deuda conmigo, en todo caso, yo estaría en deuda con el destino que la puso prácticamente fuera de mi morada…- besé el dorso de la mano femenina, mientras la liberaba de la prisión de mi cuerpo.
De pronto mi residencia se veía más como un hogar y no como la extensión de mi oficina, su sola presencia daba un toque de calidez al recinto, aunque ella no pudiera irradiar calor, no le hacía falta… -Que bellas y rosadas se le notan esta noche sus mejillas mi señora…- comenté esperando una reacción de su parte, sabía que se acababa de alimentar, la había seguido mientras lo hacía, y aún después a los claros de la ciudad…
-Luce especialmente radiante esta noche ¿O será que de verdad moría por verla?- acto seguido me encaminé a la estancia, para girar en el arco de la entrada y ofrecer a la dama pasar, para proceder a encender la chimenea que era el adorno central de la pieza -¿Gusta sentarse mi señora?- ofreciendo un mullido sofá para tal propósito. Quizás no tuviera los dones y habilidades que ella poseía, pero tenía convicción, y no deseaba que se mostrara en su rostro la melancolía que ya había vislumbrado en él con anterioridad, y tampoco las ideas de huir…
De pronto mi residencia se veía más como un hogar y no como la extensión de mi oficina, su sola presencia daba un toque de calidez al recinto, aunque ella no pudiera irradiar calor, no le hacía falta… -Que bellas y rosadas se le notan esta noche sus mejillas mi señora…- comenté esperando una reacción de su parte, sabía que se acababa de alimentar, la había seguido mientras lo hacía, y aún después a los claros de la ciudad…
-Luce especialmente radiante esta noche ¿O será que de verdad moría por verla?- acto seguido me encaminé a la estancia, para girar en el arco de la entrada y ofrecer a la dama pasar, para proceder a encender la chimenea que era el adorno central de la pieza -¿Gusta sentarse mi señora?- ofreciendo un mullido sofá para tal propósito. Quizás no tuviera los dones y habilidades que ella poseía, pero tenía convicción, y no deseaba que se mostrara en su rostro la melancolía que ya había vislumbrado en él con anterioridad, y tampoco las ideas de huir…
Adolph Weiss- Cambiante Clase Alta
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Fecha de inscripción : 09/02/2015
Re: Libertad para mi, quiere decir huida |libre|
El recuerdo de la sensación de su contacto, no era nada comparado con ese hormigueo que recorrió mi piel el breve instante en que mantuvo mi mano entre las suya, sensación que se intensificó con ese suave roce de sus labios en mi dorso.Era imposible negarme el hecho de que cada mínimo roce significaba mucho para mi. El problema radicaba en que no sabía como manejarlo, pues ni siquiera como humana me ví enfrentada a una situación así. Todo era tan nuevo...de pronto esa urgencia por alejarme se volvió a apoderar de mi, no podía enrredarle con mi deplorable existencia. Y una lucha interna se desató en mi interior tras su invitación. Claro que deseaba quedarme, compartir con él aunque solo fueran un par de minutos, cualquier lapso de tiempo sería suficiente para mi.
Mordisqueé mi labio inferior presa de la incertidumbre, mis mejillas ponían en evidencia mi cruel naturaleza, y él me decía un cumplido al respecto. ¿Cómo podía permanecer en el mismo lugar que él? Y negarme no parecía ser la respuesta correcta ahora. Si. Mi mente era un completo revoltijo, y si no reaccionaba rápido solo iba a poner en evidencia el malestar del que era presa. Así que me obligué a esbozar una pequeña sonrisa y asentir brevemente en su dirección.-Es usted muy amable, monseiur-Me encaminé hacia el sofá con paso lento.-He de admitir que también deseaba verle-...por última vez, completé en mi mente a tiempo que tomaba asiento, con aire nostálgico. Me iba a costar lo mío el alejarme de su presencia, que tan bien me hacía sentir, era casi humana cuando estaba a su lado.-Pero me temo que no permaneceré mucho tiempo en su compañía-Aquello era el límite de honestidad al que me permitiría llegar con él-De no ser por la turba, ya debería estar en casa. No es una buena hora para salir a caminar sola, pero me sedujo la calma de la noche, fué es una decisión tonta el alejarme tanto, aunque haya resultado en un encuentro tan agradable.-No sabía como excusarme sin hacerle sentir que su presencia era lo único grato de aquella noche, y quizás de mucho tiempo venidero. Mi postura era recta, evidenciando esa tensión interna. Aspiré profundo, esperando poder grabar en mi memoria aquel aroma tan propio de aquel hombre. Uhmm había un pequeño rastro del perfume de las madreselvas de aquel claro del bosque. ¿O es que estaba imaginando cosas al igual que con sus ojos?-¿También daba un paseo, monseiur?
Évani Rivoire- Vampiro Clase Media
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Fecha de inscripción : 29/03/2011
Re: Libertad para mi, quiere decir huida |libre|
Cuando el presente castigas
cuando el pasado te nombra
para algunos sos la sombra
para nosotros artigas…
cuando el pasado te nombra
para algunos sos la sombra
para nosotros artigas…
-No es amabilidad mi señora…- dije complacido de que me acompañara esa noche, su aroma mezclado con las hierbas del bosque era aún más embriagador, era yo su perro faldero, no había nada que pudiera, o quisiera hacer para cambiarlo, la acompañé al sofá frente a la chimenea y le ofrecí asiento –Es que en su presencia me siento como yo mismo, como si no tuviera que fingir algo que no soy…- hice una pausa sentándome a lado de ella –Y estoy seguro de que usted tiene idea de a que me refiero cuando digo que finjo ser algo que no soy, soy más que eso…- dije a sabiendas que los vampiros pueden ver las auras y percibir los olores de los otros sobrenaturales, pensando que ella tenía una idea certeza de lo que yo era en realidad y elevando una plegaria porque no me confundiera con un licántropo…
-¿De verdad deseaba verme?- dije en un brinco que casi me abalanzó sobre ella, pero es que era tan difícil mantener la cordura a su lado, no importaba que fuese una vampiresa, podría ser el mismo diablo y lo que yo sentía en ese momento no cambiaría en lo absoluto –No me diga que no me honrará con su presencia en mi morada… ¿Es que acaso no es suficiente para usted?- pregunté inquieto –Puedo buscar más, lo que usted desee, lo que le haga sentir cómoda… lo que sea- mientras hablaba, pensaba aún en mi propia sangre para ella.
-Sé que debería estar en vuestra casa a estas horas, también sé que no es seguro París en estos días, noches…- corregí –Pero no puedo permitiros que se marche tan tarde, permítame ofrecerle hospedaje por esta noche…- me encogí de hombros –Soy un animal nocturno, estoy seguro que podremos hablar y hacer tanto como usted desee- en un impulso tomé las manos de ella entre las mías, tan frías como la última vez, pero no era algo que me importara o que me sorprendiera…
-¿Un paseo?- pregunté sin tener una respuesta real –Digamos que cuidaba mis intereses, más que un paseo, pero hubo instantes en que me resultó tan grato como el paseo en la calma de la noche- por supuesto que me refería a ella… Pero no podía decirlo abiertamente, era incorrecto desde tantos puntos de vista, el moral más que todo… De pronto sentí como me olfateaba con disimulo, y en mi cuerpo sentí el mismo olor que ella emanaba, la madre selva… -¿Hermosa flor la madre selva, no cree?-
-¿De verdad deseaba verme?- dije en un brinco que casi me abalanzó sobre ella, pero es que era tan difícil mantener la cordura a su lado, no importaba que fuese una vampiresa, podría ser el mismo diablo y lo que yo sentía en ese momento no cambiaría en lo absoluto –No me diga que no me honrará con su presencia en mi morada… ¿Es que acaso no es suficiente para usted?- pregunté inquieto –Puedo buscar más, lo que usted desee, lo que le haga sentir cómoda… lo que sea- mientras hablaba, pensaba aún en mi propia sangre para ella.
-Sé que debería estar en vuestra casa a estas horas, también sé que no es seguro París en estos días, noches…- corregí –Pero no puedo permitiros que se marche tan tarde, permítame ofrecerle hospedaje por esta noche…- me encogí de hombros –Soy un animal nocturno, estoy seguro que podremos hablar y hacer tanto como usted desee- en un impulso tomé las manos de ella entre las mías, tan frías como la última vez, pero no era algo que me importara o que me sorprendiera…
-¿Un paseo?- pregunté sin tener una respuesta real –Digamos que cuidaba mis intereses, más que un paseo, pero hubo instantes en que me resultó tan grato como el paseo en la calma de la noche- por supuesto que me refería a ella… Pero no podía decirlo abiertamente, era incorrecto desde tantos puntos de vista, el moral más que todo… De pronto sentí como me olfateaba con disimulo, y en mi cuerpo sentí el mismo olor que ella emanaba, la madre selva… -¿Hermosa flor la madre selva, no cree?-
Adolph Weiss- Cambiante Clase Alta
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Fecha de inscripción : 09/02/2015
Re: Libertad para mi, quiere decir huida |libre|
Me costaba el controlar mis pensamientos. Su presencia me desconcertaba por completo y más aquellos leves detalles que hasta ahora estaba intentando ignorar desesperadamente, quizás solo buscando un toque de normalidad en mi vida. Normalidad de la que estaba muy lejos de alcanzar. Mantuve mi mirada fija en él. Estudiando sus movimientos. Era tiempo de aceptar que él no rea un hombre común. Para empezar no temía tocarme. La temperatura corporal de los de mi especie era fácil de identificar. Claro, él jamás demostró que le incomodaba como era lo usual con otra personas al percibir la helada temperatura que provenía de mi. Sus movimientos eran muy ágiles, demasiados para un humano común. Y sus ojos. Esos ojos eran los mismos que observé en aquel claro. Ahora estaba segura de ello. El olor de las madreselvas que podía sentir en el ambiente era suyo. Él me hizo compañía todo el tiempo. Fué quien me acompañó mientras me debatía entre irme o permanecer en la ciudad. Seguramente, me había seguido hasta aquí y ese encuentro no fue tan casual del todo.
Bien. Llegada a esa conclusión tocaba preguntarse la razón por la que aún seguía buscando compañía en lugar de evitarla. Yo no poseía fortuna alguna, más allá de lo heredado por mi mentor, pero además de ello no poseía absolutamente nada. En cuestión de riqueza, era él quien poseía mayor fortuna que yo. Entonces no creía que fuera ello. ¿Curiosidad tal vez? No, si era un ser sobrenatural y llevaba tan bien el hecho de que no fuera humana, la curiosidad no era lo que le acercaba a mi. ¿Ansias de cazar? Tampoco, en el claro, estuve muy vulnerable, si esa fuera su intención habría aprovechado esa oportunidad. ¿Qué era? ¿Podía ser acaso que él...? No. Yo era un monstruo...¿O si? El tono en sus palabras me dejaba en claro que si era posible. No mentía cuando transmitía esa ansiedad porque no me fuera, incluso acababa de ofrecerme asilo por esa noche. ¿Podía ser acaso que me viera solo como una mujer, olvidando mi naturaleza? Me sentía un poco reticente a creer ello. pero no me quedaría con la duda.
Estas cavilaciones, duraron apenas unos momentos. Así que solo sonreí, intentando relajar mi expresión. Tenía muchas dudas, y necesitaba respuestas a todas ellas, y claro, solo Adolph iba a poder despejarlas todas, y para ello debía permanecer en su morada.-Primero que nada, agradezco su invitación, es muy amable de su parte el ofrecerme su morada para poder reposar esta noche. Sepa, monseiur, que considero un honor el estar aquí, así que no es necesario que procure nada más, estoy muy cómoda así.-Aseguré con calma, ahora conservaba una actitud vigilante con cada uno de sus movimientos-En cuanto a las madreselvas, ha de saber que me gusta su aroma, aunque no creo haber visto unas cerca de aquí, más que en un claro del bosque a las afueras de la ciudad. ¿Ha estado usted por ahí?-Directo al punto. Esperaba en verdad que no fuera de los que se iba por las ramas esquivando la verdad, o que inventara algo más, mientras aguardaba su respuesta no quité mis manos de las suyas. De alguna manera esa tibieza me transmitía seguridad y calma. Contrario a mi objetivo al llegar a la ciudad, procuraría mantener cualquier contacto con él, por breve que este fuera.
Évani Rivoire- Vampiro Clase Media
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Fecha de inscripción : 29/03/2011
Re: Libertad para mi, quiere decir huida |libre|
De luna blanca…
tu rostro el firmamento de mi destino,
Noches apagadas pasé.
tu rostro el firmamento de mi destino,
Noches apagadas pasé.
La chimenea tintineaba de ámbar de vez en vez que la leña era verde, dejando un breve aroma a su progenie, enormes árboles que pueblan la tierra tanto tiempo que el más antiguo de nosotros; y entonces me perdí de nuevo en aquella mirada de fuego, que solo podía ser comparada con el mismísimo sol, “El más antiguo de nosotros…” repetí mis pensamientos “¿Qué edad tendrá ella? ¿Será tan antigua como el madero que arde frente a nosotros? ¿Será de los atemporales que presenciaron el auge y caída de imperios o tan joven que yo nací antes que ella?” mi rostro ceñía el entrecejo cuando pude notar de aquello que me tomaba el pensamiento, traté de disimular acariciando las frías manos de ella, y regresar al diálogo, tan preciado como el oro, que ahora me permitía tener con la dama.
-En todo caso, el honor es todo mío señorita Rivoire- sonreí con amabilidad, mis palabras rara vez eran tan genuinas como lo eran ahora –Mientras usted se encuentre cómoda, no importa nada más, en caso contrario, os suplico me lo haga saber…- detuve aquel monologo que derramaba miel por temor a empalagar a la dama, más no pude evitar notar un cambio en su comportamiento, quizás diminuto y casi imperceptible, pero ella reanudó el dialogo con algo que en lo personal no me esperaba.
Sentí como los músculos de mi mandíbula se tensaban, tratando de mantener la sonrisa en mi rostro, evitando que fuera perceptible que ella había descubierto que el aroma de la yerba que llevaba encima de mí era el mismo que el perfume que la adornaba, “Aunque era algo obvio que así era, y quizás sería más sencillo todo si le decía de que la había seguido toda la noche, que era un esclavo de sus movimientos”, suspiré al tiempo que una sonrisa cómplice se desbordaba de mi boca -¿Cree que es necesario que le responda sobre las madreselvas mi señora?- decía al tiempo que me encogía de hombros –Sabemos que en Paris no las hay, mucho menos con un aroma tan fuerte como el que a ambos cobija…- solté sus manos y me incorporé, mis pasos pronto me alejaron de ella lo suficiente como para tener el valor de seguir –En efecto mi señora, es la misma yerba en la que estuvo, o bien… estuvimos recostados en aquel claro del bosque-, ahora temía la reacción de ella, aunque no podía ver sus ojos, sabía que ella podía escuchar el desenfreno que mi corazón sentía…
-En todo caso, el honor es todo mío señorita Rivoire- sonreí con amabilidad, mis palabras rara vez eran tan genuinas como lo eran ahora –Mientras usted se encuentre cómoda, no importa nada más, en caso contrario, os suplico me lo haga saber…- detuve aquel monologo que derramaba miel por temor a empalagar a la dama, más no pude evitar notar un cambio en su comportamiento, quizás diminuto y casi imperceptible, pero ella reanudó el dialogo con algo que en lo personal no me esperaba.
Sentí como los músculos de mi mandíbula se tensaban, tratando de mantener la sonrisa en mi rostro, evitando que fuera perceptible que ella había descubierto que el aroma de la yerba que llevaba encima de mí era el mismo que el perfume que la adornaba, “Aunque era algo obvio que así era, y quizás sería más sencillo todo si le decía de que la había seguido toda la noche, que era un esclavo de sus movimientos”, suspiré al tiempo que una sonrisa cómplice se desbordaba de mi boca -¿Cree que es necesario que le responda sobre las madreselvas mi señora?- decía al tiempo que me encogía de hombros –Sabemos que en Paris no las hay, mucho menos con un aroma tan fuerte como el que a ambos cobija…- solté sus manos y me incorporé, mis pasos pronto me alejaron de ella lo suficiente como para tener el valor de seguir –En efecto mi señora, es la misma yerba en la que estuvo, o bien… estuvimos recostados en aquel claro del bosque-, ahora temía la reacción de ella, aunque no podía ver sus ojos, sabía que ella podía escuchar el desenfreno que mi corazón sentía…
Adolph Weiss- Cambiante Clase Alta
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