Verona || El Oráculo del Ocaso

Edad: Desconocida
Especie: Nosferatu
Clase social: No posee
Orientación sexual: Pansexual
Lugar de origen: Sumeria

Habilidades: Sigilo, sentidos aumentados, buenos reflejos, agilidad, flexibilidad, velocidad, fuerza sobrehumana, colmillos afilados, uñas afiladas, piel y cuerpo resistentes e inmortalidad.

Poderes: Sanación acelerada, percepción del aura, visión compartida y remota, bloqueo mental, fortaleza, rastreo, levitar, telepatía, clarividencia, seducción, persuasión, confusión, infligir dolor por medio de la mente, manipulación de la memoria, ilusión y moderada capacidad de soportar la luz del sol.

En vida, ella fue una hermosa mujer, de mirada tierna y labios seductores, tras su transformación, quedó convertida en un ser con piel parecida a la de los reptiles, con garras en lugar de uñas, largas alas parecidas a las de un murciélago (que son casi imposibles de ocultar), y enormes colmillos que sobresalen de sus labios.

Ahora ella, después de miles de años viviendo como un monstruo, aprendió a usar largas túnicas negras, parecidas a las que obligan a usar a los enfermos de lepra, con capuchas profundas que logran esconder su rostro, convirtiéndose solo en una silueta negra.

Ha vivido demasiado y aprendido más aún de la adversidad como para dejar de lado la persona que un día fue, esa acompañada de una frívola personalidad, banal y ambiciosa, solo preocupada por la superflua belleza que le adornaba el rostro y el cuerpo...

Fue un castigo, quizás una lección demasiado dolorosa la que tuvo que aprender; su creador fue un maestro cruento con ella, la obligó a vagar por la eternidad convertida en lo que su interior era, una aberración a la belleza...

Los años, que poco a poco se transformaron en siglos menguaron su ira y desesperación, dando paso a un duelo más profundo, a despedirse de lo que alguna vez había sido y a reconocer lo que era importante cuando ella vivía con desdén.

Su tortuoso camino terminó moldeando su interior, endureciéndolo a tal grado que puede matar sin remordimiento al inocente; pero por lo general lo hace de personas soberbias o que no respetan la vida del prójimo, pues ella mejor que nadie sabe lo valiosa y efímera que la vida humana puede ser.

Ahora ella es amable, gentil y benévola; claro, con quien se lo merece solamente...

Su historia se remonta a la época en la que la humanidad era cazadora-recolectora, cuando la tierra era virgen y los asentamientos humanos se limitaban a pequeñas poblaciones de unos pocos cientos de habitantes, antes aún que la conformación de las ciudades que dieron paso a la cultura Sumeria... allí comienza la vida de una joven dama que, adorada por hombres que buscaban pagar cada vez un dote más grande a su padre, no hacían otra cosa que aumentar el ya crecido ego de ella...

Una noche conoció a un hombre, la personificación de la seducción en propias palabras, pero no era más que un espejismo, uno docto y culto, que parecía haber vivido milenios más, él le habló de planes a futuro con ella, le mostró cuanto la podía adorar, y ella embelesada por aquél arte de seducción y palabra huyó con él...

Grave error el que ella había cometido, pues aquél caballero que se le había presentado se transformó frente a sus ojos en un adefesio, ella renegó de sus acciones, más antes de que pudiera siquiera intentar huir, cayó bajo el abrazó mortal de su verdugo.

Los primeros años con su nueva imagen fueron algo parecido a un tormento, tenía que servir a su creador, escondiéndose por vergüenza, había perdido su don más valioso, su belleza; pero era el dolor de aquel abrazo el que no terminaba de consumirse, que le quemaba las entrañas; buscó la muerte, más su creador no lo permitió, no era todavía tiempo, no había escarmentado lo suficiente...

El trato de su creador, el dolor interno y la perdida de su más preciado don, generaron en ella a una asesina, perfecta para matar sin remordimientos; asesinaba a aquellos que encontraba descuidados, en ocasiones por hambre, y en muchas otras por simple placer; perdió cualquier atisbo de humanidad... pero en ese proceso perdió también la vanidad y la banalidad de su vida mortal.

Siglos más tarde, ya sin su creador, se re-descubrió, encontró un motivo para continuar con esa nueva vida, aprendió sus habilidades con el pasar de los años, pero más allá de habilidades y poderes, comprendió que las cosas importantes de la vida, son aquellas que no se pueden tocar, que para poder poseerlas, debe ser capaz de hacerlas suyas, como la bondad o la dignidad...

Entendió que los hombres que pujaban por ella solo observaban el exterior, que nunca buscaron amor o compañía, sino un trofeo para presumir, comenzó entonces a añorar el amor, sabiendo que con su aspecto, nunca sería para ella, más esa esperanza no la ha podido erradicar...

Escondida entre ropajes oscuros que solo permitían ver sus manos, se acercó a brujas y hechiceras de todo el mundo; ayudándolas con sus poderes a mejorar la vida del pueblo en el que habitaban; más solo se dejaba ver por aquellas favorecidas, y solo envuelta en capas de telas oscuras...

Así su nombre y leyenda de Oráculo fue pasando de boca en boca por las brujas y gitanas que la buscaban y lograban encontrar...