AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Magic Spell [Privado]
2 participantes
Página 1 de 1.
Re: Magic Spell [Privado]
De todos los días en que aquella chiquilla de ojos color miel podría haber elegido para seguirla por el centro de París, aquel había sido el menos oportuno. Aquella mañana había salido con su paga más reciente en la cartera a hacer las compras de rigor, aquellas que necesitaba en casa para sus pociones y para las colaciones de media noche para cuando se quedaba hasta tarde leyendo. Lo demás lo podía ver luego, no era tan importante, en realidad. Llevaba puesto su querido vestido verde kelly, ese que tanto le gustaba, al mismo tiempo que estrenaba unos zapatos que se había comprado días antes con los últimos Francos de su paga anterior. Su cabello iba suelto, flameando ondulante ante el viento y la velocidad en la que caminaba; y no llevaba joyas, de esas no tenía muchas.
Sus ánimos iban bien, hasta que después de haber pasado por un par de tiendas, había notado que cada vez que salía podía ver a la misma persona a la distancia en su lado izquierdo. Siempre en una esquina, con una chaqueta negra, cabello largo y castaño, y unos ojos penetrantes. La ignoraba, hacía como que en realidad no la había visto, pero cuando daba la vuelta en alguna esquina, alcanzaba a verle de reojo. Era una mujer, estaba segura.
Continuó su día haciendo como si nada, pero prefirió dejar las compras para las pociones para otro día. Tan solo compró las frutas que quería, los hilos para arreglar sus vestidos, y se quedó afuera de una que otra tienda viendo los zapatos y vestidos nuevos que aparecían tras los relucientes ventanales que exhibían lo más nuevo en la moda francesa. Fingió ser una mujer común y corriente de clase media, caminando sin fin por las calles más atestadas de gente que pudo encontrar. Creía que aquella era la mejor estrategia; creía que quien fuera le seguía, no haría ningún movimiento a plena luz del día y entremedio de tanta multitud.
Sus pies comenzaban a cansarse y doler cuando se fijó que ahora habían dos personas siguiéndola. La muer de antes, y aquella muchacha de ojos miel que de un momento a otro y sin ningún aviso, se le acercó con una sonrisa y unas palabras tan tiernas e inocentes que, de no haber sido por su aura que la delataba ante sus ojos, hubiera creído era una buena actuación. Pero tan solo era una bruja de ojos inocentes.- ¡Oh, Autumn! -Exclamó eufórica, haciendo uso de su constante y abundante euforia y alegría para hacer parecer que estaba genuinamente entusiasmada de verla, cuando en realidad no la conocía en lo más mínimo.- ¡Ha sido tiempo sin verte! -Comentó mientras que la abrazaba como si se tratara de una mejor amiga.- Sígueme la corriente, ¿quieres? -Susurró entonces, aprovechando que su rostro estaba escondido tras los cabellos castaños de la más joven.
Acto seguido se separó del abrazo y la tomó por los hombros con ambas manos, con una gigantesca sonrisa en sus labios.- Ven, ven, vamos a tomarnos un café juntas. ¡Tenemos mucho que hablar! -Comentó entusiasmo, tomándola del brazo al tiempo que sacaba un caramelo de la bolsa y comenzaba a caminar con ella, de espaldas a aquel ser que le venía siguiendo hace horas.- No quiero que te asustes, pero me están siguiendo. Haz lo que yo te diga y saldremos juntas de esta, ¿de acuerdo? Nos tomaremos ese café en el lugar más abarrotado de París y hablaremos estupideces de mujeres hasta que se aburran. -Dijo en voz baja, acomodándose la cartera a un costado de su cintura.- ¡Ah! Mi nombre es Lavern Connolly, por cierto. Lamento que nos conozcamos de esta forma.
Sus ánimos iban bien, hasta que después de haber pasado por un par de tiendas, había notado que cada vez que salía podía ver a la misma persona a la distancia en su lado izquierdo. Siempre en una esquina, con una chaqueta negra, cabello largo y castaño, y unos ojos penetrantes. La ignoraba, hacía como que en realidad no la había visto, pero cuando daba la vuelta en alguna esquina, alcanzaba a verle de reojo. Era una mujer, estaba segura.
Continuó su día haciendo como si nada, pero prefirió dejar las compras para las pociones para otro día. Tan solo compró las frutas que quería, los hilos para arreglar sus vestidos, y se quedó afuera de una que otra tienda viendo los zapatos y vestidos nuevos que aparecían tras los relucientes ventanales que exhibían lo más nuevo en la moda francesa. Fingió ser una mujer común y corriente de clase media, caminando sin fin por las calles más atestadas de gente que pudo encontrar. Creía que aquella era la mejor estrategia; creía que quien fuera le seguía, no haría ningún movimiento a plena luz del día y entremedio de tanta multitud.
Sus pies comenzaban a cansarse y doler cuando se fijó que ahora habían dos personas siguiéndola. La muer de antes, y aquella muchacha de ojos miel que de un momento a otro y sin ningún aviso, se le acercó con una sonrisa y unas palabras tan tiernas e inocentes que, de no haber sido por su aura que la delataba ante sus ojos, hubiera creído era una buena actuación. Pero tan solo era una bruja de ojos inocentes.- ¡Oh, Autumn! -Exclamó eufórica, haciendo uso de su constante y abundante euforia y alegría para hacer parecer que estaba genuinamente entusiasmada de verla, cuando en realidad no la conocía en lo más mínimo.- ¡Ha sido tiempo sin verte! -Comentó mientras que la abrazaba como si se tratara de una mejor amiga.- Sígueme la corriente, ¿quieres? -Susurró entonces, aprovechando que su rostro estaba escondido tras los cabellos castaños de la más joven.
Acto seguido se separó del abrazo y la tomó por los hombros con ambas manos, con una gigantesca sonrisa en sus labios.- Ven, ven, vamos a tomarnos un café juntas. ¡Tenemos mucho que hablar! -Comentó entusiasmo, tomándola del brazo al tiempo que sacaba un caramelo de la bolsa y comenzaba a caminar con ella, de espaldas a aquel ser que le venía siguiendo hace horas.- No quiero que te asustes, pero me están siguiendo. Haz lo que yo te diga y saldremos juntas de esta, ¿de acuerdo? Nos tomaremos ese café en el lugar más abarrotado de París y hablaremos estupideces de mujeres hasta que se aburran. -Dijo en voz baja, acomodándose la cartera a un costado de su cintura.- ¡Ah! Mi nombre es Lavern Connolly, por cierto. Lamento que nos conozcamos de esta forma.
Lavern Connolly- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 37
Fecha de inscripción : 22/02/2015
Localización : París, Francia
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Magic Spell [Privado]
Existían momentos en los que la suerte les sonreía a las personas y otros a los que simplemente la mala suerte les seguía hasta cuando no parecía ser de esa manera. Autumn era preciso de aquellas a las que la suerte no parecía sonreírle mucho y el motivo era sencillamente desconocido. Ese día lo único que estaba haciendo era seguir a quien creía era la indicada para desarrollar no solo una amistad, sino también quien desde su punto de vista, sería capaz de mostrarle como era realmente vivir usando las habilidades y conocimientos de una hechicera; algo que su difunto y humano padre no fue capaz de mostrarle y que su madre apenas y le dio algunas lecciones que no le servían para nada, más que para reconfortarse de la soledad.
Cuando finalmente se armo de valor y se acerco a la mujer, ofreció su bolsa de caramelos y una enorme sonrisa. No sabía muy bien que esperar de aquel acercamiento que estaba llevando a cabo, pero definitivamente no fue lo que sucedió algo que hubiera cruzado su mente. Su nombre salió de los labios ajenos y una alegría sin igual fue trasmitida no solo a Autumn, sino también a todos los que se encontraban a su alrededor, quienes de manera inevitable voltearon a ver a ambas mujeres. Desconcertada ante lo que ocurría, recibió el abrazo de aquella hechicera mientras que en su oído eran pronunciadas algunas palabras. La joven bruja no estaba obligada a seguirle la corriente, pero aún así, lo hizo.
– Demasiado tiempo, pero es que has estado me parece tan ocupada que no tienes tiempo para verme – respondió ella entre sonrisas a lo que parecía ser un saludo entre viejas conocidas. Si algo había logrado aprender de las pocas aventuras que recientemente vivió, era que para salir de ciertas situaciones uno debía comenzar a fingir y esperar hacerlo bien.
No comprendía muy bien el por qué de aquella manera de actuar, pero igual, siguió la corriente a aquella mujer que le tomo de los hombros y le guiaba en dirección a los cafés.
– Nada me haría más feliz que beber un café contigo – dijo caminando en la dirección que le guiaban. Si durante todo el tiempo Autumn había exhibido su enorme sonrisa, apenas comenzaba a escuchar la explicación de por qué debían actuar de esa manera, sintió como un escalofrío le recorría la espalda y como sus piernas se negaban a reaccionar de una manera más indicada. De manera torpe, asintió a las palabras ajenas porque su voz no salía de sus labios ante el temor que saber que alguien les seguía, provocaba en ella.
Quizás no fuera nada grave pero de cierta manera, Autumn llevaba tatuado en la memoria, el encuentro con los inquisidores y su posterior captura; aquella de la que con fortuna había podido escapar. Pese al temor que le recorría el cuerpo, opto por confiar en la mujer que se presentaba ante ella como Lavern Connolly.
– Yo… yo también lo lamento y puedo preguntar ¿Sabes quien te sigue? ¿Sabes por qué? – Sus manos temblaban ligeramente mientras que se acercaban cada vez más a la zona de los cafés, donde poco a poco trato de recuperar su sonrisa, todo para terminar tirando del brazo de Lavern y guiarle al café que lucía más lleno – ¿Crees que estaremos a salvo aquí? – pregunto mientras se sentaba en una mesa rodeada por más personas, en aquel lugar no existía nada que pudieran hacerles. Así que ahí, se encontraba segura.
Cuando finalmente se armo de valor y se acerco a la mujer, ofreció su bolsa de caramelos y una enorme sonrisa. No sabía muy bien que esperar de aquel acercamiento que estaba llevando a cabo, pero definitivamente no fue lo que sucedió algo que hubiera cruzado su mente. Su nombre salió de los labios ajenos y una alegría sin igual fue trasmitida no solo a Autumn, sino también a todos los que se encontraban a su alrededor, quienes de manera inevitable voltearon a ver a ambas mujeres. Desconcertada ante lo que ocurría, recibió el abrazo de aquella hechicera mientras que en su oído eran pronunciadas algunas palabras. La joven bruja no estaba obligada a seguirle la corriente, pero aún así, lo hizo.
– Demasiado tiempo, pero es que has estado me parece tan ocupada que no tienes tiempo para verme – respondió ella entre sonrisas a lo que parecía ser un saludo entre viejas conocidas. Si algo había logrado aprender de las pocas aventuras que recientemente vivió, era que para salir de ciertas situaciones uno debía comenzar a fingir y esperar hacerlo bien.
No comprendía muy bien el por qué de aquella manera de actuar, pero igual, siguió la corriente a aquella mujer que le tomo de los hombros y le guiaba en dirección a los cafés.
– Nada me haría más feliz que beber un café contigo – dijo caminando en la dirección que le guiaban. Si durante todo el tiempo Autumn había exhibido su enorme sonrisa, apenas comenzaba a escuchar la explicación de por qué debían actuar de esa manera, sintió como un escalofrío le recorría la espalda y como sus piernas se negaban a reaccionar de una manera más indicada. De manera torpe, asintió a las palabras ajenas porque su voz no salía de sus labios ante el temor que saber que alguien les seguía, provocaba en ella.
Quizás no fuera nada grave pero de cierta manera, Autumn llevaba tatuado en la memoria, el encuentro con los inquisidores y su posterior captura; aquella de la que con fortuna había podido escapar. Pese al temor que le recorría el cuerpo, opto por confiar en la mujer que se presentaba ante ella como Lavern Connolly.
– Yo… yo también lo lamento y puedo preguntar ¿Sabes quien te sigue? ¿Sabes por qué? – Sus manos temblaban ligeramente mientras que se acercaban cada vez más a la zona de los cafés, donde poco a poco trato de recuperar su sonrisa, todo para terminar tirando del brazo de Lavern y guiarle al café que lucía más lleno – ¿Crees que estaremos a salvo aquí? – pregunto mientras se sentaba en una mesa rodeada por más personas, en aquel lugar no existía nada que pudieran hacerles. Así que ahí, se encontraba segura.
Autumn Di Moncalieri- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 20/11/2014
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Magic Spell [Privado]
Sus pies, aunque adoloridos, continuaron caminando mientras abrazaba a la chiquilla por aquel brazo que tenía tomado, incluso cuando sintió a la muchacha vacilar en su caminar. Sonrió con ternura, pero el mismo tiempo entristecida de que una muchacha de tan buena pinta tuviera ese día tanta mala suerte. Pero lo compensaría; movería montañas para sacarle una sonrisa y hacer que aquella fuera la mejor tarde de su vida a cambio del mal rato que le acababa de hacer pasar, incluso aunque no la conociera.- Vamos, tranquila, te compraré un lujoso café y estaremos bien, ¿si? no te pongas nerviosa. -Le susurró con una sonrisa monumental, la más grande que pudiera mostrarle, tratando de este modo contagiarle la tranquilidad que ella misma sentía.
Mantuvo entonces su mirada al frente, y cada que podía, miraba de reojo las vitrinas de las tiendas de moda en las que mirar discretamente el reflejo de la mujer que les estaba siguiendo. Volteó entonces el rostro hacia la muchacha.- ¡Ni idea! Solo sé que la he hecho caminar mucho, y que hoy lo único que logrará llevarse a casa será un dolor de patas horrible. Lo sé porque a mí ya me duelen, y sus tacos son más altos. -Bromeó con genialidad, riendo suavemente y llevando su mano libre a su cintura en una posición de positivismo.- ¡Ou! -Exclamó entonces de la sorpresa que le causó el hecho de que la hechicera más joven le tomara del brazo y la llevara hasta un café tal y como ella había descrito: el más abarrotado en la zona.
- ¡Wow! Sí que hay gente aquí. ¡Es perfecto! -Comentó con seguridad, levantando una mano para llamar la atención de una mesera mientras que acomodaba la silla frente a la muchacha para poder sentarse. Hizo entonces todo el drama de acomodarse: el arreglar el vestido al sentarse para no arrugarlo, el colgarse la cartera hacia un lado para que no moleste, dar saltitos con la silla para acercarse más a la mesa, echar el cabello hacia atrás y posar ambos codos en la mesa mientras que se inclinaba hacia adelante en una posición más amigable y confidencial. Con una sonrisa y actuando como que se acomodara el flequillo, miró de reojo hacia un costado donde alguien sostenía su taza de porcelana, y en el reflejo pudo ver a aquella mujer estar de pie a un par de calles de ellas, mirándolas.
Suspiró entonces, estirando las piernas y pies con un gesto relajado y alegre.- Pues bien, estamos segurísimas aquí, mira que la boba que me sigue se ha quedado un par de calles atrás. ¡Já! Así no podrá escucharnos. Tú solo quédate tranquila, ¿si? -Comentó con una sonrisa y una risa suave mientras se encogía de hombros y juntaba sus manos con dedos entrelazados para apoyar su mentón en ellas.- Y dime, ¿dijiste que te llamabas Autumn, verdad? Vaya día que te ha tocado. ¿Te conozco de algún lado, cariño? Pregunto porque creo que jamás te he visto, y has venido a mí de forma tan tierna y acogedora que me haces dudar de mi memoria. -Comentó entonces con toda su simpatía, y es que no había nada que pudiese nunca arruinarle un día. Al fin y al cabo, le habían pasado cosas peores en el pasado, y aquello parecía nada más que un paseo por el parque en comparación. La camarera entonces se les acercó a atenderlas, mas antes de pedir algo ella, se quedó mirando a la más joven.- ¿Y bien? ¿Qué quieres pedir? Anda, pide lo que gustes, yo invito.
Mantuvo entonces su mirada al frente, y cada que podía, miraba de reojo las vitrinas de las tiendas de moda en las que mirar discretamente el reflejo de la mujer que les estaba siguiendo. Volteó entonces el rostro hacia la muchacha.- ¡Ni idea! Solo sé que la he hecho caminar mucho, y que hoy lo único que logrará llevarse a casa será un dolor de patas horrible. Lo sé porque a mí ya me duelen, y sus tacos son más altos. -Bromeó con genialidad, riendo suavemente y llevando su mano libre a su cintura en una posición de positivismo.- ¡Ou! -Exclamó entonces de la sorpresa que le causó el hecho de que la hechicera más joven le tomara del brazo y la llevara hasta un café tal y como ella había descrito: el más abarrotado en la zona.
- ¡Wow! Sí que hay gente aquí. ¡Es perfecto! -Comentó con seguridad, levantando una mano para llamar la atención de una mesera mientras que acomodaba la silla frente a la muchacha para poder sentarse. Hizo entonces todo el drama de acomodarse: el arreglar el vestido al sentarse para no arrugarlo, el colgarse la cartera hacia un lado para que no moleste, dar saltitos con la silla para acercarse más a la mesa, echar el cabello hacia atrás y posar ambos codos en la mesa mientras que se inclinaba hacia adelante en una posición más amigable y confidencial. Con una sonrisa y actuando como que se acomodara el flequillo, miró de reojo hacia un costado donde alguien sostenía su taza de porcelana, y en el reflejo pudo ver a aquella mujer estar de pie a un par de calles de ellas, mirándolas.
Suspiró entonces, estirando las piernas y pies con un gesto relajado y alegre.- Pues bien, estamos segurísimas aquí, mira que la boba que me sigue se ha quedado un par de calles atrás. ¡Já! Así no podrá escucharnos. Tú solo quédate tranquila, ¿si? -Comentó con una sonrisa y una risa suave mientras se encogía de hombros y juntaba sus manos con dedos entrelazados para apoyar su mentón en ellas.- Y dime, ¿dijiste que te llamabas Autumn, verdad? Vaya día que te ha tocado. ¿Te conozco de algún lado, cariño? Pregunto porque creo que jamás te he visto, y has venido a mí de forma tan tierna y acogedora que me haces dudar de mi memoria. -Comentó entonces con toda su simpatía, y es que no había nada que pudiese nunca arruinarle un día. Al fin y al cabo, le habían pasado cosas peores en el pasado, y aquello parecía nada más que un paseo por el parque en comparación. La camarera entonces se les acercó a atenderlas, mas antes de pedir algo ella, se quedó mirando a la más joven.- ¿Y bien? ¿Qué quieres pedir? Anda, pide lo que gustes, yo invito.
Lavern Connolly- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 37
Fecha de inscripción : 22/02/2015
Localización : París, Francia
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Magic Spell [Privado]
Nada se interpone, es un día hermoso, un día para recordar.
Anthony Doerr
Un suspiro salió de sus labios, entregándose así valor a si misma para enfrentar lo que viniera a continuación. Autumn le temía aún a muchas cosas y situaciones pero si algo le daba valor, era el hecho de no desear decepcionar a otros que contasen con su ayuda.
– Estoy bien y estaré mucho mejor en el momento que logremos llegar al café, así que no te preocupes por mi – su voz sonaba vacilante pero aún así aquellas palabras salían de sus labios en un intento de garantizar a su acompañante que no le dejaría sola en aquella situación. La sonrisa de Lavern también le ayudo a tranquilizarse un poco más y a concentrarse en saber algunos otros detalles sobre lo que estaba aconteciendo.
Cuando la otra hechicera hablaba, no le cabía la menor duda de que era la indicada para ser su amiga más cercana y su maestra en algunas artes que Autumn aún desconocía. Era además, fascinante la forma en la que era capaz de sonar tan positiva cuando podían estarse enfrentando a un verdadero problema; de hecho, la manera en la que Lavern sonreía daba a Autumn la seguridad de que nada les iba a suceder y de que ambas saldrían airosas.
– Quizás alguien le ha dicho lo que eres y esta tratando de capturarte – guardo silencio unos segundos, tratando de ver en las vitrinas el reflejo de la mujer que se suponía les seguía; el detalle era que no tenía ni la más remota idea de como se veía esa persona – ¿Inquisidora o cazadora? – con sus preguntas buscaba detalles que le ayudasen a darse una idea de que tanto peligro estaban corriendo, así como saber las posibilidades de escape – Si es parte del grupo de inquisidores tenemos que cercioraron de que no vengan más con ella. Los cazadores son más solitarios así que no tendremos problemas si es parte de ellos – dijo con una sonrisa en el rostro, tirando entonces de la mano ajena para llevarle hasta donde su instinto le decía, se encontrarían a salvo.
La sonrisa se ensancho en su rostro al ser halagada sobre la perfección del sitio que había terminado por elegir.
– Es donde hay más gente aunque quizás por eso mismo sea muy caro – dijo lo ultimo con algo de pesar. La joven hechicera era pobre y no tenía francos para darle a la mayor y compartir de esa forma los gastos que fuera a generar la presencia de ambas en aquel sitio. A su alrededor la gente se veía muy diferente a lo que lucían ambas hechiceras, sobre todo Autumn que parecía más una pordiosera que alguien de alta cuna; quizás por ese detalle fue que observo a Lavern con admiración mientras desarrollaba su acto de mujer rica y dispuesta a pagar lo que fuera necesario por una buena taza de café.
– Estaré tranquila – aseguro al escuchar las palabras ajenas y para tratar de no decepcionar a Lavern, se acomodo de manera más cuidadosa en la silla para verse mucho más refinada – Si, mi nombre es Autumn y al parecer siempre me toca la mala suerte de conocer personas en las situaciones menos esperadas – una enorme sonrisa le ilumino el rostro – lo bueno es que conozco buenas personas – sus ojos se iluminaron, dando así preámbulo a la historia que tenía para contar sobre el encuentro de ambas y lo que ella creía que estaba destinado a suceder entre ellas – No nos conocemos pero veras… – se acercó un poco más a su acompañante y bajo el tono de su voz – Sé que existe alguien que mi madre quiere que encuentre para aprender de hechicería y al verte hoy en la calle, he sabido que eras tu – menciono aquello con una seguridad poco usual en ella – Creo que debíamos encontrarnos para ayudarnos mutuamente – habló entonces un poco más alto y antes de continuar, fue interrumpida por la presencia de la camarera.
Los ojos de Autumn se mantuvieron sobre los ajenos y un ligero sonrojo apareció en sus mejillas.
– Muchas gracias, eres sumamente amable – Algo había hecho bien pues desde su perspectiva se había terminado topando con un ángel – Un té de limón, solo eso quiero – Podía ser pobre y estar hambrienta pero nunca pensaba en aprovecharse de aquellos que le brindaban una mano amiga. Lavern aún no podía saberlo, pero esos gestos amables serían recordados y en algún momento recompensados por la bruja.
Anthony Doerr
Un suspiro salió de sus labios, entregándose así valor a si misma para enfrentar lo que viniera a continuación. Autumn le temía aún a muchas cosas y situaciones pero si algo le daba valor, era el hecho de no desear decepcionar a otros que contasen con su ayuda.
– Estoy bien y estaré mucho mejor en el momento que logremos llegar al café, así que no te preocupes por mi – su voz sonaba vacilante pero aún así aquellas palabras salían de sus labios en un intento de garantizar a su acompañante que no le dejaría sola en aquella situación. La sonrisa de Lavern también le ayudo a tranquilizarse un poco más y a concentrarse en saber algunos otros detalles sobre lo que estaba aconteciendo.
Cuando la otra hechicera hablaba, no le cabía la menor duda de que era la indicada para ser su amiga más cercana y su maestra en algunas artes que Autumn aún desconocía. Era además, fascinante la forma en la que era capaz de sonar tan positiva cuando podían estarse enfrentando a un verdadero problema; de hecho, la manera en la que Lavern sonreía daba a Autumn la seguridad de que nada les iba a suceder y de que ambas saldrían airosas.
– Quizás alguien le ha dicho lo que eres y esta tratando de capturarte – guardo silencio unos segundos, tratando de ver en las vitrinas el reflejo de la mujer que se suponía les seguía; el detalle era que no tenía ni la más remota idea de como se veía esa persona – ¿Inquisidora o cazadora? – con sus preguntas buscaba detalles que le ayudasen a darse una idea de que tanto peligro estaban corriendo, así como saber las posibilidades de escape – Si es parte del grupo de inquisidores tenemos que cercioraron de que no vengan más con ella. Los cazadores son más solitarios así que no tendremos problemas si es parte de ellos – dijo con una sonrisa en el rostro, tirando entonces de la mano ajena para llevarle hasta donde su instinto le decía, se encontrarían a salvo.
La sonrisa se ensancho en su rostro al ser halagada sobre la perfección del sitio que había terminado por elegir.
– Es donde hay más gente aunque quizás por eso mismo sea muy caro – dijo lo ultimo con algo de pesar. La joven hechicera era pobre y no tenía francos para darle a la mayor y compartir de esa forma los gastos que fuera a generar la presencia de ambas en aquel sitio. A su alrededor la gente se veía muy diferente a lo que lucían ambas hechiceras, sobre todo Autumn que parecía más una pordiosera que alguien de alta cuna; quizás por ese detalle fue que observo a Lavern con admiración mientras desarrollaba su acto de mujer rica y dispuesta a pagar lo que fuera necesario por una buena taza de café.
– Estaré tranquila – aseguro al escuchar las palabras ajenas y para tratar de no decepcionar a Lavern, se acomodo de manera más cuidadosa en la silla para verse mucho más refinada – Si, mi nombre es Autumn y al parecer siempre me toca la mala suerte de conocer personas en las situaciones menos esperadas – una enorme sonrisa le ilumino el rostro – lo bueno es que conozco buenas personas – sus ojos se iluminaron, dando así preámbulo a la historia que tenía para contar sobre el encuentro de ambas y lo que ella creía que estaba destinado a suceder entre ellas – No nos conocemos pero veras… – se acercó un poco más a su acompañante y bajo el tono de su voz – Sé que existe alguien que mi madre quiere que encuentre para aprender de hechicería y al verte hoy en la calle, he sabido que eras tu – menciono aquello con una seguridad poco usual en ella – Creo que debíamos encontrarnos para ayudarnos mutuamente – habló entonces un poco más alto y antes de continuar, fue interrumpida por la presencia de la camarera.
Los ojos de Autumn se mantuvieron sobre los ajenos y un ligero sonrojo apareció en sus mejillas.
– Muchas gracias, eres sumamente amable – Algo había hecho bien pues desde su perspectiva se había terminado topando con un ángel – Un té de limón, solo eso quiero – Podía ser pobre y estar hambrienta pero nunca pensaba en aprovecharse de aquellos que le brindaban una mano amiga. Lavern aún no podía saberlo, pero esos gestos amables serían recordados y en algún momento recompensados por la bruja.
Autumn Di Moncalieri- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 20/11/2014
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Magic Spell [Privado]
Una vez me dijeron que la felicidad estaba a la vuelta de la esquina;
pero yo la encontré en las vueltas de la danza.
Tan tranquila y relajada como antes fue que escuchó a la muchacha frente suyo dar sugerencias de quizá quién les seguía, pero ella de antes que se hacía una idea. Sabía era la Inquisición la que la buscaba, su propio padre había agregado el nombre de su hija en la lista de los buscados; pero a ella no le preocupaba en lo más absoluto. Sin embargo, la forma en la que la muchacha hablaba al respecto le daba la impresión de que quizás lo mejor era no decirle aquello aún, o de seguro la espantaría tanto que se volverían ambas un par de presas fáciles en la mitad de París. Sonrió divertida con una risa ante aquel pensamiento e hizo un movimiento con la mano que le quitaba peso a la situación.- Bah, seguro y es una ladrona que me vio salir del banco guardando mis francos en la cartera. -Comentó con una risa algo altarnera, dando a entender de que miedo no tenía. Aunque claro, aquello era una mentira.
Escuchó entonces a la muchacha con genuina admiración, tremendamente enternecida de que de tan solo verla caminar llamativa y ridículamente rápido por las calles de París, haya creído que era alguien adecuada para enseñarle sobre hechicería. Por un momento, se quedó pensativa y en silencio mientras que se concentraba en ver su aura, pues no vaya a ser que en realidad era Inquisidora condenada y le estaba mintiendo. No obstante, al ver que su aura no era hostil en lo más mínimo, se sintió muy tentada a lanzarse a reír ante aquella situación tan espontánea, pero no lo hizo por respeto y porque, si se iban a poner a hablar de madres, prefería ir con precaución en aquel tema. Después de todo, ella había perdido a la propia. Por ello, en lugar de reír, mantuvo los codos apoyados en la mesa y, juntando sus manos al entrelazar sus dedos, apoyó el mentón en estas y le miró con ojos que desbordaban cariño.- ¿Me dices esas palabras tan lindas y luego solo te tomas un solo té? No, no, no. No lo permito. -Comentó ligeramente alterada, mirando a la camarera luego.- Tráenos un par de trozos de tarta, la más deliciosa que tengas, y un café para mí. Esta niña no se me va de aquí sin comer. -Le pidió mientras que se reboloteaba los propios cabellos, peinándolos hacia un lado y luego al otro.
Una vez la mesera se alejó con el pedido, se acercó a hablarle nuevamente.- Eres una joya de ternura. ¿De verdad crees eso? Me siento muy halagada, pero no estoy segura de si en realidad tengas razón. -Le comentó con voz calmada y suave, acercándose aún más hacia adelante y haciéndole un gesto con la mano para que ella se acercara también.- ¿Sabes por qué no tienes razón? -Preguntó en un susurro, aguantándose la risa.- Porque créeme cuando te digo que, conocerme de esta forma como hoy, es la más relajada de las locuras que me han pasado. -Dijo e inmediatamente se dio a la risa, echándose hacia atrás en su silla y sujetándose el abdomen para que al moverse a causa de la risa, el corsé barato que llevaba bajo el vestido no le hiciera daño.- Pero, en serio, ¿por qué crees que yo soy la indicada? Me causas mucha curiosidad, aunque en realidad no tengo problema en enseñarte lo que sé, pues yo tuve un muy buen maestro. -Dijo luego, acomodándose como antes: con las manos juntas y el mentón apoyadas en ellas. Se quedó pensando en cómo funcionaría todo si es que le enseñaba hechicería a aquella muchacha, y cómo cambiaría aquello su vida; pero aún más importante, se quedó pensando si en realidad era buena idea o no, pues no quería perjudicarla y hacer que la Inquisición la siguiera a ella también por llegar a ser vistas juntas. Obviamente, estos pensamientos no se reflejaron en su rostro que aún mostraba una amplia sonrisa.- Eso sí, si quieres aprender conmigo, siempre vas a tener en cuenta una cosa muy importante… -Agregó luego.- Yo no uso la magia para hacer daño a las personas, sino al contrario. ¿Está bien eso para ti? Seguro que sí, siendo que te ves tan adorable. Pero si buscas aprender para usarla de otro modo, me temo que en ese caso no te enseñaré nada. -Aclaró al final, solo por mera precaución.
Lavern Connolly- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 37
Fecha de inscripción : 22/02/2015
Localización : París, Francia
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Magic Spell [Privado]
Las suposiciones de Autumn fueron descartadas por la amable mujer frente a ella y que eso sucediera fue quizás lo mejor que pudo suceder. La joven bruja ya había enfrentado demasiadas cosas con cazadores e inquisidores así que no necesitaba preocuparse más por esas cosas. Una sonrisa más relajada apareció en sus labios al escuchar como su compañera le aseguraba que debía ser una ladrona.
– Bueno puedo comprender en parte porque intenta robarte si es que eso es lo que quiere hacer – un tanto apenada ante aquellas palabras encogió los hombros. Autumn también había quitado dinero a otros e incluso robado comida, nada de eso lo llevó a cabo con malas intenciones sin embargo, bien sabía que eso era algo que no debía hacerse pero cuando el hambre es mayor que cualquier otra cosa, no existía consciencia que te recordara que estaba bien y que estaba mal.
Explicar que le seguía para ver si es que ella se convertía en la mujer que le enseñara hechicería era en extremo vergonzoso, aún así, haciendo acopio de todo su valor, expreso que era lo que estaba esperando obtener. Lavern le miraba tan pacientemente y con tanto cariño que Autumn se aguantaba las ganas de levantarse de aquel asiento e ir a abrazar a la mujer, todo para después suplicarle su ayuda. Cuando el mesero llego, ella simplemente pidió un té; no era que no tuviese hambre porque vaya que tenía pero no deseaba ser una aprovechada de la bondad ajena, la cual seguía siendo mostrada por aquella amable bruja.
– Yo no he dicho palabras lindas, simplemente he sido sincera y de verdad que no necesito nada más que un té – mintió tratando de evitar que Lavern gastase su sueldo en ella, cosa que sin embargo no le sirvió de nada, pues fueron pedidas dos trozos de tarta – de verdad muchas gracias – menciono con una enorme sonrisa en los labios, prueba sincera de su agradecimiento por la amabilidad ajena. En todo el tiempo que llevaba en las calles, Autumn había sido testigo de que la mayor parte de las personas simplemente buscaban su propio beneficio, aun a costa de los demás; sin embargo al ver a Lavern, supo que ella no era así, de hecho, le recordaba algo a su madre y la manera en la que veía la vida. Si bien la joven hechicera no tuvo mucho tiempo para convivir con su progenitora, siempre le fue demostrado que sin importar qué, siempre se debía ser bueno y amable con los otros porque eso a la larga, traía recompensas.
Apenas se fue la mesera ella también se acerco a Lavern y escucho atentamente aquellas palabras que tenía para decirle. No entendía del todo como es que aquella mujer dudaba de sus propias habilidades, si a leguas Autumn había notado lo talentosa que era, así que la joven no hizo más que reír ligero.
– Pero yo estoy segura de que es así, te lo juro – respondió levantando la mano antes de escucharle insinuar que cosas como las que les había sucedido eran eventos continuos en su vida; aquella confesión hizo que Autumn terminara por soltar una carcajada – No creo que conocernos de esta manera fuera solo por ti, la verdad es que yo no tengo muy buena suerte y siempre me ocurren cosas como esta – nuevamente la vergüenza se apodero de ella y miro a la mesa antes de responder – No tengo una prueba contundente de porque eres la indicada, pero algo dentro de mi me lo asegura y por eso no tengo duda alguna de que lo eres – emocionada junto las manos y observo a Lavern – prometo ser buena alumna – la ilusión se apodero de ella, por fin había encontrado alguien que estaba dispuesta a enseñarle sobre magia y mejor aún, aseguraba haber tenido un buen alumno, así que ¿Qué mas podía pedir ella?.
Lo siguiente que escucho de Lavern fue lo que ella había esperado desde un inicio. Autumn no planeaba dañar a nadie y por eso era que tampoco esperaba que la bruja le enseñara como hacerlo, así que asintió a sus palabras.
– Eso esta bien para mi, yo nunca he buscado hacer daño a nadie y de hecho lo que pude aprender de mi madre es que la magia se usa para ayudar a otros, no para lastimarlos – y dicho eso fue que mirada se desvió de su acompañante para centrarse en la mesera que volvía con la orden – ¿De verdad que puedo comer la tarta? Porque no tengo dinero con que pagarte tu amabilidad… – sonrió entonces – aunque puedo ayudarte en lo que me pidas a cambio de esa deliciosa tarta – dijo sin dejar de mirar a la mesera que les entregaba antes las bebidas para después poner frente a cada una un trozo de tarta sabor vainilla con fresas.
– Bueno puedo comprender en parte porque intenta robarte si es que eso es lo que quiere hacer – un tanto apenada ante aquellas palabras encogió los hombros. Autumn también había quitado dinero a otros e incluso robado comida, nada de eso lo llevó a cabo con malas intenciones sin embargo, bien sabía que eso era algo que no debía hacerse pero cuando el hambre es mayor que cualquier otra cosa, no existía consciencia que te recordara que estaba bien y que estaba mal.
Explicar que le seguía para ver si es que ella se convertía en la mujer que le enseñara hechicería era en extremo vergonzoso, aún así, haciendo acopio de todo su valor, expreso que era lo que estaba esperando obtener. Lavern le miraba tan pacientemente y con tanto cariño que Autumn se aguantaba las ganas de levantarse de aquel asiento e ir a abrazar a la mujer, todo para después suplicarle su ayuda. Cuando el mesero llego, ella simplemente pidió un té; no era que no tuviese hambre porque vaya que tenía pero no deseaba ser una aprovechada de la bondad ajena, la cual seguía siendo mostrada por aquella amable bruja.
– Yo no he dicho palabras lindas, simplemente he sido sincera y de verdad que no necesito nada más que un té – mintió tratando de evitar que Lavern gastase su sueldo en ella, cosa que sin embargo no le sirvió de nada, pues fueron pedidas dos trozos de tarta – de verdad muchas gracias – menciono con una enorme sonrisa en los labios, prueba sincera de su agradecimiento por la amabilidad ajena. En todo el tiempo que llevaba en las calles, Autumn había sido testigo de que la mayor parte de las personas simplemente buscaban su propio beneficio, aun a costa de los demás; sin embargo al ver a Lavern, supo que ella no era así, de hecho, le recordaba algo a su madre y la manera en la que veía la vida. Si bien la joven hechicera no tuvo mucho tiempo para convivir con su progenitora, siempre le fue demostrado que sin importar qué, siempre se debía ser bueno y amable con los otros porque eso a la larga, traía recompensas.
Apenas se fue la mesera ella también se acerco a Lavern y escucho atentamente aquellas palabras que tenía para decirle. No entendía del todo como es que aquella mujer dudaba de sus propias habilidades, si a leguas Autumn había notado lo talentosa que era, así que la joven no hizo más que reír ligero.
– Pero yo estoy segura de que es así, te lo juro – respondió levantando la mano antes de escucharle insinuar que cosas como las que les había sucedido eran eventos continuos en su vida; aquella confesión hizo que Autumn terminara por soltar una carcajada – No creo que conocernos de esta manera fuera solo por ti, la verdad es que yo no tengo muy buena suerte y siempre me ocurren cosas como esta – nuevamente la vergüenza se apodero de ella y miro a la mesa antes de responder – No tengo una prueba contundente de porque eres la indicada, pero algo dentro de mi me lo asegura y por eso no tengo duda alguna de que lo eres – emocionada junto las manos y observo a Lavern – prometo ser buena alumna – la ilusión se apodero de ella, por fin había encontrado alguien que estaba dispuesta a enseñarle sobre magia y mejor aún, aseguraba haber tenido un buen alumno, así que ¿Qué mas podía pedir ella?.
Lo siguiente que escucho de Lavern fue lo que ella había esperado desde un inicio. Autumn no planeaba dañar a nadie y por eso era que tampoco esperaba que la bruja le enseñara como hacerlo, así que asintió a sus palabras.
– Eso esta bien para mi, yo nunca he buscado hacer daño a nadie y de hecho lo que pude aprender de mi madre es que la magia se usa para ayudar a otros, no para lastimarlos – y dicho eso fue que mirada se desvió de su acompañante para centrarse en la mesera que volvía con la orden – ¿De verdad que puedo comer la tarta? Porque no tengo dinero con que pagarte tu amabilidad… – sonrió entonces – aunque puedo ayudarte en lo que me pidas a cambio de esa deliciosa tarta – dijo sin dejar de mirar a la mesera que les entregaba antes las bebidas para después poner frente a cada una un trozo de tarta sabor vainilla con fresas.
Autumn Di Moncalieri- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 20/11/2014
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Magic Spell [Privado]
Escuchar a la muchacha continuar negándose en aceptar la comida que pedía para ella nada más hacía que se le derritiera el corazón.- Palabras sinceras son palabras lindas, niña mía. Tu honestidad se aprecia mucho. -Le contestó de forma cariñosa, sin quitar la vista de ella. Le escuchaba con emoción y regocijo; y es que no todos los días se encontraba un hechicero o hechicera en las calles de París que fuese tan entusiasta por aprender hechicería, más difícil aún encontrar uno que lo quiera aprender para bien. La mesera se acercó a entregar los pedidos frente a cada una sobre la mesa, pero ella nada más se limitó en mirar a la muchacha. No fue hasta que la mesera estaba por irse que desvió la vista hacia ella.- Gracias. -Dijo con cortesía, esperando a que se marchara. Apoyó entonces su codo izquierdo en la mesa, reposando el antebrazo en esta, mientras que con la mano derecha comenzó a revolver la taza de café para que se enfriara.- Autumn, si no te comes esa tarta y te tomas ese té, no te lo voy a perdonar jamás. -Dijo de forma severa, pero a modo de broma, solo para luego reírse suavemente.- Vamos, no seas tímida. No pienso pedirte nada de vuelta, tan solo déjame invitarte esta vez, ¿está bien? Anda, provecho. -Agregó luego, levantando la taza para soplar el contenido y probar qué tal estaba. No estaba nada mal.
Dejó la taza nuevamente sobre el platito de loza y tomó el tenedor con la misma mano, acercando el plato de la tarta con la otra.- Y dime, cariño, ¿qué es lo que sabes de magia hasta ahora? Has mencionado que algo has aprendido de tu madre, ¿no? -Preguntó curiosa.- ¿Has heredado la hechicería de ella? En mi caso, yo sí la heredé de mi madre, que en paz descanse. -Comentó con toda naturalidad. Jamás le había dado tristeza hablar de su fallecida madre, sino más bien sentía que al hablar de ella, honraba su recuerdo y su vida, por lo que siempre estaba feliz de mencionarla día a día. Sin embargo, al pensar en aquello, se le ocurrió que quizás la más joven quizá no se sintiera de la misma forma que ella respecto de lo mismo, por lo que pensó que quizá lo mejor sería dar el ejemplo.- Me hubiera gustado aprender de ella, pero tuve suerte de encontrar un hechicero Islandés que me llevó consigo y enseñó hechicería escandinava. -Comentó con simpatía, llevando un trozo de tarta a su boca.- Mmh, ¡qué delicia! Deberías probarla. -Exclamó con entusiasmo, cerrando los ojos unos segundos mientras disfrutaba de la dulzura de la tarta.
Se tomó un tiempo en acabar de degustar el postre mientras tapaba su boca con la punta de sus dedos de forma algo cohibida, mas volviendo luego a su postura extrovertida. Volvió a tomar la taza en sus manos y, en lugar de beber de ella, la utilizó para examinar el reflejo de las personas a su alrededor. Su espía seguía allí, apoyada en la pared esta vez.- Mmh, quizá ya se está cansando. -Pensó con una sonrisa en el rostro, volviendo luego a mirar a Autumn.- Oh, lamento el silencio. Me había quedado pensando unas cosas. -Se disculpó por su pequeña “distracción”, respirando profundamente y dejando salir el aire de forma descabellada, completamente relajada.- Bueno, como te decía, aprendí en Islandia, directamente de un libro ancestral llamado Galdrabók. Es muy útil, y aún tengo una copia. -Continuó hablando, bebiendo ahora sí de su café nuevamente.- Dime, ¿ya sabes cuáles son tus habilidades en específico? Yo puedo cambiar mi apariencia física y crear una barrera de protección. -Agregó, omitiendo la última de sus habilidades: la dominación. No estaba feliz de haber aprendido ese truco de magia negra, pero lo había hecho nada más que con el propósito de la defensa personal. Y es que, al fin y al cabo, uno no sabe en quién confiar.
Dejó la taza nuevamente sobre el platito de loza y tomó el tenedor con la misma mano, acercando el plato de la tarta con la otra.- Y dime, cariño, ¿qué es lo que sabes de magia hasta ahora? Has mencionado que algo has aprendido de tu madre, ¿no? -Preguntó curiosa.- ¿Has heredado la hechicería de ella? En mi caso, yo sí la heredé de mi madre, que en paz descanse. -Comentó con toda naturalidad. Jamás le había dado tristeza hablar de su fallecida madre, sino más bien sentía que al hablar de ella, honraba su recuerdo y su vida, por lo que siempre estaba feliz de mencionarla día a día. Sin embargo, al pensar en aquello, se le ocurrió que quizás la más joven quizá no se sintiera de la misma forma que ella respecto de lo mismo, por lo que pensó que quizá lo mejor sería dar el ejemplo.- Me hubiera gustado aprender de ella, pero tuve suerte de encontrar un hechicero Islandés que me llevó consigo y enseñó hechicería escandinava. -Comentó con simpatía, llevando un trozo de tarta a su boca.- Mmh, ¡qué delicia! Deberías probarla. -Exclamó con entusiasmo, cerrando los ojos unos segundos mientras disfrutaba de la dulzura de la tarta.
Se tomó un tiempo en acabar de degustar el postre mientras tapaba su boca con la punta de sus dedos de forma algo cohibida, mas volviendo luego a su postura extrovertida. Volvió a tomar la taza en sus manos y, en lugar de beber de ella, la utilizó para examinar el reflejo de las personas a su alrededor. Su espía seguía allí, apoyada en la pared esta vez.- Mmh, quizá ya se está cansando. -Pensó con una sonrisa en el rostro, volviendo luego a mirar a Autumn.- Oh, lamento el silencio. Me había quedado pensando unas cosas. -Se disculpó por su pequeña “distracción”, respirando profundamente y dejando salir el aire de forma descabellada, completamente relajada.- Bueno, como te decía, aprendí en Islandia, directamente de un libro ancestral llamado Galdrabók. Es muy útil, y aún tengo una copia. -Continuó hablando, bebiendo ahora sí de su café nuevamente.- Dime, ¿ya sabes cuáles son tus habilidades en específico? Yo puedo cambiar mi apariencia física y crear una barrera de protección. -Agregó, omitiendo la última de sus habilidades: la dominación. No estaba feliz de haber aprendido ese truco de magia negra, pero lo había hecho nada más que con el propósito de la defensa personal. Y es que, al fin y al cabo, uno no sabe en quién confiar.
Lavern Connolly- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 37
Fecha de inscripción : 22/02/2015
Localización : París, Francia
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Magic Spell [Privado]
Los ojos de la joven se enfocaban en aquella deliciosa tarta que aparecía frente a ella. Aunque no lo diría, tenía desde la muerte de su padre que no probaba una comida más o menos decente y mucho menos, un postre que luciera tan apetitoso y hermoso como aquel. Tan fascinada se encontraba que fue necesario que Lavern le recordara que aquello era algo que debía comerse.
– Voy a comerlo, de verdad que si – dijo con las mejillas encendidas por la vergüenza de sentirse como una completa novata probando aquellas cosas, aunque de cierta manera, lo era – Esta bien, pero solo será esta vez. Prometo que encontrare la manera de invitarte yo la siguiente vez que tengamos oportunidad de venir juntas – Ya que encontraba quien le ayudase a aprender de hechicería, era lo mejor que encontrase un empleo o algo de lo que pudiera vivir. Seguir en las calles y robando lo necesario para sobrevivir ya no sería una opción una vez que iniciara con sus aprendizajes; con esa nueva resolución también en mente, fue que tomo un tenedor y probó la tarta. Aquello era un manjar para el paladar de Autumn quien cambio su expresión por una de completa satisfacción además que una sonrisa adorno su rostro.
Escuchar que Lavern preguntaba sobre sus conocimientos de magia le hizo dejar el tenedor a un lado. Autumn apenas y era capaz de usar una barrera para defenderse, conocía de hechizos básicos y disfrutaba enormemente de hacer aparecer mariposas falsas de colores centelleantes. La bruja era una joven de corazón noble y agradecido, de hecho, más que una joven, se comportaba como una chiquilla que apenas y descubría el mundo así que tener una maestra bondadosa como Lavern, mantendría en la hechicera aquel espíritu de bondad.
– Sí, he heredado la hechicería de ella y fue capaz de enseñarme muy poco. – el volumen de la voz de Autumn bajo y sus ojos miraron fijamente a su acompañante. A la bruja le hubiese fascinado poder convivir mucho más con su madre y aprender de ella muchas cosas, pero la muerte se la había llevado y a pesar de eso, la bruja siempre fue feliz al lado de su ahora también difunto padre – Bueno, yo no tuve tanta suerte de encontrar quien me enseñara sobre hechicería. Papá y yo vivíamos en los bosques así que me conformaba con saber lo poco que mamá me enseño, aunque ahora me da mucha curiosidad – sonrió entonces, recordando todas las cosas buenas que su padre le contaba de su madre, en especial sobre lo talentosa que era – quiero ser una gran hechicera como ella – termino por decir antes de soplar ligero al té y dar un pequeño sorbo. Todo en aquel lugar, era completamente delicioso.
El silencio que surgió entonces no incomodo para nada a Autumn, quien no noto la presencia de la perseguidora en el exterior por el contrario, ella aprovecho el tiempo para beber más de su té y continuar comiendo aquella deliciosa tarta. Para ella no existía nada sospechoso o fuera de lo común en que se guardase silencio cuando se ocupaban en algo más, así que observo a su acompañante cuando se disculpo, mientras que la joven hechicera negaba y llevaba uno de los últimos bocados de tarta a su boca.
– Descuida – dijo una vez que tragaba la tarta y daba un sorbo al té – no podíamos dejar que la comida esperara más ¿o si? – escucho con suma atención del libro que le era mencionado y suspiro – Yo ni siquiera conozco de libros, solo sé que mamá tenía uno que trajo desde Rusia pero mi papá nunca supo donde fue que quedó ese libro – recordaba vagamente ver a su madre enfrascada en la lectura de aquel enorme libro, pero como Autumn era tan pequeña, no presto realmente la atención debida – y si, creo saber cuales son mis habilidades – menciono recordando la ocasión en la que fue atrapada por los inquisidores, experiencia de la que obtuvo el conocimiento de sus verdaderas habilidades mágicas dando un motivo para ahora buscar una maestra como Lavern – Yo también puedo crear una barrera de protección, aunque me cuesta mucho trabajo mantenerla y no es tan resistente; puedo cambiar mi apariencia física, esos son los que estoy segura, pero papá dijo que debía haber heredado una habilidad de mamá para dar energía a otros – se encogió entonces de hombros – pero nunca he intentado hacerlo así que no estoy segura – sus dotes mágicas eran extremadamente básicas, eso era lo que le hacía estar en peligro constante.
– Voy a comerlo, de verdad que si – dijo con las mejillas encendidas por la vergüenza de sentirse como una completa novata probando aquellas cosas, aunque de cierta manera, lo era – Esta bien, pero solo será esta vez. Prometo que encontrare la manera de invitarte yo la siguiente vez que tengamos oportunidad de venir juntas – Ya que encontraba quien le ayudase a aprender de hechicería, era lo mejor que encontrase un empleo o algo de lo que pudiera vivir. Seguir en las calles y robando lo necesario para sobrevivir ya no sería una opción una vez que iniciara con sus aprendizajes; con esa nueva resolución también en mente, fue que tomo un tenedor y probó la tarta. Aquello era un manjar para el paladar de Autumn quien cambio su expresión por una de completa satisfacción además que una sonrisa adorno su rostro.
Escuchar que Lavern preguntaba sobre sus conocimientos de magia le hizo dejar el tenedor a un lado. Autumn apenas y era capaz de usar una barrera para defenderse, conocía de hechizos básicos y disfrutaba enormemente de hacer aparecer mariposas falsas de colores centelleantes. La bruja era una joven de corazón noble y agradecido, de hecho, más que una joven, se comportaba como una chiquilla que apenas y descubría el mundo así que tener una maestra bondadosa como Lavern, mantendría en la hechicera aquel espíritu de bondad.
– Sí, he heredado la hechicería de ella y fue capaz de enseñarme muy poco. – el volumen de la voz de Autumn bajo y sus ojos miraron fijamente a su acompañante. A la bruja le hubiese fascinado poder convivir mucho más con su madre y aprender de ella muchas cosas, pero la muerte se la había llevado y a pesar de eso, la bruja siempre fue feliz al lado de su ahora también difunto padre – Bueno, yo no tuve tanta suerte de encontrar quien me enseñara sobre hechicería. Papá y yo vivíamos en los bosques así que me conformaba con saber lo poco que mamá me enseño, aunque ahora me da mucha curiosidad – sonrió entonces, recordando todas las cosas buenas que su padre le contaba de su madre, en especial sobre lo talentosa que era – quiero ser una gran hechicera como ella – termino por decir antes de soplar ligero al té y dar un pequeño sorbo. Todo en aquel lugar, era completamente delicioso.
El silencio que surgió entonces no incomodo para nada a Autumn, quien no noto la presencia de la perseguidora en el exterior por el contrario, ella aprovecho el tiempo para beber más de su té y continuar comiendo aquella deliciosa tarta. Para ella no existía nada sospechoso o fuera de lo común en que se guardase silencio cuando se ocupaban en algo más, así que observo a su acompañante cuando se disculpo, mientras que la joven hechicera negaba y llevaba uno de los últimos bocados de tarta a su boca.
– Descuida – dijo una vez que tragaba la tarta y daba un sorbo al té – no podíamos dejar que la comida esperara más ¿o si? – escucho con suma atención del libro que le era mencionado y suspiro – Yo ni siquiera conozco de libros, solo sé que mamá tenía uno que trajo desde Rusia pero mi papá nunca supo donde fue que quedó ese libro – recordaba vagamente ver a su madre enfrascada en la lectura de aquel enorme libro, pero como Autumn era tan pequeña, no presto realmente la atención debida – y si, creo saber cuales son mis habilidades – menciono recordando la ocasión en la que fue atrapada por los inquisidores, experiencia de la que obtuvo el conocimiento de sus verdaderas habilidades mágicas dando un motivo para ahora buscar una maestra como Lavern – Yo también puedo crear una barrera de protección, aunque me cuesta mucho trabajo mantenerla y no es tan resistente; puedo cambiar mi apariencia física, esos son los que estoy segura, pero papá dijo que debía haber heredado una habilidad de mamá para dar energía a otros – se encogió entonces de hombros – pero nunca he intentado hacerlo así que no estoy segura – sus dotes mágicas eran extremadamente básicas, eso era lo que le hacía estar en peligro constante.
Autumn Di Moncalieri- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 20/11/2014
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Magic Spell [Privado]
La actitud de la niña ante la tarta y el té no paraba de hacerle derretir el corazón, quedándose encantada con lo humilde y dulce que era. Así, daban ganas de sobre alimentarla.- Autumn, así como no te pediré nada a cambio, no te aceptaré nada material a cambio tampoco. -Volvió a insistir, riendo esta vez ante lo simpática que le parecía la situación, especialmente ahora que la muchacha demostraba con sus gestos de lo mucho que disfrutaba del postre.- Aunque, ya luego cuando te haga mis propios pasteles en casa, ahí si quieres podrás ayudarme a lavar los trastes. -Bromeó, relajándose un poco más de lo que esperaba, como si no hubiese nadie siguiéndola peligrosamente por París.- Dime una cosa, pequeña, ¿dónde vives? ¿Compartes hogar con alguien más? -Preguntó con voz amistosa y maternal, pues algo en su sexto sentido femenino le decía que la muchacha no disfrutaba de muy buena situación social.
Sonrió enternecida con las historias de su madre, de cómo ella quería ser una gran hechicera y de lo que había aprendido de ella y de su padre.- De libros te podré enseñar más adelante, cuando veamos magia avanzada. Por el momento, nos vamos a fijar en tus habilidades más básicas, ¿está bien? Es importante que las sepas manejar con comodidad y confianza, así podrás luego avanzar más fácilmente. -Explicó paciente y pausadamente.- Ya cuando estemos en privado, te puedo mostrar para que aprendas mirando. Será más sencillo y así aprovechamos que ambas tenemos habilidades en común. -Agregó, bebiendo un poco más de té y probando nuevamente la tarta. Estaba emocionada, sentía que finalmente iba a poder estar en la misma posición que estuvo su maestro cuando le enseñó a ella; llegaba a sacar pecho de la emoción como todo una gallina orgullosa.
Se quedó pensando entonces cuál podría ser la habilidad que a la chica le faltaba descubrir, haciendo un repaso mental de las que su maestro le había mencionado se sabía que existían en el mundo de la hechicería. Su memoria era mala, pero finalmente logró llegar a una opción.- ¡Aah! Creo que ya sé de qué habilidad se refería tu padre. ¿Será la Vigoris? -Preguntó emocionada y tremendamente sonriente, extendiendo sus brazos a tomarle de las mejillas y apachurrarla.- Esa habilidad es muy bonita, uno usa la hechicería como que fuera medicinal. -Comentó alegre, alzando ligeramente la voz y dándose cuenta luego, llevando ambas manos a su boca mientras ponía una expresión de arrepentimiento, como que hubiera hecho una travesura.- Lo siento, me emocioné más de lo debido. No era mi intención. -Se disculpó entre risas, volviendo a acomodarse.- Yo no tengo esa habilidad, pero sí sé cómo funciona y me siento confiada de que te podré enseñar. No tengo la menor duda de que saldrás con talento, Autumn.
Sonrió enternecida con las historias de su madre, de cómo ella quería ser una gran hechicera y de lo que había aprendido de ella y de su padre.- De libros te podré enseñar más adelante, cuando veamos magia avanzada. Por el momento, nos vamos a fijar en tus habilidades más básicas, ¿está bien? Es importante que las sepas manejar con comodidad y confianza, así podrás luego avanzar más fácilmente. -Explicó paciente y pausadamente.- Ya cuando estemos en privado, te puedo mostrar para que aprendas mirando. Será más sencillo y así aprovechamos que ambas tenemos habilidades en común. -Agregó, bebiendo un poco más de té y probando nuevamente la tarta. Estaba emocionada, sentía que finalmente iba a poder estar en la misma posición que estuvo su maestro cuando le enseñó a ella; llegaba a sacar pecho de la emoción como todo una gallina orgullosa.
Se quedó pensando entonces cuál podría ser la habilidad que a la chica le faltaba descubrir, haciendo un repaso mental de las que su maestro le había mencionado se sabía que existían en el mundo de la hechicería. Su memoria era mala, pero finalmente logró llegar a una opción.- ¡Aah! Creo que ya sé de qué habilidad se refería tu padre. ¿Será la Vigoris? -Preguntó emocionada y tremendamente sonriente, extendiendo sus brazos a tomarle de las mejillas y apachurrarla.- Esa habilidad es muy bonita, uno usa la hechicería como que fuera medicinal. -Comentó alegre, alzando ligeramente la voz y dándose cuenta luego, llevando ambas manos a su boca mientras ponía una expresión de arrepentimiento, como que hubiera hecho una travesura.- Lo siento, me emocioné más de lo debido. No era mi intención. -Se disculpó entre risas, volviendo a acomodarse.- Yo no tengo esa habilidad, pero sí sé cómo funciona y me siento confiada de que te podré enseñar. No tengo la menor duda de que saldrás con talento, Autumn.
Lavern Connolly- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 37
Fecha de inscripción : 22/02/2015
Localización : París, Francia
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Magic Spell [Privado]
Sus mejillas se encendieron mucho más cuando Lavern le aseguro no estarle pidiendo absolutamente nada a cambio por la comida o la enseñanza de magia. Aquella mujer era definitivamente un ángel enviado hasta la joven hechicera, de eso no cabía la menor duda.
– Lo siento, es que de verdad quiero darte las gracias por ser tan amable conmigo – se sincero justo antes de escuchar de labios ajenos sobre pasteles caseros – ¿Sabes cocinar pasteles? – los ojos de la bruja se abrieron de par en par y un brillo de inocencia apareció en ellos – Te ayudare en lo que sea necesario si es que me dejas probar de tus pasteles, ya que yo no sé cocinar muchas cosas y lo que cocino suele quemarse – o al menos fue así durante el tiempo que vivió al lado de su padre, porque desde la muerte de su progenitor, ella ya no necesitaba cocinar más, comía lo que podía y encontraba. Recordar ese detalle, junto con las preguntas de Lavern provocaron que se le encogiera el pecho – Bueno puede decirse que comparto hogar con muchas personas – sonrió tímidamente sin mirar directamente a su acompañante – al menos es así cuando me quedo en los refugios porque cuando no llegó a tiempo me quedo en las calles – con cierto temor, levanto la mirada para observar la reacción de Lavern, creyendo que saber que era una chica de las calles haría que la hechicera se arrepintiera de tomarla bajo su tutela.
Una sonrisa sincera y cargada de calidez apareció en sus labios. La hechicera frente a ella, esa que se mostraba tan amable hablaba de la misma manera en que podía recordar a su madre, siempre diciendo que las habilidades con las que había nacido eran lo más importante, asegurándole a Autumn que una vez que las dominara todo lo demás sería pan comido para ella.
– ¡Claro! – respondió al instante con quizás demasiada energía, ya que algunas personas volvieron la mirada para observarlas – Soy muy buena aprendiendo por observación – admitió orgullosa – Mucho de lo que sé lo aprendí de esa manera – en especial lo que se refería a hechizos.
Explico a grandes rasgos lo que sabía sobre sus habilidades, aunque aún no sabía si poseía aquella que servía para ayudar a los otros, esa que su padre siempre alabo tanto de su madre y que deseaba con todo el corazón, Autumn hubiera heredado.
– Esa misma – aseguró una vez que Lavern daba finalmente con el nombre de la habilidad mágica que su padre tanto amaba – es solo que… – sus palabras quedaron a medias. Su acompañante lucía tan emocionada como solía hacerlo su padre, o quizás más ya que incluso pincho las mejillas de Autumn que no pudo hacer nada más que reír una vez que Lavern le soltó, únicamente para disculparse después por manera tan impulsiva de actuar – No tienes que pedirme disculpas, me hace feliz verte emocionada – hizo una pausa – aunque como dije, mi papá esperaba que hubiera heredado la habilidad de Vigoris de mamá – se encogió de hombros – pero la verdad es que no sé si la poseo…¿Cómo sabe uno que habilidades poseé? – interrogo curiosa. Sus otras habilidades las descubrió más por casualidad que nada, así que quería saber si todos las descubrían de esa manera o existía alguna manera apropiada de hacerlo.
– Lo siento, es que de verdad quiero darte las gracias por ser tan amable conmigo – se sincero justo antes de escuchar de labios ajenos sobre pasteles caseros – ¿Sabes cocinar pasteles? – los ojos de la bruja se abrieron de par en par y un brillo de inocencia apareció en ellos – Te ayudare en lo que sea necesario si es que me dejas probar de tus pasteles, ya que yo no sé cocinar muchas cosas y lo que cocino suele quemarse – o al menos fue así durante el tiempo que vivió al lado de su padre, porque desde la muerte de su progenitor, ella ya no necesitaba cocinar más, comía lo que podía y encontraba. Recordar ese detalle, junto con las preguntas de Lavern provocaron que se le encogiera el pecho – Bueno puede decirse que comparto hogar con muchas personas – sonrió tímidamente sin mirar directamente a su acompañante – al menos es así cuando me quedo en los refugios porque cuando no llegó a tiempo me quedo en las calles – con cierto temor, levanto la mirada para observar la reacción de Lavern, creyendo que saber que era una chica de las calles haría que la hechicera se arrepintiera de tomarla bajo su tutela.
Una sonrisa sincera y cargada de calidez apareció en sus labios. La hechicera frente a ella, esa que se mostraba tan amable hablaba de la misma manera en que podía recordar a su madre, siempre diciendo que las habilidades con las que había nacido eran lo más importante, asegurándole a Autumn que una vez que las dominara todo lo demás sería pan comido para ella.
– ¡Claro! – respondió al instante con quizás demasiada energía, ya que algunas personas volvieron la mirada para observarlas – Soy muy buena aprendiendo por observación – admitió orgullosa – Mucho de lo que sé lo aprendí de esa manera – en especial lo que se refería a hechizos.
Explico a grandes rasgos lo que sabía sobre sus habilidades, aunque aún no sabía si poseía aquella que servía para ayudar a los otros, esa que su padre siempre alabo tanto de su madre y que deseaba con todo el corazón, Autumn hubiera heredado.
– Esa misma – aseguró una vez que Lavern daba finalmente con el nombre de la habilidad mágica que su padre tanto amaba – es solo que… – sus palabras quedaron a medias. Su acompañante lucía tan emocionada como solía hacerlo su padre, o quizás más ya que incluso pincho las mejillas de Autumn que no pudo hacer nada más que reír una vez que Lavern le soltó, únicamente para disculparse después por manera tan impulsiva de actuar – No tienes que pedirme disculpas, me hace feliz verte emocionada – hizo una pausa – aunque como dije, mi papá esperaba que hubiera heredado la habilidad de Vigoris de mamá – se encogió de hombros – pero la verdad es que no sé si la poseo…¿Cómo sabe uno que habilidades poseé? – interrogo curiosa. Sus otras habilidades las descubrió más por casualidad que nada, así que quería saber si todos las descubrían de esa manera o existía alguna manera apropiada de hacerlo.
Autumn Di Moncalieri- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 20/11/2014
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Temas similares
» Protection Spell [Privado]
» Beyond A Simple Spell ~ Privado
» Unexpected magic [privado]
» The love not falls of the sky, born around the magic lake | + 18 | Privado
» I put a spell on you...
» Beyond A Simple Spell ~ Privado
» Unexpected magic [privado]
» The love not falls of the sky, born around the magic lake | + 18 | Privado
» I put a spell on you...
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour