En el tiempo de la caza

por **Kirian Stendhal** Vie Abr 17, 2015 11:46 pm

El inicio del cazador

Llevaba ya algunos años de haber abandonado su hogar. En aquel lugar no había dejado nada de interés para él, todo porque la única amiga que poseía y de la cual en un inicio estaba tan enamorado termino por irse al lado de su familia. A pesar aún de los tropiezos que había enfrentado en sus primeras aventuras; las patas de Kirian en su forma animal, golpeaban rítmicamente el suelo ya que en contra de todas las adversidades y pensamientos negativos que algunas veces azotaran su mente, aquel cambiante era un perro en toda la extensión de la palabra y las penas no le duraban tanto, pasando a ser glorias en casi un abrir y cerrar de ojos.

Ese día en particular los planes del canino se reducían a corretear por las zonas de bosques y gastar su energía tan velozmente como fuera posible. No era que Kirian no tuviera manera de detenerse sino que simplemente le costaba un trabajo tremendo encontrar el momento apropiado para descansar, así que simplemente optaba por corretear hasta caer rendido y esperar la llegada de un nuevo momento donde necesitara nuevamente gastar sus energías. Era tan básica su manera de existir en aquel mundo, que de verdad no creía necesitar nada más para ser completamente feliz. La vida ya le había otorgado decepciones y la vida como un animal libre nunca lo había hecho, así, que se sentía en paz.

El perro se puso a perseguir mariposas, avecillas, otros animales mucho más pequeños que él y todo con la esperanza de que su energía llegara a ese estado en el que necesitaba una recarga y si bien con cada carrera que llevaba a cabo se sentía más cerca de lograr su cometido, no fue hasta varias horas después cuando al terminar de perseguir un pajarito, termino por tirarse a la sombra de un enorme árbol hasta que dejo de ser consciente de si mismo y de su alrededor. Kirian claro no lo sabía, pero aquel día era el inicio de una nueva vida para él.

Algunas horas después de que cayera en un profundo sueño, sintió como algo le recorría la pata suavemente y al abrir lentamente los ojos observo con sorpresa como una joven le acariciaba. La sonrisa de la joven ilumino el despertar de Kirian, quien en los años posteriores, observaría aquella sonrisa con regularidad; pues si bien no creía necesitar a nadie, Elisa había llegado ese día para cambiar su perspectiva de la vida.

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por **Kirian Stendhal** Lun Mayo 18, 2015 12:31 am

Entrenamiento

¡Corre Kirian! – la voz de Elisa retumbaba en sus oídos mientras que las patas del cambiante golpeaban la tierra por donde corría. Si bien las cacerías no habían iniciado aún, su entrenamiento era bastante duro y la verdad es que pese a que terminaba agotado, no existía nada que le hiciera sentir mejor que observar el rostro de la joven cazadora que le había abierto las puertas de un hogar y le aceptaba para ser su compañero en el viaje de su vida. Las cosas se dieron de una manera muy curiosa, pero el cambiante aceptaba el curioso giro del destino que había sufrido y por raro que fuera, en esos momentos era sumamente feliz pese a que su pasado no dejara de perseguirle como terribles pesadillas en las que veía a Lya dejarle; aunque antes abrir los ojos y se hallaba a si mismo completamente solo, ahora, cada vez que sufría pesadillas y abria los ojos, veía a Elisa.

El canino ladro entusiasmado mientras escuchaba los pasos de la joven detrás de si. La finalidad de aquel entrenamiento era la velocidad y la resistencia. Krisna no estaba seguro de cuanto llevaba corriendo, sabía simplemente que era mucho y pese a eso, aún no se encontraba cansado, por el contrario con cada paso que daba sentía mucha mayor energía. La cazadora tampoco se detenia, seguramente ella no tenía la misma fuerza que él, pero era terca y aparentemente conseguía todo lo que se le pasaba por la mente así que más que entrenamiento, parecía un reto entre ambos.
– Voy a alcanzarte Kirian – grito la joven mientras el perro saltaba un árbol para continuar su camino por los bosques, estaba cerca de llegar a un claro así que simplemente continuo corriendo hasta que no detecto más los pasos tras de si y se detuvo.

Era extraño cuando perdía la cercanía de la cazadora, así que se sentó sobre sus cuartos traseros y se limito a esperar. Acostumbrarse tan rápido a la presencia de alguien más, era difícil, pero con Elisa todo era más sencillo así que cuando vio a la joven aparecer caminando, ladro. La cazadora levanto la mano y le saludo antes de dejarse caer al pasto. Pronto el perro llegaba a su lado y aunque se acerco preocupado a ella, resoplo al ver que simplemente se encontraba agotada y que había terminado por dormirse. Sin más que hacer se tiro a un lado a dormir, arrullado por la respiración de la joven.

Para el perro, las cosas cambiaban demasiado rápido en su vida.

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