AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Caza [Privado]
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Caza [Privado]
Se sentó en el amplio sillón del estudio, relajándose y observando el cuadro frente a sus ojos, había en el una hermosa mujer, cuidadosamente pintada, cada rasgo, cada forma, cada onda en su cabello y brillo en sus ojos estaba ahí y sin embargo no era suficiente. Inhalo y exhalo sintiendo que su león se ponía impaciente dentro de el.
-para con eso hombre que comienzas a darme nauseas, sabes que no importa lo bella que parezca puede que sea una mujer completamente frívola y odiosa cierto?- talan escucho las palabras de la mayor de sus hermanas, solo un años menos que el; Talla.
-no lo es- hablo con seguridad, con aquel tono autoritario que jamás se despegaba de sus labios, ya tan común en su timbre de voz, cierto era que no la conocía, la había visto solo en un par de ocasiones, pero su aroma lo había embriagado, el sabia que era su pareja predestinada incluso antes de poder encontrarse con sus ojos.
-yo podría enviar a Trisa a hacer algunas averiguaciones sobre ella, podríamos saber algo mas de tu “princesa” – le hablo su hermana y un gruñido salió ronco desde su pecho, el tener a alguien acechando a su pareja no le gustaba, incluso si era una de sus hermanas.
-no, yo averiguare todo lo que desee de ella en cuanto la tenga conmigo
-ah si señor rey del mundo y cuando será eso? Llevas semanas viendo el maldito cuadro desde que obligaste a trina a hacerlo, por que no solo vaz y la cortejas? A este paso tu león tomara el control y terminaras secuestrándola- tallan bufo pero sabia que su hermana tenia razón, lo malo era que en su necedad de no querer averiguar nada de ella, no sabia donde encontrarla.
-se lo que hago- gruño necio y su hermana sabia bien lo que significaba, su poderoso hermano no sabia que hacer.
-esta bien esta bien, pero luego no te quejes, dices que ella olía como una humana común no? No te asombres si ella decide no esperar a que su “pareja” aparezca y termine casada con otro- le provoco y un rugido aterrador lleno la casa. Después solo se escucho el portazo en el estudio y algo de tiempo después el sonido del carro de casa saliendo. Talla solo suspiro, desenando que su hermano moviese de una vez por todas su engreído trasero y conquistara a su pareja para que dejase de parecer un muerto viviente caminando por la casa todo distraído o simplemente embobado viendo aquel cuadro.
Se paro frente al retrato y lo observo, la mujer era bella eso no estaba a sección…pero no era como si cada una de las hermanas de talan no fuese una belleza impresionante… suponía que la obsesión de su hermano que rayaba en la locura… debía deberse a ese asunto de las parejas, ella sabia que los leones no eran monógamos, ni siquiera los simios, pero de alguna manera como cambiaformas ellos podían encontrar a su pareja, a esa única persona mediante el aroma. Ella suponía que su pareja predestinada olería a chocolate…adoraba el chocolate.
Tallan en el coche decidió dirigirse a el centro de parís, caminar por el parque le haría bien, el correría por los viñedos en la noche cuando nadie pudiese ver al enorme león corriendo. Pero de momento tendría que conformarse con una caminata humana. Quien sabe, con suerte podría ver a la chica por ahí… solo la había visto dos veces, la primera en que por suerte trina iba con el y había podido memorizar su apariencia como para hacerle el cuadro que tenia…la segunda había sido coincidencia pero la había perdido de vista enseguida.
-para con eso hombre que comienzas a darme nauseas, sabes que no importa lo bella que parezca puede que sea una mujer completamente frívola y odiosa cierto?- talan escucho las palabras de la mayor de sus hermanas, solo un años menos que el; Talla.
-no lo es- hablo con seguridad, con aquel tono autoritario que jamás se despegaba de sus labios, ya tan común en su timbre de voz, cierto era que no la conocía, la había visto solo en un par de ocasiones, pero su aroma lo había embriagado, el sabia que era su pareja predestinada incluso antes de poder encontrarse con sus ojos.
-yo podría enviar a Trisa a hacer algunas averiguaciones sobre ella, podríamos saber algo mas de tu “princesa” – le hablo su hermana y un gruñido salió ronco desde su pecho, el tener a alguien acechando a su pareja no le gustaba, incluso si era una de sus hermanas.
-no, yo averiguare todo lo que desee de ella en cuanto la tenga conmigo
-ah si señor rey del mundo y cuando será eso? Llevas semanas viendo el maldito cuadro desde que obligaste a trina a hacerlo, por que no solo vaz y la cortejas? A este paso tu león tomara el control y terminaras secuestrándola- tallan bufo pero sabia que su hermana tenia razón, lo malo era que en su necedad de no querer averiguar nada de ella, no sabia donde encontrarla.
-se lo que hago- gruño necio y su hermana sabia bien lo que significaba, su poderoso hermano no sabia que hacer.
-esta bien esta bien, pero luego no te quejes, dices que ella olía como una humana común no? No te asombres si ella decide no esperar a que su “pareja” aparezca y termine casada con otro- le provoco y un rugido aterrador lleno la casa. Después solo se escucho el portazo en el estudio y algo de tiempo después el sonido del carro de casa saliendo. Talla solo suspiro, desenando que su hermano moviese de una vez por todas su engreído trasero y conquistara a su pareja para que dejase de parecer un muerto viviente caminando por la casa todo distraído o simplemente embobado viendo aquel cuadro.
Se paro frente al retrato y lo observo, la mujer era bella eso no estaba a sección…pero no era como si cada una de las hermanas de talan no fuese una belleza impresionante… suponía que la obsesión de su hermano que rayaba en la locura… debía deberse a ese asunto de las parejas, ella sabia que los leones no eran monógamos, ni siquiera los simios, pero de alguna manera como cambiaformas ellos podían encontrar a su pareja, a esa única persona mediante el aroma. Ella suponía que su pareja predestinada olería a chocolate…adoraba el chocolate.
Tallan en el coche decidió dirigirse a el centro de parís, caminar por el parque le haría bien, el correría por los viñedos en la noche cuando nadie pudiese ver al enorme león corriendo. Pero de momento tendría que conformarse con una caminata humana. Quien sabe, con suerte podría ver a la chica por ahí… solo la había visto dos veces, la primera en que por suerte trina iba con el y había podido memorizar su apariencia como para hacerle el cuadro que tenia…la segunda había sido coincidencia pero la había perdido de vista enseguida.
Talan Leonhart- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 26
Fecha de inscripción : 26/01/2012
Re: Caza [Privado]
Ya eran varios los días que había dormido quizás un par de horas en la noche. Me sentía completamente cansada, pero sin duda no bajaría el pie del renglón, necesitaba quedarme así, como estaba, sin tener que volver a la aldea de mi padre, sin tener que pedir que volviera a cuidarme, estaba bien así, con mi tienda de telas en la zona comercial, con esta nueva familia, con este nuevo estilo de vida, me sentía bien, aunque cansada, al menos era libre, y disfrutaba de lo que era ser una gitana.
Me había estado concentrando en cuidar a ese gitano problemático también, yo había decidido cuidarlo, y enseñarle modales por el simple hecho de sentirme igual que él, sin comprensión, igual nunca había cometido tantos delitos como ese hombre los cometía. Ahora necesitaba un respiro. Poder salir de la tienda de telas, darme un buen baño y salir a dar una vuelta para calmar esas ansias que tenía por dentro.
La tarde se me estaba pasando volando. Demasiado en realidad, aunque el calor que hacía hacía que si le sumaba al cansancio empezaba a sentirme bastante débil. La señora que me llevaba comida todos los días se había quedado un par de horas ayudándome pues decía que me veía bastante pálida. No lo sabía, siempre había disfrutado tener el color de piel aperlado, era distintivo de los míos, y me hacía sentir bien pues mi madre era parecida a mi, y la extrañaba demasiado, quizás ella seguía en mi.
El momento de cerrar había llegado, podía observar como el sol empezaba a escaparse del día, para no pasar peligro alguno debía aprovechar el tiempo. Antes tuve que llenar una caja de algunas telas, broches y colores para hacer un juego de cortinas que me habían encargado, debía entregarlo la semana que viene pero con el cansancio apenas y había avanzado. Llené la caja rápidamente. Pesaba demasiado, pero no importaba debía llevarla a la tienda (mi casa) para poder aprovechar.
Dejé la caja en la entrada de la tienda de telas mientras cerraba con seguro, y candado la entrada. Guardé la llave entre mis ropas y entonces me dispuse a cargar la caja para poder avanzar hasta las zonas alejadas. Tenía una larga caminata que hacer, contando que tenía que pasar por varias plazas, y el gentío en ocasiones me abrumaba. Suspiré pesadamente mientras avanzaba por una hermosa plaza. Algunos niños me sonreían por la cantidad de colores que tenía encima, algunas personas también, adultos, pero otros me veían con repudio, la sociedad Francesa no entendía bien nuestra cultura, y no me iba a cansar intentando explicarle a cada uno.
Me quedé observando a un pequeño, sin darme cuenta choqué contra el cuerpo de un hombre, cabellos rubios, bastante alto, y por lo que podía observar ropas finas, seguramente me gritaría. Me agaché sin poder verle, bastante espantada, la gente por este pequeño tipo de accidentes había hecho escenas horribles donde se me decía de lo peor. - Lo lamento - Dije levantando la caja, sino estuviera en aquel lugar tan concurrido seguramente ni le diría nada, le gritaría haciendo que también se fijara, y me iría corriendo pero aquella plaza estaba llena de policías, y era mejor guardar la compostura.
Me había estado concentrando en cuidar a ese gitano problemático también, yo había decidido cuidarlo, y enseñarle modales por el simple hecho de sentirme igual que él, sin comprensión, igual nunca había cometido tantos delitos como ese hombre los cometía. Ahora necesitaba un respiro. Poder salir de la tienda de telas, darme un buen baño y salir a dar una vuelta para calmar esas ansias que tenía por dentro.
La tarde se me estaba pasando volando. Demasiado en realidad, aunque el calor que hacía hacía que si le sumaba al cansancio empezaba a sentirme bastante débil. La señora que me llevaba comida todos los días se había quedado un par de horas ayudándome pues decía que me veía bastante pálida. No lo sabía, siempre había disfrutado tener el color de piel aperlado, era distintivo de los míos, y me hacía sentir bien pues mi madre era parecida a mi, y la extrañaba demasiado, quizás ella seguía en mi.
El momento de cerrar había llegado, podía observar como el sol empezaba a escaparse del día, para no pasar peligro alguno debía aprovechar el tiempo. Antes tuve que llenar una caja de algunas telas, broches y colores para hacer un juego de cortinas que me habían encargado, debía entregarlo la semana que viene pero con el cansancio apenas y había avanzado. Llené la caja rápidamente. Pesaba demasiado, pero no importaba debía llevarla a la tienda (mi casa) para poder aprovechar.
Dejé la caja en la entrada de la tienda de telas mientras cerraba con seguro, y candado la entrada. Guardé la llave entre mis ropas y entonces me dispuse a cargar la caja para poder avanzar hasta las zonas alejadas. Tenía una larga caminata que hacer, contando que tenía que pasar por varias plazas, y el gentío en ocasiones me abrumaba. Suspiré pesadamente mientras avanzaba por una hermosa plaza. Algunos niños me sonreían por la cantidad de colores que tenía encima, algunas personas también, adultos, pero otros me veían con repudio, la sociedad Francesa no entendía bien nuestra cultura, y no me iba a cansar intentando explicarle a cada uno.
Me quedé observando a un pequeño, sin darme cuenta choqué contra el cuerpo de un hombre, cabellos rubios, bastante alto, y por lo que podía observar ropas finas, seguramente me gritaría. Me agaché sin poder verle, bastante espantada, la gente por este pequeño tipo de accidentes había hecho escenas horribles donde se me decía de lo peor. - Lo lamento - Dije levantando la caja, sino estuviera en aquel lugar tan concurrido seguramente ni le diría nada, le gritaría haciendo que también se fijara, y me iría corriendo pero aquella plaza estaba llena de policías, y era mejor guardar la compostura.
Milenka Sandoje- Gitano
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Fecha de inscripción : 01/12/2011
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Re: Caza [Privado]
Llevaba varios minutos caminando por el lugar y su león interior y su temperamento humano estaban bastante mas tranquilos, suspiro un poco. Odiaba la situación pero parecía que iba a tener que comenzar a hacer caso de Talla y buscar la manera de averiguar sobre la chica. Sus hermanas eran buenas rastreadoras y de todas Trina la había visto una vez. Posiblemente pudiese seguirle el rastro. Llevarlo hasta ella. Interiormente gruño, en verdad no le agradaba la idea de tener a alguien asechándola.
Había un viento frio aquella mañana y ayudaba bastante a mantenerlo calmado, su león estaba algo menos activo con el frio. A veces casi podía sentirlo acurrucarse y dormirse en su interior. Detuvo sus pasos y se quedo en donde estaba sintiendo el frio acariciar su cuerpo y d repente sus sentidos se avivaron dejándolo en un estado de alerta…ese aroma…lo reconocía. Era como sol y uvas frescas… cerro los ojos unos segundos disfrutando del aroma, embriagándose con la esencia y cuando los abrió la diviso, parecía distraída, que encantadora…observaba a los niños. Una mujer con instinto maternal? Dulce… La vio caminar en su dirección y sonrió divertido, ella venia justo en su dirección sin siquiera darse cuenta “oh si, bendito señor destino” Pronto el cuerpo de la chica se estrello contra el suyo, intento dar un paso atrás para que el golpe no fuese muy brusco pero la joven era ridículamente delgada a su parecer, ella era una visión impresionante, una droga para todos sus sentidos pero viéndola de cerca podía ver lo desmejorada que estaba. Su instinto protector clamo por salir pero la chica era humana… no podía simplemente ponerse todo protector y posesivo cuando ni siquiera lo conocía.
-esta bien descuide- le hablo agachándose a ayudarle a recoger sus cosas… parecía que por fin tenia una oportunidad verdadera de acercarse- la vi caminando toda distraída en mi dirección y solo que quede viendo, soy un torpe- se excuso, no sabia que tipo de chica era su pareja… asi que mejor ir despacio y con cuidado o al menos lo haría tanto como su impaciente león lo dejase- todo esto… por que no me disculpo ayudándola a cargarlo? – Provo, con suerte y podría tener un lugar de referencia donde encontrarla. A la distancia en que estaba las ojeras bajo los bonitos y grandes ojos eran bastante mercadas, el quería acunarla y dejarla dormir en sus brazos. Su león interno amenazo con salir y reclamar lo suyo pero el lo contuvo dentro.
Había un viento frio aquella mañana y ayudaba bastante a mantenerlo calmado, su león estaba algo menos activo con el frio. A veces casi podía sentirlo acurrucarse y dormirse en su interior. Detuvo sus pasos y se quedo en donde estaba sintiendo el frio acariciar su cuerpo y d repente sus sentidos se avivaron dejándolo en un estado de alerta…ese aroma…lo reconocía. Era como sol y uvas frescas… cerro los ojos unos segundos disfrutando del aroma, embriagándose con la esencia y cuando los abrió la diviso, parecía distraída, que encantadora…observaba a los niños. Una mujer con instinto maternal? Dulce… La vio caminar en su dirección y sonrió divertido, ella venia justo en su dirección sin siquiera darse cuenta “oh si, bendito señor destino” Pronto el cuerpo de la chica se estrello contra el suyo, intento dar un paso atrás para que el golpe no fuese muy brusco pero la joven era ridículamente delgada a su parecer, ella era una visión impresionante, una droga para todos sus sentidos pero viéndola de cerca podía ver lo desmejorada que estaba. Su instinto protector clamo por salir pero la chica era humana… no podía simplemente ponerse todo protector y posesivo cuando ni siquiera lo conocía.
-esta bien descuide- le hablo agachándose a ayudarle a recoger sus cosas… parecía que por fin tenia una oportunidad verdadera de acercarse- la vi caminando toda distraída en mi dirección y solo que quede viendo, soy un torpe- se excuso, no sabia que tipo de chica era su pareja… asi que mejor ir despacio y con cuidado o al menos lo haría tanto como su impaciente león lo dejase- todo esto… por que no me disculpo ayudándola a cargarlo? – Provo, con suerte y podría tener un lugar de referencia donde encontrarla. A la distancia en que estaba las ojeras bajo los bonitos y grandes ojos eran bastante mercadas, el quería acunarla y dejarla dormir en sus brazos. Su león interno amenazo con salir y reclamar lo suyo pero el lo contuvo dentro.
Talan Leonhart- Cambiante Clase Alta
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Fecha de inscripción : 26/01/2012
Re: Caza [Privado]
Nunca me había considerado una persona mala, quizás siempre había sido bastante agresiva por la vida que he tenido, sin embargo, no era mala, o eso creía. Me quedé agachada, recogiendo cada una de las cosas que se me habían caído de la canasta de telas. Hice una mueca bastante molesta por mi tan mal descuido, ¿cómo había entrado a robar a algunos lados con estás torpezas? Quizás había salido librada de pura buena suerte, no lo sabía, además tampoco había entrado a casa a robar por ser mala chica, más bien para dar malas lecciones a las personas de mucho dinero que abusaban de sus trabajadores.
Lo observé de reojo. Sonriendo de manera torpe. - Gracias por su ayuda - En cuanto quiso ayudarme a cagar aquella canasta, se la arrebaté con fuerza, no debía mezclarme con gente como él. Se notaba por aquellas telas que traía encima (que conocía bastante de telas), que era un hombre de sociedad. ¿Qué le dirían los demás si lo veía con una pobre gitana? No, estaba mal.
Mi reacción fue empezar a mentir para zafarme del encuentro, era una especie de defensa que tenía. la aldea anterior en la que vivía de gitanos me había enseñado demasiado a mentir para poder sobrevivir. -No quiero atrasarlo en su camino señor, además es demasiado tarde, y tengo que volver a mi tied… a mi casa - ¿Cómo decirle también que vivía en una tienda a las afueras con más gitanos?
Sonreí de manera agradecida por las atenciones que me estaba prestando, atenciones inmerecidas. - ¿Quién hace sus ropas? - Siempre había deseado hacerle ropa a aquellos hombres de la alta alcurnia, poder decir que alguien digno de la realeza quisiera portar algo hecho por mis propias manos. Quizás podría intentar hacer que aquel amable caballero quisiera usar algo mío.
El viento volvió a golpear mi cuerpo de manera brusca. Di dos pasos al frente, haciendo que la canasta chocará contra su estomago - Lo siento señor - Dije totalmente alarmada, hasta me sentía torpe, incluso estaba portándome de manera demasiado sumisa, yo no era así, nunca lo había sido, siempre me la pasaba retando aquellos que se cruzaban de mi camino para alejarlos.
Lo observé de reojo. Sonriendo de manera torpe. - Gracias por su ayuda - En cuanto quiso ayudarme a cagar aquella canasta, se la arrebaté con fuerza, no debía mezclarme con gente como él. Se notaba por aquellas telas que traía encima (que conocía bastante de telas), que era un hombre de sociedad. ¿Qué le dirían los demás si lo veía con una pobre gitana? No, estaba mal.
Mi reacción fue empezar a mentir para zafarme del encuentro, era una especie de defensa que tenía. la aldea anterior en la que vivía de gitanos me había enseñado demasiado a mentir para poder sobrevivir. -No quiero atrasarlo en su camino señor, además es demasiado tarde, y tengo que volver a mi tied… a mi casa - ¿Cómo decirle también que vivía en una tienda a las afueras con más gitanos?
Sonreí de manera agradecida por las atenciones que me estaba prestando, atenciones inmerecidas. - ¿Quién hace sus ropas? - Siempre había deseado hacerle ropa a aquellos hombres de la alta alcurnia, poder decir que alguien digno de la realeza quisiera portar algo hecho por mis propias manos. Quizás podría intentar hacer que aquel amable caballero quisiera usar algo mío.
El viento volvió a golpear mi cuerpo de manera brusca. Di dos pasos al frente, haciendo que la canasta chocará contra su estomago - Lo siento señor - Dije totalmente alarmada, hasta me sentía torpe, incluso estaba portándome de manera demasiado sumisa, yo no era así, nunca lo había sido, siempre me la pasaba retando aquellos que se cruzaban de mi camino para alejarlos.
Milenka Sandoje- Gitano
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Fecha de inscripción : 01/12/2011
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Re: Caza [Privado]
Podía oler los nervios en el aire, el hacia sentir incomodo a su pareja… sin embargo no había nada mas… la sola idea lo dejo descolocado, el sabia que ella como humana no podría reconocer que eran pareja pero… que acaso no sentía el jalón del destino intentando unirlos? Ella no sentía la atracción? El no sabia mucho de apareamiento con humanos ya que sus padres habían sido ambos cambia formas y ninguna de sus hermanas se había emparejado pero… había esperado algo mas de…interés.
El la vio moverse la escucho hablar pero todo fue como si fuese en cámara lenta mientras sus temores se arremolinaban dentro de el, y si ella no lo sentía ahora, podría sentirlo algún día? Que si jamás lo sentía? Que si su pareja nunca le aceptaba? El se volvería loco sin duda… el viento soplo y el aroma de la joven le lleno haciendo que su sentidos se volvieran locos en tan solo un instante, como diablos ella no lo sentía?!!!! La sujeto por los brazos como si evitara que perdiera el equilibrio y se pregunto si ella lo apartaría tan tajantemente como cuando había intentado tomar su cesta, su león rugió en su interior exigiéndole que le enseñara a la mujer quien mandaba y a quien pertenecía pero el humano se mantuvo en control, si ya había empezado mal las cosas no iban a mejorar poniéndose agresivo.
-Descuide, esta bien?- hablo viéndole a los ojos, acomodando un poco sus cabellos detrás de su oreja, intentando recordar que es lo que su pareja le había preguntado antes- mi ropa ah dicho?- pregunto haciendo uso de su buena memoria lo cual le salvaba de la poca atención que había puesto- bueno- sonrió de medio lado- en realidad son mis hermanas las que se encargan de mi ropa, ellas solo van escogen, compran y pasan las facturas, eh de decir que de escogerla yo no tendría idea de que ponerme cuando- vio las telas en la cesta y vio su oportunidad- usted sabe de telas? Mis hermanas han estado deseando aprender un poco mas de eso. Mis padres murieron cuando la mayoría era aun muy jóvenes así que conmigo a cargo no recibieron la educación integral que deberían, la mayor ah empezado a decir que ellas deberían poder hacerse cargo de las cortinas y esas cosas… verle con las telas me lo ah recordado, no se mucho de esto y no se si usted si pero…conocerá a alguien que pudiese… darles un par de clases? Yo pagaría muy bien el trabajo- hablo lanzando el anzuelo, esperando que funcionara y la chica callera, no sabia que tan raro era hacer una proposición como esa de la nada pero estaba literalmente desesperado por llamar su atención aunque exteriormente no lo demostrara. Esa noche iba a necesitar una carrera muy muy larga por el viñedo, su león estaba muy impaciente dentro de el.
El la vio moverse la escucho hablar pero todo fue como si fuese en cámara lenta mientras sus temores se arremolinaban dentro de el, y si ella no lo sentía ahora, podría sentirlo algún día? Que si jamás lo sentía? Que si su pareja nunca le aceptaba? El se volvería loco sin duda… el viento soplo y el aroma de la joven le lleno haciendo que su sentidos se volvieran locos en tan solo un instante, como diablos ella no lo sentía?!!!! La sujeto por los brazos como si evitara que perdiera el equilibrio y se pregunto si ella lo apartaría tan tajantemente como cuando había intentado tomar su cesta, su león rugió en su interior exigiéndole que le enseñara a la mujer quien mandaba y a quien pertenecía pero el humano se mantuvo en control, si ya había empezado mal las cosas no iban a mejorar poniéndose agresivo.
-Descuide, esta bien?- hablo viéndole a los ojos, acomodando un poco sus cabellos detrás de su oreja, intentando recordar que es lo que su pareja le había preguntado antes- mi ropa ah dicho?- pregunto haciendo uso de su buena memoria lo cual le salvaba de la poca atención que había puesto- bueno- sonrió de medio lado- en realidad son mis hermanas las que se encargan de mi ropa, ellas solo van escogen, compran y pasan las facturas, eh de decir que de escogerla yo no tendría idea de que ponerme cuando- vio las telas en la cesta y vio su oportunidad- usted sabe de telas? Mis hermanas han estado deseando aprender un poco mas de eso. Mis padres murieron cuando la mayoría era aun muy jóvenes así que conmigo a cargo no recibieron la educación integral que deberían, la mayor ah empezado a decir que ellas deberían poder hacerse cargo de las cortinas y esas cosas… verle con las telas me lo ah recordado, no se mucho de esto y no se si usted si pero…conocerá a alguien que pudiese… darles un par de clases? Yo pagaría muy bien el trabajo- hablo lanzando el anzuelo, esperando que funcionara y la chica callera, no sabia que tan raro era hacer una proposición como esa de la nada pero estaba literalmente desesperado por llamar su atención aunque exteriormente no lo demostrara. Esa noche iba a necesitar una carrera muy muy larga por el viñedo, su león estaba muy impaciente dentro de el.
Talan Leonhart- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 26
Fecha de inscripción : 26/01/2012
Re: Caza [Privado]
No, esto no podía ser un encuentro cualquiera, esto debía de ser algo especial, lo podía sentir en mi interior, mi pecho incluso se infló sintiendo ligeros espasmos raros. Me empezaba a sentir rara, desesperada, quería escapar. Aquel hombre era demasiado fijado, no apartaba su vista de mi, era como si estuviera viendo el mejor de los regalos, o algo que había deseado de hace tiempo, y que por fin había encontrado. - La pregunta es para usted - Sonreí un poco incomoda, pero quizás aquel hombre se sentía mal, y por eso buscaba ayuda - ¿Usted se siente bien? - Estiré una de mis manos para poder tocar su frente, la yema de mis dedos acariciaron con suavidad aquella zona, pero su temperatura estaba completamente norma, incluso se podía sentir fría, quizás por la temperatura de aquel día.
Su agarrón tan brusco y rápido me hizo respingar espantada. Sus ojos de nuevo parecían desesperados, era como si quisiera decirme algo y a la vez no pudiera. Hice una mueca, pero no de molestia más bien de curiosidad, no entendía que era lo que pasaba. - ¿Usted me conoce? ¿Sabe algo de mi? - Y por un momento, la idea de que algún enviado de mi padre para que viniera por mi, se me cruzo por la cabeza. Negué, no podía ser, no podía, y si así fuera gritaría auxilio para que me dejara en paz.
Escuché aquel relato de sus hermanas, aquella historia tan trágica - ¿Puedo abrazarlo? - Quizás nunca supe que era perder a un padre por la vida que llevé, pero si sabía lo que se sentía perder a una madre, era difícil, no cualquiera lo podía sobrellevar, mucho menos la carga de tener que cuidar hermanos. Mis manos se movieron para poder darle el cálido abrazo. ¿Por qué lo hacía? La verdad es que ni siquiera lo sabía, simplemente me había nacido, esperaba no ser atrevida, no lo estaba siendo. Tan rápido como el abrazo se había dado, se había interrumpido - Bueno, si conozco a alguien que pudiera hacer tal trabajo - Me quedé pensativa, conocía a un par de personas que podrían hacer el trabajo - Está la señora Nora, también un joven llamado Zacarias, y bueno… Yo tengo una tienda de telas, también se hacer todo tipo de cosas, pero no sé si esté a la altura de sus exigencias, o de las de sus hermanas, pero esas dos personas son muy buenas - Mi sonrisa se acentuó, estaba siendo sincera, y si el necesitaba un servicio de esa manera, debía darle mis recomendaciones, las mejores.
Moví un poco mi cuerpo, intentaba interrumpir aquel agarre que me estaba dando el hombre, sus manos estaban tan aferradas a mi cuerpo que incluso el tacto dolía. - Si me escoge a mi debo decirle que solo podría ir a partir de las siete de la noche, pues a esa hora cierro la tienda de telas que tengo, no puedo descuidarla porque gracias a ella tengo con que comer - Bajé mi rostro bastante apenada, el hombre no necesitaba saber eso, dudaba que el importara si comía o no - Y tendría que decirme donde es su residencia, llevo poco tiempo en Paris, así que apenas me estoy acostumbrando - Me encogí de hombros sin poder alzar la mirada, era completamente extraño que una persona con el porte que el tenía fuera tan agradable con una gitana como yo.
Su agarrón tan brusco y rápido me hizo respingar espantada. Sus ojos de nuevo parecían desesperados, era como si quisiera decirme algo y a la vez no pudiera. Hice una mueca, pero no de molestia más bien de curiosidad, no entendía que era lo que pasaba. - ¿Usted me conoce? ¿Sabe algo de mi? - Y por un momento, la idea de que algún enviado de mi padre para que viniera por mi, se me cruzo por la cabeza. Negué, no podía ser, no podía, y si así fuera gritaría auxilio para que me dejara en paz.
Escuché aquel relato de sus hermanas, aquella historia tan trágica - ¿Puedo abrazarlo? - Quizás nunca supe que era perder a un padre por la vida que llevé, pero si sabía lo que se sentía perder a una madre, era difícil, no cualquiera lo podía sobrellevar, mucho menos la carga de tener que cuidar hermanos. Mis manos se movieron para poder darle el cálido abrazo. ¿Por qué lo hacía? La verdad es que ni siquiera lo sabía, simplemente me había nacido, esperaba no ser atrevida, no lo estaba siendo. Tan rápido como el abrazo se había dado, se había interrumpido - Bueno, si conozco a alguien que pudiera hacer tal trabajo - Me quedé pensativa, conocía a un par de personas que podrían hacer el trabajo - Está la señora Nora, también un joven llamado Zacarias, y bueno… Yo tengo una tienda de telas, también se hacer todo tipo de cosas, pero no sé si esté a la altura de sus exigencias, o de las de sus hermanas, pero esas dos personas son muy buenas - Mi sonrisa se acentuó, estaba siendo sincera, y si el necesitaba un servicio de esa manera, debía darle mis recomendaciones, las mejores.
Moví un poco mi cuerpo, intentaba interrumpir aquel agarre que me estaba dando el hombre, sus manos estaban tan aferradas a mi cuerpo que incluso el tacto dolía. - Si me escoge a mi debo decirle que solo podría ir a partir de las siete de la noche, pues a esa hora cierro la tienda de telas que tengo, no puedo descuidarla porque gracias a ella tengo con que comer - Bajé mi rostro bastante apenada, el hombre no necesitaba saber eso, dudaba que el importara si comía o no - Y tendría que decirme donde es su residencia, llevo poco tiempo en Paris, así que apenas me estoy acostumbrando - Me encogí de hombros sin poder alzar la mirada, era completamente extraño que una persona con el porte que el tenía fuera tan agradable con una gitana como yo.
Milenka Sandoje- Gitano
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Re: Caza [Privado]
Los dedos de la chica acariciaron su frente y el tacto provoco una explosión dentro de el, el calor le inundaba el cuerpo y la piel que tocaba hormigueaba, se encontraba ancioso y su león interno estaba apunto de saltar sobre aquel dulce aroma que embriagaba cada vez mas sus sentidos, uso todo su autocontrol para mantenerse en su sitio. Y casi creyó que no lo lograría cuando la joven le abrazo, por suerte y por desgracia ella se aparto casi tan rápido como se habia acercado, dejándolo necesitado y luchando contra su bestia interna…era ella no podia ser de otra manera, no sabia como era, sus gustos o si posiblemente sintiese el jalon, solo sabia una cosa y era que la necesitaba con locura. Había algunos prospectos por ahí pero ninguna de las mujeres que habia conocido últimamente le había provocado una erección. Quería una amante para siempre y todas ellas eran de una sola noche. No gracias. Él ya había tenido su porción de eso, y quería más que un encuentro sexual. Quería a su pareja, ahora había sido lo suficientemente afortunado para encontrarla. No pensaba dejarla ir.
Ella decía que conocía a alguien mas, no no el no queria a nadie mas el la queria a ella en su casa en su vida!- asi que usted tiene un negocio de telas? Eso…me parece bastante conveniente… a mi usted me ah agradado, por que no le doy mi dirección y pasa a conocer a mis hermanas? Creo que usted podria agradarles bastante- o el haría que les agradara a las esas leonas caprichosas y mimadas.
Ella decía que llevaba poco tiempo en parís, eso explicaba como es que no habia sentido antes el impulso de buscarla, no estaba lo suficientemente cerca, ella no era de parís… y el había vivido ahí toda su vida, siempre habia confiado en que el destino le llevaría a su tiempo con su pareja pero que abria pasado si ella jamás hubiese venido a la ciudad? Abría el muerto solo esperándola? La abria perdido sin siquiera encontrarla? El solo pensamiento le elaba la sangre y deseaba llevarse ya a su parece, encerrarla e casa donde nadie pudiese aparatarlo de ella ni dañarla- a mi el horario me parece bien, pero si le queda cerca también podría quedarse en una habitación de invitados los días que vaya, tener algo de compañía distinta tampoco nos vendría mal…- lo que sea para que se quedara, cualquier pretexto servía por estúpido que sonara- es mas por que no me dice donde queda su tienda? O pasare a buscarla mañana a las siete, asi puedo llevarla directamente para que no se pierda.
Ella decía que conocía a alguien mas, no no el no queria a nadie mas el la queria a ella en su casa en su vida!- asi que usted tiene un negocio de telas? Eso…me parece bastante conveniente… a mi usted me ah agradado, por que no le doy mi dirección y pasa a conocer a mis hermanas? Creo que usted podria agradarles bastante- o el haría que les agradara a las esas leonas caprichosas y mimadas.
Ella decía que llevaba poco tiempo en parís, eso explicaba como es que no habia sentido antes el impulso de buscarla, no estaba lo suficientemente cerca, ella no era de parís… y el había vivido ahí toda su vida, siempre habia confiado en que el destino le llevaría a su tiempo con su pareja pero que abria pasado si ella jamás hubiese venido a la ciudad? Abría el muerto solo esperándola? La abria perdido sin siquiera encontrarla? El solo pensamiento le elaba la sangre y deseaba llevarse ya a su parece, encerrarla e casa donde nadie pudiese aparatarlo de ella ni dañarla- a mi el horario me parece bien, pero si le queda cerca también podría quedarse en una habitación de invitados los días que vaya, tener algo de compañía distinta tampoco nos vendría mal…- lo que sea para que se quedara, cualquier pretexto servía por estúpido que sonara- es mas por que no me dice donde queda su tienda? O pasare a buscarla mañana a las siete, asi puedo llevarla directamente para que no se pierda.
Talan Leonhart- Cambiante Clase Alta
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Re: Caza [Privado]
Sus ojos, sus ojos decían algo que no podía descifrar, no lo conocía como para poder juzgar lo que intentaba decir pero mostraba una especie de necesidad, desesperación. Ladeé el rostro sin dejar de verle, poco a poco lo tenía tan cerca de mi, sentía incluso su respiración ya chocar contra mi rostro. - ¿Se siente bien? - Algo dentro de mi me decía que ya sabía de mi, como si incluso nos hubiéramos conocido de otra vida. Había escuchado historias sobre seres humanos que se reconocían al instante, que habían tenido una historia juntos antes, sin embargo no sabía si era cierto, solo este momento me daba la sensación de que quizás si pasaba.
Desvié la mirada hacía nuestro alrededor, siempre tan transitado de gente. - Bueno, no me viene mal monedas extras a mi bolsillo, puedo ir a su casa - Asentí repetidas veces, sin embargo no estaba dispuesta a decirle donde vivía, era mejor mantener mi distancia, también he sabido de personas ricas que desean abusar de las necesidades de personas como yo, para conseguir cosas, cosas en las cuales ellos no se pueden manchar las manos - Le llevaré a mi tienda - Y con eso, jalé su mano, sosteniéndola con suavidad, su tacto era ligeramente rasposo, como si jugará mucho con la tierra, cosa que no creía, pero debo confesar que es agradable sentirlo cerca. No lo solté en el camino, pues con tanta gente, quizás lo perdía - ¿No le molesta si empezamos hoy mismo? - Era lo mejor, pues si empezábamos de una vez, lo más probable es que lo dejará de ver pronto, cosa que me daba alivio pues me ponía de nervios.
No tardamos mucho en llegar a la tienda de telas, estaba cerrada. Saqué la llave de entre mis ropajes, la metí en la perilla, y abrí la puerta, me aseguré de entrar lo más rápido posible para prender velas y que el hombre pudiera ver con claridad - Saque la lleve y cierre la puerta por favor, se supone esta cerrado, y no quiero que alguien entre - Era verdad, si alguien entraba seguramente me entretendría con esa persona y no le daría le interés necesario al caballero - Ahora, puede escoger la tela que desee, y llevamos algunas a su casa para medir y dejar listas las que sean ¿Le parece? - Sonreí ampliamente, estaba cansada, mucho en realidad, pero trabajo era trabajo, y no podía darme el lujo de negarme a hacerlo.
Lo observé con curiosidad - No es necesario que me quede en su casa, se cuidarme bien, no se preocupe - Además que, tenía un trato con los gitanos de mi aldea, y debía asegurarme que todo estuviera marchando en orden para que no me echaran. - ¿Le gusta alguna? - Observé las telas, me acerqué a él, y estiré mi brazo señalando unas telas al fondo, eran finas, eran hermosas, las mejores que tenía - Esas son mis favoritas, debería llevárselas - No era por el precio, más bien era por la calidad, y estaba segura, él siempre buscaba lo mejor.
Desvié la mirada hacía nuestro alrededor, siempre tan transitado de gente. - Bueno, no me viene mal monedas extras a mi bolsillo, puedo ir a su casa - Asentí repetidas veces, sin embargo no estaba dispuesta a decirle donde vivía, era mejor mantener mi distancia, también he sabido de personas ricas que desean abusar de las necesidades de personas como yo, para conseguir cosas, cosas en las cuales ellos no se pueden manchar las manos - Le llevaré a mi tienda - Y con eso, jalé su mano, sosteniéndola con suavidad, su tacto era ligeramente rasposo, como si jugará mucho con la tierra, cosa que no creía, pero debo confesar que es agradable sentirlo cerca. No lo solté en el camino, pues con tanta gente, quizás lo perdía - ¿No le molesta si empezamos hoy mismo? - Era lo mejor, pues si empezábamos de una vez, lo más probable es que lo dejará de ver pronto, cosa que me daba alivio pues me ponía de nervios.
No tardamos mucho en llegar a la tienda de telas, estaba cerrada. Saqué la llave de entre mis ropajes, la metí en la perilla, y abrí la puerta, me aseguré de entrar lo más rápido posible para prender velas y que el hombre pudiera ver con claridad - Saque la lleve y cierre la puerta por favor, se supone esta cerrado, y no quiero que alguien entre - Era verdad, si alguien entraba seguramente me entretendría con esa persona y no le daría le interés necesario al caballero - Ahora, puede escoger la tela que desee, y llevamos algunas a su casa para medir y dejar listas las que sean ¿Le parece? - Sonreí ampliamente, estaba cansada, mucho en realidad, pero trabajo era trabajo, y no podía darme el lujo de negarme a hacerlo.
Lo observé con curiosidad - No es necesario que me quede en su casa, se cuidarme bien, no se preocupe - Además que, tenía un trato con los gitanos de mi aldea, y debía asegurarme que todo estuviera marchando en orden para que no me echaran. - ¿Le gusta alguna? - Observé las telas, me acerqué a él, y estiré mi brazo señalando unas telas al fondo, eran finas, eran hermosas, las mejores que tenía - Esas son mis favoritas, debería llevárselas - No era por el precio, más bien era por la calidad, y estaba segura, él siempre buscaba lo mejor.
Milenka Sandoje- Gitano
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Re: Caza [Privado]
El que sabia de telas? No sabia realmente mucho, sus hermanas las escogían por el, oh pero sabia como se sentía lo que le gustaba, toco las que había por ahí y no terminaban de convencerlo, cuando ella le recomendó algunas asintió y las toco, sonrió. Oh su pareja tenia un gusto excepcional- esta bien las llevare, pero podemos llevarlas mañana cuando venga por usted, luce cansada será mejor si la dejo ir a descansar ya se donde trabaja asi que puedo venir por usted mañana.
No le gustaba lo que estaba diciendo no la quería dejar ir pero sabia que tenia que hacerlo, ella era humana o por lo que le decía su olfato una variante de ella, sonrió para sus adentros. Quería conocer todo de su escurridiza pareja.
-quiero que me hagas la cuenta por las telas y por tus servicios, te pagare mañana cuando venga a buscarte esta bien?-pregunto tomando ambas manos y llevándolas a sus labios- a las siete mañana- anuncio usando toda su voluntad para separarse de la chica. Debía calmarse debía calmarse, como se sentía y por como actuaba alguien debía darle un premio a la consideración y la paciencia. Con una sonrisa se decidió por marcharse de una buena vez. Salió de la tienda e inhalo profundo fortaleciendo su decisión de retirarse. Regreso caminando a casa, necesitaba el ejercicio para calmar sus ansias, para cansar su cuerpo lo suficiente como para poder dormir y dado que no podia transformarse en medio de la calle y salir correr como deseaba tendría que conformarse con caminar en dos piernas.
La luna estaba en lo alto y brillaban las estrellas sobre el viñedo cuando volvió a casa, la casona era lujosa e impresionante, pero no por ello dejaba de ser increíblemente hogareña, esa casa era su hogar, lo había sido de sus padres y lo era para el y sus hermanas, no podía esperar a traer a su pareja a vivir con el, formar un lazo y ser una pareja real.
-que tal tu tarde hermanito?- Talan levanto la mirada viendo a la mayor de sus hermanas, talla.
-productiva- sonrió subiendo los escalones del enorme pórtico. Su hermana solo levanto las cejas con expresión curiosa solo para después sonreír.
-asi que encontraste a tu pareja eh?- dejo caer sus brazos a los lado y camino hacia el para acariciar uno de los bien formados de su hermano- felicidades, algún avance?
-ella estará viniendo aquí, le dije que mis lindas hermanitas querían aprender costura y ella les enseñara- talla frunció el ceño.
-de donde sacaste seméjate idea? Porque diablos querríamos aprender costura? Tenemos quien haga nuestra ropa y sabemos lo suficiente como para encargarnos de los manteles y las cortinas, además aunque no sepamos costura aun sabemos lo suficiente de como llevar una casa hermanito, si no lo recuerdas tu solo te encargas de las finanzas- hablo como si ese fuera trabajo fácil, talan ya se esperaba que le dijesen algo así. Soltó una risita, conocía bien a sus leonas.
-es mi pareja háganla sentir aceptada, después me pondré todo lo que hagan- los ojos de su hermana se iluminaron.
-oh, en serio?- el sabia que si algo le gustaba a sus niñas era usarlo de muñeco, bien un pequeño sacrificio por una causa mas grande- ahora me voy a la cama, no cenare, solo quiero dormir y que llegue el día de mañana.
Talla asintió y le dio las buenas noches, el marcho a su habitación, al dia siguiente se levanto demasiado temprano e hizo fe a la frase “como león enjaulado” el hombre simplemente no dejaba de dar vueltas por todos lados, veía el reloj constantemente y aunque a sus hermanas eso les fastidiaba un poco era mas la gracia que les causaba, ellas aun no encontraban a su pareja, pero cuando lo hicieran esperaba que fueran humanos, de ser otro shiffer tendrían que mudarse de la casa, como alfa no podía imponerle a otro varón a talan en su casa, aunque seguro este intentaría que se quedaran.
Aun no eran las siete cuando talan ya paseaba por la ciudad, esperando que pronto pudiese ir donde la gitana, apenas el reloj de la catedral marcaba siete campanadas y el estaba haciendo tintinear la campanilla de la puerta de la tienda de milenka- buenas noches- saludo nada mas entrar con una deslumbrante sonrisa en los labios.
No le gustaba lo que estaba diciendo no la quería dejar ir pero sabia que tenia que hacerlo, ella era humana o por lo que le decía su olfato una variante de ella, sonrió para sus adentros. Quería conocer todo de su escurridiza pareja.
-quiero que me hagas la cuenta por las telas y por tus servicios, te pagare mañana cuando venga a buscarte esta bien?-pregunto tomando ambas manos y llevándolas a sus labios- a las siete mañana- anuncio usando toda su voluntad para separarse de la chica. Debía calmarse debía calmarse, como se sentía y por como actuaba alguien debía darle un premio a la consideración y la paciencia. Con una sonrisa se decidió por marcharse de una buena vez. Salió de la tienda e inhalo profundo fortaleciendo su decisión de retirarse. Regreso caminando a casa, necesitaba el ejercicio para calmar sus ansias, para cansar su cuerpo lo suficiente como para poder dormir y dado que no podia transformarse en medio de la calle y salir correr como deseaba tendría que conformarse con caminar en dos piernas.
La luna estaba en lo alto y brillaban las estrellas sobre el viñedo cuando volvió a casa, la casona era lujosa e impresionante, pero no por ello dejaba de ser increíblemente hogareña, esa casa era su hogar, lo había sido de sus padres y lo era para el y sus hermanas, no podía esperar a traer a su pareja a vivir con el, formar un lazo y ser una pareja real.
-que tal tu tarde hermanito?- Talan levanto la mirada viendo a la mayor de sus hermanas, talla.
-productiva- sonrió subiendo los escalones del enorme pórtico. Su hermana solo levanto las cejas con expresión curiosa solo para después sonreír.
-asi que encontraste a tu pareja eh?- dejo caer sus brazos a los lado y camino hacia el para acariciar uno de los bien formados de su hermano- felicidades, algún avance?
-ella estará viniendo aquí, le dije que mis lindas hermanitas querían aprender costura y ella les enseñara- talla frunció el ceño.
-de donde sacaste seméjate idea? Porque diablos querríamos aprender costura? Tenemos quien haga nuestra ropa y sabemos lo suficiente como para encargarnos de los manteles y las cortinas, además aunque no sepamos costura aun sabemos lo suficiente de como llevar una casa hermanito, si no lo recuerdas tu solo te encargas de las finanzas- hablo como si ese fuera trabajo fácil, talan ya se esperaba que le dijesen algo así. Soltó una risita, conocía bien a sus leonas.
-es mi pareja háganla sentir aceptada, después me pondré todo lo que hagan- los ojos de su hermana se iluminaron.
-oh, en serio?- el sabia que si algo le gustaba a sus niñas era usarlo de muñeco, bien un pequeño sacrificio por una causa mas grande- ahora me voy a la cama, no cenare, solo quiero dormir y que llegue el día de mañana.
Talla asintió y le dio las buenas noches, el marcho a su habitación, al dia siguiente se levanto demasiado temprano e hizo fe a la frase “como león enjaulado” el hombre simplemente no dejaba de dar vueltas por todos lados, veía el reloj constantemente y aunque a sus hermanas eso les fastidiaba un poco era mas la gracia que les causaba, ellas aun no encontraban a su pareja, pero cuando lo hicieran esperaba que fueran humanos, de ser otro shiffer tendrían que mudarse de la casa, como alfa no podía imponerle a otro varón a talan en su casa, aunque seguro este intentaría que se quedaran.
Aun no eran las siete cuando talan ya paseaba por la ciudad, esperando que pronto pudiese ir donde la gitana, apenas el reloj de la catedral marcaba siete campanadas y el estaba haciendo tintinear la campanilla de la puerta de la tienda de milenka- buenas noches- saludo nada mas entrar con una deslumbrante sonrisa en los labios.
Talan Leonhart- Cambiante Clase Alta
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Re: Caza [Privado]
Aquello era bastante extraño, ni siquiera se cuando fue la última vez que una persona de alta sociedad me había tratado de buena manera. Sin embargo lo acepte, sus ojos se veían bastante sinceros, quise abrazarlo antes de que saliera, besar su mejilla, pero aquello era imposible, no estaba dispuesta a verme como una atrevida, nadie había enseñado a sobrepasarme con las personas, además que era más salvaje.
Lo observé desde el cristal del local al marchar. Bajó la luz de la luna el color de su cabello resaltaba de manera brillante, se veía bastante encantador. Me di cuenta que el hombre me parecía atractivo y sentí el calor de mi cuerpo andar hasta las mejillas. Suspiré moviendo la cabeza con fuerza, bostece un par de veces y entonces me di cuenta que estaba tan cansada que no llegaría a dormir a la carpa. Me caminé a la puerta y coloqué el seguro. Conforme regresaba a la parte trasera fui apagando las velas del lugar, hasta adentrarme al cuarto del fondo. ahí tenía una pequeña cama para situaciones como estas. Ni siquiera había pasado un minuto cuando me quede completamente dormida.
Soñé con un grupo de mujeres con el cabello tan rubio como el de mi nuevo cliente, me miraban con desprecio, con enojo y se pasaban haciéndome toda clase de maldades para mantenerme alejada de él. Incluso culparme de ladrona, cosa que no era, podría morir de hambre pero jamás volvería a robar un trozo de pan. O bueno, no lo sabía, el hambre llega a convertirte de tal manera que podías hacer cualquier tontería.
Me levanté sobresaltada. Con mi cabello negro azabache pegado a mi cuerpo a causa del sudor por aquella pesadilla. Ya no quise dormir más, me di un baño en aquel lugar, y encontré un faldón largo color verde, una blusa a medio ombligo del mismo tono, no podían culparme y es que no era una chica que enseñara su cuerpo por maleducada, o por querer venderme, más bien lo hacía porque así eran nuestros ropajes, el ropaje de los gitanos. Empecé a coser los bordes de la tela que llevaría con Talan. El día sería muy cansado, y con las pesadillas que tenía nada ayudaría, pero de pronto aquel hombre había llegado, mi sonrisa se amplió por completo al tenerlo enfrente, quizás el cansancio valdría la pena.
Ni siquiera sabía la hora que era. Empecé a doblar las telas en la canasta, las colgué de mi brazo, y me acerqué a él sin dejar de sonreír. -Usted es bastante puntual caballero - Ladeé el rostro sintiendo como de nuevo este comenzaba a calentarse, seguramente me había vuelto a sonrojar. Me adelante a la puerta para abrirla y dejar que el saliera y cerrar el local con llave, Atenea seguramente llegaría más tarde para ayudarme. - Ahora debe guiarme a su hogar, espero que su pareja no se incomode por llevarme a ver sus cortinas - Comencé a caminar, a su lado, observando como el sol estaba comenzando a salir. Mis cabellos ahora estaban mojados por el reciente baño, esperaba que mi atuendo no le molestara. Comenzaba sentirme extraña.
Lo observé desde el cristal del local al marchar. Bajó la luz de la luna el color de su cabello resaltaba de manera brillante, se veía bastante encantador. Me di cuenta que el hombre me parecía atractivo y sentí el calor de mi cuerpo andar hasta las mejillas. Suspiré moviendo la cabeza con fuerza, bostece un par de veces y entonces me di cuenta que estaba tan cansada que no llegaría a dormir a la carpa. Me caminé a la puerta y coloqué el seguro. Conforme regresaba a la parte trasera fui apagando las velas del lugar, hasta adentrarme al cuarto del fondo. ahí tenía una pequeña cama para situaciones como estas. Ni siquiera había pasado un minuto cuando me quede completamente dormida.
Soñé con un grupo de mujeres con el cabello tan rubio como el de mi nuevo cliente, me miraban con desprecio, con enojo y se pasaban haciéndome toda clase de maldades para mantenerme alejada de él. Incluso culparme de ladrona, cosa que no era, podría morir de hambre pero jamás volvería a robar un trozo de pan. O bueno, no lo sabía, el hambre llega a convertirte de tal manera que podías hacer cualquier tontería.
Me levanté sobresaltada. Con mi cabello negro azabache pegado a mi cuerpo a causa del sudor por aquella pesadilla. Ya no quise dormir más, me di un baño en aquel lugar, y encontré un faldón largo color verde, una blusa a medio ombligo del mismo tono, no podían culparme y es que no era una chica que enseñara su cuerpo por maleducada, o por querer venderme, más bien lo hacía porque así eran nuestros ropajes, el ropaje de los gitanos. Empecé a coser los bordes de la tela que llevaría con Talan. El día sería muy cansado, y con las pesadillas que tenía nada ayudaría, pero de pronto aquel hombre había llegado, mi sonrisa se amplió por completo al tenerlo enfrente, quizás el cansancio valdría la pena.
Ni siquiera sabía la hora que era. Empecé a doblar las telas en la canasta, las colgué de mi brazo, y me acerqué a él sin dejar de sonreír. -Usted es bastante puntual caballero - Ladeé el rostro sintiendo como de nuevo este comenzaba a calentarse, seguramente me había vuelto a sonrojar. Me adelante a la puerta para abrirla y dejar que el saliera y cerrar el local con llave, Atenea seguramente llegaría más tarde para ayudarme. - Ahora debe guiarme a su hogar, espero que su pareja no se incomode por llevarme a ver sus cortinas - Comencé a caminar, a su lado, observando como el sol estaba comenzando a salir. Mis cabellos ahora estaban mojados por el reciente baño, esperaba que mi atuendo no le molestara. Comenzaba sentirme extraña.
Milenka Sandoje- Gitano
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Re: Caza [Privado]
-Es solo que no podía esperar mas para ver…- se callo automáticamente y negó dejando el resto de la frase en el aire, no debía presionar, no debía presionar, la muchacha no era un cambiaformas, ella no sabia sobre parejas o sobre el destino, ni siquiera estaba seguro de que si llegase a enterarse lo entendiera. El no queria mentirle a su pareja pero estaba teniendo un momento difícil al pensar en como le diría, cuando llegase el momento que ellos eran “pareja” según le habia contado su padre aunque su madre era una cambiaformas y no habia tenido ningún problema en emparejarse con ella y ser felices al parecer su abuelo habia estado emparejado con una humana, el había vivido menos de lo normal por esto. Sabia que seria la misma condena que el cargaría pero no era eso lo que le importaba. Según sabia su abuela no habia tomado bien su unión en un principio, su abuelo no le habia querido revelar el asunto de ser cambiaformas y además pareja hasta que estuviesen cazados, pero en su primera noche su animal interno abia vencido y habia mordido a su esposa para sellar la unión, que decir de cuando el nudo se formo… su abuela se abia asustado muchísimo y peor aun… aunque habia entendido por que habia sucedido todo y aceptado sin demasiado problema ella abia comenzado a deprimirse poco a poco. Despues de un tiempo en que su abuelo habia pensado que ella le despreciaba por ser un antinatural descubrieron que nada mas lejos de la verdad, las parejas no las arma el destino al azar, el destino jamas le hubiese dado una pareja prejuiciosa, pero si una insegura. Su abuela habia llegado a pensar que no era amada, si no solo aceptada, un mero accidente biológico, como si su abuelo solo hubiese aceptado estar con ella por ser “pareja” y no por amor… el no queria que su pareja jamas llegase a sentirse no amada…
La mención de una pareja le crispo y le golpeo fuertemente, como un gancho en el estomago que le dejo sin habla, una pareja, su pareja queria verlo con otra? Ella era su pareja acaso lo estaba rechazando? Negando el destino??!! Su animal interno rugió en su interior, por suerte logro reaccionar a tiempo, debía calmarse no era a esa clase de “pareja” a la que se refería la muchacha, ella posiblemente estaba refiriéndose a una esposa… creía haber dejado claro que el no era casado, acaso no lo había hecho?? Sonrió para sus adentros, su preciosa niña estaría intentando hondar en su vida? Averiguar discretamente si estaba ocupado? No era necesario decir que el pensamiento dibujaba una esplendorosa sonrisa en su rostro- no se exactamente a que se refiere pero no soy casado ni tengo prometida o similar si es a lo que se refiere, solo somos mis hermanas y yo- la observo con fascinación- al menos hasta ahora….- llegando hasta su coche y tomando las telas que ella llevaba- permítame- hablo también tendiéndole la mano para subir al coche- acomodo las telas y también subio, emprendiendo el viaje al viñedo- mi casa esta a una distancia algo retirada dada nuestra forma de vida- hablo haciendo referencia al viñedo, pero implícitamente también pensando en que eran cambiaformas que necesitaban correr periódicamente para ser felices.
El recorrido duro una media hora, después de esto las puertas de la casona se alcanzaron a ver, era una antigua, enorme y hermosa construcción, a pesar de su tamaño parecía hogareña. Los últimos rayos de sol se estaban escondiendo en el firmamento, talan ayudo a la joven a bajar del carruaje y sonrió al ver a su curiosas leonas dispersas por el enorme recibidor, el sol les daba de lleno, a todo león le gustaba tomar el sol y sus hermanas no eran la excepción pero sabia que en esta ocasión no era ese su motivo para estar ahí- ven voy a presentarte a mis hermanas- le dijo a la joven, con cierta emoción en la voz mientras la tomaba de la mano y la guiaba como si fuese la cosa mas natural- Pequeñas, les presento a Milenka, la señorita va a enseñarles costura, sean educadas- las caras curiosas no se hicieron esperar, las cinco jóvenes la observaban con mal disimulada curiosidad, las tres rubias y con unos preciosos ojos melados la observaban fijamente, parecía que cada una era mas hermosa que la anterior, la decidida Talla estaba parada junto a la puerta, Trisha contra un pilar, Trina en una mecedora, Tia estaba sentada en uno de los escalones y en un sillón de campo Tina la mas pequeña de apenas unos 15 años los observaba, la joven dibujo una sonrisa traviesa en su rostro y miro a su mandón hermano mayor.
-Talan puedo vestirme como ella?- señalando las reveladoras ropas, talan sabia perfectamente que su traviesa hermana queria ponerlo en dificultades solo por molestar, pero el simplemente sonrio.
- posiblemente si pudieses luciera igual de bien pequeña, pero dado que lo dudo, no creo que sea posible- contesto simplemente, el resto de las chicas rio un poco sabiendo que la mocosa se tenia bien merecida la respuesta. Tala, la mayor se acerco entonces.
-No le prestes atención- le hablo a la obviamente gitana- es una chiquilla traviesa, soy talla, ellas con Trisha, Trina, Tia y la insolente es Tina, estamos encantadas de que aceptases venir- y no precisamente a que les enseñara, ver a tallan intentar ser un “dulce caballero” era suficiente pago- no te preocupes si no puedes identificarnos por nuestros nombres al principio, te acostumbraras, quedamos en tus capaces manos- y talan hizo una nota mentar de comprarle algo muy muy caro a su preciosa Talla.
La mención de una pareja le crispo y le golpeo fuertemente, como un gancho en el estomago que le dejo sin habla, una pareja, su pareja queria verlo con otra? Ella era su pareja acaso lo estaba rechazando? Negando el destino??!! Su animal interno rugió en su interior, por suerte logro reaccionar a tiempo, debía calmarse no era a esa clase de “pareja” a la que se refería la muchacha, ella posiblemente estaba refiriéndose a una esposa… creía haber dejado claro que el no era casado, acaso no lo había hecho?? Sonrió para sus adentros, su preciosa niña estaría intentando hondar en su vida? Averiguar discretamente si estaba ocupado? No era necesario decir que el pensamiento dibujaba una esplendorosa sonrisa en su rostro- no se exactamente a que se refiere pero no soy casado ni tengo prometida o similar si es a lo que se refiere, solo somos mis hermanas y yo- la observo con fascinación- al menos hasta ahora….- llegando hasta su coche y tomando las telas que ella llevaba- permítame- hablo también tendiéndole la mano para subir al coche- acomodo las telas y también subio, emprendiendo el viaje al viñedo- mi casa esta a una distancia algo retirada dada nuestra forma de vida- hablo haciendo referencia al viñedo, pero implícitamente también pensando en que eran cambiaformas que necesitaban correr periódicamente para ser felices.
El recorrido duro una media hora, después de esto las puertas de la casona se alcanzaron a ver, era una antigua, enorme y hermosa construcción, a pesar de su tamaño parecía hogareña. Los últimos rayos de sol se estaban escondiendo en el firmamento, talan ayudo a la joven a bajar del carruaje y sonrió al ver a su curiosas leonas dispersas por el enorme recibidor, el sol les daba de lleno, a todo león le gustaba tomar el sol y sus hermanas no eran la excepción pero sabia que en esta ocasión no era ese su motivo para estar ahí- ven voy a presentarte a mis hermanas- le dijo a la joven, con cierta emoción en la voz mientras la tomaba de la mano y la guiaba como si fuese la cosa mas natural- Pequeñas, les presento a Milenka, la señorita va a enseñarles costura, sean educadas- las caras curiosas no se hicieron esperar, las cinco jóvenes la observaban con mal disimulada curiosidad, las tres rubias y con unos preciosos ojos melados la observaban fijamente, parecía que cada una era mas hermosa que la anterior, la decidida Talla estaba parada junto a la puerta, Trisha contra un pilar, Trina en una mecedora, Tia estaba sentada en uno de los escalones y en un sillón de campo Tina la mas pequeña de apenas unos 15 años los observaba, la joven dibujo una sonrisa traviesa en su rostro y miro a su mandón hermano mayor.
-Talan puedo vestirme como ella?- señalando las reveladoras ropas, talan sabia perfectamente que su traviesa hermana queria ponerlo en dificultades solo por molestar, pero el simplemente sonrio.
- posiblemente si pudieses luciera igual de bien pequeña, pero dado que lo dudo, no creo que sea posible- contesto simplemente, el resto de las chicas rio un poco sabiendo que la mocosa se tenia bien merecida la respuesta. Tala, la mayor se acerco entonces.
-No le prestes atención- le hablo a la obviamente gitana- es una chiquilla traviesa, soy talla, ellas con Trisha, Trina, Tia y la insolente es Tina, estamos encantadas de que aceptases venir- y no precisamente a que les enseñara, ver a tallan intentar ser un “dulce caballero” era suficiente pago- no te preocupes si no puedes identificarnos por nuestros nombres al principio, te acostumbraras, quedamos en tus capaces manos- y talan hizo una nota mentar de comprarle algo muy muy caro a su preciosa Talla.
Talan Leonhart- Cambiante Clase Alta
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Re: Caza [Privado]
Me quede en silencio en el trayecto a su casa, miraba por el ventanal del carruaje, podía sentir su mirada sobre mi, en ocasiones me daba escalofríos pues sabía lo profundo que aquello era, cerré los ojos por unos momentos para estar concentrada y no ponerme nerviosa. Debía pensar que era un cliente que por fortuna había encontrado, que me estaba dando buen trabajo, que era amable, y que debía mantenerlo contento, lo que no entendía era porque me miraba tanto, sentía como si… Como si disfrutara verme, como si aquello lo hacía porque no había nada más, cómo si quisiera decirme algo con la mirada. Suspiré profundamente para calmar mi ansia, era como… Como si me deseara y ni siquiera me conocía. Aquel ultimo pensamiento nubló mi vista, me puso completamente nerviosa.
Di gracias al notar que ya habíamos llegado, la casa era bastante grande, imponente. Me sentí demasiado pequeña, yo simplemente vivía en una carpa, una carpa amplia pero a fin de cuenta carpa. Me bajé y estuve a punto de ir por mi bolsa de telas y seguir al chofer cuando Talan me tomó la mano. Parpadeé varias veces sin poder comprender sus maneras de tratarme. Al entrar, ver a sus hermanas, y que quisiera presentármelas me hizo sentir mucho nervio, incluso mi cuerpo comenzó a temblar - Señor… por favor, no me haga eso - Me sentía demasiado apenada, abochornada, nadie en su sano juicio le presenta a sus hermanas a la servidumbre, sin embargo el parecía tan emocionado que consternaba.
Todas ellas eran tan bellas que de nuevo me sentí poca cosa. El comentario de la más pequeña me hizo sonrojar demasiado, solté con brusquedad a Talan cubriéndome las partes expuestas con los brazos. Lo miré de reojo, esta situación no me gustaba me hacía sentir incomoda. Observar a las demás y que me confortaran me hizo sentir un poco menos mal, al verlas acercarse mi instinto me hizo querer refugiarme. Estiré mis manos para tomar las prendas de Talan y me acerqué a él sin pensarlo, y lo abracé con fuerza, queriendo que me diera protección, me sentía demasiado expuesta en ese momento. Quería que me abrazará, que me protegiera, que me dijera que todo estaría bien. Cuando me di cuenta que lo tenía con fuerza lo volví a soltar, baje la mirada de nuevo apenada. - Lo lamento - Susurré.
Hice una reverencia a cada una de las presentes - Un placer, mi nombre es Milenka - Hice una pequeña presentación - Será un placer enseñarles pero deberá ser después de que termine las cortinas de su casa, espero no les moleste - Me disculpe, giré un poco mi cuerpo el chofer había dejado la canasta de telas a unos escasos pasos de distancia. Sonreí y me acerqué para tomarlo - Deben disculparme, pero empezaré los deberes no puedo irme sola tan tarde - Le sonreí con la cesta en mis manos, me hice rápidamente hacía atrás y comencé a buscar la entrada trasera, que era la que los trabajadores siempre debemos utilizar.
Me quedé parada aun sintiendo las miradas de todos, incluyendo de Talan - ¿Puede decirme por donde empiezo? - No pudo evitar sonreírle de manera amplia, por primera vez me topa con sus ojos sin titubear, sentí que algo dentro de mi daba un vuelco, sostuve la canasta de telas con una mano, no pesaba demasiado, y estiré mi otra mano para pedirle la suya, quería que me acompañara él, nadie más que él ese primer día en su casa. No me importó que sus hermanas nos vieran, y su contacto era cálido, no precisamente por su temperatura corporal más bien porque me hacía sentir cómoda, a gusto.
Di gracias al notar que ya habíamos llegado, la casa era bastante grande, imponente. Me sentí demasiado pequeña, yo simplemente vivía en una carpa, una carpa amplia pero a fin de cuenta carpa. Me bajé y estuve a punto de ir por mi bolsa de telas y seguir al chofer cuando Talan me tomó la mano. Parpadeé varias veces sin poder comprender sus maneras de tratarme. Al entrar, ver a sus hermanas, y que quisiera presentármelas me hizo sentir mucho nervio, incluso mi cuerpo comenzó a temblar - Señor… por favor, no me haga eso - Me sentía demasiado apenada, abochornada, nadie en su sano juicio le presenta a sus hermanas a la servidumbre, sin embargo el parecía tan emocionado que consternaba.
Todas ellas eran tan bellas que de nuevo me sentí poca cosa. El comentario de la más pequeña me hizo sonrojar demasiado, solté con brusquedad a Talan cubriéndome las partes expuestas con los brazos. Lo miré de reojo, esta situación no me gustaba me hacía sentir incomoda. Observar a las demás y que me confortaran me hizo sentir un poco menos mal, al verlas acercarse mi instinto me hizo querer refugiarme. Estiré mis manos para tomar las prendas de Talan y me acerqué a él sin pensarlo, y lo abracé con fuerza, queriendo que me diera protección, me sentía demasiado expuesta en ese momento. Quería que me abrazará, que me protegiera, que me dijera que todo estaría bien. Cuando me di cuenta que lo tenía con fuerza lo volví a soltar, baje la mirada de nuevo apenada. - Lo lamento - Susurré.
Hice una reverencia a cada una de las presentes - Un placer, mi nombre es Milenka - Hice una pequeña presentación - Será un placer enseñarles pero deberá ser después de que termine las cortinas de su casa, espero no les moleste - Me disculpe, giré un poco mi cuerpo el chofer había dejado la canasta de telas a unos escasos pasos de distancia. Sonreí y me acerqué para tomarlo - Deben disculparme, pero empezaré los deberes no puedo irme sola tan tarde - Le sonreí con la cesta en mis manos, me hice rápidamente hacía atrás y comencé a buscar la entrada trasera, que era la que los trabajadores siempre debemos utilizar.
Me quedé parada aun sintiendo las miradas de todos, incluyendo de Talan - ¿Puede decirme por donde empiezo? - No pudo evitar sonreírle de manera amplia, por primera vez me topa con sus ojos sin titubear, sentí que algo dentro de mi daba un vuelco, sostuve la canasta de telas con una mano, no pesaba demasiado, y estiré mi otra mano para pedirle la suya, quería que me acompañara él, nadie más que él ese primer día en su casa. No me importó que sus hermanas nos vieran, y su contacto era cálido, no precisamente por su temperatura corporal más bien porque me hacía sentir cómoda, a gusto.
Milenka Sandoje- Gitano
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Re: Caza [Privado]
A talan le parecía que todo iba bien, pero cuando sus hermanas comenzaron a acercarse su pareja corrió como un conejillo asustado, frunció el ceño y les dirigió una mirada dura a sus hermanas, ellas eran las cazadoras del grupo y moviéndose como lo hacían ciertamente soltaban un aura amenazante.
“contrólense!!”
Les indico mentalmente y sus hermanas se detuvieron nerviosas y con una sonrisa de millón de dólares en sus rostros, aquella sonrisita de niñas buenas que ponían cada que querían ser perdonadas y el solo negro frunciendo el ceño. Ellas debían ser consientes de que la chica era humana, tenían que controlar aquella aura animal que emitían…comenzaba a entender por que ninguna estaba comprometida. Escucho las disculpas de la muchacha y le sonrió gentilmente.
-no te disculpes, esta bien, te agradezco que tomases el trabajo mis hermanas pueden dar miedo a veces- puso una mano en su mejilla- si de alguna forma te intimidan ven a mi y las pondré en su lugar esta bien?- y sus hermanas como clones levantaron cada una una ceja al mismo tiempo, después no pudieron evitar reír.
-te pego duro hermanito- se burlo la mas pequeña, pero solo una mirada de talan la hizo callar nuevamente y desviar la mirada- quiero decir, amm tendremos cuidado de no asustarla.
Ellas asintieron ante la presentación, talla estaba apunto de ofrecerle ayuda, al menos cortinas ellas podían hacer y siendo mas podrían terminar pronto y que fuese a casa sana y salva, pero solo ver le gesto que hacia la muchacha supo que no debía intervenir, le sonrió a sus hermanas y estas sonrieron también, parecía que su hermano estaba haciendo buenos avances.
-ven te mostrare la casa, te mostrare las ventanas y podrás tener una idea de que tanto trabajo tienes- ladeo el rostro- aunque creo que será bastante, después te mostrare mi estudio, siempre puedes encontrarme ahí- y al decirlo se dio cuenta de algo, el cuadro de milenka estaba en su estudio!- Talla mientras le muestro la casa puedes ver que todo este en orden en mi estudio?- talla asintió y talan supo que podía esta tranquilo, ella era la única confiable por ahí.
“contrólense!!”
Les indico mentalmente y sus hermanas se detuvieron nerviosas y con una sonrisa de millón de dólares en sus rostros, aquella sonrisita de niñas buenas que ponían cada que querían ser perdonadas y el solo negro frunciendo el ceño. Ellas debían ser consientes de que la chica era humana, tenían que controlar aquella aura animal que emitían…comenzaba a entender por que ninguna estaba comprometida. Escucho las disculpas de la muchacha y le sonrió gentilmente.
-no te disculpes, esta bien, te agradezco que tomases el trabajo mis hermanas pueden dar miedo a veces- puso una mano en su mejilla- si de alguna forma te intimidan ven a mi y las pondré en su lugar esta bien?- y sus hermanas como clones levantaron cada una una ceja al mismo tiempo, después no pudieron evitar reír.
-te pego duro hermanito- se burlo la mas pequeña, pero solo una mirada de talan la hizo callar nuevamente y desviar la mirada- quiero decir, amm tendremos cuidado de no asustarla.
Ellas asintieron ante la presentación, talla estaba apunto de ofrecerle ayuda, al menos cortinas ellas podían hacer y siendo mas podrían terminar pronto y que fuese a casa sana y salva, pero solo ver le gesto que hacia la muchacha supo que no debía intervenir, le sonrió a sus hermanas y estas sonrieron también, parecía que su hermano estaba haciendo buenos avances.
-ven te mostrare la casa, te mostrare las ventanas y podrás tener una idea de que tanto trabajo tienes- ladeo el rostro- aunque creo que será bastante, después te mostrare mi estudio, siempre puedes encontrarme ahí- y al decirlo se dio cuenta de algo, el cuadro de milenka estaba en su estudio!- Talla mientras le muestro la casa puedes ver que todo este en orden en mi estudio?- talla asintió y talan supo que podía esta tranquilo, ella era la única confiable por ahí.
Talan Leonhart- Cambiante Clase Alta
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Re: Caza [Privado]
Me despedí de cada una de las jovencitas con una leve inclinación de cabeza, en el trayecto a la casa, cargaba con firmeza la canasta de telas, estaba tan nerviosa que incluso sentía como se hundían mis dedos en el material. Por extraña razón, sentía que aquellas mujeres no nos dejaban de ver, estaba a punto de salir corriendo, inventarme un pretexto, lo que fuera para no sentirme tan intimidada. Cuando llegamos a la puerta principal me relajé un poco, sonreí por escasos segundos, y luego volteé de nuevo a verlo. - ¿Podría dejarme pasar a su baño? - Pregunté con cordialidad. Sólo esperé a que me indicará donde podía pasar.
Cuando recibí la ubicación del baño. No dejé mi canasta con él, me metí con ella y me sorprendí del gran baño que tenía. Era muchísimo más grande que mi carpa, y eso que la compartía. Me observé en el espejo, después llené de agua mi rostro, y al final, saqué la tela más pequeña para enrollármela en el cuarto. Le hice un especie de nudo en el hombro, y todo mi cuerpo ahora estaba perfectamente cubierto. No habría problema alguno con las hermanas de Talan, yo había sido la tonta que había creído que mis ropas no importaría, de hecho, debía respetar aquel lugar si sus costumbres eran conservadoras.
Salí del baño toda cubierta, menos el rostro y el cuello. Le sonreí demasiado tímida, y me acerqué hasta sentir como nuestros codos se rozaban - Ahora si, ya soy digna de estar aquí - Susurré para él. Seguí observando la gran casona con detenimiento, era muy bonita, muy grande, llena de cuadros de ellos, y dos señores que no tenía idea quienes eran, seguramente eran sus padres. - Es muy hermosa su casa señor, gracias por invitarme, le prometo hacer un trabajo digno de ustedes - Y avancé a su lado, sintiendo como disfrutaba de tenerlo a un lado, como su presencia me daba seguridad.
Lo observé de reojo pues le gustaba contemplar ese rostro tan masculino - Ellas me intimidad… espero no le moleste que mande a alguien para enseñarles de costura en lo que yo trabajo en su casa… Me gustaría poder tener tiempo para encontrarlo de vez en cuando, si me permite claro, y no interfiere con sus negocios - Prefería conocerle a él, por extraña razón mi corazón quería que me enfocara sólo en el caballero, algo tenía que era un misterio para mi que quería descubrir.
Observaba las grandes ventanas del lugar, eran amplias, y se requeriría mucha tela, tendría que mandar a pedir mucha, y de hecho, tardaría como un mes en realizar todo el trabajo - Si lo hago yo… tardaría un mes en hacer todo… ¿No cree que será mucho? Puedo traer conmigo a alguien y en quince días estaría todo listo señor - Le volvió a sonreír con inocencia, con encanto. - ¿Me enseñará su estudio?, tengo muchas ganas de conocerlo, dicen que el estudio de un hombre puede decir muchas cosas al respecto. Me pregunto si es cierto en su caso - Por fin dejaba la canasta de telas a un lado, pesaban demasiado. Me acerqué a él y con las puntas me impulse para besar su mejilla - Gracias por las atenciones - Me separé rápidamente mirando a los ventanales.
Cuando recibí la ubicación del baño. No dejé mi canasta con él, me metí con ella y me sorprendí del gran baño que tenía. Era muchísimo más grande que mi carpa, y eso que la compartía. Me observé en el espejo, después llené de agua mi rostro, y al final, saqué la tela más pequeña para enrollármela en el cuarto. Le hice un especie de nudo en el hombro, y todo mi cuerpo ahora estaba perfectamente cubierto. No habría problema alguno con las hermanas de Talan, yo había sido la tonta que había creído que mis ropas no importaría, de hecho, debía respetar aquel lugar si sus costumbres eran conservadoras.
Salí del baño toda cubierta, menos el rostro y el cuello. Le sonreí demasiado tímida, y me acerqué hasta sentir como nuestros codos se rozaban - Ahora si, ya soy digna de estar aquí - Susurré para él. Seguí observando la gran casona con detenimiento, era muy bonita, muy grande, llena de cuadros de ellos, y dos señores que no tenía idea quienes eran, seguramente eran sus padres. - Es muy hermosa su casa señor, gracias por invitarme, le prometo hacer un trabajo digno de ustedes - Y avancé a su lado, sintiendo como disfrutaba de tenerlo a un lado, como su presencia me daba seguridad.
Lo observé de reojo pues le gustaba contemplar ese rostro tan masculino - Ellas me intimidad… espero no le moleste que mande a alguien para enseñarles de costura en lo que yo trabajo en su casa… Me gustaría poder tener tiempo para encontrarlo de vez en cuando, si me permite claro, y no interfiere con sus negocios - Prefería conocerle a él, por extraña razón mi corazón quería que me enfocara sólo en el caballero, algo tenía que era un misterio para mi que quería descubrir.
Observaba las grandes ventanas del lugar, eran amplias, y se requeriría mucha tela, tendría que mandar a pedir mucha, y de hecho, tardaría como un mes en realizar todo el trabajo - Si lo hago yo… tardaría un mes en hacer todo… ¿No cree que será mucho? Puedo traer conmigo a alguien y en quince días estaría todo listo señor - Le volvió a sonreír con inocencia, con encanto. - ¿Me enseñará su estudio?, tengo muchas ganas de conocerlo, dicen que el estudio de un hombre puede decir muchas cosas al respecto. Me pregunto si es cierto en su caso - Por fin dejaba la canasta de telas a un lado, pesaban demasiado. Me acerqué a él y con las puntas me impulse para besar su mejilla - Gracias por las atenciones - Me separé rápidamente mirando a los ventanales.
Milenka Sandoje- Gitano
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Re: Caza [Privado]
Se sintió mejor cuando se alejaron de sus hermanas, ellas estaban incomodando a la chica eso no era bueno… eso iba a ser un problema, si ella iba a trabajar con sus hermanas, entonces no podía estar tan incomoda todo el tiempo, tal vez no era una buena idea. Sus hermanas no podían cambiar su naturaleza… que había hecho que la naturaleza le diese una pareja que no soportaba el aura de sus hermanas? Bien el destino no se equivocaba, el podía sentirlo, la necesitaba cerca, el jalón era fuerte, lo llamaba hacia ella.
La joven le pidió por el baño y el asintió guiándola al mas cercano, se quedo afuera esperando, cuando lo hizo se giro a verla con una sonrisa, pero su desconcierto no paso desapercibido en su rostro, ella había cambiado- usted siempre lo ah sido….- hablo caminando con ella, no dijo nada, la siguió escuchando y asintió cuando hablo de enviar a alguien mas, solo esperaba que sus adoradas hermanas no fuesen a saltar sobre ese alguien o tendría que castigar a varias niñas en esa casa. Que terminara antes no le agradaba pero tenia que comprenderla- lo dejo a su criterio- asintió- yo le eh confiado el trabajo y confió en su criterio- había algo que seguía rondándole en la cabeza, ella pidió ir a su estudio y el espero que sus hermanas hubiesen hecho el rebajo. Asintió y le tendió el brazo guiándola, ella parecía ser mas cercana a el en el poco tiempo que llevaban de conocerse, eso estaba bien. Abrió la puerta del estudio y sintió el alivio inundarlo al ver en la parte trasera de su escritorio donde colgaba un gran espejo, solo el reflejo de la pared, no estaba mas el reflejo del bello cuadro que normalmente tenia sobre las puertas- pase- le hablo, el estudio tenia enormes ventanales también, a el le gustaba el sol, todo estaba limpio pero se notaba que los libros en los estantes hacia mucho no los tocaban, diferentes a los archivos que en la parte inferior de los mismos parecían algo desgastados, la mayoría parecía ordenado solo algunas hojas sueltas sobre el escritorio. La chimenea estaba apagada, pero se notaba que la usaban a menudo cuando el frio era intenso. Pero por encima de todo, resaltaban los tallados, en el cortinero, el libreto, los separadores de libros, el escritorio, la puerta, en todos lados había tallados de leones.
Estaba dentro cuando tomo la mano de la joven para llamar su atención- hay algo…que quiero decirle, sobre… este cambio, no me agrada que crea que debe acoplarse a nosotros, soy yo quien le ah solicitado sus servicios, soy yo el que pide por algo que yo no tengo, soy yo quien le necesita. No hay razón para que crea que no es digna de estar aquí, me gusta verla con sus ropas normales- sonrió- tan libre como las mariposas, no cambie eso solo por que cree que no es adecuado.
La joven le pidió por el baño y el asintió guiándola al mas cercano, se quedo afuera esperando, cuando lo hizo se giro a verla con una sonrisa, pero su desconcierto no paso desapercibido en su rostro, ella había cambiado- usted siempre lo ah sido….- hablo caminando con ella, no dijo nada, la siguió escuchando y asintió cuando hablo de enviar a alguien mas, solo esperaba que sus adoradas hermanas no fuesen a saltar sobre ese alguien o tendría que castigar a varias niñas en esa casa. Que terminara antes no le agradaba pero tenia que comprenderla- lo dejo a su criterio- asintió- yo le eh confiado el trabajo y confió en su criterio- había algo que seguía rondándole en la cabeza, ella pidió ir a su estudio y el espero que sus hermanas hubiesen hecho el rebajo. Asintió y le tendió el brazo guiándola, ella parecía ser mas cercana a el en el poco tiempo que llevaban de conocerse, eso estaba bien. Abrió la puerta del estudio y sintió el alivio inundarlo al ver en la parte trasera de su escritorio donde colgaba un gran espejo, solo el reflejo de la pared, no estaba mas el reflejo del bello cuadro que normalmente tenia sobre las puertas- pase- le hablo, el estudio tenia enormes ventanales también, a el le gustaba el sol, todo estaba limpio pero se notaba que los libros en los estantes hacia mucho no los tocaban, diferentes a los archivos que en la parte inferior de los mismos parecían algo desgastados, la mayoría parecía ordenado solo algunas hojas sueltas sobre el escritorio. La chimenea estaba apagada, pero se notaba que la usaban a menudo cuando el frio era intenso. Pero por encima de todo, resaltaban los tallados, en el cortinero, el libreto, los separadores de libros, el escritorio, la puerta, en todos lados había tallados de leones.
Estaba dentro cuando tomo la mano de la joven para llamar su atención- hay algo…que quiero decirle, sobre… este cambio, no me agrada que crea que debe acoplarse a nosotros, soy yo quien le ah solicitado sus servicios, soy yo el que pide por algo que yo no tengo, soy yo quien le necesita. No hay razón para que crea que no es digna de estar aquí, me gusta verla con sus ropas normales- sonrió- tan libre como las mariposas, no cambie eso solo por que cree que no es adecuado.
Talan Leonhart- Cambiante Clase Alta
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Re: Caza [Privado]
Milenka sentía un gran alivio estando simplemente con él. Por extraño que pareciera se sentía protegida, se sentía como si estuviera en casa, aunque aquello era extraño dado que nunca tuvo una casa fija, sin embargo todos aquellos sentimientos y comodidades se trataban de confianzas que aun no podía estar dándose el lujo de tener. La joven sonreía con soltura, incluso con familiaridad, como si lo único que supiera hacer era sonreír. Le quiso agradecer de mil maneras, incluso quiso colgarse de su cuello dándole un fuerte e intimo abrazo. Los sentimientos comenzaban a hacerla sentir nerviosa, un nerviosismo que pocas veces había experimentado, y que en algunas ocasiones no era para bien, pero estando Talan a su lado, sabía que todo estaba bien, que no había que temer.
Observó el gran estudio, pero su mirada detallaba cada detalle de manera meticulosa, nunca había estado en un lugar tan privilegiado, quizás por eso no se sentía completamente digna. Dado que trabajaría para él varios meses, tendría que acostumbrarse, pues de no hacerlo el trabajo no sería agradable. Escuchó sus palabras, sintió su tacto cálido, y una especie de nerviosismo recorrió su espina dorsal haciendo que su piel se erizará. - Gracias - Susurró de manera muy baja. - Le prometo vestir como comúnmente lo hago, le prometo sentirme a gusto.- Se tomó unos momentos para reflexionar -Le pido también una disculpa por lo acontecido con sus hermanas, es que no supe como manejar la situación - Su nervio le jugó por unos momentos malas pasadas. - Es que, la manera en que me miraban era extraña, como si me conocieran, como si me estuvieran esperando - Suspiró profundamente - Aprendí a leer e identificar el aura en las personas, las de ellas estaban inquietas, emocionadas, y lo miraban a usted con alegría, y luego a mi, y luego a usted, es como si supieran algo que yo aun no lo sé - Milenka se cayó de inmediato, quizás la vería como una loca, quizás pensaría que estaba mal, pero al menos ella no quería guardar ningún pensamiento para con él, quería serle sincera.
Lo soltó de manera sonriente, y se acercó a los libreros, sus manos se alzaron, quería tocar cada uno de esos libros, sin embargo, no podía, era demasiado el privilegio que estaba sintiendo que de tocar algunas cosas, podría romper la situación. Lo volteó a ver de reojo, con una sonrisa amplia y ligeramente tímida - ¿Acaso usted también me esperaba? - Ella no era tonta, para nada que lo era, de hecho la vida le había enseñado a conocer las situaciones ocultas de las palabras, de las miradas, por eso, Milenka se sentía parte del lugar, por eso sentía que ella había sido invitada porque quizás también podría pertenecer a ese lugar, y su nueva tarea era averiguar.
Observó el gran estudio, pero su mirada detallaba cada detalle de manera meticulosa, nunca había estado en un lugar tan privilegiado, quizás por eso no se sentía completamente digna. Dado que trabajaría para él varios meses, tendría que acostumbrarse, pues de no hacerlo el trabajo no sería agradable. Escuchó sus palabras, sintió su tacto cálido, y una especie de nerviosismo recorrió su espina dorsal haciendo que su piel se erizará. - Gracias - Susurró de manera muy baja. - Le prometo vestir como comúnmente lo hago, le prometo sentirme a gusto.- Se tomó unos momentos para reflexionar -Le pido también una disculpa por lo acontecido con sus hermanas, es que no supe como manejar la situación - Su nervio le jugó por unos momentos malas pasadas. - Es que, la manera en que me miraban era extraña, como si me conocieran, como si me estuvieran esperando - Suspiró profundamente - Aprendí a leer e identificar el aura en las personas, las de ellas estaban inquietas, emocionadas, y lo miraban a usted con alegría, y luego a mi, y luego a usted, es como si supieran algo que yo aun no lo sé - Milenka se cayó de inmediato, quizás la vería como una loca, quizás pensaría que estaba mal, pero al menos ella no quería guardar ningún pensamiento para con él, quería serle sincera.
Lo soltó de manera sonriente, y se acercó a los libreros, sus manos se alzaron, quería tocar cada uno de esos libros, sin embargo, no podía, era demasiado el privilegio que estaba sintiendo que de tocar algunas cosas, podría romper la situación. Lo volteó a ver de reojo, con una sonrisa amplia y ligeramente tímida - ¿Acaso usted también me esperaba? - Ella no era tonta, para nada que lo era, de hecho la vida le había enseñado a conocer las situaciones ocultas de las palabras, de las miradas, por eso, Milenka se sentía parte del lugar, por eso sentía que ella había sido invitada porque quizás también podría pertenecer a ese lugar, y su nueva tarea era averiguar.
Milenka Sandoje- Gitano
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Re: Caza [Privado]
A el no le sorprendía nada de lo que le dijese, el ya sabia que su pareja era algo especial sin duda! Continuo caminando mientras la escuchaba, era bueno que ella entendiera de ese tipo de cosas, seria mas fácil cuando tuviese que revelarle que clase de criatura era- por supuesto que si, todos aquí te esperábamos- soltó con naturalidad, ellos habían estado esperando, el había estado esperando toda su vida por su pareja desde que sabia qu tenia una y sus hermanas por supuesto habían esperado con ansias ver quien seria la que pusiera su mundo de cabeza o “el” que pusiera su mundo de cabeza, uno jamás sabia con que lo emparejaría el destino pero habia deseado obtener lo que fuese que estuviese destinado para el y como habia supuesto la vida le habia puesto al ser perfecto frente a si y era suya, completamente suya- quiero decir hablamos ayer y sabíamos que vendría, no recibimos muchas visitas asi que disculpa si parecemos algo ansiosos- hablo tanto por el como por sus hermanas. No creía prudente llegar y decirle “hoy soy talan soy un shiffer y por lo que persivo eres u la pareja con quien pasare toda mi vida” eso podría ser algo…perturbador.
Caminaron un poco mas, y talan tomo la manija de la puerta de su estudio, tuvo un segundo de duda antes de abrirlo, esperando que sus hermanas hubiesen hecho lo que debían quitando el cuadro. Tomo una respiración onda y abrió la puerta, el alma le regreso al cuerpo al ver que en el espejo que reflejaba la pared sobre la puerta el cuadro de milenka no se reflejaba. Talla era una molestia en muchas ocasiones, su hermana era muy dominante y prácticamente la voz de odas sus hermanas, pero no sabia que haría sin ella. Giro la vista a su invitada abriéndole la puerta por completo e indicándole que pasara.
- Este es mi estudio, es donde mas tiempo paso, adelante- la habitación era amplia y olia a madera, habia un mini bar en una de las esquinas y un librero repleto de encuadernados, habia libros pero sobre todo encuadernados. Seguramente los registros del viñedo, la habitación estaba iluminada y nada tenían que ver con el candelabro en el echo o la chimenea, era producto del enorme ventanal que aun dejaba entrar la claridad exterior- mandare a encender los candelabros esta ya oscureciendo, he pensado que dado su horario lo mas indicado es que pasara una hora con ellas, cenara con nosotros y el chofer puede llevarle de vuelta a su casa… no quisiera que fuera por ahí sola- con gusto iría el pero no quería que se notara su desesperado interés.
Caminaron un poco mas, y talan tomo la manija de la puerta de su estudio, tuvo un segundo de duda antes de abrirlo, esperando que sus hermanas hubiesen hecho lo que debían quitando el cuadro. Tomo una respiración onda y abrió la puerta, el alma le regreso al cuerpo al ver que en el espejo que reflejaba la pared sobre la puerta el cuadro de milenka no se reflejaba. Talla era una molestia en muchas ocasiones, su hermana era muy dominante y prácticamente la voz de odas sus hermanas, pero no sabia que haría sin ella. Giro la vista a su invitada abriéndole la puerta por completo e indicándole que pasara.
- Este es mi estudio, es donde mas tiempo paso, adelante- la habitación era amplia y olia a madera, habia un mini bar en una de las esquinas y un librero repleto de encuadernados, habia libros pero sobre todo encuadernados. Seguramente los registros del viñedo, la habitación estaba iluminada y nada tenían que ver con el candelabro en el echo o la chimenea, era producto del enorme ventanal que aun dejaba entrar la claridad exterior- mandare a encender los candelabros esta ya oscureciendo, he pensado que dado su horario lo mas indicado es que pasara una hora con ellas, cenara con nosotros y el chofer puede llevarle de vuelta a su casa… no quisiera que fuera por ahí sola- con gusto iría el pero no quería que se notara su desesperado interés.
Talan Leonhart- Cambiante Clase Alta
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Re: Caza [Privado]
Milenka adoraba el estudio de Talan, era demasiado grande, espacioso, y lleno de libros, además que era cálido. Sonreí por cada detalle que podía percibir de él, suspiraba repetidas veces emocionaba, nunca antes había estado en un lugar tan lujoso, tan hermoso, y tan cálido, pocas personas eran las que invitaban a gitanos como ella a pasearse como si fuera la dueña de la casa, se sentía una especie de pajarito en su nido; libre, contento, abriendo sus alas, pero sobretodo, por más extraño que fuera en su hogar. Dejaba que su cabello se moviera un poco, ocultando sus ojos, estos de reojo observaban a Talan, le gustaba verlo, le gustaba ver como se movía, su rostro blanco, su cabello rubio, tenía ganas de acariciarlo, de enredarlo entre sus dedos, tuvo una extraña sensación también, por extraño que pareciera deseaba probar esos labios, lo cual era extraño, Milenka nunca había probado unos labios, no sabía como sería. Negó repetidas veces, ella era demasiado indigna como para desear o aspirar a algo así, era una gitana, y él un hombre de sociedad.
Asentía a cada una de sus palabras sin poder verlo del todo, el chico comenzaba a ponerla nerviosa, aunque sus nervios no eran malos, más bien esos nervios que le hicieron sentir una especie de hormigueo en su interior, era tan extraño… - Prometo ser rápida con mi trabajo, y darle la mejor calidad que haya tenido, muchísimas gracias por interesarse en mi arte, muchas gracias de verdad - De manera inevitable sus talones se movieron girando su cuerpo, tomó las manos del cambiante y lo miraba a los ojos - Usted es una bendición, estoy segura que los dioses me lo han mandado - Se quedó ahí con la unión de sus manos, sin poder dejar de verlo, se sorprendió al percatarse de su respiración acelerada, y sin evitarlo se mordió el labio inferior evadiendo el nervio.
No podía dejar de verlo, era una especie de imán, su cuerpo deseaba sentir caricias provenientes de esa mano cálida. Milenka se sentía una descarada, una mujer pecaminosa que debía ir con la gitana de la comunidad para preguntarle que le pasaba con ese hombre que apenas conocía - ¿Puedo empezar entonces? - Le preguntó con inocencia, sin poder apartarse ni un poco. De manera inevitable sus pies cargaron con la punta el peso de su cuerpo, la gitana era muchísimo más baja que el cambiante, se acercó tanto que sus labios rozaron la mejilla pálida del hombre, se quedó ahí, dejando sus labios acoplarse a la temperatura ajena, no se quiso despegar, cerró los ojos con fuerza, y se quedó ahí, segundos que se convirtieron en minutos.
Asentía a cada una de sus palabras sin poder verlo del todo, el chico comenzaba a ponerla nerviosa, aunque sus nervios no eran malos, más bien esos nervios que le hicieron sentir una especie de hormigueo en su interior, era tan extraño… - Prometo ser rápida con mi trabajo, y darle la mejor calidad que haya tenido, muchísimas gracias por interesarse en mi arte, muchas gracias de verdad - De manera inevitable sus talones se movieron girando su cuerpo, tomó las manos del cambiante y lo miraba a los ojos - Usted es una bendición, estoy segura que los dioses me lo han mandado - Se quedó ahí con la unión de sus manos, sin poder dejar de verlo, se sorprendió al percatarse de su respiración acelerada, y sin evitarlo se mordió el labio inferior evadiendo el nervio.
No podía dejar de verlo, era una especie de imán, su cuerpo deseaba sentir caricias provenientes de esa mano cálida. Milenka se sentía una descarada, una mujer pecaminosa que debía ir con la gitana de la comunidad para preguntarle que le pasaba con ese hombre que apenas conocía - ¿Puedo empezar entonces? - Le preguntó con inocencia, sin poder apartarse ni un poco. De manera inevitable sus pies cargaron con la punta el peso de su cuerpo, la gitana era muchísimo más baja que el cambiante, se acercó tanto que sus labios rozaron la mejilla pálida del hombre, se quedó ahí, dejando sus labios acoplarse a la temperatura ajena, no se quiso despegar, cerró los ojos con fuerza, y se quedó ahí, segundos que se convirtieron en minutos.
Milenka Sandoje- Gitano
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Fecha de inscripción : 01/12/2011
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Re: Caza [Privado]
La chica parecía encantada con el lugar, se movía graciosamente por la habitación, parecía tan cómoda que no puedo evitar sentirse complacido al verla, era como si estuviese en su propia casa y era asi como deseaba que se sintiera, los llamativos colores de su ropa se movían por el aire, su aroma lo embriagaba, olía a sol y girasoles, olia a libertad y campo y como buen felino que era casi quería ronronear ante el exquisito aroma, su león rasgaba su interior, deseoso de salir y reclamar a su pareja, el animal no entendía de leyes y reglas humanas… solo sabia que el ser que el destino había puesto para el en este mundo estaba frente a el y su parte humana no le dejaba alcanzarla, rugía furioso y confundido, no entendiendo por que tenían que torturarse de ese modo cuando el objeto de su deseo estaba al alcance de su mano.
La chica se acerco hasta el, tan cerca que sintió que su aroma iba a volverlo loco, sus uñas se alargaron por uso segundos y las clavo en sus palmas para controlarse- en verdad piensa eso? Yo pienso lo mismo…- hablo e voz baja y ronca- creo que era mi destino encontrarla… dígame que tanto cree que los dioses me enviran a usted?- el no creía en dioses, su religión se limitaba a la madre naturaleza, aquella que le habia confiado los dones que le permitían conectarse con el mundo, aquellos que le permitían correr como un felino por los viñedos y saborear el viento y el sol en su pelaje. Aquella que le habia dado a su pareja a la única que tendría en esta vida- lo suficiente…como para ser mi esposa?- antes de que se diera cuenta ya lo habia soltado, el gato estaba fuera de la bolsa, quería arrepentirse de sus palabras, quería sentir que debía echarse para atrás pero no podía, habia querido decir justo lo que habia dicho y no quería retirarlo, el la necesitaba, no sabia si lo que sentía se habia convertido ya en amor pero sabia que no deseaba verla marchar…ella era humana, posiblemente no entendería… pero no podía frenarse, no cuando sus sentimientos y mas fuerte aun su instinto le jalaban fuertemente hacia.
La chica se acerco hasta el, tan cerca que sintió que su aroma iba a volverlo loco, sus uñas se alargaron por uso segundos y las clavo en sus palmas para controlarse- en verdad piensa eso? Yo pienso lo mismo…- hablo e voz baja y ronca- creo que era mi destino encontrarla… dígame que tanto cree que los dioses me enviran a usted?- el no creía en dioses, su religión se limitaba a la madre naturaleza, aquella que le habia confiado los dones que le permitían conectarse con el mundo, aquellos que le permitían correr como un felino por los viñedos y saborear el viento y el sol en su pelaje. Aquella que le habia dado a su pareja a la única que tendría en esta vida- lo suficiente…como para ser mi esposa?- antes de que se diera cuenta ya lo habia soltado, el gato estaba fuera de la bolsa, quería arrepentirse de sus palabras, quería sentir que debía echarse para atrás pero no podía, habia querido decir justo lo que habia dicho y no quería retirarlo, el la necesitaba, no sabia si lo que sentía se habia convertido ya en amor pero sabia que no deseaba verla marchar…ella era humana, posiblemente no entendería… pero no podía frenarse, no cuando sus sentimientos y mas fuerte aun su instinto le jalaban fuertemente hacia.
Talan Leonhart- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 26
Fecha de inscripción : 26/01/2012
Re: Caza [Privado]
"¡Oh que bien huele " Se dijo de manera interna, sus manos se querían enredar en la tela de su ropa, pero no, debía aguantarse, esa sensación era tan extraña, no sabía porqué deseaba poder abrazarlo sin pudor, sin miramientos, se sentía arrojada, un sentimiento lleno de felicidad se posó en el medio de su estomago, y comenzó a expandieres por todo su cuerpo haciendo que sus terminaciones nerviosas se activaran. Cerró los ojos por unos momentos, impidiendo que un jadeo de placer brotara de entre sus labios. Negó tomando una profunda bocana de aire. Se dio cuenta que estaba soñando demasiado alto, el simplemente era un hombre rico, poderoso, atractivo, que olía demasiado bien, y que la había contratado sólo para hacerle trabajos en casa. Sonrió apenas - ¿Yo? De dónde vengo creemos en dioses que danzan entre nosotros, y si - Asiente de manera agitada - Creo mucho en ellos, creo que me mandaron a tenerlo frente a mi, a creer que no todos los hombres de su clase son crueles y malos - Se encogió de hombros.
Aquellos ojos parecían querer devorarla. Milenka se mordisqueó el labio inferior y entonces su mandíbula cayó formando una gran "O" llena de sorpresa. Dio tres pasos hacía atrás - ¿Qué? ¿Qué está diciendo? - La joven llegó hasta el escritorio y se tambaleó, haciendo que varias cosas cayeran mientras ella perdía el equilibro y se sentaba en él, su mirada se le nubló por completo - ¡Que está diciendo! - Milenka sintió que dentro de ella todo se le había removido, que algo malo había pasado "Me esta jugando una broma, una gran broma" Se dijo varias veces, ella no podía creerlo, como le decía eso un extraño, se sentía tan aturdida - Usted no me conoce, no me conoce. ¿Cómo puede decirme eso! ¿Está loco? - Se llevó ambas manos a la altura de su pecho - ¿Esposa? Los esposos se aman, se conocen, yo no lo conozco ¿Señor por qué me dice eso? - Milenka comenzó a sollozar, estaba tan confundida.
Miró a su alrededor verdaderamente alterada ¿Dónde había dejado sus cosas? No lo recordaba, necesitaba salir de ahí, aquello era extraño, por una parte sentía ganas de abrazarlo, de sentirse segura en esos brazos, de creer que lo que decía era verdadero, que no le mentía, por otro lado el miedo a lo desconocido comenzó a alterar su sistema nervioso. No podía verlo a los ojos, ella se sentía tan poco digna de él - ¿Por qué me dice eso señor? ¿Por qué bromea conmigo? ¿Por qué juega? - Aquellas palabras eran bastante fuertes para Milenka, recordó la historia de sus padres, la del amor de su madre, todo le daba vueltas, le daba miedo, mucho miedo llegar a sufrir más de lo que ya había sufrido, algunas lagrimas corrieron por su rostro, y estás cayeron hasta el suelo oscureciendo la alfombra del cuarto.
Aquellos ojos parecían querer devorarla. Milenka se mordisqueó el labio inferior y entonces su mandíbula cayó formando una gran "O" llena de sorpresa. Dio tres pasos hacía atrás - ¿Qué? ¿Qué está diciendo? - La joven llegó hasta el escritorio y se tambaleó, haciendo que varias cosas cayeran mientras ella perdía el equilibro y se sentaba en él, su mirada se le nubló por completo - ¡Que está diciendo! - Milenka sintió que dentro de ella todo se le había removido, que algo malo había pasado "Me esta jugando una broma, una gran broma" Se dijo varias veces, ella no podía creerlo, como le decía eso un extraño, se sentía tan aturdida - Usted no me conoce, no me conoce. ¿Cómo puede decirme eso! ¿Está loco? - Se llevó ambas manos a la altura de su pecho - ¿Esposa? Los esposos se aman, se conocen, yo no lo conozco ¿Señor por qué me dice eso? - Milenka comenzó a sollozar, estaba tan confundida.
Miró a su alrededor verdaderamente alterada ¿Dónde había dejado sus cosas? No lo recordaba, necesitaba salir de ahí, aquello era extraño, por una parte sentía ganas de abrazarlo, de sentirse segura en esos brazos, de creer que lo que decía era verdadero, que no le mentía, por otro lado el miedo a lo desconocido comenzó a alterar su sistema nervioso. No podía verlo a los ojos, ella se sentía tan poco digna de él - ¿Por qué me dice eso señor? ¿Por qué bromea conmigo? ¿Por qué juega? - Aquellas palabras eran bastante fuertes para Milenka, recordó la historia de sus padres, la del amor de su madre, todo le daba vueltas, le daba miedo, mucho miedo llegar a sufrir más de lo que ya había sufrido, algunas lagrimas corrieron por su rostro, y estás cayeron hasta el suelo oscureciendo la alfombra del cuarto.
Milenka Sandoje- Gitano
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