Arwel Reiss

Serio y quizás demasiado observador, calculador y bastante frío a la hora de moverse por el mundo. Arwel es visto como un hombre quizás muchas veces retraído y misterioso, pero todo eso se debe a la manera en la que le ha tocado llevar su existencia durante la inmortalidad. Pese a la manera en la que demuestra ser, es sumamente inteligente, goza de leer cualquier libro que caiga en sus manos y que le ayude a tener una mejor comprensión del mundo que le rodea y el cual para su gusto, cambia demasiado rápido; así mismo de los libros aprende sobre diversas cosas que le ayudan no solo a adaptarse, sino también a aprender un poco más de su propia condición de vampiro y de las de otros sobre naturales.

Sonríe en contadas y extrañas ocasiones, trata todo como si fuera un mero negocio y esa misma manera de ser aleja a muchas personas quienes le ven simplemente como un hombre extraño y para él, eso es mucho mejor. Es cauto y paciente pero no oculta su naturaleza inmortal de aquellos que esta seguro no le traicionaran y de llegar alguien a hacerlo, sería la ultima acción que cometiera en su vida; porque aunque prefiere tratar las cosas como una mera transacción, no ha olvidado nada de su manera de ser un inicio de su existencia. Con aquellos que llegan a convertirse en sus íntimos es protector y fiel, capaz de revelarles situaciones o datos sobre él mismo que en pocas ocasiones salen a la luz.

En la verdad de su interior, donde pocos pueden verlo Arwel es todo un guerrero, un hombre que sabe como derrotar a los peores enemigos y hacer que cualquiera se arrepienta de sus actos; esa faceta suya ha sido pocas veces revelada desde su conversión y precisamente por eso es que suele ser mucho más peligroso de lo que él mismo espera cuando deja que esa parte de si mismo fluya.

La historia siempre habla de los ricos, de los poderosos; de aquellos que merecen ser recordados y venerados, mientras que personas como Arwel son olvidadas a través del tiempo o al menos lo es su parte mortal, aquella de la que poco queda dentro del inmortal que ahora se dedica a invertir, a aprender y disfrutar del arte.

Arwel fue uno de los tantos hijos de una familia británica poderosa. Criado por su padre, al igual que todos cada uno de sus hermanos varones, para la guerra. Cada miembro varón de aquella familia se llamaba a si mismo guerrero porque estaban dispuestos a dar su vida por los ideales de su padre y de aquella tribu a la que pertenecían; esa idea estaba tan implantada en ellos, que cuando existieron problemas con el Imperio y se armo una rebelión Arwel junto a sus hermanos se lanzaron contra aquellos que trataban de dominarles y mantenerles bajo su dominio. Desafortunadamente para los miembros de la tribu, su poder era muy poco comparado con el del Imperio y sus ideas se esfumaron junto a sus riquezas, la vida de varios de los suyos y las presencias de aquellos a quienes amaban.

Él fue capturado durante aquella batalla y sus captores decidieron venderle como esclavo. Así que sin estar seguro de a donde se dirigían, Arwel emprendió un viaje donde su vida se decidiría y cambiaría por completo. Mientras viajaba junto a sus captores y con la certeza de que nunca más lograría ver a su familia, una noche llegaron a descansar a un poblado donde sus captores recibieron de una acaudalada mujer una propuesta que de manera sorprendente no pudieron rechazar; vender a Arwel a la mujer. Si bien había escuchado durante gran parte del viaje el destino que le esperaba, jamás se espero que aquellos que le llevaban decidieran venderle sin más a la mujer de negros cabellos que no dejo de mirar a quien sería pronto de su propiedad. Aunque el negocio que se desarrollo le sorprendió bastante, el guerrero pensó que ser esclavo de una mujer le permitiría de una manera mucho más sencilla escapar de su poder y sin embargo estaba terriblemente equivocado.

En manos de aquella mujer se percato que su destino al lado de ella era mucho más terrible del que pudo esperarle con sus captores. Aquella fémina de cabellos negros como la noche era nada más y nada menos que un vampiro, una existencia inmortal que se encargo de hacerle ver a Arwel que no valía nada, que su fuerza siempre sería poca comparada con la suya y que su sangre y todo su ser le pertenecerían por siempre. Y si bien él se negaba a creer algunas de aquellas cosas, fue algunos años después y en el momento que le convirtió y le permitió sentir la desesperación de la sed y el sabor de la sangre; que realmente Arwel se dio cuenta de que nunca podría escapar de las garras de ella, a menos claro que su creadora dejara de existir.

Al lado de su creadora comenzaron a recorrer el mundo y desde su conversión, Arwel comenzó a cambiar. Paso a ser un ser muy diferente al que fuera y en determinado momento, cuando sintió que los años le eran suficientes, asesino a su creadora en un mero acto de venganza así como una búsqueda de su propia libertad.

Siendo un inmortal libre de hacer cuanto quisiera, uso las riquezas de su creadora para mantenerse y comenzar a invertir en negocios que le brindaran mayores ganancias, descubriendo de esa manera que aquello era algo que se le daba bastante bien. Nunca permanecía demasiado tiempo en ningún lugar y como una costumbre heredada de su creadora, cambiaba su apellido constantemente. Sus intereses pasaron a ser más propios de las épocas en las que se movía y siendo el hecho de acoplarse a los tiempos venideros su mayor dificultad, comenzó a interesarse en aquellas cosas que le mostraban la manera en que las culturas eran. Las lecturas, el arte, la música y las personas han sido siempre sus grandes maestras. Ha conocido grandes lugares, visitado cada poblado que ha podido de diversas regiones y aunque ha escuchado bastante de París a lo largo de los años, esta es la primera vez que se ha decidido a establecerse en ese lugar donde se dice que existen grandes peligros, pero también grandes aprendizajes.

Así pues, Arwel esta en búsqueda de adaptarse a París, de hacerlo suyo y descubrir sus misterios.