AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Comamos y bebamos, que mañana moriremos (Gerard)
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Comamos y bebamos, que mañana moriremos (Gerard)
Corrió por los tejados con Gerard a su espalda, con la caja llena de botellas entre sus manos, el viento gélido otoñal golpeándole el rostro y el recuerdo de el rostro molesto de Anuar y la fríaldad de sus palabras, inevitablemente colándose en su memoria, aún cuando las incoherencias de Gerard le hicieran sonreír. Arribó a la casa 20 minutos después, habían pasado varias horas desde que habían salido, y ya era más de media noche. Las estrellas casi no se podían ver gracias a los nubarrones oscuros que habían cubierto parcialmente el cielo y la luna, seguramente esa madrugada iba a llover.
Entró por la puerta trasera como siempre y un sonido inesperado le hizo volver la cabeza rápidamente, preparándose mentalmente para atacar lo que fuera, pero era Toulouse, quien saltaba sobre unas cajas y se quedaba mirándoles con sus redondos y brillantes ojos verdes. Maulló y agitó la cola, antes de desaparecer tan rápidamente como había aparecido, Soren frunció el ceño y entró permitió que el chico se bajara de su espalda, entrando en la casa con él, luego de cerrar la puerta, comenzó a quitarse el gabán y a sacarse la espada para guardarla debidamente.
- Debo confesar que nunca me he embriagado... - Comenta aún con la espada entre sus manos, contemplando la hoja de plata - He... bebido de ebrios si... pero es un poco diferente, no se como explicarlo - Continua dejándose caer en el sofá y jugeteando con la espada entre sus manos sin cortarse - La gente bebe para olvidar ¿no?... el alcohol dicen... te libera de tu dolor -
Patético. Eso era patético, como lo eres tu, Soren. Deseando estár ebrio... ¿por Anuar? no me hagas reír.
- Quisiera...poder olvidar aunque sea por unos momentos lo que ha pasado esta noche - Finalizó observando la caja con las botellas que había comprado Gerard ¿Si se bebía todo eso, lograría embriagarse de verdad?
Entró por la puerta trasera como siempre y un sonido inesperado le hizo volver la cabeza rápidamente, preparándose mentalmente para atacar lo que fuera, pero era Toulouse, quien saltaba sobre unas cajas y se quedaba mirándoles con sus redondos y brillantes ojos verdes. Maulló y agitó la cola, antes de desaparecer tan rápidamente como había aparecido, Soren frunció el ceño y entró permitió que el chico se bajara de su espalda, entrando en la casa con él, luego de cerrar la puerta, comenzó a quitarse el gabán y a sacarse la espada para guardarla debidamente.
- Debo confesar que nunca me he embriagado... - Comenta aún con la espada entre sus manos, contemplando la hoja de plata - He... bebido de ebrios si... pero es un poco diferente, no se como explicarlo - Continua dejándose caer en el sofá y jugeteando con la espada entre sus manos sin cortarse - La gente bebe para olvidar ¿no?... el alcohol dicen... te libera de tu dolor -
Patético. Eso era patético, como lo eres tu, Soren. Deseando estár ebrio... ¿por Anuar? no me hagas reír.
- Quisiera...poder olvidar aunque sea por unos momentos lo que ha pasado esta noche - Finalizó observando la caja con las botellas que había comprado Gerard ¿Si se bebía todo eso, lograría embriagarse de verdad?
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Comamos y bebamos, que mañana moriremos (Gerard)
No paré de hablar en todo el trayecto, si el profesor se había comido un pirata yo me había comido su loro.
Mi vista en ciertos momentos se nublaba, pero pude ver que el cielo no estaba igual que siempre.
Después del maratón del profesor, llegamos al destino, vi como el profesor se sobresaltaba al ver algo, yo giré la cabeza ¡era Toulouse! Sonreí con ojos brillantes de la emoción, pero luego se fue “gatos, nadie puede domesticarlos” una verdad como un templo.
Entramos dentro de la casa, se estaba mejor, había pasado un poco de frío en el viajecito, asi que me quedé aún con el abrigo puesto, el profesor sacó la espada, y yo me quedé de pie mirándolo, dejé su caja sobre una mesa.
Le seguí y me senté a su lado arrastrando la caja de botellas, mientras escuchaba lo que decía. Cuando terminó giré la cabeza y le sonreí con ternura.
-Eso haremos, profesor. – Aunque si nos íbamos a emborrachar la espada sería un peligro, me encogí de hombros sacando la primera botella, me quedé mirándola unos segundos, estaba fresca. La descorché y olí lo que había dentro. Arrugué la nariz.
– Waa, ginebra. – Lo dejé sobre la mesa. Volví a meter la mano en la caja e hice el mismo proceso. – ¡Brandy!- se me escapó una ligera risa, como si estuviera haciendo una travesura. –Vamos a beber como dos jodidos reyes, hacedme caso. No sé cómo os podrá sentar… ya veremos ¡ya!- dije con un toque cómico en mi voz.
Saqué otra botella –Esto revive a un muerto… Bourbon. ¡Sírvase! - era lo que yo más bebía en mis tiempos mozos.
Aún había más botellas en la caja, eran nueve en total. Cogí por azar la de ginebra, y me eché hacia atrás en el sofá. –Esto os hará olvidar por un rato las penas, pero si os digo que no puedo aseguraros cómo acabaremos. – giré la cabeza para mirar al profesor.
–Nos puede sentar o muy bien…o catastróficamente mal… Siempre han dicho que hay que saber cómo beber, pero hoy … hoy no habrá término medio. – giré la cabeza hacia delante y bebí de la botella porque ¿para qué manchar vasos?
Sonreí al recordar lo que había dicho el profesor.
–Si veis que no lo lográis… aquí me tenéis. – seguramente mi sangre le diera mil vueltas al alcohol que había delante. –Es broma.- bromeé llevándome de nuevo la botella a los labios.
Y así me quedé mirando el techo y sin pensar.
Mi vista en ciertos momentos se nublaba, pero pude ver que el cielo no estaba igual que siempre.
Después del maratón del profesor, llegamos al destino, vi como el profesor se sobresaltaba al ver algo, yo giré la cabeza ¡era Toulouse! Sonreí con ojos brillantes de la emoción, pero luego se fue “gatos, nadie puede domesticarlos” una verdad como un templo.
Entramos dentro de la casa, se estaba mejor, había pasado un poco de frío en el viajecito, asi que me quedé aún con el abrigo puesto, el profesor sacó la espada, y yo me quedé de pie mirándolo, dejé su caja sobre una mesa.
Le seguí y me senté a su lado arrastrando la caja de botellas, mientras escuchaba lo que decía. Cuando terminó giré la cabeza y le sonreí con ternura.
-Eso haremos, profesor. – Aunque si nos íbamos a emborrachar la espada sería un peligro, me encogí de hombros sacando la primera botella, me quedé mirándola unos segundos, estaba fresca. La descorché y olí lo que había dentro. Arrugué la nariz.
– Waa, ginebra. – Lo dejé sobre la mesa. Volví a meter la mano en la caja e hice el mismo proceso. – ¡Brandy!- se me escapó una ligera risa, como si estuviera haciendo una travesura. –Vamos a beber como dos jodidos reyes, hacedme caso. No sé cómo os podrá sentar… ya veremos ¡ya!- dije con un toque cómico en mi voz.
Saqué otra botella –Esto revive a un muerto… Bourbon. ¡Sírvase! - era lo que yo más bebía en mis tiempos mozos.
Aún había más botellas en la caja, eran nueve en total. Cogí por azar la de ginebra, y me eché hacia atrás en el sofá. –Esto os hará olvidar por un rato las penas, pero si os digo que no puedo aseguraros cómo acabaremos. – giré la cabeza para mirar al profesor.
–Nos puede sentar o muy bien…o catastróficamente mal… Siempre han dicho que hay que saber cómo beber, pero hoy … hoy no habrá término medio. – giré la cabeza hacia delante y bebí de la botella porque ¿para qué manchar vasos?
Sonreí al recordar lo que había dicho el profesor.
–Si veis que no lo lográis… aquí me tenéis. – seguramente mi sangre le diera mil vueltas al alcohol que había delante. –Es broma.- bromeé llevándome de nuevo la botella a los labios.
Y así me quedé mirando el techo y sin pensar.
[[Qué título jajajaja qué bucanero me ha sonadoooo ]]
Gerard Montefeltro- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 30/06/2010
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Localización : York (Inglaterra). Residente en Paris.
Re: Comamos y bebamos, que mañana moriremos (Gerard)
(( estuve pensando el titulo arto para hacerle justicia a Gerard y su embriages! haha))
Ginebra, brandy, Bourbon... ¿Que demonios era todo eso? Parpadeó confuso observando a Gerard destapar las botellas como un niño pequeño en navidad, enfundó la espada con agilidad y se levantó del sofá para dejarla en su habitación, volvió momentos después y sonrió con los comentarios de Gerard. Había escuchado que algunas personas cuando se embriagaban se ponían felices y hablaban como locos, otros por el contrario lloraban y se deprimían ¿Que tipo sería él?.
- ¿Catastróficamente mal…?- Preguntó dudoso comenzando asustarse, pero Gerard parecía realmente feliz con la idea de embriagarse hasta más no poder. No comprendía muy bien su entusiasmo, pero supuso que debía ser como cualquier otra adición, como el opio, el sexo... y la sangre. Siempre sabías lo mal que podrías acabar y aún así caias y caías una y otra vez.
–Si veis que no lo lográis… aquí me tenéis. –
Levantó la mirada y le observó azorado pensando en lo que eso implicaba. Se llevó las manos a la boca con una auténtica expresión de horror. ¿Beber de Gerard? NO. Y no era porque no le apeteciera, difícilmente podría un vampiro negarse a una oferta voluntaria de un humano, el problema era...
- ¿Me dejarías beber de ti? - Preguntó con curiosidad, su cabeza perdiéndose entre debates morales y éticos. Lo había dicho en broma, pero ahora sentía curiosidad por saber que tanto ese joven confiaba en él.
Ginebra, brandy, Bourbon... ¿Que demonios era todo eso? Parpadeó confuso observando a Gerard destapar las botellas como un niño pequeño en navidad, enfundó la espada con agilidad y se levantó del sofá para dejarla en su habitación, volvió momentos después y sonrió con los comentarios de Gerard. Había escuchado que algunas personas cuando se embriagaban se ponían felices y hablaban como locos, otros por el contrario lloraban y se deprimían ¿Que tipo sería él?.
- ¿Catastróficamente mal…?- Preguntó dudoso comenzando asustarse, pero Gerard parecía realmente feliz con la idea de embriagarse hasta más no poder. No comprendía muy bien su entusiasmo, pero supuso que debía ser como cualquier otra adición, como el opio, el sexo... y la sangre. Siempre sabías lo mal que podrías acabar y aún así caias y caías una y otra vez.
–Si veis que no lo lográis… aquí me tenéis. –
Levantó la mirada y le observó azorado pensando en lo que eso implicaba. Se llevó las manos a la boca con una auténtica expresión de horror. ¿Beber de Gerard? NO. Y no era porque no le apeteciera, difícilmente podría un vampiro negarse a una oferta voluntaria de un humano, el problema era...
- ¿Me dejarías beber de ti? - Preguntó con curiosidad, su cabeza perdiéndose entre debates morales y éticos. Lo había dicho en broma, pero ahora sentía curiosidad por saber que tanto ese joven confiaba en él.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Comamos y bebamos, que mañana moriremos (Gerard)
No me giré si quiera para ver la reacción que estaba teniendo el profesor, simplemente sonreí como siempre, como si aquella sonrisa estuviera tallada en mi rostro. ¿Por qué sonreía? No lo supe, debía ser por el efecto del alcohol. Lo más posible es que si por x motivos me amenazara de muerte, yo seguiría sonriendo igual, es triste pero ¡es así!
Su pregunta me dejo en trance. ¿De mí? ¿Me había tomado en serio? Parpadeé un par de veces para dar nitidez a lo que estaba viendo. Carrasqueé un poco la garganta para aclarármela.
-¿En serio bebería algo ya profanado?- pregunté alzando el brazo donde Lorraine en su día me mordió. Sentía mi extremidad violada, no se me borraba de la cabeza, aun siendo algo que no quería recordar, y mucho menos delante de alguien (quien fuera).
-Tendría que estar soberanamente borracho…- musité moviendo los dedos de la misma mano como si tocara el piano, reí con amargura y volví a darle un trago.
–Me habría gustado saber tocar… quizá la próxima vez. – suspiré nostálgico.
Menuda montaña rusa que tenía dentro en ese momento.
Giré la cabeza para mirar al profesor, me quedé así un rato, uno de sus perfiles estaba totalmente oscuro por la contraluz.
–Tiene que beber algo… sabe perfectamente que es una falta de respeto mirar. – Las palabras se amontonaban unas sobre otras a medida que hablaba.- Cualquiera que viniera en este mismo instante pensaría que la fiesta me la estoy dando yo solo. – Cogí la botella de vino tinto que creí ver minutos antes, y la dejé en las manos del profesor con soltura.
-¡Un brindis profesor! – exclamé alzando la botella, obvio no quería amargarme, no quería para nada.
[Que lástima de criatura xD]
Su pregunta me dejo en trance. ¿De mí? ¿Me había tomado en serio? Parpadeé un par de veces para dar nitidez a lo que estaba viendo. Carrasqueé un poco la garganta para aclarármela.
-¿En serio bebería algo ya profanado?- pregunté alzando el brazo donde Lorraine en su día me mordió. Sentía mi extremidad violada, no se me borraba de la cabeza, aun siendo algo que no quería recordar, y mucho menos delante de alguien (quien fuera).
-Tendría que estar soberanamente borracho…- musité moviendo los dedos de la misma mano como si tocara el piano, reí con amargura y volví a darle un trago.
–Me habría gustado saber tocar… quizá la próxima vez. – suspiré nostálgico.
Menuda montaña rusa que tenía dentro en ese momento.
Giré la cabeza para mirar al profesor, me quedé así un rato, uno de sus perfiles estaba totalmente oscuro por la contraluz.
–Tiene que beber algo… sabe perfectamente que es una falta de respeto mirar. – Las palabras se amontonaban unas sobre otras a medida que hablaba.- Cualquiera que viniera en este mismo instante pensaría que la fiesta me la estoy dando yo solo. – Cogí la botella de vino tinto que creí ver minutos antes, y la dejé en las manos del profesor con soltura.
-¡Un brindis profesor! – exclamé alzando la botella, obvio no quería amargarme, no quería para nada.
[Que lástima de criatura xD]
Gerard Montefeltro- Humano Clase Media
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Re: Comamos y bebamos, que mañana moriremos (Gerard)
(( mi pobre Gerard ;0; ))
¿Beber de algo ya profanado? Se quedó mirándo a Gerard y notó por sus gestos cuanto le perturbaba el hecho de que ese otro vampiro le hubiera mordido. ¿Como habría sido aquello? Seguramente el vampiro no había tenido cuidado alguno, seguro que le habría mordido salvájemente provocándole un intenso dolor y una grotesca visión de los colmillos atravesando su carne. La sangre era para los humanos signo de alarma, enfermedad y posible muerte, era dificil que entendieran que ese mismo color escarlata, pudiera producir tanto placer a una creatura de la noche.
Frunció el ceño sintiéndo que un poderoso odio se formaba en su interior como un volcan a punto de hacer erupción. Maldito vampiro, ¿Como se atrevia a hacerle daño a Gerard?
- No beberé de ti - Declaró al escuchar lo demás, no quería perturbar a Gerard, otra vez - Sigo mis propios códigos de moralidad, nunca bebo de una persona con la cual tenga lazos afectivos y mucho menos de mis alumnos... no soy cualquier bestia - Finalizó. La idea de probar la sangre de Gerard le producía deseos encontrados, porque tenía que aceptar que le apetecía (aún más porque no había bebido en días) pero no estaba bien ¡NO ESTABA BIEN!.
- Me he hecho una promesa a mi mismo - Continua con voz tremula, agarrándo la botella de vino que el chico le ofreció - Desde el momento en el que decidí que... quería ser profesor... me preguntaba que podría hacer con todo ese conocimiento que había adquirido a través de los tiempos y decidí que, pasarlo a las nuevas generaciones sería lo mejor...entonces me prometí a mi mismo que nunca...nunca... sin importar las circustancias, bebería de una joven mente avida, brillante, de una promesa del futuro... no apagaría esa luz, no podría...no...-
Su rostro se ensombreció y se llevó la botella a los labios, bebió largamente de ella, vaciándo el contenido que quedaba, que era más o menos la mitad, cuando terminó puso la botella sobre la mesa sin sentir diferencia alguna en su cuerpo, dejó escapar un largo suspiro y se hechó hacía atrás. Menudo fracaso de vampiro era, ni siquiera lograba ponerse ebrio.
- Brindemos... ¿porque brindamos? Oh... si, por el gran artista que serás - Exclamó, aún con el sabor del vino en su lengua.
¿Beber de algo ya profanado? Se quedó mirándo a Gerard y notó por sus gestos cuanto le perturbaba el hecho de que ese otro vampiro le hubiera mordido. ¿Como habría sido aquello? Seguramente el vampiro no había tenido cuidado alguno, seguro que le habría mordido salvájemente provocándole un intenso dolor y una grotesca visión de los colmillos atravesando su carne. La sangre era para los humanos signo de alarma, enfermedad y posible muerte, era dificil que entendieran que ese mismo color escarlata, pudiera producir tanto placer a una creatura de la noche.
Frunció el ceño sintiéndo que un poderoso odio se formaba en su interior como un volcan a punto de hacer erupción. Maldito vampiro, ¿Como se atrevia a hacerle daño a Gerard?
- No beberé de ti - Declaró al escuchar lo demás, no quería perturbar a Gerard, otra vez - Sigo mis propios códigos de moralidad, nunca bebo de una persona con la cual tenga lazos afectivos y mucho menos de mis alumnos... no soy cualquier bestia - Finalizó. La idea de probar la sangre de Gerard le producía deseos encontrados, porque tenía que aceptar que le apetecía (aún más porque no había bebido en días) pero no estaba bien ¡NO ESTABA BIEN!.
- Me he hecho una promesa a mi mismo - Continua con voz tremula, agarrándo la botella de vino que el chico le ofreció - Desde el momento en el que decidí que... quería ser profesor... me preguntaba que podría hacer con todo ese conocimiento que había adquirido a través de los tiempos y decidí que, pasarlo a las nuevas generaciones sería lo mejor...entonces me prometí a mi mismo que nunca...nunca... sin importar las circustancias, bebería de una joven mente avida, brillante, de una promesa del futuro... no apagaría esa luz, no podría...no...-
Su rostro se ensombreció y se llevó la botella a los labios, bebió largamente de ella, vaciándo el contenido que quedaba, que era más o menos la mitad, cuando terminó puso la botella sobre la mesa sin sentir diferencia alguna en su cuerpo, dejó escapar un largo suspiro y se hechó hacía atrás. Menudo fracaso de vampiro era, ni siquiera lograba ponerse ebrio.
- Brindemos... ¿porque brindamos? Oh... si, por el gran artista que serás - Exclamó, aún con el sabor del vino en su lengua.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Comamos y bebamos, que mañana moriremos (Gerard)
Me quedé con la mirada ausente escuchando al profesor. Que me estuviera hablando de ese tema, hacía que me replantara lo cuerdo o no que yo estaba, escuché la promesa que se hizo a sí mismo, la cual era legitima de todas las maneras, como ya creí (cuando nos conocimos) el profesor era una persona con su propia ética y moralidad, también pensé que era alguien racional, o eso me demostraba (por lo menos lo que yo había visto), pero me vino el recuerdo de ese muchacho, Anuar.
Siempre he pensado que cuando alguien se enamora se vuelve irracional, porque todos sus actos dejan de ser loables. La gente pierde realmente la cabeza, muchos cambian su actitud al estar en ese estado de atontamiento, por lo tanto siguiendo mi propia teoría el profesor sería un ser irracional, aunque yo detestase que así fuera...
- Brindemos... ¿porqué brindamos? Oh... si, por el gran artista que serás.- exclamó el profesor haciéndome levantar de nuevo la botella, sonreí con cierta angustia, me llevé la botella mecánicamente a la boca, no pude parar de beber, en un largo trago me acabé la botella de ginebra, mientras lo hacía contuve mi respiración, me daba exactamente igual si explotaba ahí mismo. Cuando la última gota desapareció por mi garganta, la botella se me resbaló de la mano, ésta cayó en el sofá inerte. Volví a tomar aire.
No supe por dónde empezar a hablar, estaba atolondrado, las ideas se agolpaban en mi cabeza, y de haber dejado que las palabras salieran de mi boca serían cosas incoherentes o simples ruidos ahogados.
-Si solo dependiera de mí el llegar a ser digno de llamarme “artista”…que bonito sería todo.- murmuré entre dientes. Estaba mentalmente agotado, el alcohol me invadía por completo.
-Y si…nunca…llego a serlo…y si me vuelvo un “Don Nadie”…un simple desecho de la sociedad. Un pintor de tantos. Un mediocre joven…que no llegó a las expectativas de nadie…- cerré los ojos sumergiéndome en mi propia imagen, una imagen borrosa tirada en la esquina de la Academia, “decepcionante Gerard…” eso sería lo que se escucharía…o quizá ni eso. Quizá nunca nadie recordaría mi nombre. –Me perderé…en el tiempo…- suspiré con tristeza.
Era tan grande mi ambición, tan grande el ansia de ser importante, memorable, que a veces no podía pensar en otra cosa. –Nacer para morir.- concluí mirando ahora a el profesor. – A ti no te pasará eso, siempre estarás ahí, verás la evolución de la sociedad, verás innovaciones nunca imaginadas, cuan afortunado sois. Encima tenéis la virtud de enseñar al mañana, haréis historia.- Además él ya lo era ¡tenía 291 años! –Os envidio…- concluí inclinándome para coger la botella de Bourbon.
¿Nunca bebería de una mente prodigiosa? ¿Cómo sabría la sangre de un gran Genio? ¿Podrías adquirir sus conocimientos al hacerlo? Estas y otras preguntas se me pasaron por la cabeza, no las dije en alto por miedo a que el profesor me mirase mal.
Siempre he pensado que cuando alguien se enamora se vuelve irracional, porque todos sus actos dejan de ser loables. La gente pierde realmente la cabeza, muchos cambian su actitud al estar en ese estado de atontamiento, por lo tanto siguiendo mi propia teoría el profesor sería un ser irracional, aunque yo detestase que así fuera...
- Brindemos... ¿porqué brindamos? Oh... si, por el gran artista que serás.- exclamó el profesor haciéndome levantar de nuevo la botella, sonreí con cierta angustia, me llevé la botella mecánicamente a la boca, no pude parar de beber, en un largo trago me acabé la botella de ginebra, mientras lo hacía contuve mi respiración, me daba exactamente igual si explotaba ahí mismo. Cuando la última gota desapareció por mi garganta, la botella se me resbaló de la mano, ésta cayó en el sofá inerte. Volví a tomar aire.
No supe por dónde empezar a hablar, estaba atolondrado, las ideas se agolpaban en mi cabeza, y de haber dejado que las palabras salieran de mi boca serían cosas incoherentes o simples ruidos ahogados.
-Si solo dependiera de mí el llegar a ser digno de llamarme “artista”…que bonito sería todo.- murmuré entre dientes. Estaba mentalmente agotado, el alcohol me invadía por completo.
-Y si…nunca…llego a serlo…y si me vuelvo un “Don Nadie”…un simple desecho de la sociedad. Un pintor de tantos. Un mediocre joven…que no llegó a las expectativas de nadie…- cerré los ojos sumergiéndome en mi propia imagen, una imagen borrosa tirada en la esquina de la Academia, “decepcionante Gerard…” eso sería lo que se escucharía…o quizá ni eso. Quizá nunca nadie recordaría mi nombre. –Me perderé…en el tiempo…- suspiré con tristeza.
Era tan grande mi ambición, tan grande el ansia de ser importante, memorable, que a veces no podía pensar en otra cosa. –Nacer para morir.- concluí mirando ahora a el profesor. – A ti no te pasará eso, siempre estarás ahí, verás la evolución de la sociedad, verás innovaciones nunca imaginadas, cuan afortunado sois. Encima tenéis la virtud de enseñar al mañana, haréis historia.- Además él ya lo era ¡tenía 291 años! –Os envidio…- concluí inclinándome para coger la botella de Bourbon.
¿Nunca bebería de una mente prodigiosa? ¿Cómo sabría la sangre de un gran Genio? ¿Podrías adquirir sus conocimientos al hacerlo? Estas y otras preguntas se me pasaron por la cabeza, no las dije en alto por miedo a que el profesor me mirase mal.
[Ahí está el dos caras de Gerard ]
Gerard Montefeltro- Humano Clase Media
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Re: Comamos y bebamos, que mañana moriremos (Gerard)
Pensó que Gerard sonrería feliz y haría otra broma alegre por el brindis, pero en cambio, el chico se había sumido en una insesperada etapa depresiva que lo había cojido desprevenido. Por supuesto no esperaba que Gerard fuera siempre alegre y feliz, dando saltitos por la vida con una botella de vino en una mano y un pincel en la otra, pero tal y como decía el dicho, el alcohol sacaba a relucir lo peor de los hombres, en este caso, la verdadera naturaleza.
Ambición.
La palabra le golpeó la mente de repente, mientras le escuchaba hablar, la ambición era el principal motor que ponía en movimiento a los seres humanos, desear algo con tanta fuerza, generaba la pasión. Allí estaba la respuesta del enigma llamado Gerard. La pasión y la energía que destellaba por sus ojos cristalinos, nacía en un turbio agujero llamado Ambición. Deseó poder embriagarse como él, no ser tan consciente de las cosas, cuando el otro estaba en ese estado de fragilidad tan palpable.
Y no pudo evitar que el instinto asesino, el monstruo que se escondía en su interior, se revolviera agitandose frente a la presa, servida en bandeja, atrapada en su casa, ebria, completamente a su merced. Luchando fuertemente contra el impulso, sus piernas se movieron por si solas y de un momento a otro se encontró sentado al lado de Gerard.
No. no... maldita sea, aléjate de él, ¡aléjate!.
Se quedó mirándole con una expresión imposible de decifrar, la sed aumentando en su interior, subiendo por su tráquea como la lava de un volcan a punto de erupcionar. Tragó saliva y giró su rostro hacía las botellas, tomó el Brandy, llevándoselo a los labios como si pudiera calmar su instinto de esa manera. Cerró los ojos bebiendo sin parar, el amargo sabor, quemando su paladar y garganta muerta con fiereza. Separó sus labios de la boquilla y finalmente sintió algo distinto. El alcohol comenzaba a ser absorvido lentamente por su sangre, sintió un ligero mareo.
- Gerard... más vale ser alguien por un par de años durante la vida, aunque sean como un suspiro, que ser un don-nadie por el resto de la eternidad. Tengo 291 años ¿Y en que me he convertido?, los humanos evolucionan con el paso del tiempo y nosotros... los vampiros... nos quedamos estancados en el tiempo, lamentándonos por las épocas que fueron, no pudiendo aceptar los cambios, yo cambiaría mi eternidad, por la oportunidad de volver a vivir y hacer con mi vida, lo que siempre quize y desperdicié por negligencia - Exclamó. Y se atrevió a darle otro empujoncito cariñoso, con el puño cerrado sobre su hombro.
- ¡Wow! ¡comienza a hacer efécto! - Sonrió llevándose la botella a los labios de nuevo.
(( Hay que largo que me quedó y no hice nada importante -_- ))
Ambición.
La palabra le golpeó la mente de repente, mientras le escuchaba hablar, la ambición era el principal motor que ponía en movimiento a los seres humanos, desear algo con tanta fuerza, generaba la pasión. Allí estaba la respuesta del enigma llamado Gerard. La pasión y la energía que destellaba por sus ojos cristalinos, nacía en un turbio agujero llamado Ambición. Deseó poder embriagarse como él, no ser tan consciente de las cosas, cuando el otro estaba en ese estado de fragilidad tan palpable.
Y no pudo evitar que el instinto asesino, el monstruo que se escondía en su interior, se revolviera agitandose frente a la presa, servida en bandeja, atrapada en su casa, ebria, completamente a su merced. Luchando fuertemente contra el impulso, sus piernas se movieron por si solas y de un momento a otro se encontró sentado al lado de Gerard.
No. no... maldita sea, aléjate de él, ¡aléjate!.
Se quedó mirándole con una expresión imposible de decifrar, la sed aumentando en su interior, subiendo por su tráquea como la lava de un volcan a punto de erupcionar. Tragó saliva y giró su rostro hacía las botellas, tomó el Brandy, llevándoselo a los labios como si pudiera calmar su instinto de esa manera. Cerró los ojos bebiendo sin parar, el amargo sabor, quemando su paladar y garganta muerta con fiereza. Separó sus labios de la boquilla y finalmente sintió algo distinto. El alcohol comenzaba a ser absorvido lentamente por su sangre, sintió un ligero mareo.
- Gerard... más vale ser alguien por un par de años durante la vida, aunque sean como un suspiro, que ser un don-nadie por el resto de la eternidad. Tengo 291 años ¿Y en que me he convertido?, los humanos evolucionan con el paso del tiempo y nosotros... los vampiros... nos quedamos estancados en el tiempo, lamentándonos por las épocas que fueron, no pudiendo aceptar los cambios, yo cambiaría mi eternidad, por la oportunidad de volver a vivir y hacer con mi vida, lo que siempre quize y desperdicié por negligencia - Exclamó. Y se atrevió a darle otro empujoncito cariñoso, con el puño cerrado sobre su hombro.
- ¡Wow! ¡comienza a hacer efécto! - Sonrió llevándose la botella a los labios de nuevo.
(( Hay que largo que me quedó y no hice nada importante -_- ))
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Comamos y bebamos, que mañana moriremos (Gerard)
Bourbon, ¡que bendición! ¿Por cuánto venderías tu alma? (no me hagas responder). Noté como el profesor había roto la distancia prudencial que siempre tomaba al sentarme en cualquier sitio, bueno si él lo había roto, sería que no le importaría, así que no me alarmé. También de un momento a otro lo vi por el rabillo del ojo beber a borbotones el Brandy, esto pasó antes de darme una charla sobre la realidad de la inmortalidad (según él mismo).
Yo me fui quitando a un ritmo bastante lento el abrigo lo dejé arrugado sobre el asiento, un simple abrigo, no me importaba ir con arrugas por la calle.
-Quizá tengáis razón…- murmuré por lo bajo cuando termino de hablar. Después me dio un empujón que me hizo despertarme del estado en el que me había metido inconscientemente.
-¡Menos mal profesor…creí que nunca lo conseguiríais! – reí ligeramente mientras giraba la cabeza para mirarle, y al fin suspiré. Al final de la noche debía ser un ente que lo único que desprendiese sería un fragancia alcoholizada, que seguro que echaba para atrás a cualquiera ¡pero qué más daba, tenía toda la mañana para recuperarme!
-De…de ser mortal… ¿qué le habría gustado hacer? ¿qué se imagina que podría haber llegado a pasar?- le pregunté dejando caer mi cabeza sobre su hombro.
Yo me fui quitando a un ritmo bastante lento el abrigo lo dejé arrugado sobre el asiento, un simple abrigo, no me importaba ir con arrugas por la calle.
-Quizá tengáis razón…- murmuré por lo bajo cuando termino de hablar. Después me dio un empujón que me hizo despertarme del estado en el que me había metido inconscientemente.
-¡Menos mal profesor…creí que nunca lo conseguiríais! – reí ligeramente mientras giraba la cabeza para mirarle, y al fin suspiré. Al final de la noche debía ser un ente que lo único que desprendiese sería un fragancia alcoholizada, que seguro que echaba para atrás a cualquiera ¡pero qué más daba, tenía toda la mañana para recuperarme!
-De…de ser mortal… ¿qué le habría gustado hacer? ¿qué se imagina que podría haber llegado a pasar?- le pregunté dejando caer mi cabeza sobre su hombro.
[ T_T buaaah cortiiisimo xDD]
Gerard Montefeltro- Humano Clase Media
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Re: Comamos y bebamos, que mañana moriremos (Gerard)
((Joderrrrrr que lo veo venir! te me vas a vomitar en cima!!! cuidadiiiiiito! ))
El chico sonrió, pareció que el ánimo le volvía de algún lugar, eso era bueno, no le gustaba verle deprimido, porque lo que le gustaba de él era precisamente esa vivacidad de sus ojos y la expontaneidad de sus acciones. El no podía ser tan... 'vivo' por obvias razones y estár cerca de Gerard de alguna manera lo hacía sentir esa pasión que en él era inexistente. Volvió a tomar la botella y bebió más hasta que terminó todo el contenido sin parar, cuando puso la botella en la mesa, tuvo que cerrar los ojos porque un picor que nunca había sentido antes le subía por la nariz.
- Cuando estaba vivo... - Murmuró aún sin abrir los ojos - Quería ver el mundo, salir del castillo y escapar, ¡quería leerme todos los libros del mundo! - Exclamó con renovado entusiasmo - Ver todas las pinturas del mundo - Se dejó caer hacía atrás y entonces sintió la cabeza del joven apoyada en su hombro. No supo que hacer, el contacto lo descolocó por unos momentos y abrió los labios pero las palabras no fluyeron esta vez.
No quería más contacto, no. No porque le molestara la presencia de Gerard, si no porque su deseo por morderle iba en aumento y no podía pertmitirselo, no. Era como ira la iglesia y asistir a una misa, teniendo pensamientos luguriosos y obsenos. El diablo le tentaba para que rompiera su propio código moral.
Entonces aléjalo Soren, ¿Que esperas?, empujalé y sientate lejos... ¿Porque no lo haces?
Porqué no puedes controlarme y lo sabes. Saldré tarde o temprano querido, así que sólo espera un poco...
Abrió los ojos abruptamente y se levantó del sofá sin ponerse de pie, haciéndo que la cabeza de Gerard resbalara de su hombro. No, no no no no...
- Me siento extraño - Murmura al fin - Me siento caliente por dentro, nunca me había sentido así... mi temperatura es siempre baja... wow...increible - Agregó tomándo una nueva botella, en realidad intentando alejar los pensamientos indecorosos que tenía, llevándosela a sus labios.
El chico sonrió, pareció que el ánimo le volvía de algún lugar, eso era bueno, no le gustaba verle deprimido, porque lo que le gustaba de él era precisamente esa vivacidad de sus ojos y la expontaneidad de sus acciones. El no podía ser tan... 'vivo' por obvias razones y estár cerca de Gerard de alguna manera lo hacía sentir esa pasión que en él era inexistente. Volvió a tomar la botella y bebió más hasta que terminó todo el contenido sin parar, cuando puso la botella en la mesa, tuvo que cerrar los ojos porque un picor que nunca había sentido antes le subía por la nariz.
- Cuando estaba vivo... - Murmuró aún sin abrir los ojos - Quería ver el mundo, salir del castillo y escapar, ¡quería leerme todos los libros del mundo! - Exclamó con renovado entusiasmo - Ver todas las pinturas del mundo - Se dejó caer hacía atrás y entonces sintió la cabeza del joven apoyada en su hombro. No supo que hacer, el contacto lo descolocó por unos momentos y abrió los labios pero las palabras no fluyeron esta vez.
No quería más contacto, no. No porque le molestara la presencia de Gerard, si no porque su deseo por morderle iba en aumento y no podía pertmitirselo, no. Era como ira la iglesia y asistir a una misa, teniendo pensamientos luguriosos y obsenos. El diablo le tentaba para que rompiera su propio código moral.
Entonces aléjalo Soren, ¿Que esperas?, empujalé y sientate lejos... ¿Porque no lo haces?
Porqué no puedes controlarme y lo sabes. Saldré tarde o temprano querido, así que sólo espera un poco...
Abrió los ojos abruptamente y se levantó del sofá sin ponerse de pie, haciéndo que la cabeza de Gerard resbalara de su hombro. No, no no no no...
- Me siento extraño - Murmura al fin - Me siento caliente por dentro, nunca me había sentido así... mi temperatura es siempre baja... wow...increible - Agregó tomándo una nueva botella, en realidad intentando alejar los pensamientos indecorosos que tenía, llevándosela a sus labios.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Comamos y bebamos, que mañana moriremos (Gerard)
Mmmh pues en cierto modo, la inmortalidad te dejaba leer todos los libros del mundo y ver todas las obras, de no ser un ser eterno sería IMPOSIBLE.
Pero cuando eres mortal esa sensación de quererlo todo es más intensa porque realmente sabes que no es posible realizar lo que tu deseas, y es entonces cuando eliges qué leer y qué ver, eliges entre todas las genialidades del mundo, solo algunas para poder deleitarte de ellas.
Creí que seguiría hablando sobre sus sueños mortales, pero no, al instante sentí que mi cabeza cedía hacia abajo. Si no llegase a ser por mi mano, me habría tumbado en el sofá, en el lugar donde antes había estado sentado el profesor. “Ya está Gerard… te has pasado.” Me volví a poner rígido en el sofá, y llevándome una mano a la cara de la vergüenza. “Estás subnormal” pensé, y me habría disculpado de no ser porque iba muy borracho y al segundo me dejó de importar lo que había hecho, además mañana habría olvidado mucho de lo que había pasado esta noche
- Me siento extraño. Me siento caliente por dentro, nunca me había sentido así... mi temperatura es siempre baja... wow...increíble – Cogió otra botella.
Yo me quedé mirándole ¿se siente caliente? Cuantas connotaciones podría sacar de esa simple frase, pero seguro que estaba desvariando. A lo mejor yo le daba más calor corporal…y eso no era bueno, no supe, y quizá no quise saber.
Volvimos a estar a una distancia. Yo sonreí al ver que el profesor realmente me estaba haciendo compañía en el hecho de perder la cordura. Bebí un trago.
-No temáis, es muy normal lo que os está sucediendo.- dije con normalidad. –Si os sentís más acalorado podéis quitaros…algo.- ¡¿cómo?! –Sí, ¿no? Estáis en vuestra casa.- murmure queriendo rectificar lo que había dicho.
-¡Oh Dios!- exclamé poniéndome de costado y dándole la espalda. A veces odiaba decir las cosas sin pensar. Le había dicho al profesor algo fuera de lugar, quería desaparecer.
Comencé a reírme…y misteriosamente seguí hablando ¡porque no había nadie que me hiciera callar! –Es que…en vuestra casa hace un poco de calor.- solté una ligera risa y la ahogue en la botella. –Habladme de vuestro sueños…quiero saber…- saber y saber…
Pero cuando eres mortal esa sensación de quererlo todo es más intensa porque realmente sabes que no es posible realizar lo que tu deseas, y es entonces cuando eliges qué leer y qué ver, eliges entre todas las genialidades del mundo, solo algunas para poder deleitarte de ellas.
Creí que seguiría hablando sobre sus sueños mortales, pero no, al instante sentí que mi cabeza cedía hacia abajo. Si no llegase a ser por mi mano, me habría tumbado en el sofá, en el lugar donde antes había estado sentado el profesor. “Ya está Gerard… te has pasado.” Me volví a poner rígido en el sofá, y llevándome una mano a la cara de la vergüenza. “Estás subnormal” pensé, y me habría disculpado de no ser porque iba muy borracho y al segundo me dejó de importar lo que había hecho, además mañana habría olvidado mucho de lo que había pasado esta noche
- Me siento extraño. Me siento caliente por dentro, nunca me había sentido así... mi temperatura es siempre baja... wow...increíble – Cogió otra botella.
Yo me quedé mirándole ¿se siente caliente? Cuantas connotaciones podría sacar de esa simple frase, pero seguro que estaba desvariando. A lo mejor yo le daba más calor corporal…y eso no era bueno, no supe, y quizá no quise saber.
Volvimos a estar a una distancia. Yo sonreí al ver que el profesor realmente me estaba haciendo compañía en el hecho de perder la cordura. Bebí un trago.
-No temáis, es muy normal lo que os está sucediendo.- dije con normalidad. –Si os sentís más acalorado podéis quitaros…algo.- ¡¿cómo?! –Sí, ¿no? Estáis en vuestra casa.- murmure queriendo rectificar lo que había dicho.
-¡Oh Dios!- exclamé poniéndome de costado y dándole la espalda. A veces odiaba decir las cosas sin pensar. Le había dicho al profesor algo fuera de lugar, quería desaparecer.
Comencé a reírme…y misteriosamente seguí hablando ¡porque no había nadie que me hiciera callar! –Es que…en vuestra casa hace un poco de calor.- solté una ligera risa y la ahogue en la botella. –Habladme de vuestro sueños…quiero saber…- saber y saber…
[jaaaaaaajajajaja que te sientes HOT]
Gerard Montefeltro- Humano Clase Media
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Re: Comamos y bebamos, que mañana moriremos (Gerard)
(( LOOOOOOOOOOL joder adoro a Gerard xD muero de risa con todos tus posts! pero este fue la ley! ))
Conforme bebía sentía que una sensación de calor inusual le subía por la garganta, hasta las orejas, era como estár sonrojado, pero aún más intenso, le picaba la nariz y el entrecejo, que extraño era todo aquello, observó facinado lo que el alcohol podía hacerle sentir, seguramente por eso, muchos eran adictos. Se preguntaba si también podría afectarle la razón como a los humanos, comenzar a divagar o a decir tonterías. ¡Olvidar! ¡Eso también! Se suponía que se bebía para olvidar. Pero Soren no era de las personas que consideraran olvidar algo oportuno. Los recuerdos eran lo único que le mantenían vivo, sabía que había existido gracias a lo que podía recordar y por más amargos que fueran los últimos recuerdos de Anuar, no intentaría olvidarlos.
- Está bien - Dijo sin más, sin cojer ninguna segunda intención en las palabras del chico, porque era pésimo leyendo entre líneas como decían por ahí, solía tomar las cosas literalmente y con toda la ingenuidad del mundo. Aunque a veces le gustaba bromear, jugar, para ser preciso, quizás el instinto del depredador que jugaba con su presa antes de morderla, quien sabe, de cualquier forma, se desabotonó la camiza sin miramientos - Pero me gusta la sensación - Agregó con tranquilidad - Me recuerda a lo que se siente al estar vivo, me pregunto a que temperatura estará... - Agregó llevándose el dorso de la mano a la frente como hacían los doctores - Curioso -
Tomó la botella de nuevo, comenzándo a sentirse adicto al maldito sabor, bebiendo largos tragos. Cuando separó la botella una risita tonta se escapó de sus labios sin motivo aparente.
- Mis sueños... - Comenzó y desvió su mirada al techo - Umm... Quiero... ser reconcido como individuo... se que estoy muerto... se que no debería existir - Comenta dejando escapar un largo suspiro - Pero quiero creer, que puedo llegar a ser amigo, amante, confidente y profesor...- Cierra los ojos por unos instantes y se incorpora de nuevo, el alcohol no le estaba afectando el juicio aún, pero si sentía más soltura para hablar - Estando contigo siento que estoy logrando mi sueño de se profesor... eso me hace feliz - Declara con una sonrisa amplia que rebela sus peligrosos colmillos - Me haces reír... y yo nunca reía - Finaliza.
Y me haces desear tu sangre, pequeño pintor, haces que mis labios tiemblen deseando presionarse contra tu cuello, haces que desee robarte esa viveza de tus ojos y esa pasión de la que parfeces estár hecho...
Conforme bebía sentía que una sensación de calor inusual le subía por la garganta, hasta las orejas, era como estár sonrojado, pero aún más intenso, le picaba la nariz y el entrecejo, que extraño era todo aquello, observó facinado lo que el alcohol podía hacerle sentir, seguramente por eso, muchos eran adictos. Se preguntaba si también podría afectarle la razón como a los humanos, comenzar a divagar o a decir tonterías. ¡Olvidar! ¡Eso también! Se suponía que se bebía para olvidar. Pero Soren no era de las personas que consideraran olvidar algo oportuno. Los recuerdos eran lo único que le mantenían vivo, sabía que había existido gracias a lo que podía recordar y por más amargos que fueran los últimos recuerdos de Anuar, no intentaría olvidarlos.
- Está bien - Dijo sin más, sin cojer ninguna segunda intención en las palabras del chico, porque era pésimo leyendo entre líneas como decían por ahí, solía tomar las cosas literalmente y con toda la ingenuidad del mundo. Aunque a veces le gustaba bromear, jugar, para ser preciso, quizás el instinto del depredador que jugaba con su presa antes de morderla, quien sabe, de cualquier forma, se desabotonó la camiza sin miramientos - Pero me gusta la sensación - Agregó con tranquilidad - Me recuerda a lo que se siente al estar vivo, me pregunto a que temperatura estará... - Agregó llevándose el dorso de la mano a la frente como hacían los doctores - Curioso -
Tomó la botella de nuevo, comenzándo a sentirse adicto al maldito sabor, bebiendo largos tragos. Cuando separó la botella una risita tonta se escapó de sus labios sin motivo aparente.
- Mis sueños... - Comenzó y desvió su mirada al techo - Umm... Quiero... ser reconcido como individuo... se que estoy muerto... se que no debería existir - Comenta dejando escapar un largo suspiro - Pero quiero creer, que puedo llegar a ser amigo, amante, confidente y profesor...- Cierra los ojos por unos instantes y se incorpora de nuevo, el alcohol no le estaba afectando el juicio aún, pero si sentía más soltura para hablar - Estando contigo siento que estoy logrando mi sueño de se profesor... eso me hace feliz - Declara con una sonrisa amplia que rebela sus peligrosos colmillos - Me haces reír... y yo nunca reía - Finaliza.
Y me haces desear tu sangre, pequeño pintor, haces que mis labios tiemblen deseando presionarse contra tu cuello, haces que desee robarte esa viveza de tus ojos y esa pasión de la que parfeces estár hecho...
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Comamos y bebamos, que mañana moriremos (Gerard)
Era interesante ver cómo se comportaba el profesor al empezar a sentirse diferente. Cualquier cosa ahora me parecía divertida, aunque posiblemente al rato me echase a llorar, eso nunca se sabe. Va variando mucho…ahora estaba arriba, casi eufórico, pero como toda subida tiene que haber necesariamente una bajada, para más tarde encontrarte en un punto medio, que según Sócrates es lo ideal.
Ser reconocido, sí, lo comprendí, porque yo también quería serlo. Giré un poco mi cuerpo para mirarle. ¿Por qué decía que no debería existir? Eso eran ‘paparruchas’ ¡menuda palabra! Torcí los labios al pensar eso. Le escuché con la cabeza apoyada en el cómodo respaldo, aunque a veces los ojos se me iban cerrando, se perdían. “¡Oh! Pero si se había desabrochado la camisa, que cosa…” pensé volviendo a levantar los ojos automaticamente.
Seguro que el profesor podía llegar a ser lo que él quisiera. Cuando terminó de hablar me quedé
pensando o quizá no, permaneciendo con el rostro sereno. Exhalé un suspiro y me incorporé en el sofá, me puse de pie tambaleándome un poco, y fui junto con mi botella (que ya era algo de mi propiedad) hacia la ventana que estaba cerrada.
-Para…mí sois más que un profesor.- comenté abriendo la ventana con la mano derecha. Era cierto, yo le había contado cosas que a mis compañeros jamás había pensado contarles, no sabría explicar el motivo, pero creí que podía hablar de todo con el profesor Kaarkarogf…pero a la vez de nada, eso cuando estaba sobrio, porque me limitaba mucho el hecho de que el profesor estuviera por encima de mí, siempre tenía que haber una distancia y un decoro.
Aún así los dos habíamos pasado por cosas que me hacían olvidar lo distintos que éramos... Me hacían creer que podríamos ser amigos de verdad.
Entró la humedad de la calle, respiré profundamente. Estaba chispeando, dentro de poco se pondría a llover torrencialmente. Me gustaban esos días, me apoyé en la barandilla de la ventana, y me quedé mirando hacia abajo, no pasaba nadie ya. Bebí de la botella de nuevo, pude sentir en mi rostro como las gotas corrían mi rostro, sonreí tranquilo.
- La risa es algo que nunca debería perderse, es bueno saber que por lo menos…os reis conmigo. – me giré aún agarrado a la barandilla por si fuera a marearme. Me quedé mirando al profesor, algo pude discernir al observarle, algo extraño ¿era tensión quizá?
-¿Estáis bien?- le pregunté dudoso, me acerqué a paso lento hasta él, le toqué la mejilla con dos dedos, estaba ardiendo. –Ummm…quizá deberíais parar de beber. – deslice la botella que tenía en sus manos para dejarla sobre la mesa.
–No estás acostumbrado, hay que ir poco a poco. – Me tumbé de nuevo en el sofá de golpe, iba a dormir ahí, porque me daba pereza hacer más movimientos.
-En unos días tengo una entrevista con un magnate del Arte, es un poco estirado, pero me puede pagar bastante bien por un trabajillo… me…me han escogido para restaurar los techos de Sainte Chapelle… - cerré los ojos para recordar el color tan intenso que tenían, un perfecto azul oscuro... era cierto que necesitaba una nueva mano de pintura. Además el dinero no me venía mal, aun siendo un trabajo muy peligroso.
–Con el dinero quiero comprar unas entradas para ¡un concierto!- comencé a reírme y mis ojos se bañaron en lágrimas de alegría. Haría cualquier cosa por ir a ese maldito concierto, siempre que andaba por las calles, veía miles de carteles anunciándolo.
Y si para conseguir esas entradas tenía que dejar mi cuerpo molido por las horas que pasaría pintando, así lo haría.
Ser reconocido, sí, lo comprendí, porque yo también quería serlo. Giré un poco mi cuerpo para mirarle. ¿Por qué decía que no debería existir? Eso eran ‘paparruchas’ ¡menuda palabra! Torcí los labios al pensar eso. Le escuché con la cabeza apoyada en el cómodo respaldo, aunque a veces los ojos se me iban cerrando, se perdían. “¡Oh! Pero si se había desabrochado la camisa, que cosa…” pensé volviendo a levantar los ojos automaticamente.
Seguro que el profesor podía llegar a ser lo que él quisiera. Cuando terminó de hablar me quedé
pensando o quizá no, permaneciendo con el rostro sereno. Exhalé un suspiro y me incorporé en el sofá, me puse de pie tambaleándome un poco, y fui junto con mi botella (que ya era algo de mi propiedad) hacia la ventana que estaba cerrada.
-Para…mí sois más que un profesor.- comenté abriendo la ventana con la mano derecha. Era cierto, yo le había contado cosas que a mis compañeros jamás había pensado contarles, no sabría explicar el motivo, pero creí que podía hablar de todo con el profesor Kaarkarogf…pero a la vez de nada, eso cuando estaba sobrio, porque me limitaba mucho el hecho de que el profesor estuviera por encima de mí, siempre tenía que haber una distancia y un decoro.
Aún así los dos habíamos pasado por cosas que me hacían olvidar lo distintos que éramos... Me hacían creer que podríamos ser amigos de verdad.
Entró la humedad de la calle, respiré profundamente. Estaba chispeando, dentro de poco se pondría a llover torrencialmente. Me gustaban esos días, me apoyé en la barandilla de la ventana, y me quedé mirando hacia abajo, no pasaba nadie ya. Bebí de la botella de nuevo, pude sentir en mi rostro como las gotas corrían mi rostro, sonreí tranquilo.
- La risa es algo que nunca debería perderse, es bueno saber que por lo menos…os reis conmigo. – me giré aún agarrado a la barandilla por si fuera a marearme. Me quedé mirando al profesor, algo pude discernir al observarle, algo extraño ¿era tensión quizá?
-¿Estáis bien?- le pregunté dudoso, me acerqué a paso lento hasta él, le toqué la mejilla con dos dedos, estaba ardiendo. –Ummm…quizá deberíais parar de beber. – deslice la botella que tenía en sus manos para dejarla sobre la mesa.
–No estás acostumbrado, hay que ir poco a poco. – Me tumbé de nuevo en el sofá de golpe, iba a dormir ahí, porque me daba pereza hacer más movimientos.
-En unos días tengo una entrevista con un magnate del Arte, es un poco estirado, pero me puede pagar bastante bien por un trabajillo… me…me han escogido para restaurar los techos de Sainte Chapelle… - cerré los ojos para recordar el color tan intenso que tenían, un perfecto azul oscuro... era cierto que necesitaba una nueva mano de pintura. Además el dinero no me venía mal, aun siendo un trabajo muy peligroso.
–Con el dinero quiero comprar unas entradas para ¡un concierto!- comencé a reírme y mis ojos se bañaron en lágrimas de alegría. Haría cualquier cosa por ir a ese maldito concierto, siempre que andaba por las calles, veía miles de carteles anunciándolo.
Y si para conseguir esas entradas tenía que dejar mi cuerpo molido por las horas que pasaría pintando, así lo haría.
[jooooooder...a veces me inspiro..otras no...esto...es acojonante xDDD]
http://www.sacred-destinations.com/france/images/paris/sainte-chapelle/lower-chapel-cc-Feuillu.jpg
para que no tengas que buscar en Wikiiwiki xDD
Gerard Montefeltro- Humano Clase Media
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Re: Comamos y bebamos, que mañana moriremos (Gerard)
Para…mí sois más que un profesor.
Eso le arrancó una nueva sonrisa, las sonrisas tampoco eran algo que se le diera fácil, especialmente con extraños, pero había descubierto ya que con Gerard era fácil sonreír. Porque Gerard parecía despertar en él cosas que creía, habían muerto con su cuerpo, Gerard le hacía querer vivir el momento como si fuera el último, como si fuera... un humano que pudiera morir.. Le vio acercarse de nuevo despacio luego de haber ido hasta la ventana, su rostro parecía preocupado ahora. Sus dedos le habían tocado la mejilla, la tibiesa de su tacto no se hizo tan evidente gracias al calor que el alcohol le había provocado.
- No es por el alcohol - Le aseguró cuando gentilmente el chico le quitó la botella - Es... - Se calló, que...¿Qué iba a decirle? ¿Qué era por el deseo de morderle? ¿Por su contradicción interior de querer probar su sangre aunque estuviera mal?. Bajó la mirada sintiéndose espantosamente culpable por tan siquiera contemplar la posibilidad y agarró la botella que Gerard le había quitado y se la llevó a los labios bebiéndo avidamente, hasta terminarla también. Sacudió la cabeza cerrándo los ojos fuertemente, de nuevo el picor en la nariz y en la garganta. Se agarró el puente de la nariz entre el dedo indice y el dedo pulgar y tuvo que quitarse las gafas, para poder restregarse los ojos mientras le escuchaba hablar de sus proyectos a corto plazo.
- Eso suena muy bien - Comentó sin abrir los ojos, temía que sus pupilas revelaran sus intenciones - Sainte Chapelle... ¡es enorme!... espero que te paguen lo suficiente para que puedas ir al concierto- Tragó saliva, tenía la garganta seca aún después de beber tanto alcohol - Iré a visitarla para ver tu trabajo... No como profesor, claro... sólo como espectador -
Dejó las gafas en la mesa y se recostó de nuevo en el sofá, le gustaba la sensación que envolvía su cuerpo ahora, comenzaba a sentir que podría hacer cualquier cosa si se lo proponía, que era poderoso y libre, que podría pararse sobre su cabeza o bailar una cumbia, entonces abrió los ojos y la figura levemente borrosa de Gerard apareció en sus azules ojos. Parpadeó e inesperadamente comenzó a reir con ganas, sus colmillos en evidencia, una visión de si mismo que nunca tenía.
(( Muy amable por el link joven! ))
Eso le arrancó una nueva sonrisa, las sonrisas tampoco eran algo que se le diera fácil, especialmente con extraños, pero había descubierto ya que con Gerard era fácil sonreír. Porque Gerard parecía despertar en él cosas que creía, habían muerto con su cuerpo, Gerard le hacía querer vivir el momento como si fuera el último, como si fuera... un humano que pudiera morir.. Le vio acercarse de nuevo despacio luego de haber ido hasta la ventana, su rostro parecía preocupado ahora. Sus dedos le habían tocado la mejilla, la tibiesa de su tacto no se hizo tan evidente gracias al calor que el alcohol le había provocado.
- No es por el alcohol - Le aseguró cuando gentilmente el chico le quitó la botella - Es... - Se calló, que...¿Qué iba a decirle? ¿Qué era por el deseo de morderle? ¿Por su contradicción interior de querer probar su sangre aunque estuviera mal?. Bajó la mirada sintiéndose espantosamente culpable por tan siquiera contemplar la posibilidad y agarró la botella que Gerard le había quitado y se la llevó a los labios bebiéndo avidamente, hasta terminarla también. Sacudió la cabeza cerrándo los ojos fuertemente, de nuevo el picor en la nariz y en la garganta. Se agarró el puente de la nariz entre el dedo indice y el dedo pulgar y tuvo que quitarse las gafas, para poder restregarse los ojos mientras le escuchaba hablar de sus proyectos a corto plazo.
- Eso suena muy bien - Comentó sin abrir los ojos, temía que sus pupilas revelaran sus intenciones - Sainte Chapelle... ¡es enorme!... espero que te paguen lo suficiente para que puedas ir al concierto- Tragó saliva, tenía la garganta seca aún después de beber tanto alcohol - Iré a visitarla para ver tu trabajo... No como profesor, claro... sólo como espectador -
Dejó las gafas en la mesa y se recostó de nuevo en el sofá, le gustaba la sensación que envolvía su cuerpo ahora, comenzaba a sentir que podría hacer cualquier cosa si se lo proponía, que era poderoso y libre, que podría pararse sobre su cabeza o bailar una cumbia, entonces abrió los ojos y la figura levemente borrosa de Gerard apareció en sus azules ojos. Parpadeó e inesperadamente comenzó a reir con ganas, sus colmillos en evidencia, una visión de si mismo que nunca tenía.
(( Muy amable por el link joven! ))
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Re: Comamos y bebamos, que mañana moriremos (Gerard)
Pues si no era alcohol lo que le hacía estar tan caliente, no me imaginaba qué podría ser, pero algo en mi interior me decía que era mejor no preguntar, y si el profesor no me lo decía sería por algo. Volvió a coger la botella que le había quitado ¿qué iba a hacer yo? ¿Impedírselo? ¡Vamos!
Yo asentí con entusiasmo cuando dijo que vendría a verla, ya no tanto por mi trabajo sino por lo que es la Iglesia en sí.
Había dejado las gafas sobre la mesa, ¿vería bien sin ellas? ¿O las llevaba…por…necesidad? Quién sabe. Me quedé mirándole extrañado cuando me observo sin ellas y más aún cuando comenzó a reírse, pude ver sus colmillos, era una visión perturbadora pero a la vez me hizo gracia y su risa fue gradualmente contagiándome.
-¡Ay!- exclamé llevándome las manos a los ojos para frotármelos. Al rato me calmé, al final con tantos contrastes entre frío y calor me pondría malo, “ya me preocuparé mañana de eso” pensé.
Me quedé mirando los dientes del profesor, como un niño cuando se siente atraído por un helado o algo brillante. Levanté la mano despacio, no por miedo sino por agotamiento, me concentré en el recorrido que llevaba mi mano, la coordinación en esos no momentos no iba en mi favor. Sonreí de medio lado al darme cuenta que en vez de tocar su boca había tocado su barbilla. No atinaba, quizá no debía tocar ese lugar que de estar sobrio nunca habría pensado en tocar. ¿Sus colmillos pincharían? No lo sabía, quizá por eso quise probarlo, simplemente por saber.
Aparté la mano dubitativo. –Lo siento.- ¿de verdad lo sentía? De cualquier manera podía justificar mi impulso, con un fácil “estoy borracho” alguna ventaja tenía que tener.
Achiqué los ojos volviendolo a mirar a directamente a sus ojos. –Fue Erkki el que te convirtió ¿no es así? ¿Por qué lo hizo? – No conocia esa historia, y realmente me interesaba. ¿Qué llevo al doctor a convertir al profesor en ‘esto’…? trague saliva angustiado, despues me llevé la botella a los labios y bebí con avidez.
-Habría sido bueno habernos encontrado en otras circunstancias…- murmuré desviando la mirada por lo que acababa de revelarle. Me habría gustado que fuéramos iguales, humana y
socialmente, pero eso nunca podría ser. En ese momento me di cuenta…de la realidad, aunque la había tenido delante toda la noche. “Me moriré…y no podré hacer nada para evitarlo.”
Asentí con la cabeza asqueado conmigo mismo. “Perfecto, Gerard…” bebí de nuevo para quitarme mi imagen demacrada de la mente ¿en qué estaba pensando?
– ¿Me podrías contar la historia?- pregunté mientras me frotaba el brazo con la mano libre.
Yo asentí con entusiasmo cuando dijo que vendría a verla, ya no tanto por mi trabajo sino por lo que es la Iglesia en sí.
Había dejado las gafas sobre la mesa, ¿vería bien sin ellas? ¿O las llevaba…por…necesidad? Quién sabe. Me quedé mirándole extrañado cuando me observo sin ellas y más aún cuando comenzó a reírse, pude ver sus colmillos, era una visión perturbadora pero a la vez me hizo gracia y su risa fue gradualmente contagiándome.
-¡Ay!- exclamé llevándome las manos a los ojos para frotármelos. Al rato me calmé, al final con tantos contrastes entre frío y calor me pondría malo, “ya me preocuparé mañana de eso” pensé.
Me quedé mirando los dientes del profesor, como un niño cuando se siente atraído por un helado o algo brillante. Levanté la mano despacio, no por miedo sino por agotamiento, me concentré en el recorrido que llevaba mi mano, la coordinación en esos no momentos no iba en mi favor. Sonreí de medio lado al darme cuenta que en vez de tocar su boca había tocado su barbilla. No atinaba, quizá no debía tocar ese lugar que de estar sobrio nunca habría pensado en tocar. ¿Sus colmillos pincharían? No lo sabía, quizá por eso quise probarlo, simplemente por saber.
Aparté la mano dubitativo. –Lo siento.- ¿de verdad lo sentía? De cualquier manera podía justificar mi impulso, con un fácil “estoy borracho” alguna ventaja tenía que tener.
Achiqué los ojos volviendolo a mirar a directamente a sus ojos. –Fue Erkki el que te convirtió ¿no es así? ¿Por qué lo hizo? – No conocia esa historia, y realmente me interesaba. ¿Qué llevo al doctor a convertir al profesor en ‘esto’…? trague saliva angustiado, despues me llevé la botella a los labios y bebí con avidez.
-Habría sido bueno habernos encontrado en otras circunstancias…- murmuré desviando la mirada por lo que acababa de revelarle. Me habría gustado que fuéramos iguales, humana y
socialmente, pero eso nunca podría ser. En ese momento me di cuenta…de la realidad, aunque la había tenido delante toda la noche. “Me moriré…y no podré hacer nada para evitarlo.”
Asentí con la cabeza asqueado conmigo mismo. “Perfecto, Gerard…” bebí de nuevo para quitarme mi imagen demacrada de la mente ¿en qué estaba pensando?
– ¿Me podrías contar la historia?- pregunté mientras me frotaba el brazo con la mano libre.
Gerard Montefeltro- Humano Clase Media
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Re: Comamos y bebamos, que mañana moriremos (Gerard)
Gerard había comenzado a reirse de repente, no entendía porque, no había dicho nada gracioso ¿y porque estaba riendo él también? se sintió tonto riendo y riendo sin motivo alguno, pero escuchar la risa de Gerard hacía que riera con más ganas. Menuda situación más extraña. Abrió los ojos de nuevo y se encontró con la borrosa visión del dedo de Gerard viajando hasta su cara, nada tenia sentido y se le daba más ganas de reír. El dedo de Gerard había dado con su barbilla y tuvo el impulso de morderlo. ¡Oh Dios que le estaba pasando!
- ¿Porque lo sientes? - Preguntó entre risas, observando el dedo embelezado, con una cara de idiota que se hubiera ganado un premio en algún concurso circence. Entonces el chico pareció ponerse serio y toda sorisa de su rostro se borró para dar paso a algo que parecía preocupación, de repente le preguntaba por Erkki... ¿Que significaba eso?¿Que pensaba Gerard que hubiera pasado si se hubieran encontrado en otras circustancias?.
- Erkki apareció una noche en la que me encontraba destrozado - Comenzó a decir, sin entender porque le resultaba tan fácil hablar de esas cosas con Gerard. Le había contado a Anuar parte de la historia, pero Anuar no parecía estar muy interesado en el asunto, porque no había vuelto a preguntar - No tenía otra salida... había escapado del castillo... persiguiendo una ilusión... me encontraba al borde de la carretera sólo, muerto de frío, no te imaginas el frío que hace en invierno en Suecia y sólo con un baúl con libros y esto... - Se llevó la mano al cuello y le mostró la cadena de plata corroída por el tiempo que exibía una media luna como dije y a su lado otro dije que se notaba mucho más nuevo.
- Erkki apareció de la nada, diciéndo que llevaba 10 años esperándome...¡10 años! no me lo podía creer, ¿10 años esperando por alguien como yo? pensaba, que creatura más incomprensible - Hizo una pausa y recordó el perfil aguileño de Erkki en la oscuridad - Erkki me ofreció la vida eterna y ser su compañero pero yo me negué - Sonrió vagamente desviándo la mirada hacía la mesa en donde se encontraban las gafas y la botella vacía - Entonces como era obvio... fui convertido a la fuerza, no se le puede decir no a la voluntad de un vampiro, especialmente cuando eres humano... -
(( no quiero que este tema se acabe nunca ;_; ))
- ¿Porque lo sientes? - Preguntó entre risas, observando el dedo embelezado, con una cara de idiota que se hubiera ganado un premio en algún concurso circence. Entonces el chico pareció ponerse serio y toda sorisa de su rostro se borró para dar paso a algo que parecía preocupación, de repente le preguntaba por Erkki... ¿Que significaba eso?¿Que pensaba Gerard que hubiera pasado si se hubieran encontrado en otras circustancias?.
- Erkki apareció una noche en la que me encontraba destrozado - Comenzó a decir, sin entender porque le resultaba tan fácil hablar de esas cosas con Gerard. Le había contado a Anuar parte de la historia, pero Anuar no parecía estar muy interesado en el asunto, porque no había vuelto a preguntar - No tenía otra salida... había escapado del castillo... persiguiendo una ilusión... me encontraba al borde de la carretera sólo, muerto de frío, no te imaginas el frío que hace en invierno en Suecia y sólo con un baúl con libros y esto... - Se llevó la mano al cuello y le mostró la cadena de plata corroída por el tiempo que exibía una media luna como dije y a su lado otro dije que se notaba mucho más nuevo.
- Erkki apareció de la nada, diciéndo que llevaba 10 años esperándome...¡10 años! no me lo podía creer, ¿10 años esperando por alguien como yo? pensaba, que creatura más incomprensible - Hizo una pausa y recordó el perfil aguileño de Erkki en la oscuridad - Erkki me ofreció la vida eterna y ser su compañero pero yo me negué - Sonrió vagamente desviándo la mirada hacía la mesa en donde se encontraban las gafas y la botella vacía - Entonces como era obvio... fui convertido a la fuerza, no se le puede decir no a la voluntad de un vampiro, especialmente cuando eres humano... -
(( no quiero que este tema se acabe nunca ;_; ))
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Comamos y bebamos, que mañana moriremos (Gerard)
¿Por qué le había preguntado por aquello? ¡Si no venía a cuento! Estaba fatal de la cabeza… pero eso siempre.
Comenzó a contarme la historia, yo intenté por todos mis medios mantener la atención centrada en lo que contaba, no me fue fácil, pero creo que lo logré.
Erkki fue su salvador, o así lo entendí, de no haber estado él siguiéndole el rastro (o como quieras decirlo) el profesor se ¡habría muerto de frío…! No sabía las razones de Erkki (quizá si me las explicaban tampoco las comprenderia), pero solo por el hecho tan noble de salvarlo no me pareció tan atroz su acción.
Me fijé en lo que colgaba del cuello del profesor, yo nunca llevaba recuerdos de ese valor sentimental, quizá porque no deseaba atarme. Son maneras de ver las cosas, no sabía qué significarían para él aquellas figurillas, eso quedaba en su intimidad. ¡Demasiado que le había preguntado por su pasado!
“Pobre Erkki…” pensé bajando la cabeza para mirar como mis dedos agarraban la botella. Como la soledad o lo que fuera te llevaba a cometer ¿errores? “¡No tiene sentido!” ¿Qué sabía yo? Fue convertido a la fuerza… qué duro me sonaba aquello. ¿La voluntad de un vampiro era inquebrantable? Enarqué una ceja pensativo.
-Si pudieras retroceder en el tiempo… ¿preferirías haber muerto?- pregunté con un hilo de voz mientras me imaginaba su cuerpo tirado en aquella carretera, helado hasta los huesos. Pasé mis dedos por el borde de la botella.
- ¿Le tienes rencor por lo que te hizo?- levanté levemente la cabeza para intentar mirarlo, no me gustaba preguntar cosas tan personales, pero ¡no podía parar!
- ¿Te arrepientes de lo que eres?- bajé de nuevo la cabeza porque no podía soportar sostenerle la mirada.
Si no quería responderme lo entendería…yo era solo un alumno.
Comenzó a contarme la historia, yo intenté por todos mis medios mantener la atención centrada en lo que contaba, no me fue fácil, pero creo que lo logré.
Erkki fue su salvador, o así lo entendí, de no haber estado él siguiéndole el rastro (o como quieras decirlo) el profesor se ¡habría muerto de frío…! No sabía las razones de Erkki (quizá si me las explicaban tampoco las comprenderia), pero solo por el hecho tan noble de salvarlo no me pareció tan atroz su acción.
Me fijé en lo que colgaba del cuello del profesor, yo nunca llevaba recuerdos de ese valor sentimental, quizá porque no deseaba atarme. Son maneras de ver las cosas, no sabía qué significarían para él aquellas figurillas, eso quedaba en su intimidad. ¡Demasiado que le había preguntado por su pasado!
“Pobre Erkki…” pensé bajando la cabeza para mirar como mis dedos agarraban la botella. Como la soledad o lo que fuera te llevaba a cometer ¿errores? “¡No tiene sentido!” ¿Qué sabía yo? Fue convertido a la fuerza… qué duro me sonaba aquello. ¿La voluntad de un vampiro era inquebrantable? Enarqué una ceja pensativo.
-Si pudieras retroceder en el tiempo… ¿preferirías haber muerto?- pregunté con un hilo de voz mientras me imaginaba su cuerpo tirado en aquella carretera, helado hasta los huesos. Pasé mis dedos por el borde de la botella.
- ¿Le tienes rencor por lo que te hizo?- levanté levemente la cabeza para intentar mirarlo, no me gustaba preguntar cosas tan personales, pero ¡no podía parar!
- ¿Te arrepientes de lo que eres?- bajé de nuevo la cabeza porque no podía soportar sostenerle la mirada.
Si no quería responderme lo entendería…yo era solo un alumno.
{{` ` Drama ON}}
Gerard Montefeltro- Humano Clase Media
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Re: Comamos y bebamos, que mañana moriremos (Gerard)
(( parecemos borrachos de verdad, un momento riendo y al siguiente drama-queens... haha ))
Giró su rostro ante la pregunta de Gerard, bastante sorprendido por la misma y apenas estaba pensando en la respuesta cuando el chico había continuado preguntando una vez más y otra. Se quedó mirándole pensativo sin saber cual de las 3 era más fácil de abordar, se llevó una mano al mentón y se acarició el asomo de barba descuidadamente sin responder aún.
- Escapé del castillo porque no soportaba más mi vida allí y porque... me enamoré de algo imposible - Comenzó a decir, pensando en Anatole - Él era un profesor... un filosofo que había llegado al pueblo, viajaba por el mundo escribiendo un libro - Se apresuró a agregar - No es lo que piensas... no... era un deseo sexual lo que sentía por él... me gustaban las mujeres como a cualqueir otro chico de mi edad, pero el profesor era especial, yo le veía como algo por encima de mi, demasiado inalcanzable, casi divino, porque fue la primera persona sabia de verdad que conocí - Dejó escapar un largo suspiro y meneó con la cabeza - Esa noche había escapado del castillo, desobedecí las ordenes de mi padre y escape de los guardias, para irme con él -
Tomó la botella, pero recordó que estaba vacía y la dejó de nuevo en la mesa
- Le busqué en la cabaña donde se alojaba... pero cuando arrivé, el casero me dijo que se había marchado días atrás y que había dejado un sobre para mi, el sobre contenía esta cadena y una carta - Explica, su mente se transportó a lejanos parajes que creía perdidos en lo más recóndito de su memoria, cuando se vivía tanto, se perdían muchos recuerdos, era imposible mantener todo en la cabeza, pero las memorias de cuando estaba vivo, era algo que se esforzaba por no perder.
- Si Erkki no hubiese aparecido... sinceramente no se que habría hecho... ¡yo era un noble! Había crecido en la abundancia, tenía un exclavo personal que me ponía las botas y me abotonaba la ropa, no sabía hacer nada por mi mismo, no se si hubiera podido sobrevivir... y regresar al castillo era... impensable, a esa edad uno es sobervio y orgulloso - Se recostó de nuevo en la silla observando el techo borroso. - No le guardo rencor... el rencor es una cosa innecesaria, sólo te dañas a tu mismo, creyendo que afectas a los demás, funciona igual que el odio, sólo lo sientes tu, sólo te duele a ti -
Esta vez se giró para verle y volvió a dejar escapar una sonrisa, ya no temía sonreír frente a él y sentía como si se hubiera quitado un peso de encima.
- Si no fuera inmortal, no habría podido apreciar tus obras, no habría aprendido a beber... - Deja escapar una risita - Hay que sacarle provecho a las cosas buenas - Finalizó alzando el dedo indice en el aire.
Giró su rostro ante la pregunta de Gerard, bastante sorprendido por la misma y apenas estaba pensando en la respuesta cuando el chico había continuado preguntando una vez más y otra. Se quedó mirándole pensativo sin saber cual de las 3 era más fácil de abordar, se llevó una mano al mentón y se acarició el asomo de barba descuidadamente sin responder aún.
- Escapé del castillo porque no soportaba más mi vida allí y porque... me enamoré de algo imposible - Comenzó a decir, pensando en Anatole - Él era un profesor... un filosofo que había llegado al pueblo, viajaba por el mundo escribiendo un libro - Se apresuró a agregar - No es lo que piensas... no... era un deseo sexual lo que sentía por él... me gustaban las mujeres como a cualqueir otro chico de mi edad, pero el profesor era especial, yo le veía como algo por encima de mi, demasiado inalcanzable, casi divino, porque fue la primera persona sabia de verdad que conocí - Dejó escapar un largo suspiro y meneó con la cabeza - Esa noche había escapado del castillo, desobedecí las ordenes de mi padre y escape de los guardias, para irme con él -
Tomó la botella, pero recordó que estaba vacía y la dejó de nuevo en la mesa
- Le busqué en la cabaña donde se alojaba... pero cuando arrivé, el casero me dijo que se había marchado días atrás y que había dejado un sobre para mi, el sobre contenía esta cadena y una carta - Explica, su mente se transportó a lejanos parajes que creía perdidos en lo más recóndito de su memoria, cuando se vivía tanto, se perdían muchos recuerdos, era imposible mantener todo en la cabeza, pero las memorias de cuando estaba vivo, era algo que se esforzaba por no perder.
- Si Erkki no hubiese aparecido... sinceramente no se que habría hecho... ¡yo era un noble! Había crecido en la abundancia, tenía un exclavo personal que me ponía las botas y me abotonaba la ropa, no sabía hacer nada por mi mismo, no se si hubiera podido sobrevivir... y regresar al castillo era... impensable, a esa edad uno es sobervio y orgulloso - Se recostó de nuevo en la silla observando el techo borroso. - No le guardo rencor... el rencor es una cosa innecesaria, sólo te dañas a tu mismo, creyendo que afectas a los demás, funciona igual que el odio, sólo lo sientes tu, sólo te duele a ti -
Esta vez se giró para verle y volvió a dejar escapar una sonrisa, ya no temía sonreír frente a él y sentía como si se hubiera quitado un peso de encima.
- Si no fuera inmortal, no habría podido apreciar tus obras, no habría aprendido a beber... - Deja escapar una risita - Hay que sacarle provecho a las cosas buenas - Finalizó alzando el dedo indice en el aire.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Comamos y bebamos, que mañana moriremos (Gerard)
[Totalmente... aún así un borracho no podría decir cosas así xDDD]
Demasiadas preguntas en un momento, puse los ojos en blanco al darme cuenta. Cuando el profesor se puso a hablar, y hablar. Si es cierto que ciertos puntos de esa historia si me los había contado aquella noche en la sala de esculturas, pero ahora cobraba un nuevo significado, ahora tenían mucho más valor, ahora al explicarme aquello no me quedaron dudas, me estaba contando la verdad como era sin omitir ciertos aspectos por quedar inconexos. Se enamoró de un profesor de filosofía, abrí los ojos haciendo entender lo interesado que estaba. Lo comprendí, sé que hay diferentes tipos de “amor”, siempre lo he sabido, lo difícil es discernir cuál de esos tipos es lo que sientes y no confundirte.
Asentí con la cabeza cuando comenzó a explicar lo que aquel filosofo era para él, el tema de “los profesores” ellos parecía que vivían en otra realidad, en una mucho mejor, y cuando te asomabas por una pequeña rendija, era maravilloso. ¿Cómo podría caber tanto conocimiento en una cabecita? Solo ellos podían.
El padre del profesor debía ser muy estricto y duro por lo que decía, o quizá era por los tiempos que corrían y los hombres así abundaban, pensé en mi padre, él era todo lo contrario, me dejaba hacer lo que quería cuando estaba en York, una pena lo que el futuro le fue a deparar, yo quería a mi familia (mi madre y mi padre), de eso no tenía la menor duda. Volví a coger el hilo de la conversación, la cadena era un regalo de ese profesor tan querido por él, y aún la conservaba manteniendo su recuerdo vivo, era emocionante. Me llevé la mano a la boca para que no me temblase. Me parecía tan terriblemente romántica esa historia, tan triste, eso le había marcado de por vida, no había más que verlo, y sobre todo escuchar cómo hablaba sobre ello. Su historia comparada con las mías ¡nada que ver!
A punto de morir por un amor desmesurado…por un imposible. ¡Ah! Eso me cautivó por completo.
Seguramente el tiempo había hecho madurar la relación que mantenía con Erkki, el rencor era algo tan normal de sentir en una situación así que solo el tiempo podría borrar toda esa mierda que te come por dentro, y que no puedes hacer nada para solventarla.
Sus ojos me sorprendieron en mis propias deducciones. Sonreí al instante correspondiéndosela. Me reí al ver su dedo como una exclamación en el aire.
-Bueno…tampoco es para tanto.- dije dándole una palmada en la pierna, con una fingida timidez. –Sí, siempre se puede sacar algo bueno de todo. - ¿de verdad? Da igual.
–Gracias por contarme esa historia, nunca me la habría imaginado.- comenté incorporándome para dejar la botella sobre la mesa. –Voy a parar…que me da a mí que me quedaré durmiendo en el baño.- me eché a reír, luego me quedé callado escuchando el silencio. –Hablando de baño…creo que me está llamando…- me levanté riéndome y fui con grandes zancadas hacia mi salvador.
Dejé la puerta entre abierta para poder seguir hablando con el profesor.
– Y…entonces… ¿tú no…? ¿Tú no vas a…? ya sabes ¿hacer de aguas mayores?- comencé a reírme fuertemente, no era una pregunta tan estúpida, el profesor había bebido bastante ¿no lo echaba por ningún sitio? Apoyé la cabeza en la pared para ubicarme entre esas cuatro paredes y haciendo lo que estaba haciendo.
Demasiadas preguntas en un momento, puse los ojos en blanco al darme cuenta. Cuando el profesor se puso a hablar, y hablar. Si es cierto que ciertos puntos de esa historia si me los había contado aquella noche en la sala de esculturas, pero ahora cobraba un nuevo significado, ahora tenían mucho más valor, ahora al explicarme aquello no me quedaron dudas, me estaba contando la verdad como era sin omitir ciertos aspectos por quedar inconexos. Se enamoró de un profesor de filosofía, abrí los ojos haciendo entender lo interesado que estaba. Lo comprendí, sé que hay diferentes tipos de “amor”, siempre lo he sabido, lo difícil es discernir cuál de esos tipos es lo que sientes y no confundirte.
Asentí con la cabeza cuando comenzó a explicar lo que aquel filosofo era para él, el tema de “los profesores” ellos parecía que vivían en otra realidad, en una mucho mejor, y cuando te asomabas por una pequeña rendija, era maravilloso. ¿Cómo podría caber tanto conocimiento en una cabecita? Solo ellos podían.
El padre del profesor debía ser muy estricto y duro por lo que decía, o quizá era por los tiempos que corrían y los hombres así abundaban, pensé en mi padre, él era todo lo contrario, me dejaba hacer lo que quería cuando estaba en York, una pena lo que el futuro le fue a deparar, yo quería a mi familia (mi madre y mi padre), de eso no tenía la menor duda. Volví a coger el hilo de la conversación, la cadena era un regalo de ese profesor tan querido por él, y aún la conservaba manteniendo su recuerdo vivo, era emocionante. Me llevé la mano a la boca para que no me temblase. Me parecía tan terriblemente romántica esa historia, tan triste, eso le había marcado de por vida, no había más que verlo, y sobre todo escuchar cómo hablaba sobre ello. Su historia comparada con las mías ¡nada que ver!
A punto de morir por un amor desmesurado…por un imposible. ¡Ah! Eso me cautivó por completo.
Seguramente el tiempo había hecho madurar la relación que mantenía con Erkki, el rencor era algo tan normal de sentir en una situación así que solo el tiempo podría borrar toda esa mierda que te come por dentro, y que no puedes hacer nada para solventarla.
Sus ojos me sorprendieron en mis propias deducciones. Sonreí al instante correspondiéndosela. Me reí al ver su dedo como una exclamación en el aire.
-Bueno…tampoco es para tanto.- dije dándole una palmada en la pierna, con una fingida timidez. –Sí, siempre se puede sacar algo bueno de todo. - ¿de verdad? Da igual.
–Gracias por contarme esa historia, nunca me la habría imaginado.- comenté incorporándome para dejar la botella sobre la mesa. –Voy a parar…que me da a mí que me quedaré durmiendo en el baño.- me eché a reír, luego me quedé callado escuchando el silencio. –Hablando de baño…creo que me está llamando…- me levanté riéndome y fui con grandes zancadas hacia mi salvador.
Dejé la puerta entre abierta para poder seguir hablando con el profesor.
– Y…entonces… ¿tú no…? ¿Tú no vas a…? ya sabes ¿hacer de aguas mayores?- comencé a reírme fuertemente, no era una pregunta tan estúpida, el profesor había bebido bastante ¿no lo echaba por ningún sitio? Apoyé la cabeza en la pared para ubicarme entre esas cuatro paredes y haciendo lo que estaba haciendo.
Gerard Montefeltro- Humano Clase Media
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Re: Comamos y bebamos, que mañana moriremos (Gerard)
- Si... tuve un tiempo en el que era muy pesimista y me lamentaba por todo lo que sucedía - Comienza a decir de nuevo - Pero cuando vives demasiado, aprenderes a afrontar los problemas sin compadecerte, sin buscar culpables en otros y descubres que puedes ser feliz a tu manera, disfrutando de las cosas buenas que abundan en el mundo - Le vió levantarse y decir que iba a detenerse y él que pensaba que los ebrios no podrían nunca parar.
- ¿Tienes sueño? oh... debes estár cansado - Comenta viéndo como se alejaba hacía el baño, escuchándole mientras continuaba hablando y buscando con su mano otra botella. ¿Se estaba volviendo un adicto? Pensaba llevándose la botella nueva los labios y bebiéndo de ella a grandes tragos sin miramientos. Esta sabía diferente a las demás, el sabor era más seco y parecía querer desgarrarle la garganta como aruñetazos.
Rió largamente y con ganas con la pregunta de Gerard y escupió parte del liquido que vevía y otra parte se le vino por la nariz. Toció sintiéndose realmente extraño, ahogarse no era precisamente algo que un muerto como él sintiera a menudo, teniendo en cuenta de que no necesitaba respirar, toció y rió al mismo tiempo, sintiéndo el cuerpo más torpe y entumecido, su mente comenzando a preguntarse si el alcohol lograba hacer eso aún cuando lo bebía ¿Como sería si se lo inyectaba directamente en la sangre? el efecto debía ser mucho más poderoso ¿Y las drogas? Él nunca se había drogado, pero sabía que era posible aún siendo vampiro si bebía de un humano que había usado las mismas previamentes.
- No se... no se - Murmura secándose las incipientes lágrimas que salían de sus ojos por la previa risa - Es la primera vez que bebo de esta manera... no se que pase después... pero normalmente no tengo que hacerlo, por que lo único que bebo es... bueno... ya sabes y es... absorbida por mi cuerpo - Explicó refiriéndose a la sangre. Sacudió la cabeza divertido, de repente todo le causaba gracia - Joven Gerard ¿Ha usado drogas alguna vez? - Le preguntó con curiosidad como un niño.
(( hahaha me mataste con lo del baño otra vez! Si Soren se vuelve alcoholico por tu culpa, la próxima vez que te vea en el chat, te las verás con migo!))
- ¿Tienes sueño? oh... debes estár cansado - Comenta viéndo como se alejaba hacía el baño, escuchándole mientras continuaba hablando y buscando con su mano otra botella. ¿Se estaba volviendo un adicto? Pensaba llevándose la botella nueva los labios y bebiéndo de ella a grandes tragos sin miramientos. Esta sabía diferente a las demás, el sabor era más seco y parecía querer desgarrarle la garganta como aruñetazos.
Rió largamente y con ganas con la pregunta de Gerard y escupió parte del liquido que vevía y otra parte se le vino por la nariz. Toció sintiéndose realmente extraño, ahogarse no era precisamente algo que un muerto como él sintiera a menudo, teniendo en cuenta de que no necesitaba respirar, toció y rió al mismo tiempo, sintiéndo el cuerpo más torpe y entumecido, su mente comenzando a preguntarse si el alcohol lograba hacer eso aún cuando lo bebía ¿Como sería si se lo inyectaba directamente en la sangre? el efecto debía ser mucho más poderoso ¿Y las drogas? Él nunca se había drogado, pero sabía que era posible aún siendo vampiro si bebía de un humano que había usado las mismas previamentes.
- No se... no se - Murmura secándose las incipientes lágrimas que salían de sus ojos por la previa risa - Es la primera vez que bebo de esta manera... no se que pase después... pero normalmente no tengo que hacerlo, por que lo único que bebo es... bueno... ya sabes y es... absorbida por mi cuerpo - Explicó refiriéndose a la sangre. Sacudió la cabeza divertido, de repente todo le causaba gracia - Joven Gerard ¿Ha usado drogas alguna vez? - Le preguntó con curiosidad como un niño.
(( hahaha me mataste con lo del baño otra vez! Si Soren se vuelve alcoholico por tu culpa, la próxima vez que te vea en el chat, te las verás con migo!))
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Re: Comamos y bebamos, que mañana moriremos (Gerard)
`[Ahora soy yo la mala influencia Ah no, vale, vale!!!! xD]
Cierto, había personas que solo cuando estaban al final de sus vidas se daban cuenta de lo que realmente habían tenido entre sus manos, y de lo que valía o no la pena, la pena es que muchos se den cuenta tan tarde. Yo no solía lamentarme de las cosas malas que me pasaban, bueno…tenía mis momentos depresivos pero eran contados. Pero sí que tenía pinta el profesor de haber sido muy trágico, sonreí al imaginarme al profesor en aquellos tiempos, totalmente consentido, y quejándose de su vida aunque lo tuviera todo.
Un poco de sueño sí que tenía, era inevitable, además llegaba a un punto que la bebida te hacía sucumbir al sueño. Podría soportar unas horas más, pero en el momento menos oportuno podía quedarme inconsciente, en un sueño del que no recordaría nada a la mañana siguiente, eso me había pasado incontable veces.
Cuando le pregunté aquella pregunta…algo indiscreta, e indecorosa, escuché cómo el profesor escupía algo “no, si al final se ahoga…” pensé concentrándome en la puntería.
-¡Ya!- exclamé con una ligera risa. – A ver si vais a explotar…- dije con voz amenazante pero cómica.
- Joven Gerard ¿Ha usado drogas alguna vez? – Preguntó, yo me quedé quieto un momento, me abroché el pantalón sacudiendo la cabeza, me lavé las manos, después me las sequé.
Me asomé por la puerta dejando todo mi peso sobre la pared.
–Bueno ¿y esa pregunta?- pregunté serio, pero luego empecé a reírme. – ¡Lo que me faltaba! Suficiente tengo con esto.- señalé a las botellas de la mesa. Bueno al alcohol se le consideraba una droga, y tenían razón. Me fui acercando de nuevo al sofá, y caí en él pasando una de mis piernas por debajo de la otra.
– No he consumido más que…lo que estáis viendo. – respondí con una limpia sonrisa. -¿Por qué…es que queréis probar? Conozco a gente que… vende gran diversidad de “alegrías”. – Me pasé la mano por el pelo, un movimiento bastante seco.
- ¡Ah! Es cierto que a ti no puede pasaros nada, probemos con el pobre Gerard.- eché mi cabeza hacia atrás riéndome.
Un poco de sueño sí que tenía, era inevitable, además llegaba a un punto que la bebida te hacía sucumbir al sueño. Podría soportar unas horas más, pero en el momento menos oportuno podía quedarme inconsciente, en un sueño del que no recordaría nada a la mañana siguiente, eso me había pasado incontable veces.
Cuando le pregunté aquella pregunta…algo indiscreta, e indecorosa, escuché cómo el profesor escupía algo “no, si al final se ahoga…” pensé concentrándome en la puntería.
-¡Ya!- exclamé con una ligera risa. – A ver si vais a explotar…- dije con voz amenazante pero cómica.
- Joven Gerard ¿Ha usado drogas alguna vez? – Preguntó, yo me quedé quieto un momento, me abroché el pantalón sacudiendo la cabeza, me lavé las manos, después me las sequé.
Me asomé por la puerta dejando todo mi peso sobre la pared.
–Bueno ¿y esa pregunta?- pregunté serio, pero luego empecé a reírme. – ¡Lo que me faltaba! Suficiente tengo con esto.- señalé a las botellas de la mesa. Bueno al alcohol se le consideraba una droga, y tenían razón. Me fui acercando de nuevo al sofá, y caí en él pasando una de mis piernas por debajo de la otra.
– No he consumido más que…lo que estáis viendo. – respondí con una limpia sonrisa. -¿Por qué…es que queréis probar? Conozco a gente que… vende gran diversidad de “alegrías”. – Me pasé la mano por el pelo, un movimiento bastante seco.
- ¡Ah! Es cierto que a ti no puede pasaros nada, probemos con el pobre Gerard.- eché mi cabeza hacia atrás riéndome.
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