Día de duro trabajo, noche de placentero descanso **Libre**

por **Natasha K. Trubetzkoy** Miér Sep 15, 2010 4:29 pm

Había salido del taller de costura algo más tarde que Anatol y mamá, pues había tenido que quedarme a terminar unos bordados para que las costureras de las primeras horas de la mañana pudiesen ensamblar por fin las piezas del vestido. Como venía siendo costumbre, me traía del trabajo a casa retales que sobrasen de los vestidos, siempre intentando conseguir algunos lo suficientemente grandes como para poderme hacer yo un vestido, aunque fuese combinando distintas telas.

La noche era más fría que ninguna otra, quizás por eso mis pasos eran acelerados y por ello tomé un atajo de camino a casa. Normalmente iba por calles principales ya que me daba un poco de miedo ir sola por la calle a estas horas, pero al hacer tanto frío lo que más quería era llegar a casa lo antes posible, y el camino más rápido era cruzando dos callejones.

En una mano llevaba mi pequeño bolso de costura, con mis utensilios, y bajo el otro brazo, rodeándolo, tres retales de tela enrollados, los cuales utilizaría para hacer la falda del actual vestido que estaba preparando. Al parecer había estado lloviendo casi todo el día y el suelo estaba bastante mojado y encharcado, por lo que ya llevaba los bajos de mi falda bastante mojados, por no mencionar mis pies... Con los zapatos de piel totalmente mojados.

Los callejones, tenían el contra de tener el suelo con adoquines de más baja calidad, y acumulaban mayor agua. Con las prisas no calculé muy bien la distancia al saltar un pequeño charco y metí de lleno el pie dentro resbalando y cayéndome al suelo, quedando el bolso de costura y las telas esparcidas por el suelo del callejón - Vísteme despacio, que tengo prisa - me dije a mí misma apoyando las manos en el suelo para levantarme. Tenía la parte de atrás del vestido totalmente mojada y sucia por el agua estancada.

Respiré profundamente y miré a mi alrededor y al ver las telas en el suelo corrí a recogerlas y ponerlas en un lugar seco, para luego agacharme y empezar a recoger todas las cajetillas de botones, y utensilios de costura que habían caído del bolso.

por **Jonathan Usher** Miér Sep 15, 2010 4:58 pm

Cada día que pasaba le era un tormento, París no era lo que él pensaba, y al parecer no lo llegaría a ser, tal ves lo único que quería Jonathan era quedarse en su forma animal y deambular por allí blandiendo sus alas, como instrumento de transporte, sin detenerse en ningun lugar en especial, o quizá esperaba a que llegase alguién que le brindara una oportunidad mayor a la que la libertad le tendía.
Cual fuese que fuera lo que esperaba -Ni el mismo lo sabía- estaba en este lugar de eso no había duda, porque París le atraía como si fuese su patria misma. Después de una larga caminata, inspeccionando, deambulando, analizando y reflexionando sobre el porqué se encontraba allí, decidió que necesitaba un momento de tranquilidad, para hacer eso simplemente tenía que extender sus brazos tomar impulso y dejar que su cuerpo adoptara la forma que a él mas le gustaba.
Se dirigió a un callejón donde podría llevar a cabo su transformación sin que nadie se percatase de ello, corrió para darse impulso, sus brazos se vieron convertidos en grandes alas blancas con un plumaje exquisito de gran esplendidad, su cuerpo estaba por adoptar la finura de una lechuza blanca de ojos grandes color caramelo cuando un sonido llamó su atención relegando su transformación, dejándo unicamente alguna que otra pluma sobre el suelo...
Entrecerró los ojos escrutando en la oscuridad para ver mejor, aunque eso no le era necesario su visión era perfecta como el ave nocturno que era, se acercó sigilosamente a la jóven que se ponía en pie y levantaba presurosamente sus pertenencias que yacían sobre el suicio suelo, -demeje ayudarla mademoiselle- dijo esbozando una media sonrisa y tomando algunas de las cosas que se encontraban a su alcance.

por **Natasha K. Trubetzkoy** Miér Sep 15, 2010 5:13 pm

Quizás estaba tan centrada en recoger rápido mis bártulos o quizás fuese cierto que aquel joven se acercó a mí con el mismo sigilo que la muerte lo hace cuando se acerca tu hora. A veces la gente decía sentir una presencia tras de sí, y al girarse había alguien, pero yo no sentí nada, no oí nada, seguía totalmente ajena a la presencia que se acercaba a mí.

Sólo la voz del chico me hizo reaccionar tomándome totalmente por sorpresa. Al escuchar su voz solté un pequeño y agudo grito por el susto que me había dado, me llevé la mano al pecho girándome y levantándome apresurada para apartarme de la procedencia de la voz. Pero tal fue mi torpeza que me pisé el vestido y volví a caer al suelo de forma absurda, quedando patente que lo mío no era salir rauda y veloz de las situaciones peligrosas.

Cuando vi que era un chico bastante atractivo, de aspecto cuidado y sano suspiré sin aún levantarme del suelo - Cielo santo Monsieur... vaya susto me ha dado - Susurré apoyando una de las manos en el suelo para incorporarme- N-no... no se preocupe, puedo recogerlo yo - añadí apresurándome a recoger las cosas para no molestar a nadie.

por **Jonathan Usher** Miér Sep 15, 2010 5:36 pm

Intentó sonar lo mas normal y tranquilo que podía para no asustarla, aunque eso no le había sido de mucha ayuda, dándose cuenta de ello cuando la jóven se vió exaltada y asustada al escucharlo, -quizá no le había escuchado caminar, o se debiese al hecho de que nadie le escuchaba gracias a su naturaleza- esté sonrió y alzó una mano para darle la impresión de que no quería lastimarla, un acto que sólo se veía en escenas de teatro, él intentó detenerla pero su reflejo fué en vano, la joven cayó nuevamente al suelo.

-Lo lamento tanto, no quería tomarla por sorpresa mademoiselle , siento mucho haberla asustado- se disculpó tendiéndole una mano para ayudarla a levantarse, -un sot- pensó acercándose una ves mas a ella.

La mujer mostraba se mostraba presurosa al intentar levantar sus posesiones, -no es una molestia, dejeme ayudarla mademoiselle- dijo levantando algunos botones de colores y diseños variados, sin hacer cuestionamiento, divizó un botón de forma irregular que se encontraba en el fondo de un pequeño charco, se agachó hacia él y lo miró con detenimiento, tenía unos relieves con pequeñas piedras incrustradas, varias de ellas se habían salido de su sitio, -creo que se ha dañado-comentó tendiéndole el estropeado objeto, -oh! pero que falta de cortesía..., soy Jonathan Usher- se presentó con una sonrisa amistosa haciéndo un ademán con la cabeza en dirección de la señorita.

por **Natasha K. Trubetzkoy** Miér Sep 15, 2010 6:37 pm

Miré su mano y deslicé la mía sobre la suya sujetándome para incorporarme, la verdad es que había sido bastante cortés - No se preocupe Monsieur, estas cosas pasan...- susurré mirándole unos segundos a los ojos y sonriendo levemente antes de seguir recogiendo las cosas del suelo y guardándolas en sus cajitas correspondientes.

Al ver como insistía en ayudarme alcé de nuevo la mirada hacia él - Merci, Monsieur - susurré sonriendo algo tímidamente antes de seguir recogiendo las cosas. Ya casi no quedaban botones esparcidos y me pasé una mano por la frente apartando un mechón de pelo. El joven volvió a hablarme y alcé la mirada fijándome en el botón dañado - Vaya... eso no es nada bueno... - susurré, pues sabía que debería pagar el alto coste de ese botón, y eso me supondría una pérdida considerable.

Extendí la mano cogiendo el botón y lo guardé en una cajita, era el último que quedaba. Justo cuando iba a levantarme el joven se presentó.
Le miré a los ojos sonrojándome levemente y le ofrecí mi mano incorporándome para presentarme - Natasha Trubetzkoy - me presenté con cortesía.

por **Jonathan Usher** Miér Sep 15, 2010 7:48 pm

Sujetó su mano con delicadeza, para no mostrarse brusco ni codescendiente, sintió las manos suaves y delicadas de la joven, pero que mostraban su desgaste natural a causa de trabajo no tan riguroso como el campo, pero seguía siendo trabajo a fin de cuentas.

-ne se préoccupez pas- respondió al agredicmiento de la jóven, dejando ver su acento mezclado en primer lugar con el de la patria que lo viera nacer hacia ya varios años y en segundo lugar la mezcla entre tantos otros, debido a sus viajes alrededor del mundo -propiciado por su naturaleza de cambiaforma-, hizó un ademán con la cabeza alejándose de la jóven.

Ella miró el botón con cierto desasociego, Jonathan inquirió que debía serle una pérdida a su labor el percance de aquél objeto. Una sonrisa curvó sus labios mirando las mejillas de la dama teñirse de un pálido rosa, -es un gusto mademoiselle Trubetzkoy- dijo estrechándole la mano con delicadeza.

por **Natasha K. Trubetzkoy** Miér Sep 22, 2010 6:28 pm

Sonreí estrechándole la mano con firmeza pero a la vez delicadeza y tras soltarle recogí todas las cosas atusándome el vestido sucio por haberme caído.
Respiré profundamente mirándole de nuevo a los ojos - Merci, monsieur Usher, merci...- repetí nuevamente agradecida por su ayuda, dedicándole una inocente y fresca sonrisa, sin llegar a mostrar mis dientes.

Colgué sobre mi hombro la pesada bolsa de útiles de costura y colqué bajo mi brazo las telas para seguir con mi camino, pero sería de muy poca cortesía dejar atrás a alguien que me había ayudado. Así que me quedé unos segundos sin saber realmente qué hacer. ¿Debía irme? ¿Debía quedarme?

por **Jonathan Usher** Miér Sep 22, 2010 9:40 pm

Los últimas cosas que se encontraban tiradas fueron levantadas, sonrió cuando la jóven se disculpaba, -no se preocupe mademoiselle, estoy para servirle- inquirió con una sonrisa amigable, observó como la dama se colgaba en sus níveos y frágiles brazos sus grandes bolsas repletas de sus utensilios de trabajo, era tan recatada que no podía imaginarla tratando con la gente despota de grandes riquezas que pagaban por sus servicios.
-permitame ayudarla, será un placer para mí- dijo acercándose a ella con gracia y sigilo, tendiendole su mano para que ayudarle con sus bolsas, odiaba ver a las mujeres sin la ayuda de un hombre, ellas debían ser tratadas como princesas, sin tener que hacer nada que pudiera serles dañino por mínimo que fuera.

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