buscando sin buscar encontró el placer {privado}

por **Casandra Uffyzi** Lun Jul 27, 2015 12:07 pm

Había sido una semana dura y estresante, estaba cansada y eso era raro en mi, quizás fuese porque la noche anterior había sido luna llena, y eso agotaba más y mas mi energía. Los días de luna llena mi cuerpo pedía a gritos placer, satisfacción, excitación... todo lo que me diesen era poco; pero la noche había llegado a su fin y con ella un nuevo día, un día que estaba llegando a la noche, y me tocaba ir a casa, para acortar, decidí meterme por los callejones, necesitaba despejarme por lo que no mande a nadie a buscarme, caminar me haría bien o ese pensaba.

Me adentré en un callejón, estaba oscuro, como a mi me gustaba. A lo lejos percibí unos pasos y una aroma, era una mujer joven, mis instintos se agudizaron, y por mi cuerpo recorrió una sensación de maldad, aquella joven seria mi método anti extres, me iba a desfogar con ella.

Aguarde entre la oscuridad, su corazón latía rápido, era normal pues en la ciudad se conocía el peligro de los callejones; paso, y sin que ella le diese tiempo a reaccionar, la atrapé, y la lleve hasta una pared. la puse contra ella, y sin más, y de la manera mas salvaje que podía haber, la desvestí, dejándola desnuda, mientras un rallo de luna iluminaba mi cara.

-No temas preciosa, esta noche seras mía. Tu servirás para llenar mis deseos.-

Le decía en un susurro al oído, mientras mi voz se tornaba de terror a sensual. Mis manos sujetaban su cintura, mientras mi nariz recorría su cuello, en busca de su aroma. Bese aquel cuello joven, mientras oía a su joven corazón latir mas y más rápido..Mi manos derecha bajo hasta su vagina, para explorarla...

-Relájate pequeña, que no te matare, quizás te mate de placer y de deseo, pero tu vida no correrá peligro-

por **Sweet Von Teese** Mar Ago 11, 2015 9:34 am

buscando sin buscar encontró el placer {privado} ZExsw11

Era de noche aún, según su noción del tiempo en breve amanecería y París volvería a su trajín diario justo cuando ella optaba por tomar un descanso y relajarse de los trabajos nocturnos. Es que si bien su trabajo era nuevo en cuanto a locaciones, seguía trabajando de lo mismo que antes solo que esta vez, la atmósfera del lugar era mucho mas extraña a la que recordaba de otros burdeles anteriores. El burdel actual era visitado por clientes con gustos particulares.

No le gustaban los callejones, aun no se tenia la confianza y esa luz de luna a medio iluminar el camino no era algo que le sirviera de mucha ayuda. Pero tenia ganas de descansar ya. No veía la hora de que se avecinara su franco para aclarar un poco su cabeza y dejar de pensar idioteces sobre su nuevo trabajo y por sobre todo sobre su empleador Lucciano que de solo verla ya la tenia en sus manos.

En eso venía pensando, hasta que recordó que un cliente le ofreció como propina un poco de opio y decidió que era un buen momento para calmar sus nervios fumando un poco. Estaba rebuscando en el bolso cuando de pronto sintió el golpe sordo de su espalda contra la pared. Sus simples vestiduras que apenas servían para cubrirla en la calle cayeron a sus lados como si hubieran sido partidas en dos por un rayo. Y se encontró desnuda en pleno callejón, apenas se acostumbró a la luz, se quejó y notó frente a ella unos ojos penetrantes, una melena morena y piel de terciopelo. Sorpresivamente la voz era femenina y se estremeció al notar que recorría su cuello.

- No me mates...te daré todo lo que tengo...¡ toma mi bolso, solo llevo eso! - llegó a expresar con temblor en la voz. Nunca nadie la había abordado con tal brutalidad. Otra frase en respuesta y las dudas se agruparon en la cabeza de la prostituta. ¿Placer, deseo? y una mano fundiéndose bajo sus bragas, alcanzando la pequeña fuente de placer que allí se alojaba. Estaba muy sensible por las caricias acumuladas por la noche.

- ¿ Qué es lo que quieres y quién eres? - preguntó al razonar que podía llegar a ser alguna cliente del local. Considerando su fuerza eso era algo creíble. Misteriosamente este era un rasgo que solían tener la mayoría de los clientes.

por **Casandra Uffyzi** Miér Ago 19, 2015 10:28 am

Su voz sonaba aterrada y confusa, eso me gustaba más y a la vez subía mi nivel de excitación, que aquel día era más de lo normal.

Si tenia que reconocerlo me gustaba dominar, y mas en el ámbito sexual, me sentía poderosa y más en jóvenes inexpertos, aquello me hacia servirles de maestra. Y aquella noche no iba a ser menos; por todos aquellos que me conocían sabían de sobre que me gustaban las mujeres y los hombres, a la hora del placer y el deseo, experimentar era lo mio.

-No temas mi niña, o te haré nada que no te guste, se quien eres, eres prostituta, has trabajado en el burdel, lugar en el cual trabajo yo..pero también se lo inexperta que eres en cuanto a mujeres se habla, por eso hoy te dejare enseñarme aquello que tan bien dicen los hombres que haces..pero te advierto mi pequeña, que domino yo, y que el placer y la lujuria es algo que me caracteriza-

Le dije mientras mi mano llegaba a sus clítoris, y lo movía en círculos, en busca de su placer;mi lengua bajo hasta su desgastada camisa. la cual arranque, dejándola al desnudo, aquellos senos me estaban llamando a que los probase, y a mi boca me lleve un pezón, duros y juveniles, mientras jugaba, notaba como su vagina se iba humedeciendo, decidí que era hora de soltarla un poco.

Me alejé, un poco de ella, para quitarme mis lujosas ropas, y dejar mi hermoso cuerpo al desnudo..

-No temas, déjate llevar y pasaremos muy bien..y me puedes llamar Andra, ven acércate y demuéstrame lo que sabes hacer..si quieres..sino te haré de todo aquello que ninguna mujer te ha logrado hacer-

Le dije con un tono de voz sensual, mientras caminaba con paso firme y sensual hacia ella, la cual aun estaba contra la pared..con sus piernas separadas y su cuerpo al desnudo.

por **Sweet Von Teese** Jue Sep 03, 2015 8:30 pm

Su fuerza era increíble, no dejaba de contenerla contra la pared del callejón. Si bien Sweet era de contextura menuda era de esperar que cualquiera pudiera dominarla simplemente con un poco mas de brutalidad. Sentía la respiración de la mujer sobre su rostro y nunca estuvo tan confundida y desnuda en medio de un callejón en París.

Recordaba apenas algún lejano recuerdo del campo donde con uno de sus primos habían tenido intimidad entre medio de unas chozas, el frío era lo único que le molestaba del invierno, no había motivos por el cual deberían de estar fuera semidesnudas. Y sintió en su entrepierna el calor de las caricias acompañados por el leve agarrotamiento de las piernas e incluso de las rodillas.

- ¡Espera, espera! No tengo inconveniente en aceptarte en mi cuarto, pero al menos permíteme no morir de frío aquí en medio de la calle - comentó a media voz en medio de temblores impropios y no requeridos por su propio organismo. Giró su cabeza a uno de los lados, viendo unas luces en la acera, propias de los vehículos de la cuadra. Aun había movimiento en las calles, cosa que aun se le hacia raro en caso que alguien llegara a observar la escena. Si bien tenia experiencias, los arrebatos de lujuria solían dársele mal últimamente después de las agresiones sufridas en el burdel por hombres con muchas ansias de golpear mujeres solo por considerarlas putas.

- ¡Andra, Andra...por favor! - suplicó con sus latentes caricias al ver que ella se había alejado un poco mas de ella quitándose la ropa puesta también. Su tono se volvió un poco mas imperioso por los temblores que la aquejaban, se agachó a tomar el saco con el cual se cubrió ya que el resto de su ropa estaba prácticamente perdida.

Le clavó la vista y comento - No puedes simplemente venir y romperme mis ropas como si no valieran una mierda, como si yo no valiera nada ¡¿Acaso estas demente mujer?! ¡No tengo problemas de tener una noche con una mujer pero... pero... esta no es la forma...ni ... ni el lugar, ni... las condiciones climáticas siquiera! - exasperada comentó la prostituta tartamudeando por la situación, aun no sabía como iba a reaccionar, su fuerza era brutal, obviamente descartaba la posibilidad de batirse a duelo con una mujer como Andra en caso que esta se enojara. Pero la exasperación y su poca estima la habían llevado al limite. Solo lo notó apenas terminó de cantarle las cuarenta.

por **Casandra Uffyzi** Miér Sep 16, 2015 7:59 am

A pesar de encontrarme en mis noches de arrebatos y descontrol por la luna llena, era consciente de lo que hacía y sabía que esta tratando con una humana, que su cuerpo no era como el mío y que el frío le iba a pasar factura, por lo que tendría que pensar una solución, para aquello.

Pero mi instinto animal y salvaje me decía que la tenía que hacer mía, no podía llevar a ningún lado. Le tire mi gabardina, para que se la pusiese, mientras yo me iba en busca de maderas para poder hacer un fuego o algo, donde calentarse....Tras un rato, llegue con un barril y maderas, sacando una cerilla de mi bolso comencé el fuego, para así el lugar fuese mas cálido.

La tome de la mano, y la llevé hasta la pared, le abrí mi gabardina y le separe sus piernas, mientras mis manos jugaban con sus pezones, yo me puse de rodillas y lleve mi boca hasta sus intimidad. Comencé a saborear aquello como si de un rico manjar se tratase, mi lengua se introducía dentro de ella, le hacia círculos con la lengua en su clítoris..

-Déjate llenar pequeña-

por **Sweet Von Teese** Miér Sep 16, 2015 11:44 pm

Bueno, ya lo había dicho y estaba conforme al menos con ello, no quería ser de las que se callaban más, ya no más... Suficiente era ser una mujer golpeada, mordida, una prostituta. Sabía que vender su cuerpo tenía su precio pero no era éste el que había pretendido en su vida.

Respiró con frio que se manifestaba en la neblina que salía de su boca al exhalar. Su piel se volvía mas nívea con el viento que corría por el callejón esa noche. La sorpresa llegó cuando Andra dejó de mostrar esa fiereza que tenia y ya mas comprensiva de la situación a pesar de su arrebato le arrojó su gabardina que Sweet no demoró en colocarse sobre ella abrazándose al calor que su cuerpo tenia, incluso dio unos pasos sobre el lugar para calentarse mas pero…no estaba allí ¿Dónde se había metido? La prostituta se giró sobre si misma e incluso caminó unos pasos hasta un lugar mas reparado del frio donde se quedó. En ese lugar había algunas mantas tiradas en el suelo propiedad de algún indigente, algunas baratijas y lo que bien podría ser un techo que no era mas que una extensión de la casa que sobresalía sobre el callejón pero bastaba para cubrirla del frio y posiblemente esconderla de la mujer que intempestivamente llegó a dejarla desnuda en plena ciudad. No podía huir sin algo de ropa para la parte baja. Además no es que estuvieran cerca del burdel ni de su departamento como para escapar corriendo sopesando la idea que algún hombre de aprovechara de ella por andar en ropas mínimas por las calles de noche y sola.

Quiérase o no la única opción era aguardar a Andra y sopesar la idea que si le daba lo que ella quería podía ser de ayuda para encontrar ropa para vestirse. Tampoco sabía si iba a seguir viva después de esto. Perdida en sus pensamientos sobre como escapar se encontraba cuando un sonido de maderas crepitando la trajo de vuelta al mundo real. La mujer estaba haciendo un fuego grande en la entrada de la pequeña garita que había conseguido cubrirla del frio y el viento.

Con un rápido movimiento Andra la apoyó contra la pared y tocándola con descaro comenzó a rodar su lengua por su clítoris con mucha destreza. Tanta que Sweet se arrepintió de no haber disfrutado en el día de las caricias de otros ya que eso hubiera supuesto un poco mas de resistencia de su parte. Para esas horas había sido tocada y abusada por mas de 8 hombres lo que hacía que deseara un poco de placer para ella también. Y terminó por sucumbir a esos placeres, lenguas de fuego la recorrían por el cuerpo cuyo centro era su bajo vientre. El frio desaparecía y dejaba espacio para los gemidos que resonaban en las paredes de la calleja mientras agarraba la cabeza de la chica con una de sus manos pidiéndole que continuara. Su espalda se apoyaba sobre la pared donde su trasero se apoyaba buscando retroceder ante el desenfreno de la intrusa pero si bien su cabeza decia No, su cuerpo no opinaba lo mismo y disfrutaba con esa violacion consentida.

por **Casandra Uffyzi** Jue Oct 01, 2015 5:15 am

Fui notando como sucumbia a mis placeres y se dejaba llevar, sus cuerpo y su pasión estaban saliendo a la luz, y se notaba porque su cuerpo se relajo y su corazón igual, tenia que reconocer que era buena y se me daba bien el sucumbir a las personas y mas si con sexo se trataba.

Mientras mi lengua jugaba en su entre pierna y sus vajina, note como ella tomaba mi cabeza, cada vez con mas fuerza y sus gemidos inundaban el lugar, gemidos que me decían que le diese más de lo que ella y sus voz me decía.

Mi mano derecha comenzó ha hacerle caricias por su trasero, mientras que varios dedos de mi mano izquierda se iba introduciendo dentro de ella, comenzando por algo lento y calmado, hasta alcanzar más y más velocidad. Me gustaba oírla gemir y notar como su cuerpo se dejaba llevar y notaba como sus piernas flaqueaban.

-Ven, no tengas miedo, demuéstrame de lo que eres capaz y como sabes desenvolverte-

por **Sweet Von Teese** Jue Oct 01, 2015 11:38 pm

La incitaba constantemente esa mujer, era arrebatadora. No podía controlarla no solo por la presión sino porque se desenvolvía muy bien. Complacía todos los sentidos de la prostituta.
-Andra… ¡ohh por favor! Tranquilízate, nos van a escuchar por el amor de Dios.. – buscó intimidarla con eso a sabiendas que nadie iba a andar por esas horas por allí, mucho menos en un callejón abandonado al lado de la basura. Se buscaba resistir porque sabía que no iba a pasar demasiado hasta que sintiera como su cuerpo se desmoronaba lamido por las llamas que traían consigo los orgasmos. No iba a demorarse demasiado si era tocada de esa forma.

Y aceptó la rendición. Hasta aca habia llegado su tolerancia, su propia moral por el piso al igual que su orgullo.

Sin poder contener las oleadas, en un impulso y en medio de gemidos y contracciones involuntarias de su cuerpo se vino aún cuando ella seguía provocándola. Se dejó llevar por la sensación del cosquilleo que la recorría de punta a punta. Cerró los ojos y observó el alero hasta que notó que se iba calmando lentamente, tenía el cuerpo de Andra frente a ella. Sus manos rodeaban su cintura, la empujó hacia su cuerpo y sus caderas chocaron.

En un arrebato, la observó con celo y la odió por minutos hasta ceder a sus intenciones y terminar por besar sus labios pasionalmente. Lo mordió con intención y sus lenguas se unieron en una danza frenética. Pegándola más a su cuerpo, sintiendo su corazón palpitar al unísono. El frio se había ido y en medio de respiraciones agitadas cuestionó - ¿Qué quieres que te demuestre? Ya me has rebajado a esto… ¿Qué es lo que quieres que te haga? Manipúlame, soy tuya – susurró contra su boca, conteniendo esa pulsión interior que pedía por mas.

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