|| Bienvenidos al Placer || Privado

por **Mark Bass** Vie Ene 09, 2015 2:27 am

Inframundo, lugar que desde tiempos inmemorables ha condenado la existencia de las almas de aquellos que osan pecar, siendo el destino favorito para los castigos que se otorgan por medio de creencias absurdas que insultan el haber y la existencia del verdadero significado de la palabra pecado. ¿Pero que es esto justamente? ¿Pecado realmente significará algo malo? Si de cosas malas se trata, no hay mejor lugar que París para encontrar la esencia misma de lo que se asegura... El pecado no es igual a malo y el inframundo no equivale al castigo.

Una silueta que camina lento. Su cuerpo es vestido por ropas tan finas y de matiz oscuro que asemejan ser un traje de cortes hechos a la medida, elevando la soberbia que proyecta el ser de tez blanquecina que se adentra en las calles de la zona comercial, abriéndose paso sin miedo entre las sombras de un anochecer que funge como protector una vez que su dirección se torna hacia un callejón desolado. Cabellos oscuros, camisa de misma tonalidad y una corbata que finiquita el toque maestro del buen vestir.

Estilo, porte y elegancia. Elementos que conjugan a este hombre que con celo acaricia el mango de una espada que pende de su cintura y que parece no moverse de ahí, al menos no por ahora. Sus zapatos que suenan como eco que se expande en evidencia del desolado ambiente pronto se callan al verse justo frente a una puerta donde sin espera alguna se abre para dejar ver como su rostro dibuja una sonrisa ladina, complacida por arribar a un lugar que en contraste con todos los negocios que yacen aledaños a él, se ve sin ninguna clase de publicidad. Es solo una puerta y ya, un lugar secreto que evidentemente se llega por invitación y donde pronto el respiro de la esencia misma del pecado, del placer y la tentación se esparce por los aires que se cuelan entre las calles y techos.

La noche recién comienza y este individuo ya se ha introducido en el recinto. ¿Qué es? No se sabe, ¿por qué está ahí? Mucho menos... Lo que es en demasía lógico, es que no es un lugar como cualquiera, es simplemente una fachada, es algo que va más allá de la imaginación humana. ¿Una puerta al infierno? Seguro... Pero no a uno cómo los que describió Maquiavélico, sino a un infierno especial... Uno que es regido por un ente, por el Amo y Señor del Placer...

Controlado por el enigmático Mefistófeles.
¿Será que alguien más se atreverá a tocar la puerta?