Dabria Giry||ID

por **Dabria Giry** Jue Sep 03, 2015 9:45 pm

DATOS BÁSICOS

▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲

Dabria Giry

▲EDAD▲

6 años.

▲ESPECIE▲

Hechicero

▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲

Clase media

▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲

Heterosexual

▲LUGAR DE ORIGEN▲

París.

▲HABILIDADES/PODERES▲

→ Hechicería: Habilidad para hacer que cosas sucedan, ya sean a favor o en contra de alguna persona, por medio de conjuros, hierbas y pociones. Esto incluye altos conocimientos de herbolaria que les permiten hacer también curaciones.

→ Percepción del aura: Habilidad para ver las auras de otros seres, cuyos colores indican su humor, identidad y nivel de hostilidad, de este modo saben si están bajo amenaza. Este poder les permite reconocer a licántropos y cambiantes cuando no están transformados e identificar a los vampiros gracias a su aura pálida.

→ Premonición: Habilidad para percibir el futuro. En ocasiones solamente se expresa en forma de vagos sueños mientras se duerme, mientras que otras veces es clara y ocurre a voluntad, mientras se está despierto.

→ Atmokinesis: Habilidad para controlar ocasional y relativamente el clima y los sucesos meteorológicos (Rayos, tempestades...).

→ Creación de Ilusiones: Habilidad que le permite crear ilusiones a su alrededor; imitará texturas, sonidos, olores, etc., desconcertando así a su oponente y brindándole una excelente arma defensiva. El poseedor de este don será capaz de entrar a la mente de su adversario con sus ilusiones.

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Detrás de su apariencia introvertida encontrarás a un niña de muy buen corazón que siempre estará dispuesta a ayudar a los demás y a perdonar errores, su corazón permanece puro y esta completamente segura de que sus habilidades mágicas en un futuro ayudarán al mundo que le rodean, es una pequeña demasiado inocente que también por ello a veces corre el riesgo que el resto de las personas la lastimen puesto que cree completamente en su palabra sin ponerse a reflexionar si es falsa o no. Característica que contrasta con la inteligencia y la valentía que suele tener y con la actúa cuando es necesario

Gusta de las lecturas, los dulces y el cuidado de animales grandes o pequeños sobre todo los perros y gatos que encuentra en su camino, es de su agrado aprender magia por su cuenta y ella misma a veces experimenta la creación de pociones aunque siempre vigilada por su tía.

Es alegre y juguetona, aunque en ocasiones se muestre insegura y tímida cuando llega a un nuevo sitio y muestra preocupación excesiva hacia aquellos que le importan.

HISTORIA

Las cosas se movían por si solas cuando no había adultos cerca, cuando lloraba los vidrios podían estallar en diez mil pedazos y todos podían flotar para dirigirse a su cuna y clavársela en la tierna niña que solo quería comer o el cariño de una madre que siempre estaba ausente...

Dabria nació en el ceno de una familia humilde conformada por dos artistas de teatro que se ganaban la vida en actuaciones en lugares de mala muerte, ellos se habían convertido en las atracciones prometedoras de las barrios bajos gracias a que la madre de Dabria alguna vez tuvo la oportunidad de aspirar a grandes públicos y escenarios en el Teatro de la Opera de París, de no ser porque tras la competencia con su hermana y la codicia que esta tenía de aspirar a más y llevarse toda la gloria, esta hizo que se lesionara el tobillo, imposibilitándole la culpa y su retorno a los escenarios de aquella naturaleza, al menos que quisiese un puesto como acomodadora o ayudante del lugar, la mujer orgullosa como la propia Cabria decidió marcharse para el sur de Londres con su esposo durante un tiempo hasta que decidieron compartir sus vidas en sagrado matrimonio.

Al año concibieron la que seria su única hija, Dabria, una niña risueña de penetrante mirada que de pronto sin más empezó a manifestar ciertos poderes y habilidades que iban más allá de lo común para una pequeña, cosas inexplicables pasaban a su alrededor, las cosas se movían, los vidrios explotaban, los pedazos flotaban tratando de incrustarse en ella o quien creyera que era responsable de su sufrimiento, su madre al ver semejantes actos lo que ella era, no debia de extrañarse, después de todo en algún recóndito lugar de su familia consanguínea habían existido ciertas tendencias a la hechicería y al talento por manejarlas, armada de valor le confeso todo a su esposo quien termino por abandonarlas al día siguiente de dicha la confesión.

Desde entonces Dabria pasó la mayor parte de sus tres primeros años de vida completamente en el suplicio de la tristeza que embargaba a la madre, siendo la misma niña quien tuvo que valerse por si misma desde muy pequeña, su madre estaba en depresión por el amante que jamás volvió, cada día era peor y la casa junto con la madre comenzó a perder la poca vida con que contaba debido a la sutil humildad de la pobreza en la que pronto estaban sometidos, había ocasiones en que ella no comía porque nada había para llevarse a la boca.

Envuelta en la decadencia de su propia madre vivió en carne propia los maltratos físicos más dolorosos y las humillaciones más viles de su propia progenitora cuando cayó presa de un fuerte fanatismo religioso donde según su ideología gente como su hija era muestra de pecado y por tanto debía ser abolido, no fue, sino hasta un frío diciembre cuando Dabria cumplió los seis años que su madre enfermó gravemente, tan moribunda estaba la mujer postrada en la cama como ella lo había soñado con días de anticipación, sabiendo entonces cual sería su destino, una mujer vendría por ella después de que su madre con las pocas fuerzas que le quedaban escribiría una carta a París solicitando su presencia y dos días después de que aquella persona llegará ella moriría, los ojos le fueron llenados de lágrimas, pesadas gotas al saber cual era el destino final de quien le había dado la vida, no importaba que tan niña fuera ella comprendía mejo que nadie como era la muerte, los fantasmas que veía desde que tenia cuatro años a veces cuando no eran lo suficientemente renuentes a entablar una conversación le decían de lo que carecían y la ayuda que buscaban en personas como ella para poder descansar en paz, sin embargo pese a ser cosas simples, como ir de viaje a buscar a cierta persona importante para ellos, estaban conscientes de que era muy pequeña para esas tareas, así que algunos espíritus se conformaban con que alguien supiera su historia omitiendo los detalles que solo un adulto comprendería, pero Dabria no era una niña ordinaria, al menos no en parte, era inteligente y sagaz debido a la niñez de la cual tuvo que aprender a sobrevivir por si misma, comprendía en significado pero no en el contexto de la experiencia determinadas palabras.

Su madre agonizante se puso en pie sorprendentemente una noche y preparo un poco de te con cascaras de naranja y agua fría, tomo un pedazo de pan con nata que alguien les había puesto esa mañana, obra fantasmal de los amigos invisibles de la niña por su puesto, se acercó a ella con mucho sigilo y le ofreció el desayuno humilde que había hecho, Dabria apenas sonrió, despegando la mirada de la ventana –Gracias- dijo con sutil reverencia y comenzó a comer, su madre entonces le preguntó -¿Voy a morir muy pronto?- la niña dejo de comer y devolvió la mirada contrariada –Tu lo sabes... tus dones... tus...- se detuvo y Dabria entendió, era la primera vez que la mujer moribunda no llamaba a sus habilidades brujerías o herejías -¿Quieres que te diga la verdad? ¿Quieres saber que te pasará?- respondió sorprendida y la mujer asintió -No quiero que cargues esto tu sola, bastante daño he hecho ya y siento que me voy de a poco- Dabria comenzó a sollozar extendiéndole su mano tibia y pequeña -Tómala- le invito y su madre con timidez la obedeció, la niña soltó de poco en poco lo que había previsto en sus sueños desde la carta hasta su destino final, su mano transmitía lo que ella veía, cuando la visión termino, su madre la abrazo hasta casi asfixiarla –Lo siento tanto- susurro mientras sus labios secos se plantaron en su cabeza dando un beso con ternura, ahora lo sabía, debía escribir la carta vista, no podía dejar a Dabria a su suerte, si ya bastante era el daño ocasionado por su depresión y sus ideas religiosas llegando en los confines de la razón, se levanto entonces dirigiéndose al neceser viejo y polvoriento, sabiendo con ella que firmaba su sentencia de muerte, escribió a Imogen Giry, la hermana de la que ya no recordaba mientras la niña la observa en silencio entre sollozos, después de que firmará solo quedaban dos días para tenerla con vida -¿Cómo sabías que podías hacer eso Dabria?- pregunto cuando le entrego en mano propia le entrego la carta que tenía que llevar a las orillas de pueblo –Conocí a alguien... me estuvo enseñando durante un tiempo y luego desapareció, tenía habilidades como las mías, me enseño a leer y escribir para después aprender trucos y otras cosas de artes... de magia, él quería que me defendiera de lo que tu me hacías, quería que usara mis habilidades en mi defensa, pero nunca lo hice y jamás hice uso de la magia que él me enseño- prosiguió la niña -Aunque de vez en cuando realizaba un hechizo simple frente a la gente en el circo gitano para traer unas monedas a casa, allí nadie sospecha de lo que se muestra- se encogió de hombros y salió a llevar la nota, su madre comprendió cuanto había arriesgado la pequeña por mantenerlos en pie por un momento más, que habían sido las habilidades de las que tanto renegaba que le habían dado un poco de alimento.

Los dos días pasaron rápidamente e Imogen llegó al anochecer del segundo, llevo a un párroco conocido con ella y se quedaron allí hasta que el final, Dabria y su madre se disculparon antes de partir, lo mismo que Imogen con su hermana, todo había sido consumado y también había sido advertido de las capacidades de la pequeña.

Dabria debía cuidar de sus emociones sino quería hacer un desastre con su magia desbocada e Imogen le ayudo en ese aspecto una vez que llegaron a París, al teatro, donde todo le maravillo desde el decorado hasta el personal, ese cumulo de personas que la consintieron por ser la más pequeña entre los suyos, aunque no quisieran a su tía, también vivo a la expectativa de ver alguna vez al fantasma de Erik Destler, quería platicar con él y tratar de hacerlo desistir de matar a más personas, pero su tía le negó indagar más sobre esa historia, Dabria hizo caso y tiempo después "El ángel de la música" comenzó a entablar conversaciones con ella, tocaba para ella y aunque solo era una voz la que escuchaba por las noches le tomo cierto cariño y después le lloro cuando el teatro cayo en ruinas envuelto por las llamas, en la casa donde habitaba con su tía por más ruegos que le hizo a Dios para que lo dejará bajar una vez más del cielo, él nunca apareció.

Ahora viviendo ese engaño, donde su único amigo había desaparecido tras el incendio trabaja en el teatro con lo poco que puede cargar, a veces usa sus poderes para ayudarse con esos deberes o bien limpia los camerinos por su tía, vive a la espera de que el ángel algún día aparezca.

DATOS EXTRA

+Sabe y tiene cierto interés por las artes oscuras, aunque más que por usarlas es curiosidad propia de los niños.

+ Le gusta mucho las criaturas mitológicas sobre todo los pegasos, los unicornios, dragones, fénix y Basiliscos.

+Dabria debe aprender a controlar sus emociones de forma permanente si no desea perder el control de toda su magia y causar destrozos materiales por ello.

+Los climas que más le gusta utilizar con ayuda de sus poderes son los relacionados con el agua, aire y hielo (Este último, porque ama el invierno).

+Le gustaría mucho aprender a tocar el violín, le gusta las óperas y los conciertos de cámara

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por **Doreen Jussieu** Vie Sep 04, 2015 2:38 pm

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