AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Las apariencias engañan |Mirko|
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Las apariencias engañan |Mirko|
Era la una y diez de la mañana y yo estaba comenzando a arrepentirme de lo que estaba haciendo ¿Y si quería deshacerse de alguien? No podía permitirlo, pero tampoco me sentía muy seguro de querer dejar de actuar, mucho menos sintiendo el saco con el peso de las monedas atado a mi cinturón. Saqué un reloj de bolsillo (hurtado, por supuesto) que siempre cargaba conmigo y revisé la hora. 1:11. ¡¿Dónde diablos estaba Mirko?! Pensaba, después de todo él había insistido en ser puntual y aquí estaba pero ni señales del hombre. Mi respiración comenzó a agitarse mientras consideraba los posibles escenarios, imaginándome la razón por la que había sido "contratado", cada escena que pasaba por mi mente era peor que la anterior, acompañando a Munch había visto la otra cara de la moneda de algunas personas, una condesa, por ejemplo, pagó casi 10,000 Francos para que su marido fuese asesinado por haberle sido infiel.
Pasaron unos cuantos segundos en los que traté de distraerme de todos esos recuerdos y pensamientos hasta que al fin escuché unos pasos acercándose presurosos. Alcé la vista y vi una silueta acercándose, algo peculiar que noté fue que esa silueta iba cargando lo que parecía ser una pala. En ese momento abrí los ojos como platos mientras me reprimía a mí mismo en mi cabeza "¡¿En qué rayos te metiste idiota?!"
Pasaron unos cuantos segundos en los que traté de distraerme de todos esos recuerdos y pensamientos hasta que al fin escuché unos pasos acercándose presurosos. Alcé la vista y vi una silueta acercándose, algo peculiar que noté fue que esa silueta iba cargando lo que parecía ser una pala. En ese momento abrí los ojos como platos mientras me reprimía a mí mismo en mi cabeza "¡¿En qué rayos te metiste idiota?!"
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 07/09/2015
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Re: Las apariencias engañan |Mirko|
Esa noche no había dormido nada, se la pasó haciendo preparativos para lo que ocurriría esa noche, Mirko era un hombre exageradamente perfeccionista y se preocupaba sobre manera por los detalles de todo lo que hacía, especialmente cuando se trataba de su investigación. Había organizado el improvisado laboratorio que tenía en el sótano de su casa rentada, dejando la camilla de hospital vieja (Que había comprado a un reciclador de basura) en todo el centro, al lado de la mesa que contenía todas las herramientas quirúrgicas que había podido conseguir a lo largo de los meses que llevaba trabajando como cocinero.
Comprar ese tipo de herramientas no era fácil cuando no se era doctor, la gente hacía preguntas y a veces había tenido que pagar de más para que se quedaran callados. Salió de la casa hacía el cementerio faltando una hora de lo acordado, pues no quería llegar tarde, pero se encontró con que, llevando una pala no podría subir a ningún carruaje sin levantar sospechas, por lo que terminó caminando hasta el lugar y esto le tomó más de lo esperado, Mirko no era precisamente conocido por su buen estado físico.
Cuando llegó a la entrada, el viento invernal soplaba suavemente aunque gélido revolviendo las pocas hojas que quedaban en los árboles, divisó al ladrón de pie frente a la puerta tal y como habían acordado, al menos era un hombre de palabra y eso era algo que Mirko valoraba en una persona. Se acercó a él con la respiración algo agitada por la caminada, vestía todo de negro con un largo abrigo que le llegaba casi hasta las pantorrillas y sin sombrero.
- Buenas noches – Comentó dejando la pala a un lado y dirigiéndose a la puerta de metal que no había sido cerrada con candado ¿Para que lo harían si el cementerio no era visitado por nadie durante las noches? Además no había nada que robar, por supuesto nada que le interesara al público en general pues Mirko tenía otra cosa en mente – Sígame por favor, espero no tardemos mucho -
Comprar ese tipo de herramientas no era fácil cuando no se era doctor, la gente hacía preguntas y a veces había tenido que pagar de más para que se quedaran callados. Salió de la casa hacía el cementerio faltando una hora de lo acordado, pues no quería llegar tarde, pero se encontró con que, llevando una pala no podría subir a ningún carruaje sin levantar sospechas, por lo que terminó caminando hasta el lugar y esto le tomó más de lo esperado, Mirko no era precisamente conocido por su buen estado físico.
Cuando llegó a la entrada, el viento invernal soplaba suavemente aunque gélido revolviendo las pocas hojas que quedaban en los árboles, divisó al ladrón de pie frente a la puerta tal y como habían acordado, al menos era un hombre de palabra y eso era algo que Mirko valoraba en una persona. Se acercó a él con la respiración algo agitada por la caminada, vestía todo de negro con un largo abrigo que le llegaba casi hasta las pantorrillas y sin sombrero.
- Buenas noches – Comentó dejando la pala a un lado y dirigiéndose a la puerta de metal que no había sido cerrada con candado ¿Para que lo harían si el cementerio no era visitado por nadie durante las noches? Además no había nada que robar, por supuesto nada que le interesara al público en general pues Mirko tenía otra cosa en mente – Sígame por favor, espero no tardemos mucho -
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 11/09/2015
Re: Las apariencias engañan |Mirko|
-Buenas noches.- Respondí, cuidando de no hacer notar ningún tipo de emoción en mis palabras. Mirko dejó la pala en el suelo mientras se ocupaba de empujar la pesada puerta de hierro, a la que no le haría nada mal un poco de aceite. Recogí la pala apoyándola en mi hombro y mientras le veía tratando de entrar al cementerio reflexionaba acerca del dilema en el que me había metido, por un lado no quería volverme un asesino ni nada parecido, pero el dinero también me hacía falta...
-¿Qué debo de hacer? -Pregunté al mismo tiempo que el hombre consiguió abrir la puerta. A la falta de respuesta supuse que no me había oído, aunque también podría ser que me había ignorado totalmente, lo que haya sido, no me importaba, estaba demasiado ocupado tratando de aclarar la situación ¿ahora qué hago? pensaba para mis adentros. Si le digo la verdad perderé el dinero pero si sigo con esta farsa puedo terminar en un calabozo o en la horca... Sin darme cuenta, habíamos comenzado a andar entre las criptas y esculturas tétricas de ángeles y santos. No quería admitirlo pero no me gustaba estar caminando a oscuras por un lugar como ese, sentía los pelos de mi nuca levantándose, señal de miedo; y un escalofrío recorrió mi espalda. Miré a Mirko algo sorprendido, no volteaba a sus alrededores ni volteaba para ver por dónde caminar, parecía que él sabía perfectamente lo que buscaba... o a quién.
-¿Qué debo de hacer? -Pregunté al mismo tiempo que el hombre consiguió abrir la puerta. A la falta de respuesta supuse que no me había oído, aunque también podría ser que me había ignorado totalmente, lo que haya sido, no me importaba, estaba demasiado ocupado tratando de aclarar la situación ¿ahora qué hago? pensaba para mis adentros. Si le digo la verdad perderé el dinero pero si sigo con esta farsa puedo terminar en un calabozo o en la horca... Sin darme cuenta, habíamos comenzado a andar entre las criptas y esculturas tétricas de ángeles y santos. No quería admitirlo pero no me gustaba estar caminando a oscuras por un lugar como ese, sentía los pelos de mi nuca levantándose, señal de miedo; y un escalofrío recorrió mi espalda. Miré a Mirko algo sorprendido, no volteaba a sus alrededores ni volteaba para ver por dónde caminar, parecía que él sabía perfectamente lo que buscaba... o a quién.
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 07/09/2015
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Re: Las apariencias engañan |Mirko|
Mientras caminaba por entre las tumbas, Mirko se preguntaba si el dinero que le había pagado a Cailen era suficiente como para que se atreviera a hacer lo que le pedía, aquello rayaba en lo inmoral y ético, no cualquier persona se atrevería a hacer algo como eso y aunque Mirko tenia fuertes motivaciones ¿Era el dinero una motivación suficiente para Cailen?.
- ¿Es usted una persona religiosa? - Le preguntó evitando responder la pregunta sobre lo que debía hacer, quería llegar primero al sitio para que Cailen tuviera más perspectiva de lo que se trataba - Yo no lo soy, soy un hombre de ciencia aunque no lo parezca - Le explicó puesto que, Cailen le había visto con su uniforme de Chef en la tarde - Soy aprendiz de un profesor de Medicina en la Universidad, pero también me atrae la alquimia y la astronomía - Le comentó mientras subían una pequeña colina.
Pronto llegaron al área del cementerio donde se enterraban a las personas que no tenían familiares o que simplemente nadie había ido a reconocer, habían marineros ahogados, soldados muertos en guerra y personas en general que por algún motivo habían muerto y nadie había venido nunca a dejar una flor en sus lápidas. Mirko se acercó a una tumba que no tenía nombre sólo la fecha de muerte del difunto que había sido casualmente unos par de días atrás.
- Aquí es - Dijo al fin extendiendo los brazos - Vamos a sacar a este pobre infeliz de la tierra - Le explicó con voz calmada - Su cuerpo será de gran ayuda para la ciencia -
- ¿Es usted una persona religiosa? - Le preguntó evitando responder la pregunta sobre lo que debía hacer, quería llegar primero al sitio para que Cailen tuviera más perspectiva de lo que se trataba - Yo no lo soy, soy un hombre de ciencia aunque no lo parezca - Le explicó puesto que, Cailen le había visto con su uniforme de Chef en la tarde - Soy aprendiz de un profesor de Medicina en la Universidad, pero también me atrae la alquimia y la astronomía - Le comentó mientras subían una pequeña colina.
Pronto llegaron al área del cementerio donde se enterraban a las personas que no tenían familiares o que simplemente nadie había ido a reconocer, habían marineros ahogados, soldados muertos en guerra y personas en general que por algún motivo habían muerto y nadie había venido nunca a dejar una flor en sus lápidas. Mirko se acercó a una tumba que no tenía nombre sólo la fecha de muerte del difunto que había sido casualmente unos par de días atrás.
- Aquí es - Dijo al fin extendiendo los brazos - Vamos a sacar a este pobre infeliz de la tierra - Le explicó con voz calmada - Su cuerpo será de gran ayuda para la ciencia -
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 11/09/2015
Re: Las apariencias engañan |Mirko|
-No sabría responderle a su pregunta monsieur Mirko. Respondí tratando de mantener la calma ante la mirada acusadora de las estatuas que imitaban a los emisarios de Dios, sus ojos me juzgaban, desde ese momento sentí que tenía prohibida la entrada al cielo. No me consideraba verdaderamente creyente como mis padres, pues si es que hay maldad en el mundo es porque Dios lo permite ¿o no? Y, honestamente, la humanidad era una contradicción tras otra. Pero a pesar de eso, no podía admitir que era totalmente ateo, pasajes de la biblia así como las supuestas enseñanzas sobre la ética habían sido implementados por la fuerza en mi mente y no podía deshacerme de todo ello. Volví la vista hacia el horizonte que se encontraba apagado, no había estrellas esa noche y la luna era tapada por una nube.
Conforme avanzamos, me puse más incómodo con la situación y me alegraba estar detrás de este sujeto, así no se daría cuenta de lo inseguro que me estaba poniendo con respecto a lo que estaba a punto de pasar. Decidí no forzar la pregunta que quedó sin responder, no quería pensar en las consecuencias a futuro, ni siquiera supe cómo es que podía soportar el ahora - Yo no lo soy, soy un hombre de ciencia aunque no lo parezca. Soy aprendiz de un profesor de Medicina en la Universidad, pero también me atrae la alquimia y la astronomía. –Soltó poco después de haberme cuestionado sobre mis creencias religiosas, su respuesta me dejó desconcertado, ya que lo había dicho con algo de frialdad, como orgulloso aunque no entendía el por qué la aclaración sobre ser un hombre de ciencia y sus intereses en cosas que yo desconocía por completo. -¿A qué quiere llegar con eso? – Interrogué de vuelta, apenas logrando mantener el tono de mi voz serio.
Al fin, logramos llegar a una pequeña colina en medio del cementerio, la cual subimos a pasos lentos, bastante lentos dría yo. Supuse que estábamos llegando a nuestro destino. Reconocí el lugar, ahí era donde terminaban esas pobres almas a quien nadie extrañaría jamás, personas sin nadie que vele por ellos, un hombre de quien me hice amigo cuando llegué a París yacía enterrado en los alrededores, junto con otros malandrines como yo. Caminamos unos cuantos pasos más hasta que Mirko se detuvo en seco frente a una cripta hecha de materiales baratos. -Aquí es. Vamos a sacar a este pobre infeliz de la tierra. Su cuerpo será de gran ayuda para la ciencia – Fue en ese momento en el que los roles fueron invertidos, abrí mis ojos como platos, de la misma impresión solté la pala, dejándola caer con un estrépito ruido. –Estás demente. –Dije casi en un susurro, pero fue lo suficientemente audible para el hombre. -Tu sí que estás enfermo...
Conforme avanzamos, me puse más incómodo con la situación y me alegraba estar detrás de este sujeto, así no se daría cuenta de lo inseguro que me estaba poniendo con respecto a lo que estaba a punto de pasar. Decidí no forzar la pregunta que quedó sin responder, no quería pensar en las consecuencias a futuro, ni siquiera supe cómo es que podía soportar el ahora - Yo no lo soy, soy un hombre de ciencia aunque no lo parezca. Soy aprendiz de un profesor de Medicina en la Universidad, pero también me atrae la alquimia y la astronomía. –Soltó poco después de haberme cuestionado sobre mis creencias religiosas, su respuesta me dejó desconcertado, ya que lo había dicho con algo de frialdad, como orgulloso aunque no entendía el por qué la aclaración sobre ser un hombre de ciencia y sus intereses en cosas que yo desconocía por completo. -¿A qué quiere llegar con eso? – Interrogué de vuelta, apenas logrando mantener el tono de mi voz serio.
Al fin, logramos llegar a una pequeña colina en medio del cementerio, la cual subimos a pasos lentos, bastante lentos dría yo. Supuse que estábamos llegando a nuestro destino. Reconocí el lugar, ahí era donde terminaban esas pobres almas a quien nadie extrañaría jamás, personas sin nadie que vele por ellos, un hombre de quien me hice amigo cuando llegué a París yacía enterrado en los alrededores, junto con otros malandrines como yo. Caminamos unos cuantos pasos más hasta que Mirko se detuvo en seco frente a una cripta hecha de materiales baratos. -Aquí es. Vamos a sacar a este pobre infeliz de la tierra. Su cuerpo será de gran ayuda para la ciencia – Fue en ese momento en el que los roles fueron invertidos, abrí mis ojos como platos, de la misma impresión solté la pala, dejándola caer con un estrépito ruido. –Estás demente. –Dije casi en un susurro, pero fue lo suficientemente audible para el hombre. -Tu sí que estás enfermo...
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
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Re: Las apariencias engañan |Mirko|
Mirko había esperado una reacción diferente de parte de Cailen, cierto era que desenterrar un cadáver no era algo que cualquier persona haría sin dudar, pero ¿No era una buena razón el donarlo a la ciencia? quizás Mirko no se había explicado bien, por lo que decidió extenderse un poco en el tema.
- Sólo piensa en esto - Comenzó sin mostrarse enojado porque le hubiese llamado demente o enfermo - Los doctores salvan las vidas de cientos de personas al año ¿Pero cómo crees que se han desarrollado todas esas medicinas y tratamientos? Detrás de los impecables doctores, héroes ante los ojos del público, estamos hombres como yo, hombres de ciencia - Explicó agachándose para acariciar el césped que había estado creciendo salvajemente gracias a que nadie había visitado esa tumba - Nosotros nos encargamos del trabajo sucio, del experimento, de la investigación y somos quienes descubrimos la raíz de los problemas para que luego los médicos puedan tratar a los pacientes - Alzó la mirada y observó el rostro lleno de sorpresa del ladrón, ya no parecía tan amenazante como le había parecido durante el día.
- Piensa que soy algo así como el encargado de los camerinos en el teatro, el que mueve los telares y produce los efectos especiales mientras los actores brillan en el escenario - Continuó con una media sonrisa - Mis experimentos con este cuerpo permitirán que en un futuro se puedan curar enfermedades y evitar que otros mueran, es la ley natural de las cosas, a veces hay que sacrificar a uno para el beneficio de otros... Entonces ¿Vas a ayudarme o no? -
- Sólo piensa en esto - Comenzó sin mostrarse enojado porque le hubiese llamado demente o enfermo - Los doctores salvan las vidas de cientos de personas al año ¿Pero cómo crees que se han desarrollado todas esas medicinas y tratamientos? Detrás de los impecables doctores, héroes ante los ojos del público, estamos hombres como yo, hombres de ciencia - Explicó agachándose para acariciar el césped que había estado creciendo salvajemente gracias a que nadie había visitado esa tumba - Nosotros nos encargamos del trabajo sucio, del experimento, de la investigación y somos quienes descubrimos la raíz de los problemas para que luego los médicos puedan tratar a los pacientes - Alzó la mirada y observó el rostro lleno de sorpresa del ladrón, ya no parecía tan amenazante como le había parecido durante el día.
- Piensa que soy algo así como el encargado de los camerinos en el teatro, el que mueve los telares y produce los efectos especiales mientras los actores brillan en el escenario - Continuó con una media sonrisa - Mis experimentos con este cuerpo permitirán que en un futuro se puedan curar enfermedades y evitar que otros mueran, es la ley natural de las cosas, a veces hay que sacrificar a uno para el beneficio de otros... Entonces ¿Vas a ayudarme o no? -
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Re: Las apariencias engañan |Mirko|
Estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano para controlar mi respiración que me pesaba, el aire no me era suficiente, sentía el corazón acelerándose como si tratara de salir huyendo de mi cuerpo. Y no le culpaba, si alguien se llegaba a enterar de esto no iba a dar a un calabozo, sería colgado sin duda, quería desaparecer de la escena, que me tragara la tierra. Pero no podía y ahora tenía que enfrentarme a las decisiones que había tomado en las últimas horas.
Por un lado estaba la amenaza de muerte si alguien se daba cuenta, pero por el otro, estaba la posibilidad de volver al callejón con el estómago vacío y con el recuerdo tortuoso de haber tenido ya 300 francos en el bolsillo y haberlos perdido. Tragué saliva. -Lo haré. -Dije tratando de ocultar el temblor en la voz. -Pero quiero decirte una cosa antes de continuar. -Hubo una pausa incómoda que se vio interrumpida por el momento en el que tomé la pala y me puse en posición para comenzar a cavar. -Yo no era al que buscabas, era a mi amigo. -Terminé sin poder evitar reír como un maniático, no porque me causara gracias, en absoluto, solo estaba demasiado nervioso para hacer otra cosa coherente.
Por un lado estaba la amenaza de muerte si alguien se daba cuenta, pero por el otro, estaba la posibilidad de volver al callejón con el estómago vacío y con el recuerdo tortuoso de haber tenido ya 300 francos en el bolsillo y haberlos perdido. Tragué saliva. -Lo haré. -Dije tratando de ocultar el temblor en la voz. -Pero quiero decirte una cosa antes de continuar. -Hubo una pausa incómoda que se vio interrumpida por el momento en el que tomé la pala y me puse en posición para comenzar a cavar. -Yo no era al que buscabas, era a mi amigo. -Terminé sin poder evitar reír como un maniático, no porque me causara gracias, en absoluto, solo estaba demasiado nervioso para hacer otra cosa coherente.
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
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Re: Las apariencias engañan |Mirko|
Mirko esperó pacientemente la respuesta, como esperaba su interlocutor parecía incómodo con la situación, de hecho estaba nervioso, podía notarlo gracias a su lenguaje corporal, Mirko supuso que aquella era la primera vez que le contrataban para un tipo de trabajo como ese. Mirko era consciente del peligro al que estaban sometidos si lograban sacar el cadáver, si eran descubiertos la inquisición los acusaría de brujería y podrían ser quemados en la plaza pública. Hacía mucho que no quemaban brujas, pero Mirko no descartaba la idea.
Luego de vacilar Cailen había aceptado y luego había revelado algo que dejó a Mirko frío, él no era el ladrón que le habían recomendado ¿Estaba haciéndose pasar por su amigo? Mirko dudo entonces si este chico tenía las agallas para perturbar el sueño de un muerto. Sus ojos definitivamente no lucían como los de un asesinos, no eran fríos ni estaban llenos de determinación, Mirko dudó de que quizás había contratado a la persona equivocada.
- 600 euros es una cantidad alta para dejarla pasar – Comentó Mirko luego de escucharlo reír, su risa nerviosa era algo contagiosa por lo que el mismo terminó sonriendo – Entonces pongámonos a trabajar, no tenemos mucho tiempo – Agregó y empezó a buscar algo dentro del largo saco que había dejado detrás de la tumba la noche anterior, se había asegurado de que nadie había venido a visitarla y que esa área no fuera concurrida no quería tener un desagradable encuentro con el enterrador. Sacó un par de máscaras de tela y le entregó una a Cailen – El olor puede ser bastante molesto – Le explicó pues el cuerpo ya llevaba dos días de descomposición.
Luego de vacilar Cailen había aceptado y luego había revelado algo que dejó a Mirko frío, él no era el ladrón que le habían recomendado ¿Estaba haciéndose pasar por su amigo? Mirko dudo entonces si este chico tenía las agallas para perturbar el sueño de un muerto. Sus ojos definitivamente no lucían como los de un asesinos, no eran fríos ni estaban llenos de determinación, Mirko dudó de que quizás había contratado a la persona equivocada.
- 600 euros es una cantidad alta para dejarla pasar – Comentó Mirko luego de escucharlo reír, su risa nerviosa era algo contagiosa por lo que el mismo terminó sonriendo – Entonces pongámonos a trabajar, no tenemos mucho tiempo – Agregó y empezó a buscar algo dentro del largo saco que había dejado detrás de la tumba la noche anterior, se había asegurado de que nadie había venido a visitarla y que esa área no fuera concurrida no quería tener un desagradable encuentro con el enterrador. Sacó un par de máscaras de tela y le entregó una a Cailen – El olor puede ser bastante molesto – Le explicó pues el cuerpo ya llevaba dos días de descomposición.
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Re: Las apariencias engañan |Mirko|
Deje la pala recargada contra mi hombro para atrapar la máscara, que me era lanzada. La sostuve en mi mano un par de segundos y dirigí mi mirada hacia Mirko. -Lo haré. -Dije in evitar sonar algo inseguro. -Más vale que nos demos prisa... -Comenté mientras me colocaba la máscara, me sorprendía que hubiese traído eso, era ese tipo de personas que planeaban todo, organizadas y eso era una ventaja, a aveces, porque las personas que son organizadas tienden a perder el control cuando se encuentran las sorpresas y eso era un lujo que no podíamos darnos. Mientras pensaba en eso, tomé la decisión de que en caso de que hubiese algo inesperado, yo tomaría el mando de la situación.
Terminé de colocarme la máscara de tela y di respiré hondo para luego comenzar a cavar. Ocasionalmente volteaba a mi alrededor para asegurarme de que no había curiosos cerca. También me detenía para aclarar mi mente, seguía sin poder creer lo que estaba haciendo, me sentía asqueado conmigo mismo pero la promesa de dinero era más potente, eso era una de las consecuencias del hambre... Tomé una pausa y con mi manga me sequé el sudor de la frente. -Oye... ¿cómo vamos a...? Ya sabes... llevárnoslo.
Terminé de colocarme la máscara de tela y di respiré hondo para luego comenzar a cavar. Ocasionalmente volteaba a mi alrededor para asegurarme de que no había curiosos cerca. También me detenía para aclarar mi mente, seguía sin poder creer lo que estaba haciendo, me sentía asqueado conmigo mismo pero la promesa de dinero era más potente, eso era una de las consecuencias del hambre... Tomé una pausa y con mi manga me sequé el sudor de la frente. -Oye... ¿cómo vamos a...? Ya sabes... llevárnoslo.
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 07/09/2015
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Re: Las apariencias engañan |Mirko|
El ladrón se había puesto a trabajar con la pala, progresando lentamente en la tierra, quien iba a pensar que sacar más de dos metros de tierra sería algo fácil o rápido, Mirko tenía previsto ese inconveniente, por lo que supuso que tendrían que dedicarse a ello por un par de horas, por esta razón había estado planeando el asunto con semanas de anterioridad, haciendo viajes cortos al cementerio entrando objetos y dejándolos escondidos en diferentes partes para que el enterrador no los notara. Sacó otra pala que tenía escondida detrás de otra tumba a un par de metros de distancia.
-He estado planeando esto por un buen tiempo – Aceptó colocándose a trabajar con la pala – Tengo varias herramientas guardadas y también una gran bolsa de cuero con la que podemos cubrir el cadáver – Le explicó sacando una buena cantidad de tierra con su pala – He contratado un carruaje que se situará en la parte de atrás en unas horas – Continuó su explicación señalando con el dedo la parte posterior del cementerio, opuesta a la reja por la que habían entrado. Había otra pequeña entrada en la parte posterior que no se usaba para permitir al público general en las visitas diurnas, pero Mirko sabía que no estaba cerrada con candados o cadenas pues sólo la usaban para sacar la basura.
Continuaron excavando por un buen rato y Mirko sintió como el esfuerzo físico comenzaba a extenuare los músculos, no estaba acostumbrado a esos oficios y se la pasaba más tiempo dentro del laboratorio que al aire libre haciendo deporte, por lo que su cuerpo era delgado y bastante escuálido, sin embargo Mirko estaba haciendo todo lo posible por mantenerle el ritmo a Cailen.
Entonces fue cuando su pala dio con algo duro al enterrarla, seguramente era el ataúd. Mirko suspiró aliviado pues ya se sentía bastante cansado. Sacó otras paladas de tierra y cuando el ataúd estuvo a la vista lo alumbró con el candelabro, era un ataúd de ébano oscuro de mala calidad, Mirko se apresuró a ponerse los guantes antes de desabrochar los cerrojos de hierro que traía a los lados, entonces fue cuando escuchó una especie de susurro. Como si alguien le hubiese respirado en el cuello.
- ¿Escuchaste eso? - Exclamó sintiéndose nervioso y mirando hacía ambos lados, estaba seguro de que no había sido la voz de Cailen.
-He estado planeando esto por un buen tiempo – Aceptó colocándose a trabajar con la pala – Tengo varias herramientas guardadas y también una gran bolsa de cuero con la que podemos cubrir el cadáver – Le explicó sacando una buena cantidad de tierra con su pala – He contratado un carruaje que se situará en la parte de atrás en unas horas – Continuó su explicación señalando con el dedo la parte posterior del cementerio, opuesta a la reja por la que habían entrado. Había otra pequeña entrada en la parte posterior que no se usaba para permitir al público general en las visitas diurnas, pero Mirko sabía que no estaba cerrada con candados o cadenas pues sólo la usaban para sacar la basura.
Continuaron excavando por un buen rato y Mirko sintió como el esfuerzo físico comenzaba a extenuare los músculos, no estaba acostumbrado a esos oficios y se la pasaba más tiempo dentro del laboratorio que al aire libre haciendo deporte, por lo que su cuerpo era delgado y bastante escuálido, sin embargo Mirko estaba haciendo todo lo posible por mantenerle el ritmo a Cailen.
Entonces fue cuando su pala dio con algo duro al enterrarla, seguramente era el ataúd. Mirko suspiró aliviado pues ya se sentía bastante cansado. Sacó otras paladas de tierra y cuando el ataúd estuvo a la vista lo alumbró con el candelabro, era un ataúd de ébano oscuro de mala calidad, Mirko se apresuró a ponerse los guantes antes de desabrochar los cerrojos de hierro que traía a los lados, entonces fue cuando escuchó una especie de susurro. Como si alguien le hubiese respirado en el cuello.
- ¿Escuchaste eso? - Exclamó sintiéndose nervioso y mirando hacía ambos lados, estaba seguro de que no había sido la voz de Cailen.
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Re: Las apariencias engañan |Mirko|
Estuvimos cavando por un buen tiempo hasta que por fin, escuché el sonido de la pala golpeando un objeto contundente, el ataúd. Sequé el sudor de mi frente con la manga amarillenta de mi camisa. Me apoyé sobre la pala para sacar aire en lo que Mirko se ocupaba del ataúd. Me distraje pensando en... nada en concreto, solo implorando porque no fuésemos atrapados in fraganti. Estaba distraído en mis pensamientos, solo fui interrumpido por la voz de mi... cómplice. -¿Escuchaste eso? -Preguntó con nervios que se me fueron contagiados.
-¿Escuchar qué?- Dije con miedo en mi voz mientras le imitaba y volteaba en todas direcciones tratando de encontrar la fuente del sonido que escuchó Mirko. -No hay nada ni nadie aquí, no me asustes, no me gustan esas bromas. -Dije tratando de parecer enojado y fracasando pues tenía demasiado miedo, ya era suficiente emoción el estar haciendo lo que en ese momento, no necesitaba más adrenalina. -Mejor acabemos con esto. -Dije mientras lo ayudaba a sacar el ataúd de la tierra.
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
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Re: Las apariencias engañan |Mirko|
Debía estar imaginándose cosas, Cailen tenía razón no había nadie más que ellos dos en ese lugar, el guardia seguro estaría profundamente dormido en su cabaña en el lado opuesto al que ellos estaban, Mirko se había escogido esa tumba en particular porque sabía que estaba lejos de la cabaña del celador. Si habían ruidos era imposible que alguien los escuchara. Abrió el cerrojo del ataúd y abrió la tapa, un extraño humo blanco salió del atún en el momento en el que él lo había abierto, el olor a podrido le inundó la nariz inmediatamente, y aunque estaba acostumbrado al olor de fuertes químicos en el laboratorio, tuvo que contener el reflejo de vomitar pues el olor era bastante desagradable.
-Espera... - Dijo cuando vio que Cailen intentaba sacar el ataúd – Sólo necesitamos el cuerpo, podemos dejar el ataúd aquí – Le explicó e iba a sacar el cuerpo con los hombros cuando notó que el cuerpo que originalmente había creído se trataba de un hombre, era en efecto una mujer de largo cabello negro y rostro pálido, tendría alrededor de 30 años y llevaba un vestido negro largo hasta los tobillos. Entonces fue cuando Mirko notó que algo no estaba bien, la piel no lucía como la de los cadáveres normales que llevan un par de días en descomposición, Mirko esperaba encontrar inclusive algún gusano.
Se acercó más para ver de que se trataba y notó que la mujer tenía un símbolo inscrito en el dorso de la mano como una especie de tatuaje. Entre cerró los ojos intentando reconocer la imagen, le parecía haber visto algo similar en un campamento gitano.
- Cailen... ¿Reconoces este símbolo? - Preguntó haciendo un ademán con el brazo para que Cailen se acercara – Supongo que conoces muchas personas en los bajos mundos y eso incluye gitanos, me parece que es un símbolo gitano -
-Espera... - Dijo cuando vio que Cailen intentaba sacar el ataúd – Sólo necesitamos el cuerpo, podemos dejar el ataúd aquí – Le explicó e iba a sacar el cuerpo con los hombros cuando notó que el cuerpo que originalmente había creído se trataba de un hombre, era en efecto una mujer de largo cabello negro y rostro pálido, tendría alrededor de 30 años y llevaba un vestido negro largo hasta los tobillos. Entonces fue cuando Mirko notó que algo no estaba bien, la piel no lucía como la de los cadáveres normales que llevan un par de días en descomposición, Mirko esperaba encontrar inclusive algún gusano.
Se acercó más para ver de que se trataba y notó que la mujer tenía un símbolo inscrito en el dorso de la mano como una especie de tatuaje. Entre cerró los ojos intentando reconocer la imagen, le parecía haber visto algo similar en un campamento gitano.
- Cailen... ¿Reconoces este símbolo? - Preguntó haciendo un ademán con el brazo para que Cailen se acercara – Supongo que conoces muchas personas en los bajos mundos y eso incluye gitanos, me parece que es un símbolo gitano -
Última edición por Mirko Lautrec el Sáb Sep 26, 2015 10:33 am, editado 1 vez
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Re: Las apariencias engañan |Mirko|
Cuando el ataúd fue abierto, lo único que pude hacer fue correr un par de metros y dejar que se vaciara mi estómago, lástima, era la primera vez en bastante tiempo que tenía el estómago lleno y en un abrir y cerrar de ojos todo eso acabó. Después de recuperarme y de sobar mi irritada nariz volví hacia donde estaba Mirko. Luego me asomé al interior del ataúd esperando encontrar un cadáver masculino en descomposición...
-¿Qué no habías dicho que era un hombre?- Pregunté al percatarme de que era una mujer que, si no hubiese estado dentro... hubiese creído que estaba dormida. Un escalofrío recorrió mi espalda, una señal de alarma de que se nos estaba saliendo de las manos. Miré a mi alrededor para cerciorarme de que siguiésemos solos en el lugar, por suerte sí. Pero algo no me daba buena espina. - Cailen... ¿Reconoces este símbolo? -Lo escuché preguntar. Dejé la pala en el césped cuidando de no hacer ruido y me acerqué inseguro al cadáver de aquella mujer, busqué un símbolo en su cuerpo y luego me fijé en donde señalaba Mirko... me era familiar, cerré los ojos tratando de concentrarme y así hurgar en mis recuerdos, estaba seguro de que yo también lo había visto en alguna parte. Supongo que conoces muchas personas en los bajos mundos y eso incluye gitanos, me parece que es un símbolo gitano - Dijo otra vez, en ese momento recordé a la joven gitana que conocí hace un tiempo, recordé el campamento y una tienda con el símbolo de una media luna. -Una vez conocí a una gitana. -Dije abriendo los ojos. -En su campamento, una tienda tenía ese símbolo, pero no sé qué significa.
Me puse pensativo, no me gustaban este tipo de sorpresas, primero resultó que tenía que perturbar a un muerto, luego Mirko escuchaba sonidos raros y ahora el hombre muerto resultó ser una mujer con un símbolo. -Mirko ¿qué está pasando? -Pregunté con el evidente miedo en mi voz.
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
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Re: Las apariencias engañan |Mirko|
El pobre ladrón había tenido que vomitar y eso confirmó las sospechas de Mirko sobre Cailen. Ese chico no parecía tener mucha experiencia en ese tipo de cosas y a lo mejor nunca habría asesinado a alguien o habría visto morir a otras personas, no se había equivocado cuando le miró a los ojos y vio inocencia reflejada en esas orbes claras.
Como esperaba Cailen había visto el símbolo aunque no sabía lo que significaba, Mirko suponía que el ladrón debía conocer gitanos, al fin y al cabo los gitanos también se dedicaban a robar, eso lo sabía todo el mundo. La pregunta que había hecho Cailen era la misma que Mirko se hacía, tenía que aceptar que no tenía idea de porqué estaba esa mujer ahí.
- Te juro que cuando vine a revisar la tumba días atrás se trataba de un hombre - Aceptó con honestidad, no tenía porqué mentirle a Cailen, él sólo quería hacer el trabajo correctamente y marcharse, pero que la mujer luciera tan en buen estado (a pesar del olor putrefacto) era aún más extraño, pues realmente parecía durmiendo en vez de estar muerta. Cailen se había acercado a inspeccionar el símbolo de cerca y entonces todo pasó muy rápido para que Mirko pudiera reaccionar.
Él cadáver de la mujer había movido su mano derecha y había agarrado a Cailen del brazo.
non omnis moriar
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La voz de la mujer sonó como un susurro en los oidos de ambos, su voz era femenina pero sonaba entrecortada, como si hubiera sufrimiento en las palabras, lo más extraño de todo era que el cadáver no había movido los labios al 'hablar', pero Mirko había escuchado las palabras claramente en su cabeza, por unos instantes el joven se quedó mudo, había abierto la boca para gritar pero nada salió de ahí.
Como esperaba Cailen había visto el símbolo aunque no sabía lo que significaba, Mirko suponía que el ladrón debía conocer gitanos, al fin y al cabo los gitanos también se dedicaban a robar, eso lo sabía todo el mundo. La pregunta que había hecho Cailen era la misma que Mirko se hacía, tenía que aceptar que no tenía idea de porqué estaba esa mujer ahí.
- Te juro que cuando vine a revisar la tumba días atrás se trataba de un hombre - Aceptó con honestidad, no tenía porqué mentirle a Cailen, él sólo quería hacer el trabajo correctamente y marcharse, pero que la mujer luciera tan en buen estado (a pesar del olor putrefacto) era aún más extraño, pues realmente parecía durmiendo en vez de estar muerta. Cailen se había acercado a inspeccionar el símbolo de cerca y entonces todo pasó muy rápido para que Mirko pudiera reaccionar.
Él cadáver de la mujer había movido su mano derecha y había agarrado a Cailen del brazo.
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La voz de la mujer sonó como un susurro en los oidos de ambos, su voz era femenina pero sonaba entrecortada, como si hubiera sufrimiento en las palabras, lo más extraño de todo era que el cadáver no había movido los labios al 'hablar', pero Mirko había escuchado las palabras claramente en su cabeza, por unos instantes el joven se quedó mudo, había abierto la boca para gritar pero nada salió de ahí.
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Re: Las apariencias engañan |Mirko|
-¡Aaaaah!- Grité cuando mi mano fue apresada por la de la mujer aparentemente muerta. Mi corazón latía enloquecido, intentando salir huyendo de mi cuerpo, mis piernas me temblaron del susto y comencé a jadear, mientras que con manos des coordinadas trataba de liberarme. Entré en un estado de terror absoluto, no podía incorporarme así que estaba obligado a permanecer de rodillas, forzado a ver el cuerpo de la mujer.
Una voz comenzó a sonar, fuerte y claro para que pudiese escucharla pero seguía siendo un susurro, un cántico. Miré a Mirko aterrorizado para confirmar que él también podía escuchar la voz. Miré nuevamente a la mujer causante de este pánico que nos envolvía y mi boca quedó abierta del asombro, pues su rostro seguía inmóvil, jamás se movió y las palabras no paraban de sonar, incluso aumentaba el volumen.- M... M... Mirk..o -Dije con apenas suficiente valor para dejar escapar un sonido de mi boca.
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
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Re: Las apariencias engañan |Mirko|
Había quedado en shock frente a la escena, en momentos como ese no podía pensar de manera lógica o coherente pues el miedo le tenía cegado, sin embargo conforme Cailen batallaba para soltarse del agarre del cadáver, Mirko finalmente reaccionó y se lanzó hacía Cailen empujándolo con fuerza para que le soltara el brazo, con el impulso Mirko cayó sobre Cailen liberándolo del agarre y por unos instantes se quedó encima del chico sintiendo sólo su corazón latiendo con la fuerza de un tren a vapor.
- ¿Estás bien? - Exclamó con trémula y se hizo a un lado para que Cailen pudiera sentarse, Mirko se colocó de pie y se acercó al ataúd con pasos temblorosos para cerciorarse de que el cadáver siguiera allí. Cuando se asomó volvió, sus ojos se abrieron de par en par, el ataúd estaba vacío - ¡Cailen! Mira esto! - Gritó colocándose de rodillas - No hay nada... - Agregó, ¿Eso significaba que el cadáver se había movido? ¿No estaba del todo muerta?.
El cementerio volvió a sumirse en silencio, sólo se escuchaban las lechuzas en un árbol cercano, el sitio volvía a sumirse en el perpetuo silencio que le caracterizaba ¿Estaban solos verdad? ¿Entonces porqué sentía que alguien les estaba mirando desde las sombras?
- ¿Estás bien? - Exclamó con trémula y se hizo a un lado para que Cailen pudiera sentarse, Mirko se colocó de pie y se acercó al ataúd con pasos temblorosos para cerciorarse de que el cadáver siguiera allí. Cuando se asomó volvió, sus ojos se abrieron de par en par, el ataúd estaba vacío - ¡Cailen! Mira esto! - Gritó colocándose de rodillas - No hay nada... - Agregó, ¿Eso significaba que el cadáver se había movido? ¿No estaba del todo muerta?.
El cementerio volvió a sumirse en silencio, sólo se escuchaban las lechuzas en un árbol cercano, el sitio volvía a sumirse en el perpetuo silencio que le caracterizaba ¿Estaban solos verdad? ¿Entonces porqué sentía que alguien les estaba mirando desde las sombras?
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Re: Las apariencias engañan |Mirko|
Después de que se puso de pie yo seguí tendido en el suelo con mis manos temblorosas (y todo mi cuerpo en general) en mi cabeza resonaba aquella tenebrosa voz llena de misterio, invocaba en mí imágenes perturbadoras, escenas de rituales de los que solo había escuchado historias, vagamente escuché la maleza siendo aplastada por un par de zapatos que eran los de Mirko quien se acercaba nuevamente al ataúd. Aquella voz no se iba, martilleaba mi cabeza, me obligaba a ver esas horribles escenas llenas de muerte e invocaciones al demonio. Llevé mis manos a la cara e hice el ademán de lavarme el rostro con agua, tratando de ahuyentar lo que pasaba por mi cabeza. No pasó nada, todo seguía allí. Comencé a murmurar unas plegarias y las palabras se atropellaban entre ellas. Lentamente las imágenes desaparecieron y pude retirar mis manos de mi rostro y miré al cielo nocturno. Tomé aire y por fin me senté en el césped mientras escuchaba a Mirko con un tono de sorpresa y miedo en su voz. -¿Cómo que no está? –Dije aún en el suelo. Con piernas aún temblorosas me levanté y di pequeños pasos hacia adelante. En efecto, la mujer no estaba ahí.
Retrocedí un par de pasos y volteé a mí alrededor sintiéndome vigilado pero nuevamente no encontraba a nadie. –Hay que irnos. –Dije con la respiración agitada. –Mirko hay que irnos, ya no quiero estar aquí.
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
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Re: Las apariencias engañan |Mirko|
Era obvio que Cailen estaba tanto o más asustado que él, le había escuchado murmurar y había notado sus movimientos temblorosos mientras se acercaba, aquella noche no había resultado ser lo que esperaban, era natural que se quisiera ir y Mirko lo entendía, primero que todo le habían pagado para desenterrar un cadáver, un acto que ya de por si era bastante peligroso y de repente habían presenciado una manifestación sobrenatural, seguro que era mucho más de lo que Cailen estaba dispuesto a hacer por 600 francos.
- Te juro que no he planeado nada de esto - Comentó Mirko sintiéndose entre asustado y culpable por lo sucedido esa noche - Mi idea original siempre fue simplemente sacar el cadáver como te había dicho para poder realizar mis investigaciones - Le explicó ¿Debería de explicarle con detalle a Cailen de que trataban sus experimentos? - Tienes razón, es mejor dejar las cosas así e irnos - Concluyó y notó que su propia voz estaba temblorosa, de repente jugar con los muertos no le pareció una buena idea.
Cerró el ataúd vacío y luego tomó la pala y comenzó a hecha la tierra de regreso en la tumba - Ayúdame, por lo menos dejemos la tumba tal y como estaba... no valla a ser que... ella...o lo que sea... se moleste- Agregó tragando saliva, tenía la boca seca como si no hubiese bebido en días.
- Te juro que no he planeado nada de esto - Comentó Mirko sintiéndose entre asustado y culpable por lo sucedido esa noche - Mi idea original siempre fue simplemente sacar el cadáver como te había dicho para poder realizar mis investigaciones - Le explicó ¿Debería de explicarle con detalle a Cailen de que trataban sus experimentos? - Tienes razón, es mejor dejar las cosas así e irnos - Concluyó y notó que su propia voz estaba temblorosa, de repente jugar con los muertos no le pareció una buena idea.
Cerró el ataúd vacío y luego tomó la pala y comenzó a hecha la tierra de regreso en la tumba - Ayúdame, por lo menos dejemos la tumba tal y como estaba... no valla a ser que... ella...o lo que sea... se moleste- Agregó tragando saliva, tenía la boca seca como si no hubiese bebido en días.
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Re: Las apariencias engañan |Mirko|
-S... ss... sí, hay que irnos. -Dije mientras tomaba la pala sintiendo mis manos como si estuviesen hechas de gelatina. Lo observé un momento mientras se disponía a dejar el ataúd como lo encontramos pero me encontraba mirando a la nada, no me movía, no hablaba, solo existía. Claro, que no me di cuenta hasta que la voz de él me trajo de vuelta a la realidad aunque no escuché lo que dijo, me limité a sacudir mi cabeza. Había algo que mi mente intentaba detectar, algo que pasé por alto en el momento en el que la voz se introdujo en mi cabeza. Me había dicho algo, me había hablado a mí específicamente, de eso estaba seguro pero no sabía qué me había dicho y eso es lo que me tenía tan perturbado.
Lentamente comencé a ayudarle a arreglar aquella tumba y la velocidad de mis movimientos aumentó gradualmente, saqué nuevamente mi reloj y de inmediato noté que algo andaba mal, cuando lo revisé por última vez era pasada la una de la madrugada que fue cuando llegó Mirko y ahora... marcaba las diez ¿de la mañana? ¿De la noche? volteé a ver a mi acompañante quien seguía ocupado con su tarea. No quise comentar nada del reloj y lo guardé en el bolsillo nuevamente. Notaba que Mirko volteaba a ver a su alrededor constantemente y eso me ponía los nervios de punta estaba esperando que apareciera detrás nuestro pero no pasó nada más, nuestra única compañía era la luna en nuestras cabezas. Por fin terminamos el trabajo y lo miré, parecía estar dándole vueltas a un pensamiento sin fin, se suponía que era una especie de científico ¿no? Adivinaba que lo que mantenía su mente tan entretenida era tratar de buscar una explicación a lo que había sucedido.
Cuando estábamos saliendo del lugar sentí un escalofrío recorrer mi espalda e instintivamente me di la vuelta, todo para encontrarme nuevamente a la mujer quien se encontraba parada a unos metros de donde estaba, comenzó a susurrar nuevamente y me tapé los oídos, no quería escucharla, no quería verla, no quería estar ahí pero el miedo me impedía moverme de donde estaba. Su voz no estaba en el aire, estaba dentro de mi cabeza, la misma voz hablando en un lenguaje que no entendía, era lo mismo que me había dicho antes pero esta vez eran otras imágenes las que se mostraban, era un lugar verde, un bosque y luego todas las plantas comenzaban a marchitarse.
-Ya para… -Dije de pronto sintiéndome desolado, cerré los ojos con fuerza y apretaba aún más mis manos contra mis orejas tratando de bloquear el sonido.
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
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Re: Las apariencias engañan |Mirko|
Cailen parecía más consternado conforme pasaba el tiempo, por unos momentos se había quedado con la mirada perdida en el horizonte y Mirko creyó que no le ayudaría a colocar la tierra de nuevo en el agujero que habían cavado. Luego de unos largos minutos, Cailen había tomado la pala y le había ayudado a regresar la tierra a su lugar. A Mirko le pareció que pasaban horas pero no estaba seguro,l a adrenalina del miedo que había acabado de sentir se estaba disipando dando paso al cansancio, estaba tan cansado que sentía como si los músculos de los brazos le palpitaran queriendo salirsele de la piel, en su mente no paraba de buscar una explicación a lo que acababan de experimentar.
¿Una alucinación compartida? ¿Había algún tipo de espora en el aire de alguna planta que causara tales delirios? Mirko había leído de situaciones similares, cuando los arqueólogos excavaban tumbas en Egipto, muchos de ellos juraban haber experimentado visiones para luego descubrir que en las tumbas se había acumulado moho y hongos durante centenas de años envenenando el aire. Sin embargo, no había nada extraño alrededor de la tumba, sólo el césped y un par de árboles, era imposible que hubiera algún tipo de hongo que envenenara sus sentidos.
¿Entonces que podía ser? Porqué los muertos no volvían a la vida y los espíritus eran invenciones de la iglesia. Mirko no creía en nada que no pudiese ser comprobado a través de experimentos científicos.
Cuando hubieron terminado de colocar la tierra en su lugar y la tumba quedó tal cual y como la habían encontrado, comenzaron a caminar hacía la salida, Mirko le indicó a Cailen que lo siguiera pues el carruaje que había contratado debía de haber llegado a la parte trasera del cementerio, al menos podría llevar a Cailen de regreso a donde fuera que viviera, sentía que era lo menos que podía hacer dada la situación.
Entonces sintió un viento frío que le revolvió el cabello y notó como Cailen se giraba y entraba en pánico. Mirko se giró y se encontró con el camino solitario por donde habían caminado. No había nada allí, al menos no que Mirko pudiera ver. El ladrón se había llevado las manos a los oídos y su expresión compungida le preocupó, Mirko lo tomó por los hombros y le sacudió tratando de que volviera en si mismo.
- Cailen, ¡escúchame! ¡Soy yo Mirko! - Exclamó intentando calmarle - Sólo estamos tu y yo, abre los ojos, ¡Mírame! - Continuó y volvió su vista hacía atrás, no había nada fuera de lo común ¿Que demonios estaba viendo Cailen que el no podía ver? - ¿Estás bien? ¡Háblame! ¿Que estás viendo? -
¿Una alucinación compartida? ¿Había algún tipo de espora en el aire de alguna planta que causara tales delirios? Mirko había leído de situaciones similares, cuando los arqueólogos excavaban tumbas en Egipto, muchos de ellos juraban haber experimentado visiones para luego descubrir que en las tumbas se había acumulado moho y hongos durante centenas de años envenenando el aire. Sin embargo, no había nada extraño alrededor de la tumba, sólo el césped y un par de árboles, era imposible que hubiera algún tipo de hongo que envenenara sus sentidos.
¿Entonces que podía ser? Porqué los muertos no volvían a la vida y los espíritus eran invenciones de la iglesia. Mirko no creía en nada que no pudiese ser comprobado a través de experimentos científicos.
Cuando hubieron terminado de colocar la tierra en su lugar y la tumba quedó tal cual y como la habían encontrado, comenzaron a caminar hacía la salida, Mirko le indicó a Cailen que lo siguiera pues el carruaje que había contratado debía de haber llegado a la parte trasera del cementerio, al menos podría llevar a Cailen de regreso a donde fuera que viviera, sentía que era lo menos que podía hacer dada la situación.
Entonces sintió un viento frío que le revolvió el cabello y notó como Cailen se giraba y entraba en pánico. Mirko se giró y se encontró con el camino solitario por donde habían caminado. No había nada allí, al menos no que Mirko pudiera ver. El ladrón se había llevado las manos a los oídos y su expresión compungida le preocupó, Mirko lo tomó por los hombros y le sacudió tratando de que volviera en si mismo.
- Cailen, ¡escúchame! ¡Soy yo Mirko! - Exclamó intentando calmarle - Sólo estamos tu y yo, abre los ojos, ¡Mírame! - Continuó y volvió su vista hacía atrás, no había nada fuera de lo común ¿Que demonios estaba viendo Cailen que el no podía ver? - ¿Estás bien? ¡Háblame! ¿Que estás viendo? -
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