AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Sueños Rotos || Libre
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Sueños Rotos || Libre
Recuerdo del primer mensaje :
Los recuerdos persiguen la mente de todos, no solo los humanos tienen aquello de que sus memorias regresen siempre que puedan o les den cabida, incluso a los inmortales los recuerdos de lo que un día fue y nunca volverá nos atormentan día y noche, bueno sería la noche el momento indicado para ser atormentados por sus recuerdos, y eso es lo que pasar por mi mente, aún está el recuero de él, sus labios, sus caricias incluso esos ojos que me siguen a cada paso que doy, le siento muy cerca de mí como si estuviera atrás mío sonriéndome, protegiéndome.
Entre suspiros camino por la ciudad parisina todos los rostros me parecen iguales no les veo diferencia, y ¿cómo hacerlo? Si he pasado años sumida en el dolor y el sufrimiento que me causó aquel que ahora desprecio y por el que aun siento un profundo cariño, aun después de que él esté muerto, o eso me dijo su tío antes de matarme.
1846 Londres.
La luna cubría la ciudad, en lo alto del cielo su brillo era tenue, luna nueva, abro los ojos pero no veo los tengo vendados solo oigo el viento golpear hojas ¿árboles? El aroma a pinos me hace creer que estoy en el bosque, trato de mover mis manos pero están sujetas –AUCH- gimo de dolor, duele mucho las muñecas de las manos, están tensadas ¿una cuerda? Muevo el cuerpo y los pies también los tengo imposibilitados, otra vez el dolor es igual que el de mis manos, no sé dónde estoy ni que hago en aquel lugar en medio de la nada, solo el sonido de aves y el fuego crepitar ¿una cueva en el bosque? Entonces siento a mi espalda la dureza de una mesa de piedra ¿cueva, piedra, bosque, viento?.
Es ahí que caigo en cuenta, no es una cueva, estoy en medio del bosque en un altar de piedra atada y con el vestido rasgado entre las piernas, el escote y los brazos por eso siento frio, seré parte de un sacrificio, la sola idea de morir así provoca lágrimas en mis ojos, y entonces la risa y el cuchillo clavándose en mi vientre fuerte removiéndome gritos de dolor.
-NO- grito y veo que la gente me queda viendo como una loca, sé que no puedo sonrojarme pero aun, con tantos años encima no me despego de mi piel y sentimientos humanos así que siento como si mi rostro ardiera de la vergüenza, los pasos presurosos para escapar de aquello me llevan a perderme entre las calles viejas de la ciudad Parisina, oculta tras el manto negro de la noche y de mi propio vestido, o quizás no tan oculta para todos porque aun caminando entre las personas podía sentir la pesada mirada de alguien.
Los recuerdos persiguen la mente de todos, no solo los humanos tienen aquello de que sus memorias regresen siempre que puedan o les den cabida, incluso a los inmortales los recuerdos de lo que un día fue y nunca volverá nos atormentan día y noche, bueno sería la noche el momento indicado para ser atormentados por sus recuerdos, y eso es lo que pasar por mi mente, aún está el recuero de él, sus labios, sus caricias incluso esos ojos que me siguen a cada paso que doy, le siento muy cerca de mí como si estuviera atrás mío sonriéndome, protegiéndome.
Entre suspiros camino por la ciudad parisina todos los rostros me parecen iguales no les veo diferencia, y ¿cómo hacerlo? Si he pasado años sumida en el dolor y el sufrimiento que me causó aquel que ahora desprecio y por el que aun siento un profundo cariño, aun después de que él esté muerto, o eso me dijo su tío antes de matarme.
1846 Londres.
La luna cubría la ciudad, en lo alto del cielo su brillo era tenue, luna nueva, abro los ojos pero no veo los tengo vendados solo oigo el viento golpear hojas ¿árboles? El aroma a pinos me hace creer que estoy en el bosque, trato de mover mis manos pero están sujetas –AUCH- gimo de dolor, duele mucho las muñecas de las manos, están tensadas ¿una cuerda? Muevo el cuerpo y los pies también los tengo imposibilitados, otra vez el dolor es igual que el de mis manos, no sé dónde estoy ni que hago en aquel lugar en medio de la nada, solo el sonido de aves y el fuego crepitar ¿una cueva en el bosque? Entonces siento a mi espalda la dureza de una mesa de piedra ¿cueva, piedra, bosque, viento?.
Es ahí que caigo en cuenta, no es una cueva, estoy en medio del bosque en un altar de piedra atada y con el vestido rasgado entre las piernas, el escote y los brazos por eso siento frio, seré parte de un sacrificio, la sola idea de morir así provoca lágrimas en mis ojos, y entonces la risa y el cuchillo clavándose en mi vientre fuerte removiéndome gritos de dolor.
-NO- grito y veo que la gente me queda viendo como una loca, sé que no puedo sonrojarme pero aun, con tantos años encima no me despego de mi piel y sentimientos humanos así que siento como si mi rostro ardiera de la vergüenza, los pasos presurosos para escapar de aquello me llevan a perderme entre las calles viejas de la ciudad Parisina, oculta tras el manto negro de la noche y de mi propio vestido, o quizás no tan oculta para todos porque aun caminando entre las personas podía sentir la pesada mirada de alguien.
Arianne Vermelle- Condenado/Vampiro/Clase Media
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Fecha de inscripción : 14/01/2014
Localización : Somewhere in the world
Re: Sueños Rotos || Libre
¿Los humanos eran así de imprudentes y temarios? No, así no los recordaba, al contrario siempre pensé que eran temerosos y la valentía solo corría en parte de aquellos que recibirían algo a cambio, pero ahí estaba frente a mí un hombre que con una locura desmedida estaba intentando jugar con la muerte de una manera descarada y hasta podría decir que se veía seductora esa idea, pero tendría que rechazarla, tendría que tomar fuerzas y decir que no.
Entonces, ¿por qué mis manos van a su cuello?, recorro sintiendo las pulsaciones de su vena, está nervioso y no es para menos, será la primera experiencia de él ante alguien como yo y eso solo muestra mi indecisión; su aroma es delicioso, al igual que su piel al roce se que debo controlarme y evitar morderlo pero no puedo la sed es tan grande que mis colmillos se muestran pero aun así temo no poder detenerme en el momento exacto en que su corazón deje de latir. Trago en seco –Y si no me detengo en el momento antes que tu corazón se dentea… – las palabras se quedan en suspenso total mientras la mirada se pierde en los ojos que parecen los mismos, pero no, no lo son y eso me duele tanto.
Acaricié su rostro lentamente acercando peligrosamente los colmillos su cuello pero sentía que me descontrolaría, aun así la sed fue más grande y entraron los colmillos perforando su piel, las uñas filosas se clavaron en su nuca y la espalda dejándome tomar de él, cada sorbo de su sangre me perdía lentamente aumentando la presión en beber de él. La calidez de su sangre revivía mis sentidos pudiendo oír el latido de su corazón acelerándose a cada trago que daba, eran lentos y pausados pero lo suficientemente profundos para acabar lentamente con la presa.
Debes parar Arianne, debes detenerte o lo matarás
Una punzada de dolor en lo que era mi corazón me obliga a separarme de él dejando la marca de su sangre correr en el cuello y en mi mentón hasta la ropa. Lo deplorable que me veía cambió drásticamente al revitalizarme con su sangre, pero, aun queda el problema de aquel ardor excitante de la sangre humana que va quemando mi sistema empujando a desear más. Relamo los colmillos saboreando un poco más lo que queda de su sangre en mí, no me muevo trato de dormir a mi cuerpo para evitar atacarlo, aunque sé que no será todo completo aun. Solo el sol puede ayudar.
–Delicioso. Quiero más– le miro y los ojos se tiñen de rojo pero mi cuerpo no se mueve para nada, estoico quedó, como una forma de protección para aquel hombre y para mi misma.
Amanecer llega pronto.
Entonces, ¿por qué mis manos van a su cuello?, recorro sintiendo las pulsaciones de su vena, está nervioso y no es para menos, será la primera experiencia de él ante alguien como yo y eso solo muestra mi indecisión; su aroma es delicioso, al igual que su piel al roce se que debo controlarme y evitar morderlo pero no puedo la sed es tan grande que mis colmillos se muestran pero aun así temo no poder detenerme en el momento exacto en que su corazón deje de latir. Trago en seco –Y si no me detengo en el momento antes que tu corazón se dentea… – las palabras se quedan en suspenso total mientras la mirada se pierde en los ojos que parecen los mismos, pero no, no lo son y eso me duele tanto.
Acaricié su rostro lentamente acercando peligrosamente los colmillos su cuello pero sentía que me descontrolaría, aun así la sed fue más grande y entraron los colmillos perforando su piel, las uñas filosas se clavaron en su nuca y la espalda dejándome tomar de él, cada sorbo de su sangre me perdía lentamente aumentando la presión en beber de él. La calidez de su sangre revivía mis sentidos pudiendo oír el latido de su corazón acelerándose a cada trago que daba, eran lentos y pausados pero lo suficientemente profundos para acabar lentamente con la presa.
Debes parar Arianne, debes detenerte o lo matarás
Una punzada de dolor en lo que era mi corazón me obliga a separarme de él dejando la marca de su sangre correr en el cuello y en mi mentón hasta la ropa. Lo deplorable que me veía cambió drásticamente al revitalizarme con su sangre, pero, aun queda el problema de aquel ardor excitante de la sangre humana que va quemando mi sistema empujando a desear más. Relamo los colmillos saboreando un poco más lo que queda de su sangre en mí, no me muevo trato de dormir a mi cuerpo para evitar atacarlo, aunque sé que no será todo completo aun. Solo el sol puede ayudar.
–Delicioso. Quiero más– le miro y los ojos se tiñen de rojo pero mi cuerpo no se mueve para nada, estoico quedó, como una forma de protección para aquel hombre y para mi misma.
Amanecer llega pronto.
Arianne Vermelle- Condenado/Vampiro/Clase Media
- Mensajes : 56
Fecha de inscripción : 14/01/2014
Localización : Somewhere in the world
Re: Sueños Rotos || Libre
Los hechizos no están destinados a estar en el mismo universo. La gente desesperada en busca de una bocanada de esperanza de aquellas criaturas que te quitan de golpe tu vitae con un solo sorbo de sus colmillos de la muerte, pero Juan, aquella noche cuando el amanecer se acercaba lentamente por el horizonte, él y Arianne estaban bajo tierra, debajo de su estancia, apenas rayos de sol entrarían al cabo de dos horas, al menos Juan sentía la seguridad de que Arianne estaba segura en su hogar, al menos en donde estaban, el sótano del español solitario.
- ¿Cómo se siente el tener mi sangre en tus fauces? –Pregunto con mera curiosidad, observando con firmeza a la vampiresa que hace nada obtuvo de su propio vitae encima de aquel sofá, pero raramente Juan estaba tan avivo en esos momentos. Tal y como se encontraba, su cuerpo comenzó a sentir un leve cosquilleo por su columna vertebral, haciéndole temblar, no de dolor, sino que raramente sentía su libido elevarse con una mujer guapa.
En ese momento sentía que estaba ahí mismo para algo más – Arianne…-Su mano comenzó a deslizarse por la cintura avispada de la vampira, con un leve mareo en ese momento se fijó en lo que no se había fijado antes, en unas bellas curvas que subiendo la cara se observaba a una hermosa mujer de bellos ojos profundos con mucha tristeza en sus pupilas.
Como si no quisiera planearlo, de la cintura tomo a Arianne para montarla a horcajadas sobre su cintura, sujetándola con fuerza el comenzó a mover lentamente sus caderas como si de un hechizo estuviera en ese mismo instante, pero imágenes repentinas de las que desconocía volvían a aparecerse en su mente.
De un movimiento lento y suave aparto a Arianne de sus caderas en las que lentamente la montó, Juan sintió que el mareo se elevaba un poco más y no más decidió recostarse sobre el respaldo del sofá, dándose cuenta de que no había sentido libido momentos atrás.
Habían sido nauseas por la extracción de sangre que había experimentado desde su propia piel.
Juan Rivera- Humano Clase Alta
- Mensajes : 48
Fecha de inscripción : 19/08/2015
Re: Sueños Rotos || Libre
Placer, dolor, dicha, agonía, felicidad, tristeza, un remolino de sensaciones se arremolinan en mi interior que no para de quemar, esa sensación de estarme muriendo por dentro, viva, cual llama que surge de mi propi ser subiendo y acabando toda razón para dar paso a aquello que temen y hablan en los libros “Al monstruo”. No, debía controlarlo a toda fuerza aun cuando termine rota para siempre no puedo dejar de aquello se muestre de esa manera tan salvaje
Eran las palabras que se repetían en mi mente una tras otra sin cesar, aun cuando estaba mi cuerpo detenido y gruñía por la sensación que aquella sangre provocaba, no había de otra tenía que volver a ser la dama calmada o de lo contrario terminaría con la vida de aquell…–Tengo que salir de aquí– susurro esas palabras tomando doa la fuerza de voluntad, o lo poco que queda de ella para dar solo un paso hasta ver como aquel samaritano se acerca, como su aroma cambia drásticamente en uno más conocido; sus manos me envuelven lentamente como las hacía aquel que se llevó mi corazón y razón, quizás eso hizo que mi cuerpo se relajara al punto de centrarme solo en su recuerdo, en aquellas pocas noches que pudimos pasar juntos.
La sorpresa que me llevo al estar tan cerca de aquel hombre, mis piernas lo rodea y quiero besarle, morderle esos labios y cuello pero antes de poder hacerlo me detengo, no, el me detiene bajándome dejándome a la deriva y su aroma cambia al embriagante fragancia de la sangre. La garganta se me seca nuevamente y solo puedo dejar caer mi cuerpo al suelo acercándome, suplicando por una cura a mi desolación. Tomo su mano besando la muñeca lamiendo la piel que oculta aquellas venas, le rozo con los colmillos pero nuevamente esos ojos son los de él, no los del humano –Estás bien Frey…– susurro tocándole el rostro sentándome a su lado recordando el momento en que ambos hicimos el pacto de sangre en aquella playa con nuestras sangres.
Una punzada de dolor agita donde mi corazón debería estar y nuevamente los ojos me han engañado para mostrarme a un humano recostado junto a mí, los dientes me castañean de rabia pero más que nada la sangre hirviendo, y ese sabor burbujeando en mi boca –Debería matarte ahora mismo por hacer esto, pero si lo hago no podré huir luego. Esperaré a que salga el sol, lo necesito para acabar con este sufrimiento, al menos hasta que llegue la noche–mis ojos se llenan de una frialdad como la oscuridad que lega solo para atormentar a las almas.
Cálmate Arianne, Cálmate. Respira y no conteste a nada, concéntrate en ti
Eran las palabras que se repetían en mi mente una tras otra sin cesar, aun cuando estaba mi cuerpo detenido y gruñía por la sensación que aquella sangre provocaba, no había de otra tenía que volver a ser la dama calmada o de lo contrario terminaría con la vida de aquell…–Tengo que salir de aquí– susurro esas palabras tomando doa la fuerza de voluntad, o lo poco que queda de ella para dar solo un paso hasta ver como aquel samaritano se acerca, como su aroma cambia drásticamente en uno más conocido; sus manos me envuelven lentamente como las hacía aquel que se llevó mi corazón y razón, quizás eso hizo que mi cuerpo se relajara al punto de centrarme solo en su recuerdo, en aquellas pocas noches que pudimos pasar juntos.
La sorpresa que me llevo al estar tan cerca de aquel hombre, mis piernas lo rodea y quiero besarle, morderle esos labios y cuello pero antes de poder hacerlo me detengo, no, el me detiene bajándome dejándome a la deriva y su aroma cambia al embriagante fragancia de la sangre. La garganta se me seca nuevamente y solo puedo dejar caer mi cuerpo al suelo acercándome, suplicando por una cura a mi desolación. Tomo su mano besando la muñeca lamiendo la piel que oculta aquellas venas, le rozo con los colmillos pero nuevamente esos ojos son los de él, no los del humano –Estás bien Frey…– susurro tocándole el rostro sentándome a su lado recordando el momento en que ambos hicimos el pacto de sangre en aquella playa con nuestras sangres.
Una punzada de dolor agita donde mi corazón debería estar y nuevamente los ojos me han engañado para mostrarme a un humano recostado junto a mí, los dientes me castañean de rabia pero más que nada la sangre hirviendo, y ese sabor burbujeando en mi boca –Debería matarte ahora mismo por hacer esto, pero si lo hago no podré huir luego. Esperaré a que salga el sol, lo necesito para acabar con este sufrimiento, al menos hasta que llegue la noche–mis ojos se llenan de una frialdad como la oscuridad que lega solo para atormentar a las almas.
Arianne Vermelle- Condenado/Vampiro/Clase Media
- Mensajes : 56
Fecha de inscripción : 14/01/2014
Localización : Somewhere in the world
Re: Sueños Rotos || Libre
Consigue recuperarse de aquel mareo que tuvo al creer que tuvo un calenton. Observo a Arianne y escucho a su vez las palabras que dijo - Yo me quedaré contigo, asi nos conoceremos más - Dijo esperanzado de que pudiera pasar mas tiempo al lado de ella, solo esperaba que así pudiera ser por lo que ya se podía imaginar la escena, él y ella, acompañandola en aquella sala por debajo de su residencia que constataba de una pequeña mazmorra bien acomodada. Tenia que seguir al menos convencerla de que se quedara otro dia más. Ojala pudiera mantener el sol arriba para que nunca dejara su lado - ¿Frey? ¿quien es...? - Era raro. Aquel nombre le sonaba bastante. ¿Quien diablos era? ¿Porque le sonaba bastante aquel nombre?
Solo se acomodo en el sofá un poco mejor. Se ajusto la camisa y se quedo mirando a su acompañante - Arianne...- empezó a decir - Quiero que te quedes...- pudo ver por encima de su cabeza como el sol comenzaba a entrar por las ventanas pequeñas que habia en aquella sala. Las ventanas construidas estrategicamente sobre el suelo al lado de su residencia simulaban al ojo curioso como rejillas para drenar agua pero eran ventanas normales y corrientes. Juan siguió queriendo hablar con Arianne - la luz no te afectará. Están bien altas - sonrió transmitiendo seguridad y confianza. Acarició el rostro de Arianne con una sonrisa en su rostro y volvio a besarla lentamente sobre la frente y suspiro mientras se alejaba un poquito de ella - Te...te decia que tengo, que quiero enseñarte algo. Ese nombre me suena - dijo esperanzado de tener razón en su intuición.
Con cuidado, llevó a Arianne al interior de otra sala contigua en aquella misma mazmorra, el interior estaba decorada con una cama medianamente ostentosa, una mesa y varias estanterias. En una de ellas había un libro que estaba cubierto con cadenas doradas. Frey cogió el libro y lo puso sobre el escritorio donde alli mismo abrio las cadenas con una llave maestra que llevaba dentro del pantalón. Abrio el libro finalmente y ahi estaba la prueba de que tenia muchos ancestros - Mira..-fue a la "F" y había varios miembros de su familia, pero para su sorpresa no esperaba encontrar una coincidencia. Se quedo de piedra. Vio algo que no se esperaba.
Lo que vio fue una imagen de si mismo pero con otro nombre. Ahora lo entendia todo. Ahora entendia las visiones y la atracción hacia la vampira. Era descendiente de Freyback Moriarty y aquel libro con cadenas de oro lo probaba.
Solo se acomodo en el sofá un poco mejor. Se ajusto la camisa y se quedo mirando a su acompañante - Arianne...- empezó a decir - Quiero que te quedes...- pudo ver por encima de su cabeza como el sol comenzaba a entrar por las ventanas pequeñas que habia en aquella sala. Las ventanas construidas estrategicamente sobre el suelo al lado de su residencia simulaban al ojo curioso como rejillas para drenar agua pero eran ventanas normales y corrientes. Juan siguió queriendo hablar con Arianne - la luz no te afectará. Están bien altas - sonrió transmitiendo seguridad y confianza. Acarició el rostro de Arianne con una sonrisa en su rostro y volvio a besarla lentamente sobre la frente y suspiro mientras se alejaba un poquito de ella - Te...te decia que tengo, que quiero enseñarte algo. Ese nombre me suena - dijo esperanzado de tener razón en su intuición.
Con cuidado, llevó a Arianne al interior de otra sala contigua en aquella misma mazmorra, el interior estaba decorada con una cama medianamente ostentosa, una mesa y varias estanterias. En una de ellas había un libro que estaba cubierto con cadenas doradas. Frey cogió el libro y lo puso sobre el escritorio donde alli mismo abrio las cadenas con una llave maestra que llevaba dentro del pantalón. Abrio el libro finalmente y ahi estaba la prueba de que tenia muchos ancestros - Mira..-fue a la "F" y había varios miembros de su familia, pero para su sorpresa no esperaba encontrar una coincidencia. Se quedo de piedra. Vio algo que no se esperaba.
Lo que vio fue una imagen de si mismo pero con otro nombre. Ahora lo entendia todo. Ahora entendia las visiones y la atracción hacia la vampira. Era descendiente de Freyback Moriarty y aquel libro con cadenas de oro lo probaba.
Juan Rivera- Humano Clase Alta
- Mensajes : 48
Fecha de inscripción : 19/08/2015
Re: Sueños Rotos || Libre
No podía creer lo que mis ojos estaban viendo en aquella nueva habitación, aquel libro contenía toda la familia de aquel humano y entre esas viejas páginas estaba el rostro de mi amado, de aquel hombre por el que había estado tan enamorada hasta el punto de permitir que me rompiera a su antojo. Me acerqué y toco aquella página, ya no era una humana, era lo que mi me dice pero aun puedo sentir ese calor en mi corazón marchito, incluso las lágrimas que ruedan lentamente por mi rostro; aquello era cierto, no era una mentira para nada
Le miro a los ojos tratando de que él me diga que es mentira, que nada es real, pero no, solo encuentro una mirada confundida que me mira con esos ojos que se parecen a los de él, imposible…–Imposible, no puede ser cierto…entonces tu eres uno de sus descendientes, la familia de él y la tuya tienen lazos– iba a volverme loca de estar ahí un minuto más, quería salir peor las piernas no me funcionaban y el sol estaba lo más alto. Arrojé aquel libro al suelo con toda la fuerza que tenía, odio, ira, rencor, ganas de matar, todo ello se estaba acumulando en mi interior hasta el punto de obligar a la bestia despertar
Le mire furiosa pero lentamente se fue desvaneciendo aquello cuando veía más y más aquel humano, solté un suspiro de resignación chasqueando la lengua para luego caminar y tomar asiento en una de las sillas –esta bien, es mejor que descanse o mi cabeza terminar perdiéndose y asesinaré a todos los de esta casa, déjame sola por favor– susurré esquivando la mirada de la de él –Quiero pensar sobre esto, sobre lo ocurrido y lo que he visto ahora. Necesito un tiempo para mí y que mejor que dormir en la completa oscuridad hasta que el sol se oculte–el tono de mi voz estaba lleno de melancolía así como de decepción.
Le miro a los ojos tratando de que él me diga que es mentira, que nada es real, pero no, solo encuentro una mirada confundida que me mira con esos ojos que se parecen a los de él, imposible…–Imposible, no puede ser cierto…entonces tu eres uno de sus descendientes, la familia de él y la tuya tienen lazos– iba a volverme loca de estar ahí un minuto más, quería salir peor las piernas no me funcionaban y el sol estaba lo más alto. Arrojé aquel libro al suelo con toda la fuerza que tenía, odio, ira, rencor, ganas de matar, todo ello se estaba acumulando en mi interior hasta el punto de obligar a la bestia despertar
Le mire furiosa pero lentamente se fue desvaneciendo aquello cuando veía más y más aquel humano, solté un suspiro de resignación chasqueando la lengua para luego caminar y tomar asiento en una de las sillas –esta bien, es mejor que descanse o mi cabeza terminar perdiéndose y asesinaré a todos los de esta casa, déjame sola por favor– susurré esquivando la mirada de la de él –Quiero pensar sobre esto, sobre lo ocurrido y lo que he visto ahora. Necesito un tiempo para mí y que mejor que dormir en la completa oscuridad hasta que el sol se oculte–el tono de mi voz estaba lleno de melancolía así como de decepción.
Arianne Vermelle- Condenado/Vampiro/Clase Media
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Fecha de inscripción : 14/01/2014
Localización : Somewhere in the world
Re: Sueños Rotos || Libre
Reacciono de un sobresalto cuando Arianne estalló en lo que parecía ira descontrolada. Juan no lo había hecho a propósito, era algo que quería compartir con ella porque de tanto escuchar un nombre conocido, a ver si ella podría solucionarle sus dudas, pero al parecer había hecho mal en mostrarle aquel libro de sus ancestros.
Le daba pena, tristeza, melancolía por el amor que nunca se puede conseguir de alguien o que ya no existe. Como la entendía, sus sentimientos que se dirigían hacia Julia no eran correspondidos a pesar de ser buenos amigos de su familia. Tenía en cuenta las enormes sensaciones de satisfacción cuando antaño pasaba rato con las hermanas Castelló, en especial con Julia. Una mujer autoritaria y que cuidaba siempre de su hermana pequeña, una mujer dispuesta a luchar por sus ideales, pero al parecer Juan quiso más y no fue correspondido finalmente.
Ahora observaba desde su sitio a Arianne como le decía aquellas palabras. Quiso abrazarla, pero sintió como si no fuera el momento – Está bien – Dijo seco – Pero estaré por aquí si me necesitas – Con aquello dicho de un modo apagado, salió de aquella habitación con el rostro mirando hacia los pies, suspirando como derrotado por todo el esfuerzo que había hecho para que al menos Arianne le correspondiera en afecto – Y…lo siento –Con aquella disculpa comenzó a abrir la puerta de la habitación, atravesó el umbral y se cerró tras de sí. Suspiro, volvió a suspirar y mirando hacia la puerta suspiro y se dirigió hacia el sofá el cual estaba aun con un poco de sangre en el respaldo de este.
Cuando hubo limpiado el sofá, se sentó en él, pensó en todo lo que había pasado toda la noche. Excitación, revuelo, llamas, inquisidores….Le mordió un vampiro pero solo tomo de su vitae. Su mirada estaba puesta sobre el techo de piedra donde más arriba estaba su mansión. No le apetecía nada subir arriba, ver a todos y dar explicaciones. Prefirió quedarse en aquel sofá en donde en la habitación contigua estaba Arianne, probablemente pensando en una manera de escapar –Pensó- aunque, difícilmente podría conseguirlo debido a que en la sala en la que estaba no había ventanas, era un cuatro paredes con una única puerta de salida que era tener que cruzar por delante de su persona.
Sin embargo, de repente una idea cruzo su cabeza y solamente la persona que estaba en la otra habitación, podría hacérsela realidad.
Juan Rivera- Humano Clase Alta
- Mensajes : 48
Fecha de inscripción : 19/08/2015
Re: Sueños Rotos || Libre
Sumida en el desconcierte estoy, mire por donde mire solo hay paredes oscuras que ocultan aquella verdad que tanto había añorado pero que siempre se me había sido negada, ahora se develaba de una manera irónica y llena de dolor. ¿cuánto más tendría que soportar? ¿Cuánto más tendría que pasar, para que él estuviera satisfecho? En la soledad de la habitación el silencio era mi único enemigo y por ello era quien me estaba matando lenta y dolorosamente. Me acosté en el suelo observando el techo pensando y pensando una y otra vez en alguna forma, alguna palabras que Frey me haya dicho para que me llevara ahí, pero nada, no había nada y eso me enojaba muchísimo.
Enfadada, furiosa, enamorada…todo ello puede nublar la cabeza de alguien, era lo que siempre escuché y nunca creí hasta ese momento en el que incluso yo, con las fuerzas de mi alma comencé a destrozar a aquel libro, hoja por hoja se estaba destruyendo todo quería quemarlo, acabar con esa vida así como acabaría con el pasado para comenzar de nuevo. Eso haría, dejaría el pasado ahí donde está, enterrado y olvidado porque no valía recordarle más. Acabe con aquel libro quedándome en medio de mi tormenta; miré la pared y solo quería destruir más, acabar con todo realmente.
Miro mi mano y luego la pared, para alguien como yo le es imposible no romper aquellas barreras aun con el sol de por medio; era dura aquella pared, las piedras se sentían viejas como mi corazón marchito, pero aun así debía intentarlo, uno, dos, tres y cinco más fueron los golpes que asesté a la estructura hasta que esta cedió en un agujero donde se filtraba la los del sol, pero el haber hecho eso me costó, mi mano se había quemado y con ello sabía que era real lo que estaba ocurriendo.
Al cabo de unos minutos y luego de haber hecho todo el desastre estaba más calmada y en mis cabales, quizás por el hecho de que el frenesí de sangre se estaba desvaneciendo. Volví a quedar recostada en el suelo observando el agujero que filtraba la luz que se podría dirigir a mi en cualquier momento, la mano tenía herida así como el corazón, aunque el primero iba sanando y el otro no. Sonreí aceptando mi nuevo destino, ser una inquisidora e hija de aquel hombre, beber sangre de quien sea sabiendo que si era humana terminaría por entrar en el estado de asesina letal. Quizás eso era lo mejor, ser la asesina y no la mujer consciente.
Ese era ahora mi nuevo destino, uno que yo crearía. No sé cuánto pasó, pero estaba más convencida de ello…–Juan, sé qué estás ahí, puedes conseguirme sangre humana por favor, lo suficiente como para alimentarme y obligarme a dormir, lo necesito o de lo contrario no poder dormir hasta que la noche llegue– lo iba seduciendo en una mentira, porque lo que quería era otra cosa con ello.
Solo tendría que esperar a la noche y todo acabaría.
Enfadada, furiosa, enamorada…todo ello puede nublar la cabeza de alguien, era lo que siempre escuché y nunca creí hasta ese momento en el que incluso yo, con las fuerzas de mi alma comencé a destrozar a aquel libro, hoja por hoja se estaba destruyendo todo quería quemarlo, acabar con esa vida así como acabaría con el pasado para comenzar de nuevo. Eso haría, dejaría el pasado ahí donde está, enterrado y olvidado porque no valía recordarle más. Acabe con aquel libro quedándome en medio de mi tormenta; miré la pared y solo quería destruir más, acabar con todo realmente.
Miro mi mano y luego la pared, para alguien como yo le es imposible no romper aquellas barreras aun con el sol de por medio; era dura aquella pared, las piedras se sentían viejas como mi corazón marchito, pero aun así debía intentarlo, uno, dos, tres y cinco más fueron los golpes que asesté a la estructura hasta que esta cedió en un agujero donde se filtraba la los del sol, pero el haber hecho eso me costó, mi mano se había quemado y con ello sabía que era real lo que estaba ocurriendo.
Al cabo de unos minutos y luego de haber hecho todo el desastre estaba más calmada y en mis cabales, quizás por el hecho de que el frenesí de sangre se estaba desvaneciendo. Volví a quedar recostada en el suelo observando el agujero que filtraba la luz que se podría dirigir a mi en cualquier momento, la mano tenía herida así como el corazón, aunque el primero iba sanando y el otro no. Sonreí aceptando mi nuevo destino, ser una inquisidora e hija de aquel hombre, beber sangre de quien sea sabiendo que si era humana terminaría por entrar en el estado de asesina letal. Quizás eso era lo mejor, ser la asesina y no la mujer consciente.
Ese era ahora mi nuevo destino, uno que yo crearía. No sé cuánto pasó, pero estaba más convencida de ello…–Juan, sé qué estás ahí, puedes conseguirme sangre humana por favor, lo suficiente como para alimentarme y obligarme a dormir, lo necesito o de lo contrario no poder dormir hasta que la noche llegue– lo iba seduciendo en una mentira, porque lo que quería era otra cosa con ello.
Solo tendría que esperar a la noche y todo acabaría.
Arianne Vermelle- Condenado/Vampiro/Clase Media
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Re: Sueños Rotos || Libre
En mitad de aquella habitación, Juan Rivera seguía con su idea de hacer algo que podría arrepentirse durante el resto de su vida, pero pensó en su familia, en su hermana y sus sobrinos, sus padres, sus conocidos, todo el mundo. Pensó en todos ellos y lo que dejaría atrás por un mero capricho suyo y egoísta, pero saber nuevas experiencias y no quedarse estancado….Se sentía de esa manera a menudo, sobre todo ahora cuando estaba con Arianne que parecía que no le tragaba o no quería nada con él. Simplemente deseaba que hubiera algo entre los dos en donde él pudiera sentirse conectado con ella.
La desesperación de Arianne era notoria, parecía ahora querer algo de sangre pero, intuía que algo no iba bien. Según en uno de sus muchos libros que leyó hace tiempo (que no lo creía posible) leyó que los vampiros, algunos nacen en distintas sombras, no todos comparten la misma unión sanguínea que los creadores, estos optan habilidades como la seducción o la persuasión o la ilusión, pero no se sentía de esa manera. Seguía queriendo estar sentado sobre el sofá, pero al instante se levantó del sofá para ponerse una bebida de la licorera que había cerca de la puerta, observándola mientras pensaba interiormente si atravesarla o quedarse detrás de al barra.
- ¿Tienes algún tipo sanguíneo favorito? – Bromeo sobre el tipo de sangre que pudiera traerle. Por muy deseoso que estuviera de otorgarle su sangre y de probablemente convertirse en un ser de la noche como Arianne, no se la daría. Lo mismo aun no – Se me olvidaba – Tosió después de dos tragos de Bourbon – Si intentas salir, arderás y no quiero que eso pase – Decía a través de la puerta con el vaso en mano, moviéndolo de lado a lado, como mezclando el color para finalizar y dejar al final culo del vaso completamente vacío – Confía en mi Arianne, no sé porque, pero necesitas conocer a nuevas personas, estar con alguien que no te haga daño….-sus palabras las decía de corazón – Creo que no lo has pasado demasiado bien…te…te quejas o réplicas de que el pasado te persigue pero huyes de él y no te enfrentas a tus miedos, por eso sufres – Decía todo con cuidado, tampoco quería hacerla enojar ni que por su falta de tacto le hiciera sentirse una suicida, pero se preocupaba de una manera especial de Arianne, no quería que le pasara nada malo en realidad.
Como si ese sentimiento de sobreprotección sobre ella viniera de tiempo atrás, como si temiera a perderla de nuevo cuando en realidad acaba de conocerla.
La desesperación de Arianne era notoria, parecía ahora querer algo de sangre pero, intuía que algo no iba bien. Según en uno de sus muchos libros que leyó hace tiempo (que no lo creía posible) leyó que los vampiros, algunos nacen en distintas sombras, no todos comparten la misma unión sanguínea que los creadores, estos optan habilidades como la seducción o la persuasión o la ilusión, pero no se sentía de esa manera. Seguía queriendo estar sentado sobre el sofá, pero al instante se levantó del sofá para ponerse una bebida de la licorera que había cerca de la puerta, observándola mientras pensaba interiormente si atravesarla o quedarse detrás de al barra.
- ¿Tienes algún tipo sanguíneo favorito? – Bromeo sobre el tipo de sangre que pudiera traerle. Por muy deseoso que estuviera de otorgarle su sangre y de probablemente convertirse en un ser de la noche como Arianne, no se la daría. Lo mismo aun no – Se me olvidaba – Tosió después de dos tragos de Bourbon – Si intentas salir, arderás y no quiero que eso pase – Decía a través de la puerta con el vaso en mano, moviéndolo de lado a lado, como mezclando el color para finalizar y dejar al final culo del vaso completamente vacío – Confía en mi Arianne, no sé porque, pero necesitas conocer a nuevas personas, estar con alguien que no te haga daño….-sus palabras las decía de corazón – Creo que no lo has pasado demasiado bien…te…te quejas o réplicas de que el pasado te persigue pero huyes de él y no te enfrentas a tus miedos, por eso sufres – Decía todo con cuidado, tampoco quería hacerla enojar ni que por su falta de tacto le hiciera sentirse una suicida, pero se preocupaba de una manera especial de Arianne, no quería que le pasara nada malo en realidad.
Como si ese sentimiento de sobreprotección sobre ella viniera de tiempo atrás, como si temiera a perderla de nuevo cuando en realidad acaba de conocerla.
Juan Rivera- Humano Clase Alta
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Re: Sueños Rotos || Libre
Increíble me parece lo que escucho de él, aquella confianza y seguridad al darme una orden y proponer algo para mi propio bienestar, uno que ya ha estado roto, hasta ahora. Suelto una risilla por ver su arrogancia en sus palabras, esa forma tan dominante de dar orden a un ser como yo, a un demonio de mi altura. Ahí estaba la diferencia marcada entre él y mi amor del pasado, Frey jamás me daría sangre humana aunque se la pidiera trataría de todas las formas posibles controlarme para continuar a su lado soportando el dolor, pero él era diferente y ello me hacía recordar mi propio dolor.
Siempre pensé que los vampiros olvidan más rápido, pero es lo opuesto, se olvidan tan poco de quienes aman por eso no aceptan compañeros en sus vidas, que tonta fui al aceptar ser de él sin saber que su futuro estaba sellado con su muerte. Me levante quedándome sentada mirando aquel orificio que dejé en la pared, solté una risa jugando con la luz que entraba y mi mano que se quemaba cuando la pasaba por ella, un dolor de que aún seguía viva –Cuanta prepotencia en tu, advertencia, pero me pregunto ¿por qué no quieres que ello pase?– solté una risa recostándome nuevamente en el suelo algo más alejada de la luz y con un suspiro le reste importancia a aquellas palabras –Tranquilo, no soy tan patética, ni estúpida para salir a esta hora, solo quiero, como tú mismo has dicho, enterrar mi pasado aquí y ahora y por eso beberé la mayor cantidad de sangre humana hasta perder la consciencia y salir como la asesina que mi padre quiere, aquella letal mujer que reside en mí y jamás dejo salir, la mujer que todos conocieron morirá ahora y surgirá una nueva, eso es lo que quiero yo– susurro mirando a tumbado viendo solo piedras.
Esbozo una sonrisa mientras veo como la luz avanzan subiendo pasando junto a mi cuerpo como si lo delineara, era la única forma de sentir algo de calidez aunque no pueda tocarla ya.
Con esa luz se iría todo.
Siempre pensé que los vampiros olvidan más rápido, pero es lo opuesto, se olvidan tan poco de quienes aman por eso no aceptan compañeros en sus vidas, que tonta fui al aceptar ser de él sin saber que su futuro estaba sellado con su muerte. Me levante quedándome sentada mirando aquel orificio que dejé en la pared, solté una risa jugando con la luz que entraba y mi mano que se quemaba cuando la pasaba por ella, un dolor de que aún seguía viva –Cuanta prepotencia en tu, advertencia, pero me pregunto ¿por qué no quieres que ello pase?– solté una risa recostándome nuevamente en el suelo algo más alejada de la luz y con un suspiro le reste importancia a aquellas palabras –Tranquilo, no soy tan patética, ni estúpida para salir a esta hora, solo quiero, como tú mismo has dicho, enterrar mi pasado aquí y ahora y por eso beberé la mayor cantidad de sangre humana hasta perder la consciencia y salir como la asesina que mi padre quiere, aquella letal mujer que reside en mí y jamás dejo salir, la mujer que todos conocieron morirá ahora y surgirá una nueva, eso es lo que quiero yo– susurro mirando a tumbado viendo solo piedras.
Esbozo una sonrisa mientras veo como la luz avanzan subiendo pasando junto a mi cuerpo como si lo delineara, era la única forma de sentir algo de calidez aunque no pueda tocarla ya.
Con esa luz se iría todo.
Arianne Vermelle- Condenado/Vampiro/Clase Media
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Re: Sueños Rotos || Libre
No entendía demasiado bien el propósito de Arianne con aquellas palabras que le dijo en ese instante. Supuso que hablaba de buscarse una mejor manera de soportar su dolor, un dolor del que él posiblemente no entendía en particular, pero la desesperación es el resultado de pretender tomarse en serio la vida con todas sus bondades, la justicia y la razón, y de cumplir con sus exigencias. Imposible asistir más de un cuarto de hora sin impaciencia a la desesperación de alguien – Arianne, la ilusión del amor es tan poderoso que al igual que la fuerza interna para realizar las cosas, hace que tu espíritu continúe la jornada sin importar lo penosa que sea, sigues con sentimientos firmes, si un amor te ha lastimado, no llores; ya que lastima porque es amor; y no una simple ilusión… - Juan dijo palabras desde su corazón, lo mismo, palabras que otra persona le diría a Arianne, porque en toda su totalidad, una vida pasada, una vida que conoce en profundidad pero que nunca ha vivido, la siente muy adentro de su ser.
¿Por qué le pasaba eso?
No lo sabía…pero cada ciencia, como decía Aristóteles, «recorta» o acota para sí un campo de objetos, aplicándose a estudiar las leyes que describen y explican el comportamiento de éstos, reconstruyendo racionalmente ese campo. Puesto que cada disciplina estudia una especie de objetos, es natural que lo haga en un lenguaje específico. Nada tiene de extraño que cada ciencia, aun compartiendo con otras ciencias muchos rasgos, presente rasgos peculiares, que se reflejan en el peculiar lenguaje que utiliza. Eso era posiblemente, una ciencia de la que nadie sabe su exactitud todavía, una ciencia con la que cambia a su parecer, a su manera destructiva de hacer daños a unos y a otros, sin saber cómo pueden ser las consecuencias.
-Arianne….Entro, pero para poder demostrarte que en mí, tu confianza puedes postrar, que en mí, tu desesperación puedes disipar, que en mi puedes encontrarse en manos seguras. Arianne, conmigo no hay sombras que te puedan atormentar, dame una oportunidad para demostrarte el hombre que puedo llegar a ser para ti, el hombre que en algún momento encuentres felicidad en lugar de tristeza…Arianne, déjame ser la luz de tu densa oscuridad –Convenciendo ahora estaba Juan a Arianne, para así poder entrar en ella, para poder entrar en su mente sin la necesidad de tener algún que otro poder sobrenatural, poder entrar en el corazón de la eterna inmortalidad por la puerta grande.
¿Por qué le pasaba eso?
No lo sabía…pero cada ciencia, como decía Aristóteles, «recorta» o acota para sí un campo de objetos, aplicándose a estudiar las leyes que describen y explican el comportamiento de éstos, reconstruyendo racionalmente ese campo. Puesto que cada disciplina estudia una especie de objetos, es natural que lo haga en un lenguaje específico. Nada tiene de extraño que cada ciencia, aun compartiendo con otras ciencias muchos rasgos, presente rasgos peculiares, que se reflejan en el peculiar lenguaje que utiliza. Eso era posiblemente, una ciencia de la que nadie sabe su exactitud todavía, una ciencia con la que cambia a su parecer, a su manera destructiva de hacer daños a unos y a otros, sin saber cómo pueden ser las consecuencias.
-Arianne….Entro, pero para poder demostrarte que en mí, tu confianza puedes postrar, que en mí, tu desesperación puedes disipar, que en mi puedes encontrarse en manos seguras. Arianne, conmigo no hay sombras que te puedan atormentar, dame una oportunidad para demostrarte el hombre que puedo llegar a ser para ti, el hombre que en algún momento encuentres felicidad en lugar de tristeza…Arianne, déjame ser la luz de tu densa oscuridad –Convenciendo ahora estaba Juan a Arianne, para así poder entrar en ella, para poder entrar en su mente sin la necesidad de tener algún que otro poder sobrenatural, poder entrar en el corazón de la eterna inmortalidad por la puerta grande.
Juan Rivera- Humano Clase Alta
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Re: Sueños Rotos || Libre
Palabras, palabras y más palabras que salían de cuya voz me había enamorado hace años y eso me estaba volviendo loca pues él estaba muerto, había muerto frente a mis ojos aquella noche, entonces ¿por qué? Porque me dolía cuando volvía a ver su rostro, su voz, saber que estaba ahí delante de mí, quería acabarlo, destruirlo con mis propias manos el fantasma de su recuerdo, pero no lo era, pues solo era un mortal que fue parte de la familia de aquel al que ame y que ahora quedó en cenizas y memorias.
Suspiré y me puse de pie para mirarle, me acerque lo más lento que podía, estaba segura de ello, él no era Frey, pero tenía muchas cosas de él. Mi mano se poso en su mejilla acercando mi mejilla para frotarse contra él, mi cuerpo se apegó instintivamente buscando su frío ser, pero solo encontraba calor y el latir de su corazón, él si tenía pulso. Le mire y sonríe tristremente –¿Confiar? ¿Cómo? Si tu no sabrías que eres tu si no el recuerdo de él. Siempre vería a él en ti pues tienes su rostro y voz contigo jamás lo olvidaría y te haría daño pues pensarías que estoy enamorada de ti, pero no, es solo el recuerdo de lo que tu representas. Jamás te vería como Juan sino como Freyback– miré la puerta abierta y la cerré dejándonos los dos ahí solos en silencio por unos momentos.
Recargué mi cuerpo contra la puerta suspirando pesadamente –Una noche, una noche te daré y pido que me des eso, sé que es patético y humillante que alguien como yo le pida ello a un hombre como tu, pero solo quiero despedirme de ese recuerdo y seguir, luego de esa noche no me volverás a ver, así, para cuando me veas de nuevo no te veré como él si no como lo que eres, alguien distinto, un simple mortal de nombre Juan– susurro sonriendo y mirándole a los ojos.
Hasta donde había caído pero era la única forma de sentirme cuerda por el momento al menos hasta que el sol se disipe y pueda marcharme para ahogarme en aquello que mi padre deseaba. Si porque al final terminaría por serlo hasta que el veneno me haga olvidar todo y pueda recuperar mi ser.
Solo era una noche.
Suspiré y me puse de pie para mirarle, me acerque lo más lento que podía, estaba segura de ello, él no era Frey, pero tenía muchas cosas de él. Mi mano se poso en su mejilla acercando mi mejilla para frotarse contra él, mi cuerpo se apegó instintivamente buscando su frío ser, pero solo encontraba calor y el latir de su corazón, él si tenía pulso. Le mire y sonríe tristremente –¿Confiar? ¿Cómo? Si tu no sabrías que eres tu si no el recuerdo de él. Siempre vería a él en ti pues tienes su rostro y voz contigo jamás lo olvidaría y te haría daño pues pensarías que estoy enamorada de ti, pero no, es solo el recuerdo de lo que tu representas. Jamás te vería como Juan sino como Freyback– miré la puerta abierta y la cerré dejándonos los dos ahí solos en silencio por unos momentos.
Recargué mi cuerpo contra la puerta suspirando pesadamente –Una noche, una noche te daré y pido que me des eso, sé que es patético y humillante que alguien como yo le pida ello a un hombre como tu, pero solo quiero despedirme de ese recuerdo y seguir, luego de esa noche no me volverás a ver, así, para cuando me veas de nuevo no te veré como él si no como lo que eres, alguien distinto, un simple mortal de nombre Juan– susurro sonriendo y mirándole a los ojos.
Hasta donde había caído pero era la única forma de sentirme cuerda por el momento al menos hasta que el sol se disipe y pueda marcharme para ahogarme en aquello que mi padre deseaba. Si porque al final terminaría por serlo hasta que el veneno me haga olvidar todo y pueda recuperar mi ser.
Solo era una noche.
Arianne Vermelle- Condenado/Vampiro/Clase Media
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Re: Sueños Rotos || Libre
¿Porque le resultaban tan dolorosas aquellas indicaciones que le hacía? Comprendía que el culpable de que ella estuviera así de inquieta y desquiciada fuera su increíble parecido y reencarnación con su antiguo amado, pero ¿Él? ¿De qué tenía la maldita culpa?
No había pedido nacer así, de hecho, para él, esto, este atractivo que tiene que llevar consigo a todas partes es una maldición para él. Ser tan atractivo, ser la mirada de tantas mujeres hasta el punto de sentirse incómodamente violado solamente con la mirada indiscreta de las jóvenes de la zona por la que simplemente le apetecía dar un paseo.
- ¿Le quieres de vuelta? –Se destapa la vena carótida – Toma y conviérteme en un ser como tú….yo solo no quiero que sufras más por mi estúpida maldición aparente que es lo que realmente te incomoda – Soltó su camisa dejando que esta volviera a su lugar – O….-se acercaba a ella, pensando en alguna otra locura – Mátame….y revívelo –la toma de las manos, le besa el dorso a la vez de cada mano, pero la observa, no se retrae, una sola mirada bastó para que sus palabras tomaran constancia de la seriedad con como lo decía.
Estaría completamente loco en dejar a su hermana y sus sobrinos por una persona a la que apenas conoce y ha conocido esta misma noche. Se quedó y mirándola se quedó, es normal que todo el mundo se asuste ante lo desconocido o ante lo que pueda salir mal en un futuro sin previo aviso de las consecuencias, y más por lo que veía, Arianne si que aun siendo un ser temido y que le podría quitar la vida de un solo mordisco, ahí estaba temerosa de sus sentimientos. Juan pudo ver lo humana que era o pretendía sentirse, pero ella era un ser perfecto. Levanto el mentón de Arianne a la altura para que ambos arcos azules se cruzaran en un duelo de intensas miradas.
– Arianne, ¿Por dónde empiezo? ¿Por el final o el principio de haberte conocido? ¿Qué es una vida sin amor? ¿Y menos sin el correspondido? Tómame eternamente como tu amante y tu amor de toda la vida….
Juan simplemente se separó de Arianne, un fuerte dolor de cabeza vino de repente, se arrodillo por la intensidad del dolor. Gimió un poco pero sentándose en el suelo, pudo su visión establecerse un poco.
¿Qué fueron esas palabras que no vinieron de él…?
No había pedido nacer así, de hecho, para él, esto, este atractivo que tiene que llevar consigo a todas partes es una maldición para él. Ser tan atractivo, ser la mirada de tantas mujeres hasta el punto de sentirse incómodamente violado solamente con la mirada indiscreta de las jóvenes de la zona por la que simplemente le apetecía dar un paseo.
- ¿Le quieres de vuelta? –Se destapa la vena carótida – Toma y conviérteme en un ser como tú….yo solo no quiero que sufras más por mi estúpida maldición aparente que es lo que realmente te incomoda – Soltó su camisa dejando que esta volviera a su lugar – O….-se acercaba a ella, pensando en alguna otra locura – Mátame….y revívelo –la toma de las manos, le besa el dorso a la vez de cada mano, pero la observa, no se retrae, una sola mirada bastó para que sus palabras tomaran constancia de la seriedad con como lo decía.
Estaría completamente loco en dejar a su hermana y sus sobrinos por una persona a la que apenas conoce y ha conocido esta misma noche. Se quedó y mirándola se quedó, es normal que todo el mundo se asuste ante lo desconocido o ante lo que pueda salir mal en un futuro sin previo aviso de las consecuencias, y más por lo que veía, Arianne si que aun siendo un ser temido y que le podría quitar la vida de un solo mordisco, ahí estaba temerosa de sus sentimientos. Juan pudo ver lo humana que era o pretendía sentirse, pero ella era un ser perfecto. Levanto el mentón de Arianne a la altura para que ambos arcos azules se cruzaran en un duelo de intensas miradas.
– Arianne, ¿Por dónde empiezo? ¿Por el final o el principio de haberte conocido? ¿Qué es una vida sin amor? ¿Y menos sin el correspondido? Tómame eternamente como tu amante y tu amor de toda la vida….
Juan simplemente se separó de Arianne, un fuerte dolor de cabeza vino de repente, se arrodillo por la intensidad del dolor. Gimió un poco pero sentándose en el suelo, pudo su visión establecerse un poco.
¿Qué fueron esas palabras que no vinieron de él…?
Juan Rivera- Humano Clase Alta
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Re: Sueños Rotos || Libre
Dulces palabras que despertaron en mi un deseo irrefrenable de tomar aquella mano y agarrarme con fuerza de ella, era un bálsamo de vida y para alguien que vive de vidas ajenas no era más que un golpe fresco de “esperanza” una que yacía perdida en mi marchito corazón, pero que aquel humano trataba de revivir de la mejor manera, aunque solo estaba haciendo trizas mi corazón. Le miré por unos segundos, no podía creer lo que él joven estaba pidiendo, el quería ser el remplazo de quien fue mi amor, jamás lo vería como alguien nuevo si no como él. NO, no podía.
Enfurecí completamente, cerré los ojos con fuerza para no mostrar la furia que crecía en mi interior, aunque mis uñas lo hicieron evidente cuando las clavé en mis manos al cerrarlas en puño con fuerza. Solté un suspiro, hasta que le joven se desplomó a mis pies, mantenía esa sonrisa con las palabras que, Frey me había dedicado, ahí lo entendí, comprendí de que se trataba todo. Corrí para tomar al joven mortal entre las manos, mis ojos mostraron la mayor dulzura que jamás antes había mostrado, ni a Frey, y eso que él conocía muchas facetas mías, pero esta era nueva, le tomé entre mis manos acariciando su frente, estaba perlada por el sudor, le miré a los ojos y dejé que mi dedo se posara sobre sus labios recorriendo hasta su mejilla donde la clavé en una fuerte bofetada, mi sonrisa no se desapareció de mi rostro –¿Eres idiota o qué?, claro que no te mataría ni te convertiría en su sustituto, si lo amo, y te amo Freyback, fuiste el amor de mi vida– tomé el rostro del joven clavando mi mirada en la de él, podía ver a Frey aun en el joven y solo sonreí –Freyback tu eres el gran amor de mi vida y por eso me duele, porque creía que lo nuestro ahora sería para siempre, me quedé sin vida cuando moriste por mi culpa, ahora que ya no le sirvo a él me ha dejado tranquila y mírame soy una patética vampira que busca la muerte más rápida solo para ir contigo en un mundo que no conocemos, hasta ahí quedaría nuestra historia de amor y si, te amo y te amaré siempre porque tú fuiste el primer hombre en mi vida, y siempre te recordaré como tal, pero no puedes ni puedo ni este idiota puede pretender remplazar lo que fuimos, no sería justo para ninguno de los tres–
Solté con fuerza la cabeza del joven que se golpeó contra el suelo –No voy a tomar de ti ni a matarte ni nada, piensa un poco en ti, en tu familia no querrás dejar todo así como así por una extraña de la que no conoces nada, además, como dije, trae lo que te pedí y cuando nos volvamos a ver, me verás completamente diferente, una nueva Arianne Vermelle, ahí te veré como lo que eres Juan Rivera– sonríe extendiendo la mano a tocar su rostro cerrando los míos por unos momentos.
Estaba lista para cambiar, ahora que me he despedido de mi gran amor, por qué ahora él será mi corazón y de ahora por él viviré y seguiré.
Enfurecí completamente, cerré los ojos con fuerza para no mostrar la furia que crecía en mi interior, aunque mis uñas lo hicieron evidente cuando las clavé en mis manos al cerrarlas en puño con fuerza. Solté un suspiro, hasta que le joven se desplomó a mis pies, mantenía esa sonrisa con las palabras que, Frey me había dedicado, ahí lo entendí, comprendí de que se trataba todo. Corrí para tomar al joven mortal entre las manos, mis ojos mostraron la mayor dulzura que jamás antes había mostrado, ni a Frey, y eso que él conocía muchas facetas mías, pero esta era nueva, le tomé entre mis manos acariciando su frente, estaba perlada por el sudor, le miré a los ojos y dejé que mi dedo se posara sobre sus labios recorriendo hasta su mejilla donde la clavé en una fuerte bofetada, mi sonrisa no se desapareció de mi rostro –¿Eres idiota o qué?, claro que no te mataría ni te convertiría en su sustituto, si lo amo, y te amo Freyback, fuiste el amor de mi vida– tomé el rostro del joven clavando mi mirada en la de él, podía ver a Frey aun en el joven y solo sonreí –Freyback tu eres el gran amor de mi vida y por eso me duele, porque creía que lo nuestro ahora sería para siempre, me quedé sin vida cuando moriste por mi culpa, ahora que ya no le sirvo a él me ha dejado tranquila y mírame soy una patética vampira que busca la muerte más rápida solo para ir contigo en un mundo que no conocemos, hasta ahí quedaría nuestra historia de amor y si, te amo y te amaré siempre porque tú fuiste el primer hombre en mi vida, y siempre te recordaré como tal, pero no puedes ni puedo ni este idiota puede pretender remplazar lo que fuimos, no sería justo para ninguno de los tres–
Solté con fuerza la cabeza del joven que se golpeó contra el suelo –No voy a tomar de ti ni a matarte ni nada, piensa un poco en ti, en tu familia no querrás dejar todo así como así por una extraña de la que no conoces nada, además, como dije, trae lo que te pedí y cuando nos volvamos a ver, me verás completamente diferente, una nueva Arianne Vermelle, ahí te veré como lo que eres Juan Rivera– sonríe extendiendo la mano a tocar su rostro cerrando los míos por unos momentos.
Estaba lista para cambiar, ahora que me he despedido de mi gran amor, por qué ahora él será mi corazón y de ahora por él viviré y seguiré.
Arianne Vermelle- Condenado/Vampiro/Clase Media
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Re: Sueños Rotos || Libre
Momentos después, el cuerpo de Juan despertó de repente estando tumbado en el suelo. Su frente estaba completamente perlada de sudor. Su vista estaba borrosa aunque con el pase de los segundos comenzaba a enfocarse y a situarse que estaba en la habitación con Arianne, ella cerca de él, nombrando su nombre en una especie de promesa en el futuro.
– A-Arianne….quiero verte –Dijo simplemente desde su inconsciente, la miro y la abrazo desde el suelo, acercándola hasta que estuviera en la misma posición en la que él estaba en ese instante, abrazándola por la cintura, teniéndola completamente cerca – Vale…una noche….¿Pero que pasara entonces? En mi vida, hay tantas preguntas y respuestas que de algún modo parecen estar mal, fuera de mi alcance, como un suspiro que se evapora en un instante. Ahora hay muchas más sobre mi pasado de las que no me quieren contar o que nunca me han contado supuestamente.
Juan cortó sus palabras en cuanto noto que había recuperado el control en su cuerpo. Se quedaba aun en el mismo sitio en el que estaba pero sin embargo no sabía cómo actuar. Se reincorporo un poco, lo mismo movió incómodamente a Arianne porque él cambió de posición y para cuando se sentó sobre el suelo se levantó con pesadez, observando a su alrededor, observando a Arianne.
– Una noche te daré si es lo que quieres más no quiero que marques tu sentencia de muerte una vez te vayas de esta mansión en la que te protejo ahora de los rayos solares. Duerme – palmó la cama en la que se había sentado para recuperar el sentido por completo - ¿Los de tu especie duermen, verdad? Me imagino que en sitios menos espaciosos pero teniendo una cama que mejor opción, ¿no? –
Rio con dificultad, estaba cansado, parecía que aquella “leve posesión” de un alma del pasado le había pasado factura a su inexperimentado cuerpo y alma. Observo con detenimiento a Arianne. Su antepasado tendría que tener buen sentido para encontrarse con alguien como Arianne. ¿Habría sido el destino que estaba escrito siempre para que ambos estuvieran el uno con el otro y así poder en alguna era poder estar juntos? Tener una familia, pudo haberlo tenido su antepasado pero algo debió de pasar que todavía le queda por averiguar.
– A-Arianne….quiero verte –Dijo simplemente desde su inconsciente, la miro y la abrazo desde el suelo, acercándola hasta que estuviera en la misma posición en la que él estaba en ese instante, abrazándola por la cintura, teniéndola completamente cerca – Vale…una noche….¿Pero que pasara entonces? En mi vida, hay tantas preguntas y respuestas que de algún modo parecen estar mal, fuera de mi alcance, como un suspiro que se evapora en un instante. Ahora hay muchas más sobre mi pasado de las que no me quieren contar o que nunca me han contado supuestamente.
Juan cortó sus palabras en cuanto noto que había recuperado el control en su cuerpo. Se quedaba aun en el mismo sitio en el que estaba pero sin embargo no sabía cómo actuar. Se reincorporo un poco, lo mismo movió incómodamente a Arianne porque él cambió de posición y para cuando se sentó sobre el suelo se levantó con pesadez, observando a su alrededor, observando a Arianne.
– Una noche te daré si es lo que quieres más no quiero que marques tu sentencia de muerte una vez te vayas de esta mansión en la que te protejo ahora de los rayos solares. Duerme – palmó la cama en la que se había sentado para recuperar el sentido por completo - ¿Los de tu especie duermen, verdad? Me imagino que en sitios menos espaciosos pero teniendo una cama que mejor opción, ¿no? –
Rio con dificultad, estaba cansado, parecía que aquella “leve posesión” de un alma del pasado le había pasado factura a su inexperimentado cuerpo y alma. Observo con detenimiento a Arianne. Su antepasado tendría que tener buen sentido para encontrarse con alguien como Arianne. ¿Habría sido el destino que estaba escrito siempre para que ambos estuvieran el uno con el otro y así poder en alguna era poder estar juntos? Tener una familia, pudo haberlo tenido su antepasado pero algo debió de pasar que todavía le queda por averiguar.
Juan Rivera- Humano Clase Alta
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Re: Sueños Rotos || Libre
Las palabras de aquel no podían ser ciertas en su totalidad y eso lo sabía muy bien aunque yo deseaba que no fuera así, deseaba tener aún una oportunidad pero era tarde pues ésta ya se había dado quedando solo el seguir con lo que nos quedaba que era la soledad una fría y eterna soledad. Miro a sus ojos sonriéndole como si con ello diera paso a algo, como si con mi mirada afirmara a su petición, pero era mentira, lo sé mejor que nadie porque luego de que salga de ahí, al llegar la noche sería la última vez de esta mujer tal como la conocieron.
Acaricié su rostro tratando de calmarle, aun abrasados podía sentir su corazón latir tanto que mi sed aumentaba considerablemente, mantuve los ojos cerrados y así evitar cometer una locura, mordí mis labios con fuerza haciéndolos sangrar un poco hasta que la sed se calmó completamente –Juan, yo no puedo prometerte algo que no existe ya, mi vida dejo de serlo en el momento en que me hicieron esto, ahora pertenece a otra persona y por lo tanto debo seguir adelante– me separé de él alejándolo completamente, estaba más que decidida a dar ese paso –Por ello, luego de esta noche olvidarás todo, olvidarás que me conociste, mi nombre y rostro– usé la habilidad de persuasión para dejarle en claro lo que debía de hacer –Mañana cuando el sol toque el cielo, tu no recordarás nada de mí solo tu vida seguirá tal y como desees pero todo de mi te será borrado para siempre– sentencié con una sonrisa mientras me quedaba en la parte más oscura de la habitación –Dormimos algunos en cama y otros en féretros para seguir la costumbre popular de ser no vivos, en lo particular me gusta dormir en una habitación sin ventanas pero con la simulación de ellas con corintas rojas y blancas en una cama enorme, al menos algo de humanidad para el monstruo, aunque el sueño no es uno tan pesado si no más bien a medio, entre ligero y pesado– sonreí acomodándome en aquella pequeña cama que había en una posición de muerta con mis manos sobre el vientre
Al menos, a él no le haría lo mismo que a mí me hicieron, a él no le daría una falsa esperanza. Ahora solo quedaba ver lo que el futuro esperaba para ambos.
Acaricié su rostro tratando de calmarle, aun abrasados podía sentir su corazón latir tanto que mi sed aumentaba considerablemente, mantuve los ojos cerrados y así evitar cometer una locura, mordí mis labios con fuerza haciéndolos sangrar un poco hasta que la sed se calmó completamente –Juan, yo no puedo prometerte algo que no existe ya, mi vida dejo de serlo en el momento en que me hicieron esto, ahora pertenece a otra persona y por lo tanto debo seguir adelante– me separé de él alejándolo completamente, estaba más que decidida a dar ese paso –Por ello, luego de esta noche olvidarás todo, olvidarás que me conociste, mi nombre y rostro– usé la habilidad de persuasión para dejarle en claro lo que debía de hacer –Mañana cuando el sol toque el cielo, tu no recordarás nada de mí solo tu vida seguirá tal y como desees pero todo de mi te será borrado para siempre– sentencié con una sonrisa mientras me quedaba en la parte más oscura de la habitación –Dormimos algunos en cama y otros en féretros para seguir la costumbre popular de ser no vivos, en lo particular me gusta dormir en una habitación sin ventanas pero con la simulación de ellas con corintas rojas y blancas en una cama enorme, al menos algo de humanidad para el monstruo, aunque el sueño no es uno tan pesado si no más bien a medio, entre ligero y pesado– sonreí acomodándome en aquella pequeña cama que había en una posición de muerta con mis manos sobre el vientre
Al menos, a él no le haría lo mismo que a mí me hicieron, a él no le daría una falsa esperanza. Ahora solo quedaba ver lo que el futuro esperaba para ambos.
Arianne Vermelle- Condenado/Vampiro/Clase Media
- Mensajes : 56
Fecha de inscripción : 14/01/2014
Localización : Somewhere in the world
Re: Sueños Rotos || Libre
Su cuerpo comenzaba a pesarle, algunas palabras le entraron en la cabeza como golpes de martillo pero que luego este se despertó como si nada, la pesadez parecía estar en él aún pero una extraña ligereza sentía por otra parte. De todas maneras se quedó a los pies de la cama, Arianne la veía que estaba en el lado más oscuro, en el rincón más oscuro de la cama, en una esquina. Juan la observaba y parte de su noche parecía no poder recordarla, como si de repente estuviera creándose en su mente un vacío en el que los recuerdos estaban desapareciendo poco a poco. Su cabeza comenzó a darle vueltas, pudo tumbarse boca arriba, intentando detener los mareos que acechaban a su mente, a sus recuerdos.
Cuando noto la suavidad de aquella cama en el sótano bajo su cabeza, Juan trago como si le costara demasiado. Su temperatura corporal estaba comenzando a elevarse por lo que podía notar en su interior, su mirada estaba completamente borrosa pero al pestañear este veía nítido de nuevo, pero volvía a estar todo borroso. Estaba preguntándose qué rayos estaba ocurriéndole, su cabeza de inmediato comenzó a rechinar con tridentes sonidos, como si algo estuviera martillando su cabeza. Quería que se detuviera, la definición de Arianne sobre como dormían por el día apenas lo escucho.
La ventaja de una mala memoria es que uno disfruta varias veces las mismas buenas cosas por primera vez. Bellas formas cantan himnos contra la sombra y el olvido; tus formas, para quienes la luna resplandece, cada noche se entregan como la vez primera: temblorosas, sí, pero voluntarias. El olvido es una segunda muerte, a la que temen los espíritus más que a la primera. El olvido es reconocido como la pérdida de memoria o descuido de algo que debía atenderse o tenerse presente, es decir, lo que se olvida en realidad no desaparece, sino que permanece sepultado en el inconsciente. Nadie pregunta por aquello que prefiere ignorar, un instante más y habrás olvidado todo; otro, y todos te habrán olvidado. El olvido es una de esas cosas de la vida que, al igual que tantas otras, puede ser abordada desde temáticas diferentes. Totalmente de la mano con el recuerdo, a veces se necesita de él para dejar de lado cuestiones dolorosas.
Algunas cosas se hacen tan nuestras que las olvidamos, que las ignoramos, que después se disipan en la nada para luego que no estén allí esperándonos. Juan era lo que más temía en el mundo. El olvido, el que alguien te olvidase para que luego esta nunca te recuerde o pensara poder volver contigo a tu lado. No sabía lo que le podría esperar el mañana, pero ahora estaba viendo a una mujer en la misma que él pero en diferente lugar y posición. Qué extraña, no sabía quién era o que hacia allí, pero estaba cansado, no quería moverse pues su cuerpo se sentía atontado de alguna manera que sus fuerzas se desplomaron hasta quedar inconsciente sobre aquella cama cómoda en el sótano.
Cuando noto la suavidad de aquella cama en el sótano bajo su cabeza, Juan trago como si le costara demasiado. Su temperatura corporal estaba comenzando a elevarse por lo que podía notar en su interior, su mirada estaba completamente borrosa pero al pestañear este veía nítido de nuevo, pero volvía a estar todo borroso. Estaba preguntándose qué rayos estaba ocurriéndole, su cabeza de inmediato comenzó a rechinar con tridentes sonidos, como si algo estuviera martillando su cabeza. Quería que se detuviera, la definición de Arianne sobre como dormían por el día apenas lo escucho.
La ventaja de una mala memoria es que uno disfruta varias veces las mismas buenas cosas por primera vez. Bellas formas cantan himnos contra la sombra y el olvido; tus formas, para quienes la luna resplandece, cada noche se entregan como la vez primera: temblorosas, sí, pero voluntarias. El olvido es una segunda muerte, a la que temen los espíritus más que a la primera. El olvido es reconocido como la pérdida de memoria o descuido de algo que debía atenderse o tenerse presente, es decir, lo que se olvida en realidad no desaparece, sino que permanece sepultado en el inconsciente. Nadie pregunta por aquello que prefiere ignorar, un instante más y habrás olvidado todo; otro, y todos te habrán olvidado. El olvido es una de esas cosas de la vida que, al igual que tantas otras, puede ser abordada desde temáticas diferentes. Totalmente de la mano con el recuerdo, a veces se necesita de él para dejar de lado cuestiones dolorosas.
Algunas cosas se hacen tan nuestras que las olvidamos, que las ignoramos, que después se disipan en la nada para luego que no estén allí esperándonos. Juan era lo que más temía en el mundo. El olvido, el que alguien te olvidase para que luego esta nunca te recuerde o pensara poder volver contigo a tu lado. No sabía lo que le podría esperar el mañana, pero ahora estaba viendo a una mujer en la misma que él pero en diferente lugar y posición. Qué extraña, no sabía quién era o que hacia allí, pero estaba cansado, no quería moverse pues su cuerpo se sentía atontado de alguna manera que sus fuerzas se desplomaron hasta quedar inconsciente sobre aquella cama cómoda en el sótano.
Juan Rivera- Humano Clase Alta
- Mensajes : 48
Fecha de inscripción : 19/08/2015
Re: Sueños Rotos || Libre
–Duerme Juan, cuando despiertes todo de mi olvidarás, tendrás recuerdos de haber estado aquí solo pensando en tu vida, nada más–
Una sonrisa apareció en mi rostro al terminar de dejar el hechizo del olvido en aquel pobre mortal, la habilidad que siempre había odiado ahora era de mucha utilidad y no podía pensar en nada más que en salir de ahí a como diera lugar, volver a mi hogar y esta vez centrarme en ser la nueva Arianne Vermelle, la vampira, la inquisidora, la nefasta hija de la maldad. Debía borrar ese deseo de volver a ser humana.
Miré como estaba entrando su sueño acostándome unos instantes junto a él disipando los dolores y pesadillas que pudiera tener, en silencio nos acostamos y aun estando algo débil traté de mantenerme despierta lo suficiente como para esperar a la noche, que no tardaba en ellgar. El sueño le llegó al humano, era más que obvio que terminaría en ese estado por un tiempo, ahora era mi oportunidad, tomé el libro de la familia de Juan llevándolo entre mis brazos dando el último vistazo a su figura, como una despedida de mi antiguo amor y con eso salí rápido de la casa.
Camine por unas cuadras hasta que me encontré con unas ratas, de ellas me sirvió el tomar algo de su sangre, era el último trago de ese tipo, más adelante un vagabundo fue la mejor cena que pude tener, su sangre me revitalizó lo suficiente como para ahogarme en el olvido, completo y delicioso olvido del pasado. El cadáver se desplomó y renací, la nueva Arianne, tome el libro aquel llevándomelo entre las sombras, ese libro vería el fuego eterno del infierno, porque con eso enterraba definitivamente a mi gran amor. Fue ahí cuando entendía las palabras de mi creador, lo que significaba amar y odiar para los nuestros, una locura, un fin, una muerte eso es lo que se vive cuando se ama por ello es un tabú ese tema entre los nuestros y aun así algunos se atreven a ir contra ello entregándose a la ilusión, yo fui una de ellas y pague las consecuencias.
En mi mansión, sola estaba de nuevo, la chimenea encendida eso me indicaba que él estaba en casa ya, me apuré y arroje el libro a las llamas viendo cómo se consumía como cambia de color completamente en tonos diferentes y llamativos, que representaban a cada uno de ellos y justo ahí vi a Freyback, con eso terminó mi despedida para él.
–Adios Frey, Adios Juan–
La noche es joven y hay muchas cosas por hacer.
Una sonrisa apareció en mi rostro al terminar de dejar el hechizo del olvido en aquel pobre mortal, la habilidad que siempre había odiado ahora era de mucha utilidad y no podía pensar en nada más que en salir de ahí a como diera lugar, volver a mi hogar y esta vez centrarme en ser la nueva Arianne Vermelle, la vampira, la inquisidora, la nefasta hija de la maldad. Debía borrar ese deseo de volver a ser humana.
Miré como estaba entrando su sueño acostándome unos instantes junto a él disipando los dolores y pesadillas que pudiera tener, en silencio nos acostamos y aun estando algo débil traté de mantenerme despierta lo suficiente como para esperar a la noche, que no tardaba en ellgar. El sueño le llegó al humano, era más que obvio que terminaría en ese estado por un tiempo, ahora era mi oportunidad, tomé el libro de la familia de Juan llevándolo entre mis brazos dando el último vistazo a su figura, como una despedida de mi antiguo amor y con eso salí rápido de la casa.
Camine por unas cuadras hasta que me encontré con unas ratas, de ellas me sirvió el tomar algo de su sangre, era el último trago de ese tipo, más adelante un vagabundo fue la mejor cena que pude tener, su sangre me revitalizó lo suficiente como para ahogarme en el olvido, completo y delicioso olvido del pasado. El cadáver se desplomó y renací, la nueva Arianne, tome el libro aquel llevándomelo entre las sombras, ese libro vería el fuego eterno del infierno, porque con eso enterraba definitivamente a mi gran amor. Fue ahí cuando entendía las palabras de mi creador, lo que significaba amar y odiar para los nuestros, una locura, un fin, una muerte eso es lo que se vive cuando se ama por ello es un tabú ese tema entre los nuestros y aun así algunos se atreven a ir contra ello entregándose a la ilusión, yo fui una de ellas y pague las consecuencias.
En mi mansión, sola estaba de nuevo, la chimenea encendida eso me indicaba que él estaba en casa ya, me apuré y arroje el libro a las llamas viendo cómo se consumía como cambia de color completamente en tonos diferentes y llamativos, que representaban a cada uno de ellos y justo ahí vi a Freyback, con eso terminó mi despedida para él.
–Adios Frey, Adios Juan–
La noche es joven y hay muchas cosas por hacer.
Arianne Vermelle- Condenado/Vampiro/Clase Media
- Mensajes : 56
Fecha de inscripción : 14/01/2014
Localización : Somewhere in the world
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