What If I don't wanna surrender { Libre }

El dia no habia sido prometedor en sus manos nada valioso llevaba, él dedicado al arte del hurto mas por gusto que por necesidad ya que si bien la escases de dinero era su dia a dia robar como el lo hacia y como sus compañeros hacían no era nada digno sino de alguien que por gusto lo llevaba acabo, fijándose siempre a quienes le quitaba, procurando no asi arrebatarle a nadie que poco tuviese.

Habia llegado sin mas a la zona de gitanos que tanto le recordaba su vida antigua aquella en que vivía con su difunta abuela quien le enseñaba los hechizos y sus padres y familia gitana, de los que habia aprendido el amor a la naturaleza, el arte de la danza y la música, se movia cual felino al acecho, sin hacer ni un ruido aun cuando sus descalzos y mugrientos pies andaban por encima de las ramillas y las hojas secas, rodeo a varias personas guiándose solo, pasando de largo, no planeaba quedarse ahí sus pies le habían llevado y ya.

Fue entonces que una melodía le embalsamo rodeando su cuerpo, entrando por sus oídos y embriagándole el alma, sus pies anduvieron en la dirección de la cual provenía el sonido, la melodía que el viento se encargaba de llevarle porque el viento lo sabia todo susurraba en una lengua muerta que nadie conocía y el sabia de lenguas varias ya usadas solo para los conjuros y perjuicios. Llevaba el morral del hombro con su pandereta, el viejo libro de su abuela el cual no habia aun conseguido aprender por su analfabetismo era una lastima que su abuela no se hubiese percatado que debía enseñarle a leer y escribir.

Llego hasta el sitio del cual provenía el sonido, asomando el rostro para observar al joven de larga cabellera acariciarla casi con ternura, su mirada ambigua se fijaron en el, el iris verde con el cual observaba y el orbe azul que servia solo para sus premoniciones de las cuales no habia tenido vestigios en los últimos dias, observó con atención como las notas manaban de aquel objeto que antes no habia visto, la curiosidad e inocencia que poseia le hizo adentrarse aun más.

-debe ser asi no e visto a nadie mas escondido…aunque no me escondo llegue por causa de mis pies- le indico acercándose hasta quedar mas cerca de el, se sento sobre el suelo colocando su morral entre sus piernas y sobre su regazo con cuidado y no asi queriendo lucir elegante o educado, desconocía tantas cosas que no seria novedad que intentando verse petulante mas se inclinase a la comedia, de aquella buena comedia de la época de auge en las obras, el habia visto obras mas no la de los grandes teatros no, sino la que los gitanos montaban entorno a las hogueras bailando y bebiendo.

-la música- se limito a decir observándole con curiosidad, saco su pandereta de la bolsa tejida que llevaba, la agito un poco inundado el lugar con un melódico y tintineante ritmo, sonríe de hito en hito a la expectativa, inusualmente feliz de que la mirada del joven no fuese de su orbe izquierdo al derecho por su inusual color, la gente solia verle como a un raro salido de un circo de atrocidades, como si el hubiese decidido aquello no, habia sido marcado desde antes de nacer.

Agito nuevamente la pandereta golpeándola esta vez contra la palma de su mano, dándole otro ritmo a la melodía, golpeando contra su rodilla el objeto mientras pensaba o dejaba de pensar, mientras creaba sin remediar en ello un músico que no se clasificaba como tal, un bailarín que no era remunerado por lo que hacia, un amante que no amaba otra cosa sino la naturaleza, la libertad y el arte, lastima era no poder leer recordaba que cuando niño su madre le contaba historias de un libro que cargaba siempre consigo, y ahora que no estaba, no temia forma de volver a escucharlos aunque fuese por medio de sus propios labios.

Ceso de pronto dejando la pandereta sobre el morral y el morral aun sobre su regazo observando nuevamente al joven gitano suponía el, por lógica y por algo estaba en aquel lugar al cual el se habia colado por su apariencia aunque los gitanos se conocían bien entre ellos y tontos no eran seguramente le habían dejado ser al no lucir como una amenaza sino mas bien como un mendigo, con los pantalones doblados hasta debajo de las rodillas los pies descalzos y la blanca camisa floja -¿cómo te llamas?- le cuestiono curioso.

Siguio el ritmo cuando el joven comenzó a tocar la guitara dejando que las notas se mezclasen en el aire con una bella melodía digna de cualquier orquesta, sonrio dejando aflorar algunas risas bajas ahogadas en amplias sonrisas, sus labios se crispaban de hito en hito dejando ver su semi perlada dentadura, no era perfecta porque no podia serlo pero hasta donde cavia era tierna quizá falta de toda aquella malicia que caracterizaba al hombre por naturaleza o quizá por causa de la sociedad.

-yo…yo soy József Bároti- le indico de forma tranquila un nombre no representaba a la persona un nombre le distinguía y sin embargo sin su nombre fuese diferente nada en el cambiaria por que la esencia estaba en el cuerpo y no en una pronunciación o un escrito, si tan solo pusiese escribir su nombre…

-eres gitano supongo…yo también lo soy bueno lo era- le indicó comenzando a hablar no era un joven extrovertido mas si uno bastante confianzudo sin caer en lo torpe –mis padres lo eran y mi hermana lo es yo solo vivía con ellos aunque supongo que eso me hace un gitano si…supongo- le indico pensando, se encogió de hombros guardando la pandereta y levantándose del suelo, sacudiéndose las manos contra el pantalón manchándolo con la tierra antes impregnada a su piel.

Extendio su mano semi limpia hacia el joven gitano quería suponer, omitía su parte de brujo la omitía porque no era aun relevante no solia usarla sino en cosas necesarias, para sanar parcialmente alguna herida, para omitir cosas para agregar otras tantas, todas ellas básicas si supiese leer podría saber que decía el libro de la abuela y entonces tener un conocimiento amplio y basto de sus habilidades porque obvio era que, la magia le habia marcado al nacer dándole un orbe para premoniciones, premoniciones que no eran ya frecuentes como años atrás.

Su cabello revuelto se agitaba como un arbusto, uno bien cuidado y acojinado –lamento si mi presencia es inconveniente quizá no deba estar aquí gente externa a ustedes- le indico recordando lo que su familia le hacia a los extraños mientras los mas jóvenes se encargaban solo de cantar y reir en el barbullo, quedándose con las pertenencias que los demás no deseaban, botones de camisa, dijes y si tenían suerte quizá algun objeto personal como plumillas o de aquellas capuchas metalicas para cuando las mujeres cosían.

Escucho pasos por la cercanía girándose con el rostro ladeado por la curiosidad no sabiendo que tan estrictos eran con los intrusos, si asi se le podia llamar ¿y si le quitaban sus pertenecían? Apretó el morral contra su pierna mordiéndose el labio inferior.

-todo nombre es único- le indico con tranquilidad porque aunque alguien mas tuviese su mismo nombre con aquella pronunciación exacta y escritura, que si bien no lograría saber aquello, seguiría siendo único porque el no seria aquella otra persona con el mismo nombre, el seria József Bároti y el otro también y cada uno decidiría que hacer con sus memorias, era único estaba de acuerdo, todo nombre era único y toda persona por ende lo era o quizá como cada persona era única sus nombres debían también asi serlo, confuso decidió dejar aquella incógnita de lado.

Observo con atención sus acciones y no pudo evitar dejar escapar una sonrisa de medio lado, crispando sus labios hacia arriba y dejando entre ver su dentadura –si…pero no una fiesta a la cual este invitado- aseguro pensando en algunas tantas cosas que no tenían aparente solución dentro de su mente, divagaba y divergía, discernía unas de otras y al final terminaba en las mismas razonar no era de las cosas que mejor se le daban mas fácil era vivir y ya, vivir y ya.

-pero mas pesa mi sangre de brujo- le indico pensando en el motivo de haber dicho aquello quizá porque tan bien le estaba aceptando y tan poco acostumbrado estaba a ello que por instinto habia intentado alejarlo aunque deseaba lo contrario, cuerpo y mente no estaban siempre de acuerdo y en sincronía –pero un puede pensarlo quiero decir, si le dices a un gato que es un perro y lo tratas como tal el gato terminara creyendo que es verdad y se comportara como un perro aunque no lo sea porque en su mente es verdad lo que con tanto esmero le han repetido, pero no es ese mi caso se bien que lo gitano no se borra del alma asi como los pensamientos no abandonan- asintió seguidamente negando y volviendo a asentir.

-he comido una manzana- se limito a decir ignorando el hecho de cómo la habia conseguido “pasando frente a un puesto de frutar la habia tomado entre sus manos y habia salido corriendo con el hombre tan sus espaldas blandiendo un machete contra el, su movimientos sinuosos de gitano y su encanto de brujo le habían permitido salir con bien y el estomago lleno” aquel joven hambre no pasaba aunque su cuerpo si bien torneado por trepar muros en las huidas, correr largas distancias escapando y vivir en la calle era delgado, con la ropa encima de su cuerpo dejaba a pensar que comia lo suficiente para mantenerse cuando su fisico detonaba otra cosa, cuando sufria hambre bastaba con estirar la mano y salir corriendo-¿es acaso que piensas ofrecerme algo?- le cuestiono ladeando el rostro porque su educación y prudencia eran tan pocas y su ingenuidad tal que le impedían acallar cosas como aquellas una persona normal hubiera esperado a que le ofrecieran el bien y no esperar recibirlo antes de siquiera mencionarlo.

¿pesimista? Sus parpados se abrieron ante aquel adjetivo ¿era un adjetivo cierto? Asintió internamente negando por el exterior pensando en que nadie mas le habia llamado pesimista quizá un tanto reservado y alegre, despreocupado y con un humor que poca gente solia comprender –no…no me lo habían dicho antes- aseguro con tranquilidad preguntándose que acción, palabra o pensamientos le habia hecho llegar a aquella conclusión ¿era pesimista? El mismo creía que no mas sabia bien que aveces uno mismo se engañaba, y no habia que sobre alabar el culto a la verdad porque en un dia no habia hombre que no mintiese mas de una ves por justa razón.

-a fin de cuentas cuando este con otro gato comprenderá lo que es realmente pero…mientras tanto un perro será- aseguro asintiendo creyendo que sus palabras eran correctas ¿mas quien dictaba aquello? No habia recibido una educación que le permitiera decir si algo estaba bien o mal sino solo su moral y la ética convencional del mundo en el cual vivía, una ética que conocía a duras penas.

Tomo el pan asintiendo –gracias- le indico dándole una buena mordida, escuchando como la corteza crujía bajo sus dientes y dentro de su boca, observando el trozo que aun tenia en sus manos, examinándolo, el conseguía aquella comida sin necesidad de gastar un quinto, estiraba la mano y salía corriendo asi de simple era su vida ¿simple? Claro que no el dia que llegasen a atraparle perdería su libertad, le exhibirían en una plaza como a un rufián y le someterían al mas duro castigo que podrían darle a un ladronzuelo de su edad, la gente pasaría y le escupiría, lo insultarían y empujarían y quizá perecería bajo alguna tortura, lo habia visto ya, si lo habia visto y el, el se limitaría a llorar porque el dolor no le permitiría mas nada.

Sus pensamientos se desviaron y sus orbes le observaron cuando el joven de largos y lacios cabellos se dispuso a hablar y darle las gracias ¿gracias? Enarco una ceja bajo la mata de enrulados cabellos que tenia, necesitaba un corte seguramente mas le agradaba su estilo único, era libre su cabello como su alma lo era y su cuerpo anhelaba serlo –gracias por que- le cuestiono con curiosidad no tomando ni un trago de agua no solia tomar agua y estaba acostumbrado a pasarse los alimentos sin ella porque mucho mas difícil era robar agua que alimento.

Le dio otro mordisco al trozo de pan acercándose para ver de cerca la guitarra, rozando las cuerdas con sus manos no habiendo tocando una de aquellas nunca antes escuchando las melodías que el objeto despedía por el orificio que por boca llevaba –mi padre tocaba esto pero jamás me enseño, solo se tocar la pandereta- le confeso el conocimiento jamás habia sido incentivo en el quizá, aprendería por gusto y no por saber mas -¿podemos ir a la fiesta?- le cuestiono sin mas volteandole a ver, hacia años que no se reunia entorno al fuego para beber, cantar, bailar y reír, extrañaba aquellas cosas.

Conocia bien el significado de aquel instrumento que cargaba siempre consigo sin importar que, ademas del viejo libro y los amuletos o hierbajos para algunas otras cosas que en ocasiones se presentaban y de no llevarlo seria imposible solucionar tales acontecimiento, habia sanado ya animales, personas inclusive, habia hecho cosas simples aquellas que recordaba por memoria de labios de su abuela.

Asintio energéticamente sacando la pandereta de su morral y descolgándose este del hombro ¿seria prudente dejarla en la vivienda de aquel joven de largos cabellos? Confiaba en el quizá demasiado para haberlo conocido hacia algunos minutos atrás mas no estaba seguro si podia también fiarse del resto de los gitanos que congregados en aquel sitio parecían estar listos para hacer lo que el con tanto aprecio recordaba, deseaba cantar y bailar con todo el fervor de que era capaz ansiaba sentir la bebida sobre sus labios.

Decidió al final dejarse llevar no por el razonamiento si no por el sentir, dejo el morral escondido por lo menos no visible a ojos de cualquier transeúnte con la pandereta entre las manos se acerco nuevamente a quien era ahora su compañía de forma animada sintiendo como las ansias crecían en su interior como un furtivo animal esperando llegar a ser liberado en cualquier momento, los dioses le llenarían de música el alma y lograría su cometido.

Se imaginaba al gentío reunido, hombres, mujeres y niños entorno a las lenguas de fuego que crepitando contra los leños y tizones de rojo vivo deformaban las siluetas de las personas dándoles vida propia, contoneándolas al son de los instrumentos y las melodías que entonadas salian despedidas de todo ser reunido, los animales inclusive parecían aveces querer formar parte de aquel ritual que con devoción se practicaba entre los suyos.

-¿vamos ya?- le cuestiono sujetando su mano y tirando de esta, deteniéndose al instante por no saber a donde debía andar mirándole con curiosidad que marcase el el camino y el joven brujo le seguiría sin titubear ¿era acaso demasiado confiado? La vida se encargaría de demostrárselo y sus ojos de exponer su debilidad.

Se encamino detrás de el sujetando su mano le guiaba por entre el gentío que comenzando ya a bailotear parecían poseídos por alguna fuerza divina que hacia a sus corazones vibrar de emoción y alegría, les permitía ser uno con la música aprovechar aquella noche una sola en un trillar mas y profesar su sentir, alimentarse de vida para poder soportar sus pesares porque cada persona tenia una obligación que era su maldición.

Saludo efusivamente aunque bien sabia que los saludos no iban dirigidos hacia el sino al joven que le guiaba quien vivía en aquella comunidad de gitanos y les conocía quien habia sido tan amable de aceptar su auto invitación a dicha fiesta porque en su infancia solia asistir a varias de ellas, bailando con los demás niños alrededor de la hoguera, consumiéndose por el fuego cargándolo en su ser como una luz que le alumbraría cuando la obscuridad amenazara con cernirse entorno a el.

Se sento a un lado de el procurando quedar cerca porque temia perderse entre tantas personas que ando de aquí a alla con un compas en los pies parecían no mantenerse quietos ¿contarian historias como el recordaba? La imagen de su abuela cerca del fuego le azoto los pensamientos como un galeón de oro, sus trémulas manos formando figuras con el fuego, lanzando a aquellas lenguas frenéticas polvos de diversos colores que en contacto con el calor despedían humos como arcoíris y olores de la naturaleza, con algunas palabras aquellos humos de colores parecían adquirir formas y entonces comenzaba el relato siempre uno igual y uno diferente.

Su mirada dispar se fijo entonces en los músicos sonrio de hito en hito dejando la pandereta sobre su regazo -¿participas en alguna danza?- le cuestiono con curiosidad quería ver bailar a aquel joven y recordaba que en ocasiones un grito de jóvenes, amigos o no interpretaban alguna danza alrededor del fuego, llamando la atención de todos siendo reconocidos por sus excelentes dotes en ello o recibiendo risas por su esfuerzo.

-¿bailaras conmigo?- le cuestiono sonriendo de medio lado observando como un grupo de jóvenes gitanas se acercaban entre canticos y sutiles movimientos, posándose a un lado de ellos regalándoles miradas inquisitorias y sonrisas picarescas, József sonrio de aquella forma sincera e inocente en que solia hacerlo y mientras ellas charlaban procurando llamar su atención el joven de castaños y rizados cabellos se giro nuevamente hacia su acompañante esperando cualquier indicación.

-oh vamos no importa- exclamo con alegría dejándose contagiar del sonido de los instrumentos y el baile del fuego –no puedes hacerlo mal si dejas que tu cuerpo te guie- asevero al instante porque no quería bailar solo no por lo menos en aquella ocasión, quería contagiarse de la alegría de las cosas y contagiar a su a Lionel porque el le habia permitido sentir su corazón nuevamente palpitando con una sonrisa visible en sus labios, era su culpa ser una persona tan transparente. Quería regresarle el favor de hacerle feliz aquella noche.

Su mirada se encontraba fija en su entorno en todo y en nada en especial de modo que no fue consciente de los bailes de las gitanas sino hasta que la mano del joven de lacios cabellos se cernió sobre su mano levantandoce junto con el y escuchando lo que decía al tiempo que sin rezongar ni cuestionar le seguía a aquel claro mas apartado en el que rítmicamente agitaban sus cuerpos los menores y sus madres.

Antes de poder alejarse del lugar una de aquellas gitanas deposito en su mano un cuenco, una amplio y lleno de alguna bebida fermentada ¡o alcohol! Hacia tanto que no bebía que sintió el impulso de hacerlo porque la sensación que dejaba en el cuerpo era la de libertad total si se podia poseer mas de la que tenia ya. Llevo la bebida a sus labios comenzando a consumirla con rapidez incapaz de conocer los males que podrían atribuirle a largo plazo y por su corta edad.

-si que lo hicimos…¿bailaras ahora?- le cuestiono sonriente acabándose aquel tarro en cuestión de minutos, dejando el bote vacio a un lado del camino donde nadie pudiera pisarlo pero cualquier pudiera recogerlo lo que menos quería era que pensaran que se habia robado aquel objeto, no le robaría…por lo menos no a un gitano.

Sus mejillas se sonrosaron y su mano tiro de Lionel sonriéndole de forma amplia y sincera –porfavor baila conmigo- le pidió comenzando a moverse entorno a el en aquel espacio alejado del grupo de gitanillas que se les habían acercado con aquellas danzas exuberantes y aun asi bellas, porque no podia haber baile horripilante asi como no existía la libertad hostigante.

Rio energéticamente de aquellas risas que parecían provenir de otro lugar quizás de alguna hada que olvidada en antaño se habia quedado merodeando los bosques buscando a quien reírle habia escogido entonces József y Lionel para que les escucharan –mis pies jamás temerán de ser pisados además no puedes bailar tan mal- asevero observando a las personas que comenzaban a rodear aquel alejado claro, las familias se encontraban en aquel lugar, los padres con sus hijas, las madres con sus pequeños. No podia sentirse celoso de no poder ya hacer aquello porque los celos era un sentimiento de desconocía completamente mas eso no impedía hacerle concebir aquel hueco, aquella falta de algo en su interior, porque aunque ahora tenia otra familia no lograría olvidar a sus padres con los que si bien poco tiempo habia pasado los apreciaba sin quejicas.

-si eso es lo que deseo- exclamo animadamente olvidando todo rastro de tristeza porque era fácil animarlo, sentirse desanimado no era algo de su agrado por lo que procuraba durar lo menos posible en aquel estado que no hacia sino solo ennegrecer el alma y el corazón cuando estos debían rebosar de un blanco pulcro y un rojo chillante.

Sujeto también sus manos comenzando a dejar que sus pies decidieran que hacer y a donde llevarle, se movia con gráciles movimientos soltando aveces una de sus manos para dar alguna vuelta, girando en torno al mayor sin ninguna pena que lo atara aunque también se debía a que mayormente mantenía los parpados cerrados perdimiento al ritmo aflorar desde adentro y no desde afuera.

La fogata hacia figuras con el fuego, cuando hubiera deseado saber algun hechizo para crear figuras de humo como su abuela solia hacerlo, jaurías de lobos que silenciosamente aullaban a la luna enredándose entre los a congregados perdiéndose en el aire, mariposas que alzaban el vuelo para perderse en la obscuridad y una vez bien adentradas prendían como fuegos de colores rechinando y silbando para llamar la atención deseaba cuando menos poder cambiar el color del fuego como lo hacia su abuela, de azul a verde y de verde a morado, una danza de colores, cuando deseaba poder hacerlo. Más su falta de conocimiento se lo impedía y aun aso eso no basto para desanimarlo.

Fue otro pensamientos el que le obligo a detenerse de golpe mirando en derredor, buscando en sus pies y en los de Lionel, pasando sus manos por sus ropas y las ajenas -¿mi pandereta?- le cuestiono al borde del desvarió, su rostro reflejaba el temor de haber perdido tal artefacto una de sus pocas pertenencias que le remontaban a la época en que su familia de sangre aun yacía con vida mas aun el único regalo de su padre. Con las mejillas enrojecidas se disculpo internamente por hacer cesado la danza. No encontrarla no era una opción.