I really don´t wanna know {Priv}

por **Arianne C. Wickham** Vie Ene 28, 2011 6:00 pm

Las palabras seguían resonando en mi cabeza como tambores de celebración “Me enamore, me enamore, me enamore”, me tape los oídos y mire al techo como si eso fuera a calmar las pesadillas que tenía desde que nos vimos de nuevo, justo tenía que llegar él para sacarme de control y de pasó todo lo que sucedía en mi vida ¿Pero que me pasaba? No era simplemente el sentimiento de haber sido ignorada por él era algo que nacía con creces en mi interior, no sabía cómo clasificarlo aparte de ira, celos obviamente, nunca había sentido celos, no yo, la gente me tenía celos, le gente era la que me rogaba, los hombres babeaban por mí y no al revés. Sentida el corazón palpitar en mi garganta incluso juraba que podía escucharlo mientras me hacía bolita en la cama, estaba furiosa y muy dolida.

-¿Por qué?-me pregunte débilmente sintiendo como la garganta se me cerraba gracias a un torrente de lágrimas que se avecinaban por salir de entre mis ojos-¿Por qué ella y no yo?-sentí un poco de agua recorrer mi piel, pasando desde el lagrimal hasta mi labio superior en donde se rompió y volvió a caer por mi barbilla. Era una lágrima, yo solo había llorado una vez y estaba segura de que la situación no era la misma, me lleve un dedo hasta donde sentí la humedad y me limpie con brusquedad. Yo no podía dejar que un sentimiento tan comprometedor se interpusiera en mis planes, me levante de la cama rápidamente y me mire al espejo, incluso llorando era bonita y a la vez un asco de persona ¿Cómo podía pensar eso estando así? Daba igual, él no me quería.

Salí del burdel entre miradas y murmullos con aire altanero. No tenía ganas de hablar con nadie, no sabía a donde me guiaban mis pasos pero reconocí de inmediato que caminaba a grandes zancadas y que las mismas zancadas me habían dirigido al bosque, tan frio y oscuro como la boca del lobo, se parecía a mí.

por **Louis J. Bouquet** Vie Ene 28, 2011 6:28 pm

Aunque de verdad lo intentará, no podía dejar de pensar en esa noche.
¿Estaba seguro de que no había sido un sueño? Todo me pasaba una y otra vez. El abrigo que no había vuelto a usar desde esa noche, por temor a que su olor se desvaneciera, estaba a mi lado, entre mis manos.
Si tan solo fuese más decidido, tal vez... ¿como habiamos pasado de un instante de ensoñación a uno tan frío? No me cabía duda que ella se había marchado, con un sentimiento muy diferente al que quizás habia sentido cuando me abrazo. O, simplemente me gustaba creer que yo podría llegar a ser algo para ella.

Sostenía en mi otra mano una botella de ese bourbon. Y me dí asco. ¿Que no había aprendido que el alcohol no me sentaba bien? Hasta era idiota para ello. Un verdadero fiasco como hombre, según lo que dictaban las leyes de esta época. La arrojé y dejé que rompiera, esparciendo ese liquido por el suelo, en un arranque, golpee todo, Me apoye sobre una cómoda. El espejo me mostraba la cara de alguien que no reconocí. Si no fuera lampiño- una desgracia también en estos tiempos, pero que hacerle- seguro tendría la sombra de una barba de días.

No soportaba el aire encerrado de aquella habitación. Rompí el espejo y no me importó hacerme daño.
Salí de aquel lugar como alma en pena, sin dirección ni destino.

Para cuando reparé donde estaba, el olor a la naturaleza, me dió de lleno en la nariz. Sin más, seguí avanzando por ese oscuro camino, el viento hacía que la herida en mi mano escociera, un fino hilillo escapaba de mis débiles nudillos. Ni me molesté en limpiarme.

Llegué a un claro, y me apoyé en un árbol. Miré las estrellas, tras las nubes grises del invierno. Tal vez, habia sido mala idea venir aqui.

por **Arianne C. Wickham** Vie Ene 28, 2011 7:17 pm

No paré de caminar por el bosque hasta que encontré un claro, no notaba que tan cansada estaba hasta que me percate del único sonido en ese lugar…mi respiración, no era tranquila ni acompasada, estaba fuera de sí como si me estuvieran matando o tuviera problemas de respiración ¡Oh no! Ahí estaban de nuevo las lágrimas, mi visión se nublo gracias a miles de gotas de agua salada que brotaban de mis ojos sin cesar, entre más trataba de calmarme más lloraba y más quería poder respirar con normalidad. ¿Cómo es que me sentía morir y seguía tan viva como un neonato? Cerré los puños con fuerza y cegada por la cólera pegue contra la corteza seca y dura del árbol que tenía a medio centímetro de mí. Tristemente me percate que me ardían los nudillos y no solo es si no que sentía algo caliente recórrelos.

-No, no, no-me deje caer de rodilla en el césped frío, con la mano que seguía sana me limpie las lágrimas, dejando húmeda la zona de los ojos. Comencé a temblar, eso era sangre, no podía soportarlo pero me dolía. Casi sentí como el alma se me despegaba del cuerpo cuando mi el revés de mi mano lleno de sangre y una parte dura de la corteza de aquel árbol encajada en mi piel-¡Diablos!-susurre mientras tenia arcadas y la sensación de desprendimiento. No podía vomitar, ni siquiera podía desmayarme, la vida no me había jugado tan mal como en ese momento, con dos dedos tome la parte que sobresalía de mi piel y tire hacia arriba. Lo tire sin mirar a ningún lado y me eche hacia adelante, sobre mis rodillas para mitigar el dolor.

-Tranquila, tranquila-me obligue a respirar y a tapar la herida con un el pañuelo que irónicamente él había tocado-No es tanta sangre-cerré los ojos y decidí mentirme a mi misma al decir esto, si no era tan malo entonces seguramente podría solucionarlo ahí mismo pero de nuevo me equivocaba, retire el pañuelo con cuidado y lo que vi fue aún más horrendo, la piel más delicada de esa zona se había levantado gracias al puñetazo, eso no me podía estar pasando. Pero para empeorar todo había alguien más ahí o algo más, mire alrededor per ni un alma pasaba así que le me levante tapando de nuevo la herida y comencé a caminar buscando ese algo que no logro que tuviera un viaje hasta la isla de los desmayos. Hubiera aceptado a cualquier persona en ese momento pero no a él-Ah, eres tú-dije haciéndome la valiente aunque la verdad y por la expresión de Louis me veía como drogada. Mis sentidos estaban nublados gracias a mi accidente.

por **Louis J. Bouquet** Vie Ene 28, 2011 10:10 pm

Miraba las estrellas, como si no existiera más en el mundo. Creo que por un momento, caí dormido...
.No lo sé.
Soñé con mis días de infancia, de mis corretizas por las calles, admirando la gracia y la belleza de las geishas. La señora Shimamiya, nuestra vecina, me había dicho que mi madre había sido una de las más famosas, antes de cometer el "pecado" de engendrarme con un hombre ajeno a la raza. Que diferente habría sido mi vida, si mi padre no hubiera muerto.Si mi madre, no se hubiera ido a hacerle compañia...
Yo seguiría entre esos cerezos...

Un golpe sordo, me saco de ese estado entre sueño y realidad, soñoliento, y con el dolor punzante de mi mano, que ya presentaba algunos rastros de sangre seca. Parpadeé repetidamente, tallando mis ojos con el brazo ileso, como un niño que despierta de su siesta.
Ridiculamente, no me sentía amenazado, ni temía, solo a un idiota se le corría dormirse a mitad de un bosque.
Seguido a ese ruido, escuché una voz que hizo a mi corazón dar un salto. ¿Sería una ilusión? Miré ambos lados, escudriñando la negrura, olisqueando como un animal. Cuando empezaba a creer que estaba verdaderamente loco, ella apareció, y me dijo aquello casi con frialdad. Pero entonces la ví. No se miraba muy bien, analicé su aspecto, quizás estaba...
si! estaba herida mi querida Arianne, su mano, torpemente vendada con un pañuelo...

Me levanté de un salto y lleno de preocupación le tomé entre mis brazos con delicadeza, sujetando su mano con las mias,
-¿Que fue lo que te paso,chiquilla?

por **Arianne C. Wickham** Vie Ene 28, 2011 11:11 pm

No podía creer que Louis fuera tan terco, después de cómo lo había tratado esa ocasión el seguía preocupándose y yo seguía sin entender, lo había lastimado y mucho al hacer ese comentario intencionado pero destrozo mi corazón al decir que se había enamorado. Pestañe repetidamente mientras asimilaba sus palabras y las repetía en mi cabeza una y otra vez, tal vez era un sueño y la necesidad de verlo era grande, tanto así que ya me lo imaginaba. Me estaba volviendo loca, trate de conservar el equilibro mientras me hacía para atrás rechazando su ayuda pero solo logre dar un traspié gracias a las ramas y a mi poca coordinación en ese instante-No es nada, estoy bien-dije de forma fría aunque algo me decía que no me estaba funcionando esta ocasión. Había decidido tomar la situación en mis manos y hacer que Louis se arrepintiera por no haberme escogido antes y la mejor forma de hacerlo era aislando cualquier sentimiento que lograra desviarme de mi objetivo, como la amistad, la compasión…el amor.

-¿Qué haces tú aquí?-pregunte y después muchas imágenes me volvieron a la cabeza ¿Se vería muy mal si le pedía ayuda? En realidad no me sentía bien, una pura idea mía pues la sangre no podía comerme pero el simple hecho de sentir la textura de la misma me ponía los pelos de pelos de punta, tal vez porque me recordaba aquella imagen que dejo de aparecer en las noches cuando cumplí 15 años. Otra vez hiperventilaba, yo podía llegar a ser muy ociosa y quería arrancarme es pedazo de piel que se me había levantado pero para eso tendría que ver la herida y el líquido rojo ¿Por qué todo me pasaba a mí? Volví a presionar levemente, en verdad necesitaba ayuda pero mi orgullo me impedía pedirla incluso cuando comenzaba a dolerme mucho más la mano.

Trague saliva con dificultad, me costaba incluso me dolía verlo mucho más de lo que me dolía aquella herida. Había jurado no llorar por nadie y él no sería la excepción. Quite mis manos de la suyas lentamente como si quisiera alargar el momento.

por **Louis J. Bouquet** Sáb Ene 29, 2011 12:06 am

¿Me creía un tonto? Eso era un insulto, ¿Como pretendía que me creyese que estaba bien si casi se cae? Sus palabras tan heladas, me estremecían. No sabía el porqué de ellas, y era sumamente cruel que me tratase así...
¿Tanto me detestaba? Y yo que pensaba en ella, hasta perder el sueño. Si no me ponía a llorar como un niño, era simplemente por que no me estaba permitido,

Dejé que escurriera su mano de entre las mías. Ignoré su pregunta, y le miré, sin dejar que la preocupación dejase mis pupilas. Tendría que ver esa herida, quisiera o no.

-Será mejor que te sientes. le dije con ton suave. Y era verdad, tenía tal cara, que parecía que se desmayaría. Necesitaba atención, por todos los dioses! Me llevé una mano desesperado a los cabellos, pensado que podía hacer.Volvía a mirarle
-Lo primero sería lavar esa herida. Espérame por favor, ya regresaré, no te muevas, por favor-le suplique. Antes de recibir respuesta, eché a correr, y cuando sentí que ya no podría verme, usé mi transformación de esa noche, sin dudarlo. Sin pensarlo. Mis piernas humanas no correrían tan rápido como las de un felino.
Olisqué en busca de agua, en mi camino, encontré una vieja botella de vino, la cual tomé en mi hocico y cargué con ella. Era dificil correr con una pata lastimada, y no solo eso, aún la herida de mi vientre no sanaba por completo. Esa me la habían hecho hacía unos días, afortunadamente una joven me había curado....
Pero yo no importaba, mi cuerpo podía ser despedazado, si, lo que fuese... Yo solo quería que ella estuviera bien.

Encontré un pequeño riachuelo, que seguro desemboca en la laguna. Metí la botella y la limpié lo más que mi forma animal me permitía. Cuando estuve satisfecho con el resultado, la llené, y volví a correr, hasta que sentí que me acercaba a ella, y volví a mi forma humana.
Mis cabellos se pegaban a mi frente, y me dolía una parte del torso, pero estaba bien, rogué por que no se hubiese movido...

-Arianne?

por **Arianne C. Wickham** Sáb Ene 29, 2011 12:34 am

Me quede con la mirada sobre él sin decir nada, aguantando con todas mis fuerzas abrazarlo y pedirle perdón pero no lo haría, si bien en el interior incluso el corazón me latía con fuerza y sentía las piernas débiles por afuera mostraba todo lo contrario o al menos intentaba no caer de nuevo en las redes de esos sentimientos tan extraños que no conocía. Escuche sus palabras o medio las escuche, no quería o no podía escucharlo no estaba del todo segura en esos instantes, tenía muchas cosas pasando dentro de mí justo en ese momento. Cuando volvió a desaparecer después de suplicas de que no me moviera de me deje caer en el piso en medio de lágrimas y sollozos que esperaba no escuchara pero a mi parecer había corrido muy rápido, era una suerte que aun siendo de noche el no podría darse de cuenta de que lloraba y aunque lo hiciera podría mentir que era por dolor y no por un corazón dolido.

Qué extraña sensación de necesidad tenía entonces, no quería verlo pero estar lejos de él era casi como pedirme que dejara de respirar o que lo hiciera correctamente, incluso en el claro, sola, en donde solo habían animalitos y árboles que me observaban ansiosos no me sentía sola, no con él. En cambio en el burdel siempre sentía ese vacío extraño que me faltaba por llenar, retire el pañuelo de mi mano y baje la mirada para ver la herida, otra vez yo y mi valentía construida en dos segundos. La vista se me nublo y de pronto me encontré totalmente acostada en el césped con un dolor terrible que se expendía por mis dedos, lo bueno de todo eso era que Louis no había visto mi momento embarazo, el desmayo solo había durado tres segundos o un minuto ya que el mismo dolor de despertó ¿Quién le temía a la sangre? Bueno eso era simple, yo le temía desde que tenía memoria.

Suspire en forma de quejido y me volví a levantar esta vez prestando caso omiso de mi dolor, su voz volvió a sonar cerca pero no me moví, seguí sentada en el césped como niña regañada-Aquí estoy-dije de forma aburrida mientras me ponía a jugar o buscar una distracción en las hojitas que caían de los arboles-Te dije que estoy bien-volví a repetir cuando lo sentí tan cerca que me tuve que mover para ocultar el escalofrio.

por **Louis J. Bouquet** Sáb Ene 29, 2011 12:57 am

El aire salió de mis doloridos pulmones por puro alivio. No me gustaba haberla dejado sola, pero había sido necesario. Me dejé caer de rodillas a su lado

-Gracias a los dioses que no te ha pasado nada malo en mi ausencia, y, lo más importante que no te has ido. Y no insultes mi inteligencia, niña, no estás bien.

Arrugué el ceño, y busqué entre los pliegues de mi pantalón un pequeño frasco, una licorera, creí que no la encontraría, pero no, alli estaba. Una de las tantas cosas que me gustaba comprar de contrabando,
Licor de ciruela dulce- que en realidad,no era muy fuerte, y eso me permitía soportarla de buen modo-. Serviría para desinfectar, después, podría limpiarle con el agua que había traido...

-Es posible que te arda un poco, no te detengas, grita si quieres-Sin preguntarle, tomé su mano, quité el pañuelo ensangrentado y lo tiré a un lado. En verdad, aquello no tenía muy buena pinta. Quité el corcho, y vertí unas cuantas gotas, mi propio pañuelo, comencé a limpiarle
-Dime quien te ha echo esto, y lo pagara, niña. Pregunté, mientras vertía más licor, y limpiaba a conciencia, con cariño y cuidado.
Quitando esa sangre, se veía algo mejor.
Mi pañuelo quedó tan rojo como el suyo. Miré alrededor, buscando estúpidamente que ponerle a modo de vendaje, y nada. Solté su mano y me quité la playera blanca, revelando mi ridiculo torso, tan delgado, y con poca masa muscular. Rompí la tela, tomé la botella con el agua, y proseguí con mi limpieza

A todo esto, que haces tu sola en el bosque?

por **Arianne C. Wickham** Sáb Ene 29, 2011 1:28 am

Apreté los labios enfadada, no era momento de que me pusiera a hacer berrinches y mucho menos a exigir que se fuera porque lo necesitaba, lo reconociera o no-No me podia ir ¿Qué esperabas?-repele con tono afligido mientras veía todo lo que hacía con las manos en un intento desesperado por hacerlo más rápido. Sabía que eso de desinfectar no podía ser bueno, ni siquiera un poco, esa era la razón por la cual trataba de no meterme en problemas que involucraran mi salud ya que odiaba todo lo que estuviera relacionado con la sangre y medicina. Asentí con la cabeza lentamente mientras veía como acercaba la licorera hacia mi mano, las gotas de licor no tardaron mucho en hacerse presente y tampoco el escozor, apreté los ojos y me hice para atrás, era buena soportando pero eso era demasiado. Me jale pero Louis tenia bien sujeta mi mano así que mi intento fue tonto.

-No fue nadie-no quería mirar lo que hacía ni siquiera un poco pero abrí los ojos para verlo a él-Yo lo hice sola-me tomaría de a loca y seguramente pensaría que tenía un problema mental pero era lo único que podía decir sin decirlo en su totalidad, volví a sentir el licor en mi mano y como reflejo trate de quitarla pero él no me lo permitía. Era extraño de aunque yo le dijera que se fuera él seguía ahí, tal vez si le decía que se quedara el haría totalmente lo contrario. ¿Debía decir gracias?-¿Qué, que haces?-pregunte alterada cuando se quitó la playera blanca, hacia frio, estábamos en el bosque y era de noche ¿Cómo hacia eso? Podría morir congelado. Me volví a quedar callada pues al parecer nada de lo que yo dijera o hiciera lo haría cambiar de opinión con respecto a quedarse.

-Solo quería pensar ¿Qué haces tú aquí?-enfatice la pregunta mientras con mi ora mano detuve lo que hacía y lo obligaba a mirarme, yo no me veía muy bien pero él tampoco. Lo escudriñe como un perro a su comida, algo le había pasado, estaba segura pero no podía preguntarle, sería muy obvio y contradictorio.

por **Louis J. Bouquet** Sáb Ene 29, 2011 11:36 am

Pacientemente, resistí sus intentos por evitar que yo hiciera mi trabajo, tratándola con cuidado, como si pudiese romperse, como si su piel bronceada fuera la porcelana más frágil y valiosa en todo el mundo.
Para mi, lo era.
¿Y por que te hiciste algo así? No quiero mentiras. No es normal lo que has hecho... Aunque, bueno, tal vez y si te crea, yo también me he hecho daño, pero lo mio a sido por que soy un tonto, ya sabes.- Le sonreí dulcemente, mientras le mostraba mi mano como si no le diera importancia. Ya no presentaba sangre, dado que literalmente me había metido al agua, pero, finas lineas carmesies, resaltaban en mi piel. Cuando me quité la playera, sonreí más ante el tono de su voz.
-¿No es obvio? Necesito más tela con que limpiarte... -Seguí trabajando en su herida, que ya estaba prácticamente limpia, solo faltaría ponerle algo, para que no se le ensuciara y corriera peligro de infección...

Me detuvo, suave pero firme. Levanté mi vista para clavarla en la suya. Me conmovió aquello. En mi fuero interno, había creído que... que había ido allí para estar... con alguien. Eso dolía. Saber que tantos podían poseer su cuerpo. Me pregunté quien podría poseer un lugar en su corazón. Le solté, rompiendo aún más lo que antes había traido encima.

-No debiste venir nada más por eso. Hace frío, y algo malo, aparte de esto, pudo haberte ocurrido...-Cubrí su mano con aquella tela, improvisando un vendaje. Hice un pequeño nudo, levanté su mano, y me agaché un poco, depositando un pequeño beso, como hacía mi madre cuando me caía y raspaba las rodillas o los codos.- -Listo, ahora, solo procura limpiarte seguido. No es muy profundo, sanará pronto.- Noté su mirada encima mío, como si quisiera ver más allá de mi piel. Un escalofrío me recorría la espalda, mezcla del frio que empezaba a sentir, y el hechizo de sus pupilas. - Quise dar un paseo. Pero, bueno, he llegado aqui, y no se en que momento me quedé dormido. Después, has aparecido, tu, Arianne.- respondí dócilmente a su pregunta., sentándome a su lado, con las rodillas dobladas, pasando mis brazos alrededor de ellas

por **Arianne C. Wickham** Sáb Ene 29, 2011 12:11 pm

Le dedique una mirada sarcástica cuando dijo que era tonto, yo no podía asegurarlo, no a él que era tan bueno que sería pecado decirle algo-Fue un accidente-mentí de nuevo. No sabía cuántas veces había mentido en mi vida, muchas veces las mentiras eran como esta, simples y sin mucho chiste pero otras eran en verdad una maraña de chantaje que incluso yo perdía la cordura y la línea de las mismas. Mire su mano, tenía líneas de color rojo o más bien rosado en ellas, sentí un impulso por tomársela y abrazarlo pero no lo hice, me contuve con todas mis fuerzas-No tienes por qué hacer esto-baje el tono de voz casi como un susurro ahora dándole permiso para que me vendara la mano con ese pedazo de tela, que era de él y nada más que de él.

-No eres quien para decirme lo que puedo no hacer-quería instigarlo para que me mirara aun cuando supiera que eso podría empujarme a un límite que no conocía-Mírate, tú también estas aquí, semidesnudo y nadie te dice nada-me mordí el labio mientras seguía luchando internamente conmigo misma, odiaba que me pasara eso con él, era como luchas con algo que no podía ver pero que sentía tan fuerte como una tormenta-¿Qué peligro pueden existir en el bosque?-había escuchado leyendas pero solo eso y en realidad no era de las que se asustaban fácilmente, necesitaba mucho más que una historia para asustarme. Su beso en mi mano hizo que las lágrimas se avecinaran otra vez pero me las trague fingiendo un poco de frio ¡No hagas eso Louis! Pensé para mí misma mientras asentía con la cabeza torpemente a todo lo que decía.

Me quede embobada mirándolo, como si tuviera una clase de hechizo sobre mí. Levante la mano que no tenía vendada u con un dedo toque su torso ¿Acaso no sentía frio? Lentamente comencé a posar toda la mano sobre su piel, yo podía ser muchas cosas pero en realidad no podía ser tan cruel como para exponerlo de esa forma-Estas helado-me acerque a él arrastrándome con las rodillas. Tenía miedo de mis propios actos pero sentía que ya era muy tarde para echarme para atrás no quería hacerlo pensar que mi rechazo era el miedo a una clase de infección-El calor corporal te mantendrá tibio-pegue mi cabeza a su torso y mis brazos rodearon su cintura en un acto algo estúpido para que no muriera en pocas horas.

por **Louis J. Bouquet** Sáb Ene 29, 2011 1:01 pm

-Pues deberías tener más cuidado entonces, no me perdonaría de saber que algo malo te ha pasado. -El color de su mirada, no me gustó del todo, era como si estuviera sacando las uñas cada dos por tres, como si yo le pudiera llegar a causar daño, lo cual, era totalmente infundado. No puedes dañar a quienes quieres.- -Te equivocas. Si no lo hago, podrías enfermar. Y eso no me gustaría. Te tengo mucho cariño, Arianne, lo hago por que en verdad te quiero -Le aseguré, volviendo a sonreír, apartando con un soplido infantil un mechón de mi rostro. El aire se hacía más frío, con forme la noche caía más y más.La luna, nos iluminaba con su resplandor de plata azul. Entrecerré los ojos un momento, pasando saliva dolorosamente.
"no eres quien..."
Cierto, yo no era nada para ella. No importaba lo que hiciera, no podía verme, al parecer, ni como un amigo. Eso en verdad que dolía. Sin levantar la mirada, intentado mantener una postura relajada, le respondí en un murmullo
-Te lo digo por que me preocupo por ti. ¿Esta mal que haga eso? Lo siento, pero... sé que mi visión te da pena, no tengo el cuerpo fornido de la mayoría. Y no esta bien que ande así con una dama presente, pero, como ves, hago las cosas sin pensar. Y, si nadie me dice, nada, es por que no hay nadie a quien le importe...-le solté, seguro de haber dejado ir una pequeña nota de amargura. Rogué a los dioses que no la notara, por que ni yo sabía el por que de ella.-Te sorprenderías de los secretos que aguardan tras cada rincón oscuro, no tientes a la suerte.- de momento, no tenía nada que temer, no olía nada realmente extraño cerca.

Sus mirada fija me dejaba quieto y nervioso. No sentí su dedo en un principio, no, lo noté hasta que sentí todo el calor de su mano. Y le miré boquiabierto. ¿Por que lo hacía? dí un respingo cuando me dijo que estaba helado. Cierto era que tenía frío, pero, no quería ponerme a lloriquear como un niño, no.
Mi mente se desconectó del resto de mi cuerpo, cuando dijo aquello, y por fracciones de segundo, me recordé a mi, medio ebrio, en las calles de Paris, buscando eso. Calor.
¿calor corporal...?-repetí, sintiéndome torpe, solo atiné a medio abrazarle cuando ella hizo aquel gesto. Pero no estaba bien. Aquello se podía llegar a malinterpretar, asi que con torpeza intenté apartarme y atropelladamente, logré decirle -Estoy bien, no es necesario.... Gracias.

por **Arianne C. Wickham** Sáb Ene 29, 2011 1:38 pm

¿Me quería? ¿Louis me quería? Si tal vez si me quería pero no de la forma en que yo esperaba que lo hiciera-Cállate-le dije en tono firme son quitarme de su pecho, yo estaría medio muerta a esas alturas, el medio era muy hostil para que estuviera así fuera por la razón que fuera-No le tengo miedo a lo que pueda estar escondido afuera, ya nada me puede hacer daño, todo lo que pude hacer mal en mi vida lo estoy pagando ahora-sentí un nudo en la garganta y de nuevo su rechazo pero estaba vez no lograría hacerme sentir mal ni alejarme, el ya había hecho de mi lo que el quiso una vez y no permitiría que lo volviera hacer-En realidad no me importa si me quieres o no…¡Quédate quieto!-apreté mis brazos contra su torso para que dejara de moverse-Tampoco me importa como es tu abdomen, a ti no te importo que yo sea una prostituta, me acabas de curar entonces déjame hacer lo mismo Louis y cállate-era una posición un tanto incomoda en la que me encontraba así que me fui a irguiendo y subiendo mis manos por su espalda.

Me sorprendió lo suave que era-Creeré que me vuelves a rechazar como siempre lo haces-dije con tono enmascarado de aburrimiento aunque en verdad de solo recordarlo sentía como el corazón se me estrujaba de tal forma que sentía tendría un paro cardiaco allí mismo-Déjame ayudarte, es lo menor que puedo hacer-susurre paseando mis manos de arriba hacia abajo por su piel-No podría vivir sabiendo que moriste de frio y por culpa mía-los estreche un poco más ¿Estaba mojado? Si, esa era la razón principal por la cual su piel estaba casi tan fría como un lago congelado en plena navidad pero era casi imposible que por un poco de agua el acabara empapado.

-Puedo ser muchas cosas pero…pero no pienso dejar que te pasé algo ¿En dónde te metiste?-puse mi mano vendada sobre su cabello y como si fuera un bebé le di golpecitos, no me importaba que no le gustara que lo tocara, ni que le incomodara mi presencia, lo mantendría a salvo hasta que tuviera el suficiente calor interno para dejarme ahí en el bosque y pensar en lo que pasaba. Mire alrededor del claro, no me había puesto a pensar en qué bonito era el bosque iluminado por la luna. De niña solía contar estrellas y forma nuevas constelaciones, creo que eso fue lo único bonito de toda mi infancia, las estrellas.

por **Louis J. Bouquet** Sáb Ene 29, 2011 2:11 pm

-No creo que hayas hecho nada malo, niña. Es imposible...-Le dije sintiendo mi garganta seca, como si me costara respirar, solo por tenerla alli, abrazándome. Era tan triste oirle decir eso. "no me importa si me quieres o no". Era como si en las heridas me aplicara limón constantemente. su corazón estaba vedado por un alto e infranqueable muro de hielo. Y yo era muy poco cosa como para vencerlo. Dejé de moverme, sintiéndome... ¿regañado?, desvíe la la vista al suelo. No me gustaba que se menospreciara pro ser lo que era. Yo igual le quería.

Sus manos delgadas y femeninas, me tocaban y me sentí cohibido. Yo jamás la había visto como un objeto, nunca, jamás había ido al burdel donde trabajaba para solicitar sus servicios. La verdad, solo iba a esos lugares a pasar el tiempo, para no sentirme tan solo en las calles.
- Jamás te he rechazado, ¿que te hace pensar tal cosa? -Con tono dulce, llevé mi mano a su mejilla, pero no la toqué, sonreí un poco antes la idea de morir congelado.

- Muy al contrario, me siento bendecido de que me intentes ayudar... Y, no te preocupes, no moriré, y, si llegase a suceder ten por seguro que mi alma se quedaría en esta tierra, solo para cuidarte...

Esos roces me ponían muy mal. Deseé que dejara de hacerlo, pero, al mismo tiempo, que no se apartara de mi lado. Le miré sorprendido, cuando me golpeo de se esa manera, casi, había sido un gesto tierno, en verdad. ¿Lo estaba soñando?
-Ya te dije que soy un tonto, me he caído en el riachuelo de donde saqué el agua...- Eso era una verdad, en forma de gato, era algo más dificil hacer las cosas que como humano se daban por sentado. Y había batallado bastante, ya que no podía contar con transformarme más veces en una noche.
Ella miraba al cielo, y yo sonreí.
-En la ciudad, no se pueden apreciar tan claras, verdad? -Me permití un suspiro, mientras le rodeaba suavemente con uno de mis brazos

por **Arianne C. Wickham** Sáb Ene 29, 2011 2:50 pm

“Es que no sabes” pensé interiormente y sin apartarme de él, él no sabía y ni siquiera se imaginaba todo lo que yo podía hacer, era malo pero muchas veces me vie cegada por cosas que en verdad deseaba o necesitaba. Solté una risita irónica, era increíble que Louis fuera tan inocente o tan bueno como para no ver lo que en realidad era. Sentí una punzada de dolor en la sien cuando dijo que el jamás me había rechazado-No te acuerdas ¿Verdad?-dije amargamente mientras paseaba mis dedos por su cuero cabelludo llegando hasta los costados, yo había intentado ser su amiga, en esa época en verdad lo necesitaba y solo obtenía su rechazo, ese rechazo que había recibido en ese momento cuando trate de abrazarlo-Supongo que es normal-me di por vencida, recordarlo sería tan doloroso como ese momento en el cual tenía ganas de darle un beso pero no podía, había algo que me impedía.

-Espero que en verdad no suceda seria horrendo-me había quedado como desarmada en ese momento, tal vez la que siempre estaba equivocada era yo y mi orgullo no me dejaba verlo de la forma en la que en verdad era. No podía perderlo , no me daría ese lujo pero no podía perder algo que jamás fue mío, de seguro él ya se había replanteado mi comentario cruel sobre regresa a Escocia y hacer una familia, por mucho que me doliera en cierto punto era lo mejor que él podría hacer incluso para mí era lo mejor, yo dejaría de verlo y tal vez con el tiempo lo olvidaría-En verdad eres un tonto-admití-Hace mucho que no me ponía a ver estrellas-lo mire y sonreí levemente casi como bajando la guardia, agache la cabeza para posar mis labios sobre su hombro derecho, la diferencia de temperaturas era notable aun tentando con los labios-De niña solía hacerlo-dije aun con los labios pegados a su piel.

Pase un brazo por encima de su otro hombro y acaricie su nuca, era como abrazar un bebé o un peluche-¿Por qué no te vas? ¿Por qué sigues aquí?-acurruque mi cabeza de forma que mi nariz tocaba la blanquecina y transparente piel de su cuello, no parecía funcionar mi método de hacerlo entrar en calor y comenzaba a desesperarme ¿Y si moría? No, no, no, no podía dejarlo morir pero no sabía que más hacer.

por **Louis J. Bouquet** Sáb Ene 29, 2011 3:30 pm

Le miré sin comprender unos segundos, repasando sus palabras en mi interior. -¿Acor... acordarme...?- Y, entonces, como una bofetada que me cruzara la cara, me acordé de las noches en que ella se había acercado. Yo, siempre tan torpe, la alejaba y le trataba medio mal, frio e indiferente. Algunas veces me decía que no era lo mejor para ella que yo fuese su amigo. Otras, que quizás ella solo buscaba seducirme, por que era su trabajo. Otras....
Si no lo recordaba con rapidez, era simplemente, por que no me gustaba recordar cosas que me hacían sentir sumamente estúpido.

Solté una risita queda cuando me dío la razón sobre mi torpeza. Lo era en más de una forma.
-Eso si que es un hecho realmente lamentable. ¿Como eres capaz de no provocarles la envidia de tus orbes esmeralda?-Me estremecí cuando sus labios me tocaron. Era una tortura en realidad. Sentir su aliento cálido golpear mi piel fría y color pálido, con ese color tan poco visto en las personas europeas. Un color claro no tan enfermizo. Si no se alejaba de mí, no sé que podría hacer.
Alguien con más malicia que yo, quizás, ya se había aprovechado de la situación, pero no yo.
En verdad, esa sensación que subía desde la parte baja de mi espalda, hasta donde sentía sus caricias, era tanto agradable como agonizante. Miré al frente, mientras volvía sentir ese tibio vaho ahora en mi cuello. Ya no podía abrazarle sin sentir que me dolía
No me voy, por que no puedo dejarte. No me importa que suene a que me corres.
Yo quiero seguir aqui, junto a tí, lejos del bullicio de la ciudad, por que en este momento, te siento solo para mi... Mi voz salia un poco temblorosa, y la odié, así que me aclaré la garganta, antes de susurrar unas pequeñas palabras, entonadas como una melodía
-Dakishimetai dakishimetai, dakedo kimi wa boku no mono iyanai, hitsuna kokoro ga ima, dakishimetai dakishimechyai kenai, afureru hodo tokeru hodo motometeiru noni...

donna ni soba ni ite moi, kimi no minai ko wa sanai kageru....

Mi voz salía tan clara y rota como el cristal que había quebrado. No las entendería, y era mejor así...

por **Arianne C. Wickham** Sáb Ene 29, 2011 4:11 pm

No conteste a su pregunta que había tornado mis mejillas de color rojo, no era momento para actuar de la forma que actuaba siempre, reconociendo mi belleza que en realidad era lo único bueno que mis padres me dejaron y hasta ese momento era lo único que en verdad me importaba pues con eso había conseguido tantas cosas que ninguna otra hubiera podido lograr, me sentí avergonzada de todo y cada acto cometido pero estaba segura de que si le lo contaba el no entendería, nadie me entendia-Deberias hacerlo, las personas se vuelven tristes cuando están conmigo-era una clase de maldición, no para ellos si no para mí. Todas las personas con las que había tratado parecían llevadas a un pozo de mala suerte. Todos y cada uno salían lastimados por mi o por el destino que era irónico y no me quería en este mundo al cual yo me aferraba.

Susurro algo, una melodía en otro idioma, lo mire de forma un poco divertida a los ojos, era muy curiosa y ahora me había dejado la duda sobre qué significaba su canción-¿Qué significa?-pregunte esperando que en verdad me lo quisiera decir. Me sentía un tanto protegida a su lado, a pesar de que no fuera un momento ni lugar indicado me sentía cómoda, nada forzada como si en verdad algo no hubiera puesto ahí a los dos para hablar, como si el dolor que me ocasionaba tenerlo tan cerca se hiciera más fuerte con cada segundo que pasaba, como si mis torpes manos en verdad estuvieran ayudando en algo para que no le pasara nada-Dime-dije firmemente pero sin intención de hacerlo sentir mal ni intimidarlo.

Me separe un poco de él, solo para mirarlo a los ojos y como si de un acto de algún ente en mi interior se tratara presione mis labios contra los suyos, sabía que después me arrepentiría y saldría corriendo despavorida pero tenía que hacerlo, no me importaba el rechazo o la humillación que después me hiciera pasar, tenía que correr el riesgo y aclarar todo lo que pasaba dentro de mí de una vez por todas.

por **Louis J. Bouquet** Sáb Ene 29, 2011 4:35 pm

- No me siento triste a tu lado. Muy al contrario, me siento... me siento... en calma.-Alcancé a decir. Mis palabras aunque cortas, eran sinceras. Y, aunque era posible de que saliera lastimado, no me importaba. Por que serían heridas que ella causara.
Heridas de amor, y no había nada más hermoso en el mundo,que saber que eres amado, y esa, esa persona te corresponda. Aún, si este sentimiento, te dejaba esas cicatrices.

Su mirada me hizo dibujar en mis labios media sonrisa. Ya había decidido que no le diría lo que significaban aquellas palabras. A pesar de su tono, y que podría sentirse, o molestarse ante su mi mutismo, me callé. Jamás se lo diría. Asi me golpeara, por temor a que la hicieran sentir mal mis palabras.

-No te lo diré. Pregúntale a as estrellas, y quizás, ellas te lo digan.-Dije mientras lentamente se separaba de mí y me miraba de una manera que no supe explicar.
Todo se borro, el paisaje, las palabras dichas, el murmullo del viento, el frío...
No quedó nada, más que el tibio contacto de sus labios sobre los míos. No supe que pensar.

Era sumamente dificil establecer una conexión coherente, entre el por qué y la acción. Sería un idiota, pero entrecerré mis ojos, tomando sus mejillas entre mis manos frías, sin permitirle alejarse.

Admiré esa... esa especie de valentía la cual yo parecía no poseer a menudo.

Acaricié con suavidad sus mejillas, mientras me fundía en aquel contacto, pequeño pero maravilloso, con ella. Quise transmitirle todo lo que sentía, pero no se si era suficiente. Mi corazón latía desbocado, a punto de salirse, quizás, para reunirse con el suyo.
Era como si durante años, hubiese buscado algo tan dulce, y ahora que lo tenía, no deseaba soltarlo.
No quise presionarla, me limité a seguir aquel movimiento con calma.

por **Arianne C. Wickham** Sáb Ene 29, 2011 5:30 pm

Podio sentir el latir de mi corazón en la cabeza y la fuerza con la que la sangre parecía correr con mis venas, casi de forma violenta, estaba segura de que aquel beso no lo estaba soñando pero entonces si no lo estaba soñando ¿En verdad Louis correspondía a ese beso? No quería arruinar ese momento, no después de mi acto tonto y al mismo tiempo valiente, algo me decía que no solo yo buscaba ese momento y que al final de todo yo si estaba equivocada tal vez por primera vez, puse mi mano en su nuca mientras seguía con ese beso que no era como los que daba en el burdel, no era apresurado ni lleno de desesperación era tierno y motivador. Parecía que hubiera despertado de un letargo.

Todo aquello solo me demostraba que era muy insegura en el fondo, no podía creer que él, que Louis estuviera correspondiendo a ese beso. Me separe casi a regañadientes solo unos centímetros de distancia sintiendo una especia de dolor al hacer esto mismo-En verdad lo siento mucho-me disculpe para acto seguido volver a abrazarlo, cualquier clase de plan macabro que trame con anterioridad en ese momento lo había olvidado, todo alrededor parecía no tener sentido incluso volvía a sentirme mareada pero no de asco ni gracias a la sangre, esto era diferente como todo lo que pasaba justo ahí y ahora. Podia sentir mis mejillas calientes, justo en la zona donde él puso sus manos.

-No sé porque lo hice en serio perdóname-volví a replicar buscando excusas extrañas y tontas para que aceptara mis disculpas, Si sabía porque lo había hecho y lo volvería hacer solo para asegurarme de lo que había pasado y de lo que sentía en realidad. Yo quería a Louis y lo quería de una forma extraña.

por **Louis J. Bouquet** Sáb Ene 29, 2011 5:49 pm

Cuando abandonó mis labios, me sentí morir, pero así era yo, sin importar si era hombre o mujer, yo jamás exigía de más, me conformaba con lo que las personas me dieran. Así de poco maleado era. Recuerdo, que muchas veces se rieron de mí por ello. La última vez, había sido un chico que se hacía pasar por una mujer, y que compartía profesión con mi querida Arianne, si precisaba.
Cuando me abrazó, no lo dude, y le abracé lo más fuerte que mis brazos podía, sin llegar a hacerle daño.

Era como si las palabras que había cantado, se hubiesen convertido en una especie de hechizo. Justo el que necesitaba para romper...
Para atravesara aquel muro. Quizás, me apresuraba a pensar aquello, pero la sola idea de pensar que ella sentía algo por mí, me llenaba el pecho,y creí que mis sentimientos se desbordarían.

-No lo sientas, por favor, no me digas eso. Duele.-Ese tipo de cosas, volvían agridulce el momento. Y yo no quería que se arruinara. Estaba más que contento, por aquel beso!

Mientras decía una vez más lo siento y que no sabía el por qué, le separé solo unos centímetros de mí, tomado su mejilla con suavidad, levantado su rostro.
- No tengo anda que perdonarte, Arianne, no sabes las veces que soñé con... con besar tus labios y tenerte así, entre mis brazos. Quiero cuidarte, protegerte.... Yo... sé que no soy lo que esperas, pero... en verdad Kimi wa mune no naka ni itsumademo...-Me incliné de nuevo sobre ella, con cuidado, pidiendo permiso silencioso, mientras el cabello resbalaba por mi rostro, y entrecerraba mis ojos, buscando sus labios una vez más. La necesitaba más que al sol. Mi cuerpo podría congelarse. No importaba. Ella era lo único que necesitaba para calentar mi corazón una vez más.

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