I really don´t wanna know {Priv}

Las palabras seguían resonando en mi cabeza como tambores de celebración “Me enamore, me enamore, me enamore”, me tape los oídos y mire al techo como si eso fuera a calmar las pesadillas que tenía desde que nos vimos de nuevo, justo tenía que llegar él para sacarme de control y de pasó todo lo que sucedía en mi vida ¿Pero que me pasaba? No era simplemente el sentimiento de haber sido ignorada por él era algo que nacía con creces en mi interior, no sabía cómo clasificarlo aparte de ira, celos obviamente, nunca había sentido celos, no yo, la gente me tenía celos, le gente era la que me rogaba, los hombres babeaban por mí y no al revés. Sentida el corazón palpitar en mi garganta incluso juraba que podía escucharlo mientras me hacía bolita en la cama, estaba furiosa y muy dolida.

-¿Por qué?-me pregunte débilmente sintiendo como la garganta se me cerraba gracias a un torrente de lágrimas que se avecinaban por salir de entre mis ojos-¿Por qué ella y no yo?-sentí un poco de agua recorrer mi piel, pasando desde el lagrimal hasta mi labio superior en donde se rompió y volvió a caer por mi barbilla. Era una lágrima, yo solo había llorado una vez y estaba segura de que la situación no era la misma, me lleve un dedo hasta donde sentí la humedad y me limpie con brusquedad. Yo no podía dejar que un sentimiento tan comprometedor se interpusiera en mis planes, me levante de la cama rápidamente y me mire al espejo, incluso llorando era bonita y a la vez un asco de persona ¿Cómo podía pensar eso estando así? Daba igual, él no me quería.

Salí del burdel entre miradas y murmullos con aire altanero. No tenía ganas de hablar con nadie, no sabía a donde me guiaban mis pasos pero reconocí de inmediato que caminaba a grandes zancadas y que las mismas zancadas me habían dirigido al bosque, tan frio y oscuro como la boca del lobo, se parecía a mí.

La desesperación a ese grado era algo que jamás había experimentado, todos los sentimientos que podían existir en mí se habían hecho una bola en mi estómago pero resistía, resistía ese dolor por Louis, resistía la sensación de arcada y de desmayo por él, porque no podía dejarlo morir por una simple reacción como era ver la sangre. Inconscientemente mis lágrimas seguían cayendo por mis mejillas, tomaba aire o más bien el poco aire que me dejaba tomar el llanto y seguía haciendo aquella secuencia que de poco me servía. Mire hacia abajo, pide ver mi pecho con una gran mancha de sangre al igual que mis manos pero no me espante y ni siquiera quite las manos de su herida después tendría tiempo de enfermarme o caer en un profundo sueño pero no en ese momento en el que él me necesitaba-No, no te muevas-le dije cuando vi como en un acto reflejos, tal vez por el dolor él se movía hacia un costado y se llevaba la mano a la herida en donde la sangre parecía querer salir como si su cuerpo fuera una especie de fuente macabra.

Solloce mientras giraba la cabeza de un lado a otro buscando la forma o algo que me fuera de ayuda. Recordé que la parte de debajo de mi vestido seguía intacta, si la usaba como trapos para ir limpiando la herida seguramente la sangre en algún momento pararía-Ok Louis no te vayas a mover ¿Si? ¿Me estas escuchando? No te vayas a…-me solté a llorar de nuevo antes de concluir pero logre mantener juntas mis ideas mientras me levantaba un poco-No te vayas a dormir, no te atrevas a dejar sola-me incline para dejar pequeños besos por toda su boca hasta llegar a su mandíbula. Suspire con todo el valor que había recolectado y mire la herida, mi cuerpo tembló pero después volví a colocar mi mano sobre ella. Comencé a rasgar la falda del vestido, haciendo trozos de tela lo suficientemente grandes para que me ayudaran a limpiarlo-Ya vengo-me volví a tallar la cara, sintiendo en los labios el sabor de su sangre, las lágrimas y la sal simplemente no hacían una buena combinación.

Salí de la cueva y con un pedazo de tela comencé a poner la nieve que caía, si la calentaba se volvería agua de nuevo y podría limpiar las sangre que se secaba poco a poco, regrese como desesperada a colocarme a su lado-Eres un tonto, eres un tonto, yo no quería esto…Yo te odio por hacer esto ¿Acaso creíste que puedo estar sin ti? Eres un tonto-pase un pedazo de tela limpia por la herida tratando de no hacerle mucho daño pero casi me era imposible, limpie lo más que pude y después me lleve la nieve a la boca. Sentí como me quemaba en la lengua, tuve que cerrar los ojos y aguantarme el dolor de sentir el frio y como la lengua me ardía, pasaron poco segundos hasta que la nieve se derritió volviéndose agua, gire a Louis haciendo que quedara boca arriba, me acerque un poco a la herida y deje caer el agua cerca de donde estaba, pose otro pedazo de tela y comencé a limpiar. Repetí la misma operación hasta que la sangre seca y gran parte de la zona dañada estuviera limpia-Si, así-me repetí mientras rasgaba de nuevo el vestido haciendo una especie de banda o tira larga y ancha, lo bueno de esos vestidos era que llevábamos tantas cosas que tenían mucha tela.

Saque un buen pedazo que pase por la espalda de Louis, moviéndolo lo menos pero tratando de que eso fuera rápido para que quedara vendado de una vez por todas, al otro día yo vería como arreglárnosla para llegar a un hospital o a alguien que pudiera ayudarlo. Me dolían las rodillas que ahora estaba desnudas gracias a toda la tela que había quitado de mi vestido pero no paré hasta que Louis no se viera tan mal-Listo, listo mi amor-pegue mi oído a su pecho y me volví a levantar para acercarlo al fuego y de pasó a mi.

Estaba exhausta tanto física como mentalmente, el simple hecho de pensar en que podría perder a Louis me agoto de tal forma que lo único que quería era dormir, me eche a un lado suyo lo suficientemente cerca para vigilarlo e inspeccionar su rostro, trague saliva, me dolía mucho la boca, me ardía demasiado quien diga que el hielo solo es agua congelada estaba muy equivocado yo había comprobado que podía ser más que eso-No hables-arrastre las palabras de forma notable, cuando no sentías la lengua o alguna extremidad ¿Cómo la usabas? Me lleve los dedos a los labios pero los quite al minutos que toque esa piel que ya estaba áspera y porque no admitirlo adolorida y seguramente de un color rojo extraño. Me abracé las piernas acomodándome de forma fetal cara a cara con Louis-Descansa, yo estaré bien y te aseguro que no soy tan bonita-trate de sonreír pero incluso yo sentí esa sonrisa como una mueca.

Parecía que todo en aquel momento era más calmado, incluso el ruido de las lágrimas se había ido pero la preocupación seguía ahí ¿Y si no soportaba el frio? ¿Y si se desangraba? ¿Qué haría yo? Solo pensarlo era horrible, cerré los ojos imaginando que saldría de ahí con él. Nunca me había preocupado por alguien que no fuera mi yo o mi persona e intereses pero en ese momento la preocupación que experimente había sido mucho mayor que incluso el apuro de no comer en días, había dejado de pensar en mi por lo menos durante veinte minutos y no morí, seguía tan viva como cuando nací y es me recordaba que aún era humana y que tenía necesidades. Tenía frío pero había dejado de moverme porque simplemente el dolor era incomodo-Te amo-susurre-Te prometo que no volverá a pasar esto-me sorprendía yo misma de que aun pudiera articular cosas con claridad, mi mente estaba ofuscada pero tenía que seguir velando por Louis.

Off: Asco de post u.u

¡Dios” Se supone que no debía moverse pero ese acto fue tan extremadamente hermoso que ni siquiera puse resistencia y me acomode ligeramente sobre él, trate de no moverme mucho y tampoco de recargar todo mi peso pues podría ser contraproducente en su estado. Tenía fiebre ¿Y si volvía a hacer lo del agua? Tal vez primero debería dejar que reposara un poco y si no se le quitaba entraría en acción como hace unos segundos, contuve la respiración, estaba demasiado nerviosa en ese momento no quería herirlo pero tampoco alejarme, así que me quede en una posición algo rara, con los ojos clavados en su barbillas y mi nariz pegada a su cuello. Sus palabras eran como mariposas dentro de mi estómago, ya no sentía el mareo por la sangre, solo la calidez, las cosquillas y un poco el dolor en los labios.

Me acerque un poco más a su piel para besarlo levemente, sintiendo como su piel ardía y como la mía en cambio estaba más fría que un hielo. Me acurruque inconscientemente mientras escuchaba sus palabras perderse en ese espacio. Cerré los ojos, me pesaban demasiado como para abrirlos de nuevo, pude ver las llamas del fuego por unos segundos pero después se hicieron borrosas y después nada, solo negro.


-Ari-una voz femenina me gritaba desde el otro lado de la puerta ya algo vieja. Me acerque dando pequeños saltitos con la muñeca de trapo que me habían regalado la amiga de mi madre en navidad, la puerta se abrió cuando la empuje con la mano que me quedaba libre. Mi mamá era muy bonita pero no entendía muy bien porque usaba tan poca ropa ¿Acaso no tenía frío?

-¡Mamá!-levante la voz y le sonreí mostrando mis dientes frontales. Apreté la muñeca contra mi pecho quedándome sin aire, sabía lo que esa cara quería decir. Me quería fuera del local o más bien lejos, mi sonrisa se desvaneció pero trate de seguir optimista, siempre me tenía encerrada y cuando quería salir no me dejaba, ahora que me quería quedar ella quería que saliera. Era de noche y hacía frío, hice una mueca pero obediente di vueltas sobre mis talones cuando sentí las manos de mi mamá empujarme por donde había llegado. No saldría. Camine por uno de los pasillos del local hasta que encontré un hueco centre una pared y un mueble, siempre había sido flacucha así que entraba bien en ese lugar. Me senté y espere. A los treinta minutos de incomodidad un señor entro a la habitación de mi madre ¿Qué hacía allí? Arrugue la frente pero en cuento la puerta se cerró me acerque tirándome en el piso, con la muñeca cerca de mis rostro.

¡Ese señor estaba besando a mi mamá! ¿Por qué! ¿Qué hacían? Mis ojos se abrieron de par en par cuando vi como la tocaba y la jalaba pero lo peor no era eso si no que a ella parecía gustarle. Me tape la boca con una mano ¿Por qué hacía eso mi mamá? Tal vez hubiera sido mejor irme como ella había dicho, como todas las noches pero no, ahí estaba. Los deje de ver por un minuto así que me acerque más a la puerta haciendo que estaba se abriera y los viera en la cama, sin ropa. Me asuste por el hecho de ser descubierta así que salí corriendo sin detenerme a mirar atrás.


Abrí los ojos. No era una niña y estaba con Louis.

Lo poco que pude notar fue que Louis tampoco tenía sueños agradables los cuales seguramente estuvieran inducidos por su estado actual ¿Estaba delirando? ¿Cuánto tiempo había pasado? Un sueño podía no ser nada cuando dormías, me abrazo pero estaba demasiado preocupada para dejar que estuviera así, me levante ligeramente para ver la herida en su estómago, estaba bien o por lo menos no sangraba pero su piel seguía hirviendo-Tranquilo Louis, estarás bien…Lo prometo-a nadie le gustaba una prostituta con alguna clase de herida pero Louis valía todas las quemaduras de mis labios. Arranque otro pedazo de mí ya inservible vestido y tome un puñado de hielo para después metérmelo a la boca y volverlo agua, hacer eso era como ponerle limón a una herida pero me aguante, él no tenía por qué saber de dónde sacaba el agua, él solo tenía que estar preocuparse por dormir y salir vivo de esa cueva.

Tire el agua en el pedazo de tela mojándolo, no tenía nada más con que quitarle la temperatura más que con agua así que internamente esperaba que saliera de ese trance . Puse la tela en su frente presionando ligeramente sin mucho esfuerzo, solo el suficiente para que su calor corporal bajara. Era una tonta si yo no hubiera llegado al bosque nada de eso hubiera pasado, seguramente el estaría feliz y estaba completamente segura de que estaría mejor sin mí. Sí, eso. Por mucho que lo quisiera no permitiría que por mis palabras se hiciera daño, haría lo que fuera para que entendiera que yo era dañina en todos los aspectos y para enseñarle que podía ser feliz sin mí-Vamos Louis, esto tiene que servir. Tienes que salir de aquí-insistí como si el estuviera consciente de todas mis palabras ¿Faltaría mucho para que saliera el sol? No lo sabía pero mientras tanto tendría que ocuparme de no perderlo.

-No te entiendo-sonreí un poco apenada, si no le entendía por muchas cosas, aparte del idioma no estaba lucida del todo, seguramente eso era una ilusión y Louis estaba bien en su casa. Suspire y lo obligue a que siguiera en reposo-Tienes que descansar, supongo que falta poco para el amanecer y podrás ir a tomar reposo como te mereces-“Y yo regresaría al burdel” de donde nunca debí salir, bufe mientras ponía la palma de mi mano en su fiebre, ya estaba mucho mejor pero no quería que algo malo pasara, pase los dedos por sus labios estaban casi como los míos aunque seguramente por dentro no tenía las quemaduras que yo-¿Quieres agua?-pregunte, estaba dispuesta a hacer agua de los arboles solo para que estuviera bien y no cayera en los brazos de la enfermedad. Mire la mano que el había curado, estaba roja tal vez un poco inflamada, me sentía poro útil tal vez un poco mareada pero definitivamente no me sentía afortunada incluso cuando Louis estuviera a lado mío, pero no me sentía afortunada porque estaba y a la vez no. Todo por mi maldita culpa.

Encontré un algo parecido a un tazón pequeño, lo tome y puse más nieve dentro de él, lo acerque a él fuego lo suficiente como para que se derritiera pero al parecer tardaría más que si lo hacía con la boca pero por lo menos tenía que intentarlo, de lo contrario seguramente me quedaría sin lengua pero pensándolo dos veces Louis lo valía y su vida valía que yo quedara muda incluso le haría un favor al mundo mi voz ya no sería escuchada y actos como el que hiz Louis no serian realizados.

No estaba en mi persona ni personalidad sentirme conmovida ni tampoco querida, lo único que las personas querían de mi era mi cuerpo. Un te amo en verdad significaba mucho para mí, sentí como me sonrojaba así que solo pude reír tontamente y seguir con mis tareas para conseguir agua, aunque no veía progreso en nada de eso ¿Debía hacerlo con la boca? Eso sería raro y al parecer el no quería ayuda, trate de tomar en el aire el tazón de piedra pero él lo había alejado de mi-Pero…-me quede con la pablara en la boca haciendo un leve puchero-No te muevas-me lleva las manos a la cabeza en un acto de desesperación-Te puedes desangrar si haces esfuerzo…Déjame ayudarte-le suplique acercándome a él para colocar ambas manos entorno su rostro y pegar mi frente a la suya, si quería darle un beso pero supuse que no era apropiado hacerlo después de que estuvo a punto de morir-Solo te recuerdo que si lo mereces y no tienes por qué pedir perdón-hice contacto visual, uno en el que entendiera que él no tenía la culpa de nada-La única tonta fui yo-le sonreí ligeramente y después me separe para arrástrame hasta el cuenco de piedra y poner más nieve.

Una vez acabada mi tarea volví acercarlo al fuego con cuidado para no tener ninguna clase de daño en las manos, ya estaba mal no podía quedarme más inútil y no ayudar a Louis. Tenía miedo de regresar y no solo eso, no quería regresar pero de solo pensar que Louis estaría en esa situación precaria me ganaba cualquier deseo de mantenerlo ahí cautivo conmigo. Igual podía escaparme del burdel para cuidarlo por unas cuantas horas y después regresar, yo encontraría ya una forma de verlo.

Gracias a el drama que acababa de ocurrir me había acordado que no había llegado a trabajar al burdel y seguramente llegaría tarde al siguiente día pero no me importaba y Louis tampoco debía de saberlo, negué con la cabeza mientras me separa de él y ponía una cara irónica, a veces me sentía mal por actuar así con él pero a veces simplemente esas cosas me salían en automático y no las controlaba-No me harán nada, no te preocupes…La mayoría de las veces creen que me voy con algún hombre-Sentí pena al decir eso último, la hablar de esas cosas con otra persona era normal como hablar de la lluvia pero enfrente de él todo tomaba un sentido totalmente distinto e incluso doloroso. Las oportunidades de salir de ese lugar y ser una mejor persona con él eran simplemente grandes ¿Pero qué sería de mí después? Yo mejor que nadie me conocía y sabía que no tendría lo que me daban si salía de ese lugar ¿Era egoísta? No le estaba dando el amor que le juraba y eso me hacía sentir como la escoria de basura que era, tal vez con el tiempo.

Lo que había dicho si me dio risa así que no pude evitar reír-No seas tonto Louis-me puse seria después de entender que lo quería hacer por mí y tal vez por amor-Tú no perteneces a ese lugar y no tengo ninguna deuda, deja de preocuparte ¿Esta bien? Lo que deberías estar haciendo es…-me acerque a él e hice un poco de esfuerzo para obligarlo a que adoptara una posición de reposo-Es descansar, pronto saldrá el sol y vamos a salir de aquí…Veremos a un doctor y estarás como nuevo-le sonreí y me senté abrazando mis rodillas y mirándolo ¿Cómo es que una persona podía amar a otra con la que no compartía nada? Esas cosas nunca las sabría, si el amor no existiera entonces todo sería mucho más fácil pero las cosas fáciles no tenían sentido. Alargue un brazo para acercar un poco el tazón improvisado de piedra, solo quedaban pequeño pedazos de hielo, supuse que eso estaría bien para Louis-Deberías esperar a que no esté tan caliente, no queremos que te quemes-me acerque un poco a él, esperando unos segundos para poder ayudarlo a tomar agua.

Al parecer lo había ofendido, pero toda yo era una ofensa para su existencia, había personas que no debían de tenerme en su vida y una de ellas era Louis. Una prostituta no podía estar con hombres de sentimientos nobles y que son buenas personas, una prostituta, como yo, no debería tener el cariño de alguien tan lindo como Louis. Simplemente era mucho más de lo que en verdad podía soportar, tenía miedo de muchas cosas y tal vez se notara en mi rostro el cual palideció cuando escuche eso sobre que el podía entrar a trabajar en el burdel, conocía a varios hombres trabajando ahí pero no era lo mismo, Louis merecía algo mejor y por lo que podía notar era virgen así que la peor forma de perder la virginidad era de una forma así-No eres tonto, me refiero a que-suspire mientras acomodaba las frases en mi cabeza y pensaba otra formas de decirlo-Algunas de nosotras, bueno somos propiedad del burdel y…si podemos irnos de ahí pero siempre es difícil-me mordí el labio apenada, de todo lo que había dicho, todo era cierto pero tampoco es que quisiera salir del burdel tan pronto.

Yo si quería una vida nueva, pero no quería carencias, no pensara volver a pasar desapercibida ante la alta sociedad y aparte no quería que se avergonzaran de Louis por esta conmigo, primero necesitaba tener una forma de entrar al mundo y no dejar que me sacaran de ahí. Me sentí mal por pensar así de frente a Louis pero a veces mis deseos me superaban en tamaño-Louis eres importante para mí y no me pidas que no llame a un doctor, sé que eres un hombre pero hasta el hombre más fuerte algunas vez necesitara ayudara-arrugue el entrecejo-Y tampoco creas que te dejare entrar al burdel Louis…solo-me lleve las manos en la cabeza como acto desesperado-No lo pidas ¿Esta bien?-vi su vago intento por poner ramas en el fuego, me asuste de que se le volviera a abrir la herida-¿Ves? Aún estas débil-lo obligue a recostarse. Me arrastre hasta el fuego y comencé a echar las ramas una por una, observando las llamas que se avivaban y nos mantenían a salvo en esa cueva.

¿Qué hacía que todo Louis fuera especial para mí? Tal vez su estado de ánimo que era parecido a una montaña, con altas y bajas, no sabías la carita que pondría después pero podías estar seguro de que te compraría con ese pucherito. Con Louis podía ser y no fingir, podía reír y verme tonta sin preocuparme por el que dirán que me importaba mucho cuando él no estaba, no tenía que ser extremadamente grosera o borde para poder obtener clientes. Simplemente era yo y aunque fuera nueva esa sensación para mi podía aceptar que me gustaba pero incluso en los mejores momentos de mi vida algo tenía que salir mal, ya fuera por mi o porque la persona que más quería se enterrara una rama en el vientre. Tal vez jamás debí decir lo del burdel, ahora más que nunca debía hacer todo lo posible para que Louis se sacara esa idea de la cabeza.

-Las cosas no son tan fáciles-por un momento soné como una niña regañada, había conocido a Louis en diversas facetas pero esta, en la que hablaba casi como un papá preocupado incluso a mí que aparentemente era más fuerte que él, me había dado escalofríos ¿Y si lo lograba? La duda no se hizo esperar, todo apuntaba a que hablaba muy en serio pero yo no me podía salir así como así, primero tenía que asegurar un poco de lo que esa profesión me brindaba. De nuevo me sentía mal con ganas de vomitar, yo no podía hacerle eso a Louis, era muy egoísta, en una noche habíamos pasado por mucho y yo seguía con mi ideas extrañas-No, no lo harás Louis-demande con cierto tono enojado-No te vas a prostituir por mí, entiéndelo y olvídalo ¿Esta bien?-volví a tomar las riendas del asunto, así tuviera que sacarlo a patadas el no pondría un pie en ese lugar a menos de que fuera en busca de lo que todos perseguían a ahí y eso si me dolería mucho.

Carraspee unos momentos tratando de que las imágenes de Louis con otras u otros no alcanzaran esa parte de mi cerebro que pocas personas sabían frágil-Lo siento pero no puedo dejar que entres ahí, créeme que es lo último que desearías en tu vida-hubiera podido ser más dura con ese comentario pero no pude, no pude porque ya se había arrastrado desde su lugar hasta mi posición y me rodeaba con sus brazos. Tal vez al final de todo eso no éramos tan diferentes como yo pensaba, no se quedaba quieto y yo tampoco, con eso me podía dejar callada y eso fue lo que hice. No proteste, simplemente me acomode un poco mientras dejaba que mi cuerpo se relajara, ahora que todo el drama había pasado me sentía pesada y como si el piso me fuera a tragar entera-Pero no quiero dormir-le dije con voz apagada, no era posible que yo me hubiera perdido de cosas tan buenas como esa. Como escucharlo cantar y dejar que su voz me durmiera.

Mi cuerpo reaccionaba ante el cansancio, seguramente nunca hubiera sabido que tan cansada estaba a menos de que me hubieran puesto a dormir con un golpe pero no, me ponían a dormir de la manera más tierna en la que jamás lo habían hecho. Ni siquiera cuando era una niña mi madre en los años que estuvimos juntas me quiso de esa manera, pocas veces me cantaba, pocas veces se preocupó de velar mi sueño, siempre pensó que para mis 6 años yo era perfectamente independiente y de cierta forma sí, me había vuelto de esa forma pero no porque odiara ser niña si no por las circunstancias en las que vivíamos. A mi madre siempre le preocupo ser bonita, ser ella, ser ella para poder existir en el mundo de alguien más, al igual que yo lo hacía en ese momento de mi vida, ahora me daba cuenta de que me volví como la segunda persona que más odiaba en el mundo. ¿La primera? Si, muy en el fondo yo me odiaba más que a mi madre.

Estaba a segura de que esa agua que corría por la piel de mis mejillas no eran gotas provenientes de una gotera, venían de mí, desde lo más profundo de mí ser, nunca había entendido lo que era el amor y estaba lejos de saberlo porque no sabía cómo explicar eso que me hacía sentir la voz de Louis. Entre mi sueño me obligaba a seguir ahí con él, escuchándolo, aferrándome a esa voz que no solo me dejaba tranquila si no que me hacía una persona distinta de lo que había sido-¿Ah?-balbuceé mientras me acomoda sobre el pecho de Louis de una forma antinatural, con el cuello ladeado y una la mejilla sobre su piel desnuda. Era tan cálido, aun estando en pleno frio.

No quería dormirme por completo por lo que cuando escuche algo en un idioma que no conocía entre abrí los ojos, moví la cabeza un poco para tratar de verlo sintiendo un dolor extraño en un costado de mi cuello-¿Qué es eso?-pregunte soñolienta y con la voz parecida a la de una persona que lleva meses dopada con alguna clase de medicamento de moda-Te quiero-dije sinceramente, sin que mis palabras tuvieran sentido entre sí, solamente salían porque era presa del sueño y porque en el corazón algo me pasaba, algo que no podía controlar.