AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Caminos contrarios [Privado]
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Caminos contrarios [Privado]
Enamorarse era lo mejor que podía ocurrirle a todos, o bueno, a casi todos. A Fagan aquel maravilloso evento le había obsequiado únicamente desgracias a tal punto de que se vio en la necesidad de abandonar París con tal de olvidarse de la vampiro que le había robado el corazón para después abandonarlo y destrozárselo. El licántropo había culpado a Saskia de todo lo que afrontara los primeros meses que estuvo fuera de París (incluidos los buenos y malos negocios que debía atender), pero conforme pasaban los días y tanto la distancia como el tiempo, le hicieron ver que ellos no estaban hechos para estar juntos y simplemente la vampiro aquella se percato antes que él de ese hecho; así que fue cuestión de tiempo una vez que descubrió eso antes de que decidiera regresar a donde se sentía en paz. París le dio la bienvenida como lo había esperado. Los pocos conocidos que tenía le trataron como si nunca se hubiera ido y aunque ahora parecía haber más peligro que antes en las calles, el licántropo creía que manteniendo las distancias prudentes y el cuidado adecuado, nada iba a suceder.
Desde su llegada a París apenas había transcurrido una semana en la que debió andar de un sitio a otro, atendiendo asuntos de suma importancia con respecto a los negocios y su propio hogar. Apenas aquel día se había visto con algo de tiempo disponible por lo que al atardecer abandono la comodidad de su hogar para dar un paseo nocturno en los callejones. La libertad que le brindaba aquella ciudad era increíble. En su ausencia Fagan había extrañado tanto París que ahora que finalmente salía a caminar, una enorme sonrisa se encontraba tatuada en su rostro. Las calles eran justo como las recordaba, las personas igual de asustadizas como siempre y los sobre naturales abundaban en cada calle aunque para su fortuna no se había topado aún con ningún inmortal. Si bien el licántropo no culpaba más a Saskia por nada, no podía evitar sentir cierta repulsión por los vampiros.
Sus pasos le llevaron entre las calles y callejones más concurridos hasta lentamente llevarle a donde apenas caminaban unas cuantas almas y finalmente, se vio caminando en completa soledad.
– Al fin tranquilidad completa… – susurró para si mismo, disminuyendo la velocidad de sus pasos para disfrutar mucho mejor de la soledad. Soledad que unas cuantas calles más delante se vio interrumpida ante un olor bastante peculiar; el aroma era una mezcla entre humanidad e inmortalidad que le llevo a detenerse en seco. Podía escuchar un par de pasos acercarse lentamente hasta su ubicación y si bien podía dar media vuelta e irse, Fagan decidió permanecer en su sitio y esperar para conocer la identidad de quien se acercaba y poseía ese aroma tan característico.
Desde su llegada a París apenas había transcurrido una semana en la que debió andar de un sitio a otro, atendiendo asuntos de suma importancia con respecto a los negocios y su propio hogar. Apenas aquel día se había visto con algo de tiempo disponible por lo que al atardecer abandono la comodidad de su hogar para dar un paseo nocturno en los callejones. La libertad que le brindaba aquella ciudad era increíble. En su ausencia Fagan había extrañado tanto París que ahora que finalmente salía a caminar, una enorme sonrisa se encontraba tatuada en su rostro. Las calles eran justo como las recordaba, las personas igual de asustadizas como siempre y los sobre naturales abundaban en cada calle aunque para su fortuna no se había topado aún con ningún inmortal. Si bien el licántropo no culpaba más a Saskia por nada, no podía evitar sentir cierta repulsión por los vampiros.
Sus pasos le llevaron entre las calles y callejones más concurridos hasta lentamente llevarle a donde apenas caminaban unas cuantas almas y finalmente, se vio caminando en completa soledad.
– Al fin tranquilidad completa… – susurró para si mismo, disminuyendo la velocidad de sus pasos para disfrutar mucho mejor de la soledad. Soledad que unas cuantas calles más delante se vio interrumpida ante un olor bastante peculiar; el aroma era una mezcla entre humanidad e inmortalidad que le llevo a detenerse en seco. Podía escuchar un par de pasos acercarse lentamente hasta su ubicación y si bien podía dar media vuelta e irse, Fagan decidió permanecer en su sitio y esperar para conocer la identidad de quien se acercaba y poseía ese aroma tan característico.
Fagan Walsh- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 31/03/2015
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Re: Caminos contrarios [Privado]
Su vida en Paris, no había sido lo esperado, por más que pusiera tierra de por medio, el corazón palpitaba nombrando un solo ser en el mundo que había logrado apuñalarla en el alma, cuando solo había recibido de la mujer, amor y comprensión. Ninel, se había enamorado del rey de los Países Bajos, el cual era un vampiro, y aunque tal vez, él no hubiera hecho nada para que fuera así, el sentimiento que la había unido a su Señor, quedó destrozado, cuando él decidió que era más importante su esposa y su reino, al amor incondicional que ella le ofrecía.
Negó con un gesto de cabeza, - no, le amé, porque él me amaba, ¿Cómo hubiera podido mentir, con sus caricias, sus besos, su sangre?- era difícil, dar el brazo a torcer, aceptando sin reparos, aquella dura realidad. Ella, había sido una más de tantas amantes, tal vez la última, y a la que le permitió, convertirla en su esclava, para tenerla siempre a su lado, pero nada más. Cuando las lágrimas comenzaron a correr libremente por sus mejillas, supo que debía ocultarse, no quería que la gente hiciera comentarios maliciosos, aunque no fuera más que una extraña que caminaba por las calles principales de la ciudad. Por eso, en cuanto llegó a una intersección de ésta con un callejón, se internó en él.
Caminó, por la acera mal iluminada y bastante maltrecha que constituía el callejón, y luego de haber hecho varias calles, comprendió que había sido un grave error, entrar sola por esos pasajes de la ciudad. Estos era lugares propicio para asaltos, violaciones y asesinatos, tal vez Ninel, - inconscientemente - estaba buscando un final para su desgraciada existencia, - quien dice si no sería mejor, morir a manos de un extraño, que por el dolor lacerante de un desamor, que asfixia mi pecho en cada respiración. Tal vez entonces, podría dejar de añorar sus caricias, sus labios y su sangre –, reflexionó, pronto, las lágrimas volvieron a humedecer su rostro. Se sentía desesperada ante la imposibilidad de volver al lado de quien creía que amaba, porque Dragos, no le permitiría regresar, sin hacerle pagar la afrenta que significaba huir de él.
Pensando en ello, se encontraba, cuando un malhechor se acercó y la detuvo, mostrándole una daga. La empujó hasta una de las paredes, apretó el arma en el costado de la mujer exigiéndole el bolso. Aunque Ninel no se opuso, el bandido quiso algo más de ella, un beso. Fue entonces que la esclava reaccionó, solo su amante podía tomar sus labios o su cuerpo, nadie más. Forcejeó, golpeándole el rostro, hiriéndoles, haciendo que el arma quedara en el suelo. El hombre, herido en su orgullo, se limpió con el dorso de la mano, el golpe en el rostro. Ninel, se puso en posición defensiva, pero éste fue más ágil que ella, y en un certero movimiento, clavó una daga, que escondiera entre sus ropas míseras.
Ninel, siguió caminando, apoyando su mano izquierda en el costado herido, mientras intentaba seguir el camino, intentando en vano, buscar ayuda, - aunque si muriera en éste mismo lugar, poco me importaría - susurró. Fue entonces que lo divisó, un hombre, con una aura muy particular, lo observó, intentando fijar la vista, pero solo podía verle como un borrón, apresuró su paso pero no pudo llegar a tocarlo, a poco más de un metro de distancia, sus miradas hicieron contacto, entonces Ninel, se desvaneció a los pies del extraño.
Negó con un gesto de cabeza, - no, le amé, porque él me amaba, ¿Cómo hubiera podido mentir, con sus caricias, sus besos, su sangre?- era difícil, dar el brazo a torcer, aceptando sin reparos, aquella dura realidad. Ella, había sido una más de tantas amantes, tal vez la última, y a la que le permitió, convertirla en su esclava, para tenerla siempre a su lado, pero nada más. Cuando las lágrimas comenzaron a correr libremente por sus mejillas, supo que debía ocultarse, no quería que la gente hiciera comentarios maliciosos, aunque no fuera más que una extraña que caminaba por las calles principales de la ciudad. Por eso, en cuanto llegó a una intersección de ésta con un callejón, se internó en él.
Caminó, por la acera mal iluminada y bastante maltrecha que constituía el callejón, y luego de haber hecho varias calles, comprendió que había sido un grave error, entrar sola por esos pasajes de la ciudad. Estos era lugares propicio para asaltos, violaciones y asesinatos, tal vez Ninel, - inconscientemente - estaba buscando un final para su desgraciada existencia, - quien dice si no sería mejor, morir a manos de un extraño, que por el dolor lacerante de un desamor, que asfixia mi pecho en cada respiración. Tal vez entonces, podría dejar de añorar sus caricias, sus labios y su sangre –, reflexionó, pronto, las lágrimas volvieron a humedecer su rostro. Se sentía desesperada ante la imposibilidad de volver al lado de quien creía que amaba, porque Dragos, no le permitiría regresar, sin hacerle pagar la afrenta que significaba huir de él.
Pensando en ello, se encontraba, cuando un malhechor se acercó y la detuvo, mostrándole una daga. La empujó hasta una de las paredes, apretó el arma en el costado de la mujer exigiéndole el bolso. Aunque Ninel no se opuso, el bandido quiso algo más de ella, un beso. Fue entonces que la esclava reaccionó, solo su amante podía tomar sus labios o su cuerpo, nadie más. Forcejeó, golpeándole el rostro, hiriéndoles, haciendo que el arma quedara en el suelo. El hombre, herido en su orgullo, se limpió con el dorso de la mano, el golpe en el rostro. Ninel, se puso en posición defensiva, pero éste fue más ágil que ella, y en un certero movimiento, clavó una daga, que escondiera entre sus ropas míseras.
Ninel, siguió caminando, apoyando su mano izquierda en el costado herido, mientras intentaba seguir el camino, intentando en vano, buscar ayuda, - aunque si muriera en éste mismo lugar, poco me importaría - susurró. Fue entonces que lo divisó, un hombre, con una aura muy particular, lo observó, intentando fijar la vista, pero solo podía verle como un borrón, apresuró su paso pero no pudo llegar a tocarlo, a poco más de un metro de distancia, sus miradas hicieron contacto, entonces Ninel, se desvaneció a los pies del extraño.
Charlize De Nantes- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 27/07/2015
Re: Caminos contrarios [Privado]
Decidido a dejar el pasado en su sitio, Fagan se regalaba a si mismo la posibilidad de una nueva vida en París. La ciudad le recibió de brazos abiertos pero con recuerdos del pasado en cada uno de los sitios donde ponía los pies, algo que evidentemente sería imposible evitar y que debía afrontar. Aquella noche en una cierta manera quizás de afrontar el pasado y dejar a Saskia y todo lo que sucedió entre ambos, el lobo se dispuso a caminar entre las callejuelas, pasando tanto por lugares conocidos como por otros que nunca se imagino existían en París. Camino hasta que se detuvo de manera repentina al notar el olor de alguien que pertenecía y a la vez no, a los mortales comunes. Había creído que el olor tan peculiar que despedía la mujer que se acercaba era únicamente debido a un vinculo con un vampiro, pero fue la creciente cercanía del cuerpo femenino y su dificultosa forma de caminar lo que indicaron al licántropo que a ella le pasaba algo más severo que pertenecerle a un inmortal en cuerpo y alma.
Inmóvil en su sitio y con la mirada fija en la mujer de paso y respiración irregular, Fagan se cuestionó sobre todo lo que debió haber atravesado para llegar a aquel estado. No era común que alguien que era alimentado con sangre de vampiro sucumbiera tan fácilmente así que de inmediato supuso que aquella mujer debía llevar ya bastante tiempo sin ser alimentada o de no ser ese el caso podía ser que ella hubiera perdido el deseo de seguir luchando por una vida que no valía la pena; aún así, ese ultimo pensamiento se desvanecio cuando ya demasiado cerca de donde él se hallaba, la mujer estiro su brazo en dirección al lobo, terminando por caer al suelo frente a los ojos de Fagan y la sangre comenzó a fluir por uno de los costados de la mujer.
En otras circunstancias, el licántropo se habría acercado a ella de inmediato para ofrecerle auxilio y esperar que se recuperase lo más pronto posible, sin embargo se mantuvo distante, observando el cuerpo que yacía a sus pies. Era bien sabido entre los sobre naturales que una vez que un vampiro convertía a un mortal en su esclavo o esclava de sangre, ese mortal pasaba a ser como una posesión más para el inmortal, quienes generalmente no toleraban que sus pertenencias fueran tocadas o peor aún, impregnadas con aromas extraños; así que eso dejaba al licántropo en el dilema de dejar ahí a la mujer o posiblemente meterse en un lío no deseado con un chupasangre. Sus ojos se mantuvieron unos segundos más sobre el cuerpo femenino antes de que comenzara a caminar, alejándose de la humana aquella decidiendo dejarla a su suerte.
Fagan se repetía una y otra vez que lo que ocurriera con la mortal no era de su incumbencia y que ella sola se había llevado hasta aquella situación, pero si bien se dijo muchas cosas a si mismo, fue incapaz de dar más de diez pasos antes de mover la cabeza de un lado a otro y regresar.
– ¿Qué se supone que tengo que hacer contigo? – se inclinó a un lado de ella y tras volver a suspirar la tomó entre sus brazos sin importarle la sangre y el olor a vampiro que ella despedía. Fue entonces que sus pasos comenzaron a dirigirle veloz hasta zonas más transitadas. Conforme se encontraba con más gente, las miradas curiosas se posaban sobre ambos pero eso era lo último en lo que Fagan pensaba; su mente le indicaba que por aquellas calles que hacía ya tiempo que no recorría, existía una pequeña clínica privada donde podrían atender a la joven que llevaba en brazos y quien cada vez respiraba con mayor dificultad – Demonios – dijo para si, luciendo una mueca de enojo que no duró mucho al ver a la distancia, la clínica que tanto ansiaba encontrar.
La mala cara que llevará antes se desvaneció y una sonrisa de satisfacción apareció en sus labios.
– Resiste un poco más – susurró a la mujer en sus brazos antes de llegar hasta la clínica, donde fue recibido de urgencia por un doctor que vio la condición de la joven cuando Fagan entraba a aquel lugar.
– Haremos todo lo posible por ayudarla – le aseguró aquel hombre que le dijo en que pequeña habitación poner a la mortal, todo antes de que le pidieran que esperará a las afueras del cuarto. Y si bien con eso el licántropo podía ya seguir con su noche, esperando que ella se recuperará del todo, por algún motivo misterioso permaneció en la clínica, aguardando por noticias.
Inmóvil en su sitio y con la mirada fija en la mujer de paso y respiración irregular, Fagan se cuestionó sobre todo lo que debió haber atravesado para llegar a aquel estado. No era común que alguien que era alimentado con sangre de vampiro sucumbiera tan fácilmente así que de inmediato supuso que aquella mujer debía llevar ya bastante tiempo sin ser alimentada o de no ser ese el caso podía ser que ella hubiera perdido el deseo de seguir luchando por una vida que no valía la pena; aún así, ese ultimo pensamiento se desvanecio cuando ya demasiado cerca de donde él se hallaba, la mujer estiro su brazo en dirección al lobo, terminando por caer al suelo frente a los ojos de Fagan y la sangre comenzó a fluir por uno de los costados de la mujer.
En otras circunstancias, el licántropo se habría acercado a ella de inmediato para ofrecerle auxilio y esperar que se recuperase lo más pronto posible, sin embargo se mantuvo distante, observando el cuerpo que yacía a sus pies. Era bien sabido entre los sobre naturales que una vez que un vampiro convertía a un mortal en su esclavo o esclava de sangre, ese mortal pasaba a ser como una posesión más para el inmortal, quienes generalmente no toleraban que sus pertenencias fueran tocadas o peor aún, impregnadas con aromas extraños; así que eso dejaba al licántropo en el dilema de dejar ahí a la mujer o posiblemente meterse en un lío no deseado con un chupasangre. Sus ojos se mantuvieron unos segundos más sobre el cuerpo femenino antes de que comenzara a caminar, alejándose de la humana aquella decidiendo dejarla a su suerte.
Fagan se repetía una y otra vez que lo que ocurriera con la mortal no era de su incumbencia y que ella sola se había llevado hasta aquella situación, pero si bien se dijo muchas cosas a si mismo, fue incapaz de dar más de diez pasos antes de mover la cabeza de un lado a otro y regresar.
– ¿Qué se supone que tengo que hacer contigo? – se inclinó a un lado de ella y tras volver a suspirar la tomó entre sus brazos sin importarle la sangre y el olor a vampiro que ella despedía. Fue entonces que sus pasos comenzaron a dirigirle veloz hasta zonas más transitadas. Conforme se encontraba con más gente, las miradas curiosas se posaban sobre ambos pero eso era lo último en lo que Fagan pensaba; su mente le indicaba que por aquellas calles que hacía ya tiempo que no recorría, existía una pequeña clínica privada donde podrían atender a la joven que llevaba en brazos y quien cada vez respiraba con mayor dificultad – Demonios – dijo para si, luciendo una mueca de enojo que no duró mucho al ver a la distancia, la clínica que tanto ansiaba encontrar.
La mala cara que llevará antes se desvaneció y una sonrisa de satisfacción apareció en sus labios.
– Resiste un poco más – susurró a la mujer en sus brazos antes de llegar hasta la clínica, donde fue recibido de urgencia por un doctor que vio la condición de la joven cuando Fagan entraba a aquel lugar.
– Haremos todo lo posible por ayudarla – le aseguró aquel hombre que le dijo en que pequeña habitación poner a la mortal, todo antes de que le pidieran que esperará a las afueras del cuarto. Y si bien con eso el licántropo podía ya seguir con su noche, esperando que ella se recuperará del todo, por algún motivo misterioso permaneció en la clínica, aguardando por noticias.
Fagan Walsh- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 31/03/2015
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Re: Caminos contrarios [Privado]
Negro, abismo, silencio, eso era lo que la esclava podía sentir en el momento en que cayera, desvanecida, a los pies de ese sobrenatural. Los sonidos se iban apagando cada segundo, como cuando en el teatro, la obra llegaba a su fin y las últimas notas, quedaban suspendidas en el aire. La sensación de seguir cayendo, cual si un pozo la estuviera absorbiendo, un hueco obscuro, y frío, que la alejaba de la realidad. Recordó las mazmorras del castillo, los pasadizos fríos por la piedra que los contenía, esos que había usado para espiar la traición que fuera para ella, la unión entre Dragos y su esposa. Aún a punto de morir, no podía pronunciar ese nombre que odiaba, Amanda, el bello nombre de la reina, solo significaba dolor y soledad para la esclava del rey.
Ninel, había deseado liberarse, poder huir de aquel vampiro, pero éste riéndose en su rostro, le había informado que solo muerta, podría librarse de aquella condición. – Tal vez, morir es lo que en verdad ansío – expresó su mente afiebrada, que intentaba no morir. Su corazón se negaba a dejar de bombear el precioso líquido. Más la herida en el costado, parecía no dejar de emanar aquel elixir perteneciente al rey. En esa confusión, unos pasos que se alejaban, para luego acercarse, se dejaban escuchar entre los mil pensamientos e imágenes que se agolpaban en el cerebro que se preparaba a expirar. – ¿Qué se supone que tengo que hacer contigo? – escuchó levemente, antes de sentir que era extraída de ese pozo, pero aun así, las fuerzas se le diluían. La respiración comenzó a ser irregular e espaciada, como si comenzara tener apneas, estando a punto de soltar el hilo de la vida.
El total silencio la invadió, sabía que no estaba muerta porque de haberlo hecho, estaba segura, abriría sus ojos en el infierno, ¿acaso no había deseado la muerte de la reina y hasta la de su propio rey? ¿no le correspondía el castigo del tormento eterno? El silencio se prolongó, hasta que una nueva frase del hombre que se empecinaba en salvarla, llegó a su agónica alma, – Resiste un poco más – aquellas palabras, resonaron en su cabeza, como una orden, pero aun así, el silencio volvió a tragar sus sentidos.
No supo cuánto tiempo pasó, tal vez unas horas, o quizás apenas unos minutos, aunque más seguro sería que la noche había dado paso al día, cuando Ninel volvió a la vida, dejando ese estado de total inconciencia, para despertar lentamente, a la vida, a la cotidianidad de los humanos, a la soledad, a la esclavitud, a la angustia que le desgarraba el alma, - ¿Por qué? – susurró, era la pregunta que retumbaba en su cabeza, ¿Por qué la había salvado? ¿Por qué no la había dejado morir? ¿Porque debía seguir sufriendo? ¿Por qué Dragos la condenaba a seguir viva para extrañarlo… mandando a ése extraño a cruzarse en su camino y mantenerla en el limbo que era la existencia a la que estaba condenada?-.
Ninel, había deseado liberarse, poder huir de aquel vampiro, pero éste riéndose en su rostro, le había informado que solo muerta, podría librarse de aquella condición. – Tal vez, morir es lo que en verdad ansío – expresó su mente afiebrada, que intentaba no morir. Su corazón se negaba a dejar de bombear el precioso líquido. Más la herida en el costado, parecía no dejar de emanar aquel elixir perteneciente al rey. En esa confusión, unos pasos que se alejaban, para luego acercarse, se dejaban escuchar entre los mil pensamientos e imágenes que se agolpaban en el cerebro que se preparaba a expirar. – ¿Qué se supone que tengo que hacer contigo? – escuchó levemente, antes de sentir que era extraída de ese pozo, pero aun así, las fuerzas se le diluían. La respiración comenzó a ser irregular e espaciada, como si comenzara tener apneas, estando a punto de soltar el hilo de la vida.
El total silencio la invadió, sabía que no estaba muerta porque de haberlo hecho, estaba segura, abriría sus ojos en el infierno, ¿acaso no había deseado la muerte de la reina y hasta la de su propio rey? ¿no le correspondía el castigo del tormento eterno? El silencio se prolongó, hasta que una nueva frase del hombre que se empecinaba en salvarla, llegó a su agónica alma, – Resiste un poco más – aquellas palabras, resonaron en su cabeza, como una orden, pero aun así, el silencio volvió a tragar sus sentidos.
No supo cuánto tiempo pasó, tal vez unas horas, o quizás apenas unos minutos, aunque más seguro sería que la noche había dado paso al día, cuando Ninel volvió a la vida, dejando ese estado de total inconciencia, para despertar lentamente, a la vida, a la cotidianidad de los humanos, a la soledad, a la esclavitud, a la angustia que le desgarraba el alma, - ¿Por qué? – susurró, era la pregunta que retumbaba en su cabeza, ¿Por qué la había salvado? ¿Por qué no la había dejado morir? ¿Porque debía seguir sufriendo? ¿Por qué Dragos la condenaba a seguir viva para extrañarlo… mandando a ése extraño a cruzarse en su camino y mantenerla en el limbo que era la existencia a la que estaba condenada?-.
Charlize De Nantes- Humano Clase Alta
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Re: Caminos contrarios [Privado]
En completa soledad y con esa necesidad de asegurarse de que la mujer se encontrase a salvo, Fagan espero en la clínica a la que la había llevado. Paso gran parte de su estancia en aquel lugar sentado, cuestionándose a si mismo el por qué de su decisión de salvarla y aún más, se cuestionaba sobre las implicaciones a futuro que conllevaría a su vida el haberse entrometido con la posesión de un vampiro. Pese a sus cuestionamientos y a todas las posibilidades que se extendían como respuestas probables, la realidad era que solo el tiempo le dejaría conocer si había hecho lo que debía al salvarla o por el contrario, se arrepentiría por siempre de esa decisión.
No fue sino hasta que la noche dio paso a los primeros rayos de sol que el médico se decidió a aparecer frente al licántropo.
– La sangre se ha detenido aunque tardamos un poco en hacerlo. Ahora solo debe estar cansada por la perdida de sangre pero si gusta, puede entrar a verla ahora – puntualizo el médico, quien se mantuvo observando a Fagan con una sonrisa en los labios, esperando a la vez una respuesta por parte del lobo, quien únicamente se digno a asentir a sus palabras – Bien, entonces ya sabe en que habitación se encuentra – y dicho eso, se alejó para ir a recibir a un nuevo paciente que llegaba.
El saber que la humana estaba a salvo debió ser el indicador para que Fagan se fuera de una buena vez de aquel lugar, aún así, se encontraba a si mismo caminando en dirección a la habitación donde algunas horas atrás hubiese dejado a la humana y apenas entraba en ella cuando la tenue voz femenina cuestiono al aire.
– Si vas a preguntar por qué, deberías ser más especifica, así quizás puedas obtener una respuesta que vaya a dejarte satisfecha y no solo cualquier cosa – dijo a manera de respuesta ante el cuestionamiento de la mujer, acercándose entonces más a la cama donde ella se encontraba pero aún así guardando cierta distancia – Así que ya estas despierta, pensé que seguirías durmiendo mucho más tiempo – el aroma a vampiro aún le molestaba y eso era obvio por la manera en la que arrugaba la nariz cada vez que debía respirar – ¿Cómo te sientes?
No fue sino hasta que la noche dio paso a los primeros rayos de sol que el médico se decidió a aparecer frente al licántropo.
– La sangre se ha detenido aunque tardamos un poco en hacerlo. Ahora solo debe estar cansada por la perdida de sangre pero si gusta, puede entrar a verla ahora – puntualizo el médico, quien se mantuvo observando a Fagan con una sonrisa en los labios, esperando a la vez una respuesta por parte del lobo, quien únicamente se digno a asentir a sus palabras – Bien, entonces ya sabe en que habitación se encuentra – y dicho eso, se alejó para ir a recibir a un nuevo paciente que llegaba.
El saber que la humana estaba a salvo debió ser el indicador para que Fagan se fuera de una buena vez de aquel lugar, aún así, se encontraba a si mismo caminando en dirección a la habitación donde algunas horas atrás hubiese dejado a la humana y apenas entraba en ella cuando la tenue voz femenina cuestiono al aire.
– Si vas a preguntar por qué, deberías ser más especifica, así quizás puedas obtener una respuesta que vaya a dejarte satisfecha y no solo cualquier cosa – dijo a manera de respuesta ante el cuestionamiento de la mujer, acercándose entonces más a la cama donde ella se encontraba pero aún así guardando cierta distancia – Así que ya estas despierta, pensé que seguirías durmiendo mucho más tiempo – el aroma a vampiro aún le molestaba y eso era obvio por la manera en la que arrugaba la nariz cada vez que debía respirar – ¿Cómo te sientes?
Fagan Walsh- Licántropo Clase Alta
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Re: Caminos contrarios [Privado]
Sus ojos contemplaban sus propias manos, delicadamente acomodadas en la sabana blanca que, doblada delicadamente sobre la manta, daba cobijo a su - aparente - delicado cuerpo. Hundida en sus pensamientos, no escuchó el sonido de la puerta al accionar el pestillo, como tampoco prestó atención a los pasos que se deslizaban por la habitación.
Fue una voz grave, seductora y varonil, la que logró sacar de sus cavilaciones a Ninel, haciendo que levantara la mirada, y encontrar así aquellos ojos de mirar profundo, que parecían reprobar lo que había dicho. Lo contempló por un instante, ese hombre era alto, musculoso, se notaba fuerte y decidido, pero no lo conocía, ¿quien era ese hombre que acababa de entrar en esa habitación? ¿porque se encontraba allí? ¿él la habría llevado hasta ese lugar?
Suspiró, sin darle mucha importancia a lo que aquel hombre decía, para ella estaba claro, era un enviado de Dragos, un sirviente, aunque fuera un lobo, y le molestara hasta estar cerca de una esclava de sangre, como siervo debía realizar lo que le hubieran mandado, fuera de su agrado o no. Pero, de ser así ¿cual era esa misión? ¿salvarla, mantenerla viva? ¿o era en verdad el encargado de hacerla desaparecer? ¿ acaso Dragos no le había dicho que jaás se libraría de él?, si el Rey había sido claro en eso, él era su amo, y lo sería mientras su corazón latiera y la sangre que tanto había disfrutado, fluyera por sus venas, estaba condenada, de una u otra manera, bien sabía Ninel que su destino estaba sellado.
Cerró en puños sus manos y enarcó una ceja, - ¿de verdad no lo sabe? - dijo tensando su cuerpo, - le seré mas clara. ¿Porqué lo mandó a cuidarme, porqué simplemente no deja que ésta maldita esclavitud... termine? ¿Porque debo seguir atada a vuestro amo?... ¿por ser ingenua?... ¿por creer que en verdad me amaba? - enmudeció, intentando que las lagrimas no asomaran a sus ojos, inspiró con dificultad y el olor a licantropo golpeó sus sentidos, - no entiendo como siendo un lobo, trabaja para él - su mirada fue de desprecio al principio, para luego condolerse, -¿acaso os ha amenazado? ¿o sois por el contrario un aliado de Amanda, y solo ha venido a matarme, como lo desea ella? -, Intentó, salir del lecho, dispuesta a pedir ayuda, bien podría matarla sin ningún obstáculo, si era así, poco podría hacer, no poseía un arma, solo su broche de pelo, la aguja, era un posible puñal de plata, por si debía defenderse, pero no se encontraba cerca de ella y para lograr dar con éste, debería acercarse a sus pertenencias.
Fue una voz grave, seductora y varonil, la que logró sacar de sus cavilaciones a Ninel, haciendo que levantara la mirada, y encontrar así aquellos ojos de mirar profundo, que parecían reprobar lo que había dicho. Lo contempló por un instante, ese hombre era alto, musculoso, se notaba fuerte y decidido, pero no lo conocía, ¿quien era ese hombre que acababa de entrar en esa habitación? ¿porque se encontraba allí? ¿él la habría llevado hasta ese lugar?
Suspiró, sin darle mucha importancia a lo que aquel hombre decía, para ella estaba claro, era un enviado de Dragos, un sirviente, aunque fuera un lobo, y le molestara hasta estar cerca de una esclava de sangre, como siervo debía realizar lo que le hubieran mandado, fuera de su agrado o no. Pero, de ser así ¿cual era esa misión? ¿salvarla, mantenerla viva? ¿o era en verdad el encargado de hacerla desaparecer? ¿ acaso Dragos no le había dicho que jaás se libraría de él?, si el Rey había sido claro en eso, él era su amo, y lo sería mientras su corazón latiera y la sangre que tanto había disfrutado, fluyera por sus venas, estaba condenada, de una u otra manera, bien sabía Ninel que su destino estaba sellado.
Cerró en puños sus manos y enarcó una ceja, - ¿de verdad no lo sabe? - dijo tensando su cuerpo, - le seré mas clara. ¿Porqué lo mandó a cuidarme, porqué simplemente no deja que ésta maldita esclavitud... termine? ¿Porque debo seguir atada a vuestro amo?... ¿por ser ingenua?... ¿por creer que en verdad me amaba? - enmudeció, intentando que las lagrimas no asomaran a sus ojos, inspiró con dificultad y el olor a licantropo golpeó sus sentidos, - no entiendo como siendo un lobo, trabaja para él - su mirada fue de desprecio al principio, para luego condolerse, -¿acaso os ha amenazado? ¿o sois por el contrario un aliado de Amanda, y solo ha venido a matarme, como lo desea ella? -, Intentó, salir del lecho, dispuesta a pedir ayuda, bien podría matarla sin ningún obstáculo, si era así, poco podría hacer, no poseía un arma, solo su broche de pelo, la aguja, era un posible puñal de plata, por si debía defenderse, pero no se encontraba cerca de ella y para lograr dar con éste, debería acercarse a sus pertenencias.
Charlize De Nantes- Humano Clase Alta
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Re: Caminos contrarios [Privado]
Los ojos femeninos se posaron sobre su figura y Fagan notó la duda y desconfianza en esa mirada, así que pensó, que debido a la perdida de sangre y la debilidad que ella enfrentó, era muy probable que no recordase haber caído a sus pies. El licántropo cruzo los brazos a la altura del pecho y suspiró. Era un completo idiota, pues lo mejor hubiera sido simplemente desaparecer ya que ella estaba a salvo, justo como lo pensó en un principio, pero igual, no hizo lo que su razón le indico y por bueno o malo, se encontraba ahora dentro de aquella habitación, por lo que sentía era su responsabilidad explicarle quien era y que hacía ahí (aunque ni el lo tuviera cien por ciento claro), pero al abrir la labios para hablar, fue interrumpido por la voz femenina.
Escuchar las primeras palabras de la mujer le hicieron enarcar la ceja. La esclava aquella no parecía ser más la mujer necesitada de ayuda que viera la noche anterior, por el contrario, ahora parecía una mujer dispuesta a sacar las garras ante cualquiera, hecho que molesto al licántropo.
– De saberlo, no preguntaría – la voz de Fagan resultó severa, pero era lo que una mujer tan malagradecida como ella se merecía; aún así, pese a la respuesta que él dio, la esclava continuo hablando. Con cada nueva palabra cargada de dolor e intento de ofensa contra Fagan, él menos comprendía que demonios era lo que estaba pensando esa mujer que despotricaba sin más. A pesar de todo eso, al escuchar un nombre de mujer fue que lentamente las cosas comenzaron a caer en sitio y el licántropo sonrió a la esclava – Así que de eso se trata… ¿Eres tan ofensiva conmigo porque piensas que vengo de parte de tu amante o de su esposa? – una carcajada salió de sus labios y con la cabeza negó – Estas sumamente equivocada pequeña adicta a la sangre – aquel mote lo soltó con despreció – Yo soy únicamente el hombre que te vio desmayarte patéticamente en la calle – se acercó un poco más a ella, mirándole fijamente – Soy el que decidió salvarte la vida para que puedas ir a encontrarte con tu amante – rió – o con la esposa de él.
Aquel encuentro entre ambos había sido absolutamente accidental pero vaya que estaba pintando para ser algo verdaderamente interesante. Los ojos del lobo se mantenían fijos en el rostro femenino, en aquella fragilidad y de un momento a otro, el dolor pareció aflorar en unos ojos llenos de lágrimas que no se derramaban y un suspiro, bajando los brazos y relajando su postura.
– ¿Qué tienen de especial los vampiros que se sufre tanto de amor por ellos? – esa pregunta iba más para si mismo, pues si bien se burlaba de ella y de la situación en que se encontraba metida, la verdad era que Fagan también amó a una vampiresa y al hacerlo, su vida se había tornado un celestial infierno.
Escuchar las primeras palabras de la mujer le hicieron enarcar la ceja. La esclava aquella no parecía ser más la mujer necesitada de ayuda que viera la noche anterior, por el contrario, ahora parecía una mujer dispuesta a sacar las garras ante cualquiera, hecho que molesto al licántropo.
– De saberlo, no preguntaría – la voz de Fagan resultó severa, pero era lo que una mujer tan malagradecida como ella se merecía; aún así, pese a la respuesta que él dio, la esclava continuo hablando. Con cada nueva palabra cargada de dolor e intento de ofensa contra Fagan, él menos comprendía que demonios era lo que estaba pensando esa mujer que despotricaba sin más. A pesar de todo eso, al escuchar un nombre de mujer fue que lentamente las cosas comenzaron a caer en sitio y el licántropo sonrió a la esclava – Así que de eso se trata… ¿Eres tan ofensiva conmigo porque piensas que vengo de parte de tu amante o de su esposa? – una carcajada salió de sus labios y con la cabeza negó – Estas sumamente equivocada pequeña adicta a la sangre – aquel mote lo soltó con despreció – Yo soy únicamente el hombre que te vio desmayarte patéticamente en la calle – se acercó un poco más a ella, mirándole fijamente – Soy el que decidió salvarte la vida para que puedas ir a encontrarte con tu amante – rió – o con la esposa de él.
Aquel encuentro entre ambos había sido absolutamente accidental pero vaya que estaba pintando para ser algo verdaderamente interesante. Los ojos del lobo se mantenían fijos en el rostro femenino, en aquella fragilidad y de un momento a otro, el dolor pareció aflorar en unos ojos llenos de lágrimas que no se derramaban y un suspiro, bajando los brazos y relajando su postura.
– ¿Qué tienen de especial los vampiros que se sufre tanto de amor por ellos? – esa pregunta iba más para si mismo, pues si bien se burlaba de ella y de la situación en que se encontraba metida, la verdad era que Fagan también amó a una vampiresa y al hacerlo, su vida se había tornado un celestial infierno.
Fagan Walsh- Licántropo Clase Alta
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Re: Caminos contrarios [Privado]
Las palabras del licantropo, la hicieron enojar, por un segundo, ella no era una adicta, no, porque de serlo haría meses que hubiera colapsado su sistema, porque ¿Cuánto tiempo llevaba sin que Dragos le entregara una mísera gota de su sangre? Meses, casi un año, desde que apareciera en el palacio con esa entrometida y altanera Amanda. Pensar en aquella vampiresa le hizo erizar la piel, ¿Qué veía el rey en ella? Además del trato cargado de desprecio con que lo trataba. Una posibilidad llegó a su cabeza, ¿habría sido verdad eso de que él intentara matarla? Intentó sacar de su mente ese pensamiento he intentó poner más atención a lo que el lobo le estaba diciendo.
Negó con la cabeza, - ¡No! - dijo volviéndose a sentar en el borde de la cama y con sus manos apoyadas en el colchón arrugó las sabanas, - no quiero volver a encontrarme con ninguno de los dos, que esos malditos se queden lejos de mí, cuanto más lejos mejor – era la primera vez que expresaba sus verdaderos sentimientos. Estaba enojada con Dragos, no, más bien era desilusión, con Amanda la cosa era diferente, había temor, pero además, no quería dar el brazo a torcer y aceptar que en cierta forma las dos eran víctimas de un mismo hombre.
Suspiró, para dirigir su vista desde el blanco de la bata médica, al pecho y el rostro del licántropo. Frunció el ceño, y levantó suavemente los hombros, - no lo sé, no era mi intención enamorarme de un ser como él, simplemente me enredé en las ilusiones, y cuando quise darme cuenta, estaba demasiado aferrada a esa mala relación – se ruborizó levemente y volvió su mirada a la bata, - ¿porqué le digo esto, si no lo conozco? ¿si ni siquiera nos hemos presentado? – nerviosa, mordió levemente el labio inferior, - lo siento, no he querido traerle problemas – levantó la mirada, buscando la ajena, - he sido una total cabrona – sonrió de lado, a pesar de ser una mujer de clase alta, solía darse algunas libertades con el lenguaje, además, ¿Qué importaba guardar las apariencias, si él era un desconocido, que seguramente jamás volvería a encontrar? Aunque muy en el fondo, aquella forma de ser altanera y segura, le agradaban en sobremanera.
- En verdad me gustaría agradecer de algún modo su ayuda, señor… - esperó que él le dijera su nombre, - por cierto, mi nombre es Ninel – iba a decirle su apellido, pero por la seguridad de ambos decidió no pronunciarlo aún. Con la mano extendida, quedó esperado que se saludaran formalmente, aunque no fuera un lugar común, ni una situación cotidiana para una presentación formal.
Negó con la cabeza, - ¡No! - dijo volviéndose a sentar en el borde de la cama y con sus manos apoyadas en el colchón arrugó las sabanas, - no quiero volver a encontrarme con ninguno de los dos, que esos malditos se queden lejos de mí, cuanto más lejos mejor – era la primera vez que expresaba sus verdaderos sentimientos. Estaba enojada con Dragos, no, más bien era desilusión, con Amanda la cosa era diferente, había temor, pero además, no quería dar el brazo a torcer y aceptar que en cierta forma las dos eran víctimas de un mismo hombre.
Suspiró, para dirigir su vista desde el blanco de la bata médica, al pecho y el rostro del licántropo. Frunció el ceño, y levantó suavemente los hombros, - no lo sé, no era mi intención enamorarme de un ser como él, simplemente me enredé en las ilusiones, y cuando quise darme cuenta, estaba demasiado aferrada a esa mala relación – se ruborizó levemente y volvió su mirada a la bata, - ¿porqué le digo esto, si no lo conozco? ¿si ni siquiera nos hemos presentado? – nerviosa, mordió levemente el labio inferior, - lo siento, no he querido traerle problemas – levantó la mirada, buscando la ajena, - he sido una total cabrona – sonrió de lado, a pesar de ser una mujer de clase alta, solía darse algunas libertades con el lenguaje, además, ¿Qué importaba guardar las apariencias, si él era un desconocido, que seguramente jamás volvería a encontrar? Aunque muy en el fondo, aquella forma de ser altanera y segura, le agradaban en sobremanera.
- En verdad me gustaría agradecer de algún modo su ayuda, señor… - esperó que él le dijera su nombre, - por cierto, mi nombre es Ninel – iba a decirle su apellido, pero por la seguridad de ambos decidió no pronunciarlo aún. Con la mano extendida, quedó esperado que se saludaran formalmente, aunque no fuera un lugar común, ni una situación cotidiana para una presentación formal.
Charlize De Nantes- Humano Clase Alta
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Re: Caminos contrarios [Privado]
La mujer aquella le observó ofendida, como si escucharlo decir que era una adicta a la sangre fuera una sorpresa absoluta, algo que evidentemente le parecía a él una ridiculez ya que era completamente evidente que ella no era del todo humana y no una vampiro, ella era sin duda alguna una esclava de sangre, una mujer que de manera voluntaria opto por formar parte de la vida de un inmortal. Que tonta que era, porque los vampiros únicamente pensaban en si mismos y nunca en alguien más.
Con el enojo por la manera en que la mujer le hablaba y en parte desquitando su desilusión por lo ocurrido con Saskia, Fagan le respondió con dureza. De los labios del licántropo únicamente fluían palabras cargadas de burla, todo para hacerle sentir tan mal como él se sintió una vez.
– ¿No? – la sonrisa burlona se mantenía en su rostro – Pero si has bebido de su sangre y para formar un vinculo tan importante debe ser que amas mucho a ese vampiro. Me pregunto entonces, ¿Amas también a su esposa? – por lo que antes ella había dicho el licántropo sabía que no, pero preguntaba aquello simplemente para provocarle más dolor, recordarle que el vampiro a quien decidió entregarse completamente pertenecía a otra y ella sería únicamente la otra mujer, una humana que por el momento le resultaba funcional al inmortal pero que en algún momento sería desechada como basura; eso a no ser que ya estuviera sucediendo.
Fagan no le dijo su nombre, pero le hizo saber que había sido él quien le salvó de morir en la calle y poco después de decir todo aquello, cuestionó al aire y para su sorpresa, recibió una respuesta. Aferrada a una mala relación sin darse cuenta, esa era la excusa que aquella mortal ponía para su comportamiento y pese a pensar en eso como una mera manera de expiar sus torpezas, Fagan la comprendió al menos un poco. Él también se enamoró de Saskia sin pedirlo ni sospecharlo, se lleno de la ilusión de una existencia junto a la vampiresa y antes de darse cuenta, todo el sueño que formó en su mente se desvaneció dejando el vació en su corazón que lo obligo a alejarse de París.
– No me ha traído problemas – confesó – lo que ha pasado es que me ha hecho enojar al juzgarme sin saber la verdad respecto al por qué le brinde ayuda – le miró fijamente y sonrió apenas ante la manera en que se llamaba a si misma, dejando entrever en su sonrisa un poco de la tristeza que compartía con ella – Lo fue quizás un poco, pero es porque se encontraba dolida así que solo por esta ocasión, olvidare mi enojo – sus ojos permanecían fijos en ella – Si ese amor ahora la esta dañando tanto, ¿No le parece lo más acertado alejarse? Es decir, colapso en la calle de noche y eso solo puede significar que ese amor se ha vuelto toxico – y de esos amores el licántropo sabía que no quedaba nada bueno.
Una vez que dejó ciertas cosas en claro, comenzaba a creer que no tenía nada más por hacer en aquella habitación, siendo justo el momento cuando pensaba despedirse el que las palabras de ella le asaltaron, haciendo que permaneciera un inmóvil unos momentos más.
– Fagan, ese es mi nombre – la mirada del licántropo fue a la mano que le era ofrecida, esa que con cuidado tomó para hacer las presentaciones – Un placer Ninel y no creo que exista manera en la que pueda agradecerme, todo lo hice por voluntad propia así que si me disculpa ahora que se encuentra bien, me retiro – soltando la mano que sostenía, el licántropo inició la retirada, deteniéndose en la entrada de aquella habitación para girarse en dirección a ella – aunque pensándolo mejor, si existe algo que puede hacer por mi, pero no se si este dispuesta a hacerlo – al decir aquello la seriedad inundo su semblante, la idea que le cruzó la mente de manera repentina no era después de todo para una mujer débil y necesitaba saber si es que ella estaba dispuesta a seguirlo sin importar que fuera lo que pidiera.
Con el enojo por la manera en que la mujer le hablaba y en parte desquitando su desilusión por lo ocurrido con Saskia, Fagan le respondió con dureza. De los labios del licántropo únicamente fluían palabras cargadas de burla, todo para hacerle sentir tan mal como él se sintió una vez.
– ¿No? – la sonrisa burlona se mantenía en su rostro – Pero si has bebido de su sangre y para formar un vinculo tan importante debe ser que amas mucho a ese vampiro. Me pregunto entonces, ¿Amas también a su esposa? – por lo que antes ella había dicho el licántropo sabía que no, pero preguntaba aquello simplemente para provocarle más dolor, recordarle que el vampiro a quien decidió entregarse completamente pertenecía a otra y ella sería únicamente la otra mujer, una humana que por el momento le resultaba funcional al inmortal pero que en algún momento sería desechada como basura; eso a no ser que ya estuviera sucediendo.
Fagan no le dijo su nombre, pero le hizo saber que había sido él quien le salvó de morir en la calle y poco después de decir todo aquello, cuestionó al aire y para su sorpresa, recibió una respuesta. Aferrada a una mala relación sin darse cuenta, esa era la excusa que aquella mortal ponía para su comportamiento y pese a pensar en eso como una mera manera de expiar sus torpezas, Fagan la comprendió al menos un poco. Él también se enamoró de Saskia sin pedirlo ni sospecharlo, se lleno de la ilusión de una existencia junto a la vampiresa y antes de darse cuenta, todo el sueño que formó en su mente se desvaneció dejando el vació en su corazón que lo obligo a alejarse de París.
– No me ha traído problemas – confesó – lo que ha pasado es que me ha hecho enojar al juzgarme sin saber la verdad respecto al por qué le brinde ayuda – le miró fijamente y sonrió apenas ante la manera en que se llamaba a si misma, dejando entrever en su sonrisa un poco de la tristeza que compartía con ella – Lo fue quizás un poco, pero es porque se encontraba dolida así que solo por esta ocasión, olvidare mi enojo – sus ojos permanecían fijos en ella – Si ese amor ahora la esta dañando tanto, ¿No le parece lo más acertado alejarse? Es decir, colapso en la calle de noche y eso solo puede significar que ese amor se ha vuelto toxico – y de esos amores el licántropo sabía que no quedaba nada bueno.
Una vez que dejó ciertas cosas en claro, comenzaba a creer que no tenía nada más por hacer en aquella habitación, siendo justo el momento cuando pensaba despedirse el que las palabras de ella le asaltaron, haciendo que permaneciera un inmóvil unos momentos más.
– Fagan, ese es mi nombre – la mirada del licántropo fue a la mano que le era ofrecida, esa que con cuidado tomó para hacer las presentaciones – Un placer Ninel y no creo que exista manera en la que pueda agradecerme, todo lo hice por voluntad propia así que si me disculpa ahora que se encuentra bien, me retiro – soltando la mano que sostenía, el licántropo inició la retirada, deteniéndose en la entrada de aquella habitación para girarse en dirección a ella – aunque pensándolo mejor, si existe algo que puede hacer por mi, pero no se si este dispuesta a hacerlo – al decir aquello la seriedad inundo su semblante, la idea que le cruzó la mente de manera repentina no era después de todo para una mujer débil y necesitaba saber si es que ella estaba dispuesta a seguirlo sin importar que fuera lo que pidiera.
Fagan Walsh- Licántropo Clase Alta
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Re: Caminos contrarios [Privado]
- Fagan - repitió suavemente, sonriendo de forma afable, - es bueno saber como se llama el salvador de una dama en apuros - caviló, alegre como hacía tiempo que no lo estaba. Inspiró aliviada, algo en aquel hombre le inspiraba tranquilidad, seguridad. Tal vez era su apostura, fuerte, atlético, valiente, o su forma de hablar, sin tapujos, directo, algo hiriente, pero sincero. Sus miradas se encontraron, y ninguno de los dos deshizo el contacto, Ninel le contemplaba con interés, si como él decía, no podía retribuir con dinero, la ayuda recibida, tal vez podría devolverla de otra manera.
Un simple movimiento de cabeza, fue necesario para aceptar la propuesta que el licántropo le había hecho, - si, claro que acepto - sonrió, mientras se levantaba y dirigía sus pasos a donde se encontraba su ropa, - puedes irme adelantando de qué se trata ese plan , solo te pido, que gires tu rostro mientras me visto - su mirada se llenó de picardía y su sonrisa demostraba como gustaba de incomodar en cierta forma a su nuevo aliado.
No esperó que él se diera por aludido, o que girara su mirada, para no verla semi desnuda, ella no se cohibía, no era de esas mujeres pacatas, vergonzosas y pudorosas. No Ninel tenía la frescura de lo salvaje, de lo aún no domado, si, a pesar de los años en que vivió esclava de aquel vampiro, conservó su esencia, tal vez porque a Dragos le gustaba que así fuera, pero la verdad era que la mujer tenía un aire a peligro, libertad y aventura, que de ser una loba, de seguro sería mas peligrosa que el propio Fagan. Se colocó cada una de las prendas, acomodándolas lo mejor posible, mas su vestido prendía con botones desde la parte posterior, así que se acercó a él y dándole la espalda, tomando sus cabellos suelo hacia un lado, giró la cabeza, para hacer contacto visual con él, - ¿puedes abotonar mi vestido?- mordió su labio inferior, sonriendo seductora, - vamos, lobo, de seguro no te temblaran las manos -.
Un simple movimiento de cabeza, fue necesario para aceptar la propuesta que el licántropo le había hecho, - si, claro que acepto - sonrió, mientras se levantaba y dirigía sus pasos a donde se encontraba su ropa, - puedes irme adelantando de qué se trata ese plan , solo te pido, que gires tu rostro mientras me visto - su mirada se llenó de picardía y su sonrisa demostraba como gustaba de incomodar en cierta forma a su nuevo aliado.
No esperó que él se diera por aludido, o que girara su mirada, para no verla semi desnuda, ella no se cohibía, no era de esas mujeres pacatas, vergonzosas y pudorosas. No Ninel tenía la frescura de lo salvaje, de lo aún no domado, si, a pesar de los años en que vivió esclava de aquel vampiro, conservó su esencia, tal vez porque a Dragos le gustaba que así fuera, pero la verdad era que la mujer tenía un aire a peligro, libertad y aventura, que de ser una loba, de seguro sería mas peligrosa que el propio Fagan. Se colocó cada una de las prendas, acomodándolas lo mejor posible, mas su vestido prendía con botones desde la parte posterior, así que se acercó a él y dándole la espalda, tomando sus cabellos suelo hacia un lado, giró la cabeza, para hacer contacto visual con él, - ¿puedes abotonar mi vestido?- mordió su labio inferior, sonriendo seductora, - vamos, lobo, de seguro no te temblaran las manos -.
Charlize De Nantes- Humano Clase Alta
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Re: Caminos contrarios [Privado]
Ninel pronunció su nombre de manera suave, provocando que Fagan sintiera como una corriente desconocida le recorría completamente el cuerpo. El licántropo nunca antes experimento algo así al escuchar su nombre en labios femeninos, así que opto por atribuir aquella desconocida sensación a la necesidad de salir de aquel lugar donde ahora se encontraba. Los hospitales y clínicas no eran un sitio que al lobo le pareciera agradable y lo mejor era, poner de una buena vez distancia entre aquella mujer que pertenecía a un vampiro y él. Creyendo entonces que todo entre aquella esclava y él estaba dicho, avanzó en dirección a la puerta, deteniéndose antes de abrirla únicamente para girarse y preguntarle a Ninel si estaba dispuesta a hacer algo por él.
Con un movimiento de su cabeza, seguido por palabras que aseguraban a Fagan que ella aceptaba, el lobo no hizo más que sonreír. La humana aquella era una mujer que aceptaba lo desconocido demasiado fácil, siendo eso quizás uno de los motivos que la llevaron a caer en las garras de un vampiro que a su punto de vista, no la trataba como ella se merecía. Asintió suavemente a la petición de Ninel y le dio la espalda para que pudiera cambiarse. Fagan notó la mirada cargada de picardía que ella le dirigía pero él no era tonto y sabía que meterse en asuntos de vampiros podría acarrear grandes problemas, sin mencionar que su humor no era el mejor para entrar en aquella clase de jugueteos. El lobo había renunciado a las mujeres desde que Saskia le rompiera el corazón años atrás y hasta aquel momento se mantenía firme en su promesa consigo mismo de que nadie le haría volver a abrirse.
Observando entonces la pared, el licántropo sonrió ante la curiosidad que expresaban las palabras de la esclava aquella.
– ¿Tienes miedo de lo que pueda planear? Pero si hace unos segundos te notabas tan segura de hacer esto – menciono a manera de broma, haciendo un poco más de tiempo pues, aun se sentía inseguro sobre lo que iba a pedir. El encuentro fue completamente accidental, su manera de proceder inesperada y la idea que le cruzaba ahora por la mente una completa locura, pero Fagan ya había cometido locuras antes, ¿En qué podía afectarle cometer una más? Estaba por comentarle la idea finalmente cuando la voz femenina le interrumpió. Girando para observarla, Fagan sintió un nudo en la garganta. Ninel no solo era imprudente, una tonta por entregarse sin reparos a un vampiro y una mujer que confiaba quizás demasiado; la humana aquella además era sumamente hermosa y seductora, eso si el licántropo ignoraba completamente el olor a inmortal que despedía.
Las palabras que siguieron al acercamiento, hicieron que Fagan sacudiera la cabeza de un lado a otro y se girase por completo.
– ¿Por qué habrían de temblarme las manos? – Sabía a la perfección a que se refería ella, pero decidía ignorarlo por completo. Las manos de Fagan fueron entonces al vestido y con lentitud, abotono cada uno de ellos – Lo que quiero pedirte es que me acompañes a dar un paseo, necesito ir a algunos puntos de París a los que no he ido desde que llegue – carraspeo – La compañía me vendría bien, debe ser lo que necesito – Solamente mencionaba eso porque Ninel no necesitaba saber que la quería para exorcizar los demonios que Saskia había dejado en las calles de París, esas a las que aún no se atrevía a ir – Y esta listo – aseguró cuando terminaba de abotonar el vestido y acercándose al oído de la humana susurró – ¿Nos vamos ya?
Con un movimiento de su cabeza, seguido por palabras que aseguraban a Fagan que ella aceptaba, el lobo no hizo más que sonreír. La humana aquella era una mujer que aceptaba lo desconocido demasiado fácil, siendo eso quizás uno de los motivos que la llevaron a caer en las garras de un vampiro que a su punto de vista, no la trataba como ella se merecía. Asintió suavemente a la petición de Ninel y le dio la espalda para que pudiera cambiarse. Fagan notó la mirada cargada de picardía que ella le dirigía pero él no era tonto y sabía que meterse en asuntos de vampiros podría acarrear grandes problemas, sin mencionar que su humor no era el mejor para entrar en aquella clase de jugueteos. El lobo había renunciado a las mujeres desde que Saskia le rompiera el corazón años atrás y hasta aquel momento se mantenía firme en su promesa consigo mismo de que nadie le haría volver a abrirse.
Observando entonces la pared, el licántropo sonrió ante la curiosidad que expresaban las palabras de la esclava aquella.
– ¿Tienes miedo de lo que pueda planear? Pero si hace unos segundos te notabas tan segura de hacer esto – menciono a manera de broma, haciendo un poco más de tiempo pues, aun se sentía inseguro sobre lo que iba a pedir. El encuentro fue completamente accidental, su manera de proceder inesperada y la idea que le cruzaba ahora por la mente una completa locura, pero Fagan ya había cometido locuras antes, ¿En qué podía afectarle cometer una más? Estaba por comentarle la idea finalmente cuando la voz femenina le interrumpió. Girando para observarla, Fagan sintió un nudo en la garganta. Ninel no solo era imprudente, una tonta por entregarse sin reparos a un vampiro y una mujer que confiaba quizás demasiado; la humana aquella además era sumamente hermosa y seductora, eso si el licántropo ignoraba completamente el olor a inmortal que despedía.
Las palabras que siguieron al acercamiento, hicieron que Fagan sacudiera la cabeza de un lado a otro y se girase por completo.
– ¿Por qué habrían de temblarme las manos? – Sabía a la perfección a que se refería ella, pero decidía ignorarlo por completo. Las manos de Fagan fueron entonces al vestido y con lentitud, abotono cada uno de ellos – Lo que quiero pedirte es que me acompañes a dar un paseo, necesito ir a algunos puntos de París a los que no he ido desde que llegue – carraspeo – La compañía me vendría bien, debe ser lo que necesito – Solamente mencionaba eso porque Ninel no necesitaba saber que la quería para exorcizar los demonios que Saskia había dejado en las calles de París, esas a las que aún no se atrevía a ir – Y esta listo – aseguró cuando terminaba de abotonar el vestido y acercándose al oído de la humana susurró – ¿Nos vamos ya?
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Re: Caminos contrarios [Privado]
Deseaba dejar aquel lugar, lo sentía como una cárcel un lugar en el que pronto podrían venir a apresarla, al fin y al cabo, era una mujer que había huido de su responsabilidad, ademas el rey siendo tan importante, no solo en el reino, sino en el mismo París, bien podía mandarla a buscar, haciendo que la regresen ante su presencia lo antes posible. Por eso debía irse, buscar un lugar seguro, si eso no llegaba a ser una utopía, ¿porque que esclavo puede esconderse de su amo?
Los pasos la sacaron de sus cavilaciones, la voz seductora y despreocupada del lobo la hicieron sonreír, de pronto se daba cuenta que aquel hombre lograba algo que hasta ahora nadie había logrado, hacerla relajar, no pensar en su condición de prófuga. La cercanía del lobo, las manos masculinas ciñendo su vestido, el calor sobrenatural que emanaba, aquel hombre, la hicieron temblara, - vaya, y yo que pensé que podía producir ésta sensación en los hombres, me encuentro con uno al que le soy inmune - caviló sonriendo de costado. Se mordió sus labios mientras mantenía los ojos cerrados, disfrutando de ese aroma especial, del olor de hombre, mezclado con bestia y perfume.
Tuvo que ahogar un suspiro al sentir el calor de esas manos en su espalda, y aún más cuando girándola se acercó a su cuerpo, a su oído, el aliento cálido la descolocó, era una sensación tan diferente a todo lo vivido hasta ahora. Dragos era sensual, sabía seducirla, pero era frío, no solo por su condición de vampiro, sino porque sus sentimientos raras veces asomaban, casi no podía recordar la vez que el rey había tenido una atención especial con ella, tal vez las tuviera con su esposa, pero con la que fuera su amante, no.
Mas eso había quedado atrás, desde el momento en que con ayuda interna, del mismo castillo, había podido huir, solo esperaba que el rey, no exigiera su regreso, al fin y al cabo, no era mas que un juguete en sus manos y Ninel, estaba cansada de ser despreciada, deseaba ser valorada, cuidada, respetada, ¿acaso era mucho pedir? El suspiro salió de sus labios sin poder hacer nada, sus labios acariciaron la piel del cuello masculino, para luego responder al oído, - vamos... a donde quieras - mordió provocativa el lóbulo de la oreja, mientras sus manos acariciaron el pecho del lobo, para luego apartarlo un poco de ella, riendo seductora, sin dejar de mirarle a los ojos. Deseaba tenerle cerca, porque sin saber muy bien porqué, al hacerlo, se sentía segura, protegida aún de sus propios demonios.
Los pasos la sacaron de sus cavilaciones, la voz seductora y despreocupada del lobo la hicieron sonreír, de pronto se daba cuenta que aquel hombre lograba algo que hasta ahora nadie había logrado, hacerla relajar, no pensar en su condición de prófuga. La cercanía del lobo, las manos masculinas ciñendo su vestido, el calor sobrenatural que emanaba, aquel hombre, la hicieron temblara, - vaya, y yo que pensé que podía producir ésta sensación en los hombres, me encuentro con uno al que le soy inmune - caviló sonriendo de costado. Se mordió sus labios mientras mantenía los ojos cerrados, disfrutando de ese aroma especial, del olor de hombre, mezclado con bestia y perfume.
Tuvo que ahogar un suspiro al sentir el calor de esas manos en su espalda, y aún más cuando girándola se acercó a su cuerpo, a su oído, el aliento cálido la descolocó, era una sensación tan diferente a todo lo vivido hasta ahora. Dragos era sensual, sabía seducirla, pero era frío, no solo por su condición de vampiro, sino porque sus sentimientos raras veces asomaban, casi no podía recordar la vez que el rey había tenido una atención especial con ella, tal vez las tuviera con su esposa, pero con la que fuera su amante, no.
Mas eso había quedado atrás, desde el momento en que con ayuda interna, del mismo castillo, había podido huir, solo esperaba que el rey, no exigiera su regreso, al fin y al cabo, no era mas que un juguete en sus manos y Ninel, estaba cansada de ser despreciada, deseaba ser valorada, cuidada, respetada, ¿acaso era mucho pedir? El suspiro salió de sus labios sin poder hacer nada, sus labios acariciaron la piel del cuello masculino, para luego responder al oído, - vamos... a donde quieras - mordió provocativa el lóbulo de la oreja, mientras sus manos acariciaron el pecho del lobo, para luego apartarlo un poco de ella, riendo seductora, sin dejar de mirarle a los ojos. Deseaba tenerle cerca, porque sin saber muy bien porqué, al hacerlo, se sentía segura, protegida aún de sus propios demonios.
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Re: Caminos contrarios [Privado]
Estaba a un grupo de botones de salir de aquel lugar que creía le hacía sentir tan incomodo, al igual que pensaba que la presencia de Ninel también le afectaba y aún así, le hacía una invitación bastante peculiar, una que no estaba del todo seguro por qué se la hacía. Ella era una desconocida, una mujer a quien salvó simplemente porque le daba pesar que su vida acabase de una manera tan miserable en las calles de París y ahora, pese a que algo en su interior le dijera que era una mala idea llevarla consigo, eso era lo que pensaba hacer.
Cuando los botones del vestido femenino estuvieron listos y las palabras que sin saberlo terminarían de sellar el destino de Fagan fueron pronunciadas, Ninel hizo su movimiento. Los suaves labios de la esclava de sangre rozaron el cuello del licántropo, provocando que se mantuviera inmóvil como si moverse fuera a ocasionar que algo sucediera entre ambos, ignorando aún que entre los dos, algo ya estaba en marcha. Con voz seductora, esa que aparentemente era la que la humana usaba la mayor parte del tiempo, la aceptación por la partida de aquel lugar fue pronunciada junto con la aceptación de seguirlo a donde el licántropo quisiera. Un suspiro salió de sus labios cuando la mortal mordió su lóbulo y observando después a los ojos femeninos movió la cabeza de un lado a otro en negativa.
– No deberías jugar de esa manera – sonrió entonces, llevando su mano al hombro de Ninel antes de deslizarla por su espalda y detenerla en su cintura – Luego puede que no solo te muerdan los vampiros sino además los lobos – le empujo suavemente, guiando de esa manera a Ninel no solo a la salida del cuarto, sino también comenzando a guiarle por un pequeño pasillo rumbo a la salida de la clínica aquella, donde claro, ya había cubierto los gastos por el auxilio brindado a la esclava – y creme cuando digo que una mordida de lobo seguramente no te será tan placentera – Fagan lo decía porque si ella seguía dejando su aroma o su recuerdo en su mente y cuerpo, en luna llena seguramente su parte animal saldría a buscarla. Esas cosas ya le habían pasado antes pues en forma de lobo había buscado en más de una ocasión a Saskia, motivo principal por lo que abandono París, después de todo, era sumamente peligroso andar carente de consciencia buscando por las calles a una vampiro que lo dejó sin más.
El resto del camino hasta el exterior de la clínica lo avanzaron en silencio, siendo el momento en el que los pies tanto de Ninel como los de Fagan dieron con el exterior cuando el lobo sujeto de manera firme la mano de la esclava con la suya.
– Bien, ahora es momento de que cumplas con tu promesa – y sin soltarle la mano, la guió entre la gente con rumbo a una plaza cercana, sitió donde había sido la primera salida del licántropo con la vampiresa Saskia.
Cuando los botones del vestido femenino estuvieron listos y las palabras que sin saberlo terminarían de sellar el destino de Fagan fueron pronunciadas, Ninel hizo su movimiento. Los suaves labios de la esclava de sangre rozaron el cuello del licántropo, provocando que se mantuviera inmóvil como si moverse fuera a ocasionar que algo sucediera entre ambos, ignorando aún que entre los dos, algo ya estaba en marcha. Con voz seductora, esa que aparentemente era la que la humana usaba la mayor parte del tiempo, la aceptación por la partida de aquel lugar fue pronunciada junto con la aceptación de seguirlo a donde el licántropo quisiera. Un suspiro salió de sus labios cuando la mortal mordió su lóbulo y observando después a los ojos femeninos movió la cabeza de un lado a otro en negativa.
– No deberías jugar de esa manera – sonrió entonces, llevando su mano al hombro de Ninel antes de deslizarla por su espalda y detenerla en su cintura – Luego puede que no solo te muerdan los vampiros sino además los lobos – le empujo suavemente, guiando de esa manera a Ninel no solo a la salida del cuarto, sino también comenzando a guiarle por un pequeño pasillo rumbo a la salida de la clínica aquella, donde claro, ya había cubierto los gastos por el auxilio brindado a la esclava – y creme cuando digo que una mordida de lobo seguramente no te será tan placentera – Fagan lo decía porque si ella seguía dejando su aroma o su recuerdo en su mente y cuerpo, en luna llena seguramente su parte animal saldría a buscarla. Esas cosas ya le habían pasado antes pues en forma de lobo había buscado en más de una ocasión a Saskia, motivo principal por lo que abandono París, después de todo, era sumamente peligroso andar carente de consciencia buscando por las calles a una vampiro que lo dejó sin más.
El resto del camino hasta el exterior de la clínica lo avanzaron en silencio, siendo el momento en el que los pies tanto de Ninel como los de Fagan dieron con el exterior cuando el lobo sujeto de manera firme la mano de la esclava con la suya.
– Bien, ahora es momento de que cumplas con tu promesa – y sin soltarle la mano, la guió entre la gente con rumbo a una plaza cercana, sitió donde había sido la primera salida del licántropo con la vampiresa Saskia.
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Re: Caminos contrarios [Privado]
No pudo mas que morder seductora su labio inferior, al escuchar al lobo, decir que de no comportarse podría caer en sus fauces. A ese comentario, ella respondió con un suspiro, un batir de parpados seductores, y su mirada clavada en la fuerte mirada del licantropo, la rusa sabía que aquellos gestos, decían mucho mas que mil palabras, pues en realidad, no le molestaba la idea de ser encontrada por Fagan en una noche de luna. Había algo en él que le atraía peligrosamente, como las olas del mar a las rocas, o los acantilados a los imprudentes.
Se dejó guiar hacia el exterior, siguiéndole con paso firme, había dado su palabra, lo acompañaría todo el tiempo que él deseara, era lo mínimo que podía hacer, luego de que se quedara a cuidarla y pagara los gastos de la clínica. Intentó saludar al doctor que la había atendido, como a las enfermeras, pero él no le dio tiempo, empujándole de la cintura, posesivo, como si tuviera miedo de que ella se escapara, pero Ninel, no deseaba dejar a ese hombre que la seducía sin siquiera darse cuenta. Fue así, que se despidió de ellos sólo con una sonrisa y agitar de mano, ya que el lobo, parecía decidido a sacarla de allí, sin permitir que nadie tocara a su ¿presa? sonrió feliz, pensando que de ser una presa perteneciente a un vampiro, ahora podría ser una de un hombre que no se achicharraría al intentar acompañarla en sus casi olvidados paseos bajo el sol.
El aroma a flores, azahares, llegaron a su sentido del olfato, suspiró, cuanto tiempo hacía que no se sentía tan viva, llena de energía y vida. Darse cuenta de aquella verdad, la hizo inspirar profundamente, sonriendo como una niña pequeña que la llevaban de paseo. Ninel, siempre había sido que adoraba el día, la naturaleza, vivir feliz en mitad de la campiña había sido su mas adorados sueño, pero las circunstancias de la vida la habían llevado a la corte del rey de los Países Bajos, para luego ser su amante y esclava, hasta que llegara Amanda, quitándole el favor del rey, Ninel, la había odiado, por haberle quitado el cariño de su amo, pero ahora que se sentía limpia de aquel dominio, se daba cuenta que en verdad, la reina, la había librado de una vida llena de sufrimiento. Caminaba unos pasos por detrás de Fagan, sonrió al reflexionar que, gracias a Amanda, ella estaba con él ahora, con un caballero de espalda ancha y musculosa, con su mano enorme tomando la suya, dispuesto a no dejarla ir tan fácilmente.
Apretó la mano que la aprisionaba, él la sostenía con fuerza, como si tuviese miedo que Ninel se evaporara en el aire, - Fagan... espera, por favor, que no me iré... te prometí quedarme contigo... y cumpliré mi palabra - le habló, mientras fijaba su mirada en la nuca y perfil del hombre. Se fue deteniendo, haciendo un poco de presión, para que él también detuviera su paso, - pero, antes de ir a esa bella plaza... ¿no sería adorable que desayunáramos juntos? Vamos... desayuna conmigo... ¿es que no tienes hambre? porque yo si tengo muchísimos deseo de comer - se sinceró, mientras, él se giraba para contemplarla, por un segundo, le pareció que estaba algo molesto. Entonces le miró con unos ojos cargados de suplica, haciendo juego con una sonrisa triste, que se fue convirtiendo en seductora - permite mi capricho, estoy segura que tú tambien disfrutaras como yo de la buena compañía, de un buen chocolate con masas -, guiño un ojo y sonrió feliz, como una niña que intenta conseguir algo que anhela con todo su corazón.
Se dejó guiar hacia el exterior, siguiéndole con paso firme, había dado su palabra, lo acompañaría todo el tiempo que él deseara, era lo mínimo que podía hacer, luego de que se quedara a cuidarla y pagara los gastos de la clínica. Intentó saludar al doctor que la había atendido, como a las enfermeras, pero él no le dio tiempo, empujándole de la cintura, posesivo, como si tuviera miedo de que ella se escapara, pero Ninel, no deseaba dejar a ese hombre que la seducía sin siquiera darse cuenta. Fue así, que se despidió de ellos sólo con una sonrisa y agitar de mano, ya que el lobo, parecía decidido a sacarla de allí, sin permitir que nadie tocara a su ¿presa? sonrió feliz, pensando que de ser una presa perteneciente a un vampiro, ahora podría ser una de un hombre que no se achicharraría al intentar acompañarla en sus casi olvidados paseos bajo el sol.
El aroma a flores, azahares, llegaron a su sentido del olfato, suspiró, cuanto tiempo hacía que no se sentía tan viva, llena de energía y vida. Darse cuenta de aquella verdad, la hizo inspirar profundamente, sonriendo como una niña pequeña que la llevaban de paseo. Ninel, siempre había sido que adoraba el día, la naturaleza, vivir feliz en mitad de la campiña había sido su mas adorados sueño, pero las circunstancias de la vida la habían llevado a la corte del rey de los Países Bajos, para luego ser su amante y esclava, hasta que llegara Amanda, quitándole el favor del rey, Ninel, la había odiado, por haberle quitado el cariño de su amo, pero ahora que se sentía limpia de aquel dominio, se daba cuenta que en verdad, la reina, la había librado de una vida llena de sufrimiento. Caminaba unos pasos por detrás de Fagan, sonrió al reflexionar que, gracias a Amanda, ella estaba con él ahora, con un caballero de espalda ancha y musculosa, con su mano enorme tomando la suya, dispuesto a no dejarla ir tan fácilmente.
Apretó la mano que la aprisionaba, él la sostenía con fuerza, como si tuviese miedo que Ninel se evaporara en el aire, - Fagan... espera, por favor, que no me iré... te prometí quedarme contigo... y cumpliré mi palabra - le habló, mientras fijaba su mirada en la nuca y perfil del hombre. Se fue deteniendo, haciendo un poco de presión, para que él también detuviera su paso, - pero, antes de ir a esa bella plaza... ¿no sería adorable que desayunáramos juntos? Vamos... desayuna conmigo... ¿es que no tienes hambre? porque yo si tengo muchísimos deseo de comer - se sinceró, mientras, él se giraba para contemplarla, por un segundo, le pareció que estaba algo molesto. Entonces le miró con unos ojos cargados de suplica, haciendo juego con una sonrisa triste, que se fue convirtiendo en seductora - permite mi capricho, estoy segura que tú tambien disfrutaras como yo de la buena compañía, de un buen chocolate con masas -, guiño un ojo y sonrió feliz, como una niña que intenta conseguir algo que anhela con todo su corazón.
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Re: Caminos contrarios [Privado]
Trataba de advertirle a la esclava que estar cerca de alguien como él podría llevar cosas malas a su vida, algo que debía evitar a toda costa, mucho más si consideraba que ya estaba en bastante peligro al haber aceptado ser la esclava de un vampiro. Las advertencias ofrecidas por Fagan cayeron en saco roto, fue evidente en el momento que las miradas de ambos volvieron a encontrarse y Ninel parecía decirle con sus gestes que aceptaba completamente lo que pasara.
– Mujer imprudente – susurró el licántropo antes de romper el contacto visual con ella y arrastrarla fuera de la habitación.
Al pasar cerca de los doctores y enfermeras Fagan los ignoro completamente, no porque no agradeciera sus atenciones, sino porque su mente estaba enfocada en algo más. Mientras avanzaban hacía la puerta de salida, se decía a si mismo que era necesario que pusiera una barrera entre la esclava y él, tanta cercanía sería mala para ambos. Ella no era más que una acompañante ocasional, una mujer que serviría para un fin y que después de ello, regresaría al lado del ser que le daba su sangre para mantenerla atada. Frunció el ceño ante la idea de Ninel regresando al lado de un ser al que seguramente ella no le significaba nada, pero casi tan rápido como aquella idea llegó a su mente, la desecho. Lo que ella quisiera hacer después de su salida no era su problema, o eso quería creer, pues sus acciones daban a entender lo contrario. Su mente decía que lo mejor era no prestarle mucha atención, no dejar que ella se volviera cercana a él, sin embargo, su cuerpo decía lo contrario y bastaba con ver la manera en que él sujetaba la mano de Ninel para darse cuenta de ello.
Una vez que ambos llegaron al exterior fueron recibidos por la luz de un nuevo día. De manera fugaz el licántropo observo el rostro de la esclava, quien sonreía de una manera infantil. Verla lo llevo a querer no dejarla ir nunca, pero sabiendo que aquello no era posible desvió el rostro al frente, comenzando a caminar mientras que sin darse cuenta su mano apretaba cada vez más la de la mujer, sumergiéndose más y más en pensamientos oscuros, pensamientos que llevaban a su mente a Saskia.
Salió de sus ensoñaciones únicamente gracias a la voz de Ninel que le llamaba con insistencia.
– ¿Qué? – Preguntó al tiempo que se giraba con el rostro serio a mirarla – Claro que te quedaras, lo prometiste y tienes que hacerlo – soltó mirándola de manera severa y siendo ese el momento donde por primera vez notó como es que ella apretaba también su mano y la manera en que él mantenía la suya tan tensa – Perdona, no creí estar apretando tan fuerte – se disculpó, soltando entonces la mano de la mujer para dejarla en completa libertad. Si Ninel quería irse y no verlo más, esa era la oportunidad perfecta para que lo hiciera.
Fagan de verdad esperaba que ella se fuera, una parte de él hasta lo deseaba porque en el fondo sabía que si ella permanecía más a su lado, después le sería prácticamente imposible no desear ver aquella sonrisa infantil y sus gestos seductores, mismos que fueron empleados por ella para tratar de hacerlo ceder a que antes de ir a la plaza, fueran a comer algo. La mirada severa de Fagan se suavizo, movió la cabeza de un lado a otro y sonrió a la esclava.
– ¿Por qué me miras así? No soy tan malo como para negarme a que vayamos a comer antes de dar el paseo – cruzó los brazos a la altura del pecho – y también tengo algo de hambre, así que vamos caprichuda, si quieres comer iremos a comer pero tu escogerás el lugar y espero que tengan comida deliciosa – puntualizo antes de ver la expresión alegre de Ninel y la manera en que se echaba a andar de manera despreocupada, sin mostrar aun intención alguna de dejarlo.
– Mujer imprudente – susurró el licántropo antes de romper el contacto visual con ella y arrastrarla fuera de la habitación.
Al pasar cerca de los doctores y enfermeras Fagan los ignoro completamente, no porque no agradeciera sus atenciones, sino porque su mente estaba enfocada en algo más. Mientras avanzaban hacía la puerta de salida, se decía a si mismo que era necesario que pusiera una barrera entre la esclava y él, tanta cercanía sería mala para ambos. Ella no era más que una acompañante ocasional, una mujer que serviría para un fin y que después de ello, regresaría al lado del ser que le daba su sangre para mantenerla atada. Frunció el ceño ante la idea de Ninel regresando al lado de un ser al que seguramente ella no le significaba nada, pero casi tan rápido como aquella idea llegó a su mente, la desecho. Lo que ella quisiera hacer después de su salida no era su problema, o eso quería creer, pues sus acciones daban a entender lo contrario. Su mente decía que lo mejor era no prestarle mucha atención, no dejar que ella se volviera cercana a él, sin embargo, su cuerpo decía lo contrario y bastaba con ver la manera en que él sujetaba la mano de Ninel para darse cuenta de ello.
Una vez que ambos llegaron al exterior fueron recibidos por la luz de un nuevo día. De manera fugaz el licántropo observo el rostro de la esclava, quien sonreía de una manera infantil. Verla lo llevo a querer no dejarla ir nunca, pero sabiendo que aquello no era posible desvió el rostro al frente, comenzando a caminar mientras que sin darse cuenta su mano apretaba cada vez más la de la mujer, sumergiéndose más y más en pensamientos oscuros, pensamientos que llevaban a su mente a Saskia.
Salió de sus ensoñaciones únicamente gracias a la voz de Ninel que le llamaba con insistencia.
– ¿Qué? – Preguntó al tiempo que se giraba con el rostro serio a mirarla – Claro que te quedaras, lo prometiste y tienes que hacerlo – soltó mirándola de manera severa y siendo ese el momento donde por primera vez notó como es que ella apretaba también su mano y la manera en que él mantenía la suya tan tensa – Perdona, no creí estar apretando tan fuerte – se disculpó, soltando entonces la mano de la mujer para dejarla en completa libertad. Si Ninel quería irse y no verlo más, esa era la oportunidad perfecta para que lo hiciera.
Fagan de verdad esperaba que ella se fuera, una parte de él hasta lo deseaba porque en el fondo sabía que si ella permanecía más a su lado, después le sería prácticamente imposible no desear ver aquella sonrisa infantil y sus gestos seductores, mismos que fueron empleados por ella para tratar de hacerlo ceder a que antes de ir a la plaza, fueran a comer algo. La mirada severa de Fagan se suavizo, movió la cabeza de un lado a otro y sonrió a la esclava.
– ¿Por qué me miras así? No soy tan malo como para negarme a que vayamos a comer antes de dar el paseo – cruzó los brazos a la altura del pecho – y también tengo algo de hambre, así que vamos caprichuda, si quieres comer iremos a comer pero tu escogerás el lugar y espero que tengan comida deliciosa – puntualizo antes de ver la expresión alegre de Ninel y la manera en que se echaba a andar de manera despreocupada, sin mostrar aun intención alguna de dejarlo.
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Re: Caminos contrarios [Privado]
Una sonrisa se dibujó en sus labios, lo había conseguido, aquel hombre, por fin sonreía, y vaya que poseía una sonrisa encantadora. Su mirada se mantuvo clavada en la oscura y cálida mirada de Fagan, - que distintos que son los hombres, Fagan parece un sol iluminando una día de verano, dulce y atrayente, como la miel de un panal. En cambio Dragos, es como la nieve que se enseñorea en las nevadas estepas de Rusia, fría y mortal, pero a la vez cautivadora - caviló, mientras recordaba la mirada fría y tantas veces posesiva de Dragos. Aquella sonrisa que se dibujara en sus seductores y femeninos labios, se esfumó cuanto mas recordaba el rostro de quien fuera su amante, poseyendo sus recuerdos, como las nubes ocultaban el cielo límpido de una mañana primaveral. Su mirada se había vuelto vacía, el brillo alegre moría tras el recuerdo doloroso. Mas cuando la voz de Fagan cruzó el abismo que la separaba del pasado, de su infierno personal, al presente soleado y vivo, inspiró profundamente, como si acabara de despertarse. Volvió a sonreír, guardando nuevamente sus demonios en el lugar mas oscuro de su corazón.
No pudo dejar de dar diminutos saltos y balancearse en puntas de pie, mientras intentaba recordar donde era que había visto un elegante café, con su terraza cubierta por sombrillas y bordeada de flores multicolores. Su mano izquierda se apoyó en su cintura, mientras la derecha apoyada en su barbilla, dejaba que sus delgados dedos tamborilearan sus labios. Se mantuvo pensativa, intentando recordar hacia que dirección deberían dirigir sus pasos, para llegar al café elegido. Un gesto de asombro inundó su rostro, de pronto había recordado cual era aquel lugar y cual era el camino que debían tomar.
Comenzó a caminar, dispuesta a enseñar el camino a su nuevo amigo. - ya me acordé, debemos seguir en esta dirección, por unas cuantas calles, hasta llegar a Place Dú Tertré, allí, frente a la arboleda, se encuentra La Meré Catherine, mmmm... - dijo mientras se le hacía agua la boca, - dicen que sus croissant y café cremmé, son tan deliciosos que hasta revivirían a un vampiro, o harían perder los pelos a un lobo - rió, dándose la vuelta y guiñándole un ojo, - vamos, apresura, que no encontraremos lugar - dijo alegre, tomando la mano de Fagan y tirando de ella, sonriendo con entusiasmo y sintiéndose realmente feliz, como hacía mucho tiempo no lo hiciera. Por alguna razón, sentía en el medio del pecho, la certeza de que las tormentas de su vida lentamente se alejaban.
No pudo dejar de dar diminutos saltos y balancearse en puntas de pie, mientras intentaba recordar donde era que había visto un elegante café, con su terraza cubierta por sombrillas y bordeada de flores multicolores. Su mano izquierda se apoyó en su cintura, mientras la derecha apoyada en su barbilla, dejaba que sus delgados dedos tamborilearan sus labios. Se mantuvo pensativa, intentando recordar hacia que dirección deberían dirigir sus pasos, para llegar al café elegido. Un gesto de asombro inundó su rostro, de pronto había recordado cual era aquel lugar y cual era el camino que debían tomar.
Comenzó a caminar, dispuesta a enseñar el camino a su nuevo amigo. - ya me acordé, debemos seguir en esta dirección, por unas cuantas calles, hasta llegar a Place Dú Tertré, allí, frente a la arboleda, se encuentra La Meré Catherine, mmmm... - dijo mientras se le hacía agua la boca, - dicen que sus croissant y café cremmé, son tan deliciosos que hasta revivirían a un vampiro, o harían perder los pelos a un lobo - rió, dándose la vuelta y guiñándole un ojo, - vamos, apresura, que no encontraremos lugar - dijo alegre, tomando la mano de Fagan y tirando de ella, sonriendo con entusiasmo y sintiéndose realmente feliz, como hacía mucho tiempo no lo hiciera. Por alguna razón, sentía en el medio del pecho, la certeza de que las tormentas de su vida lentamente se alejaban.
Charlize De Nantes- Humano Clase Alta
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Re: Caminos contrarios [Privado]
Estar junto a Ninel era extraño pero agradable. El hecho de que ella tuviera sangre corriendo dentro de su cuerpo llevaba al lobo a pensar en Saskia, la sonrisa seductora y juguetona de la humana también, pero cuando su sonrisa se volvía más infantil, sus ojos centelleaban con la esperanza de lo que vendría y su andar cambiaba a uno tranquilo, Ninel se volvía un peligro para él y su corazón. Fagan se había vuelto más distante después de su mala experiencia con Saskia, no solo por lo mal que la situación le dejó, sino porque había descubierto que una de sus grandes debilidades eran las mujeres que se mostraban fuertes pero que en el fondo eran frágiles y hermosas, detalles que comenzaba a notar en Ninel y que le indicaban que lo mejor era separar su camino del de la humana mientras le fuera posible hacerlo.
Aún con las alarmas disparadas en su mente, el licántropo no fue capaz de abandonar a Ninel y menos cuando la vio dar algunos saltitos de emoción, cual si fuera una pequeña infante que sale a pasear por primera vez. La sonrisa en el rostro de la fémina era de hecho tan contagiosa que incluso Fagan sonreía, siguiendo los pasos de Ninel a ciegas, confiando completamente en ella y en su criterio.
– ¿Ya te acordaste? – preguntó, enarcando la ceja y dándole alcance del todo a la humana – Pensé que desde un principio sabías a donde es que nos dirigíamos – cruzó los brazos, siguiendo el ritmo de los pasos femeninos y tratando de no poner atención en la mirada de las personas que se posaban sobre ellos y mucho menos en los comentarios sobre la hermosa pareja que ambos hacían. En lugar de seguir prestando atención al mundo, una vez más se concentro en Ninel, con todo y el peligro que eso significaba para él. Los ojos de Fagan que se posaban sobre la delicada figura de Ninel se apartaron de ella y fueron al suelo en el instante en que soltó una carcajada, pues ella decía sobre como los lobos perdían el pelaje al comer en aquel lugar al que lo llevaba – Pues eso lo veremos – volvió a mirarla – aunque dudo perder algo, de hecho, creo que más bien terminare ganando algo – justo después de decir eso, sintió la mano de Ninel tomar la suya y sin decir nada más, Fagan le apretó ligeramente.
Lo que les quedaba de trayecto lo avanzaron en silencio, tomados de la mano como una verdadera pareja. ¿Quién podría decir al mirarlos que apenas llevaban unas horas de conocerse?
Cuando llegaron hasta su destino, un lugar que por fuera no parecía ser la gran cosa, Fagan se adelanto a Ninel y pidió a un joven mesero que les llevará a una mesa alejada de las miradas curiosas de la gente. El muchacho se apresuró a asentir y a pedir que le siguieran dentro del establecimiento. El interior del lugar era completamente diferente a la sencilla entrada, pues todo dentro denotaba elegancia, sin importar que algunos de los materiales fueran de origen sencillo. Con andar tranquilo, el licántropo llevó a Ninel de la mano hasta la que fue indicada como su mesa, solo para después mover una silla e invitarla a sentarse antes de ir él a la silla frente a ella y tomar asiento.
– Aquí estamos – susurró sin alejar su mirada de la ajena – ¿Es cómo esperabas que fuera?
Aún con las alarmas disparadas en su mente, el licántropo no fue capaz de abandonar a Ninel y menos cuando la vio dar algunos saltitos de emoción, cual si fuera una pequeña infante que sale a pasear por primera vez. La sonrisa en el rostro de la fémina era de hecho tan contagiosa que incluso Fagan sonreía, siguiendo los pasos de Ninel a ciegas, confiando completamente en ella y en su criterio.
– ¿Ya te acordaste? – preguntó, enarcando la ceja y dándole alcance del todo a la humana – Pensé que desde un principio sabías a donde es que nos dirigíamos – cruzó los brazos, siguiendo el ritmo de los pasos femeninos y tratando de no poner atención en la mirada de las personas que se posaban sobre ellos y mucho menos en los comentarios sobre la hermosa pareja que ambos hacían. En lugar de seguir prestando atención al mundo, una vez más se concentro en Ninel, con todo y el peligro que eso significaba para él. Los ojos de Fagan que se posaban sobre la delicada figura de Ninel se apartaron de ella y fueron al suelo en el instante en que soltó una carcajada, pues ella decía sobre como los lobos perdían el pelaje al comer en aquel lugar al que lo llevaba – Pues eso lo veremos – volvió a mirarla – aunque dudo perder algo, de hecho, creo que más bien terminare ganando algo – justo después de decir eso, sintió la mano de Ninel tomar la suya y sin decir nada más, Fagan le apretó ligeramente.
Lo que les quedaba de trayecto lo avanzaron en silencio, tomados de la mano como una verdadera pareja. ¿Quién podría decir al mirarlos que apenas llevaban unas horas de conocerse?
Cuando llegaron hasta su destino, un lugar que por fuera no parecía ser la gran cosa, Fagan se adelanto a Ninel y pidió a un joven mesero que les llevará a una mesa alejada de las miradas curiosas de la gente. El muchacho se apresuró a asentir y a pedir que le siguieran dentro del establecimiento. El interior del lugar era completamente diferente a la sencilla entrada, pues todo dentro denotaba elegancia, sin importar que algunos de los materiales fueran de origen sencillo. Con andar tranquilo, el licántropo llevó a Ninel de la mano hasta la que fue indicada como su mesa, solo para después mover una silla e invitarla a sentarse antes de ir él a la silla frente a ella y tomar asiento.
– Aquí estamos – susurró sin alejar su mirada de la ajena – ¿Es cómo esperabas que fuera?
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Re: Caminos contrarios [Privado]
Que bien se sentía Ninel, caminar de la mano, con un hombre que no fuera frío, egoísta, como lo era Dragos. Eran tan distintos, que la sola presencia de Fagan, lograba que aun aquel recuerdo doloroso, le causara apenas un débil escozor. Por u instante se preguntó si a él le pasaba lo mismo, si al calor de una amistad, los fríos y punzantes recuerdos, iban desapareciendo. El firme agarre de su mano, contestó su pregunta, Ninel, buscó su mirada, mientras sonreía con dulzura, y un brillo que jamás existiera en presencia de Dragos, iluminó sus ojos, era el brillo de la esperanza, de la naciente esperanza de un futuro mejor, sin tristezas, sin engaños.
No quiso romper aquel hechizo, y solo, se dispuso a disfrutarlo, caminando lado a lado, aún tomados de las manos, sintiendo la suave brisa en su rostro y cuello. Dejando que los mechones rebeldes de su cabellos danzaran libres, al son de aquella brisa. Su mirada recorrió cada uno de los lugares que iban recorriendo, los comercios, las aceras, las parejas que pasaban a su lado, los vendedores ambulantes de flores, que tan temprano en la mañana, ya intentaban vender su mercadería. Fue casi llegando a la plaza, que una pequeña niña se acercó a ellos, estirando su manecita e intentando venderles un pequeño atado de campanillas del campo. Ninel, soltó la mano de Fagan y se detuvo un instante para darle una moneda a la niña. La pequeña, sonrió, entregando el ramito, para luego guardar apresurada la brillante moneda, y agitar su mano, despidiéndose de la pareja, - ¿no te parece adorable? - dijo, saludando también a la niña, para luego proseguir su camino, dándose cuenta entonces que el lobo ya le había sacado ventaja. Tuvo que apresurar la marcha para llegar a donde él se encontraba y entrar juntos al lugar. - vaya, es realmente hermoso, como me lo había imaginado por dentro - expresó, mientras seguía los pasos de Fagan, hacia el interior del local.
Ninel quiso decirle a su amigo, que le hacía mas ilusión quedarse en la terraza, contemplando el día y los colores de las flores, pero calló, - tal vez no desean que lo vean, quizás, se esconde de sus enemigos, o de su pasado... como yo - caviló, acercándose a donde él se encontraba. El encargado le ayudó a sentarse para luego dejarlos un momento a solas, antes de tomar la orden. Fagan le preguntó que le parecía el lugar, Ninel sonrió, suspirando luego, - pues, me encanta, es mas bello de lo que me imaginaba - su mirada se posó en los orbes ajenos y sus parpados se entornaron seductores, - sabes, todo es mejor, cuando la compañía es la adecuada - sonrió de manera dulce, en el mismo momento que colocaba el pequeño ramito en la mesa, para luego hacerlo girar entre sus dedos, mientras lo contemplaba. Levantó la mirada, observando como él también lo contemplaba, - toma - dijo extendiendo su mano y ofreciendo el ramo - para que la felicidad al fin llegue a nuestras vidas, aunque nos cueste olvidar el pasado, aunque el dolor de los recuerdos nos oprima el pecho, pero que al final del tiempo, podamos ser felices, porque lo merecemos... ¿verdad? - susurró, observando los hermosos ojos del lobo, esperando que él también anhelara la felicidad.
No quiso romper aquel hechizo, y solo, se dispuso a disfrutarlo, caminando lado a lado, aún tomados de las manos, sintiendo la suave brisa en su rostro y cuello. Dejando que los mechones rebeldes de su cabellos danzaran libres, al son de aquella brisa. Su mirada recorrió cada uno de los lugares que iban recorriendo, los comercios, las aceras, las parejas que pasaban a su lado, los vendedores ambulantes de flores, que tan temprano en la mañana, ya intentaban vender su mercadería. Fue casi llegando a la plaza, que una pequeña niña se acercó a ellos, estirando su manecita e intentando venderles un pequeño atado de campanillas del campo. Ninel, soltó la mano de Fagan y se detuvo un instante para darle una moneda a la niña. La pequeña, sonrió, entregando el ramito, para luego guardar apresurada la brillante moneda, y agitar su mano, despidiéndose de la pareja, - ¿no te parece adorable? - dijo, saludando también a la niña, para luego proseguir su camino, dándose cuenta entonces que el lobo ya le había sacado ventaja. Tuvo que apresurar la marcha para llegar a donde él se encontraba y entrar juntos al lugar. - vaya, es realmente hermoso, como me lo había imaginado por dentro - expresó, mientras seguía los pasos de Fagan, hacia el interior del local.
Ninel quiso decirle a su amigo, que le hacía mas ilusión quedarse en la terraza, contemplando el día y los colores de las flores, pero calló, - tal vez no desean que lo vean, quizás, se esconde de sus enemigos, o de su pasado... como yo - caviló, acercándose a donde él se encontraba. El encargado le ayudó a sentarse para luego dejarlos un momento a solas, antes de tomar la orden. Fagan le preguntó que le parecía el lugar, Ninel sonrió, suspirando luego, - pues, me encanta, es mas bello de lo que me imaginaba - su mirada se posó en los orbes ajenos y sus parpados se entornaron seductores, - sabes, todo es mejor, cuando la compañía es la adecuada - sonrió de manera dulce, en el mismo momento que colocaba el pequeño ramito en la mesa, para luego hacerlo girar entre sus dedos, mientras lo contemplaba. Levantó la mirada, observando como él también lo contemplaba, - toma - dijo extendiendo su mano y ofreciendo el ramo - para que la felicidad al fin llegue a nuestras vidas, aunque nos cueste olvidar el pasado, aunque el dolor de los recuerdos nos oprima el pecho, pero que al final del tiempo, podamos ser felices, porque lo merecemos... ¿verdad? - susurró, observando los hermosos ojos del lobo, esperando que él también anhelara la felicidad.
Charlize De Nantes- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 27/07/2015
Re: Caminos contrarios [Privado]
Ninel lograba que en el interior del licántropo apareciera un atisbo de esperanza, uno que trataba de asegurar al lobo que el futuro podía ser brillante y que su pasado no tenía el poder de marcarlo para siempre, después de todo, fue él mismo el que le había dado poder a su pasado y a Saskia. Ahora, andando de la mano de Ninel se preguntaba si es que ella podría darle el valor de desafiar realmente a su pasado y dejarlo atrás. Pensaba en eso cuando la delicada mano de la humana le soltó. Los ojos de Fagan se posaron en Ninel, quien se inclinaba para tomar un pequeño ramo ofrecido por una niña a quien entrego después una moneda. La sonrisa bondadosa y dulce que apareció en los labios de la humana lo sacudió por dentro. El lobo llevaba apenas unas pocas horas a su lado y ella ya le parecía un fascinante misterio que deseaba revelar.
– Por supuesto que me parece adorable – respondió a su pregunta pero sin mirar a la pequeña que se alejaba pues su mirada estaba clavada en Ninel, quien era la que le parecía más adorable en aquellas circunstancias.
Después de unos segundos contemplando a la mujer que tenía a su lado, Fagan desvió la mirada. No le resultaba correcto lo que estaba haciendo, lo que pensaba de ella. Ninel tenía sus problemas, tenía un vampiro al que amaba y se entregaba por completo y él, bueno, solo era alguien que la encontró por casualidad, nadie especial para ella. Fue ese pensamiento lo que lo hizo girar y comenzar a andar con un poco de mayor velocidad hasta el restaurante mientras que se repetía que después de aquel día ella solo sería un recuerdo agradable, una muestra de que no tenía que entregarse a una vida miserable. Ninel, aunque no volviera a verla después de ese día, sería su esperanza.
Sentados uno frente al otro en la mesa de aquel restaurante, no dejaban de mirarse. Fagan podía notar una fuerza magnética entre ambos, una que evitaba que él dejase de mirarla y admirarla.
– Me alegra escuchar que no te ha decepcionado el lugar – aseguro después de que Ninel respondiera su pregunta. Le gustaba verla feliz, y es que verla feliz le suministraba fuerza, sin mencionar que todo lo que salía de aquellos labios lo volvía feliz a él – Entonces esperemos tener más compañías como estas. Compañías que mejoren nuestros días y nos otorguen fuerza – El pequeño ramo que Ninel comprará le fue ofrecido junto con un deseo, uno que al parecer ambos compartían. La mano del licántropo fue a sujetar de manera firme no el ramo, sino la mano de la esclava – Lo merecemos. No tenemos que estar atados al pasado, no tenemos que permitirle tener poder sobre nosotros. Miremos al futuro, seamos fuertes porque lo que nos depara es brillante – entonces se atrevió a inclinarse hasta poder besar suavemente la mano de Ninel – Mereces ser feliz Ninel, no tienes porque estar aceptando las migajas de amor de ningún hombre, tu meces más que eso – y hubiera continuado, de no ser porque entonces llegó el mesero, obligándole a soltar la mano de la humana – Las damas ordenan primero – indico con una sonrisa en el rostro.
– Por supuesto que me parece adorable – respondió a su pregunta pero sin mirar a la pequeña que se alejaba pues su mirada estaba clavada en Ninel, quien era la que le parecía más adorable en aquellas circunstancias.
Después de unos segundos contemplando a la mujer que tenía a su lado, Fagan desvió la mirada. No le resultaba correcto lo que estaba haciendo, lo que pensaba de ella. Ninel tenía sus problemas, tenía un vampiro al que amaba y se entregaba por completo y él, bueno, solo era alguien que la encontró por casualidad, nadie especial para ella. Fue ese pensamiento lo que lo hizo girar y comenzar a andar con un poco de mayor velocidad hasta el restaurante mientras que se repetía que después de aquel día ella solo sería un recuerdo agradable, una muestra de que no tenía que entregarse a una vida miserable. Ninel, aunque no volviera a verla después de ese día, sería su esperanza.
Sentados uno frente al otro en la mesa de aquel restaurante, no dejaban de mirarse. Fagan podía notar una fuerza magnética entre ambos, una que evitaba que él dejase de mirarla y admirarla.
– Me alegra escuchar que no te ha decepcionado el lugar – aseguro después de que Ninel respondiera su pregunta. Le gustaba verla feliz, y es que verla feliz le suministraba fuerza, sin mencionar que todo lo que salía de aquellos labios lo volvía feliz a él – Entonces esperemos tener más compañías como estas. Compañías que mejoren nuestros días y nos otorguen fuerza – El pequeño ramo que Ninel comprará le fue ofrecido junto con un deseo, uno que al parecer ambos compartían. La mano del licántropo fue a sujetar de manera firme no el ramo, sino la mano de la esclava – Lo merecemos. No tenemos que estar atados al pasado, no tenemos que permitirle tener poder sobre nosotros. Miremos al futuro, seamos fuertes porque lo que nos depara es brillante – entonces se atrevió a inclinarse hasta poder besar suavemente la mano de Ninel – Mereces ser feliz Ninel, no tienes porque estar aceptando las migajas de amor de ningún hombre, tu meces más que eso – y hubiera continuado, de no ser porque entonces llegó el mesero, obligándole a soltar la mano de la humana – Las damas ordenan primero – indico con una sonrisa en el rostro.
Fagan Walsh- Licántropo Clase Alta
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Re: Caminos contrarios [Privado]
Sentir el rose cálido de aquella mano masculina, la voz sensual, la mirada suave y dulce, que por unos segundos aquellos aguerridos orbes le regalaban, la hizo estremecer. Sonrió con timidez, mientras su mirada se desviaba, observando el ramito que aún sostenía entre sus dedos.
Sus mejillas se habían teñido de un rosado encendido, su mirada, nublada levemente por la emoción, se detuvo en esos dedos que aprisionaban su delicada mano. Cuan ciertas eran las palabras expresadas por Fagan. ¿Cómo podía ser posible que, un ser al quien recién había encontrado, el que irrumpiera en su vida, con la potencia de un huracán, con la fuerza del mismo comienzo del universo, la conociera tan íntegramente, como si hubiera estado a su lado toda la vida?
Que distinto sería su vida, si tan solo Fagan hubiera sido el hombre al que ella entregara su corazón, pero no había sido así, Dragos, le había marcado, no solo su cuello, sino, su corazón, enfriando y congelando por completo sus sentimientos, su alma, para luego destrozarlo entre sus manos. Su mirada volvió en busca de aquellos ojos, cargados de calidez, en donde podía encontrar un refugio, tal vez el único al cual no temer. – Si – se dijo en silencio, - merezco poder disfrutar de un amor que solo sea mío, al que no suplique por migajas, ni por amarle, mantenerme en un lugar en el que me desprecien, por ser solo la amante preferida, y no el amor de su vida - caviló, mientras sentía el calor de aquellos labios en su mano. Mordió levemente su labio inferior, casi de forma imperceptible, temblando ante la suave tibieza del aliento masculino. Claro que soñaba con un amor que fuera incondicional, pero, ¿Qué hombre se animaría a enfrentar a un ser como su amo? La última vez que estuvo al lado de su domitor, éste le aseguró que jamás dejaría que ella fuese libre, y estaba más que segura, que tarde o temprano, Dragos, vendría a reclamar lo que para él, era de su propiedad.
El contacto de sus manos terminó en el momento en que el camarero se hizo presente, aún ruborizada, con los pensamientos confusos, y las pupilas dilatadas, por esa droga que jamás había experimentado, se quedó muda, sin poder dejar de mirar a Fagan, y menos aún, lograr articular una sola palabra, para así hacer su pedido. Cuando unos segundos después, su corazón, fue desacelerando sus latidos, fue capaz de pedir un café, negro como la noche, antes de llegar el día, ese instante en que se intuye, que por fin el alba iluminará la vida.
Sus mejillas se habían teñido de un rosado encendido, su mirada, nublada levemente por la emoción, se detuvo en esos dedos que aprisionaban su delicada mano. Cuan ciertas eran las palabras expresadas por Fagan. ¿Cómo podía ser posible que, un ser al quien recién había encontrado, el que irrumpiera en su vida, con la potencia de un huracán, con la fuerza del mismo comienzo del universo, la conociera tan íntegramente, como si hubiera estado a su lado toda la vida?
Que distinto sería su vida, si tan solo Fagan hubiera sido el hombre al que ella entregara su corazón, pero no había sido así, Dragos, le había marcado, no solo su cuello, sino, su corazón, enfriando y congelando por completo sus sentimientos, su alma, para luego destrozarlo entre sus manos. Su mirada volvió en busca de aquellos ojos, cargados de calidez, en donde podía encontrar un refugio, tal vez el único al cual no temer. – Si – se dijo en silencio, - merezco poder disfrutar de un amor que solo sea mío, al que no suplique por migajas, ni por amarle, mantenerme en un lugar en el que me desprecien, por ser solo la amante preferida, y no el amor de su vida - caviló, mientras sentía el calor de aquellos labios en su mano. Mordió levemente su labio inferior, casi de forma imperceptible, temblando ante la suave tibieza del aliento masculino. Claro que soñaba con un amor que fuera incondicional, pero, ¿Qué hombre se animaría a enfrentar a un ser como su amo? La última vez que estuvo al lado de su domitor, éste le aseguró que jamás dejaría que ella fuese libre, y estaba más que segura, que tarde o temprano, Dragos, vendría a reclamar lo que para él, era de su propiedad.
El contacto de sus manos terminó en el momento en que el camarero se hizo presente, aún ruborizada, con los pensamientos confusos, y las pupilas dilatadas, por esa droga que jamás había experimentado, se quedó muda, sin poder dejar de mirar a Fagan, y menos aún, lograr articular una sola palabra, para así hacer su pedido. Cuando unos segundos después, su corazón, fue desacelerando sus latidos, fue capaz de pedir un café, negro como la noche, antes de llegar el día, ese instante en que se intuye, que por fin el alba iluminará la vida.
Charlize De Nantes- Humano Clase Alta
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