Caminos Cruzados [Privado]

por **Ørn Fridrikson** Mar Abr 24, 2012 1:57 pm

Abrí los ojos y allí estaba, con una gabardina sentada en un banco frente a la catedral. Por mi condición se me estaba prohibido el entrar en aquellos lugares, aunque en realidad fuese Cristiana, no entendía por qué Dios me negaba la entrada a mi y a los de mi especie.

Esperé, con el cabello revuelto por el viento y la mirada gacha a decidirme si dejarlo por el día de hoy o rezar desde afuera, pero me era imposible.

"Sentía la necesidad de estar allí, de rezar mil plegarias por que cuidasen al alma tan inocente de aquel niño. Mi primer paciente. Ya habían pasado dos años desde aquel accidente. Yo aun no había ingresado como doctora, y aquel niño sin previo aviso murió entre mis brazos, en extrañas circunstancias."

La única rosa blanca, que iba a dedicar a aquel alma en cuestión se la llevó el viento con un azote de entre mis manos. Aquello me hizo suspirar profundamente. Hoy no era mi día, y tampoco iba a correr detrás de aquella flor. Quizás todo estaba en contra de que éste día, no recordase como era merecido a aquel niño.

por **Sherlock Holmes** Sáb Mayo 26, 2012 10:56 pm

Caminaba y buscaba, veía de un lado a otro con el baston en mano, el sombrero sobre la cabeza y el viento jugando con el largo de mi gabardina negra -¡Insisto, no hay nada de en el mundo exterior que llame mi atención!- golpeba con el baston los troncos, las paredes y las casas que iban apareciendo con forme a mis pasos, suspiraba y volvía a suspirar -Debí de haberme quedado en casa- segua reprochandome en voz alta, pero no se cuando fue el momento en que de tanto discutir conmigo mismo habái llegado a la catedral.
-Interesante- asentí con la cabeza -como el hombre puede creear tan majestuosos edificios con la creencian de un dios en el cielo, con cuanta facilidad la iglesia puede manajar al pueblo, autonombrandose la representación de Dios en la tierra, decidiendo por el lo que no les corresponde, mantando herejes en nombre de Dios, que si se pusieran a pensar por un momento recordarían que deberían quemarse ellos primero por violar la ley divina- reí brevemente y continue mi camino para postrarme en la enorme y lujosa puerta de madera que se negaba a recibir a una joven cuya plegaría envuelta en flor se la había llevado el viento.
-Dios escucho tu plegaria, se la acaba de llevar- dije sin mirarle, ¿para que?, si su silencio me contaba lo que le dolía... -Esa persona... ese infante, quizá murio en tus manos pero estoy seguro que no fue intención tuya, simples... gajes del oficio- los años y la experiencia me había enseñado que la mujer pese a si es su hijo o no la muerte de un infante les causa el dolor del corazón roto -¿Porque no te acoges en la iglesia, porque no entras?, yo no entro porque simplemente soy hombre de poca fe pero tú... pareces ser una fiel creyente cristiana- finalmente baje mi mirada hacia donde ella estaba -Soy Sherlock, Sherlock Holmes, un extranjero más en la ciudad más misteriosa del mundo y usted de donde es?- suspire profundo y mire el cielo -Si le sirve de algo... puede platicarme- dije paciente e intentando ser un "ser humano sensible"... en realidad solo tenía curiosidad de saber que más había detras de esa dama, la intuisión a veces hace despertar a mi curiosidad.

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